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La patrimonialidad de la obligación, como supuesto de su juridicidad

¿es necesario que una obligación tenga contenido económico o basta el


meramente moral?

En sentido general, comprendemos a la obligacion como el vinculo juridico en


virtud del cual una persona esta en necesidad de realizar una prestacion en
interes de otra, que tiene el derecho de pretenderla, constriñendo a la primera,
por los medios legales, a realizarla 1. Por otra parte, entendemos el concepto de
deber juridico como la necesidad en que, por mandato del ordenamiento
juridico, se encuentran los hombres de observar determinada conducta (hacer
o no hacer algo)2. Ante esta similitud de definiciones, nace el inevitable
cuestionamiento sobre ¿cuál sería la caracteristica que diferencia a la
obligacion de los demas deberes juridicos?

Ante este cuestionamiento, no se ha logrado establecer una respuesta concreta,


sin embargo, gran parte de la doctrina apunta a reconocer a la patrimonialidad
como el elemento cardinal que diferencia a la obligacion de los restantes
deberes juridicos particulares.

Para internarnos en esta discusion, es crucial identificar el sentido que le


atribuimos al concepto de patrimonialidad en la obligacion, primeramente
establecemos que no implicaria una equivalencia directa en valor pecuniario,
sino que se inclina por la posibilidad de establecer dicha suma, 3 especialmente
en aquellos casos en los que incurra un eventual incumplimiento, de alli que
cobre especial importancia la discusion que nos convoca, ya que su
determinacion sera la que disponga la procedencia o no de la indemnizacion
del daño moral en materia contractual.
1
ALESSANDRI (2001) p.7
2
ALESSANDRI (2001) p.7
3
Silva 69.
Historicamente se ha discutido si el patrimonio es requerimiento en el objeto
de la obligacion. En torno a esta interrogante se han reconocido tres
importantes doctrinas que intentan darle respuesta a esta problemática.

Inicialmente reconoceremos a la doctrina clasica, previos a la codificaion, los


autores franceses Dumoulin, Domat y Pothier, distinguen en pasajes de Gayo
prescedentes que justificaban como exigencia la patrimonialidad de la
prestación. Consecuencialmente, Pothier aporta el fundamento escencial en
defensa de la patrimonialidad, que determinara el interes del acreedor con una
valorizacion pecuniaria.

La doctrina decanta por considerar que la obligacion siempre deberá tener un


contenido estrictamente economico, entendiendola como una presentacion de
ventaja pecuniaria para el acreedor. El jurista belga François Laurent advierte
que “en materia de obligaciones el interes debe ser apreciable, es decir, que un
interes moral o de afecto no basta para actuar: no habria medio para condenar
al deudor a daños y perjuicios, con lo que la obligacion no tendria sancion y,
por consiguiente, no seria un vinculo juridico”. En base a esta idea será
posible concluir que un simple interes moral o de afeccion no es capaz de dar
base para condenar al deudor a una indemnizacion de perjuicios en caso de
que el deudor no cumplimpliera, pues esta debe adecuarse a la prestacion no
realizada, es decir, al daño resultante de la inejecucion de la obligacion, y si
entendemos que el interes no es capaz de valuarse en dinero, tampoco podra
serlo la indemnizacion de perjuicios, por lo que no habria forma de establecer
esa equivalencia.

Estos rudimentos se convertiran en principios absolutos de la teoria de las


obligaciones, donde la doctrina francera terminará por concluir a mediados del
siglo diecinueve y principios del veinte, la prescindencia completa de las
obligaciones no patrimoniales con respecto al derecho de las obligaciones, ello
producira el descarte de la reparacion del daño moral o extrapatrimonial que
estas eventualmente puieran causar [carmen]. Esta ultima idea se sustenta con
su presupuesto de no considerar a las obligaciones extrapatrimoniales como
oblugaciones juridicas, generando que los efectos propios no se podran
originar, “aun cuando se admitiera que ellas tienen el valor de juridicas, la
reparacion pecuniaria seria imposible, puesto que cualquier indemnizacion,
compensatoria o moratoria supone que el incumlimiento haya causado una
perdida pecuniaria o le haya impedido al acreedor obtener una suma de dinero.
Y resulta que el incumplimiento de las obligaciones extrapatrimoniales no
producen lesion alguna a ese patrimonio, por tanto la ausencia de ese tipo de
consecuencia impide la reparacion del daño moral o extrapatrimonial que ese
incumplimiento haya causado.”4

