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El “Palacio” de Zonzamas como referente etnohistórico y como realidad


arqueológica.

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Pedro Gonzalez Quintero


Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
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El "Palacio" de Zonzamas como referente
etnohistórico y como realidad arqueológica.

Pedro González Quintero


Profesor Titular de Prehistoria de Canarias,
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

La conferencia que ha dado central, se localizan otros grandes nadas y, tras la valoración de las
origen a este artículo ofrecía un re­ núcleos habitacionales, donde po­ cerámicas de importación apareci­
sumen de los trabajos arqueológi­ demos destacar la Gran Aldea o das durante el proceso de excava­
cos realizados en el Poblado de Acatife, Lomo de San Andrés y Fa­ ción, fechadas entre los siglos XV Y
Zonzamas, Lanzarote, por un equi­ mara, confiriéndole a esta zona in­ XVI, se generó un cierto desasosie­
po de investigación de las dos uni­ sular una gran importancia, toda vez go por lo que ello implicaba en su
versidades canarias, formado por A. que se trataría de los mayores y atribución al mundo aborigen insu­
Tejera Gaspar, D. Martín Socas, Mª quizás más importantes, centros lar.
D. Cámalich Massieu, E. Chávez habitacionales de la isla.
Álvarez y A. Goñi Quinteiro de la Tras esa interpretación, hoy
Universidad de La Laguna y P. Gon­ En efecto, Zonzamas, podemos plantear que la investiga­
zález Quintero de la Universidad de como consecuencia de su situación ción va a adquirir un nuevo rumbo,
Las Palmas de Gran Canaria. y de su organización y/o distribu­ pues nos va a permitir documentar
ción interna, ha sido interpretado por todo el desarrollo histórico que acon­
El poblado de Zonzamas' prácticamente toda ladocumenta­ tece en el poblado, desde la etapa
se encuentra ubicado en el término ción que hace referencia al mismo, preeuropea, hasta el siglo XIX. Esas
municipal de Teguise, en la zona desde la Crónica Le Canarien hasta excavaciones por tanto van a ir plan­
centro septentrional de la isla de hoy día, como el poblado o residen­ teando que el pOblado de Zonzamas
Lanzarote, convirtiéndose en uno de cia del Jefe de la Isla. se sitúe como uno de los yacimien­
los asentamientos paradigmáticos tos más emblemáticos del mundo
de la misma, razón por la que el Los datos sobre este pobla­ insular e incluso del conjunto del Ar­
yacimiento aparece bien represen­ do son ingentes, destacando las chipiélago, como queda patente en
tado en muchas de las investigacio­ aportaciones de la historiografía clá­ la gran cantidad de documentación
nes arqueológicas referentes a esta sica de Canarias, así como aque­ arqueológica y bibliográfica que se
isla, e incluso al conjunto del Archi­ llas que se publican en las etapas genera a partir de entonces (Atoche
piélago. posteriores a las realizadas por los Peña, 1992-93; Atoche Peña, Mar­
cronistas de la conquista (Abreu tín Culebras y Ramírez Rodríguez,
Este asentamiento está Galindo, 1977; Torriani, 1978; Ma­ 1997; Balbín Behrmann, Fernández
ubicado sobre un promontorio basál­ doz, 1986; Viera y Clavija, 1982; Miranda y Tejera Gaspar, 1987;
tico de escasa entidad, en la llanu­ Verneau, 1981; Berthelot, 1980). Cabrera Pérez, 1989a, 1989b; 1992;
ra central de la isla. La elección de Cabrera Pérez, Perera Betancor y
este emplazamiento no parece alea­ Sin embargo, no es hasta Tejera Gaspar, 1999; Tejera Gaspar,
toria, sino que debió estar en rela­ la década de los setenta del siglo 1992; Tejera Gaspar, J. J. Jiménez
ción directa con varios factores, en­ XX, cuando se llevan a cabo las pri­ González Y J. C. Cabrera Pérez,
tre los que podemos destacar, el ser meras excavaciones arqueológicas 1987).
una de las áreas con mayores posi­ enel yacimiento, corriendo a cargo
bilidades agrícolas y ganaderas, así de Inés Dug Godoy (1972-1973; Este poblado está formado
como por estar relativamente cerca 1976; 1988; 1990). por varios conjuntos estructurales,
del mar y, por último, por presentar entre los que destacan varios deno­
una posición geográfica muy estra­ Es, a partir de·los resulta­ minados "casas hondas", donde el
tégica -defensiva- desde donde se dos de esos trabajos, cuando se piso se encuentra excavado en el
puede controlar todos los desplaza­ comienza a valorar la importancia subsuelo, quedando el conjunto ha­
mientos que se producen entre el que el poblada tuvo en los momen­ bitacional enterrado. Además, viene
norte y sur de la isla. tos anteriores, durante y posterio­ definido por lo que tradicionalmente
res a la conquista insular. Sin em­ en la bibliografía arqueológica se ha
32 Además, en esta llanura bargo, durante momentos determi­ denominado como el "Castillo de
Zonzamas", tratándose de un con­ se han desprendido y siguen des­ se plantean para explicar esta cons­
junto caracterizado por la presencia prendiéndose del techo. Hacia la trucción, entre las que cabe citar
de una muralla que circunda parte derecha observamos vestigios de un (Cabrera Perez, 1989; Cabrera Pe­
del poblado, con un diámetro que horno, y estoy persuadido de que la rez, Perera Betancor, y Tejera Gas­
oscila en torno a 40 metros y, de­ parte visitada por nosotros no es lo par, 1999).:
jando en su interior, una cueva na­ que constituye toda la caverna, ni
tural que ha sufrido un fuerte acon­ el agujero que sirvió de entrada es 1.- Este recinto amurallado
dicionamiento. tampoco la puerta verdadera» (Man­ habría que entenderlo como símbo­
rique sff [1880] ). lo del núcleo político donde se em­
Por lo que se refiere a la plaza, el poblado de Zonzamas y,
caverna, aún carece de un estudio La muralla está construida
de su función de centralización del
arqueológico, aunque A. Mª Manri­ a base de grandes bloques de pie­
poder en la isla, al encontrarse en
que hace, a fines del siglo XIX, una dra, a modo de sillares, a los que
el mismo, la residencia de su máxi­
buena descripción de la misma: « ... algunos autores le han calculado un
mo dignatario.
mide unos 4 metros de elevación, peso entre los 1 .300 Y 1 .800 kilo­
por otros tantos de longitud, y su gramos (Cabrera Pérez, Perera Be­
forma es bien irregular. Enfrente de tancor, y Tejera Gaspar, 1999.). Esta 2.- La construcción tendría
la puerta se encuentra perfectamen­ construcción es la única de tales exclusivamente una finalidad defen­
te conservada una pared de piedra características documentada en la siva, toda vez que se hacia nece­
y barro de unos dos metros de altu­ isla y en el resto del Archipiélago. saria la defensa del poblado ante una
ra, (... ) sobre la cual se formó un agresión externa. Esta hipótesis,
segundo piso. En los extremos se Todo este conjunto estruc­ hay que entenderla en el sentido de
levantan dos toscos pilares que sos­ tural de carácter eminentemente las continuas incu~siones o ataques
tienen la bóveda natural. Esta ca­ defensivo, permite plantearse una europeos y "africanos" que durante
verna se ramifica en varias direccio­ serie de interrogantes relacionados el siglo XIV sufrió la isla.
nes, y no se puede examinar sin tanto con el momento de su cons­
bastante dificultad, pues hay que trucción, como con la finalidad del 3.- También, con una fun­
arrastrarse por el suelo para pasar mismo . cionalidad estrictamente defensiva,
de un departamento a otro, a causa garantizando la protección del po­
de la abundancia de escombros que Son varias las hipótesis que blado, pero en esta ocasión para

