Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Estas demandas no sólo constituyen un problema al que deben dar respuesta los
deportistas, sino también un reto a la maestría y capacidad de quienes los preparan y
plantean la necesidad de encontrar las vías más idóneas para su solución: en el marco de
estas tareas le corresponde a la Psicología del Deporte un determinado papel.
De esta manera, podemos sintetizar que un aspecto muy relevante será el estudio
de la personalidad en condiciones de la actividad deportiva, lo que conlleva un número
de tareas cuyos contenidos, según Rudik (1973), van a precisarse en el análisis de la
psicología de la actividad deportiva, así como en el de los aspectos más relacionados
con el propio deportista. Por lo tanto, podemos concebir una primera dimensión que se
centra en delimitar los factores psicológicos generales de la actividad deportiva concreta
que se practique (a este particular dedicamos uno de los capítulos del Módulo 3.7.),
mientras que habría una segunda más vinculada al análisis psicológico del deportista
(esta misma lógica debe hacerse extensiva al estudio del funcionamiento grupal de los
equipos deportivos, de sus relaciones e interacciones principales).
Este planteamiento del magnífico psicólogo soviético nos sirve para estructurar
nuestro trabajo en tanto que, desde nuestra perspectiva, supera incluso enfoques
posteriores al no limitarse al estudio de la personalidad del deportista, sino que se
enfatiza la relevancia que poseen las demandas que, a nivel psicológico, se generan en
un deporte particular. Este enfoque es, al mismo tiempo, lo suficientemente amplio
como para que sea aceptado por los diferentes profesionales que trabajan en el alto
rendimiento deportivo y justifica la necesidad del desarrollo de un trabajo
multidisciplinar que sustente el programa de intervención aplicado.
Por último, cabe resaltar que este enfoque permite encontrar con más fundamen-
to y facilidad un lugar para la Psicología del Deporte como rama auxiliar de las
Ciencias del Deporte dentro del propio proceso de entrenamiento-competición y que
denominamos Preparación Psicológica del Deportista para las Competiciones. Éste
constituye un concepto vertebrador y central del resto de los constructos y de los
enfoques teóricos en Psicología del Deporte: la preparación psicológica del deportista
para las competiciones tiene como propósito garantizar la constitución, desarrollo y
perfeccionamiento de las formaciones de la personalidad del deportista y de sus
capacidades psicológicas involucradas en la actividad.
Un primer aspecto que debe puntualizarse es que la Psicología del Deporte surge
como consecuencia de las contradicciones que aparecen en la práctica de la actividad
deportiva en el proceso de entrenamiento y competición de deportistas de alto nivel. Los
entrenadores y profesores de Educación Física tuvieron que buscar una explicación a
fenómenos contradictorios que se representan en alternativas tales como: ¿por qué
algunos deportistas aprendían o adquirían las destrezas más rápidamente que otros?,
¿por qué algunos se “derrumbaban” en las competiciones, mientras otros incluso con
condiciones físicas inferiores lograban obtener altos logros?, ¿por qué unos eran
persistentes y otros no?, ¿por qué unos solucionan mejor los problemas del juego que
otros?.
Una breve perspectiva histórica señala que una contribución valiosa fue hecha al
inicio de siglo en diferentes partes del mundo. Una fuerte tradición en Psicología del
Deporte fue establecida en la antigua Unión Soviética y Alemania (entonces en ambos
lados Este y Oeste) y en Checoslovaquia. En la antigua Unión Soviética primero bajo
la influencia de Alexander Puni (1974) y del citado Rudik.(1974), quienes establecieron
un programa de Psicología del Deporte en la Universidad de Leningrado, hoy San
Petersburgo, además de en el Instituto de Cultura Física de Moscú.
Si nos referimos a este país, en Estados Unidos la Psicología del Deporte tuvo su
comienzo en los años 20 al 40 en la figura de Colemann Griffith (1926), cuyas
numerosas actividades y escritos colaboraron a justificar el interés que tenía el
entrenamiento psicológico para el deporte: explico su carácter germinativo en la
practica y la investigación de la actividad deportiva. En este sentido, el primer
documento escrito por C. Griffith. (1926), fue titulado "La Psicología del Entrenador",
seguido por un segundo volumen en 1928 que tituló "Psicología y Atletismo". Los
trabajos de Griffith, fueron retomados por J. D. Lawther que en 1951 publica
"Psicología del Entrenamiento", obra relevante porque consolida la investigación y el
desarrollo de la Psicología del Deporte en ese país. Este conjunto de esfuerzos derivaron
en que hoy en día existan varias asociaciones muy relevantes en Estados Unidos, como
la “Asociación para el avance de la Psicología del Deporte” o la “División de Ejercicio
y Psicología del Deporte” dentro de la Asociación Americana de Psicología.
