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No son tratamientos médicos, sino que son acciones de emergencia para reducir los efectos de
un riesgo y estabilizar el estado del accidentado hasta la llegada de ayuda experta.
Ante una situación de emergencia inmediata con riesgo vital, está demostrado que la resolución
del caso depende, en gran medida, de la primera respuesta que se dé. Por tanto, son las personas
más próximas las que deben actuar primero.
Los objetivos generales de los primeros auxilios son: evitar la muerte, impedir que se agrave la
lesión, aliviar el dolor, evitar infecciones o lesiones secundarias y ayudar o facilitar la
recuperación.
Proteger
Se entiende por proteger, no agravar más la situación. Antes de llevar a cabo cualquier acción,
hay que hacer una valoración del entorno, a fin de detectar posibles riesgos que puedan poner en
peligro al accidentado o a terceros.
Avisar
Avisar corresponde a contactar con los servicios de emergencias, por ejemplo, llamando al 112,
teléfono único de emergencias de uso en el ámbito de toda la Comunidad Europea. Este es
gratuito y es de gran utilidad ante cualquier tipo de emergencias.
Al llamar, hay que informar correctamente de lo ocurrido (Cruz Roja Española, 2016):
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● describir la impresión general de las víctimas, por ejemplo, el número de afectados, el tipo de
lesiones, los síntomas, las características especiales como enfermedades previas o las
discapacidades;
● expresar las particularidades específicas del accidente, como el riesgo de incendio, el acceso
difícil, las mercancías peligrosas, etc.
El aviso puede darlo cualquier persona, no siendo preciso que lo dé quien presta la ayuda
sanitaria. Asimismo, no se debe colgar el teléfono hasta que lo indiquen los servicios de
emergencia.
Socorrer
A continuación, hay que determinar las posibles lesiones que presenta el afectado, con el fin de
establecer las prioridades de actuación y las precauciones que hay que tomar para no empeorar la
situación.
Acto seguido, se deben evitar actuaciones inoportunas, sin tener la seguridad de mejorar la
situación de salud o seguridad de la víctima.
También hay que tener en cuenta que no se debe desplazar ni mover a las víctimas
innecesariamente. Otra cuestión importante es evitar la pérdida de calor corporal, abrigando a la
víctima.
Dentro de las caídas y golpes, las lesiones más habituales son las contusiones, las lesiones
articulares, como esguinces o luxaciones o, incluso, la fractura de algún hueso.
Como pauta general, tras una caída, si la víctima manifiesta un dolor acusado en una zona
concreta y se observa una deformidad en la misma, no se debe forzar a que se mueva o se ponga
de pie, si no puede hacerlo por sí misma.
Por tanto, hay que mantener en reposo la zona afectada, sin moverla, y aplicar frío localmente
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para calmar el dolor. Dependiendo de la intensidad de este, se debe considerar alertar y pedir
ayuda a las instituciones de emergencia.
Si tras un golpe en la cabeza, la persona sangra por el oído, tiene vómitos o pierde el
conocimiento, se debe llamar inmediatamente al 112.
15.2.2. Heridas
Una herida puede definirse, según la farmacéutica Estilita Esteva (2006), como “una pérdida de
la integridad de los tejidos blandos, producida por agentes externos, como un cuchillo, o por
agentes internos, como un hueso fracturado”.
Se debe diferenciar entre heridas leves y graves. La persona que socorre debe reconocerlas para
poder actuar adecuadamente. Las heridas leves suelen ser pequeños cortes superficiales que no
están infectados y, por tanto, no precisan asistencia sanitaria. Para curarlas, el monitor de
musculación y fitness, debe seguir el siguiente tratamiento (Unión de Mutuas, 2019):
Las heridas graves, por el contrario, son profundas y sí requieren de asistencia profesional
urgente. El entrenador debe seguir las siguientes indicaciones y en el siguiente orden:
15.2.3. Hemorragias
Según la RAE (2021), una hemorragia es un “flujo de sangre por rotura de vasos sanguíneos”. La
pérdida de sangre alarma mucho, por eso, es importante mantener la calma y tranquilizar a la
persona herida.