Ilustr.l:
Vista general del denominado
Castillo de Zonzamas.

33
resguardarse de otra fracción tribal la ayuda de sus vecinos» (Bonnet, organización política de Lanzarote,
que, según la hipotética división in­ 1942). Esta sublevación insular y la con la existente en la isla de Fuer­
sular del territorio, se encuentran ayuda de los ''vecinos'', es analiza­ teventura, donde sí está bien docu­
enfrentadas. da por B. Bonnet para quien los ve­ mentado la presencia de este sis­
cinos eran los habitantes de la isla tema de gobierno. Sin embargo,
4.- Y, por último, la cons­ de Fuerteventura, sin embargo, esta información no dista mucho de
trucción de esta muralla puede es­ plantea una segunda opción que al la proporcionada por José de Viera
tar directamente relacionada con la profesor A. Tejera le parece más (1982) para quien" ... la muralla que
protección del almacén de la comu­ válida, al sugerir que estos vecinos separaba en dos mitades toda la isla
eran «los habitantes de la misma de Lanzarote a lo largo puede servir
nidad, paralelizándose con los aga­
de prueba para creer que en lo pri­
dires de los grupos bereberes ma­ isla de Lanzarote, limítrofes con el
mitivo estuvo dividida en dos reinos,
rroquíes (Marcy, 1942), aconteci­ dominio que poseía el genovés» (Te­
todavía existen los vestigios». En
miento que vendría, también ampa­ jera Gaspar, 1992).
términos similares se expresaban
rado por la presencia, durante las
Agustín de la Hoz (1960) y Abreu
excavaciones de 1. Dug, de cerámi­ A. Tejera lleva a cabo un Galindo (1977): «Han aparecido re- .
ca de grandes dimensiones en el análisis exhaustivo sobre la valora­
petidamente en documentos del si­
interior del poblado. ción e interpretación del término
glo XVI menciones de una muralla
''vecinos'' de B. Bonnet. Así, llega a de tiempos antiguos que dividía la
Lo cierto es que la escasa plantear si dicha expresión cabría
isla de creciente a poniente. En
elevación del terreno donde se entenderla como la existencia de
1525 una finca de Mozaga limita con
asienta el poblado, así como del comunidades distintas dentro de la
la dicha muralla de los tiempos an­
área que le circunda, obligan o ex­ isla, o si, por el contrario, se trata­
tiguos y otros informes de 1523 que
plicarían la necesidad de levantar ría de comunidades externas a la
dicen haber tierras fértiles que limi­
artificialmente este tipo de paramen­ misma.
tan con el término de Tinaja y con
tos, con una finalidad estrictamen­
te defensiva, siempre y cuando exis­ la muralla de tiempos antiguos en
En el caso de que se trata­ Tinguatón. La vieja muralla comen­
ta algo de lo que defenderse. se de vecinos externos, es decir, zaría en Tenezar para morir en el mar
procedentes del exterior de la isla, en los ancones»; mientras que para
Sin embargo, hemos de te­ sólo podrían ser de Fuerteventura y,
ner presente que tanto la cueva, Abreu Galindo "Estas dos islas, y
en consecuencia, tendríamos que todas las demás, se regían por se­
como el espacio amurallado, no aceptar la existencia de contactos
parece reunir las mejores condicio­ ñores, capitanes o reyes, en cua­
o relaciones entre las dos islas drillas, y se dividían en partes, con
nes para convertirse en un buen re­
orientales del archipiélago. No obs­ cercas de piedra seca que atrave­
fugio donde un número considera­
tante, la documentación aportada saban la isla; y cada una destas
ble de personas pudieran guarecer­
por la arqueología parece favorecer partes gobernaba un rey o capitán ,
se. Por tanto, más bien habría que
pel16ar en un uso defensivo de ca­ más el planteamiento contrario, aun­ y todos los habitantes y moradores
rácter limitativo, es decir, restringi­ que diferentes fuentes históricas de aquellos términos le obedecían
do a un número reducido de perso­ aportan documentos que, por lo y servían por señor".
nas -quizás familia real o gobernan­ menos, permiten valorar la primera
tes- o también, para conservar y res­ hipótesis. Tejera (1994), tomando
guardar determinados productos ­ como base, los datos ya comenta­
granero-o Efectivamente, existen da­ dos referentes a la muralla que divi­
tos que permiten plantear, aunque . de a la isla en dos mitades y, a la
sea a modo de hipótesis, la posibi­ Crónica Le Canarien, donde se re­
Como ya hemos comenta­
lidad de que en el momento anterior lata la conjura de Afche, deja entre­
do, algunos de estos aspectos, per­ ver tres alternativas, en cuanto al
miten mantener la hipótesis referi­ a la conquista, la isla de Lanzarote
modelo de organización poi ítica se
da a la existencia de dos bandos . estuviera dividida en dos reinos o refiere:
en la isla. En efecto, uno de estos bandos. Así, L. Torriani al hacer re­
grupos, ayudado con toda seguridad ferencia al sistema político de Lan­
1.- Afche trató de reavivar la
por Lancelotto Malocello y la gente zarote, comenta: antigua organización binaria de la
que le acompañaba en su expedi­ i~la, cuya existencia sugiere Torria­
ción, sometió a la otra mitad de la «Estos vivían divididos en ni.
isla, desposeyendo de los derechos dos bandos, cada uno con su
a su «jefe territorial». A ello habría jefe o rey. En tiempos de 2.- Existiría un segundo
que añadir la construcción de una Juan de Letancurt (por bando cuyo centro se hallaría en el
muralla, que recorrería la isla, sub­ sur de la isla, si atendemos a que
Béthencourt) el uno se llama­ Alfonso, sobrino de Afche, fué el
dividiendo a las dos fracciones (Te­ ba Teguse (. .. ) y el otro mentor de la instalación en el Rubi­
jera Gaspar, 1992). Bristo/» (Torriani, 1978). cón y, además, la lengua de la ex­
pedición.
El libro del conocimiento
narra cómo el genovés, Lancelotto Este planteamiento dual de
L. Torriani, ha sido tradicionalmente 3.- La rebelión de Afche, no
Malocello, fue expulsado de la isla intentaría otra cosa que contrarres­
por « ... un levantamiento general criticado, pues se suponía que se tar al Norte, desde la época de
34 de los insulares le arrojó de ella con había producido una confusión en la Lancelotto Malocello.
Ilustr.2: forma que a la llegada de los con­
Castillo de Zonzamas. quistadores europeos existirían aún,
grandes reminiscencias de la anti­
gua organización.