Frente a esta corriente, no tardará en surgir una doctrina que constraste esta
inflexible concepcion de exigencia patrimonial en la obligacion. El jurista
Bernhard Windscheid sera quien inicie la oposicion, que será recogida con
mayor entusiasmo por el ilustre jurista aleman Rudolf von Ihering.

Inicialmente, destruyen el sustento que habia desarrollado la doctrina clasica


con respecto a la aparente concepcion patrimonial de la prestacion en el
derecho romano. Estos autores vendran a proponer que una correcta
interpretacion de los presupuestos estableceria que los pasajes del Digesto
estaban buscando dar respuesta a situaciones particulares y no la formulacion
de reglas o principios generales como anteriormente se habia determinado.

Desde esta disposición, se desarrolla un segundo argumento que vendria a


sostener que el mismo derecho romano no era indiferente a los intereses
4
extrapatrimoniales, en torno a ello, Ihering llego a concluir que el patrimonio
para dicho derecho no era el unico bien que se buscaba proteger, “a la idea de
que en la vida humana la nocion de valor no considte solo en el dinero, sino
que, por el contrario, fuera del dinero hay otros bienes a los cuales el hombre
civilizado concede un valor que quiere sea protegido por el
Derecho”[IHERING, CARMEN]. Concluyentemente, se reconoce en la
doctrina clasica una carencia de fundamentos historicos, justicia y logica
juridica.

La reaccion de Ihering que concierne al Derecho moderno, se desarrollara


principalmente en su obra “del interes de los contratos”, alli se formula que
para la existencia de la obligacion bastaria con un interes del acreedor, aunque
este no fuese de carcater patrimonial, sosteniendose en la idea de que para
nuestro derecho al igual que el romano, no se ampara unicamente los intereses
materiales, sino tambien a los morales que una persona pueda contener. 5

Windscheid, vendra a sostener que el principio que reconoce que todo credito
que corresponda a un interes legitimo, según la apreciacion del juez, tiene que
ser reconocido, aunque la prestacion no tenga un contenido pecuniario para el
acreedor. Encuentra justificacion este principio en las mayores libertades que
se le reconocen al juez moderno a diferencia del romano, en cuanto no esta
obligado a la condena pecuniaria y posee plenas facultades para obtener la
ejecucion de la sentencia, su limite estara constituido simplemente por la
existencia de un interes legitimo, que no contravendria el supuesto de interes
extrapatrimonial.

Ante este argumento, Ihering reflexiona sobre la confortable posicion en la


que se encuentra el juez conforme a la regla que sustenta la pecuniaridad en la
5
obligacion, liberandolo de su obligacion de indagar los limites de la proteccion
de intereses puramente personales, señalando finalmente que “una cosa es el
interes del juez y otro el de la vida y se transtornan las relaciones naturales de
las cosas cuando se subordina este ultimo al primero”.

Al desarrollar el analisis sobre la relacion obligatoria, los autores señalan que


las exigencias de la pecuniariedad no guardan relacion con la prestacion, ya
que esta desde siempre ha consistido en una conducta del deudor que se
traducira en un dar, hacer o no hacer una obligacion, el carácter de
pecuniariedad no afectara sino a un elemento singural, referente a la
responsabilidad, considerando que el unico aspecto decisivo es que por medio
del vinculo se trate de satisfacer un interes serio y licito, esto sera en definitiva
lo que nos permita distinguir entre una prestacion apta para constituirse en
contenido de la obligacion, de meros caprichos morales del acreedor que
responden usualmente a ambitos religiosos o sociales.

