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Pablo Rosser
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AN ROQUE 1
Y LADERAS
DEL BENACANTIL
70
L A LADERA
DEL MONTE
BENACANTIL
71
EN EL ORIGEN
DE ALICANTE:
EL ASENTAMIENTO
TARDO-ANTIGUO
D
ejando de lado los asentamientos prehistóricos del monte Benacan-
til, quizá es novedad plantear la existencia de una “fase oscura”, pero
no por ello sin importancia, todo lo contrario. Corresponde a un am-
plio período de tiempo, desde la protohistoria hasta época romana
alto-imperial, en donde por el material encontrado en superficie, como por el
registro material documentado en las distintas intervenciones arqueológicas
realizadas en el Castillo y Monte Benacantil, sabemos de la existencia de algún
72 tipo de asentamiento, sin que podamos avanzar mucho más sobre el tipo de 73
instalación, características, extensión, etc. Sí podemos avanzar que para época
protohistórica, es muy probable que, coincidiendo con el importante poblado
del Tossal de les Basses de la Albufereta (al menos desde principios del s. V, y
hasta finales del s. IV aC.), los íberos tuvieran algún tipo de construcción en la
cima del Benacantil, quizá de tipo defensivo, pero tampoco se puede descartar
que fuera de tipo religioso (un santuario, por ejemplo). Algunas terracotas apa-
recidas laderas abajo del Benacantil podrían apuntar por ahí.
P
características más concretas.
ara hablar de tan importante periodo es necesario ampliar la reflexión
a lo que ocurre en toda la zona de Alicante. Estamos seguros que futu-
ras intervenciones arqueológicas en distintos puntos del castillo com-
Localización posible y dispersión del asentamiento ibérico, pletarán la información que ahora sencillamente apuntamos, y que es
púnico y romano en el Monte Benacantil, con dispersión de fruto más de lo que deducimos pudiera acontecer en el Benacantil a partir de lo
hallazgos según intensidad. que ocurre en las zonas colindantes al mismo, que de la información arqueoló-
gica propiamente dicha.
Hacia mediados del siglo V y hasta principios del siglo VI dC., período que
denominamos “tardorromano”, se observa en nuestras tierras algunas variacio-
nes claras, fundamentalmente con respecto a la pervivencia o no -y ubicación-
74
de los asentamientos en el término municipal de Alicante. Recordando que el 75
municipio romano de Lucentum sucumbió en el s. III dC, podemos decir que, en
la Albufereta, algunas villas, como Parque Naciones, perduran, documentándo-
se instalaciones industriales y una necrópolis, mientras que otras desaparecen
(p.e. Castillo Ansaldo, o Casa Ferrer). Por su parte, el Embarcadero romano alto-
imperial1 de la ya desaparecida ciudad de Lucentum, ahora se amortiza2 con
algunas tumbas de inhumación3 .
16 - ORTEGA PÉREZ, J.R., MOLINA MAS, F.A., REINA GÓMEZ, I., 2009. Memoria final
de la intervención arqueológica: Castillo Santa Bárbara, 2009. Alicante. Inédito.
17 - En una pronta publicación se analizará en profundidad el importantísimo yaci-
miento del Palacio Llorca (actual Archivo Municipal).
La inestabilidad política del momento pudo ir influyendo, por tanto, en este La aparición de las ánforas KEAY LXI y LXII en la necrópolis del entorno de la
abandono masivo de una zona antes más densamente poblada, así como en la villa de Parque de las Naciones, ya comentada, y que vuelven a documentarse
aparición de un asentamiento de altura en el Benacantil. La posible llegada de en las actuales excavaciones del Tossal de les Basses III, junto a la Urbanización
las tropas y naves imperiales de Mayoriano al Portus Ilicitanus en el 460 dC., Las Torres, junto con TSCD de los tipos 103A y 99, llevan a estos yacimientos a
junto con la caída del Imperio de Occidente sólo unos años después, puedo pro- finales del s. VI o principios del s. VII.
vocar un repliegue de efectivos humanos y de centros de producción a pocas zo- No obstante, el asentamiento más importante para este momento –al me-
nas (hasta ahora sólo hemos documentado las citadas de Parque Naciones, Las nos en cuanto a registro material, y relacionado igualmente con la llegada de los
Torres, Tossal de les Basses II y Antigons), como núcleos también de intercambio bizantinos- debe ubicarse en una antigua Meseta denominada de “los Antigo-
comercial, fundamentalmente con el Norte de África y Oriente. A ellos habría nes” (actuales Barrios de Benalúa y Séneca-Autobuses) 18, si bien está atestigua-
que unir un enclave, al menos defensivo, en la cima del Benacantil. da una presencia romana desde por lo menos el s. I aC 19.
