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1.

Respeto
El respeto es la capacidad de reconocer y valorar a a todas las personas. Sin
respeto por nosotros mismos o por los demás es imposible poner en práctica
valores como la libertad, la justicia, la honestidad, la empatía, la solidaridad, etc.
Un ejemplo de respeto es tratar a todas las personas con amabilidad y cortesía,
independientemente de su condición social, su forma de pensar, etc.

2. Integridad
La integridad es la capacidad de hacer lo correcto en todas las situaciones. Es la
puesta en práctica de la honestidad de forma consistente. Por esta razón, una
persona puede ser honesta en un momento específico, pero no significa que sea
íntegra. En cambio, para que una persona sea íntegra es necesario que sea
honesta.
Un ejemplo de integridad es rechazar cualquier oportunidad para quebrantar la ley,
no solo de forma esporádica, sino en todas las ocasiones que se puedan
presentar.

3. Libertad

La libertad implica actuar según nuestra voluntad. Pero ejercer ese valor requiere
respetar la voluntad de otros, así como las normas que rigen el orden de la
sociedad. Esto está relacionado con valores como el respeto y la justicia. Si una
persona limita la libertad de otros sería irrespetuoso e injusto, además de expresar
falta de empatía.
Un ejemplo de este valor es la libertad de expresión, con la cual podemos
expresar nuestras opiniones. Esto es posible siempre y cuando no le hagamos
daño a otras personas mintiendo sobre ellas o esparciendo noticias falsas.

4. Igualdad
Igualdad es reconocer que todas las personas tenemos los mismos derechos y
obligaciones ante la ley, sin distinciones de ningún tipo. Este valor es el que
permite que cualquier persona pueda tener acceso a la justicia y a ser tratado con
equidad.
Un ejemplo de igualdad es el derecho que tienen todas las personas a tener una
identidad.

5. Justicia
La justicia es un valor que busca el equilibrio entre el bien propio y el de la
sociedad. Considera la libertad individual, la igualdad y la interdependencia entre
las personas e instituciones para que cada quien obtenga lo que le corresponde.
Para lograrlo, es necesario cumplir las normas establecidas para garantizar el
respeto, la libertad, la tolerancia, la equidad y la paz.
Un ejemplo de justicia es que todos los habitantes de un país tengan acceso a la
educación y a la salud sin importar su origen o condición social.

6. Imparcialidad
La imparcialidad es la capacidad para emitir un juicio sobre una persona o hecho
de forma objetiva, dejando de lado nuestros sesgos. Este valor es esencial para
aplicar justicia, ya que no es posible ser justos si nos dejamos llevar por nuestras
creencias, emociones o ideas preconcebidas.
Un ejemplo de imparcialidad es que un juez tenga que juzgar a su propio hijo,
aplicando los principios de la ley por encima de su afecto paterno.

7. Verdad
La verdad es un valor que se hace palpable cuando las ideas, palabras o hechos
pueden ser verificados en la realidad. Esto quiere decir que pueden ser descritos
tal y como son, de forma veraz e imparcial. La verdad, a su vez, es la base de la
honestidad, dado que no es posible ser honesto si no se dice la verdad.
Un ejemplo de la verdad como valor es cuando contamos una anécdota personal
tal cual como sucedió, sin exageraciones ni mentiras.
8. Tolerancia
La tolerancia es el valor que otorga respeto, dignidad y libertad a la diversidad.
Implica convivir con creencias diferentes a las nuestras aunque no estemos de
acuerdo con ellas. Ser tolerantes es reconocer el derecho de otras personas a ser
y expresarse, de la misma forma en que nosotros esperamos ser respetados y
tolerados por ser quienes somos.
Un ejemplo de tolerancia es aceptar y respetar a compañeros de colegio o trabajo
que tengan una cultura diferente a la nuestra.

9. Empatía
La empatía es la capacidad de entender las necesidades y emociones de otros
aunque no estemos viviendo su situación. La empatía se vincula con la bondad y
la solidaridad, porque son los valores que nos permiten actuar para ayudar a otros
cuando entendemos por lo que están pasando.
Un ejemplo de empatía es cuando entendemos el dolor de alguien que está
pasando por un duelo y nos ofrecemos para apoyarlo en lo que necesite.
10. Equidad
La equidad es tratar a todos por igual, entendiendo el contexto y las necesidades
de cada persona para que haya un trato justo. La equidad es un valor fundamental
para reforzar el respeto a las particularidades de cada individuo y dar un sentido
más profundo a la justicia como derecho fundamental.
Un ejemplo de equidad es adaptar los espacios públicos para que las personas
con discapacidad puedan acceder a ellos con la misma comodidad y seguridad
que el resto.