La propia idiosincrasia de
las islas permite la creación de
modelos organizativos territoriales,
que por norma general intentan op­
timizar al máximo los escasos re­
cursos existentes, de tal forma, que
cada uno de los bandos o cantones
disponga de los recursos necesa­
rios para su supervivencia. En este
sentido, cada uno de estos bandos
correspondería a un mismo grupo de
parentesco, ya su vez, cada grupo
territorial estaría unido por lazos de
consanguinidad; sin embargo, el
constreñimiento del medio y con
ello, de estos territorios, conllevó a
continuos enfrentamientos entre los
diferentes grupos por los recursos.

De este modo, la pobreza


del medio lanzaroteño y la existen­
cia de una economía basada en la
ganadería, hacían necesario un
mayor espacio para la optimización
de tal recurso, por lo que el territo­
rio no se fragmentó en exceso, dan­
do lugar, y siempre dentro de esta
hipótesis, a dos únicos bandos; uno
situadoal norte, y el otro ocupando
la zona meridional.

La toponimia, arroja algo de


luz sobre la localización de los lími­
tes de la posible división; así, a la
Así, se percibe que la so­ isla de Lanzarote podría haberse vis­ citadas referencias a la Pared de la
ciedad aborigen lanzaroteña, como to inmersa, al igual que aconteció Reina, de Viera y Clavijo, y poste­
la conocemos en sus momentos en otras islas del archipiélago, en riormente confirmadas por A. de la
epigonales, estaría encuadrada en un proceso de saturación del me­ Hoz, se suman otras igualmente
una jefatura bastante incipiente y dio, provocado, quizás, por la explo­ interesantes como el Dise de la
con grandes reminiscencias de so­ tación ganadera, que representa por Pared, Pared del Grifo y la Pared
ciedad segmentaria, donde la debi­ si misma una forma de sobreexplo­ del Mije. Éstas hacen referencia a
lidad demográfica, el sistema de fi­ tación del medio. Si a ello unimos la posible existencia de una pared
liación existente, como los grados las posibles luchas entre los dife­ que dividía, como ya hemos men­
de violencia y precariedad dellide­ rentes grupos por tener un mejor cionando, la isla en dos mitades, de
razgo, serían motivos suficientes acceso a los recursos y, añadimos este a oeste. El resultado de tal
para avalar tales planteamientos. la figura del genovés como dinami­ partición sería dos zonas con una
Sería, por tanto, el resultado de la zador de aquel fenómeno, gracias condiciones ecológicas muy pare­
evolución de una sociedad segmen­ al trueque de objetos que aportaban cidas, de tal forma, que ambos ten­
taria, siendo tal transición, por tan­ cierta dignidad a quien los poseye­ drían una zona con cierta vegetación
to, la consecuencia de la búsqueda se, tendremos, grosso modo, la estable, y la existencia de agua,
de una mejora en la producción y gestación de la jefatura de la que ubicada, principalmente, en las zo­
redistribución de alimentos, que por las crónicas se hicieron eco. nas de mayor altitud (Macizo de
lo general se produce tras un des­ Famara-Guatifay, para el norte y los
equilibrio entre población y recursos. El sistema sociopolítico Ajaches, para la zona sur), al igual
que encuentran los normandos a su que dispondrían de tierras tanto para
En fechas posteriores a la llegada a la isla venía sufriendo una el cultivo como para su uso gana­
llegada de Lancelotto Malocello, la mutación desde tiempo atrás, de tal dero. En el mismo sentido, el uso 35
de la muralla, caso de existir, ade­ no sólo de conocer una de las zo­ una decena de yacimientos promi­
más de ser la linde territorial, podría nas más productivas y ricas de la . nentes, con capacidad para ser til­
haber funcionado como atalaya de isla, sino que a su vez eliminó toda dados como poblados: Zonzamas,
vigilancia y defensa, tanto de los posible referencia a los poblados Acatife identificado con Teguise, El
ganados propios como de las en­ aborígenes, destruyendo con ello Fiquinineo, Ajei, etc ... ; únicamente
tradas del exterior. Puede apoyar, cualquier prueba factual que nos el yacimiento de Zonzamas nos su­
quizás lo dicho, la existencia fre­ pudiera indicar tal organización po­ giere una utilización política, y por
cuente del topónimo Taro (posibles lítica y territorial. lo tanto redistribuidora. Lo que nos
paraderos pastoriles), en el hipoté­ permite, en teoría, basándonos en
tico recorrido de este limes. Estos sistemas dualistas este único yacimiento, y en las fuen­
tienen por condición la inestabilidad, tes etnohistóricas, pensar en la
Dentro de estas dos hipo­ y la tendencia continua hacia la fi­ unión política y territorial bajo este
téticas zonas debieron de existir sión; si a esto añadimos que las centro.
ciertos yacimientos preponderantes culturas pastoriles carecen del po­
en los cuales se almacenase la pro­ tencial productivo suficiente como En definitiva, existen datos
ducción de cada año, ya en forma para soportar, con posibilidad de suficientes para plantear la hipóte­
de cereal ya de carne. De igual for­ éxito, un crecimiento poblacional en sis de una tardía unificación (si al­
ma, cada uno de estos territorios continuo ascenso, tendremos, pues, guna vez la hubo) bajo el mandato
tendrían zonas de recursos simila­ la posible razón de la estructura de Guadarfia, y las pervivencias dé
res; éstos pudieron ser dehesas y política que los normandos encon­ la antigua organización política seg­
pastos, como la dehesa que se le traron a su llegada, existía un rey, mentaria, lo que lleva consigo conti­
cede a Maciot de Bethencourt, o pero donde también hay un aspiran­ nuas luchas, y por lo tanto inestabi­
incluso el agua, si atendemos a la te a tal, ya que no acepta la posi­ lidad política. Sin embargo, las prue­
existencia de gran cantidad de ma­ ción subordinada de su bando o gru­ bas documentales son bastante efí­
retas cercanas a asentamientos de po con respecto al otro. meras, lo que no permite ir más alla
cierto porte, y su utilización y man­ de la mera hipótesis de trabajo.
tenimiento por la comunidades pos­ En cuanto a las fuentes ar­
teriores. queológicas propiamente dichas, el En cuanto a la organización
modelo dual expuesto no se corres­ política, el Le Canarien, nos habla
Debemos tener, además, ponde con lo existente en la isla. de la presencia de un "rey", Guadar­
siempre presente que la erupción Los vestigios arqueológicos, cierta­ frá, Guadarfia o Guarfía, quién po­
del volcán de 1730-1736, nos privó mente parcos, sólo nos muestran seía la potestad sobre todo el terri-

