Está en la página 1de 5

IUSLabor 1/2024

RESEÑA DE “ALGORITMOS PRODUCTIVOS Y EXTRACTIVOS. CÓMO


REGULAR LA DIGITALIZACIÓN PARA MEJORAR EL EMPLEO E
INCENTIVAR LA INNOVACIÓN”

Olivia Blanchard
Investigadora y consultora independiente1

Abstract

En este trabajo se resume y reseña el libro de Adrián Todolí Signes titulado “Algoritmos
productivos y extractivos. Cómo regular la digitalización para mejorar el empleo e
incentivar la innovación” publicado por la editorial Arzandi (2023).

This article summarises and reviews the book “Algoritmos productivos y extractivos.
Cómo regular la digitalización para mejorar el empleo e incentivar la innovación”
published by Arzandi (2023).

Title: Review of “Algoritmos productivos y extractives. Cómo regular la digitalización


para mejorar el empleo e incentivar la innovación”

Palabras Clave: algoritmos, regulación, dirección algorítmica, derechos laborales,


innovación.
Keywords: algorithms, regulation, algorithmic management, workers’ rights, innovation

IUSLabor 1/2024, ISSN 1699-2938, p. 215-219


DOI. 10.31009/IUSLabor.2024.i01.09

Fecha envío: 5.2.2024 | Fecha aceptación: 5.3.2024 | Fecha publicación: 13.3.2024

Sumario

1. Introducción
2. Estructura y contenido de la obra
3. Valoración

1
Oliviablanchard@gmail.com

215
IUSLabor 1/2024 Olivia Blanchard

1. Introducción

El debate sobre el futuro del trabajo con frecuencia suscita imágenes futuristas de robots
humanoides que desplazan a los trabajadores dejándolos sin trabajo. Con su obra
“Algoritmos productivos y extractivos. Cómo regular la digitalización para mejorar el
empleo e incentivar la innovación”, Adrián Todolí nos ayuda a discernir lo que realmente
está en juego: los algoritmos no nos quitarán el trabajo, pero sí nos pueden quitar el poder
de negociación, la salud y el salario.

En el contexto actual de acelerado desarrollo tecnológico, es imprescindible entender en


profundidad la manera en que las empresas usan los sistemas algorítmicos para dirigir y
gestionar el trabajo y cómo esto impacta en los trabajadores y en las relaciones laborales.
Tal y como argumenta el autor a lo largo del texto, no se ha de esperar a que llegue el
futuro. El Derecho del Trabajo tiene ahora ya un importante papel a jugar en la creación
de nuevas normas específicas que desincentiven el uso de tecnologías extractivas para así
promover la innovación, proteger los derechos de los trabajadores y evitar una mayor
desigualdad social.

2. Estructura y contenido de la obra

El libro de 220 páginas cuenta con ocho capítulos, incluidos la introducción y conclusión.
Tras situar el tema en su contexto histórico y definir el marco conceptual en el primer y
segundo capítulo, el resto del libro analiza los múltiples retos que surgen del uso de la
dirección algorítmica y propone iniciativas regulatorias para asegurar la protección de los
derechos de los trabajadores.

El primer capítulo [“Introducción”] sitúa el contexto actual en relación con las olas
tecnológicas anteriores. Que el desarrollo tecnológico reduzca el poder de negociación de
los trabajadores no es nuevo. Lo que es nuevo es que desde los años 80, el incremento en
productividad derivado de la innovación tecnológica no se ve reflejado en mejoras
salariales si no en mayores desigualdades. Esto tiene múltiples causas, siendo la más
reciente el uso de la dirección algorítmica. A menos que se regule para evitarlo, la
dirección algorítmica contribuye a esta “gran divergencia” entre productividad y salarios
a gran escala. Mediante la recopilación y procesamiento de grandes cantidades de datos
sobre los trabajadores, las empresas se encuentran en mucha mejor posición negociadora
para reducir los salarios y quedarse la mayoría de la riqueza creada.

