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La ladera del monte Benacantil en el origen de Alicante: el asentamiento


tardo-antiguo.

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Pablo Rosser Limiñana
Juan Antonio Barrio Barrio
José María Galán Boluda

AN ROQUE 1

Y LADERAS
DEL BENACANTIL
70
L A LADERA
DEL MONTE
BENACANTIL
71

EN EL ORIGEN
DE ALICANTE:
EL ASENTAMIENTO
TARDO-ANTIGUO

Pablo Rosser Limiñana


Arqueólogo.
Jefe del Patrimonio Cultural de Alicante.
DE LA “FASE OSCURA” A
LA LLEGADA
DE LOS CRISTIANOS

D
ejando de lado los asentamientos prehistóricos del monte Benacan-
til, quizá es novedad plantear la existencia de una “fase oscura”, pero
no por ello sin importancia, todo lo contrario. Corresponde a un am-
plio período de tiempo, desde la protohistoria hasta época romana
alto-imperial, en donde por el material encontrado en superficie, como por el
registro material documentado en las distintas intervenciones arqueológicas
realizadas en el Castillo y Monte Benacantil, sabemos de la existencia de algún
72 tipo de asentamiento, sin que podamos avanzar mucho más sobre el tipo de 73
instalación, características, extensión, etc. Sí podemos avanzar que para época
protohistórica, es muy probable que, coincidiendo con el importante poblado
del Tossal de les Basses de la Albufereta (al menos desde principios del s. V, y
hasta finales del s. IV aC.), los íberos tuvieran algún tipo de construcción en la
cima del Benacantil, quizá de tipo defensivo, pero tampoco se puede descartar
que fuera de tipo religioso (un santuario, por ejemplo). Algunas terracotas apa-
recidas laderas abajo del Benacantil podrían apuntar por ahí.

Terracota encontrada por Lafuente bajo la Cara del Moro.

Terracotas encontradas en un relleno, muy probablemente de


aportes de las laderas del Benacantil, en las recientes intervenciones
arqueológicas de la Torre de la Pólvora (Plaza del Puente), realizadas
bajo la dirección de Margarita Borrego y Pablo Rosser.
A partir de mediados del s. III aC., coincidiendo con el período de dominio
Bárquida de amplios territorios de la costa peninsular, y al igual que se levanta
un importante fortín defensivo en el Tossal de Manises (Albufereta), no pode-
mos descartar que los cartagineses emplazaran en la cima del Benacantil algún
tipo de instalación defensiva. La misma función pudo tener el Benacantil en las
Guerras Civiles romanas posteriores a la Segunda Guerra Púnica.
La estabilidad política y social que la romanización traerá a estas tierras, so-
bre todo a partir del Imperio, no nos hacen pensar que los romanos usaran el
Benacantil como enclave defensivo, aunque la aparición –por ahora descontex-
tualizada- de abundante cerámica de esta época (por ejemplo, en los alrede- LAS FASES TARDORROMANA
dores del Baluarte de Santa Ana), nos habla de la existencia de algún tipo de
asentamiento, del que poco más podemos decir por ahora. El afloramiento, bajo
Y TARDO-ANTIGUA
las estructuras medievales del Macho del Castillo, de un pavimento de opus cae-
menticium avalaría la existencia de dicho asentamiento aún por definir en sus

P
características más concretas.
ara hablar de tan importante periodo es necesario ampliar la reflexión
a lo que ocurre en toda la zona de Alicante. Estamos seguros que futu-
ras intervenciones arqueológicas en distintos puntos del castillo com-
Localización posible y dispersión del asentamiento ibérico, pletarán la información que ahora sencillamente apuntamos, y que es
púnico y romano en el Monte Benacantil, con dispersión de fruto más de lo que deducimos pudiera acontecer en el Benacantil a partir de lo
hallazgos según intensidad. que ocurre en las zonas colindantes al mismo, que de la información arqueoló-
gica propiamente dicha.
Hacia mediados del siglo V y hasta principios del siglo VI dC., período que
denominamos “tardorromano”, se observa en nuestras tierras algunas variacio-
nes claras, fundamentalmente con respecto a la pervivencia o no -y ubicación-
74
de los asentamientos en el término municipal de Alicante. Recordando que el 75
municipio romano de Lucentum sucumbió en el s. III dC, podemos decir que, en
la Albufereta, algunas villas, como Parque Naciones, perduran, documentándo-
se instalaciones industriales y una necrópolis, mientras que otras desaparecen
(p.e. Castillo Ansaldo, o Casa Ferrer). Por su parte, el Embarcadero romano alto-
imperial1 de la ya desaparecida ciudad de Lucentum, ahora se amortiza2 con
algunas tumbas de inhumación3 .

1- ORTEGA PÉREZ, J. R., 2002. Informe Preliminar de la Actuación en el área arqueo-


lógica entre el P.K. 0’320 y el P.K. 0’600 del encauzamiento del barranco de La Albufereta
(Alicante) desde Vía Parque hasta la desembocadura al mar. ORTEGA PÉREZ, J. R., 2002.
Informe Preliminar de la Actuación en el área arqueológica entre el P.K. 0’600 y el P.K.
0’500 del encauzamiento del barranco de La Albufereta (Alicante) desde Vía Parque has-
ta la desembocadura al mar. Inéditos.
2 - Dicho embarcadero ha sido desmontado por el COPHIAM para su conservación en
las recientes obras realizadas en la zona.
3 - Algo similar se ha documentado en Málaga, en donde en el contexto de la deca-
dencia de la ciudad a partir del s. III, y sobre la escollera del puerto romano, se formó una
playa sobre la que se situó una necrópolis. En este caso, como podría ocurrir en la cima
del Tossal de Manises (solar donde había estado la antigua ciudad romana de Lucentum),
dicha necrópolis era de la primera época islámica. ACIÉN ALMANSA, M., 1993. “La cultu-
ra material de época Emiral en el sur de al-Andalus. Nuevas perspectivas”. En MALPICA
CUELLO, A. (Ed.). La cerámica altomedieval en el Sur de al-Andalus, Granada, págs. Págs.
155-172.  
ros más intensa. En definitiva se experimenta una concentración de los asenta-
mientos, hasta ahora algo dispersos, en varias instalaciones, fundamentalmente
costeras, en donde junto a la actividad agrícola y comercial, desarrollarán la
producción de salazón en piscifactorías, de las que aún se conservan restos en
la Albufereta6, que también se constatan, por ejemplo, en el yacimiento de Pun-
ta de l’Illa en Cullera7 y, más recientemente, en otro de la misma población y
similar al que nos ocupa8, que se relaciona, además, con aquellas instalaciones
productivas que ya en aquellos momentos regentaba la Iglesia9, con paralelos
en la sede episcopal de Barcino10 y Valentia11, así como en el monasterio de
Mura en Lliria12.
Para localizar otros yacimientos que se encuadren dentro del contexto cro-
nológico del s. VI tenemos que trasladarnos al actual núcleo urbano de la ciudad
de Alicante. Es allí donde, se encuentra el asentamiento en altura del Monte Be-
nacantil (actual Castillo de Santa Bárbara) el cual, iniciándose en el s. V, perdura
en el VI13, enmarcándose dentro del fenómeno del “encastillamiento”14 .
Al principio de los años ochenta del siglo pasado, el arqueólogo Paul Reynols
prospectó las laderas del monte, y más allá del típico material ibérico y romano,
destacó la abundancia de material bajo imperiales, que podría llegar, al menos,
hasta el siglo VI d. C.15

Vista del embarcadero desde el norte.


