La palabra estado tiene su origen en la voz status y en un sentido
general significa orden, clase, jerarquía y calidad de la persona que compone un pueblo y clase o condición de cada uno, conforme a la cual debe arreglar su género de vida. El estado en sentido amplio es la posición que ocupan las perso‐ nas en la sociedad . Esta posición genera derechos subjetivos a la persona y sus correlativos deberes, que tienden a proteger el respectivo estado. Este concepto genérico de estado comprende:
56.1. El estado político
Es la posición de la persona en la sociedad política. Es común
distinguir a los habitantes entre ciudadanos o extranjeros, que si bien en el derecho privado tienen un trato igualitario, en cambio, en el ámbito del derecho público se genera para el ciudadano derecho y obligación de sufragar, no así para el extranjero, aunque en las elecciones munici‐ pales tienen el derecho a votar. También entre otras diferencias y hasta su eliminación, se obligaba a los primeros cumplir con el servicio militar, no así a los extranjeros .
56.2. El estado profesional
Es el conjunto de derechos y deberes que le corresponde a la
persona en razón de su profesión. Ejemplo de ello son el estado militar, policial, sacerdotal. Así, en la provincia de Buenos Aires el derogado decreto-ley 9550/1980 definía el estado policial en el art. 3º como “...la situación jurídica que resulta del conjunto de deberes y derechos establecidos por las leyes y reglamentos para el personal que ocupa un lugar en las escalas jerárquicas de los agrupamientos comando y servicios que integren sus cuadros permanentes o que proviniendo de los mismos, se encuentren en situación de retiro...”. Por su parte, el Código de Derecho Canónico de 1983 reconoce entre los fieles cristianos tres estados: clérigos, religiosos y laicos, cada uno amén de los derechos y obligaciones comunes por ser fiel, tiene a su vez las obligaciones y derechos correspondientes a su estatus funcional .
56.3. El estado de familia
De éste nos ocuparemos más adelante.
57. El estado en el derecho romano
En Roma existían tres clases de estatus:
1) El status libertatis: los hombres se podían calificar en libres o esclavos. Éste era propio de los hombres libres. 2) El status civitatis: estaba vinculado con la calidad de ciudadano romano. 3) El status familiae: era la posición que ocupaba una persona en la familia. Consideraba a las personas en dos categorías: los que se encontraban sometidos a la autoridad del jefe de la familia y los que no se hallaban sometidos a aquél. En el derecho romano era necesario reunir estos tres status para ser considerado persona. El que carecía de alguno de ellos no revestía tal calidad. Esta concepción romana ha perdido vigencia en nuestro derecho, pues se ha abolido la esclavitud (art. 15, CN), el estado de familia no cuenta para ser persona y por imperio de lo preceptuado en los arts. 20, CN; 1º 4º y 5322, CCiv., para el derecho civil no hay diferencia de tratamiento si se es nacional o extranjero.
58. Concepto de estado
La doctrina se encuentra divida con respecto a la noción de estado.