En el segundo capítulo [“Dirección algorítmica”] el autor asienta las bases conceptuales


del ensayo y define los términos “algoritmo” y “dirección algorítmica”. A continuación,
distingue las diferentes formas de dirección algorítmica según el nivel de intervención

216
IUSLabor 1/2024 Olivia Blanchard

humana (si interviene o no un humano, en qué momento y cómo), y según el uso que se
haga de los sistemas algorítmicos (para la selección de personal, gestión del trabajo,
control y vigilancia; y/o para reducir el poder de negociación de los trabajadores).

Como se explica en el tercer capítulo [“Discriminación algorítmica”], gracias a los


algoritmos, big data y la inteligencia artificial, se abarata el coste de recopilar y procesar
información, lo que a su vez facilita la toma de decisiones (automatizadas) basadas en
dicha información. Y en este proceso se generan riesgos de discriminación, porque el
sistema toma decisiones erróneas o porque la razón por la que toma cierta decisión esté
basada en una causa discriminatoria prohibida por la ley. Como se expone en este
capítulo, si bien la legislación actual otorga un marco jurídico suficiente para proteger, en
teoría, los derechos de los trabajadores, el problema principal es la efectividad en el
cumplimiento de esas normas. Aquí se ofrecen dos propuestas concretas: normativas que
hagan efectiva una verdadera gobernanza colectiva de los sistemas de dirección
algorítmica y las auditorías públicas de algoritmos.

El cuarto capítulo [“Haciendo algoritmos seguros para la salud de los trabajadores”] se


centra en las consecuencias derivadas de la sustitución de supervisores humanos por la
dirección algorítmica y gracias a la cual la empresa puede observar, monitorizar,
presionar y microgestionar a los trabajadores de forma continua mediante el envío de
mensajes y notificaciones. Como si de un látigo digital se tratara, los trabajadores están
sometidos a una intensificación del trabajo que incrementa los riesgos de accidentes
físicos, estrés psicológico y enfermedades a largo plazo. En la primera parte del capítulo
se clasifica los principales factores de riesgo en seis grandes grupos. En la segunda parte
se aboga por una Directiva específica de Seguridad y Salud en el Trabajo sobre la gestión
algorítmica y se detallan varias fórmulas para asegurar que la dirección algorítmica no
dañe a los trabajadores. El capítulo finaliza con una reflexión sobre como los algoritmos,
si se diseñan con el fin de proteger la salud del trabajador, pueden ayudar a mejorar la
prevención de accidentes laborales.

Uno de los argumentos transversales del libro es la necesidad de actualizar la regulación


y crear normativas específicas para proteger los derechos de los trabajadores ante los
riesgos provocados por un uso cada vez más generalizado de la dirección algorítmica. El
quinto capítulo [“Control y vigilancia: los efectos más allá de la privacidad”] pone el foco
en las limitaciones de la regulación actual en torno a los poderes empresariales de control
y vigilancia. Las nuevas tecnologías permiten a la empresa ir de un uso defensivo de la
vigilancia (comprobar que los trabajadores cumplen con sus obligaciones) a un uso
ofensivo (forzar un mayor incremento de intensidad del trabajo, reducir la autonomía y el
poder de negociación del trabajador). El autor argumenta que la normativa de protección
de datos genérica es insuficiente para proteger los derechos de los trabajadores en este

217
IUSLabor 1/2024 Olivia Blanchard

contexto de control tecnológico y es necesaria una regulación laboral específica sobre


privacidad, la protección de datos y los límites a la vigilancia y el control en el trabajo.