6 - OLCINA DOMÉNECH, M.-PÉREZ JIMÉNEZ, R., 1998. La ciudad ibero-romana de
Lucentum (el Tossal de Manises, Alicante). Introducción a la investigación del yacimiento
Es, sin embargo, la zona del Tossal de les Basses la que, en este momento, arqueológico y su recuperación como espacio público. Diputación Provincial de Alicante.
concentra el asentamiento más importante. Así, hemos podido documentar, en Págs. 89-90.
76 la desembocadura de la albufera, una necrópolis tardía, la “de las Torres”, que 77
7 - GARCÍA VILLANUEVA, M. L.; ROSSELLÓ MESQUIDA, M., 1992. Las ánforas tardorro-
podríamos situar a principios del siglo VI, y que se relaciona con la última fase manas de Punta de l’Illa de Cullera, Trabajos Varios del SIP, nº 89, Valencia, págs. 639-661.
de ocupación de una de las villas romanas exhumadas en las actuales excavacio- 8 - ROSSELLÓ I MESQUIDA, M., 2005. Un establiment de producció de saladures del
nes que desarrolla el COPHIAM4 en el Tossal de les Basses. En esta última zona ss. V-VI dC. en Cullera (Valencia), QULAYRA, I, págs. 33-54.
documentamos otras instalaciones agropecuarias e industriales, así como una 9 - ROSSELLÓ I MESQUIDA, M., 2005, pág. 49.
importante necrópolis, muy probablemente desarrollada en torno a un edificio 10 - BELTRÁN, J., 2001, Una factoría de garum I salaó de peix a Barcino, De Barcino
de culto cristiano, una basílica. a Barcinona (segles I-VII). Les restes arqueològiques de la plaça del Rei de Barcelona.
Lógicamente, puede pensarse que estamos ante un importante y extenso Museo d’Historia de la Ciutat, Ayuntamiento de Barcelona.
“asentamiento” costero, contemporáneo al portuario y comercial de la Meseta 11 - ÁLVAREZ, N.; PASCUAL, G.; PÉREZ, G.; RIBERA, A., 2005. Un área productiva en
dels Antigons (actuales Barrios de Benalúa y Séneca-Autobuses), y en donde un edificio del Foro de Valentia en el bajo imperio (s. IV-V), VI Reunió d’Arqueologia Cris-
también se documenta una necrópolis fechada en el s. VI5. tiana Hispánica. Valencia, 8-10 de mayo de 2003.
En cualquier caso, hay que concluir que documentamos una importantísima 12 - ESCRIVÀ, V.; MARTÍNEZ, C.; VIDAL, X., 2005. Edeta en la Antigüedad tardía (Lliria,
transformación de los sistemas de poblamiento del agro alicantino en torno a la Valencia), VI Reunió d’Arqueologia Cristiana Hispánica. Valencia, 8-10 de mayo de 2003.
Albufereta y la Playa de San Juan. La estructura pre-existente de varias villas rús- 13 - ABAD, 1984, pág. 112; REYNOLDS, 1985, pág. 245; GUTIÉRREZ, 1988b; ROSSER,
ticas prácticamente desaparece definitivamente, lo que nos hace pensar en un 1989b ; ROSSER, 1991b.
diferente modo de explotación agrícola de la zona, con una aún mayor concen- 14 - TORRO y FERRER, 1986: pág. 129 y ss.
tración de la propiedad, así como con una explotación de los recursos pesque- 15 - REYNOLDS, P., 1986. Cerámica tardorromana modelada a mano de carácter lo-
cal, regional y de importación de la provincia de Alicante. LUCENTUM, IV, Págs. 245- 267.
REYNOLDS, P., 1987. El yacimiento tardorromano de Lucentum (Benalúa-Alicante): las
cerámicas finas. Catálogos de fondos del Museo Arqueológico. Diputación Provincial de
4 - Unidad de Conservación del Patrimonio Histórico-Artístico Municipal, actual De- Alicante. Alicante. REYNOLDS, P., 1993. Settement and pottery in the Vinalopó Valley (Ali-
partamento de Patrimonio Cultural Municipal de Alicante. cante, Spain), a.d. 400-700. Brithis Archaeological Reports International Series, nº 588.
5- ABAD, L., 1984, pág. 116. Ed. Tempus Reparatum. Archaeological and Historical Associated Limited. Oxford.
En las intervenciones arqueológicas que últimamente se están realizando
en la fortaleza16 también han aparecido materiales adscribibles a este período.
En vajilla de mesa, las Formas Hayes 104 B/C, y Hayes 99. En cerámica común,
las formas Reynolds 5.2, fragmento de cuello estrecho, cilíndrico y moldurado,
fragmento de borde de cazuela.
Es a dicho asentamiento en altura a donde debemos adscribir los materiales
rodados que documentamos en el Palacio Llorca, actual Archivo Municipal, (fase
PLLa) que aparecen tanto en el nivel donde se excavan las tumbas visigodas del
nivel superior (PLLc), como en los vertederos emirales (PLLd)17.

Material tardorromano de la intervención arqueológica en la cubierta


78 de la Sala Larga, en el Macho. 79

Asentamiento en altura tardorromano y la enorme dispersión de mate-


riales que ha producido la escorrentía, sin que podamos concretar, por
ahora, la posible existencia de algún tipo de asentamiento en el llano.

16 - ORTEGA PÉREZ, J.R., MOLINA MAS, F.A., REINA GÓMEZ, I., 2009. Memoria final
de la intervención arqueológica: Castillo Santa Bárbara, 2009. Alicante. Inédito.
17 - En una pronta publicación se analizará en profundidad el importantísimo yaci-
miento del Palacio Llorca (actual Archivo Municipal).
La inestabilidad política del momento pudo ir influyendo, por tanto, en este La aparición de las ánforas KEAY LXI y LXII en la necrópolis del entorno de la
abandono masivo de una zona antes más densamente poblada, así como en la villa de Parque de las Naciones, ya comentada, y que vuelven a documentarse
aparición de un asentamiento de altura en el Benacantil. La posible llegada de en las actuales excavaciones del Tossal de les Basses III, junto a la Urbanización
las tropas y naves imperiales de Mayoriano al Portus Ilicitanus en el 460 dC., Las Torres, junto con TSCD de los tipos 103A y 99, llevan a estos yacimientos a
junto con la caída del Imperio de Occidente sólo unos años después, puedo pro- finales del s. VI o principios del s. VII.
vocar un repliegue de efectivos humanos y de centros de producción a pocas zo- No obstante, el asentamiento más importante para este momento –al me-
nas (hasta ahora sólo hemos documentado las citadas de Parque Naciones, Las nos en cuanto a registro material, y relacionado igualmente con la llegada de los
Torres, Tossal de les Basses II y Antigons), como núcleos también de intercambio bizantinos- debe ubicarse en una antigua Meseta denominada de “los Antigo-
comercial, fundamentalmente con el Norte de África y Oriente. A ellos habría nes” (actuales Barrios de Benalúa y Séneca-Autobuses) 18, si bien está atestigua-
que unir un enclave, al menos defensivo, en la cima del Benacantil. da una presencia romana desde por lo menos el s. I aC 19.
Tampoco puede descartarse en esa transformación del poblamiento la im- Este asentamiento, junto a la playa del “Babel” o “Baber”, parece podría te-
plantación del cristianismo y el control de grandes propiedades por parte del ner un sentido estrictamente industrial-comercial 20, como punto de fabricación,
nuevo poder eclesiástico. y embarque y desembarque de mercancías, con algunas villas donde vivirían los
La tendencia a la concentración se debió consolidar con la ocupación efecti- propietarios de las instalaciones21.
va de estas tierras por los Bizantinos a partir de mediados del s. VI, momento al Otro importante asentamiento tardío, es el ubicado en la Sierra de Fontca-
que llegan los yacimientos anteriormente citados. lent 22, uno de los yacimientos en altura de los surgidos a partir del siglo V 23,
documentados en el Término Municipal de Alicante junto con el Monte Benacantil
24
. En las intervenciones del interior de la fortaleza se han identificado algunos
fragmentos cerámicos de este período, por ejemplo TSCD de las formas Hayes
El monte Benacantil en cuya cima se encuentra 99c, 104 y 104C 25.
el Castillo de Santa Bárbara.