En el codigo civil aleman en su §241 no exige el valor pecuniario en el objeto


de la prestacion, se presenta en una formula que permitie comprender tanto a
las obligaciones pecuniarias como las no pecuniarias. Según los comentarios
posteriores sobre la redaccion del Codigo, fue una decision deliberada el
excluir dicho requisito, lo que nos permitiria concluir que dicho articulo se
estaria adscribiendo a esta teoria.

El Codigo Civil portugués adoptara mas claramente esta teoria en su


normativa, especificamente en su articulo 398-2 cuando enuncia que “La
prestación no necesita tener valor pecuniario; pero debe corresponder a un
interés del acreedor, digno de protección legal.” 6. Prescindiendo de la

6
consideracion enconomica tanto para la prestacion como para el interes que
tiene el acreedor sobre ella.

Una tercera doctrina vendra a resolver varias problematicas que servian como
fuente confusión en las precedentes teorias. Inicialmente sera merito del
jurisconsulto Vittorio Scialoja -acompañado de gran aceptacion por la doctrina
Italiana- la consagracion legislativa en el Codigo Civil Italiano (articulo 1174)
de la distincion que desarrollaremos en los siguientes parrafos.

Esta doctrina se encargará de distinguir en el concepto mismo de obligacion,


el contenido de la prestacion y el interes del acreedor. En referencia al primer
termino, se reconoce por la doctrina que la prestacion (objeto de la obligacion)
tendra un ineludible contenido patrimonial, es decir, “susceptible de tener un
valor pecuniario, por tanto, la prestacion debera consistir restrictivamente en
una dar, hacer, o no hacer referido a bienes patrimoniales que satisfagan las
necesidades economicas del acreedor”7. En cuanto al interes que tiene el
acreedor, vital en toda obligacion, podra reconocerse un valor que sobrepase
el carácter patrimonial, es decir, se inclina por comprender el interes de modo
amplio, pudiendo atribuirle naturaleza ideal, moral o afectiva, ello ocasión que
se reconozca como unico limite para el interes su seriedad, licitud y dignidad
de proteccion juridica.

Esta doctrina se limitara a conferir un mero carácter orientador a los


antecedentes brindados por el Derecho Romano sobre esta materia, a
diferencia de las dos doctrinas anteriormente expuestas arraigadas a econtrar
la correcta interpretacion sobre los pasajes del digesto. A pesar de ello, no
debemos renegar la gran herencia jurisprudencial que influye directamente
sobre nuestro derecho, que según el catedratico italiano Roberto De Ruggiero,
7
Carmen dominguez, 186
la nocion juridica de obligacion que conserva el derecho moderno “no difiere
en sus lineas generales de la tan admirable construida por los jurisconsultos
romanos”8.

quien se encargara de dividir el problema entre el contenido de la prestacion misma, y el


interes del acreedor.

Doctrinas intermedias.

didi

Donde se distingue entre la prestacion misma [que siempre debe ser pecuniaria] y el interes
del acreedor [puede ser solo afectivo, moral, estetico]. Ej. Persona quiere comprar un
cuadro de un pintor famoso, el interes del acreedor es meramente estetico, sin embargo, la
prestacion tendra valor economico. El codigo civil Italiano es su articulo 1174 distingue
estos dos conceptos.

[Silva] Murillo plantea el doble problema:

 la patrimonialidad de la prestacion, la mayoria de la doctrina acepta que toda


prestacion es susceptible de tener un valor pecuniario; este sentido pecuniario se
tiene
 la patrimonialidad del interes del acreedor. El receptor de del servicio, paga un
dinero a cambio de algo no material, estara interesado en el cumplimiento de la
prestacion sobre la que recae el interes no pecuniario, independiente de su resultado.
Esta dispuesto a pagar una suma de dinero por adquirir unos conocimientos o lograr
un estado fisico saludable; se trata de cuantificar en dinero algo que en principio no
es cuantificable economicamente. Se estara valorando lo que podria llegar a costar
un estado que nada tiene que ver con el dinero pues podria llegar a valorarse hasta el
infinito.