Tampoco puede descartarse en esa transformación del poblamiento la im- Este asentamiento, junto a la playa del “Babel” o “Baber”, parece podría te-
plantación del cristianismo y el control de grandes propiedades por parte del ner un sentido estrictamente industrial-comercial 20, como punto de fabricación,
nuevo poder eclesiástico. y embarque y desembarque de mercancías, con algunas villas donde vivirían los
La tendencia a la concentración se debió consolidar con la ocupación efecti- propietarios de las instalaciones21.
va de estas tierras por los Bizantinos a partir de mediados del s. VI, momento al Otro importante asentamiento tardío, es el ubicado en la Sierra de Fontca-
que llegan los yacimientos anteriormente citados. lent 22, uno de los yacimientos en altura de los surgidos a partir del siglo V 23,
documentados en el Término Municipal de Alicante junto con el Monte Benacantil
24
. En las intervenciones del interior de la fortaleza se han identificado algunos
fragmentos cerámicos de este período, por ejemplo TSCD de las formas Hayes
El monte Benacantil en cuya cima se encuentra 99c, 104 y 104C 25.
el Castillo de Santa Bárbara.
18 - TARRADELL, M.; MARTIN, G., 1970. Els Antigons-Lucentum. Una ciudad romana
en el casco antiguo de Alicante. Valencia. MARTINEZ MORELLA, V. “Hallazgos paleocris-
80 tianos en Alicante”. Diario INFORMACION. RICO, M., 1958. Memoria de los descubri- 81
mientos relativos a la antigua Lucentum. Com. Prov. De Monumentos. Alicante. ABAD,
L., 1984. Los Orígenes de la ciudad de Alicante. Alicante. TARRADELL, M. y MARTIN, G.,
1970. “Els Antigons-Lucentum”. Papeles del Laboratorio de Arqueología. Valencia. RON-
DA, A. Y SALA, F., 1990. “Excavaciones Arqueológicas en Benalúa”, en Historia de Alicante,
vol. I. Alicante. ROSSER LIMIÑANA, P., 1991. “Últimos descubrimientos Arqueológicos”
en Historia de Alicante, Vol. I. Alicante. ROSSER LIMIÑANA, P., 1991. “El asentamiento tar-
dorromano en el estudio del poblamiento de la ciudad y término municipal de Alicante.
Estado de cuestión”. Jornadas internacionales.
19 - RICO, 1892; 1894; 1984; TARRADELL-MARTÍ, 1970.
20 - RICO,1892;1894;1984; TARRADELL-MARTÍ,1970; REYNOLDS,1985; REYNOLDS,1987;
ROSSER,1989a; ROSSER, 1990b; ROSSER, 1991a; ROSSER, 1991c; SALA-RONDA,1990; RON-
DA-SALA,1993. Más recientemente, RONDA-SALA, 2000. El asentamiento tardorromano
del barrio de Benalúa (Alicante): las actuaciones arqueológicas de 1989, en Scripta en ho-
norem Enrique A. Llobregat Conesa, coord. por OLCINA DOMÉNECH, MANUEL H.; SOLER
DÍAZ, JORGE A. , 2000. Vol. 1, págs. 443-458.
21 - ROSSER, 1989a; ROSSER, 1989b; ROSSER, 1990b.
22 - MARTÍNEZ MORELLA, V., 1961. El yacimiento arqueológico de Fontcalent. Ali-
cante, Congreso Nacional de Arqueología, nº VII, Barcelona.
23 - TORRO y FERRER, 1986: pág. 129 y ss.
24 - ABAD, 1984, pág. 112; REYNOLDS, 1985, pág. 148 y ss. ; GUTIÉRREZ, 1988b;
ROSSER, 1989b; ROSSER, 1991b.
25 - ORTEGA PÉREZ, J.R., MOLINA MAS, F.A., REINA GÓMEZ, I., 2009. Memoria final
de la intervención arqueológica: Castillo Santa Bárbara, 2009. Alicante. Inédito.