Poblado de Zonzamas

Area deliDÚtada
Area excavada
CaBas hisl6ricss
Estructuras posteriores a las antiguas excavaciones
Peldaños o escalones de acceso

OH e m.
Ilustr. 3:
Poblado de Zonzamas.

Ilustr. 4:
Planta estructural del
complejo.

torio insular. Sin embargo, no nos


encontramos ante la presencia de
un Estado, es decir, en una situa­
ción social donde conviven el grupo
de los productores y los no produc­
tores, coercionando éstos últimos
política e ideológicamente para re­
producir tal situación; en definitiva,
la existencia de clases sociales. Si
bien la situación que se conoce en
los momentos epigonales de la so­
ciedad aborigen lanzaroteña, podía
ser encuadrada en el tránsito hacia
la sociedad clasista o, ser la dege­
neración de una sociedad estatal
completamente establecida antes
de la llegada europea o, bien aque­
llos primeros contactos permitieron,
según A. Tejera, el comienzo de la
diferenciación social, a partir de la
obtención de productos considera­
dos exóticos o de rara factura, como
IZ> o 4 m.

aquellos que pudo proporcionar Lan­


celotto Malocello.
Planta Estructural del Complejo I.

Este sistema político, a


caballo entre el sistema tribal y la
sociedad de clases, se basaría en aunque hablemos de un poder ex­ de clases, no es válido para todo el
el conjunto de familias extensas, presado de forma hereditaria (sobre desarrollo histórico de los majos,
que si bien en teoría serían igualita­ todo en cuanto a la redistribución sólo valdría para sus últimos mo­
rias, en la práctica se darían rela­ se refiere) , sería motivo suficiente mentos. Así, la jerarquización polí­
ción de subordinación de un linaje para la destitución de éste o para el tica suele constituir un fenómeno
hacia otro, basándose en la mayor desencadenamiento de rebeliones. paralelo a la saturación del medio
cercanía del jefe tribal al fundador ambiente, por lo que la falta de re­
del mismo grupo, viéndose esto, La característica de la re­ cursos ante la presión de la pobla­
quizás, refrendado por la adquisición distribución se vería confirmada por ción, hace necesaria cierta organi­
por parte de Guadarfia, tras su bau­ la presencia de gran cantidad de zación del trabajo, así como una
tismo, de 300 acres de las mejores provisiones, sobre todo cebada, en gestión y redistribución del exceden­
tierras de la isla, en los llanos de el momento en el que es capturado te previamente extraído.
Zonzamas. el rey Guadarfía. Además, se pien­
sa que el granero colectivo para el Tampoco debemos olvidar,
En estos linajes principales almacenaje de este grano se encon­ que no conocemos ni el bagaje cul­
el jefe debía reunir una serie de ca­ traría en el "Palacio de Zonzamas" tural ni el desarrollo sociopolítico de
pacidades íntimamente relaciona­ o "Cueva de los Majos", donde las las distintas comunidades aboríge­
das con su cargo, como era la va­ cerámicas de gran tamaño, y la nes a la llegada a las islas. De igual
lentía, la oratoria o la fuerza, desta­ existencia de la enorme muralla, que forma, se debe considerar que la
cando, entre ellas, la generosidad rodea al recinto, apoyarían este organización política -que encuen­
y, fundamentalmente, la capacidad planteamiento. tran los normandos en 1402, fue cier­
de redistribución. Así, la falta de al­ tamente distinta a la existente dos
guna de aquellas características, No obstante, este modelo o tres siglos antes, así, una de las 37
alternativas es que fuese una para conservar los restos ha­ quedaba sedimento de su ocupa-
dad mucho más compleja, bían sido excavados durante las úl­ mientras que la estructura 11
por los continuos asaltos en busca timas dos décadas y 80). fue excavada en su pre­
de esclavos, repercutiendo esta sentando un espacio
sangría demográfica en una deses­ c) Dibujo de las diferentes similar a los conocidos y, donde
tructuración de la abori- estructuras, pues se comprobó que nos ha permitido obtener una se­
La segunda dispo­ las mismas, cuencia importante, la
ne de la presencia europea como y formas diferentes a los dibujos de primera clara de esta así como
un dinamizador que permitió la con­ las diferentes plantas que hasta la obtención de algunas dataciones.
centración poder en pocas ma­ entonces se conocían.
nos, rompiendo la sociedad Hemos podido obtener el
equitativa y reciproca exis­ Limpieza de las estruc­ proceso de construcción del recin­
tir hasta ese momento. turas para evaluar, por un lado, el el cual se iniciaría con la exca­
grado de excavación que habían vación de una gran fosa en el sus­
sufrido y, observar cómo se articu­ . trato geológico original, para a con­
Ante estos interesantes
tinuación, adosar a las de
planteamientos, donde el Poblado laban los diferentes recintos entre
esta un muro perimetral, cons­
de un papel esen­ A raíz de ello, se observó que los truido con grandes piedras que se
cial y dadas las circunstancias en grupos Estructurales I y 11 no habían ve reforzado con la intrusión de un
las que se encontraba el yacimien­ sido excavados en su totalidad, con barro poco fruto de la
to -problemas de conservación- se lo no conocíamos la planta de acción natural de erosi­
hacía necesario intervenir con crite­ los mismos. como tampoco, la vos característicos de isla. Y, fi­
rios arqueológicos modernos. secuencia estratigráfica que, ahora nalmente, se rellenan los eS!)8C:IOS
teníamos la posibilidad de conseguir. restantes entre este muro y lí­
Por tanto, se programó una actua­ mites de la fosa con tierra, con el
El primer trabajo o proyec­ fin de dar una mayor consistencia a
ción arqueológica, que no estaba
to, es una subvención el estu­ la construcción.
hasta entonces prevista, pero que,
dio de los materiales de dicho
dada esas circunstancias, se nos
miento, iniciado en 1993, que Finalizada esta construc­
hacía imprescindible.
cierto, aún inédito. Con ción, y sin que podamos el
posterioridad, a partir de 1994, se tiempo que transcurre entre uno y
2) Intervención Arqueológica. otro proceso, se realiza la compar­
va a iniciar un de interven­
timentación de su espacio interior
ción arqueológica mediante convo­ plantea en dos de los mediante muros
catoria pública del Gobierno de Ca- complejos ell y 11. como paso previo a la preparación
donde participamos y, cuyos el Complejo Estructural 1, presenta del suelo, la cual consistía en una
resultados comenzamos a plantear una organización interna más estruc­ capa de
desde 1999 en las Jornadas de Lan­ turada u orgánica, pues cons­
zarote y Fuerteventura (Martín So­ tituido por un gran recinto de ten­
dencia rectangular, que nr'lc::~,nTl'l Toda la vida de este recin­
cas, et alí. 2000) y que vamos a to, puede seguirse en la excavación
unas dimensiones generales de 16
intentar resumir. metros de por 12 de ancho. de la estructura 11, que estaba in­
Para acceder a su interior se habili­ mersa en el llamado corte 1. Allí, se
Los trabajos fueron progra­ ta una escalera, conformada por obtuvieron varias fases:
mados en cuatro fases o etapas: tres grandes piedras dispuestas a
modo de escalones, - Fase 1, momento de cons­
1) Actuaciones previas. en uno de los extremos de la parte trucción del estructural,
superior, una oquedad, a modo de con fechas del del siglo
Prospección magnética cazoleta pequeña, tiene todas V de n.e., en fechas no calibradas.
que .....,.'mitin poner al descubierto un las características haber sido
utilizada para el gozne de la puerta
número mayor de estructuras exca­ Fase 11, que se correspon­
de entrada.
vadas en las proximidades del yaci­ dería con la destrucción del com­
miento. Por tanto, nos plateamos si, plejo, puede valorarse en cuatro
complejo 11
las manifestaciones estructuras delimitadas por muros momentos diferentes que hemos
como la de Zonzamas y transversales, que definen espacios denominado subfases. el mo­
las de la Peña de los Majos, entre de tendencia rectangular, salvo la mento de abandono, con
otras, no se deberían integrar en el estructura nº 6, que enmarca­ una de comienzos del si­
mismo ámbito del yacimiento. Lo da por un muro en forma de arco de glo X de nuestra era, en fechas no
cual generaría una del círculo, dispuestos a ambos lados calibradas. La subfase IIB, o mo­
entorno a las 10 hectáreas. de un amplio pasillo central irregu­ mento en el que se derrumba la te­
lar. chumbre, obteniendo fechas entre
b) Desmonte de las estruc­ mediados del siglo VII de n.e. y fi­
turas artificiales construidas o levan­ La actuación en las estruc­
turas 1,4,5 Y 6 se plantearon para nales del siglo VIII de n.e. aun­
38 tadas en la de los ochenta finalizar su excavación, pues aún que parezca anecdótico, estas fe­
Ilustr. 5:
Complejo del poblado de
Zonzamas.
chas cuadran o pueden ser perfec­
tamente interpretadas al pertenecer
a los elementos de construcción y/
o reparación de la techumbre. La
segunda datación, nos situaría, por
el contrario, en el momento de se­
llado de los depósitos correspon­
dientes al derrumbe de la techum­
bre, que se produciría hacia el cam­
bio del primer milenio o finales de
siglo XI de n.e., en fechas no cali­
bradas. En este sentido, es relevan­
te señalar que, efectivamente, es­
tas dos muestras proceden de los
depósitos superiores de la subfase
IIB, en contacto directo con los de­
pósitos de la siguiente subfase y,
por tanto, inmediatamente antes de
proceder al desmoronamiento de las
paredes de tapial.