1) Baudry Lancantinerie, Houques Fourcade y Planiol consideran distintas categorías de estado, a saber: a) Posición de la persona con relación a sí misma. Se puede ser sano o enfermo, mayor o menor de edad, varón o mujer. Éste sería el estado personal. b) Posición de la persona en relación con la sociedad. Puede ser militar, policía, eclesiástico, si tomamos en consideración la profesión y si la consideramos respecto de su origen: nacional o extranjero. c) Posición que ocupa la persona en la familia. Ésta, en cuanto se vincula con la familia, puede ser padre, hermano, soltero, etcétera . 2) En cambio, Aubry, Rau, Colin y Capitant limitan el concepto de estado a la posición de la persona en la sociedad y en la familia . 3) A su vez, Cicu sostiene que cuando se estudia el estado no es necesario analizar si se trata de una relación jurídica o de un conjunto de relaciones, sino de “...ver el porqué de esta conexión y si tal rela‐ ción ofrece características suyas propias frente a las demás relaciones jurídicas” . Afirma que efectivamente existe esta característica y la denomina “relación orgánica” porque considera que el estado “no es una condi‐ ción o posición cualquiera del individuo frente a los demás individuos, sino aquella condición por la cual resulta miembro de un todo orgánico, o más bien aquella condición por la que se halla en relación de depen‐ dencia respecto de un fin superior y de interdependencia con respecto a los demás individuos sujetos a un mismo fin” . Debe recordarse que Cicu ha tipificado la familia como un todo orgánico. 4) Otra corriente doctrinaria considera que el único estado reconoci‐ do es el estado de familia. Enrolado en este concepto, Llambías sostiene que, en su significa‐ ción moderna, es un modo de ser de la persona en su relación con la familia, y que las distintas concepciones de estado antes analizadas son “puramente literarias”, por cuanto no se corresponden con la acepción que el Código Civil le ha dado, que no es otra que “...el modo de ser de la persona en la familia” . En igual sentido Orgaz argumenta que la triple exigencia romana antes analizada ha quedado reducida únicamente al estado de familia . A su vez, Zannoni afirma que cuando nos referimos al estado civil se está aludiendo al estado de familia, es decir, el emplazamiento que se tiene en la familia . En cambio, Rivera considera que no son descartables ninguna de las posiciones. A partir de la relación, que estima indudable, entre capaci‐ dad y estado, porque éste tiene influencia en aquélla, concluye que “...la calidad de mayor o menor de edad, sano o demente, comerciante, militar o sacerdote profeso, influye en la capacidad de hecho o de derecho del sujeto... o en la imposición legal de ciertas obligaciones...” . Coincide que la noción de estado de familia se refiere al emplazamiento en la familia. Por su parte, Dansey argumenta que estado de familia es una terminología convencional superviviente del derecho romano, que carece de esencia jurídica. Así sostiene: “...Repárese en este detalle: en cualquier ocasión en que se utilice la expresión podemos reemplazarla, sin mengua del sentido de lo que se quiere expresar, por la mención de la correspondiente relación a la que implícitamente se hace referencia, trátese de la relación paterno filial, o la matrimonial, o globalmente de ambas” .
59. Nuestro criterio
A nuestro juicio no se puede limitar el concepto a estado de familia,
esto es, sostener que el único estado que existe es el de familia. Ello es así, porque como bien señala Borda, si el estado está dado por un conjunto de calidades en el que están determinados los dere‐ chos y las obligaciones de una persona, es innegable que tanto el estado político, el estado profesional, al igual que el estado de familia, generan relaciones jurídicas que van a influir en los derechos y las obligaciones de las personas .
60. Concepto de estado de familia
Definimos el estado como la posición que ocupa una persona en la
familia, esto es, el modo de ser de la persona en la familia, que origina relaciones jurídicas familiares, cuyo contenido son deberes y derechos . Mazzinghi lo define “como el conjunto de derechos y obligaciones que dimanan de un vínculo jurídico familiar y que atribuyen a la persona una determinada posición dentro de la familia” . Zannoni, como “el conjunto de derechos subjetivos y deberes correlativos que corresponden a las personas en virtud de su empla‐ zamiento familiar, los que por estar a ellos atribuidos, procuran la tutela de su individualidad familiar (como personas) ante el orden público” . El estado de familia comprende todas las cualidades jurídicas que surgen del vínculo que tiene una persona con los restantes miembros de la familia . En consecuencia, el estado de familia no se limita únicamente a la relación paterno filial, sino que también existe con relación al matrimo‐ nio (se puede ser casado, soltero, divorciado, viudo, separado personal‐ mente) y al parentesco (consanguinidad, afinidad o adopción). El conjunto de derechos y obligaciones que nace con motivo del emplazamiento en un determinado estado de familia están ordenados a tutelar a la persona ante el ordenamiento jurídico. Las calidades jurídicas que genera el estado pueden adquirirse voluntariamente (por ejemplo, con el matrimonio) o sin intervención de la voluntad (como el estado de hijo).