[] Es merito de la doctrina italiana [SCIALOJA] haber consagrado legislativamente la


diferenciacion entre contenido patrimonial de la prestacion e interes, al estipular en su
articulo 1174. Ello desato polemica sobre lo que debe entenderse por contenido patrimonial
de la prestacion. Para clarificar esta discusion, contrubuyo la propia relazione del codigo en
su numeral 557, cuando textualmente afirmo “la posibilidad de valuacion economica no se
obtiene solamente de la prestcion tiene un instrinseco valor patrimonial, sino tambien
8
De ruggiero. Pág 7.
cuando lo recibe de reflejo, de la naturaleza de la contraprestacion, o bien de una valoracion
hecha por las partes, como en el caso en que se conviene una clausula penal”. En palabras
de bianca se admite que la patrimonialidad, según la interpretacion dominante, pueda ser
objetiva o subjetiva, es decir, la prestacion puede tener un valor de cambio objetivamente
verificable o puede tener un valor economico atribuible solo por las partes. Tambien en tal
caso la prestacion es susceptible de valuacion econmica si las partes han acordado
atribuirle un valor patrimonial.

Giorgianni, confunde dos ordenes de problemas distintos: el de la patrimonialidad de la


prestacion y el de juridicidad del interés.

Para que la prestacion se estime patrimonial no es necesario que por si sola aisladamente
considerada tenga ese carácter.

porque un simple interes moral o de afeccion no podria dar base para condenar al deudor a
una idemnizacion de perjuicios, puesto que esta representa el interes que el acreedor tiene
en la prestacion. Si este interes no es valuable en dinero, tampoco puede serlo la
indemnizacion de perjuicios.

Derecho de las obligaciones Eduardo Court

La corriente doctrinaria clasica no consideraria que los deberes personales del derecho de
familia, no valuables en dinero, que se caracterizan por el elemento moral que va inserto en
ellos, no constituirian estrictamente obligaciones, sino simplemente deberes.

El interes va a tener un valor patrimonial cuando su objeto se atribuya a un beneficio


significativo para el patrimobnio de una persona dependiente de un hecho determinado.

no implicando una necesidad de que esta tenga directamente un valor pecuniario, si exista
la posibilidad de establecerse dicha suma, sobre todo para aquellos casos de un eventual
incumplimiento de una prestacion, es decir, que quepa una

Comprendemos que la patrimonialidad no supone la posesion de un valor exacto en dinero,

[] Es comun para la doctrinacomparada contemporanea, ubicar el concepto de obligacion


dentro del mayor concepto de deber juridico, pero con notas particulares que le brindan una
identidad propia. La patrimonialidad de la prestacion es una nota caracteristica que le da un
margen de autonomia a la obligacion en relacion a otro tipo de deberes juridicos.
Deberes juridicos

[Hernandez Gil] entendidos como aquellos que expresan la fuerza obligatoria de las normas
juridicas, las cuales no estan dirigidas a destinatarios especificos, sino a los integrantes de
la comunidad en su conjunto.

Obligaciones

[Hernandez Gil] entendidos como aquellos especificos deberes juridicos particulares


regulados por el derecho de obligaciones y que reconocer las singulares caracteristicas que
el orden juridico ha reservado para las mismas.

Se reconoce en la patrimonialidad como el elemento central que diferencia a la obligacion


de los restantes deberes juridicos particulares.

Patrimonialidad

[Antonio Silva] La patrimonialidad no supone que todo tenga que poseer un valor exacto en
dinero, sino que todo objeto que forma parte de la obligacion, por pertenecer a un
patrimonio, ha de reunir unos caracteres que,

Rene Abeliuk. Las obligaciones tomo I

La patrimonialidad de la prestacion.

Se ha discutido si el patrimonio es requisito de ella o puede ser objeto de una obligacion un


hecho no pecuniario, no avaluable en dinero. }

[Silva] Objeto de interes seran los derechos y bienes

Doctrina clasica, inspirada en roma [Pothier, Aubry, georgi, laurent, baudry].

La obligacion debe tener siempre un contenido estrictamente economico, y solo puede no


tenerlo por excepcion si es condicion o modo de una obligacion pecuniaria o va
acompañada de una pena para el caso de infraccion.