La Subfase IIC, responde al


proceso del derrumbe muy lento del tructural con las construcciones de de ceniza y lapilli volcánico, fruto de
tapial que conformaba el segundo la Fase I es muy puntual, pues en la erupción que tiene lugar en 1730­
cuerpo en el alzado de los muros los momentos que nos ocupan hay 1 Y que afecta de lleno a esta parte
que delimitan la estructura. Esto que tener en cuenta que el Comple­ de la Isla (Romero Ruiz, 1991), mar­
explicaría el mayor número de evi­ jo Estructural I se halla prácticamen­ cando un límite cronológico post
dencias arqueológicas, especial­ te sepultado. Sólo debían quedar al que m para los acontecimientos re­
mente cerámicas, si bien muy frag­ descubierto la hilada superior de los feridos en la Fase 111 en un momen­
mentadas y con un alto grado de muros de piedra, pero, teniendo en to que, sin lugar a dudas, debe si­
erosión, posiblemente por tratarse
cuenta los desniveles del terreno, en tuarse con posterioridad al siglo XIII
de materiales de desecho, recicla­
dos o reutilizados como elementos algunos sectores no quedaría evi­ -la fecha más reciente de las que
de construcción para dar más con­ dencia alguna de una ocupación pre­ datan el sellado de los sedimentos
sistencia al alzado del tapial. existente. Aún así, la Fase 111 viene procedentes del derrumbe de la te­
protagonizada por la construcción de chumbre- (subfase IIB) y otra que
Mientras la Subfase 110 vie­ nuevas estructuras, entre las que debe ser claramente anterior al pri­
ne caracterizada por el deterioro del destacan un arco de muro, construi­ mer tercio del siglo XVIII. Por tanto,
revoco de los muros delimitadores do con piedra seca, o un pequeño podríamos enmarcar el período en
de la estructura, como consecuen­
cia de haber quedado a la intempe­
lienzo muy erosionado, también que se desarrolla la Interfacies 11-111
rie tras el derrumbe de la techum­ construido con piedra seca. y la Fase 111 entre los siglos XIV Y
bre y el alzado de tapial. XVII.
Asociados a estos vesti­
Tras este dilatado proceso, gios estructurales, la Fase 111 va a La segunda actuación en
englobado bajo la Fase 11, se asiste caracterizarse también por una ex­ este Complejo Estructural I irá orien­
a un período intermedio, la Interfa­ traordinaria abundancia de restos de tada a resolver los problemas deri­
cies 11-111, representado por un mo­ fauna, mayoritariamente de capri­ vados de los pequeños espacios u
mento de total inactividad, que de­ nos. Se ha indicado, incluso, la po­
termina la deposición natural de una hornacinas que se habían erigido en
sibilidad de reconstruir el esqueleto algunas de las estructuras y donde
serie de sedimentos que provoca en de animales completos, lo que pu­
la regularización de la superficie. se podía observar una relativa ho­
diera admitir diversas interpretacio­
Igualmente, caracteriza a esta inter­ mogeneidad constructiva, toda vez
nes, pudiendo explicarse el depósi­
facies la escasa presencia de ma­ que en las campañas anteriores,
teriales arqueológicos, tanto de fac­ to de restos faunísticos de la Fase
111 fruto de la mortandad precipitada estos recintos no habían sido exca­
tura humana, como de origen ani­ vados en su totalidad. Por ello, se
mal y vegetal . de una gran parte de la cabaña por
efecto de una epidemia o desastre procede a finalizar su inve,stigación.
natural (riada, inundación). Fruto de ello, ha sido una documen­
A continuación del momen­
to de abandono de la Interfacies 11­ tación muy interesante sobre el de­
111, se asiste a una nueva ocupación Por último, la estratigrafía sarrollo de ciertos ritos o prácticas
del lugar que, por el momento, no de Zonzamas, queda sellada por un fundacionales asociadas con estas
conocemos bien. La relación es­ nuevo acontecimiento, el depósito construcciones, como ocurre, entre 39
otras, en la hornacina del recinto nº chura, adoptando una orientación levantan inmediatos a su perfil, para
9, en cuyo interior y bajo su piso de global en sentido norte-sur, y una luego rellenar el espacio entre am­
tegue se documentará un posible profundidad máxima de 1,20 metros bos y de esa forma potenciar la so­
depósito ritual intacto, acomodado respecto al nivel actual de la super­ lidez de unos alineamientos que, por
en una oquedad practicada en el ficie exterior. En cuanto a su traza­ su técnica constructiva y los mate­
suelo. do, difiere completamente del obser­ riales utilizados, no son sólidos. El
vado en el Complejo Estructural 1, proceso finaliza entonces con el re­
La tercera acción estaba no sólo porque sus muros no pre­ . lleno, mediante tierra, de los espa­
estrechamente relacionada con lo sentan un trazado rectilíneo, sino cios libres entre la cara exterior del
que se ha señalado en el apartado también, porque comprende un con­ muro perimetral y las paredes de la
anterior, donde se comprueba cómo junto de pequeños muros curvos, fosa original.