18 - TARRADELL, M.; MARTIN, G., 1970. Els Antigons-Lucentum. Una ciudad romana
en el casco antiguo de Alicante. Valencia. MARTINEZ MORELLA, V. “Hallazgos paleocris-
80 tianos en Alicante”. Diario INFORMACION. RICO, M., 1958. Memoria de los descubri- 81
mientos relativos a la antigua Lucentum. Com. Prov. De Monumentos. Alicante. ABAD,
L., 1984. Los Orígenes de la ciudad de Alicante. Alicante. TARRADELL, M. y MARTIN, G.,
1970. “Els Antigons-Lucentum”. Papeles del Laboratorio de Arqueología. Valencia. RON-
DA, A. Y SALA, F., 1990. “Excavaciones Arqueológicas en Benalúa”, en Historia de Alicante,
vol. I. Alicante. ROSSER LIMIÑANA, P., 1991. “Últimos descubrimientos Arqueológicos”
en Historia de Alicante, Vol. I. Alicante. ROSSER LIMIÑANA, P., 1991. “El asentamiento tar-
dorromano en el estudio del poblamiento de la ciudad y término municipal de Alicante.
Estado de cuestión”. Jornadas internacionales.
19 - RICO, 1892; 1894; 1984; TARRADELL-MARTÍ, 1970.
20 - RICO,1892;1894;1984; TARRADELL-MARTÍ,1970; REYNOLDS,1985; REYNOLDS,1987;
ROSSER,1989a; ROSSER, 1990b; ROSSER, 1991a; ROSSER, 1991c; SALA-RONDA,1990; RON-
DA-SALA,1993. Más recientemente, RONDA-SALA, 2000. El asentamiento tardorromano
del barrio de Benalúa (Alicante): las actuaciones arqueológicas de 1989, en Scripta en ho-
norem Enrique A. Llobregat Conesa, coord. por OLCINA DOMÉNECH, MANUEL H.; SOLER
DÍAZ, JORGE A. , 2000. Vol. 1, págs. 443-458.
21 - ROSSER, 1989a; ROSSER, 1989b; ROSSER, 1990b.
22 - MARTÍNEZ MORELLA, V., 1961. El yacimiento arqueológico de Fontcalent. Ali-
cante, Congreso Nacional de Arqueología, nº VII, Barcelona.
23 - TORRO y FERRER, 1986: pág. 129 y ss.
24 - ABAD, 1984, pág. 112; REYNOLDS, 1985, pág. 148 y ss. ; GUTIÉRREZ, 1988b;
ROSSER, 1989b; ROSSER, 1991b.
25 - ORTEGA PÉREZ, J.R., MOLINA MAS, F.A., REINA GÓMEZ, I., 2009. Memoria final
de la intervención arqueológica: Castillo Santa Bárbara, 2009. Alicante. Inédito.
Por lo tanto, y con lo dicho hasta ahora y mientras no aparezcan nuevos ha-
llazgos, podríamos concluir que para el momento de la dominación bizantina
de estas tierras existían una serie de asentamientos costeros (Las Torres, TB/III
y Antigones)26, con un posible castrum en el monte Benacantil y la necrópolis
de su llano más próximo (con claridad Pllb, el nivel inferior de la necrópolis del
Palacio Llorca), y un asentamiento en Fontcalent para el control del paso entre
los valles medio y bajo del Vinalopó y el Camp d’Alacant. Habría que pensar
que algunos de estos asentamientos correrían la suerte de sus posibles crea-
dores o promotores al ser expulsados, los bizantinos, pero otros perdurarán
en época visigoda.

Actual zona arqueológica de Benalúa, Séneca-Autobuses que engloba


a lo que fue la Meseta dels Antigons.

82 83

Zona de Fontcalent en una fotografía de principios del s. XX.

El Tossal de les Basses se consolida ahora, a partir de la mediados del s.


VII, como el lugar donde enterrarse en época visigoda (TB/IV). Se trata, efecti-
vamente, del yacimiento de esta época más importante encontrado en la Al-
bufereta. No entraremos en detalles sobre el mismo por estar ahora en plena
excavación arqueológica, con pronta publicación.
Asentamiento en altura bizantino, con su dispersión de materiales (zona
gris claro), y necrópolis en el llano (gris oscuro inferior izquierdo).
Tampoco ahora se ha podido identificar ningún asentamiento en el llano.
26 - De tipo comercial y, quizá, también dedicados a la producción de salazón, como
ocurre por ejemplo en las costas de Murcia para esta misma época.
Algunas de las tumbas de la actual excavación arqueológica en
el Tossal de les Basses.

Volviendo a la zona del Casco Antiguo de Alicante, hay que hablar para este
momento de la aparición del nivel superior de enterramientos en las excavacio-
nes del Palacio Llorca y Rambla, al menos de la mayoría de sus tumbas (PLlc),
y que aporta nuevos datos a la idea de una posible ocupación tardoantigua,
anterior a los musulmanes, en el Casco Antiguo.
Este hallazgo significó un gran salto en la investigación histórico-arqueológi- Mapa similar al anterior, aunque con escasa dispersión de materiales por la zona:
ca de los orígenes de la actual ciudad de Alicante, que nos obligó a replantear asentamiento en altura visigodo, y necrópolis en el llano inferior izquierdo. Tampo-
muchas de las teorías esbozadas hasta ahora. co, por ahora, se ha podido identificar ningún asentamiento en el llano.

Para la etapa de transición al mundo alto-medieval (finales del s. VII-VIII), en


84 la misma zona del Tossal de les Basses, ya citada, actualmente se está excavando 85
por el COPHIAM un posible hábitat (TB/V), posterior a la necrópolis principal, cir-
cunstancia que es de radical importancia para el análisis del final de la antigüedad
tardía en estas tierras. En la ya varias veces anunciada próxima publicación de
dichas excavaciones, profundizaremos en ello. Aquí sólo podemos, y debemos,
apuntar el dato por su relevancia histórica.
Junto a ese hábitat se documenta, igualmente, un pequeño –creemos- ce-
menterio. Estas tumbas estarían en conexión con un nuevo edificio religioso, al
que pertenecen las dos losas talladas a bisel con círculos y motivos de cruces y
rosetas en su interior, descubiertas por la misma zona en los años treinta (reutili-
zadas en tumbas muy probablemente islámicas) y que Llobregat encuadra, en sus
importantes estudios sobre la época paleocristiana valenciana, en el siglo VII27.
Por su parte, en el Casco Antiguo y para esta época creemos se puede adscri-
bir la necrópolis de la Ereta, excavada por el Patronato Municipal de la Vivienda
en unas excavaciones dirigidas por Margarita Borrego28, debido a la tipología de
las cubiertas con piedras mejor escuadradas.