[Eduardo court] Debe presentar para el acreedor una ventaja pecuniaria, porque un simple
interes moral o de afeccion no podria dar base para condenar al deudor a una idemnizacion
de perjuicios, puesto que esta representa el interes que el acreedor tiene en la prestacion. Si
este interes no es valuable en dinero, tampoco puede serlo la indemnizacion de perjuicios.

Derecho de las obligaciones Eduardo Court

La corriente doctrinaria clasica no consideraria que los deberes personales del derecho de
familia, no valuables en dinero, que se caracterizan por el elemento moral que va inserto en
ellos, no constituirian estrictamente obligaciones, sino simplemente deberes.
Ej. Deber de fidelidad de los conyuges, deber de los hijos de respeto y obediencia a
sus padres.

[Alessandri] aducen que las obligaciones tradicionalmente forman parte del derecho
patrimonial que, por definicion, es el susceptible de valuacion pecuniaria, pues importa
hechos o servicios de valor economico. Por este carácter las obligaciones se diferencian de
otros deberes juridicos. La prestacion debe ser pecuniariamente valuable porque si asi no
fuera, la prestacion no pudiera apreciarse en dinero, faltaria la posibilidad de la ejecucion
forzosa sobre el patrimonio del deudor, en caso de que este no cumpliera, pues la
indemnizacion debe adecuarse a la prestacion no realizada, al daño resultante de la
inejecucion de la obligacion; si la prestacion no fuera patrimonial, no habria forma de
establecer esa equivalencia.

Para que la prestacion se estime patrimonial no es necesario que por si sola aisladamente
considerada tenga ese carácter.

Segunda doctrina

Frente a esta corriente, no tardará en surgir una doctrina que constraste esta inflexible
concepcion de exigencia patrimonial en la obligacion. El jurista Bernhard Windscheid sera
quien inicie la oposicion, que será recogida con mayor entusiasmo por el ilustre jurista
aleman Rudolf von Ihering.

Inicialmente, destruyen el sustento que habia desarrollado la doctrina clasica con respecto a
la aparente concepcion patrimonial de la prestacion en el derecho romano. Estos autores
vendran a proponer que una correcta interpretacion de los presupuestos estableceria que los
pasajes del Digesto estaban buscando dar respuesta a situaciones particulares y no la
formulacion de reglas o principios generales como anteriormente se habia determinado.

Desde esta disposición, se desarrolla un segundo argumento que vendria a sostener que el
mismo derecho romano no era indiferente a los intereses extrapatrimoniales, en torno a ello,
Ihering llego a concluir que el patrimonio para dicho derecho no era el unico bien que se
buscaba proteger, “a la idea de que en la vida humana la nocion de valor no considte solo
en el dinero, sino que, por el contrario, fuera del dinero hay otros bienes a los cuales el
hombre civilizado concede un valor que quiere sea protegido por el Derecho”[IHERING,
CARMEN]. Concluyentemente, se reconoce en la doctrina clasica una carencia de
fundamentos historicos, justicia y logica juridica.

La reaccion de Ihering que concierne al Derecho moderno, se desarrollara principalmente


en su obra “del interes de los contratos”, alli se formula que para la existencia de la
obligacion bastaria con un interes del acreedor, aunque este no fuese de carcater
patrimonial, sosteniendose en la idea de que para nuestro derecho al igual que el romano,
no se ampara unicamente los intereses materiales, sino tambien a los morales que una
persona pueda contener.9

Windscheid, vendra a sostener que el principio que reconoce que todo credito que
corresponda a un interes legitimo, según la apreciacion del juez, tiene que ser reconocido,
aunque la prestacion no tenga un contenido pecuniario para el acreedor. Encuentra
justificacion este principio en las mayores libertades que se le reconocen al juez moderno a
diferencia del romano, en cuanto no esta obligado a la condena pecuniaria y posee plenas
facultades para obtener la ejecucion de la sentencia, su limite estara constituido
simplemente por la existencia de un interes legitimo, que no contravendria el supuesto de
interes extrapatrimonial.

