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Contra el milenarismo, la astronomía sagrada y el rapto.

Católico ignorante, futuro protestante.

En el Capítulo 20 del Libro del Apocalipsis, hay un pasaje, que se refiere a que Satanás está
atado por 1000 años, y que aquellos que rechacen la marca de la Bestia reinarán con Cristo por
1000 años.

PRIMERO me concentraré en la auténtica enseñanza católica romana oficial.

El poder de Satanás ha sido muy limitado por la pasión de Cristo, durante mil años. es decir,
durante todo el tiempo del Nuevo Testamento, pero especialmente desde el tiempo de la
destrucción de Babilonia, o Roma pagana, hasta los nuevos ataques de Gog, y Magog contra la
iglesia hacia el fin del mundo.

Este pasaje muestra, que la Iglesia enseña, que los 1000 años en los que Satanás fue atado,
comenzaron con la Pasión de Cristo en la Cruz, cuando Su Sangre, ató su poder demoníaco.
Entonces, se estableció la Iglesia, y así comenzó la ÚLTIMA EDAD de la tierra. Note cómo la
enseñanza dice que esto durará hasta que los ataques de Gog y Magog, vengan, contra la
Iglesia, al FIN DEL MUNDO, osea, que estos 1000 años, significan hasta el ataque del Anticristo.

Dado que han pasado más de 1000 años literales, esto muestra que la Iglesia ha interpretado
estos 1000 años, como un número simbólico que representa la fundación de la Iglesia que
marcó el comienzo de la Última Era de la tierra. Este número 1000 terminará con la llegada del
Anticristo, a quien Cristo mismo vencerá antes del Juicio Final.
Las almas de los santos y mártires que murieron desde el tiempo de la fundación de la Iglesia,
están disfrutando del reinado de Cristo en el Cielo, como las puertas del Cielo están ahora
abiertas para nosotros, cuando, antes de Su muerte y Ascensión estaban cerradas.

La apertura de estas puertas, es la Primera Resurrección. Los 1000 años simbólicos terminan
con la Segunda Resurrección, que se refiere a la Segunda Venida, el Juicio Final, y la llegada del
Cielo Nuevo y la Tierra Nueva. La Segunda Muerte, se refiere al Infierno, ya que la frase la
primera muerte, es una referencia a la muerte física. la segunda, es la muerte eterna para
aquellos que están condenados.

los 1000 años, SEGÚN LA ENSEÑANZA OFICIAL Y AUTÉNTICA DE LA IGLESIA, son Simbólicos, y
representan el período de tiempo, a partir de que la Sangre de Cristo ató el poder de los
demonios cuando murió en la Cruz, se abrieron las Puertas del Cielo, y la Iglesia fue fundada. Y
terminará en el Juicio Final, y el Fin de los Tiempos. El número NO es literal, porque consciente
de que nadie sabe de ese día y de esa hora. ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre,
san juan escribió mil años, como indicando que sería mucho tiempo.

¿Qué pasa con la Marca de la Bestia?.

Tenga en cuenta que no solo se refiere al Anticristo en los últimos tiempos intentando marcar
físicamente a todos. el diablo con sus precursores del anticristo, siempre ha tratado de marcar
a los suyos desde el principio. San Juan Evangelista advirtió que siempre habría precursores del
anticristo.

la falsa interpretación del año 1000, principalmente, enseña que Cristo regresará, y
literalmente reinará 1000 años, antes del Día del Juicio. Esta interpretación ha sido sostenida
desde los primeros tiempos, principalmente entre los herejes, y fue denunciada por la Iglesia.

Por ejemplo, el Segundo Concilio Ecuménico, en el año 381, condena al hereje Apolinario, por
su enseñanza sobre el Reino de Cristo de mil años. Para poner fin a nuevos intentos de
introducir esta enseñanza, los Padres del Concilio insertaron en el Credo, que Su Reino no
tendrá fin.