Por lo tanto, y con lo dicho hasta ahora y mientras no aparezcan nuevos ha-
llazgos, podríamos concluir que para el momento de la dominación bizantina
de estas tierras existían una serie de asentamientos costeros (Las Torres, TB/III
y Antigones)26, con un posible castrum en el monte Benacantil y la necrópolis
de su llano más próximo (con claridad Pllb, el nivel inferior de la necrópolis del
Palacio Llorca), y un asentamiento en Fontcalent para el control del paso entre
los valles medio y bajo del Vinalopó y el Camp d’Alacant. Habría que pensar
que algunos de estos asentamientos correrían la suerte de sus posibles crea-
dores o promotores al ser expulsados, los bizantinos, pero otros perdurarán
en época visigoda.
82 83
Volviendo a la zona del Casco Antiguo de Alicante, hay que hablar para este
momento de la aparición del nivel superior de enterramientos en las excavacio-
nes del Palacio Llorca y Rambla, al menos de la mayoría de sus tumbas (PLlc),
y que aporta nuevos datos a la idea de una posible ocupación tardoantigua,
anterior a los musulmanes, en el Casco Antiguo.
Este hallazgo significó un gran salto en la investigación histórico-arqueológi- Mapa similar al anterior, aunque con escasa dispersión de materiales por la zona:
ca de los orígenes de la actual ciudad de Alicante, que nos obligó a replantear asentamiento en altura visigodo, y necrópolis en el llano inferior izquierdo. Tampo-
muchas de las teorías esbozadas hasta ahora. co, por ahora, se ha podido identificar ningún asentamiento en el llano.
29 - ORTEGA PÉREZ, J.R., MOLINA MAS, F.A., REINA GÓMEZ, I., 2009. Memoria final
Cubierta e inhumaciones de la tumba sp-I del Parque de la Ereta de la intervención arqueológica: Castillo Santa Bárbara, 2009. Alicante. Inédito. Agrade-
cemos, de nuevo, a sus excavadores el poder usar esta información.
30 - GUTIÉRREZ LLORET, S., 1996. La Cora de Tudmir de la Antigüedad Tardía al Mun-
do Islámico. Poblamiento y Cultura Material.
31 - GUTIÉRREZ, S., 1994. La cerámica tosca a mano de los niveles tardíos de Begastri
(siglos VI-VIII). Avance preliminar. Antig. crist. 1, 1984 (2a ed. 1994), pp. 145-154.
hábitat agrupado en dispersos núcleos de pequeñas y medianas dimensiones
en el agro circundante (vicus/aldeas/centros religiosos), que pasan a ser contro-
lados desde un castellum ubicado en el monte Benacantil, que podría hacer las
funciones tanto de hábitat, como de atalaya defensiva y de controlador adminis-
trativo y fiscal de un amplio territorio en su derredor36.
Al menos en sus laderas recayentes al mar, y por un reciente descubrimiento
que hemos hecho en la zona de la Villavieja, debió existir un complejo religioso
de tipo rupestre, que abre nuevas perspectivas y obliga a nuevos planteamientos.
90 91
Planimetría de la zona afectada por las intervenciones arqueológicas, en
donde se señalan las catas (con número y trama gris de fondo) y las es-
tructuras rupestres y hornacinas (con número y trama amarilla o naranja).
Elaboración: ESTRATS para COPHIAM-Patronato Municipal de la Vivienda.
Ortofoto de la zona. Elaboración: Grupo Global. Cubierta de roca de la estancia rupestre. Ortofoto.
Elaboración: Grupo Global.
96 97
Aunque una puerta hacia dentro en un espacio tan reducido no parece muy
plausible, en la esquina interna de la jamba izquierda, parcialmente quebrada,
hay restos de hierro en la roca, que permite pensar que se trata de los restos
de las bisagras de una puerta interior. Por otra parte, cabe la posibilidad que la
posible puerta fuera posterior a la funcionalidad original de la estancia.
La segunda hendidura circular recortada en el suelo de roca de la estan-
cia, se localiza cerca de la esquina noreste con un diámetro de 0,24 m. Se
encuentra rellena por una argamasa de yeso endurecida y compacta que
revela un fragmento de hierro, cercano al centro de la hendidura, y que se
dejó sin excavar. Cabe la posibilidad de que se trate de una huella de poste
con restos de un alma de hierro. Bancada.
En la pared Norte, situada frente a la entrada, destacan en la parte superior
cuatro hornacinas abovedadas de dimensiones similares: 0,37 m de altura, en-
tre 0,22 y 0,30 m de anchura y de 0,14 a 0,17 m de hondo en su base. En medio
de las dos hornacinas de la izquierda, se aprecian sendas cruces pintadas en
negro. También se observan restos de policromía azul y roja en la zona central,
así como diversas perforaciones enmarcando a las hornacinas, posiblemente
para ensamblar un recuadro de madera en torno a las mismas.