en algunas estructuras se había donde se observan diferencias en­
cubierto el suelo con diferentes téc­ tre ellos, que se adosan sucesiva­ 3.- Tras la intervención ar­
nicas constructivas, documentándo­ mente unos a otros hasta conformar queológica se procede a la restau­
se para formar una base o piso es­ un mosaico de dependencias. ración de las diferentes estructuras,
tructurado, que no fueron contem­ y grupos estructurales de cada uno
plados o reconocidos en la excava­ Los trabajos se van a limi­ de los Complejos que, a lo largo de
ción original de la década de los años tar al sector suroriental del mismo, las distintas intervenciones y trata­
70 y 80. En consecuencia, hubo de mediante una intervención de peque­ mientos que han sufrido desde su
procederse a la limpieza de las mis­ ño calado, consistentes en la lim­ exhumación, han conocido un gran
mas, hasta llegar al piso y poder pieza del área de las excavaciones proceso de degradación debido, fun­
excavar algunos de ellos. Como re­ antiguas, con la consiguiente defi­ damentalmente, a la debilidad de los
sultado, su documentación ha per­ nición de los perfiles resultantes. Al materiales originarios, a la agresión
mitido comprobar diferentes repara­ mismo tiempo se comprueba la antrópica, a la intensa actividad des­
ciones y/o remodelaciones a lo lar­ existencia de nuevas alineaciones tructiva de los roedores y de la hu­
go de su ocupación, como han rati­ de muro, indicativas de que este medad medioambiental. Se trata de
ficado los perfiles que se han plan­ Grupo Estructural ofrecía unas cir­ una práctica que no pretende en nin­
teado en los mismos. cunstancias similares a la del Gru­ gún caso el solapamiento de los
po Estructural 1, en el sentido de ser vestigios originales, sino, por el con­
Las actuaciones en el Com­ mucho mayor de lo considerado tra­ trario, consolidar, exclusivamente,
plejo Estructural 11, que presenta una dicionalmente, pues se comprue­ los vestigios existentes para evitar
notable diferenciación técnica cons­ ba que hay varios complejos estruc­ su proceso continuado de deterio­
tructiva y de diseño de los espacios turales más, adosados, de los que ro. Por los costes de este tipo de
con respecto al anterior, se orienta­ sólo se limpia la superficie de dos actuaciones, se establecen varias
ron fundamentalmente a: de ellos, para determinar si su plan­ etapas de trabajo, actuando exclu­
ta ofrecía unas características simi­ sivamente en la zona más urgente,
1.- Ampliación del área de lares a las observadas en este Gru­ el llamado Complejo Estructural!.
excavación de todo este Complejo. po -ya de por sí muy diversificado­
El objetivo era doble'. Por un lado, o, por el contrario, representaban Para ello se utilizarán ma­
definir el trazado general de la cons­ unas dimensiones, diseño o técni­ teriales que sean compatibles con
trucción, pues aparecía como una ca constructiva diferenciadas. Se los elementos originales, para no al­
amalgama confusa de recintos de pretendía, igualmente, analizar si la terar las condiciones físico-químicas
plantas muy irregulares y sin co­ integración de los diferentes com­ y mecánicas de los mismos. Los
nexión alguna entre ellos. Por otro, plejos estructurales era fruto de un materiales empleados han sido, bá­
determinar el sentido y valor de los mismo diseño arquitectónico o, en sicamente, de tipo tradicional, para
restos constructivos que se obser­ cambio, el resultado de sucesivas lo que se realizará una prospección
vaban a partir de la limpieza mínima incorporaciones y si éstas había por las áreas inmediatas al yaci­
del Complejo general en sus secto­ que valorarlas como reestructuracio­ miento, obteniendo los recursos
más idóneos para la conservación,
res sur y sureste, indicativos de que nes de este espacio, como conse­
de acuerdo con los resultados ana­
era mayor de lo señalado tradicio­ cuencia de las nuevas necesidades
líticos realizados en el Instituto de
nalmente. creadas.
Conservación y Restauración de
Bienes Culturales del Ministerio de
Fruto de estas actuaciones 2.- Como resultado de lo Cultura. De las siete muestras ana­
es el poder determinar que este anterior, es posible demostrar la téc­ lizadas, seis fueron recogidas en el
Complejo comprende un gran recin­ nica empleada para la erección de mismo entorno, mientras que una
to semisubterráneo con planta ab­ estas estructuras, mediante la ex­ séptima lo fue en el sur de la isla,
solutamente anómala, que podría cavación de grandes áreas, en cuyo en Yaiza.
definirse como de tendencia rectan­ interior se levanta el complejo en­
gular muy irregular, con unas dimen­ tramado de las paredes exteriores En líneas generales, el tra­
siones de 8 metros de longitud por de la construcción, de tal forma que bajo de conservación consistió en
40 un máximo de 3,60 metros de an­ los muros maestros se apoyan o se limpieza, saneamiento, consolida­
Ilustr. 6:
Vista del Castillo de Zonzamas.