A la hora de proceder a la cura, se deben aplicar las siguientes medidas (Cruz Roja Española,
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2016):
1. sentar a la persona afectada en una silla o tumbarla en el suelo, dado que puede
desvanecerse y una caída podría causar nuevas lesiones;
2. cubrir la herida con gasas o con un paño limpio, y comprimir sobre la misma durante 10
minutos;
3. utilizar un vendaje compresivo y, aunque este se empape de sangre, no debe retirarse, se
colocará uno nuevo encima y se continuará apretando;
4. pedir ayuda médica o acudir a un servicio de urgencias si continúa saliendo sangre.
15.2.4. Quemaduras
Las quemaduras son un tipo de lesión que afectan a los tejidos del organismo tras entrar en
contacto con una fuente de calor intenso, con productos químicos, con la electricidad o por
exposición de radiadores.
Estas lesiones son uno de los accidentes más habituales, a veces de importante gravedad,
pudiendo provocar incapacidad funcional. Se calcula que en torno al 85 % podrían evitarse, ya que
generalmente se deben a descuidos domésticos.
Las quemaduras térmicas más comunes en adultos son aquellas ocasionadas por fuego (40-45 %),
mientras que en los niños son las provocadas por líquidos calientes.
Las normas de actuación ante una quemadura deben ser las siguientes (Cruz Roja Española,
2016):
Desde Unión de Mutuas (2019) definen los accidentes eléctricos como aquellos “producidos por
el paso de la corriente a través del cuerpo. Estos pueden provocar graves lesiones, dependiendo
de la intensidad de la corriente, la duración de la descarga y su recorrido por el organismo”.
Los pasos a seguir ante un accidente eléctrico deben ser los siguientes:
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Por el contrario, el monitor no debe seguir los siguientes pasos:
● emplear agua para la extinción de un fuego producido por una causa eléctrica;
● tocar a la persona afectada mientras siga en contacto con la corriente eléctrica.
En este estadio, toma relevancia la reanimación cardiopulmonar o RCP, que posibilita evitar la
muerte de la persona a través de una serie de acciones. Esta se explica más detalladamente en el
siguiente subapartado.
Para ello, se debe hacer llegar oxígeno a los pulmones de la persona afectada, logrando, mediante
un masaje cardíaco y realizando la ventilación pulmonar, que desde el corazón se bombee sangre.
A continuación, se detallan los pasos a seguir, en el siguiente orden (Cruz Roja Española, 2016):
1. Asegurar el lugar de los hechos, eliminando los peligros, tanto para la víctima como para el
resto de las personas que allí se encuentren.
2. Comprobar el estado de consciencia de la víctima. Para ello, hay que arrodillarse a la altura
de los hombros de la víctima y sacudirlos con suavidad, acercarse a la cara y preguntarle en
voz alta si se encuentra bien.
3. Si responde, hay que dejarla en la posición en que se encuentra e ir poniendo solución a los
problemas que se vayan detectando.
4. Si no responde, se debe pedir ayuda sin abandonar a la víctima y colocarla en posición de
reanimación: boca arriba con brazos y piernas alienados sobre una superficie rígida y con el
tórax al descubierto.
5. Acto seguido se deben abrir las vías aéreas, colocando una mano sobre la frente y con la otra
tirando el mentón hacia arriba, para evitar que la lengua impida el paso del aire a los
pulmones.
6. Comprobar si la víctima respira con normalidad, manteniendo la vía aérea abierta (ver, oír,
sentir durante no más de 10 segundos).
7. Si respira normalmente, colocarla en posición lateral de seguridad (PLS), llamar a las
instituciones sanitarias o buscar ayuda y comprobar periódicamente que siga respirando.
8. Si no respira con normalidad, pedir ayuda a las instituciones sanitarias, e iniciar 30
compresiones torácicas en el centro del pecho.
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9. Realizar dos insuflaciones con la vía aérea abierta (frente-mentón) y la nariz tapada. Si el aire
no pasa en la primera insuflación, hay que asegurarse de estar haciendo bien la maniobra y
realizar la segunda insuflación, entre o no entre aire.