Pasamos entonces al siguiente capítulo, el sexto [“los algoritmos y el desmantelamiento


de la empresa vertical”], que contextualiza la gestión algorítmica en el marco de la
desintegración de la empresa vertical, un fenómeno caracterizado por la externalización
y subcontratación de múltiples funciones empresariales que empezó en los años 70 y que
ha sido facilitado por los desarrollos tecnológicos. Como ilustra este capítulo, la gestión
algorítmica permite a las empresas controlar al milímetro las acciones de empresas
externas, lo que facilitará la expansión del modelo de franquicias, de contratación externa
y las cadenas internacionales de suministros. Para reducir los efectos dañinos para la
economía y los trabajadores, la regulación no debe enfocarse en el objeto tecnológico (el
algoritmo) si no en su uso y los efectos del mismo, concretamente en su uso para reforzar
la externalización productiva y los efectos que esta tendrá para los trabajadores. Se
propone una normativa que permita a la empresa, con seguridad jurídica, dirigir el trabajo
de los trabajadores de terceras empresas, a cambio de extender las protecciones laborales
existentes a toda la red empresarial para que los trabajadores no pierdan derechos
mediante la externalización.

En el séptimo capítulo [“Los algoritmos te quitarán tu salario, no tu trabajo: la influencia


de la dirección algorítmica en la reducción del poder de negociación de los trabajadores”]
se profundiza en la relación entre el desarrollo tecnológico y la regulación de las
relaciones laborales. El autor hace hincapié en la necesidad de no tratar a todas las
tecnologías por igual y en distinguir entre aquella que es productiva, que es creadora de
valor social, y la que es extractiva. No toda automatización perjudica a los trabajadores.
Las tecnologías que permiten automatizar tareas repetitivas pueden acabar repercutiendo
positivamente en la sociedad. En este caso, la negociación colectiva es un elemento
fundamental para paliar los efectos negativos colaterales como el desempleo y la
disminución de salarios. Por el contrario, el uso que se hace de las tecnologías extractivas,
lleva a una deshumanización del trabajador y a la externalización de los costes (problemas
de salud, accidentes laborales) derivados del aumento de intensidad del trabajo. En el
contexto actual de desregulación laboral, la empresa tiene incentivos para invertir sobre
todo en el segundo tipo de tecnologías.

El autor concluye el libro y su análisis con el último capítulo [“Conclusión: poner fin a la
extracción”] afirmando que el uso extractivo de los algoritmos no está mejorando la
productividad de la economía, sino simplemente externalizando riesgos y costes sobre el
trabajador. Por lo tanto, los reguladores no deberían temer que por regular vayan a
impactar negativamente la productividad. Las regulaciones actuales como el RGPD o la
regulación de vigilancia electrónica de los trabajadores son insuficientes o inadecuadas

218
IUSLabor 1/2024 Olivia Blanchard

para poner límites a los “jefes” algorítmicos. En cambio, se necesitan nuevas medidas y
regulaciones específicas para retos como son la discriminación algorítmica, los riesgos
para la salud, y la disminución del poder de negociación de los trabajadores. La urgencia
es máxima: el futuro del trabajo y el bienestar de los trabajadores está en juego.

3. Valoración

Este libro es de gran valor tanto por el análisis que hace, como por las propuestas
regulatorias que propone, sobre el uso de la dirección algorítmica en el trabajo.

Desmonta el mito de que la regulación desincentiva la innovación, nos recuerda que la


tecnología y los algoritmos no son neutros y hace una distinción muy importante entre la
tecnología productiva o creadora de valor, y la tecnología extractiva. Como se ilustra a lo
largo del texto, los efectos de una y de otra son muy diferentes y distinguirlos es clave
para la regulación.

Este no es un tema que afecte a unos pocos trabajadores ni a un único sector. Al contrario.
Una de las grandes aportaciones del libro precisamente es que ilustra con múltiples
ejemplos prácticos como el uso de la dirección algorítmica se extiende a lo largo y ancho
del mercado laboral. Directa o indirectamente, nos interpela a todos.

Escrito con lenguaje muy accesible, es una lectura imprescindible para toda persona
dentro o fuera de la academia que quiera entender el uso de la dirección algorítmica en el
trabajo y sus consecuencias para los derechos de los trabajadores y la sociedad en general.

219

También podría gustarte