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SYLVIA MOLLOY:

SENTIMENTALIDAD
Y GÉNERO
Lisa, Isa y Paula
AMADO NERVO
Proponía una “propedéutica espiritual”
(lecciones de vida)
Exceso sentimental
Nervo escribe para cierta
configuración de lo femenino
Dis-función del género, Nervo recurre a
la autofiguración histérica, o mejor
neurasténica (atendiendo al prejuicio
cultural que reserva el primer término
únicamente para las mujeres)
Se autofigura como el débil, el enfermo,
el enclenque.
“PERPETUA SOMBRA ANIDA
EN [SU] CEREBRO”
Cuestiona subjetividades masculinas
estereotipadas (menos crítica y más emotiva)
Quiere que se le compadezca, que se sienta con
él, que se llore con él.
Patetismo confesional y situacional.
Abundan descripciones físicas y de gestualidad
de Nervo (lo íntimo de su cuerpo es objeto
vulnerable y de deseo para las mujeres).
UN POEMA RECITABLE
Para Nervo, era signo de excelencia de un poema el que fuera
recitable; importancia del performance
Abundan los diminutivos en su poesía lo que tiene que ver con
el patetismo y lo insignificante sentimentalizado.
“Cursi”, la proyección del patetismo puede ser confesional (yo
lírico) como situacional (anecdótico), culmina en el melodrama
--> teatralidad
Nervo siempre se le asocia con lo femenino. Con base en la
emoción, la sensibilidad y delicadeza (amenazada por el
desorden).
En esta época, la nueva mujer, el homosexual; cuestionar
binarios o heteronormatividades hacían entrar en crisis al
concepto femenino.
LO FEMENINO COMO
CATEGORÍA DESHABITADA

La mujer es, ante todo, carencia de


mujer.
La condición para amarla está en su
ausencia, su alejamiento, su silencio o
muerte.
La mujer es amada en la muerte pero, en
vida, se le escamotea.
La construcción de la mujer como vacío
Fetichismo, elementos que se repiten (ej.
cabello) y asegura la no clausura del
duelo, la perenne melancolía
“ADORABLE COMPAÑERITA DE MI VIDA”
Se articulan actitudes y conductas no
habitualmente conectadas con el amor
heterosexual
Relación secreta, escondida, el disimulo como
fuente de placer, se vive con culpa
No se puede mostrar en el espacio público
habitual por temor; se desplaza hacia la periferia
de lo extranjero donde se goza como venganza
¿Por qué recurre Nervo a la retórica del “amor
que no osa decir su nombre” para hablar de la
mujer?
Una suerte de clóset en que se efectúan curiosas
operaciones de género.
EL ESPACIO
CLAUSTRAL
Nervo, observa Manuel Durán, convierte a la mujer en
“puente para llegar a todo lo demás”.
El necesario escamoteo de la mujer se resuelve en dos
maneras:
1) La muerte (pérdida y patetismo)
2) El espacio claustral como lugar de represión (deseo)
Temática de la vocación religiosa y el consiguiente
encierro. Lo claustral es siempre espacio signado por lo
femenino.
Sujeto masculino entra a un espacio religioso femenino
(no para poseer a la mujer, sino para asociarse con ella,
afeminándose).
La búsqueda de una identidad y deseo
SENTIMENTAL POR masculino (orientado al cuerpo y
ASOCIACIÓN: LO FRATERNO símbolo del hombre) signada por
emociones o marcas físicas
Molloy aclara que Nervo, al afeminarse, estereotipadas como femeninas
no es que busque ser mujer, sino Nervo predica lo femenino desde la
asociarse a ello para adherirse a una ausencia, mientras que lo masculino
especie de comunidad sorora. significa presencia y plenitud.
Construcción de lo femenino de la época Lectura de Nervo desde su obra “El
Sentimental fraternidad de hombres Bachiller”: la escisión de una
Se acerca a lo “femenino masculinidad genitalizada se traduce en
sentimentalizado”: “aquello que nosotros una sentimentalidad que, al no respetar
los hombres amamos llamar lo femenino los ideales tradicionales del género,
y que le suele faltar a las mujeres” (Hugo resulta en un gesto liberador.
van Hofmannsthal)

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