10. Alternar compresiones-insuflaciones en una secuencia 30:2 (30 compresiones y 2
insuflaciones), a un ritmo de 100 compresiones por minuto.
11. No interrumpir hasta que la víctima inicie la respiración de forma espontánea o llegue ayuda
especializada.
15.4. VENDAJES
Un vendaje es el resultado que se obtiene al envolver o sujetar, con una tira o gasa, una parte del
cuerpo. Una venda es todo tipo de tira de gasa o de otro material, que se utiliza para fijar férulas,
comprimir, sujetar apósitos o cubrir una zona del cuerpo. Pueden ser: elásticas y no elásticas,
adhesivas y no adhesivas.
15.5. BOTIQUÍN
El botiquín de primeros auxilios debe estar instalado en un lugar accesible y conocido, y debe ser
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una caja hermética que sea fácil de transportar.
En ningún caso se debe colocar en baños o en cocinas, dado que los primeros aportan humedad y,
los segundos, calor. Asimismo, todos los elementos u objetos que se encuentren dentro del
botiquín deben estar perfectamente empaquetados y marcados.
15.5.1. Contenido
Su contenido debe permitir hacer frente a aquellas situaciones que se pueden presentar con
frecuencia, siendo recomendable que contenga los siguientes elementos: material de
autoprotección, de hemostasia, de curas y para protección.
Material de autoprotección
Material de hemostasia
El material de hemostasia es aquel que cuenta con varias vendas hemostáticas, de diferentes
tamaños para poder cubrir cualquier tipo de herida. Estas se emplearán para controlar las
hemorragias que padezca la víctima.
Material de curas
RESUMEN
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● Los primeros auxilios son aquellas medidas o actuaciones que realiza un individuo en el
mismo lugar donde ocurre un accidente hasta la llegada del personal especializado.
● La secuencia de actuaciones ante las situaciones de emergencia que precisen nuestra
intervención será lo que se conoce como conducta PAS, que se corresponde con las siglas:
proteger, avisar y socorrer.
● Entre los accidentes más frecuentes encontramos: caídas y golpes, heridas, hemorragias,
quemaduras y accidentes eléctricos.
● Una parada cardiorrespiratoria (PCR) es la interrupción súbita y potencialmente reversible de
la circulación y de la respiración.
● La reanimación cardiopulmonar (RCP) es un conjunto de maniobras que pueden evitar que se
produzca el fallecimiento de la víctima. Por tanto, el objetivo de la RCP es evitar la muerte por
lesión irreversible de los órganos vitales, especialmente del cerebro y del corazón.
● Las funciones más importantes de un vendaje son sostener, descargar, estabilizar y
comprimir.
● Un botiquín de primeros auxilios debe contener los siguientes elementos: material de
autoprotección, de hemostasia, de curas y para protección.
AUTOEVALUACIÓN
Contesta las siguientes preguntas y practica las bases teóricas de este capítulo. No olvides
analizar y responder de acuerdo a lo que entendiste.
SOLUCIONARIO
1. ¿Qué es la conducta PAS?
Ante situaciones de emergencia, se debe intervenir con lo que se conoce como conducta PAS
(proteger, avisar y socorrer):
● Proteger. Antes de llevar a cabo cualquier acción, hay que hacer una valoración del entorno,
para evitar otros riesgos.
● Avisar. Llamar al teléfono 112 de emergencia e informar correctamente de lo ocurrido.
● Socorrer. Tranquilizar a la víctima, determinar las posibles lesiones que presente para
priorizar y tomar las precauciones adecuadas.
Entre los accidentes más frecuentes encontramos: caídas y golpes (contusiones, lesiones
articulares, como esguinces o luxaciones, o fractura de algún hueso), heridas (leves o graves),
hemorragias y quemaduras.
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3. ¿En qué consiste la reanimación cardiopulmonar (RCP)?
Para ello, se debe hacer llegar oxígeno a los pulmones de la persona afectada, logrando, mediante
un masaje cardíaco y realizando la ventilación pulmonar, que desde el corazón se bombee sangre.
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