Los tiempos narrativos son un elemento esencial en cualquier narración, ya
que establecen el marco temporal en el que se desarrollan los eventos de la historia. Hay dos aspectos principales a considerar: Tiempo externo o histórico: Se refiere al momento o época en la que se sitúan los hechos narrados, como la Prehistoria, la Edad Media, la actualidad o incluso un futuro lejano. Tiempo interno: Incluye la duración, sucesión y orden de los eventos de ntro de la narración. Este puede ser lineal, con los eventos presentados en orden cronológico, o no lineal, con saltos temporales o flashbacks. Además, es importante distinguir entre el tiempo de la historia (el orden cronológico real de los eventos) y el tiempo del relato (el orden en que el narrador presenta los eventos). Por ejemplo, una historia puede comenzar en el presente y luego retroceder al pasado para explicar cómo se llegó a la situación actual. El uso de diferentes tiempos narrativos puede enriquecer una historia, añadiendo profundidad y complejidad a la trama y permitiendo al autor jugar con la percepción del tiempo del lector.