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Estrategias de regulación emocional internas

Son herramientas para conseguir que las situaciones emocionales no nos


desborden, siempre que las mismas no dependan de terceros, y deberemos ser
capaces de aplicar la receta correcta a cada situación concreta:

Relajación
Aflojar. Ablandar el cuerpo o alguna parte de él. También significa esparcir el
ánimo, ausencia de tensión: (fisiológico, conductual y cognitivo)

Cambiar la forma de pensar


La forma de pensar inunda la emoción y los estados de ánimo. Nos sentimos
perturbados no por las cosas en sí, sino por la forma deber las cosas. Son los
pensamientos y no los acontecimientos los que generar emociones negativas.

Identificar la distorsión
Tomar conciencia de los pensamientos negativos; es decir, el lenguaje interno,
lo que nos decimos a nosotros mismo, transformarlas en afirmaciones
positivas.

Comprobar los hechos


No hay que aceptar la veracidad de los pensamientos negativos, hay que
comprobar empíricamente la verdad de los mismos.

El método del doble nivel de exigencia


Hablarte a ti mismo, de la misma forma que hablarías a un amigo o amiga que
tuviera un problema similar.

La técnica experimental
Comprueba experimentalmente la veracidad de los pensamientos negativos.

Pensar en matices
Si las cosas no van todo lo bien que se desea, no ha de considerarse un fracaso
total, sino como un éxito parcial. No todo es “blanco o negro” la vida tiene
muchos matices

Definir los términos


Consiste en saber exactamente lo que significan las palabras que estamos
utilizando y emplearlas apropiadamente.
Cambio semántico
Es un método para afirmaciones hipotéticas, ejemplo: “no debería haber
cometido ese error” lo más correcto sería: “Preferiría no haber cometido ese
error”

Cambio de atribución causal


Se establecen relaciones causa – efecto, de acuerdo con las creencias. Si
cambia la atribución de causalidad estará en mejores condiciones de encontrar
una solución y sentirse mejor.

Afrontamiento de conflictos
Una de las situaciones que genera mayor tensión emocional es cuando hemos
de enfrentarnos a situaciones de conflicto. El entrenamiento en la resolución
de conflictos ayuda a equilibrar esta tensión; existen dos formas básicas:

+A través de técnicas racionales de solución de problemas.

+A través de técnicas creativas de solución de problemas

Usar la respiración adecuadamente


La respiración es esencial para la vida. Uno de los principales cambios que
producen las emociones en nosotros es cambiar el ritmo respiratorio.

La meditación
En sus diversas formas y métodos, trata de conseguir una situación de paz y,
por tanto, de autorregulación emocional. Conjuga tanto la respiración como la
ubicación física de quién la practica, de manera que se eviten perturbaciones
exteriores, una posición del cuerpo adecuada y pensamientos dirigidos a la
toma de conciencia y al control mental.

Entrenamiento asertivo
La asertividad es la capacidad de defender los propios derechos sin
agresividad. Practicar la asertividad requiere más práctica que un largo
entrenamiento teórico, para poder establecer buenas estrategias de relación
interpersonal. Su uso resulta imprescindible para gestionar las situaciones
interpersonales.

Buscar información
La preocupación es uno de los males de nuestra sociedad. Tratar de conocer
aquello que es relevante para nuestra orientación personal constituye uno de
los mejores recursos para tranquilizarnos. Debemos controlar la calidad de la
información.

La distracción
Es una buena estrategia para cambiar de estados emocionales negativos a otros
más positivos. Hay muchas formas de distracción, algunas son de carácter
físico, otros, psicológico y emocional. Cada persona sabe qué cosas o
situaciones le distraen.

La nutrición
Si somos lo que comemos, no debería haber negligencia en los aspectos
nutricionales que tienen una incidencia trascendental en nuestros estados de
ánimo. El cuerpo nos pide, a través del apetito sustancias diversas que precisa
para su equilibrio.

Ejercicio físico
No hay duda de que correr quema adrenalina y nos relaja. El deporte,
adecuado a la edad, tiene efectos directos de bienestar y por tanto también
nuestras emociones.

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