ció n y, excepcionalmente, reposi­


ción de morteros, barros o tegues,
según convenía en cada caso con­
·creto.

4.- Tras el término de los


trabajos de campo, se inician los de
laboratorio, orientados fundamental­
mente a tres ámbitos concretos: 1.­
Informatización de toda la documen­
tación generada por la actividad de
campo. 2.- Preparación del material
para su estudio, así como de los
restos no artefactuales para ser en­
viados a los laboratorios y centros
de estudio o de datación correspon­
dientes, y 3.- Inicio de los diferen­
tes estudios especializados de los
distintos conjuntos artefactuales.
normalmente ungulada, se puede rísticas de su producción en los si­
La intervención aportó una decir que cubre casi la totalidad de glos XV al XVII (Botijuelas, botijas
gran variedad de materiales, de los los fragmentos. En cuanto a los mo­ peruleras, anforoides u olive jars )
que sólo se analizarán aquellos que tivos decorativos, son muy comple­ (Deagan, 1987) llegando en ocasio­
tienen una posición estratigráfica jos y se disponen mediante diseños nes, como en el caso de los anfo­
determinada, mientras que el resto rectilíneos, bien sean sencillos o for­ roides o la semiporcelana inglesa,
servirá, exclusivamente, como con­ mando bandas, fundamentalmente hasta los siglos XVIII Y XIX.
trastación con los primeros, al ig­ horizontales, o lo que es lo mismo
norarse su ubicación exacta en la paralelas, al borde.
secuencia del asentamiento. También hay evidencias de
En general, el conjunto ce­ cerámica decorada con verde y man­
En el caso de la producción rámico de Zonzamas representa, sin ganeso -posiblemente de origen ara­
cerámica, y atendiendo a los regis­ lugar a dudas, el contingente más gonés o mallorquín-, por el caracte­
tros identificados en las áreas so­ importante conocido de la Isla, a rístico reflejo metálico (Gccygin,
metidas a trabajos sistemáticos de partir del cual se podrá disponer de i 968) típico de las fábricas de An­
excavación, se puede interpretar una documentación fundamental dalucía, Aragón, Cataluña o Valen­
que la variabilidad tecnológica y for­ para entender mejor la dinámica de cia, además de otras con proce­
mal que se ha ido describiendo es la población prehispánica de Lanza­ dencia en Madeira y Portugal -al
fruto de una gama de productos que, rote, tanto desde la óptica tecnoló­ menos en el siglo XVII-, o de Ingla­
aunque existe una relativa uniformi­ gica como desde la perspectiva so­ terra que, pueden llegar hasta los
dad de orígenes, señalan la diversi­ cioeconómica y simbólica. últimos momentos de la ocupación
dad de relaciones que desarrolla de este asentamiento en el XIX.
esta Isla a lo largo de su historia. Para el análisis del segun­
Así, analizada globalmente, en la do de los grupos señalados, el ma­
En cuanto a la producción
cerámica se diferencian dos gran­ terial cerámico de importación, o que
lítica, ésta se realiza básicamente
des grupos, atendiendo a su origen podemos catalogar genéricamente
sobre rocas volcánicas de grano
prehispánico y al material cerámico como cerámica de factura europea,
grueso -basaltos porfídicos-, presen­
de importación. se seguirá el criterio expresado para
este tipo de producción en Canarias ta una gran proporción de útiles en
por E. Sosa Suárez (1994) en la que relación con aquellos otros produc­
El primero de los grupos se tos de talla que deben asociarse a
caracteriza por el elevado número se observa una relativa diversidad
formal y técnica -dentro de un claro las actividades propias de su ma­
de evidencias identificadas. Sólo un
predominio de las llamadas cerámi­ nufactura (desechos de talla, nú­
tercio de los ejemplares identifica­
cas de almacenamiento y de trans­ cleos, elementos de técnica, etc.),
dos está decorado, normalmente en
porteo, reflejo fiel del trasiego pobla­ donde, además, hay una presencia
la superficie exterior dela pieza -ya
cional habido en la isla desde el si­ muy significativa de piezas, retoca­
sea en el labio, en el borde, en el
gloXV. das o no, con estigmas qe uso que
cuerpo, o en una combinación en­
tre ellos-, donde la técnica incisa, las insertan en varias cadenas ope­
ya sea fina o ancha, representa dos En efecto, se puede deter­ rativas.
tercios de la muestra. Pero es más, minar que el material más antiguo
si se contempla la asociación de es de procedencia andaluza y ofre­ Así, se observa la preemi­
esta técnica con la de la impresión, ce un repertorio de formas caracte­ nencia de las estrategias de débi- 41
Ilustr·7:
Detalle de las diferentes
reestructuraciones del suelo.

