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Acontecimientos Previos A La Crucifixion - 084405
Acontecimientos Previos A La Crucifixion - 084405
Sin darse cuenta de la traición de esta noche, sus discípulos entraron con
él a un huerto, un lugar al que solía venir a orar solo. Aquí, en este
olivar, conocería los últimos momentos de libertad que iba a tener
mientras estuviera en esta tierra. Se arrodillo y después cayó al suelo.
Los discípulos comenzaron a orar con él, pero sus oraciones se fueron
entorpeciendo. Poco después se quedaron dormidos. Mientras oraba,
lloro. Y mientras lloraba, una copa apareció ante él. Aunque hacía
mucho tiempo que sabía que llegaría esa hora, retrocedió horrorizado por
lo que vio. Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea
como yo quiero, sino como tú. (Mt.26:39) Mientras aún hablaba, la
copa se le acercó. La copa agitó a borbollones su veneno hasta que el
hedor de su contenido pareció impregnar los vientos de la tierra. Observo
cómo todos los pecados de los hijos de Abraham resbalaban hacia la
copa. Vio cómo sus siglos de rebelión, idolatría, incesto, asesinato,
mentiras, y engaño iban hacia la copa. Ahora los pecados de la raza
hebrea eran uno con aquella copa. Sus manos y rostro comenzaron a
sudar sangre hasta que el suelo a su alrededor quedó empapado. Lloro
otra vez. Clamo por liberación y grité: "¡Abba! ¡Padre!" su cuerpo
comenzó a temblar incontrolablemente. Ningún hombre conoció jamás
la intensidad de la repulsión que conoció cuando vio la maldad y la
indecencia que caían torrencialmente hacia aquella copa. De seguro
habría muerto, pero se abrió la puerta del otro reino, permitiendo que un
ángel viniera y le fortaleciera. (Lucas 22:43) La imagen de la copa se
desvaneció, pero volvería. Esta vez sus imágenes serian aún más
grotescas. Todos los delitos de la humanidad fueran judíos o de paganos,
se reunieron en un solo lugar y desaparecieron dentro de aquella copa.
Todo lo malo esperaba mezclarse con todo lo puro, todo lo condenable
convocaba a envolver toda rectitud, todo lo que era vil y despreciable
esperaba aniquilar toda santidad. Todo esperaba que el señor cediera
ante aquella copa.
LA DETENCIÓN DE CRISTO
Al caer la noche llegó la gente del pueblo, encabezados por policías del
sanedrín y guiados por Judas Iscariote. El sanedrín estaba dirigido por
el sumo sacerdote Caifás que había llegado a un acuerdo con Judas por
treinta monedas de plata. (Mt.26:47-56, Mr.14:43-50,lc. 22:47-53,
Jn.18:2-11)
Jesús, detenido fue llevado ante el sumo sacerdote. Caifás le acusó de
blasfemia por decir que era el hijo de Dios, y también es acusado de
sedición y rebelión. (Mt. 26:57-68, Mr.14:53-72)
“Aquí comienza su sufrimiento físico no ha bebido ni comido nada, ni
ha descansado nada, en las últimas 15 horas”.
Por ultimo hermano para iniciar nuestro culto de siete palabras abra su
biblia en Juan 17:1-10, 24-17y siga con su vista y medite en esta porción
de la palabra de Dios:
ORACION O ALABANZA.