98 Lateral izquierdo. 99
Por debajo, a media altura, encontramos una hendidura horizontal y fondo abo-
cinado con unas dimensiones de 1,26 m de longitud, 0,8 de altura y 0,7 m de hondo.
En la parte inferior, se observa la continuación del banco corrido de la pared
Oeste, aunque más estrecho (0,23 m) y también con la pared ligeramente curvada.
39 - Agradecemos muy sinceramente al arquitecto José Luis Bartet Cardiel el trabajo Bancada frontal.
realizado, con el entusiasmo y profesionalidad que le caracterizan
En la pared Este encontramos, en la mitad inferior, un banco corrido a ma-
yor altura (0,68 m) y más estrecho (0,17 m), con hendiduras o entalladuras de
sección cuadrangular de 0,07 m lado y una longitud de 0,20 m, que continua
tras la pared del fondo. Parece que se trata de los huecos para encajar las ‘vigas’
de una plataforma a modo de mesa o de ‘altar’. En la mitad superior se han ta-
llado tres hornacinas de dimensiones similares a las de la pared Norte aunque
descentradas hacia la derecha, al dejar un espacio liso en el extremo izquierdo.
Cubierta, hornacinas, y hendidura frontal, junto a las hornacinas del lateral derecho.
100 101
Proyección axionométrica en 3d. Elaboración: José Luís Bartet Cardiel. Bancada con entalladuras.
Estructura rupestre con proyecciones axiométricas.
Elaboración: José Luís Bartet Cardiel.
Tras la retirada de las terreras procedentes del derribo del solar que tapaba
parcialmente estas estructuras, se procedió a la limpieza y documentación de
las hornacinas H.1 / H.2, talladas en la roca.
102 103
Proyección axionométrica en 3d. Elaboración: José Luís Bartet Cardiel. Vista general de las hornacinas H.1 a la izquierda y H.2 en el centro.
A la derecha, estructura rupestre EA.1, ya tratada más arriba.
La H.1, se trata de una estructura negativa excavada en la roca de conside-
rables dimensiones semejante a una puerta pequeña con el techo en bóveda.
Alcanza el 1,50 m de altura, 0,82 de anchura y entre 0,26 y 0,46 de hondo en su
base. La pared del fondo es vertical, y en la misma se observa una leve grieta
natural de la roca. Su base se halla recortada en L.
Hornacina H.1.
108 109
Estancias con columbarios. Estancias con columbarios.
Cueva XVI de Alcarra. Cueva V de Alcarra.
Exterior de Iglesia Rupetra de Páceta.
112 113
Necrópolis de la Ereta.
Por lo tanto, tendríamos que encuadrar las estructuras rupestres que nos cido, tipo aldea, controlando quizá la ensenada de la Albufereta, tanto por sus
ocupan en dicho contexto cronológico y cultural, con una clara implantación del posibles piscifactorías, sus salinas, etc.
cristianismo en nuestras tierras desde al menos el s. V y con perduración hasta En cuanto al entorno algo más alejado, para este mismo momento, tendríamos
–al menos- la llegada de los musulmanes, a principios del s. VIII. yacimientos más o menos cercanos analizados por Gutiérrez43. Entre ellos citare-
Es cierto que no podemos descartar que el hallazgo pueda encuadrarse tam- mos el poblado en altura de Castellar de Morera (Elche, Alicante), la necrópolis
bién en un contexto mozárabe, esto es, de una población cristiana bajo dominio de Vistalegre (Aspe, Alicante)44, el área de habitación de El Empalme (Caravaca,
musulmán, como quiera que para los inicios de la ocupación islámica de Alican- Murcia) 45, el Cerro del Castillo, en la Ciudad de Lurqa (Lorca, Murcia) 46, el asen-
te y hasta ½ del s. XI, como ya hemos comentado más arriba, no podemos ha- tamiento agrícola de Torralba (Lorca, Murcia)47, y la necrópolis de Los Pontones
blar de un núcleo urbano consolidado en la actual Villavieja. Es, efectivamente, (Albacete)48.
a partir de esa fecha y no antes, que se documenta un recinto defensivo que En cualquier caso, los paralelos más claros para el asentamiento del Tossal
protege y limita un espacio urbano claro, la medîna Laqant de los textos. de les Basses serán Fontcalent, la Alcudia y el Horizonte I del Tolmo de Minate-
Podríamos pensar también en unas instalaciones cristianas en los primeros da, como se verá en una pronta publicación.