13. Paz
La paz es un valor que busca una convivencia social armoniosa, a través de la
puesta en práctica de otros valores como el respeto, la justicia, la equidad. Es un
ideal cuyo objetivo es evitar la violencia en la sociedad. Por esta razón, una de las
máximas aspiraciones de las naciones es lograr la paz para el beneficio de sus
ciudadanos y sus instituciones.
Un ejemplo de paz en la sociedad es la convivencia pacífica entre diferentes
comunidades (nativos, inmigrantes, minorías étnicas, etc.)
14. Amor
El amor es uno de los valores fundamentales de la sociedad porque nos empuja a
velar por la felicidad del otro. Las relaciones sociales se basan en la afectividad en
las relaciones interpersonales que se expresan en forma de amistad u otro tipo de
vínculos.
Un ejemplo es el amor entre padres e hijos, que es vital para cultivar individuos
emocionalmente sanos para la sociedad.

15. Bondad
La bondad es el deseo de hacer el bien y expresarlo con acciones concretas, más
allá de nuestros intereses personales. Por lo general, la bondad se ejerce a favor
de aquellos que están en una posición de vulnerabilidad, por eso se nutre de la
empatía y el altruismo.
Un ejemplo de bondad es ser voluntario de organizaciones que ayuden a los
migrantes.
16. Honestidad
La honestidad es un valor social que se expresa cuando exponemos la verdad. Es
saber qué es lo correcto en una situación y actuar conforme a eso, en función de
que se sepa la verdad. Actuar con honestidad implica ser responsables y
respetuosos con nosotros mismos y con los demás.
Un ejemplo de honestidad es decir que no hicimos una tarea. Lo correcto hubiese
sido hacerla, pero aunque no cumplimos con nuestro compromiso decimos la
verdad.

17. Confianza
La confianza es la creencia de que las personas e instituciones actuaremos de
manera correcta frente a una situación determinada. Cuando tenemos confianza
en el otro es porque estamos dando por sentado su buena fe e integridad. Por lo
tanto, es un valor que promueve la unidad y la cohesión social.
Un ejemplo de confianza es cuando dejamos que nuestros amigos usen nuestras
pertenencias, porque sabemos que las van a usar correctamente y no las van a
tomar.
18. Responsabilidad
La responsabilidad es asumir las consecuencias de nuestros actos y cumplir con
los compromisos que adquirimos con nosotros mismos y con los demás. La
responsabilidad nos hace conscientes sobre las implicaciones de nuestras
decisiones, por lo que también requiere ejercer la libertad y la integridad.
Un ejemplo de responsabilidad es cumplir con nuestros deberes académicos y
asumir las consecuencias que eso pueda traer en caso de que no lo hagamos,
como una mala calificación.

19. Altruismo
El altruismo consiste en actuar por el bienestar de otros sin esperar retribución y
considerando la posibilidad de sacrificar el bienestar propio. Esto debe estar
acompañado de acciones concretas, ya que solo la intención de ayudar o la
empatía no son suficientes para ser altruista.
Un ejemplo de altruismo es ayudar a pagar la beca de un estudiante sin recursos,
aunque eso signifique ajustar nuestro presupuesto.
20. Lealtad
La lealtad es un valor que se expresa en el respeto y la fidelidad que sentimos
hacia otra persona, grupo o institución. Ser leales implica comprometerse a apoyar
al otro en cualquier situación, no solo en los buenos momentos.
Un ejemplo de lealtad es apoyar a nuestro equipo deportivo favorito incluso
cuando pierde.

Derechos
1. Todos Hemos Nacido Libres e Iguales. Todos hemos nacido libres. Todos
tenemos nuestras propias ideas y pensamientos. Todos deberíamos ser tratados
de la misma manera.
2. No Discrimines. Estos derechos pertenecen a todos, sin importar nuestras
diferencias.

3. El Derecho a la Vida. Todos tenemos el derecho a la vida y a vivir en libertad y


con seguridad.
4. Ninguna Esclavitud. Nadie tiene derecho a convertirnos en esclavos. No
podemos hacer a nadie nuestro esclavo.

5. Ninguna Tortura. Nadie tiene ningún derecho a dañarnos o torturarnos.

6. Tienes Derechos Sin Importar a Donde Vayas. ¡Soy una persona igual que
tú!

7. Todos Somos Iguales Ante la Ley. La ley es la misma para todos. Nos debe
tratar a todos con equidad.
8. La Ley Protege tus Derechos Humanos. Todos tenemos el derecho de pedir
a la ley que nos ayude cuando hemos sido tratados injustamente.

9. Ninguna Detención Injusta. Nadie tiene el derecho de meternos en la cárcel


sin una buena razón y de mantenernos encarcelados o de echarnos de nuestro
país.