27 - LLOBREGAT, 1970; 1977; 1985.


28 - Agradecemos a Margarita Borrego la información y planimetrías de este yaci-
Tumba 1 del nivel superior del Palacio Llorca II. miento, que nos ha proporcionado gentilmente.
Final de la época visigoda. Se localiza un asentamiento en altura, así como
una necrópolis en la Ereta (zona gris izquierda) y, quizá, un edificio religioso
en las cercanías de la actual Iglesia de Santa María (zona gris inferior).

Zona de la Ereta, en las laderas del Benacantil, en donde se


han exhumado nuevas tumbas tardoantiguas. A partir de todos estos hallazgos, y aunque la investigación arqueológica en
86 el Casco Antiguo sobre la ocupación en la antigüedad tardía no puede darse, ni 87
mucho menos, por concluida sí parece plausible avanzar que el asentamiento
humano en la zona podríamos explicarlo, a falta de otros hallazgos, a partir de
un castellum, ubicado en la cima del Monte Benacantil, en cuyas laderas apare-
cen las dos necrópolis citadas.
Efectivamente, las intervenciones arqueológicas en el interior del actual cas-
tillo están dando sus resultados, aunque muy tímidamente. Hay que tener en
cuenta que las intensas obras de construcción y reconstrucción de la fortaleza a
lo largo de su dilatada historia en muchos casos han destruido no sólo edifica-
ciones o construcciones anteriores sino, incluso, los propios niveles de ocupa-
ción. En cualquier caso, y aunque fuera de contexto, destacaríamos la aparición
en la reciente excavación arqueológica de la cubierta de la Sala Larga29, de una
Marmita de la forma Gutiérrez 6.530 /Begastri 2 (fig. 1.5)31.

29 - ORTEGA PÉREZ, J.R., MOLINA MAS, F.A., REINA GÓMEZ, I., 2009. Memoria final
Cubierta e inhumaciones de la tumba sp-I del Parque de la Ereta de la intervención arqueológica: Castillo Santa Bárbara, 2009. Alicante. Inédito. Agrade-
cemos, de nuevo, a sus excavadores el poder usar esta información.
30 - GUTIÉRREZ LLORET, S., 1996. La Cora de Tudmir de la Antigüedad Tardía al Mun-
do Islámico. Poblamiento y Cultura Material.
31 - GUTIÉRREZ, S., 1994. La cerámica tosca a mano de los niveles tardíos de Begastri
(siglos VI-VIII). Avance preliminar. Antig. crist. 1, 1984 (2a ed. 1994), pp. 145-154.
hábitat agrupado en dispersos núcleos de pequeñas y medianas dimensiones
en el agro circundante (vicus/aldeas/centros religiosos), que pasan a ser contro-
lados desde un castellum ubicado en el monte Benacantil, que podría hacer las
funciones tanto de hábitat, como de atalaya defensiva y de controlador adminis-
trativo y fiscal de un amplio territorio en su derredor36.
Al menos en sus laderas recayentes al mar, y por un reciente descubrimiento
que hemos hecho en la zona de la Villavieja, debió existir un complejo religioso
de tipo rupestre, que abre nuevas perspectivas y obliga a nuevos planteamientos.

Marmita Gutiérrez M6.5 encontrada en la intervención arqueológica


de la Sala Larga, en el Macho del Castillo.

Se documenta en los yacimientos próximos de Fontcalent (Alicante) y la


Alcudia (Elche), así como en Begastri (Cehegín, Murcia), Cerro de la Almagra
(Mula, Murcia)32 y el Tolmo de Minateda (Hellín, Albacete), entre otros, siendo
muy abundante en contextos de los siglos VII y VIII33. En este último yacimiento
se documenta en el Horizonte I34, paralelizable con el asentamiento alto-medie-
val que hemos descubierto en el Tossal de les Basses (Albufereta), si bien esta
forma no la hemos documentado aún allí.
Por su parte, las laderas más bajas y los llanos colindantes, como el actual
Casco Antiguo y Centro Histórico o Tradicional, serían zonas aptas para la ubi-
cación de los cementerios, así como para la explotación de cultivos de secano y
88 alguna que otra huerta. 89
Otro importante asentamiento tardío, como ya hemos citado, es el ubicado
en la Sierra de Fontcalent, que había sido habitado en la etapa anterior. Del estu-
dio que sobre la cerámica común del yacimiento han realizado indistintamente
Reynolds y Gutiérrez35, se puede proponer una cronología para la perduración
del asentamiento –o la creación de uno nuevo- que iría desde la 2ª ½ del s. VII a Ortofoto del complejo rupestre encontrado. Elaboración: Grupo Global.
la 1ª ½ del s. VIII, lo que paraleliza tanto con el Horizonte I del Tolmo de Minate-
da, como con TB/V del Tossal de les Basses, el propio Castillo y, quizá, la Ereta.
Con todo ello, como se puede comprobar, podríamos ir conformando un La realización de las obras de construcción del nuevo colegio de San Roque
esbozo del sistema de ocupación del territorio en los momentos previos a la en su nueva ubicación (parte final del barrio de la Villavieja, junto a la muralla y
llegada de los musulmanes en la zona de Alicante. Tendríamos, por un lado, un camino de ronda de acceso al Castillo de Santa Bárbara), obligaba a la necesaria
actuación arqueológica, previa a cualquier remoción de tierras en el solar de afec-
ción. En tal sentido, en el proyecto se incluyeron tanto los mencionados trabajos,
como su cuantía económica.
Es por ello que, de manera conjunta por parte del Patronato Municipal de la
32 - GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, R., FERNÁNDEZ MATALLANA, F., CRESPO ROS, Mª. S., Vivienda-Oficina RACHA y del Patronato Municipal de Cultura (a través del Depar-
1997. Yacimiento del Cerro de la Almagra (Mula, Murcia). Campaña de 1997. MEMORIAS tamento de Patrimonio Cultural), se han dirigido las mencionadas actuaciones
DE ARQUEOLOGÍA 12, 1997, págs. 409-426. arqueológicas.
33 - Para las formas M6.1, M6.2 y M6.5 se propone una fecha entre los siglos VII al IX
con una mayor presencia en el siglo VIII especialmente para la forma M6.1.
34 - GUTIÉRREZ LLORET, S., GAMO PARRAS, B., AMORÓS RUIZ, V., 2003. Los contextos
cerámicos altomedievales del Tolmo de Minateda y la cerámica altomedieval en el Sudes-
te de la Península Ibérica. Anejos de AEspA XXVIII, 2003, págs. 119-168.
35 - REYNOLDS, P., 1985; 1987 y GUTIÉRREZ, S., 1988. 36 - Tal y como volverá a ocurrir en época musulmana con el husun del Hins Laqant
En dichos trabajos arqueológicos37, y con independencia de otros hallazgos
de distinta consideración que se han documentado con método arqueológico
y extraído convenientemente, se ha producido un hallazgo que tanto por su
carácter único, así como por su antigüedad y estado de conservación, se ha
decidido –felizmente- su conservación in situ.
Efectivamente, en la parte trasera de lo que fueron viviendas recayentes a la
calle Villavieja, se ha documentado un frente de roca de las laderas del Benacantil
en el que se practicaron en una fecha antigua, que se concretará posteriormente,
una serie de trabajos para la realización de hornacinas y una cámara rupestre.
Las mencionadas hornacinas presentan distintas formas y deben, indefecti-
blemente, relacionarse con la cámara rupestre. Entrando en la descripción de
ésta última, diremos que es de planta cuadrangular y presenta, tallados en la
roca, una serie de elementos que lo relacionan claramente con un uso cultual y,
por lo tanto, religioso: bancos corridos, entalladuras para el soporte de elemen-
tos perecederos (un altar de madera), agujeros para el soporte de remaches o
elementos decorativos, columbarios o arquillos (en número de siete), presen-
tando en el interior de al menos dos de ellos una cruz latina pintada.
Al no haberse encontrado niveles arqueológicos en su interior, por haber
sido reutilizado como habitáculo posteriormente, sólo es posible proceder a
una datación de esta estructura rupestre por paralelos y contextos arqueológi-
cos similares.
El solar se dividió en tres niveles distintos, diferenciados por los grandes
desniveles existentes, como referencia para la descripción de los trabajos y
sus resultados:

90 91
Planimetría de la zona afectada por las intervenciones arqueológicas, en
donde se señalan las catas (con número y trama gris de fondo) y las es-
tructuras rupestres y hornacinas (con número y trama amarilla o naranja).
Elaboración: ESTRATS para COPHIAM-Patronato Municipal de la Vivienda.

1- Nivel Inferior: Espacio situado a la misma cota que la calle Villavieja,


sobre el cual no se va a actuar en esta campaña, pues ya fue excavado en cam-
pañas anteriores.
En el paramento de aterrazamiento entre los niveles Inferior e Intermedio,
se localizaron y excavaron diversas estructuras rupestres (EA.1, H.1 y H.2) y sub-
terráneas (EA.2).
2- Nivel Intermedio: Espacio intermedio, que engloba la Calle Antequera y
San Juan, en el cual hallamos viviendas talladas en la roca a diferentes alturas y
en diversa terrazas, entre grandes acumulaciones de escombros procedentes del
derribo de las casas y calles del solar. En este espacio se localizan las catas 3, 5 y 6.
3- Nivel Superior: Ámbito situado en la parte más alta que incluye tres ate-
rrazamientos abancalados de reducidas dimensiones sin restos visibles de casas
anteriores ni recortes visibles de la ladera rocosa. En este nivel se ubican las
catas 1, 2 y 4.
Dejando fuera de este avance los trabajos y hallazgos realizados en los niveles
“medio” y “superior” por no presentar ninguna incidencia, por encima de la de
37 - Realizados, bajo nuestra coordinación, por la empresa de arqueología ESTRATS. haber documentado los restos exhumados, nos centraremos en el nivel “inferior”.
Es allí, efectivamente, donde se han localizado estructuras arquitectónicas Tras retirar un tapiado de ladrillos con una pequeña abertura ya existente en
negativas excavadas en la roca, situadas en el espacio que divide el nivel infe- su parte superior38, se procedió a excavar el interior de una estancia tallada en
rior y el intermedio. Se trata de una estructura rupestre tapiada (EA.1) y dos la roca (EA.1: Estructura rupestre), y colmatada casi completamente por tierra,
hornacinas (H.1 y H.2) de mediano tamaño en la ladera rocosa, y que fueron escombros y material de construcción de época contemporánea. La colmata-
excavadas y documentadas. ción de este espacio apunta a una fecha de inicio en torno a la primera mitad del
También se localizó y excavó parcialmente una galería tapiada (EA.2) con siglo XX; aunque hay que tener en cuenta que se documentan diversas roturas
muro de sillería en la entrada, excavada en el relleno de un aterrazamiento y en el tabique de ladrillos que tapiaba el vano, por lo que en la parte superior del
con una estancia adyacente. Tampoco nos detendremos en ella por no verse relleno la basura acumulada era actual.
afectada por la consideración de “conservable”. Al vaciar este ámbito nos encontramos con un vano rectangular de 1,80
m de altura y 0,80 m de anchura, orientado al sur-suroeste, que da paso a un
corto pasillo de 0,50 m de fondo. Esta obertura conduce a un reducido espacio
de planta cuadrangular de 2,00 m de Este a Oeste y 1,65 de Norte a Sur, con
las paredes y esquinas ligeramente curvadas en las que se han tallado diversas
hornacinas, bancos corridos y hendiduras con restos de policromía roja y azul
sobre enlucido blanco. El techo es plano y desciende ligeramente hacia el norte
desde una altura media de 1,73 m hasta 1,67 m.

Fotografía de alzado, con indicaciones, de las Hornacinas H.1 y H.2,


así como estructura rupestre EA.1
92 93
Relleno de escombros modernos en el interior de la cavidad rupestre.
Fotografías: Vicente Bernabeu.

Fachada exterior y vano rectangular.


Estructura rupestre EA.1: planta y secciones

38 - El antiguo Restaurador del MARQ, D. Vicente Bernabeu, incansable defensor de


nuestro patrimonio cultural, nos advirtió de la existencia de dicha tapia de ladrillos, así
como de la existencia de una cavidad interior, lo que le agradecemos enormemente, si
Se han localización diversas estructuras recortadas en la roca, parcialmente bien desde el COPHIAM teníamos documentado ese espacio como posible refugio de
visibles entre las terreras del derribo, situadas en la mitad Este del paramento o la guerra civil, dentro del Catálogo de casi doscientos refugios de la ciudad de Alicante
línea de aterrazamiento entre los niveles Inferior e Intermedio. inventariados.
94 95

Ortofoto de la zona. Elaboración: Grupo Global. Cubierta de roca de la estancia rupestre. Ortofoto.
Elaboración: Grupo Global.

En el suelo interior de la estancia, uniforme y horizontal, encontramos dos


hendiduras circulares en la roca. La primera, de planta circular irregular, se
localiza junto a la esquina interna del umbral, con unas dimensiones de unos
0,16 m de diámetro, sección cóncava y una altura máxima de 0,04 m. Esta hen-
El techo de la estancia, está tallado en la roca, conservándose didura circular en el suelo y junto al umbral, podría estar en relación con una
perfectamente las marcas de talla. Presenta un ligero abovedamiento. posible puerta y que se utilizara como hueco para la quicialera.
Hendiduras circulares en el suelo de la estancia..

En la pared Oeste, a la izquierda de la entrada, encontramos un banco co-


rrido tallado en la roca, de 0,35 m de altura y entre 0,28 y 0,37 m de anchura.
Esta pared se encuentra ligeramente curvada, como adaptándose a la espalda
del que se sienta en el banco, con un quiebro en vertical antes de alcanzar el
techo. Se trata de la única pared con un banco corrido suficientemente ancho
y bajo que permite su utilización como asiento. Por otra parte, se enfrenta a la
pared Este, donde encontramos tres hornacinas y las hendiduras para encajar
una plataforma a modo de mesa.

96 97

Bancada del Lateral izquierdo. Elaboración: Grupo Global.

