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• Hay que delimitar y señalizar claramente el área de trabajo donde se instalará el cable.
Esto mantiene al personal no autorizado lejos de los cables energizados.
• Se deben respetar distancias mínimas de seguridad entre los cables y personas según
los voltajes de operación. Esto previene descargas eléctricas.
• Al hacer las conexiones verificar correcta polaridad y firme contacto de las terminales
o pinzas, para minimizar resistencia y calentamiento.
• Manipular los cables con sumo cuidado, evitando torceduras, aplastamientos o roces
que puedan dañar el aislamiento o conductores.
Longitudes:
• La mayoría de las fuentes sugieren longitudes máximas entre 4-10 metros. Algunos
fabricantes indican 15 metros.
• Se recomiendan estas longitudes cortas para evitar caídas de voltaje excesivas durante
el uso, que pueden afectar el funcionamiento de los sistemas eléctricos.
• Los cables más largos presentan mayor resistencia eléctrica, lo que se traduce en más
calentamiento del cable y pérdida de potencia.
• La longitud idónea depende del calibre del cable, y del voltaje y corriente de
operación. Entre más grueso sea el cable, mayor puede ser la longitud utilizada.
Amperaje:
• Los cables están disponibles en calibres desde 6 AWG hasta los de mayor sección,
permitiendo manejar corrientes desde unos cientos hasta miles de amperios.
• Para calibres estándar como 2/0, 3/0 y 4/0 AWG, el máximo típico es alrededor de
400A en periodos muy cortos.
• Los cables de mayor sección, como los de 2500kcmil, pueden soportar hasta 4000A.
Sin embargo, no se recomienda operarlos a máxima capacidad.
• La mayoría de las fuentes sugieren no exceder 300A de manera continua incluso para
cables gruesos de 400A de capacidad.
• Lo recomendable es operar los cables a no más del 80% de su capacidad nominal como
máximo.
• También influyen factores como la longitud del cable, material conductor, y si se usa
de forma continua o intermitente.
Voltaje:
• Estos cables están diseñados típicamente para sistemas eléctricos de medio voltaje,
entre 1kV hasta 46 kV.
• Los cables de bajo voltaje manejan hasta 1kV, los de medio voltaje entre 2.4kV y 35kV,
y los de alto voltaje 69kV o más.
• El aislamiento del cable debe ser apropiado para el nivel de voltaje al cual se
conectará, para evitar fallas o arcos eléctricos.
• El grosor del aislamiento también debe ser mayor a mayor voltaje de operación para
resistir la tensión.
• Lo recomendable es operar el cable máximo al 80% del voltaje nominal que soporta
según especificaciones.
• El voltaje determina la resistencia dieléctrica que debe tener el aislamiento para evitar
fallas.
INFORME
ING. MARCOS SANABRIA – CABLE BIG JUMPER
• Es buena práctica llevar un registro de uso de cada cable, para darle mantenimiento o
retirarlo del servicio según sea necesario.
• Deben ser instalados de forma ordenada, sin cruces ni contacto con superficies
calientes.
Conclusión:
Los cables Big Jumper son una solución efectiva para transferir altas corrientes de
manera temporal en aplicaciones eléctricas, pero requieren de procedimientos estrictos para su
manipulación segura, dentro de los límites de voltaje, corriente y longitudes recomendados por
el fabricante. También necesitan inspección, mantenimiento y buenas prácticas de instalación
por parte de personal calificado, para prevenir riesgos y maximizar su vida útil. Son herramientas
versátiles, pero potencialmente peligrosas si no se utilizan adecuadamente.