En otras palabras, cuando comience el reinado de Cristo, no habrá interrupciones en Su Reino


eterno.

La interpretación literal de los 1000 años se llama la herejía del quiliasmo, también del
milenio, y del milenarismo.
una interpretación literal, que va en contra de las enseñanzas del mismo Cristo, quien dijo que
no regresará a la tierra hasta el último día, también conocido, como el Día del Juicio, cuando Él
aparecerá en Cielo con todos los ángeles.

Dado que Él vendrá en el Último Día, no puede haber 1000 años literales, antes de que sean
creados el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra, que durarán para siempre. Por lo tanto, el número
1000, simboliza una era espiritual en la tierra actual, como un todo, y no pretende ser literal en
el caso de años individuales.

Fue el nóstico Cerinto, quien hacia fines del siglo primero, proclamó la llegada de un
espléndido reino, presidido en persona por Nuestro Señor, aquí en la tierra, reino que Él
establecería con los santos elevados en Su Segunda Venida y que duraría mil años.

La Fe Católica que nos viene directa de los Apóstoles enseña que la Segunda Venida de Cristo
será gloriosa, visible para todos y DEFINITIVA. Marcará el Fin de la Historia y del Tiempo. Toda
la humanidad será juzgada. La almas de los buenos irán al Cielo y las de los condenados irán
con los demonios al Infierno. NO SERÁ por lo tanto UNA VENIDA TEMPORAL, NO HABRÁ UN
REINO TEMPORAL DE 1000 AÑOS. Esta Verdad de Fe Católica descarta no solo la herejía del
milenarismo sino también el concepto del “rapto” que se ha hecho popular entre los
fundamentalistas protestantes.

La Iglesia enseña que los justos, los que se salvan, entran en la Bienaventuranza Eterna
inmediatamente después de la muerte, de modo que no queda espacio alguno para un
período intermedio sobre la tierra, durante el cual se interrumpiría la visión beatífica de Dios.

A pesar de las reiteradas condenas que tuvo en sus inicios, la errónea idea del Milenarismo
floreció puntualmente en siglos posteriores, siempre asociada a herejes como los Fraticéli, en
el siglo 14 y los Taboritas, en el 15. La idea del reino milenario de Cristo en la tierra le pareció
también errónea a Lutero y a Calvino, que la tomaron por pueril e indigna de ser rebatida
siquiera. A lo largo del siglo 19, la volveremos a encontrar en líderes protestantes como Joseph
Smith, fundador de los Mormones, (que profetizaba la llegada del milenio mientras él
estuviera vivo), y en sectas como los Testigos de Jehová, y los Adventistas del Séptimo Día.

En una Carta de la Congregación del Santo Oficio, a los Obispos de Chile, en 1942, y confirmada
en 1944, referida a las ideas milenaristas del Sacerdote chileno, Manuel Lacunza, en su obra,
Venida del Mesías en gloria y majestad, publicada bajo el seudónimo judío de Juan Josafát
Ben-Ezra, obra condenada por Roma, se dice que El sistema del milenarismo, que enseña que
según la Revelación Católica Cristo el Señor, antes del Juicio Final, vendrá a esta tierra para
reinar corporalmente no puede ser enseñado con seguridad.
A partir de un Decreto del Papa Pío 12, en Julio de 1944, la Iglesia condena la idea, de
que Cristo vaya a reinar visiblemente durante un milenio.

Astronomía sagrada.

De un tiempo a esta parte un número creciente de católicos en España y en Iberoamérica ha


empezado a tener noticia sobre una “ciencia” extraña llamada “Astronomía Sagrada” merced
de varias conferencias, seminarios y vídeos realizados por su creador, el geólogo español
Antonio Yagüe.