10. El Derecho a un Juicio. Si se nos lleva a juicio tiene que ser en público. Las
personas que nos juzgan no deben permitir que alguien más les diga qué hacer.
11. Somos Siempre Inocentes hasta que se Pruebe lo Contrario. No se
debería culpar a nadie de haber hecho algo hasta que se haya demostrado.
Cuando alguien nos acusa de haber hecho algo incorrecto, tenemos el derecho de
demostrar que eso no es verdad.

12. El Derecho a la Intimidad. Nadie debería tratar de dañar nuestra reputación.


Nadie tiene el derecho de entrar en nuestra casa, abrir nuestras cartas o
molestarnos o a nuestra familia sin una buena razón.
Fragmento
La Casa de los Espíritus – Isabel Allende”
La Casa de los Espíritus fue el primer libro escrito y publicado por Isabel
Allende, una mujer con una voz poderosa, defensora del feminismo e
increíblemente talentosa como escritora.
Este libro es una enmarcación perfecta de realismo mágico, combinado con la
historia sociopolítica de Chile durante épocas de dictadura, es crudo, franco y, aún
así, es un libro hermoso.
“La memoria es frágil y el transcurso de una vida es muy breve y sucede tan
deprisa que no alcanzamos a ver la relación entre los acontecimientos.
No podemos medir la consecuencia de los actos… por eso mi abuela Clara
escribía en sus cuadernos, para ver las cosas en su dimensión real.”
En este fragmento de la obra, es el personaje de Alba quien narra sobre el hábito
de su abuela Clara, quien acostumbraba escribir cuadernos de vida, algo como
diarios personales.
Anécdota
1ro
Fecha: Noviembre 2006
Lugar: Pekín (China)
Anécdota: Para volver del Silk Market y cómo íbamos un grupillo de 6 decidimos
coger un taxi de estos piratillas que te llevan en una furgoneta con los cristales
tintados al estilo Jack Bauer de 24. El caso es que durante el camino la mujer del
conductor nos empieza a sacar calcetines y gallumbos de una bolsa de basura
diciendo que los vendía muy baratos así que ni cortos ni perezosos y como somos
muy consumistas allá que cargamos con un arsenal de ropa interior. Acto seguido
nos fuimos a cenar al Hard Rock Pekín. Cuando llega la cuenta, pagamos y nos
marchamos y detrás nuestro, una de las camareras persiguiéndonos, gritando en
chino cosas que no lográbamos descifrar, parecía la niña del exorcista. El caso es
que la furgoneta pirata nos había endiñado billetes falsos y nosotros, pardillos
todavía en la moneda del país no nos habíamos dado cuenta y se lo dimos a la
camarera para pagar la cena. Consecuencia: Nos tuvimos que tragar una moneda
que para mí la usaban para jugar al monopoli en algún país extraño porque fuimos
a cambiarla y no quisieron….
2do.
Fecha: Agosto 2008
Lugar: Urubamba (Perú)
Anécdota: En uno de mis múltiples puntazos que me dan decidí apuntarme a una
excursión en bicicleta por las Salinas de Maras en el Valle Sagrado (Perú). Para
poneros en antecedentes: el deporte y yo no nos llevamos bien, digamos que mi
actividad deportiva se limita a ir al gimnasio como máximo un mes y medio al año
y a jugar al Wii Sports en casa, así que imaginaros!!!!
En la primera cuesta ya estaba que no podía con mi alma y para postre el camino
estaba todo empedrado y peligroso así que ni corta ni perezosa agarré la bicicleta
a cuestas y en la primera carretera que vi paré a una furgonetilla que iba atestada
de gente y animalitos, endiñé la bici en la baca y me quedé esperando en el
pueblo tumbada a la bartola hasta que el resto de la expedición aparecieron
hechos polvo, eso sí, no me libré de las agujetas ya que al día siguiente tenía los
brazos que no los podía ni mover!!!!
Cuentos
Uga, la tortuga
¡Caramba, todo me sale mal!, se lamentaba constantemente Uga, la tortuga. Y no
era para menos: siempre llegaba tarde, era la última en terminar sus tareas, casi
nunca ganaba premios por su rapidez y, para colmo era una dormilona. ¡Esto tiene
que cambiar!, se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque
le recriminaran por su poco esfuerzo. Y optó por no hacer nada, ni siquiera tareas
tan sencillas como amontonar las hojitas secas caídas de los árboles en otoño o
quitar las piedrecitas del camino a la charca.
– “¿Para qué preocuparme en hacerlo si luego mis compañeros lo terminarán más
rápido? Mejor me dedico a jugar y a descansar”.
– “No es una gran idea”, dijo una hormiguita. “Lo que verdaderamente cuenta no
es hacer el trabajo en tiempo récord, lo importante es hacerlo lo mejor que sepas,
pues siempre te quedarás con la satisfacción de haberlo conseguido. No todos los
trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren más tiempo y
esfuerzo. Si no lo intentas, nunca sabrás lo que eres capaz de hacer y siempre te
quedarás con la duda de qué hubiera sucedido si lo hubieras intentado alguna vez.
