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Tema EBAU - Teatro

ANTONIO BUERO VALLEJO (1916-2000)


Nació en Guadalajara en 1916. Desde su infancia se interesó por la literatura y por la pintura. Al terminar la guerra civil,
fue condenado a muerte por sus ideas republicanas y estuvo en prisión desde 1939 hasta 1946 (allí coincidió con Miguel
Hernández). En tiempos de democracia obtuvo diversos reconocimientos e ingresó en la RAE.
Buero Vallejo es el mejor representante del teatro “posibilista”, que mediante las metáforas y el simbolismo refleja los
problemas sociales de forma no siempre explícita. A lo largo de su trayectoria como dramaturgo se percibe una
constante reivindicación de la dignidad del hombre y de la libertad. Llama la atención la creación de personajes con
limitaciones físicas (ciegos, sordos, dementes…) y la utilización de espacios cotidianos con función simbólica (la
escalera, el tragaluz, la azotea…). Algunos de los temas habituales en sus obras son los prejuicios, la soledad, el
desamor o la hipocresía. En líneas generales, se podría afirmar que las primeras obras de Buero Vallejo tienden a lo
existencial (años 50), para ir evolucionando hacia textos más sociales y críticos (años 60 y 70) y la experimentación
(últimas obras).
- Teatro existencial
El ambiente urbano, las relaciones entre vecinos y las alusiones metafóricas (la escalera y la azotea como símbolos de
libertad) son elementos frecuentes en sus primeras obras: Historia de una escalera (1949, su exitoso debut teatral) y Hoy
es fiesta (1956). El uso de símbolos se acentúa en títulos como En la ardiente oscuridad o El concierto de San Ovidio
(1962), obras que tienen la peculiaridad de contar con personajes ciegos. De este modo, la ceguera física se convierte
en metáfora para expresar la dificultad de captar la realidad y sus problemas.
Otros títulos de los años 50 son La tejedora de sueños, La señal que se espera, Casi un cuento de hadas y Madrugada.
- Teatro social
Con Un soñador para un pueblo (1958) inicia Buero un teatro histórico de carácter más social. Estas obras se ambientan
en períodos aparentemente alejados de la actualidad (la vida de Velázquez, el siglo XVIII, la Revolución francesa…) pero
con claras alusiones a los conflictos de la España contemporánea. Este recurso le permitió a Buero sortear la censura
(teatro posibilista). Ejemplos de esta tendencia: Un soñador para un pueblo (sobre el fracaso de las reformas ilustradas
de Carlos III), Las Meninas (Velázquez tratado injustamente), El concierto de San Ovidio (personajes ciegos maltratados
en el el París revolucionario), El sueño de la razón (Goya y la represión absolutista). Distinta es El tragaluz (1967), la
obra de Buero más crítica y exitosa de los años 60. En ella se presentan personajes desgarrados por la guerra civil
española (un padre loco, hermanos enfrentados, mujeres víctimas…).
- Teatro experimental
Sin renunciar a lo existencial y a la denuncia social, las obras de Buero posteriores a 1970 son más experimentales y
rupturistas. En algunas de estas creaciones se emplean “efectos de inmersión”, que consisten en representar ante el
espectador los sueños o visiones de los personajes (Llegada de los dioses). En este sentido, destaca La Fundación
(1974), obra que aparentemente se ambienta en un lujoso lugar, aunque -para sorpresa del público- finalmente resulta
ser una celda de delirantes condenados a muerte.
Sus últimas obras (Jueces en la noche, Caimán, Música cercana, Misión al pueblo desierto…) dan continuidad a los
conflictos sociales y a los temas de su producción anterior.

JUAN MAYORGA (1965)


Nacido en Madrid en 1965, su amplia producción teatral ha recibido numerosos reconocimientos (Princesa, miembro de
la RAE). La formación de Mayorga como matemático y filósofo se percibe en su concepción del teatro como espectáculo
que invita a la reflexión y se compromete con la realidad. Se inició en el teatro a partir del proyecto experimental "El
Astillero", y en los últimos años ha trabajado con compañías teatrales como “Animalario” y “La Loca de la Casa”.

