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Arrullo de estrellas

Érase una vez en la nada absoluta, una roca sin luz propia, con rostro redondo y cicatrices
adornándola alrededor de toda su circunferencia que no hacían más que acomplejarla y separarla
del resto, porque a diferencia de las demás rocas, esta, poseía un sólo cráter en todo su cuerpo. A
veces, se veía así misma con orgullo, pues no había otra roca que la igualara (quién le dice que no
hay dos rocas iguales) y otras tantas, se deprimía porque no se sentía parte de un hogar fuera de
sí misma. Su nombre, tan misterioso como el lugar donde se desarrolla esta historia, solo es
descrito con miles de adjetivos, pero nunca se ha explicitado; qué extraño y cautivante es conocer
a alguien sin nombre, es decir, la síntesis de nuestra identidad es el conjunto de letras que, entre
sí, logran armonizar y crear a un ser que lo portará y, en el mejor de los casos, lo dignificará
otorgándole un significado.

Bueno, nuestra grisácea protagonista, tenía un talento excepcional: atraer reflectores fulgurantes,
de esos que seguramente te quemarían la retina por completo, pero eran terriblemente aburridos,
creídos o corrientes... La circunferencia ya se había acostumbrado a huir rodando de ellos, le
parecía hasta hartante tener que ser redundante y darle tantas vueltas al por qué no estaba
interesada en ser alumbrada por sus reflectores.

Un buen día, mientras rodeaba el oscurantismo, tratando de evitar un cúmulo de estrellas tontas,
chocó con una, la ojerosa se quería disolver con la grava y comenzar de cero, como un pequeño
granito de tierra, empero, el brillo de la estrella joven que la acabada de girar por completo, lo
sentía diferente, este no la quemaba ni cegaba, era afable y sus llamas, se dispersaban con gracia
enmarcándolo, por lo que apenas vio las llamaradas danzantes, se volcó a admirarlas con asombro
“pero ¡qué divina figura es esa!, creía que los soles solo portaban triángulos, líneas angulosas sin
aparente sentido estético” pensó, desde la perspectiva del Sol, solo parecía una roca “curiosita”
por lo que solo se limitó, con voz melodiosa, a susurrarle palabras de aliento y arrepentimiento
por haberla puesto de cabeza.

Mientras la opaca se recuperaba del choque colosal de pensamientos y del bochornoso


acontecimiento, Sunny, comenzaba a notar la peculiaridad de su pequeño accidente.

Sun (su verdadero nombre), cautivado por el encanto que encuentras en lo peculiar, le contó
historias de mundos lejanos, de soles y lunas que danzaban en el cielo, creando una sinfonía de
luz y sombra que llenaba el universo de magia. La lunática, cautivada por las palabras de la
estrella, comenzó a vislumbrar un mundo más allá de su propio ser. ¡Ella también podría emitir
luminiscencia sin ser lastimada!
Poco a poco, la ilusionada y la magnífica estrella se fueron conociendo mejor. El satélite natural
descubrió que Sun tenía un sueño: recrear los pasos del fuego que bailaba a su alrededor,
recreando la belleza de sus pasos en el cielo nocturno, en un arrullo de estrellas que iluminara el
universo. La roca, conmovida por el deseo de la estrella, decidió ayudarla.

Durante días y noches, la roca y la estrella trabajaron juntas. La roca pulió su superficie,
eliminando las cicatrices y revelando su belleza interior. La estrella, por su parte, compartió con
la roca su brillo suave y acogedor, transformándolo en un resplandor único y radiante.

Finalmente, llegó la noche del gran baile en el cielo. La Luna y el Sol observaban desde lo alto,
intrigados por la belleza de la pareja. La roca y la estrella comenzaron a danzar, envueltas en un
halo de luz y emoción.

Entonces, en un momento de éxtasis, la Luna descendió del cielo y besó al Sol. El universo se
estremeció con la magia del eclipse, mientras la roca y la estrella se abrazaban con fuerza,
sintiendo el amor y la conexión entre ellos.

Desde ese día, la roca y la estrella brillaron juntas en el firmamento, recordando siempre el poder
del amor y la belleza de los sueños compartidos. Y así, en medio del arrullo de estrellas, su historia
se convirtió en leyenda, inspirando a todos los seres del universo a seguir sus corazones y
perseguir sus sueños más profundos.

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