Es mejor intentarlo y no conseguirlo, que no hacerlo y vivir siempre con la espina
clavada. La constancia y la perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo
que nos proponemos, por eso te aconsejo que lo intentes. Podrías sorprenderte de
lo que eres capaz”.
– “¡Hormiguita, tienes razón! Esas palabras son lo que necesitaba: alguien que me
ayudara a comprender el valor del esfuerzo, prometo que lo intentaré.»
Así, Uga, la tortuga, empezó a esforzarse en sus quehaceres. Se sentía feliz
consigo misma pues cada día lograba lo que se proponía, aunque fuera poco, ya
que era consciente de que había hecho todo lo posible por conseguirlo.
– “He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse metas grandes e
imposibles, sino acabar todas las pequeñas tareas que contribuyen a objetivos
mayores”.
Carrera de zapatillas
Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron
temprano porque ¡era el día de la gran carrera de zapatillas! A las nueve ya
estaban todos reunidos junto al lago. También estaba la jirafa, la más alta y
hermosa del bosque. Pero era tan presumida que no quería ser amiga de los
demás animales, así que comenzó a burlarse de sus amigos:
– Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta.
– Jo, jo, jo, jo, se reía del rinoceronte que era tan gordo.
– Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan larga.
Y entonces, llegó la hora de la largada. El zorro llevaba unas zapatillas a rayas
amarillas y rojas. La cebra, unas rosadas con moños muy grandes. El mono
llevaba unas zapatillas verdes con lunares anaranjados. La tortuga se puso unas
zapatillas blancas como las nubes. Y cuando estaban a punto de comenzar la
carrera, la jirafa se puso a llorar desesperada. Es que era tan alta, que ¡no podía
atarse los cordones de sus zapatillas!
– “Ahhh, ahhhh, ¡qué alguien me ayude!” – gritó la jirafa.
Y todos los animales se quedaron mirándola. El zorro fue a hablar con ella y le
dijo:
– “Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto, todos
somos diferentes, pero todos tenemos algo bueno y todos podemos ser amigos y
ayudarnos cuando lo necesitemos”.
Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Pronto vinieron
las hormigas, que treparon por sus zapatillas para atarle los cordones. Finalmente,
se pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus marcas, preparados,
listos, ¡YA! Cuando terminó la carrera, todos festejaron porque habían ganado una
nueva amiga que además había aprendido lo que significaba la amistad.
Fabula
1. El bobo y la grulla
Mientras un lobo se comía un hueso, se le atragantó en la garganta, y empezó a
correr por todas partes en busca de ayuda. En su camino se encontró a una grulla
y le pidió que le salvara de aquella situación y que le pagaría por ello. La grulla
aceptó, introdujo su cabeza en la boca del lobo y sacó el hueso atravesado de la
garganta. Entonces, le pidió su compensación al lobo, a lo que este le respondió:
– “Oye amiga, ¿no crees que es suficiente paga el haber sacado tu cabeza sana y
salva de mi boca?”.
Moraleja: Nunca hagas favores a malvados, traficantes o corruptos, pues mucha
paga tendrías si te dejan sano y salvo.
Leyendas
La Siguanaba
Fuente: Rodtico21 CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons
Esta es una de las leyendas guatemaltecas más famosas y su origen parece estar
ligado al pueblo k’iche, natural de esta nación centroamericana. La Siguanaba se
presenta ante los hombres infieles como una mujer de esbelta figura con el rostro
cubierto.
Después de conseguir la atención de los hombres, la Siguanaba los atrae hasta el
borde de un abismo y revela que su cara es la de un caballo. Luego los empuja al
vacío y de ese modo se queda con el alma de sus víctimas.
La leyenda afirma que si el hombre que es atraído por la Siguanaba muerde una
cruz o una medalla puede salvar su alma del espectro.
El Sombrerón
La historia del Sombrerón o Tzitzimite afirma que es un hombre de pequeña
estatura. En algunas versiones dicen que puede llegar a ser tan pequeño como un
dedo de la mano, por esto también se le ha identificado como un duende.
Viste de negro, con un brillante cinturón y un sombrero tan grande que le cubre
por completo el rostro. Este ser aparece a muchachas jóvenes de ojos negros y
cabello largo.
Enamora a sus víctimas con serenatas que interpreta con su guitarra, pero las
atormenta hasta el punto que no pueden comer ni dormir. Luego les hace una
trenza en el cabello y les roba el alma a las jóvenes.
También se dice que al Sombrerón le gusta montar a caballo y mula, por eso
aparece en los establos de Guatemala y allí teje una trenza en la cola a los
animales que se vuelven agresivos y no sirven para trabajar.

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