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Mi angelito de cuatro patas

Darla, mi fiel compañera durante 3 años, es una mascota de raza Pitbull llena de energía y amor.
Siempre lista para jugar y brindar alegría a toda la familia, al llegar a casa se convirtió en un
miembro más de la familia. Todo era risa y felicidad.

A Darla le encantaba ir al parque, jugar, perseguir su pelota y morder botellas. Su mirada era
tierna y sus ojitos chinitos cada vez que decía que íbamos a salir. Me esperaba ya lista para
ponerle su correa, no dejaba de mover la cola de felicidad. Era maravilloso ver cómo su alegría
contagiaba a todos. Salíamos a caminar, ir de paseo, le gustaba entrar al río. Todo era felicidad
estando a su lado.

El 26 de julio de 2023, todo seguía siendo felicidad para mí y para mi perrita Darla. Esa noche la
pasamos jugando, le tomé fotos sin saber que al día siguiente ya no estaría más conmigo. La
mañana del día siguiente, 27 de julio de 2023, todo seguía siendo felicidad por tener a mi
mascota a mi lado. Estaba bien y sanita, a esa hora de las 6:00 de la mañana veía cómo corría de
felicidad.

Pasaron 15 minutos en los cuales entré a mi cuarto a echarme en mi cama un rato. Mi mamá
me llama diciendo: "Tu Darla se comía algo". Al escuchar eso, salgo corriendo y veo que mi
perrita estaba agonizando e hinchándose, y veo que habían puesto grasas de pollo con una
pastilla, por la cual mi perrita se lo comió. Por la parte donde vivo hay una señora que odiaba a
mi perro solo porque le ladraba, la señora era envidiosa.

En ese momento no sabía qué hacer, si aún tenía esperanzas de salvarla, pero me empecé a
sentir mal, grité, lloré, comencé a decir "mi perro, mi perro". Me sentí muy mal, me empezó a
doler la cabeza, sentía que me explotaría la cabeza de tanto llorar. Pensé que tendría esperanzas
de salvarla. En ese momento llamé a mi hermana para que viniera porque no sabía qué hacer.
Cuando ella llegó, la llevamos rápidamente al veterinario y aún seguía latiendo su corazón. Le
decía "resiste, estarás bien". Ya estando en la veterinaria, la doctora la revisó y ya no aguantó
más, se me murió. Nos sentimos muy tristes todos, pero ya no pude hacer nada. Después de lo
ocurrido, volvimos a casa muy tristes y decidimos enterrarla afuera de mi casa.

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