61. Relación entre estado y capacidad
Existe una estrecha relación entre el estado y la capacidad.
En efecto, el estado juega un rol determinante en orden a la capaci‐ dad. Así, el estado originado en el matrimonio modifica en numerosos aspectos la capacidad de los esposos. Basta recordar que el art. 1807, inc. 1º, CCiv., les impide hacerse donaciones1001 impide la contrata‐ ción entre cónyuges casados bajo el régimen de comunidad. ; el art. 1358, celebrar ventas entre sí, el art. 1441 les prohíbe hacerse entre sí cesión de derechos y el art. 1490, celebrar permutas entre sí.Los impedimentos nupciales son otro ejemplo de la incidencia del estado en la capacidad: el parentesco en línea recta en todos sus grados, los hermanos unilaterales y bilaterales, el parentesco afín en línea recta en todos sus grados, el matrimonio anterior mientras subsista. En igual sentido, produce sus efectos el estado que se origina en la relación paterno filial y en el parentesco. Los padres no pueden celebrar contratos con sus hijos menores de edad. El parentesco por consanguinidad y el de adopción plena, en línea recta o colateral hasta segundo grado y el de afinidad en línea recta y el originado en la adopción simple con los alcances establecidos en el art. 166, CCiv.689 CCC, constituyen impedimentos para contraer matrimonio.
II. NATURALEZA JURÍDICA DEL ESTADO DE FAMILIA
62. Atributo de la personalidad
El estado de familia es un atributo de la personalidad de las perso‐ nas visibles. En efecto, es constitutivo de la esencia de la personali‐ dad y es una calidad inherente dependiente e inseparable de la persona. De tal forma no puede existir persona sin estado, y estado sin persona . Al regular las acciones de familia, el nuevo Código Civil y Comercial se refiere expresamente a este atributo: Dispone el art. 713 que: “Las acciones de estado de familia son de inherencia personal y no pueden ser ejercidas por vía de subrogación. Sólo se transmiten por causa de muerte en los casos en que la ley lo establece.”
63. Caracteres del estado de familia
63.1. Universalidad
Porque es abarcativo de todo emplazamiento familiar.
Como ya lo destacamos precedentemente, el estado de familia comprende los vínculos jurídicos familiares que unen a una persona con otra y también cuando la persona no registra vínculos, ya conyugal (estado de soltero) o cuando siendo hijo extramatrimonial no se hubiera acreditado la maternidad (art. 242, CCiv.) y no hubiera sido reconocido por la madre, ni por el padre, en cuyo caso será hijo de padres desco‐ nocidos . Reiterando lo antes expuesto es también universal porque compren‐ de tanto el vínculo nacido del matrimonio como el de la relación parental.
63.2. Unidad
Porque es indiferente el estado con relación a la división de los
vínculos en matrimoniales o extramatrimoniales; en una terminología anterior, legítimos o ilegítimos. Ello por la derogación de los arts. 365 y 366, y por lo dispuesto en el art. 240, CCiv558 CCC., reformado por la ley 23.264 que dice “...La filiación por adopción plena, por naturaleza o por técnicas de reproducción humana asistida, matrimonial y extramatri‐ monial, surten los mismos efectos, conforme a las disposiciones de este Código.La filiación matrimonial y la extramatrimonial, así como la adopti‐ va plena, surten los mismos efectos, conforme a las disposiciones de este Código”. 63.3. Indivisibilidad
Porque no puede ser escindido o dividido respecto de los distintos
sujetos que tengan interés en él. Un ejemplo de lo expuesto era lo que normaba el Código Civil hasta la sanción de la ley 14.367 respecto del hijo de una persona que era casada y otra soltera, que era adulterino para ambos padres (art. 338). Es decir, lo era tanto para el padre que tenía el impedimento de ligamen, como para el otro progenitor, que tenía habilidad nupcial porque era soltero. Asimismo, en el supuesto del hijo nacido de un matrimonio que fuera anulado por existir algunos de los impedimentos regulados en el art. 166, CCiv427 y ss. CCC., es matrimonial, tanto en el supuesto de que los dos sean de buena fe, y aun cuando uno sea de buena fe y el otro de mala fe. En cambio, será considerado extramatrimonial cuando ambos sean de mala fe.