momentos de la ocupación islámica (de inicios del s. VIII al s. X). Sobre la posi- En el año 713 d.C., se produce el llamado Pacto de Tudmir entre el godo Teo-
ble existencia de mozárabes en Alicante, no es mucho lo que sabemos, si bien domiro de Orihuela, y Abd Al-Aziz, hijo de Musa b. Musair, Gobernador General
podemos apuntar dos datos: en primer lugar, la documentación de algún ente- de Cairauan, capital de Ifriqiya y el Magrib. Como es sabido, en dicho acuerdo
rramiento en la necrópolis del Archivo Municipal que pudiera mantener el rito aparece Alicante (Laqant) como una de las siete “ciudades” que lo acatan. Se
cristiano ya en contextos estratigráficos musulmanes. Por otro lado, la toponí- comprometían todas ellas, y el mismo Teodomiro, a reconocer la real y efectiva
mia nos ha permitido saber que el barranco del Rihuet, luego calle Bailen y parte soberanía islámica, a cambio de convertirse este en el administrador del territo-
de la actual Rambla de Méndez Núñez, se llamaba de Canicia hasta al menos el rio de lo que ahora pasaría a llamarse la Cora de Tudmir49.
s. XVII. Ello puede llevarnos a pensar, debido al significado del topónimo y por Al igual que ocurre con otros enclaves que aparecen en el Pacto de Teo-
paralelos, a que los musulmanes le pusieran dicho nombre por haber encontra- domiro50, la Lqnt del tratado pudo estar situada sobre un cerro, el Benacantil,
do a su llegada estructuras y/o asentamientos claramente cristianos, que viene que le permitió el dominio sobre un amplio territorio desde la costa hasta las
a coincidir –entre otras cosas- con lo ahora exhumado. montañas del interior.
Por último, está documentada la existencia en el s. IX de un Obispo en la
antigua ciudad romana de Ilici (la Alcudia de Elche o la propia Elche).
114 En cualquier caso, y como hemos subrayado anteriormente, es muy difícil con- 115
cretar a cuál de estos momentos podríamos adscribir los restos ahora exhumados,
manteniéndonos en la cronología habitualmente aceptada de ss. V-VI al X dC.
Volviendo al estudio de la tardo-antigüedad que nos ocupaba, podemos de-
cir que la actividad agrícola directamente dependiente del castellum, con inde-
pendencia de que hubiera otras explotaciones más distantes, se desarrollaba
en los llanos circundantes, donde también se ubicarían los cementerios y quizá
algún tipo de actividad artesanal y/o industrial, muy probablemente formando
parte de extensas propiedades eclesiásticas.
A poca distancia del Benacantil, en la ensenada natural de la playa del babel
o baber existiría un embarcadero y, quizá, algún tipo de actividad industrial, ya
muy residual por los pocos hallazgos que se producen, en contraste con el rela-
cionado con la ocupación bizantina de la zona.
Controlando tanto un nacimiento natural de aguas termales, como la comu-
nicación con el Valle del Vinalopó y la Vía Augusta, existiría otro asentamiento 43 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 366.
en una pequeña elevación de la Sierra de Fontcalent. Su posible relación con 44 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 385.
algún tipo de comunidad religiosa no puede descartarse, debido al grafito co- 45 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 371.
mentado más arriba, pero ir más allá sería caer en la mera conjetura sin base 46 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 375.
arqueológica mínima. 47 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 375.
Por último, pero no por ello menos importante, tendríamos otra zona de 48 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 377.
gran interés: el Tossal de les Basses, que si en las etapas anteriores (al menos, 49 - Territorio que se extendía entre las cuencas del río Segura y el río Vinalopó, in-
TB/II, III y IV) conformaron una gran necrópolis vinculada a un edificio religioso, cluyendo las “ciudades” de Orihuela, Mula, Lorca, Elche, “Balantala”, “Iyyuh” y Alicante.
con posterioridad (TB/V) es decir en la etapa que nos ocupa, se transformaría 50 - Lurqa en el Cerro del Castillo, Mula en el Cerro de la Almagra, Begastri en el ca-
en un asentamiento rural distinto arquitectónicamente de lo hasta ahora cono- bezo Roenas e Iyi(h) en el Tolmo de Minateda (ABAD et alii, 1993: 166).
116