tage frente a las de far;onnage como


procedimiento de explotación de la
materia prima, destacando funda­
mentalmente la presencia mayori­
taria de productos de lascado sim­
pie, frente a las restantes catego­
rías técnicas que se generan en los
diversos procesos de reducción de
la materia prima.

La muestra es signifi­
cativa, destacando porcentualmen­
te en relación al conjunto de piezas
retocadas que habitualmente se de­
tectan en las series líticas de otros abundantes entre los restos de Zon­ Así, los restos de mamífe­
yacimientos, manifestándose como ros recuperados, suponen una
zamas, procedentes del Complejo
una de las características peculia­ muestra cercana a los 20.000 res­
Estructural 1, consistentes en frag­
res del registro de Zonzamas, so­ tos, que representa, sin lugar a du­
mentos de molinos circulares fabri­
bre todo por el hecho de tratarse de das, la muestra arqueozoológica
cados en basalto vesicular, percu­
utensilios en soporte de lascas y no
tores, mortero y una moleta. De ello más importante de las estudiadas
piezas de far;onnage, como suele
se deduce la importancia de la pro­ en el Archipiélago Canario hasta la
ser más frecuente en las materias
ducción agrícola de esta población fecha, tanto por la cantidad como
primas de grano grueso.
y el carácter estable de este asen­ por la variabilidad taxonómica.
La variabilidad tipológica, no tamiento.
demasiado amplia, pero sí muy ho­ En ella, parece claro que,
génea, tanto en la composición Por último, en los trabajos a efectos de recursos, el espectro
como en la representación cuanti­ se identificaron restos de diez ele­ faunístico de Zonzamas viene sis­
tativa de cada tipo, está marcada, mentos de arena litificada, con for­ temáticamente dominado por la ca­
fundamentalmente, por raspadores, ma de tendencia circular y estruc­ bra. Las diferencias que se operan
denticulados, las muescas y las rae­ tura plana, que pueden relacionar­ dentro de esta cabaña por sectores
deras. se con tapaderas para los recipien­ vienen dictadas más por variables
tes cerámicos. de carácter tafonómico y de uso que
De este material se dedu­ por diferencias en los perfiles de
ce, en primer lugar, que las piezas Igualmente, los trabajos mortandad por edades y sexos.
tienen un uso muy intenso, de tal permitieron identificar un pequeño
forma que, en la práctica, se apro­ conjunto heterogéneo de piezas de En cuanto a la explotación
vechan hasta el límite de sus posi­ adorno personal y de uso cotidiano, de los moluscos, en Zonzamas se
bilidades -para lo que en 'ocasiones, correspondiente a época posterior observa la presencia de dos conjun­
posiblemente, debieron estar en­ a la Conquista de la Isla, y que son tos muy nítidos. Por un lado, el for­
mangados-. Así, se han identifica­ usuales entre las evidencias, detec­ mado por los que derivan del con­
do procesos de reavivado y de tadas en las excavaciones de los sumo alimentario, que sólo se van
readecuación de los soportes para diferentes yacimientos históricos a limitar a los marinos y de ámbito
servir en la misma cadena operati­ excavados en Canarias. Entre ellos rocoso, con predominio absoluto de
va, o en otra diferente. destacan una fusayola, dos pipas ­ las lapas y los burgados, además
una de tálco o esteatita, decorada, de otras especies que tienen una
Su empleo se ha detecta­ y la otra de cerámica- o un alfiler representación casi testimonial. Por
do en diferentes actividades artesa­ metálico decorado. otro, está el grupo de los moluscos
nas, entre las que destacan las la­ -fundamentalmente de ballaruga y
bores alfareras, aunque no se debe El estudio de la dinámica diferentes tipos de conus, que se
obviar su participación en los traba­ de la población que ocupará este obtienen por recolección post-mor­
asentamiento no estaría completo tem para su reciclado en ornamen­
jos relacionados con la madera, el
si no se contemplaran las eviden­ tos o utensilios de uso cotidiano.
cuero y otras materias duras y blan­
cias subsistenciales y/o económi­
das que, por las características de cas, donde, sin lugar a dudas por la
la muestra, no han podido ser bien ausencia de registros vegetales, las
determinadas. evidencias zooarqueológicas -ade­
más de los ya comentados vestigios
2 En cuanto a los materiales de molturación-, adquieren una im­
4 de molturación, son relativamente portancia de primer orden.
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