Desde una perspectica actual se sugiere de manera general que los factores que
contribuyen al desarrollo de la Psicología del Deporte se relacionan, en esencia, con los
siguientes cuatro ámbitos:
1. La búsqueda de la excelencia en los deportistas.
2. El deporte como función social.
3 Movimiento hacia la Salud.
Por otra parte, los cambios más dramáticos en el campo de la Psicología del
Deporte comenzaron en la década de los ochenta, cuando muchos Comités Olímpicos,
en diferentes países, comenzaron a solicitar la colaboración de psicólogos en la
preparación deportiva para los Juegos Olímpicos. El propio desarrollo de la Psicología
del Deporte dio lugar a fuertes polémicas: por una parte estaban los psicólogos de
carácter académico que se dedican a la formación docente y al trabajo en laboratorios y,
por otra parte, los psicólogos que trabajan en la solución de problemas concretos en la
práctica misma de la actividad deportiva: muchos psicólogos dentro de este sector se
dedican a aplicar la Psicología Clínica al deporte, presentando una formación y una
experiencia deficiente de estos profesionales.
Los aspectos que motivan los problemas metodológicos (TESTS) que se pueden
encontrar en Psicología del Deporte son:
a) Las peculiaridades del deporte como actividad.
b) La relación de lo general y lo singular de los eventos deportivos.
c) El papel de los factores ambientales en las investigaciones en el deporte.
e) El número limitado de sujetos en los estudios.
En general, gran parte de lo que el psicólogo puede llegar a realizar con los
deportistas, entrenadores, grupos y organizaciones deportivas depende de lo que creen y
esperan acerca de la Psicología y de lo que la propia actuación del psicólogo provoque;
por este motivo desde hace algunos años se viene analizando por parte de un grupo de
investigadores, el modo de operar frente a las tareas más allá del uso propio de los
métodos, técnicas y procedimientos que requieren la ejecución de las tareas del
psicólogo en el deporte.
Un punto de partida del trabajo del psicólogo pudiera ser el señalado por Ogilvie
(1979), que consiste en establecer su credibilidad y la credibilidad de la Psicología. Para
nosotros resulta de importancia esta concepción, dado que la irrupción de la Psicología
del Deporte en algunos países es relativamente reciente y de esta forma, tiene
consecuencias metodológicas concretas para el encuadre de la tarea, ya que implica que
el psicólogo puede tener un carácter muy ambiguo. Cuando los deportistas y
entrenadores son entrevistados acerca de qué esperan u opinan acerca del psicólogo en
el deporte, en muchos casos sus criterios se alejan de lo que el psicólogo considera debe
ser su campo de acción -por ejemplo, hace años, y aún en la actualidad, hay que explicar
a los deportistas que el psicólogo no se encontraba en el equipo deportivo porque ellos
presentaran alguna patología de origen psicológico-.
Si bien el psicólogo debe cuidar las opiniones adversas o los prejuicios acerca de
sus funciones, las creencias excesivamente favorables también deben recibir una
profunda atención, ya que pueden resultar muy dañinas a su trabajo. Por ejemplo,
algunos pueden ver al psicólogo como un personaje que posee una "varita mágica"
mediante la cual puede resolver todos los problemas que se le presentan al equipo u
organización deportiva; ésto puede llegar a comprometer al psicólogo con las fantasías
del entrenador u otros participantes y tener consecuencias sobre sus funciones de
trabajo, las expectativas del entrenador, o los deportistas van a tener una formulación
idealista e inalcanzable.
Otra de las dificultades está relacionada más con la Psicología que con el
psicólogo mismo: se trata de aquélla que presenta la Psicología para ofrecer soluciones
a los problemas de forma inmediata, rápida y precisa. En muchos casos esto no es
posible, dado que la psicología posee pocas soluciones preparadas de antemano y esto
se debe a la complejidad de su objeto de estudio, por lo que es importante estar alerta
para no cometer el error de brindar esperanzas que sobrepasen lo posible o hacer
pronósticos que no lleguen a materializarse, por lo que resulta recomendable plantear de
forma clara las limitaciones con que cuenta el psicólogo, cuando tienen que modelar la
conducta de otros.
Dado que las tareas resultan casi siempre mucho más complejas que lo previsto,
se hace necesario hablar desde el principio con una proyección de trabajo que ocupe un
tiempo prudente. El planificar una tarea en un plazo corto puede ser una de las causas
del fracaso. El psicólogo debe tener presente que la aceptación como profesional se
ofrece tentativamente y puede ser retirada, sobre todo cuando después de haber
mostrado lo que pueden esperar de él no se cumple.
Dando paso a otro aspecto del tema que estamos tratando en la descripción
acerca de la definición y evolución de la Psicología del Deporte, se hace énfasis en que
se puede ver un proceso de desarrollo sostenido en estos años. En algunos países, como
señalan Palacio y Salmela (1986), donde predominaba el modelo clínico se traslada a un
modelo preventivo gracias a los programas de entrenamiento psicológico. También la
tendencia de que la intervención del psicólogo del deporte se realice, siempre que sea
posible, en el entorno deportivo en que aparece el problema: entrenamiento y
competición (De la Vega, 2002).
Finalmente hay que destacar que la Psicología del Deporte se extiende en este
periodo a nuevas áreas de trabajo:
1. Las investigaciones desarrolladas sobre la identificación del potencial atlético en los
estudios de selección de talento e iniciación en edades tempranas.