La Astronomía Sagrada no es una ciencia, sino que atribuye símbolos a planetas, estrellas y
constelaciones, acercándose o cayendo claramente en la astrología, máxime cuando su
finalidad es la de predecir hechos futuros. La base de esta “ciencia” la ubica su creador en la
sabiduría de los Reyes Magos bajo esta peculiar premisa: “El Señor dejó que los Reyes Magos
siguiendo las estrellas le encontraran, luego para mí es lo mismo que decir ‘Si sabéis lo que
sabían los Reyes Magos, las estrellas os llevarán a mi Segunda Venida’”, con lo que pretende
conocer el momento de la Segunda Venida.

Para ello, además del estudio de las estrellas y constelaciones, interpreta de manera particular
las Sagradas Escrituras, apariciones marianas, algunas de las cuales aún no reconocidas por la
Iglesia, y hace uso, de las mal llamadas, profecías, de Nostradámus.

Con temeridad, llega a dar fechas concretas, y predijo la Segunda Venida para el año 2019, o
2020 como máximo, y auguró, que para noviembre de 2016, habría un vuelco del planeta
Tierra sobre su eje, que daría lugar a grandes inundaciones, lo que él llamó, purificación por el
agua.

Cae en el error doctrinal del milenarismo o quiliasmo, rechazado en el Catecismo de la Iglesia


Católica en todas sus formas, al asegurar que tras el advenimiento del Anticristo, y la Segunda
Venida de Cristo, todo ello inminente, habrá una época de 1000 años, con una resurrección
primera en cuerpo transformado, y tras esos mil años, acontecerá la Última Venida.
Junto a ello, acepta la llamada doctrina del rapto o arrebato, doctrina exclusivamente
protestante al igual que el milenarismo, dándole una interpretación personal, peculiar y
exótica.

La alusión a un rapto, en la cual Jesús aparecerá en el cielo al final de los tiempos, de forma
invisible, para raptar a la Iglesia, es totalmente falso. Jesucristo vendrá al fin del tiempo, pero
será una venida visible y gloriosa que nadie podrá ignorar. Será entonces cuando ocurrirá el
juicio final; vivos y muertos serán llevados de este mundo a la presencia del Señor. No existirá
un rapto secreto, anterior al fin del mundo.

Esta modalidad ha tenido gran acogida en algunas iglesias, especialmente de corte


pentecostal.

La auténtica interpretación Bíblica no acepta novedades, y el concepto del rapto no era


conocido en la cristiandad hasta el siglo 18.

Fue Incriéis Máder, un clérigo puritano de Nueva Inglaterra, en la Colonia de la Bahía de


Massachusetts, y presidente de la Universidad de Harvard durante veinte años, quien inventó
sobre cristianos arrebatados por los aires, antes de que el mundo fuera consumido por el
fuego del juicio divino. Mas tarde otros publicaron ideas similares.

Según el esquema del rapto, faltan aun dos venidas de Cristo: Una para llevarse a los suyos en
el rapto y otra venida al final del tiempo. Serían la Segunda y la Tercera Venida (la Primera fue
en la Encarnación).

La verdad es que Cristo vino en su Primera venida y solo falta la Segunda Venida. Esta venida
marcará el fin del mundo. Ese día Cristo reunirá a todos: A los que estén vivos para ese tiempo
y también a los muertos los cuales resucitarán. Después de ese evento este mundo ya no
existirá.

Los que creen que el rapto será antes de la Gran Tribulación del Anticristo, piensan que solo
los malos van a sufrir ese tiempo de persecución. Si esto fuese cierto, entonces el Anticristo no
tendría a quien perseguir porque ya todos los fieles estarían con Cristo fuera de este mundo.

Olvidan que el sufrimiento tiene un profundo significado bíblico. El hecho es que Cristo sufrió,
y su Cuerpo Místico, que es la Iglesia, lleva una continua trayectoria de sufrimiento y
persecución. Pero habrá una persecución final que será extraordinaria, antes del final. Los
cristianos no pueden estar esperando un rapto prematuro sino que deben estar
fortaleciéndose para vencer en la prueba.

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