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Pensamientos de Marco Aurelio

No mostrar nunca impaciencia.

Modestia y firmeza varonil.

Ser siempre el mismo en los dolores agudos.

Seriedad sin afectación.

Soportar con paciencia a los necios y los discursos


inconsiderados.

No mostrar nunca la menor apariencia de cólera ni de ninguna


otra pasión.

Alma imperturbable pero llena de bondadosos sentimientos para


con el prójimo.

No reprender a nadie con rudeza.

Dominarse a sí mismo y no arrebatarse por nada.

Tener siempre un carácter invariable, bondadoso y recto al mismo


tiempo.

Llevar a cabo todos los negocios, sin quejarse nunca de tener


con exceso.

Es necesario que un príncipe haga creer que piensa todo lo que


dice, y que todo lo que hace es con buenas intenciones; que no
le asombre ni le sorprenda nada, que no sea ni precipitado ni
lento, ni irresoluto, que su rostro no demuestre nunca
abatimiento, ni fingida serenidad, y que no obre ni con
desconfianza ni con irritación.

Ser insensible al brillo fingido de todo lo que se llama


honores.

Moderación en todo y firmeza.

Dedica tus momentos de ocio a instruirte en algo bueno.


¿Cuál es la duración de la vida del hombre? Un punto en el
espacio. ¿La substancia? Variable. ¿Las sensaciones? Obscuras.
¿Qué es su cuerpo? Putrefacción. ¿Su alma? Un torbellino. ¿Su
destino? Enigma. ¿Su reputación? Dudosa. En una palabra, todo lo
que proviene de su cuerpo es como el agua de un torrente, y lo
que dimana de su alma, como un sueño, como el humo. Su vida es
un combate perpetuo, un descanso en tierra extranjera, y su fama
después de la muerte un olvido absoluto.

No cuentes nunca con obtener la tranquilidad de espíritu


fiándote en otro.

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