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RESPONSABLES DE NUESTRAS

OBLIGACIONES,

RESPONSABLES DE NUESTRAS OBLIGACIONES

Esdras 10:1-4.

INTRODUCCIÓN: Es normal y común tener obligaciones. Tenemos obligaciones


fiscales: pagamos impuestos. Tenemos obligaciones familiares: proveer para los gastos
necesarios. Tenemos obligaciones escolares, por ejemplo aquí en nuestro país, estudiar la
primaria, secundaria y preparatoria es obligatorio. Tenemos obligaciones militares: Todos
los varones al cumplir 18 años de edad participamos del servicio militar. Pero también
tenemos obligaciones para con Dios lo cual no debemos tomarlo con extrañeza porque hay
muy buenas razones para estar obligados ante El. Me gusta la respuesta a la pregunta
número 3 del Catecismo menor de Westminster que dice: “¿Qué es lo que principalmente
nos enseña las Sagradas Escrituras? Lo que principalmente enseñan las Escrituras es lo
que el hombre ha de creer respecto a Dios y los deberes que Dios impone al hombre”.
Dios tiene el derecho de imponer al ser humano deberes u obligaciones, especialmente
cuando una persona es llamada por Dios al cumplimiento de una función especial. Sin
embargo vivimos tiempo cuando nos gusta evitar comprometernos o sentirnos obligados
aun cuando se trata de obligaciones para con Dios. ¿No es así? Me parece que la condición
estancada de muchas iglesias es por la falta de compromiso o sentido de responsabilidad o
de obligación de sus miembros para con Dios.

Nuestro texto, evidentemente tiene un tema principal que trata de la vida desobediente ante
Dios que una gran parte de los judíos de Jerusalén habían tenido con relación al matrimonio
con gentiles que no les era permitido. Pero en este mensaje no hablaré sobre ese tema
principal sino sobre un tema secundario del mismo pasaje, prestando una especial atención
a la devoción de Esdras y a las palabras de un hombre llamado Secanías quien en
representación del pueblo arrepentido de su estilo de vida se acerca a dialogar con Esdras.
Sus palabras las tenemos registradas en los vv. 2-4, pero quiero prestar una especial
atención al v. 4 donde le dice a Esdras: “Levántate, porque esta es tu obligación, y
nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra” (v. 4). Como un dato que
nos ofrece ayuda, las versiones NVI[1], PDT[2], y RVC[3] en vez de “obligación” usan la
palabra “responsabilidad”. Secanías ve en Esdras un hombre obligado por su llamado de
Dios. Esdras también reconoce que está obligado delante de Dios, y asume su
responsabilidad con absoluta voluntariedad y gozo por el privilegio de servir a Dios a través
de este pueblo antes rebelde pero ahora arrepentido.

Por eso en este mensaje voy a compartir con ustedes la siguiente verdad: Toda persona
llamada por Dios y que está enteramente obligada no por otros hombres sino por Dios
mismo, demuestra también ser enteramente responsable ante sus obligaciones. // ¿De qué
manera demuestra ser responsable ante sus obligaciones? // A través del mismo pasaje
bíblico conoceremos las maneras de cómo se puede demostrar evidencia de ser responsable
a nuestras obligaciones.

La primera manera de demostrar responsabilidad ante nuestras obligaciones con Dios es:

I.- NO IMPORTANDO SI NO TENEMOS EL APOYO DE OTROS.

Observen que lo único que hacía es orar reconociendo la condición pecadora, y rebelde del
pueblo. Solamente él sentía el dolor por el pecado de tanta gente ante Dios. Fue en ese
momento “mientras oraba” (v. 1) que “una muy grande multitud” (v. 1) se unió a él
dispuestos a componer su vida delante de Dios. No fue en vano la dedicación voluntaria y
gozosa de Esdras a la oración pues produjo resultados. Eso lo hacía no con un gran equipo
sino probablemente solo con una que otra persona pero liderada por él mismo.
Prácticamente lo hacía solo. Una persona llamada por Dios cumple sus obligaciones para
con Dios no esperando hasta que otros lo hagan sino a pesar de que otros no quieran o nos
apoyen absolutamente en nada.

Un caso bíblico bastante conocido es el del apóstol Pablo quien compartió su ministerio al
lado tanto de hombres fieles e idóneos como de hombres faltos de consagración y hasta de
salvación. Cuando escribe su segunda epístola a Timoteo estando él preso por causa del
evangelio, le dice:”…Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a
Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia. Sólo Lucas está conmigo.
Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. A Tíquico lo
envié a Efeso. […] Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le
pague conforme a sus hechos. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha
opuesto a nuestras palabras. En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino
que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi
lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los
gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra
mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos.
Amén.” (2 Timoteo 4:10-12, 14-18). ¿Se dan cuenta cómo una persona que acepta
responsablemente la comisión que ha recibido de Dios, no le importa si otros están
cumpliendo o no, sino que se ampara no en humanos sino en la realidad de la presencia de
Jesucristo con él y se fortalece también en Jesucristo mismo?

