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REFLEXIÓN – RITO DE COMUNIÓN

Pregunta, ¿Cuántos queremos llegar al cielo?


“Entrad por la puerta estrecha (escasa amplitud, apretado); porque ancha
(bastante amplio) es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto
(poco espacio de los lados) el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la
hallan.” (Mat. 7:13-14)
1. LA PUERTA
La pregunta no debe ser ¿Cuál es esa puerta?, sino, ¿quién es la puerta?
“Yo soy (Cristo) la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y
hallará pastos.” (Juan 10:9)
“El que desee entrar en el reino de los cielos, el que quiera tener vida y
tenerla "en abundancia" debe entrar por medio de Cristo; no hay otro camino”
CBA
2. Entrando por la puerta

 Puerta ancha: se puede llevar cualquier cosa. Si deseamos entrar por la


puerta que va hacia la perdición podemos llevar una doble vida, la carga de
un pecado oculto, la carga de una mala relación con la familia y con el
hermano de iglesia.
 Entrar por la puerta estrecha: pero sí queremos entrar por la puerta que
lleva al cielo debemos despojarnos “de todo peso y del pecado que nos
asedia”.
Debemos decidirnos bien. Si queremos seguir a Cristo o Satanás.
Debemos despojarnos de todo odio, rencor, orgullo, altivez.

3. LLAMADO
“Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia,
blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. […]
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable
misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja
contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.”
(Col.3:8,13-14)
Cristo dice:
“Y decía todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome
su cruz cada día, y sígame.” (Mt.16:24)
TOMAR LA CRUZ Y SEGUIRLE: significa sufrir sin queja ni pesar la
desaprobación de los amigos y parientes, y soportar con paciencia y humildad el
reproche de los hombres. Significa sobrellevar la "espada" de la persecución (vers.
34-37) empuñada por aquellos de quienes se podría haber esperado paz.
Aquel que es llamado a llevar su cruz a fin de seguir a Cristo, tiene el supremo
privilegio de compartir con él sus sufrimientos. Nadie puede tener mayor honor
(DTG 195-197).

VENID A MÍ Y HALLARÉIS DESCANSO


“Venid a mí (a Cristo) todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mat.
11:28,29)
Solo tendremos descanso y paz si nos despojamos de toda carga y pecado.
Solamente tendremos paz y descanso si nos perdonamos unos a otros.
No podemos cantar “vamos al cielo Jesús nos espera” si no nos reconciliamos.

“VOLVERSE Y HACERSE COMO NIÑO”


“En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor
en el reino de los cielos?
Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo,
que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los
cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el
reino de los cielos.” (Mat.)
Volverse y hacerse como niño: los niños no manifiestan sentimientos de
superioridad y aristocracia. Son sencillos y naturales en su apariencia. No guardan
rencor.
“nunca lo voy a perdonar”
Los perros, aunque los golpees no se enojan, gritan por el dolor, pero luego
regresan moviendo la cola.

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