Fotogrametría del suelo de la estancia. Elaboración: Grupo Global.

Aunque una puerta hacia dentro en un espacio tan reducido no parece muy
plausible, en la esquina interna de la jamba izquierda, parcialmente quebrada,
hay restos de hierro en la roca, que permite pensar que se trata de los restos
de las bisagras de una puerta interior. Por otra parte, cabe la posibilidad que la
posible puerta fuera posterior a la funcionalidad original de la estancia.
La segunda hendidura circular recortada en el suelo de roca de la estan-
cia, se localiza cerca de la esquina noreste con un diámetro de 0,24 m. Se
encuentra rellena por una argamasa de yeso endurecida y compacta que
revela un fragmento de hierro, cercano al centro de la hendidura, y que se
dejó sin excavar. Cabe la posibilidad de que se trate de una huella de poste
con restos de un alma de hierro. Bancada.
En la pared Norte, situada frente a la entrada, destacan en la parte superior
cuatro hornacinas abovedadas de dimensiones similares: 0,37 m de altura, en-
tre 0,22 y 0,30 m de anchura y de 0,14 a 0,17 m de hondo en su base. En medio
de las dos hornacinas de la izquierda, se aprecian sendas cruces pintadas en
negro. También se observan restos de policromía azul y roja en la zona central,
así como diversas perforaciones enmarcando a las hornacinas, posiblemente
para ensamblar un recuadro de madera en torno a las mismas.

98 Lateral izquierdo. 99

Frontal. Ortofoto. Elaboración: Grupo Global.

Por debajo, a media altura, encontramos una hendidura horizontal y fondo abo-
cinado con unas dimensiones de 1,26 m de longitud, 0,8 de altura y 0,7 m de hondo.
En la parte inferior, se observa la continuación del banco corrido de la pared
Oeste, aunque más estrecho (0,23 m) y también con la pared ligeramente curvada.

Proyección axionométrica en 3d. Elaboración: José Luís Bartet Cardiel39.

39 - Agradecemos muy sinceramente al arquitecto José Luis Bartet Cardiel el trabajo Bancada frontal.
realizado, con el entusiasmo y profesionalidad que le caracterizan
En la pared Este encontramos, en la mitad inferior, un banco corrido a ma-
yor altura (0,68 m) y más estrecho (0,17 m), con hendiduras o entalladuras de
sección cuadrangular de 0,07 m lado y una longitud de 0,20 m, que continua
tras la pared del fondo. Parece que se trata de los huecos para encajar las ‘vigas’
de una plataforma a modo de mesa o de ‘altar’. En la mitad superior se han ta-
llado tres hornacinas de dimensiones similares a las de la pared Norte aunque
descentradas hacia la derecha, al dejar un espacio liso en el extremo izquierdo.

Cubierta, hornacinas, y hendidura frontal, junto a las hornacinas del lateral derecho.

100 101

Lateral derecho. Ortofoto. Elaboración: Grupo Global.

Proyección axionométrica en 3d. Elaboración: José Luís Bartet Cardiel. Bancada con entalladuras.
Estructura rupestre con proyecciones axiométricas.
Elaboración: José Luís Bartet Cardiel.

Tras la retirada de las terreras procedentes del derribo del solar que tapaba
parcialmente estas estructuras, se procedió a la limpieza y documentación de
las hornacinas H.1 / H.2, talladas en la roca.

102 103

Bancada con entalladuras. Detalles.

Proyección axionométrica en 3d. Elaboración: José Luís Bartet Cardiel. Vista general de las hornacinas H.1 a la izquierda y H.2 en el centro.
A la derecha, estructura rupestre EA.1, ya tratada más arriba.
La H.1, se trata de una estructura negativa excavada en la roca de conside-
rables dimensiones semejante a una puerta pequeña con el techo en bóveda.
Alcanza el 1,50 m de altura, 0,82 de anchura y entre 0,26 y 0,46 de hondo en su
base. La pared del fondo es vertical, y en la misma se observa una leve grieta
natural de la roca. Su base se halla recortada en L.

Hornacina H.1.

Frontal exterior con H2. Ortofoto.


Elaboración: Grupo Global.

La H.2, se trata de una estructura negativa excavada en la roca de medianas


104 proporciones. Tiene una altura máxima de 1,06 m, 0,93 de anchura en base y 105
0,46 de hondo máximo, con una planta semicircular. La pared del fondo está
ligeramente abocinada.
Si bien, el estudio de este reciente hallazgo continúa, sí se puede avanzar
una interpretación, cronología y valoración para el conjunto formado por la
estructura rupestre y las dos hornacinas cercanas.
Ante las características de esta estructura rupestre, su disposición y elemen-
tos, así como por las cruces claramente visibles en dos de las siete hornacinas,
pensamos que se podría tratar de un espacio cultual, muy probablemente re-
lacionado con un oratorio o una pequeña capilla de carácter religioso. Por las
citadas cruces de tipo latino, estaríamos ante un culto cristiano, si bien es cierto
que la existencia de siete hornacinas podría hacernos pensar en una adscripción
judía anterior, difícil de demostrar con los datos de que disponemos por ahora.

Frontal exterior con H1. Ortofoto. Elaboración: Grupo Global.