Ante este argumento, Ihering reflexiona sobre la confortable posicion en la que se


encuentra el juez conforme a la regla que sustenta la pecuniaridad en la obligacion,
liberandolo de su obligacion de indagar los limites de la proteccion de intereses puramente
personales, señalando finalmente que “una cosa es el interes del juez y otro el de la vida y
se transtornan las relaciones naturales de las cosas cuando se subordina este ultimo al
primero”.

Al desarrollar el analisis sobre la relacion obligatoria, los autores señalan que las exigencias
de la pecuniariedad no guardan relacion con la prestacion, ya que esta desde siempre ha
consistido en una conducta del deudor que se traducira en un dar, hacer o no hacer una
obligacion, el carácter de pecuniariedad no afectara sino a un elemento singural, referente a
la responsabilidad, considerando que el unico aspecto decisivo es que por medio del
vinculo se trate de satisfacer un interes serio y licito.

En el codigo civil aleman en su §241 no exige el valor pecuniario, en una formula que
permitie comprender tanto a las obligaciones pecuniarias como las no pecuniarias, según
los comentarios posteriores sobre la redaccion del codigo, fue una decision deliberada el
excluir dicho requisito, por lo que nos permitiria concluir que se estaria adscribiendo a esta
teoria.

[Alessandri] En el analisis de la relacion obligatoria, los criticos han observado que las
exigencias de la pecuniariedad no tiene que ver con la prestacion, porque esta desde
siempre ha consistido en una conducta del deudor que se traduce en un dar, hacer, no hacer
9
alguna obligacion que de la prestacion, porque ese carácter no afecta sino a aquella en uno
de sus elementos, el de la responsabilidad.

Lo unico decisivo es que mediante ese vinculo juridico se trate de satisfacer un interes serio
y licito. El derecho civil esta destinado a amparar todos los valores utiles a la vida privada
del hombre no solo los patrimoniales.

Hay otras formas de sancion por incumplimiento y que la indemnizacion no solo es


reparadadora, tambien puede ser compensatoria o satisfactoria. Si la prestacion no es
valuable en dinero y no puede cumplirse forzosamente en forma especifica, la
indeminizacion no sera un equivalente de la prestacion no cumplida, sino una satisfaccion
supletoria de la misma, no reparara el daño del incumplimiento, pero lo compensara.

[Eduardo court] la patrimonialidad no seria un requisito de la prestacion. Para que exista


una obligacion basta un interes del acreedor aunque no sea patrimonial, porque el derecho
tambien protege los intereses morales de la persona.

[Rene Abeliuk] Reacciono principalmente el jurista aleman Ihering en su obra del interes
en los contratos y de la supuesta necesidad del valor patrimonial de las prestaciones
obligatorias, considera que para que exista obligacion basta un interes del acreedor, aunque
no sea de carácter patrimonial, porque el derecho no ampara solo los intereses materiales,
sino tambien los morales de una persona.

Ej. una persona enferma da en arrendamiento una de las piezas de su casa a otra
imponiendoles la obligacion de no hacer ruidos. Indirectamente aun esta obligacion tiene su

nota pecuniaria, porque semenjante condicion ha debido influir en la renta del arriendo
fijada por las partes.

En cuanto a la sancion por incumplimiento esta doctrina lleva necesariamente a la


indemnizacion por daño moral.

[carmen] Windscheid inicia el movimiento de oposicion al dogma de la patrimonialidad y


continuara con tal reaccion ihering, acompañado con otros

Doctrinas intermedias.