Amado hermano, si en esta congregación usted ve como que no cuenta con el apoyo de
alguien, aunque eso es necesario e importante, no se preocupe. Usted no está destinado a
fracasar en su servicio para el cuál el Señor le ha llamado, solamente porque otro no quiere
ser responsable. Usted no debe ser otro de los que tengan en poco el privilegiado llamado
de Dios. Con ellos o sin ellos, usted cuenta con el respaldo del que nos acompaña
fielmente, y quien nos fortalece suficientemente, y quien nos libra de toda clase de males:
Jesucristo.

La segunda manera de demostrar responsabilidad ante nuestras obligaciones con Dios es:

II.- PONIENDO TODO NUESTRO EMPEÑO.

En nuestra versión RV60 el pueblo lo anima a proseguir con su obligación, diciéndole “es
tu obligación”. La NTV[4] lo parafrasea diciendo: “es tu deber decirnos cómo debemos
proceder para arreglar esta situación”. Esto debó ser palabras de ánimo para Esdras pues
al fin él podía ver los resultados de su servicio por el pueblo. Pero Secanías le dice:
“Esfuérzate” (v. 4), y otra vez me gusta la claridad con la que la RVC[5] aclara esta
palabra, diciendo en vez de “esfuérzate”: “pon todo tu empeño”.

¿Entienden que significa: Poner todo nuestro empeño? Significa que no debemos
comenzar algo y dejar las cosas a medias o a medio camino. Significa que si una meta
todavía no está alcanzada tenemos que invertir todo nuestro máximo esfuerzo para lograrlo.

Amados hermanos en el proyecto de que esta congregación sea organizada como iglesia
tenemos que alcanzar tres metas que son: 1) El poder autogobernarse que implica que los
electos para el cargo de ancianos y/o diáconos deben responsabilizarse en tener la suficiente
preparación y madurez en cuanto a conocimiento por lo menos de la Biblia, de doctrina, de
predicación, de constitución de la iglesia, de disciplina de la iglesia. Por eso animo a cada
uno que ponga todo su empeño en asistir y recibir su preparación. 2) El poder
autosostenerse, que implica en que cada miembro contribuya fiel, responsable, gozosa, y
sistemáticamente con su diezmo y ofrendas voluntarias. Por eso invito a que cada uno de
ustedes pongan todo su empeño para lograr ese fin y puedan sostener todos sus gastos
locales de apoyo pastoral, mantenimiento del templo, pago de servicios públicos, y otros
gastos propios del ministerio de la iglesia. 3) El poder automultiplicarse, que implica que
cada uno de los que aquí se congregan pongan todo su empeño en hacer discípulos, y
conforme vaya creciendo la congregación y luego como iglesia, abrir nuevas misiones en
otras comunidades para llevar el evangelio.

Para hacer y lograr todo lo anterior (los tres autos: Autogobierno, autosostenimiento, y
automultiplicación), hermanos, es evidente que no es fácil y no se logrará si no hay
responsabilidad en cada uno de nosotros. Les animo a poner todo nuestro empeño para
estas finalidades.

La tercera manera de demostrar responsabilidad ante nuestras obligaciones con Dios es:
III.- PONIENDO MANOS A LA OBRA.

Las últimas palabras de Secanías a Esdras, fueron muy imperativas: “pon mano a la obra”
(v. 4). En palabras de la NTV[6] dice: “actúa”, y de la PDT[7] “hazlo”. Lo que estas
palabras indican es que al haber una persona llamada por Dios es porque hay una urgencia
de actuar, de hacer algo para dar solución a problemas; y para dar gloria a Dios en cualquier
otro servicio.

Observando el v. 1 de nuestro pasaje notamos que Esdras estaba dedicado a orar largamente
por el pueblo rebelde. Sin embargo, estaba llegando el momento que ya no era solo para
orar sino para actuar, hacer, o poner mano a la obra. Esto me recuerda una ocasión cuando
los egipcios estaban persiguiendo a los israelitas que acampaban junto al mar y su mismo
líder Moisés solamente orando a Dios, aunque Dios espera las oraciones de su pueblo y más
de sus dirigentes, Dios le reclama a Moisés: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de
Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y
entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco” (Exodo 14:15,16). Hermanos,
llega el momento cuando el paso que se necesita dar no es solo orar, cantar, leer, y
ofrendar, sino que se necesita el siguiente paso: Manos a la obra. Eso es lo que Dios y el
pueblo esperaban también de Esdras. Dios quiere también nuestra obligación de entrar en
acción no solamente en oración.

¿Cómo puedes dejar pasar el tiempo cuando hay una urgencia de actuar? ¿Cómo puedes
descuidar tus obligaciones para con Dios, como aquél Jonás que pretendía huir del Dios
cuya presencia nada escapa?. Hermanos oficiales electos y miembros de esta congregación,
Dios quiere un paso más de lo que nos ha sido muy fácil hacer: Poner mano a la obra.

CONCLUSIÓN: Amados hermanos, con este mensaje he tenido la intención de animarles


para que ninguno de los que asisten a esta congregación descuide su privilegiada
obligación, sino que aceptando con responsabilidad lo que a cada uno nos corresponde
realizar estaremos muy pronto viendo el resultado correspondiente para la gloria de nuestro
Dios. Que Dios bendiga a cada uno de ustedes.

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