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¿Cómo corregir un texto?

(Agustina Caride)

Escribir es solo el 30 por ciento. Corregir es el 70. Escribir es el qué decir y corregir es el cómo.

El objetivo de la corrección es la ajenidad. Entrar al escrito sin saber lo que dice ni cómo se dice.
Me tengo que volver lector de mí mismo.

La única manera de encontrar los errores es no enamorarse de las ideas. Y es muy probable que
esté enamorado al finalizar de escribir algo. Hay que dejar reposarlo. Practicar el olvido.

Para tomar la mano que tiende el narrador en la historia y dejarme llevar por esta, tengo que
olvidar el recorrido.

El escritor está triplicado en escritor, lector y corrector.

Para corregir hay que leer en voz alta. Eso expone, saca, desapega el texto de nuestro interior.
Corregir es como ir al psicólogo. Sabemos lo que vamos a decirle pero cuando nos sentamos y lo
decimos suena diferente. Leer en voz alta es imaginar que leemos frente a un lector experto que
espera nuestra historia. Leemos sabiendo que tiene que estar bien escrito. Ya no leemos para
nosotros. Corregir es alejarse del cuadro como hace el pintor para luego acercarse y continuar
pintando. Es decantar el vino y probarlo en diferentes etapas”.

“Un escritor es un observador inseguro. Alguien que observa la realidad y se hace preguntas
todo el tiempo”.

Un cuento es lo que no se dice. Esto no quiere decir un misterio en la trama, que también podría
ser. Quiere decir que las palabras nunca lo dicen todo. Pero lo muestran. Hay varias artes en el
cuento. Una es saber cifrar una segunda historia en la superficie de la primera. Luego mostrarla
(un final) o dejarla sugerida. El otro arte es generar en el lector una palabra sin decirla. Si yo
quiero que el lector piense que la situación es angustiante, voy a mostrar acciones en los
personajes que le sugieran esa palabra al lector. Transformaré esa palabra en acción.

Abelardo Castillo y la corrección

1. Nivel de lenguaje

El Pretérito Imperfecto me da la idea de continuidad. “Ella estaba en la cocina. Él caminaba


desde el patio hacia ella”. Da la idea de un transcurrir. Pero termina perdiendo al lector porque
no cierra las acciones. En cambio, el Pretérito Perfecto presentiza. “Ella, en la cocina. Él
caminó desde el patio”.

Hay que quitar los aba del texto porque son cacofónicos y porque el Pretérito presentiza, d ala
idea de ser. Fija la acción en la memoria del lector.

Borges decía “no existen los sinónimos”. La palabra que buscas es una sola.

La repetición nos molesta cuando sentimos que el autor se olvidó de corregirla. Pero cuando es
adrede, no molesta. Es la anáfora en la poesia.

“Nos formaba en el patio, al rayo del sol del mediodía. Nos hacía caminar hasta la bomba cerca
del alambrado”. (eliminé …mediodía, y nos hacía…)
1.31 min

Nivel de estructura

Nivel de sentido

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