2. La investigación y aplicación de los efectos de la actividad deportiva sobre la salud
del hombre.
Ante esta evolución, como señala Cruz (1990), los psicólogos del deporte deben
de tener muy claras tres ideas:
1. Procurar mejorar no sólo el rendimiento de los deportistas, sino también su
bienestar.
2. Recordar que los deportistas de élite no son la única área de aplicación de la
Psicología del Deporte.
3. Continuar el desarrollo desde el punto de vista académico y la práctica profesional.
Sobre todo la formación y capacitación de los especialistas.
De acuerdo con los trabajos realizados por Cantón y colaboradores (1989, 1990
y 1992), en el desarrollo de la Psicología aplicada al deporte en España se pueden
distinguir tres etapas diferenciadas:
1. Desde 1960 hasta 1964. Se comienzan a recoger los primeros estudios pioneros
en este campo.
2. De 1965 hasta 1979. Se configura la Psicología del Deporte como un área
específica de conocimiento.
3. De 1980 hasta la actualidad. Se caracteriza por la plena formalización científica
e institucional de esta disciplina.
El breve análisis histórico expuesto, sirve de guía para aclarar que se trata de una
ciencia muy nueva que, sin lugar a dudas, necesita de la maduración y evolución que
cualquier ámbito requiere, en donde el lugar que pueden desempeñar los diferentes
profesionales relacionados con las Ciencias del Deporte es, sin lugar a dudas, muy
importante y de una repercusión vital en la incidencia que tenga en futuras décadas.
CAPITULO 2. ASPECTOS BÁSICOS DE LA INTERVENCIÓN
PSICOLÓGICA EN EL DEPORTE
Se halla una gran cantidad de literatura de corte popular que está al alcance de
todos los interesados, aunque, esta información no presenta conocimientos
profundamente especializados para tratar en detalles las complicaciones, insuficiencias
y posibles contradicciones al aplicar una técnica psicológica. Determinados
entrenadores y deportistas recurren a estos métodos por cuenta propia y obtienen o no
los resultados esperados. Cuando ocurre lo último, algunos llegan a defraudarse de
forma tal que no quieren volver a desempeñarse en estas acciones. No obstante, todos
están muy interesados en resolver las posibles deficiencias o debilidades de los
deportistas y usualmente no advierten que están en un área en que es necesario dejar
actuar a los peritos, al menos, en las primeras etapas.
Gráfica 2.1.: Selección por orden de importancia de siete intervenciones psicológicas por seis
autores.
El autor de esta obra encuestó a siete psicólogos del deporte cubanos sobre
cuáles eran las intervenciones que, a juicio de ellos, eran preferibles para la preparación
mental de los deportistas. Las respuestas que se hallaron fueron:
1. Visualización
2. Persuasión
3. Establecimiento de Metas y Relajación
4. Técnicas respiratorias.
En ambas encuestas se observa que hay diferencias en el orden de jerarquía que
se le adjudica a cada intervención, siendo desigual en los autores entrevistados. Como
tendencia, estas diferencias pueden llevar a pensar que se producen tanto efectos
positivos como negativos con una técnica u otra, de este modo, cabe opinar, también,
que otros factores más allá de las técnicas parecen incidir en el impacto que se ejerce
sobre el deportista.
Esto es válido tanto para la evaluación y diseño del programa, como para los
avances y eficacia del entrenamiento. Parte del éxito del psicólogo en sus relaciones con
los entrenadores depende de un adecuado encuadre de la tarea y de que el psicólogo
brinde las respuestas que le son solicitadas.
Casi siempre los entrenadores y otros especialistas del deporte insisten en tener
la información acerca de cuanto influyó el trabajo psicológico en los resultados
deportivos y si es posible que se exprese sus consecuencias en términos de por ciento.
¿En qué tanto por ciento influye la preparación mental para el logro de los resultados?.
Por esto es aconsejable que se tenga una tasa inicial de los atributos que nos
proponemos formar, desarrollar o modificar por medio de las intervenciones
psicológicas. Hay muchas cualidades indeseables que es factible medir o valorar, a
veces, hasta por medio de escalas nominales. Pongo de ejemplo, el grado de ansiedad
rasgo o ansiedad estado, la cantidad de fallos o errores que se cometen al ejecutar
determinadas acciones, o el grado de disposición para llevar a cabo una tarea o el
entrenamiento o competición.
Las tasas iniciales deben ser registradas y guardadas. El entrenador puede tener
una determinada acción en su ponderación o en el perfeccionamiento y objetividad de
los valores que se fijan a cada aspecto. Los valores pueden tener su origen en la
aplicación del psicodiagnóstico u otros de los métodos de investigación de la Psicología
del Deporte. Entonces, se procede a la intervención psicológica y posterior a la misma
se vuelve a realizar el mismo procedimiento de valoración referido al inicio en relación
con los atributos o cualidades que formaban parte del motivo de intervención y siendo
así, podremos tener un resultado de la eficacia y eficiencia del trabajo psicológico con el
deportista.