Hornacina H.2.
Este tipo de conjuntos, normalmente, viene acompañados por otras estruc- Así, y en cuanto a paralelos41, todo apunta a que nos encontramos –como
turas rupestres más o menos trabajadas que podrían hacer las funciones de comentábamos- ante una estructura rupestre cultual de tipo oratorio, en donde
celdas, en el caso de que estuviéramos ante un cenobio, con paralelos en Anda- se construyen una serie (siete) de hornacinas en arco o columbarios (difícil de
lucía, Albacete, Extremadura, Asturias, etc.
No obstante, el hecho de que dichas estructuras se localicen en una zona
posteriormente utilizada intensamente, por su carácter urbano a partir al me- 41 - Una aproximación bibliográfica al tema en: ALONSO ÁVILA, Ángeles, «Visigodos
nos del ½ del s. XI-inicios del s. XII dC., y hasta nuestros días, hacen muy difícil y romanos en la Provincia de la Rioja», Berceo, nº 108-109 (1985), págs. 7-31. AZKARATE
poder documentar –al menos por ahora- nuevos elementos40. Por otro lado, GARAI-OLAUN, A. Arqueología cristiana de la Antigüedad tardía en Alava, Guipúzcoa y
la ladera del Benacantil que nos ocupa, por debajo del llamado Baluarte de la Vizcaya, Vitoria-Gasteiz, 1988, Diputación Foral de Álava. AZKARATE GARAI-OLAUN, A.
Mina del Castillo de Santa Bárbara, sufrió en la Guerra de Sucesión (inicios del «El eremitismo de la época visigótica. Testimonios arqueológicos», Codex Aquilarensis,
s. XVIII) una importante explosión (la mina estallada por las tropas borbónicas) 5, 1991, págs. 141-179. BARANDIARÁN, J.M. de, «Contribución al estudio de los refugios
que alteró de manera importante su fisonomía original. del País Vasco», Anuario de Eusko Folklore, Tomo XVII, Año 1928, págs. 43-47. CADI-
ÑANOS BARDECI, I., «Necrópolis, eremitorios y monasterios altomedievales en el Valle
de Tobalina (Burgos)», Hispania Sacra, Revista de Historia Eclesiástica, Vol. XXXVIII, l986,
pág. 16 ss. CASTELLANOS, S. Hagiografía y sociedad en la España visigoda, La Vita Aemi-
liani y el actual territorio riojano (siglo VI) IER, l999. CORRELLON PAREDES, I., «El eremi-
tismo en las épocas visigoda y altomedieval a través de las fuentes leonesas», Tierras de
León, 64, l986, págs. 13-30. DÍAZ Y DÍAZ, M.C., «El eremitismo en la España visigótica»,
Revista Portuguesa de Historia, VI (1955), págs. 217-37. DÍAZ MARTÍNEZ, P.C., Formas
económicas y sociales del monacato visigodo, Salamanca, 1987. GARCÍA DE CORTÁZAR Y
RUIZ DE AGUIRRE, J.A., «Aldea y comunidad aldeana en la Rioja medieval. El caso de Villa
Gonzalo», Príncipe de Viana, XLVIII, 1986. GARCÍA DE CORTÁZAR Y RUIZ DE AGUIRRE,
J.A., «La Rioja alta en el s. X. Un ensayo de análisis cartográfico sobre los comienzos de
la ocupación cristiana del territorio», Príncipe de Viana, 1973 págs. 132-33. GONZÁLEZ
BLANCO, A. et alii, Los columbarios de La Rioja, Antigüedad y Cristianismo, Vol. XVI, Mur-
cia, 1988. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, J.A., «Habitats rupestres altomedievales en la Meseta
106 107
Norte y Codillera Cantábrica», Estudios Humanísticos, nº 4, León (1983), págs. 29-56. LA-
TXAGA, Iglesias rupestres visigóticas de Alava. La Capadocia del País Vasco o el complejo
rupestre más importante de Europa, Bilbao, l976. MONREAL JIMENO, L.A.: Eremitorios
rupestres altomedievales (El alto valle del Ebro). Cuadernos de Arqueología de Deusto,
Cruz pintada en el interior Restos de piedras caídas por motivo de la
12. Departamento de publicaciones de la Universidad de Deusto, Bilbao, 1989. — «Ar-
de una de las hornacinas. explosión de la mina en la Guerra de Sucesión.
quitectura religiosa de oquedades en los siglos anteriores al románico», VII Semana de
Detalle de un Grabado del s. XIX.
Estudios Medievales de Nájera, IER, 1996. CANTERA ORIVE, J., «El primer siglo del mo-
nasterio de Albelda (1924-1024)», Berceo, varios artículos en los números 14 (1950) al
69 (1963). — «Cuevas artificiales de la época medieval en Nájera», Berceo, nº 86 (1974),
Como ya hemos mencionado, el no haber podido documentar niveles ar- págs. 7-20. — Iglesias hispánica (s. IV al VIII), Testimonios literarios, Madrid, 1975. — «El
queológicos asociados a estas estructuras rupestres, hace imposible fechar di- eremitismo rupestre en la zona de Nájera», IX Congreso nacional de Arqueología, Va-
rectamente las mismas. Es por ello que en estos casos, se recurre a la búsqueda lladolid, 1968. RIAÑO PÉREZ, M., «Eremitorios rupestres y colonización altomedieval»,
de paralelos estructurales fechados, así como al contexto arqueológico de la Studia Histórica- Historia medieval XIII, 1995, págs. 47-58. RIU, M., «Cuevas, eremitorios
zona en el momento en el que se pudo producir su construcción. y centros cenobíticos rupestres en Andalucía oriental», Actas del VIII Congreso Interna-
cional de Arqueología Cristiana, págs. 431-443. Roma, 1974. RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ,
J., «Tres cuevas o «peñas cavadas» en la margen del Torio», Archivos Leoneses. Revista
de estudios y documentación de los reinos hispano occidentales, Año XLIX, Enero-Dic.,
1995, nº 97, págs. 121-133. RUIZ DE LOIZAGA, S., «El monasterio de San Miguel de Riba
(En La Rioja), dependencia de Leyre. Rev. Berceo, nº 132, págs. 83/92, Logroño, 1997. —
40 - Recientemente, y gracias al celo y sensibilidad de Gaspar MAYOR, Gerente del Repoblación y religiosidad popular en el occidente de Alava (siglos IX-XII), Vitoria, 1989,
Patronato Municipal de la Vivienda, hemos podido documentar nuevas hornacinas en Diputación Foral de Alava. — Monasterios altomedievales del occidente de Alava, VALDE-
una vivienda de la calle San Juan, muy similares a las que nos ocupan y que, como era de GOVIA, Cómo nacen los pueblos. Vitoria, 1982, Diputación Foral de Alava.
esperar, extienden el complejo religioso a amplias zonas de esta ladera del Benacantil, SAINZ RIPA, E., «Primer Cristianismo en La Rioja», VII Semana de Estudios Medieva-
hoy muy urbanizada. les, Nájera, l996, IER, 1997.
precisar por la falta de hallazgos asociados) en dos de sus lados, para dejar en
el tercero un banco corrido donde poder sentarse una pequeña comunidad. En
frente, se localizaría un altarcillo de madera en donde se colocarían las piezas
de la liturgia o rezo.

108 109
Estancias con columbarios. Estancias con columbarios.
Cueva XVI de Alcarra. Cueva V de Alcarra.
Exterior de Iglesia Rupetra de Páceta.

Exterior de Iglesia Rupetra


de Páceta. Detalle.

Exterior de espacio rupestre


110 Villavieja (Alicante) 111

Exterior de espacio rupestre


Villavieja (Alicante). Detalle.
Hornacinas espacio rupestre Hornacinas espacio rupestre
Las cuatro hornacinas o columbarios de la pared central estarían adornados o Villavieja (Alicante) Villavieja (Alicante). Detalles.
rematados por una estructura de madera o metal sobrepuesta a modo de retablo.
Los rebordes, a modo de cornisa, por encima del vano de la estructura rupes-
tre exterior, así como de las hornacinas exteriores, intentarían imitar a frontales
arquitectónicos, difíciles de definir por haberse perdido casi completamente.
Por otro lado, es interesante puntualizar el hecho de que es muy posible, como
ocurre en otras zonas con complejos religiosos rupestres similares al nuestro, que en
el entorno de los elementos ahora descubiertos existieran otras hornacinas, espacios
rupestres, celdas, etc.42 Para el caso de Alicante, esa posibilidad, difícil de comprobar
por encontrarnos en un espacio urbano consolidado a partir, al menos, de ½ del s. XI,
es posible entre otras cosas por la existencia de algún refugio de la Guerra Civil en la
zona que guarda un paralelo bastante aproximado con el espacio religioso descubier-
to. Así, en la calle Lucentum tenemos documentado un refugio con dos estancias de
planta de tendencia cuadrangular muy parecidos a la que nos ocupa.