- Características de su teatro e influencias


Autor versátil y provocador, Mayorga propone en sus obras una crítica reflexiva, de raíz intelectual y filosófica, sobre
cuestiones como las formas de dominación ejercidas por el ser humano, los prejuicios, la responsabilidad moral, el
sentido del arte y de la vida, y el deterioro de las relaciones personales. En las obras teatrales de Juan Mayorga se
percibe una síntesis de la tradición teatral (Sófocles, Shakespeare, los clásicos españoles) y de las propuestas
contemporáneas más experimentales (el “teatro del absurdo” de Pirandello y Beckett). El pensamiento de Mayorga está
muy influenciado por el filósofo materialista Walter Benjamin.
Temáticamente, Mayorga reconoce que en sus obras se reiteran asuntos y subyacen conflictos similares, pues –como ha
manifestado– “uno es fiel a sus obsesiones”. En efecto, muchas de sus obras se basan en la pugna que cada ser
humano mantiene consigo mismo. Su teatro adquiere así carácter existencialista. A los personajes mayorguianos les
condicionan sus propias decisiones y las relaciones que establecen con otros. En este sentido, es recurrente en las
obras de Mayorga la presencia de personajes que, cuando conocen a otros, interfieren en su vida y la manipulan o
desestabilizan sin remedio.
Aunque es difícil aportar características generales para una producción teatral tan extensa –Mayorga ha compuesto
unas cuarenta piezas desde su primera obra, Siete hombres buenos, en 1989– sí es posible señalar algunos elementos
recurrentes:
- El teatro como “conflicto”: Mayorga entiende que la función principal del arte dramático es crear estímulos para la
reflexión, no ofrecer soluciones ante los problemas que plantea en escena.
- Visión crítica de la realidad: al igual que Brecht, reniega del teatro como mero producto estético y opta por obras que
reflejen problemas actuales.
- Estructura de las obras en secuencias o cuadros: en consonancia con el teatro vanguardista y del absurdo, Mayorga
acumula diálogos aparentemente inconexos y no suele separar formalmente los actos ni las escenas.
- Discontinuidad temporal: suele romper la linealidad del tiempo argumental: elipsis u omisiones, escenas paralelas,
analepsis…
- Metáforas y simbolismo: diálogos sugerentes, objetos con valor simbólico.
- Monólogos y silencios con carácter valorativo.
- Espectador cómplice: Mayorga requiere que el lector o espectador reflexione a través de su obra y que esté atento a
las elipsis, evocaciones, saltos temporales y reiteraciones que propone en sus piezas.
- Intertextualidad y metaliteratura: en los diálogos se encuentran alusiones a escritores, citas de obras literarias,
referencias al arte…
- Minimalismo escénico y acotaciones funcionales.

Obras de Juan Mayorga


Mayorga ha compuesto más de cuarenta piezas teatrales, que él concibe tanto para ser leídas como para ser
representadas. Hasta el momento ha reunido su producción durante 25 años en una recopilación titulada Teatro
1989-2014. A grandes rasgos, el conjunto de su producción se podría clasificar en tres tipos:

Teatro histórico-político: abarca obras ambientadas en épocas y del pasado (guerra civil, nazismo, la Rusia de Stalin, la
Guerra Fría…) aunque los conflictos que en ellas se plantean resultan actuales. Títulos: Siete hombres buenos (1989,
sobre el gobierno republicano exiliado), Cartas de amor a Stalin (1997, sobre la represión stalinista), El jardín quemado
(un siniestro hospital en tiempos de la guerra civil), Himmelweg (“Camino del cielo”, alusión a un campo de
concentración nazi)...
En este bloque de obras también destaca Reikiavic (2012), inspirada en la célebre final de ajedrez que enfrentó al
estadounidense Bobby Fischer y al soviético Boris Spassky en la capital islandesa. En el contexto de la Guerra Fría y los
conflictos entre los bloques capitalista y comunista, Mayorga hace del ajedrez una metáfora de las ambiciones y temores
de todo ser humano.
Algunas de estas obras histórico-políticas de Mayorga han sido calificadas como “teatro de tesis”, es decir, literatura
comprometida con una causa política o ideológica.

Teatro social: en este bloque podríamos incluir aquellas obras que, planteando temas y preocupaciones similares a las
históricas, presentan un carácter más atemporal, menos ligado a un contexto concreto. Esto sucede, por ejemplo, en
Más ceniza (1993, primera obra estrenada por Mayorga), cuyo argumento nos sitúa ante el relevo de un presidente en
un país, inspirado quizá en la muerte de Kennedy). En estas obras más “sociales” cobran fuerza asuntos como la
marginación, la corrupción, la manipulación y el racismo. Algunas piezas abordan las contradicciones y la complejidad y
el deterioro de las relaciones personales, como sucede en El chico de la última fila 2006, (ver guía de lectura), Hamelin
(2003, sobre la pederastia aparentemente consentida por unos padres) o la reciente El Golem (2022, plantea la
deshumanización que produce una ficticia crisis sanitaria).
Otras composiciones de temática social presentan a animales humanizados (La tortuga de Darwin, Animales nocturnos,
Palabra de perro…). Entre estas, destaca Últimas palabras de Copito de Nieve (2004), cuya trama transcurre en el zoo
de Barcelona y es protagonizada por el Mono Blanco (Copito), el Mono Negro y el Guardián que los vigila. Mayorga se
aproxima al teatro del absurdo al recrear las últimas reflexiones de un simio que filosofa sobre el racismo, la relación
entre los animales, y la condición de los humanos que lo visitaban.

Piezas teatrales breves y otros textos


Con el título de Teatro para minutos (2001) Mayorga ha reunido 28 piezas de “teatro mínimo” (El hombre de oro, La mala
imagen, Amarillo, El Crack…). Aunque no hay un hilo argumental para todas estas historias, muchas comparten la
mirada irónica y humorística, la crítica social y las alusiones a escritores españoles como Aub o Mihura. Recientemente,
Mayorga ha publicado una novela gráfica, Intensamente azules (2018), en colaboración con el dibujante Montero Galán.
Mayorga también ha cultivado el ensayo, género en el que destacan dos de sus obras: Revolución conservadora y
conservación revolucionaria (a partir de las ideas de Walter Benjamin) y Elipses (recopilación de artículos y conferencias
de Mayorga sobre el teatro y la cultura).

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