Donde se distingue entre la prestacion misma [que siempre debe ser pecuniaria] y el interes
del acreedor [puede ser solo afectivo, moral, estetico]. Ej. Persona quiere comprar un
cuadro de un pintor famoso, el interes del acreedor es meramente estetico, sin embargo, la
prestacion tendra valor economico. El codigo civil Italiano es su articulo 1174 distingue
estos dos conceptos.
[Silva] Murillo plantea el doble problema:

 la patrimonialidad de la prestacion, la mayoria de la doctrina acepta que toda


prestacion es susceptible de tener un valor pecuniario; este sentido pecuniario se
tiene
 la patrimonialidad del interes del acreedor. El receptor de del servicio, paga un
dinero a cambio de algo no material, estara interesado en el cumplimiento de la
prestacion sobre la que recae el interes no pecuniario, independiente de su resultado.
Esta dispuesto a pagar una suma de dinero por adquirir unos conocimientos o lograr
un estado fisico saludable; se trata de cuantificar en dinero algo que en principio no
es cuantificable economicamente. Se estara valorando lo que podria llegar a costar
un estado que nada tiene que ver con el dinero pues podria llegar a valorarse hasta el
infinito.

[] Es merito de la doctrina italiana [SCIALOJA] haber consagrado legislativamente la


diferenciacion entre contenido patrimonial de la prestacion e interes, al estipular en su
articulo 1174. Ello desato polemica sobre lo que debe entenderse por contenido patrimonial
de la prestacion. Para clarificar esta discusion, contrubuyo la propia relazione del codigo en
su numeral 557, cuando textualmente afirmo “la posibilidad de valuacion economica no se
obtiene solamente de la prestcion tiene un instrinseco valor patrimonial, sino tambien
cuando lo recibe de reflejo, de la naturaleza de la contraprestacion, o bien de una valoracion
hecha por las partes, como en el caso en que se conviene una clausula penal”. En palabras
de bianca se admite que la patrimonialidad, según la interpretacion dominante, pueda ser
objetiva o subjetiva, es decir, la prestacion puede tener un valor de cambio objetivamente
verificable o puede tener un valor economico atribuible solo por las partes. Tambien en tal
caso la prestacion es susceptible de valuacion econmica si las partes han acordado
atribuirle un valor patrimonial.

Giorgianni, confunde dos ordenes de problemas distintos: el de la patrimonialidad de la


prestacion y el de juridicidad del interés.

Situacion de la legislacion

El codigo aleman en su articulo 241, no exige el valor pecuniario y según los comentarios
la redaccion fue deliberada para excluir este requisito.

El codigo civil italiano de 1942, señala que la obligacion debe tener valoracion economica,
aunque el interes del acreedor no tenga ese carácter.

El codigo civil chileno no define la obligacion y no exige que la prestacion tenga carácter
economico que corresponda a un interes patrimonial del acreedor. Se deduce que toda
relacion juridica que tiende a satisfacer el interes individual de una de las partes mediante
una prestacion de la otra, constituye obligacion, sea que la prestacion tenga valor
economico, o simplemente moral.

Las normas chilenas sobre la indemnizacion toman en cuenta el perjuicio pecuniario y las
obligaciones sin contenido economicos, si se infringen, no pueden producir esta clase de
perjuicios [ni dar indemnizacion].

El legislador chileno no excluyo a las obligaciones sin carácter patrimonial, sin embargo,
solo regulo los efectos del incumplimiento de las obligaciones que producen perjuicios
pecuniarios, de alli se infiere que dejo los principios de equidad como la sancion que se
adaptara a cada caso en que la prestacion no tenga carácter patrimonial. Si una prestacion
no puede cumplirse en especie ni por su naturaleza indemnizarse monetariamente, viene a
reparar la compensacion [daño moral, la indeminizacion es aceptada por la jurisprudencia
chilena en los casos de delitos y cuasidelitos. En el campo contractual, algunos fallos
tambien tienden a este carácter.

El codigo japones de 1896 llego a disponer que la prestacion pueda tener carácter no
patrimonial [Articulo 399]

Daño Moral

[Carmen Dominguez] concibe el daño moral del modo mas amplio posible, incluyendo
todo el daño a la persona en si misma [fisica o psiquica] como todo atentado contra sus
intereses extrapatrimoniales. Comprende pues el daño moral, todo menoscabo del cuerpo
humano, considerado como un valor en si y con independencia de sus alcances
patrimoniales. Estara constituido por el menoscabo de un bien no patrimonial que irroga
una lesion a un interes moral por una que se encontraba obligada a respetarlo

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