Plano del refugio público nº 12 situado en la


42 - Insistimos en el reciente hallazgo de nuevas hornacinas en la calle San Juan, en
C/Lucentum, 11-13 (AMA, ARM 19, LEG 30/3)
el interior de una vivienda moderna.
Este tipo de estructuras y conjuntos se vienen fechando, tanto en la Penínsu-
la Ibérica como en el resto del Mediterráneo, en una horquilla de tiempo amplia
que iría entre los siglos V-VI dC., hasta el siglo X, o lo que es lo mismo, desde
época tardo-antigua hasta inicios de época islámica.
En nuestro caso, dicha cronología podría ser aceptada, como quiera que,
como hemos visto, tenemos documentado un importante asentamiento tardo-
rromano en la cima del Monte Benacantil que tiene su momento álgido entre
los citados siglos V-VI dC.
Dicho asentamiento perdurará en el tiempo, habiendo podido documentar
cerámicas tanto de época bizantina como visigoda. Para estos dos momentos,
hemos localizado y excavado, como también hemos comentado más arriba,
sendas necrópolis en el actual Archivo Municipal y en el Parque de la Ereta,
respectivamente.
Este último caso, el de la Ereta, muy cercano al lugar en el que han aparecido
las estructuras rupestres que nos ocupan. Planimetría de las tumbas tardorromanas y tardo-antiguas del Palacio Llorca,
Otros hallazgos de época visigoda (un capitel y columna) reutilizados en un algunas de ellas cortadas por vertederos emirales. Elaboración. Pablo Rosser.
edificio medieval existente junto al Edifico de la Asegurada, constatan la im-
portante presencia del cristianismo en la zona, que se ve reforzada por asen-
tamientos con hallazgos importantes en tal sentido en el Tossal de les Basses
(Albufereta), Antigones (Benalúa) y Fontcalent.

112 113

Necrópolis de la Ereta.
Por lo tanto, tendríamos que encuadrar las estructuras rupestres que nos cido, tipo aldea, controlando quizá la ensenada de la Albufereta, tanto por sus
ocupan en dicho contexto cronológico y cultural, con una clara implantación del posibles piscifactorías, sus salinas, etc.
cristianismo en nuestras tierras desde al menos el s. V y con perduración hasta En cuanto al entorno algo más alejado, para este mismo momento, tendríamos
–al menos- la llegada de los musulmanes, a principios del s. VIII. yacimientos más o menos cercanos analizados por Gutiérrez43. Entre ellos citare-
Es cierto que no podemos descartar que el hallazgo pueda encuadrarse tam- mos el poblado en altura de Castellar de Morera (Elche, Alicante), la necrópolis
bién en un contexto mozárabe, esto es, de una población cristiana bajo dominio de Vistalegre (Aspe, Alicante)44, el área de habitación de El Empalme (Caravaca,
musulmán, como quiera que para los inicios de la ocupación islámica de Alican- Murcia) 45, el Cerro del Castillo, en la Ciudad de Lurqa (Lorca, Murcia) 46, el asen-
te y hasta ½ del s. XI, como ya hemos comentado más arriba, no podemos ha- tamiento agrícola de Torralba (Lorca, Murcia)47, y la necrópolis de Los Pontones
blar de un núcleo urbano consolidado en la actual Villavieja. Es, efectivamente, (Albacete)48.
a partir de esa fecha y no antes, que se documenta un recinto defensivo que En cualquier caso, los paralelos más claros para el asentamiento del Tossal
protege y limita un espacio urbano claro, la medîna Laqant de los textos. de les Basses serán Fontcalent, la Alcudia y el Horizonte I del Tolmo de Minate-
Podríamos pensar también en unas instalaciones cristianas en los primeros da, como se verá en una pronta publicación.
momentos de la ocupación islámica (de inicios del s. VIII al s. X). Sobre la posi- En el año 713 d.C., se produce el llamado Pacto de Tudmir entre el godo Teo-
ble existencia de mozárabes en Alicante, no es mucho lo que sabemos, si bien domiro de Orihuela, y Abd Al-Aziz, hijo de Musa b. Musair, Gobernador General
podemos apuntar dos datos: en primer lugar, la documentación de algún ente- de Cairauan, capital de Ifriqiya y el Magrib. Como es sabido, en dicho acuerdo
rramiento en la necrópolis del Archivo Municipal que pudiera mantener el rito aparece Alicante (Laqant) como una de las siete “ciudades” que lo acatan. Se
cristiano ya en contextos estratigráficos musulmanes. Por otro lado, la toponí- comprometían todas ellas, y el mismo Teodomiro, a reconocer la real y efectiva
mia nos ha permitido saber que el barranco del Rihuet, luego calle Bailen y parte soberanía islámica, a cambio de convertirse este en el administrador del territo-
de la actual Rambla de Méndez Núñez, se llamaba de Canicia hasta al menos el rio de lo que ahora pasaría a llamarse la Cora de Tudmir49.
s. XVII. Ello puede llevarnos a pensar, debido al significado del topónimo y por Al igual que ocurre con otros enclaves que aparecen en el Pacto de Teo-
paralelos, a que los musulmanes le pusieran dicho nombre por haber encontra- domiro50, la Lqnt del tratado pudo estar situada sobre un cerro, el Benacantil,
do a su llegada estructuras y/o asentamientos claramente cristianos, que viene que le permitió el dominio sobre un amplio territorio desde la costa hasta las
a coincidir –entre otras cosas- con lo ahora exhumado. montañas del interior.
Por último, está documentada la existencia en el s. IX de un Obispo en la
antigua ciudad romana de Ilici (la Alcudia de Elche o la propia Elche).
114 En cualquier caso, y como hemos subrayado anteriormente, es muy difícil con- 115
cretar a cuál de estos momentos podríamos adscribir los restos ahora exhumados,
manteniéndonos en la cronología habitualmente aceptada de ss. V-VI al X dC.
Volviendo al estudio de la tardo-antigüedad que nos ocupaba, podemos de-
cir que la actividad agrícola directamente dependiente del castellum, con inde-
pendencia de que hubiera otras explotaciones más distantes, se desarrollaba
en los llanos circundantes, donde también se ubicarían los cementerios y quizá
algún tipo de actividad artesanal y/o industrial, muy probablemente formando
parte de extensas propiedades eclesiásticas.
A poca distancia del Benacantil, en la ensenada natural de la playa del babel
o baber existiría un embarcadero y, quizá, algún tipo de actividad industrial, ya
muy residual por los pocos hallazgos que se producen, en contraste con el rela-
cionado con la ocupación bizantina de la zona.
Controlando tanto un nacimiento natural de aguas termales, como la comu-
nicación con el Valle del Vinalopó y la Vía Augusta, existiría otro asentamiento 43 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 366.
en una pequeña elevación de la Sierra de Fontcalent. Su posible relación con 44 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 385.
algún tipo de comunidad religiosa no puede descartarse, debido al grafito co- 45 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 371.
mentado más arriba, pero ir más allá sería caer en la mera conjetura sin base 46 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 375.
arqueológica mínima. 47 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 375.
Por último, pero no por ello menos importante, tendríamos otra zona de 48 - GUTIÉRREZ, S., 1996, pág. 377.
gran interés: el Tossal de les Basses, que si en las etapas anteriores (al menos, 49 - Territorio que se extendía entre las cuencas del río Segura y el río Vinalopó, in-
TB/II, III y IV) conformaron una gran necrópolis vinculada a un edificio religioso, cluyendo las “ciudades” de Orihuela, Mula, Lorca, Elche, “Balantala”, “Iyyuh” y Alicante.
con posterioridad (TB/V) es decir en la etapa que nos ocupa, se transformaría 50 - Lurqa en el Cerro del Castillo, Mula en el Cerro de la Almagra, Begastri en el ca-
en un asentamiento rural distinto arquitectónicamente de lo hasta ahora cono- bezo Roenas e Iyi(h) en el Tolmo de Minateda (ABAD et alii, 1993: 166).
116

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