63.4. Correlatividad
En algunos estados de familia hay una correlatividad o reciprocidad
entre las personas que vincula. Tal el ejemplo de los esposos entre sí, el de padre e hijo, el de hermanos. Empero, este carácter no es absoluto, pues hay estados de familia que no gozan de correlatividad, como el de soltero, viudo o divorciado, en cuyos casos falta esa reciprocidad aludida anteriormente, porque no existe relación jurídica familiar.
63.5. Oponibilidad
El estado de familia es oponible erga omnes. Ello se efectivizará ya
mediante el ejercicio de los derechos subjetivos familiares derivados de él o por medio de su alegación ante quienes lo desconozcan. Esta oponibilidad frente a todos los terceros importa la obligación que tienen éstos de reconocer y respetar la posición que la persona ocupa en la familia y los derechos y las obligaciones que de ella derivan.
63.6. Estabilidad
El estado de familia se caracteriza por su permanencia. Es decir que
se va a mantener mientras no acaezca un hecho o acto jurídico que lo modifique o extinga. Las relaciones jurídicas que el estado determina no pueden alterarse por la autonomía de la voluntad. Como lo señaláramos en el ejemplo anterior, debe mediar un hecho, por ejemplo la muerte, que es ajeno a la voluntad de la persona, salvo el caso de suicidio o el ejercicio de acciones de estado que persigan su modificación . La estabilidad tiene como finalidad la permanencia o, como se ha sostenido, la inmutabilidad; diríamos más bien la seguridad jurídica, circunstancia por la que el Código Civil y Comercial, tiene para algunos legitimados activos, términos de caducidad frente a su inacción en la articulación de las acciones de estado.
63.7. Inalienabilidad
Esto significa que el estado es indisponible. Por lo tanto, el estado no
puede ser transmitido por actos jurídicos (contrato o renuncia). En efecto, no se puede transferir el estado de padre, de esposo o de hijo, como tampoco se puede abdicar su titularidad. En lo que refiere a las acciones de familia, en nuevo Código Civil y Comercial lo dice expresamente en su Art. 713. Ello encuentra fundamento en la naturaleza propia del estado y por resultar tales actos violatorios del art. 21, CCiv12 y 1004 CCC., que prohíbe que por convenciones particulares se puedan dejar sin efecto las leyes en cuya observancia estén interesados el orden público y las buenas costumbres. Por otra parte, este tipo de acto configuraría una flagrante violación al art. 953958, CCiv.CCC, en cuanto establece que el objeto de los actos jurídicos no puede ser violatorio de lo prohibido por las leyes y contrario a las buenas costumbres, fulminando con sanción de nulidad los que se realicen violando esa disposición. En tal sentido, el art. 872, CCiv., prohíbe renunciar a los derechos concedidos teniendo en miras el orden público. A su vez el art. 230, CCiv408 CCC., declara nula toda renuncia de cualquiera de los cónyuges a pedir la separación personal o el divor‐ cio vincular (“El consentimiento matrimonial no puede someterse a modalidad alguna. Cualquier plazo, condición o cargo se tiene por no expresado, sin que ello afecte la validez del matrimonio.”). Sin embargo, esta prohibición no es absoluta, porque cede en el supuesto de reconciliación de los cónyuges separados personalmente; ocasión en la que se extinguen los efectos de la sentencia de separa‐ ción personal y ellos vuelven al estado anterior. Éste es un nuevo caso donde rige el favor matrimonii. Otro supuesto en el cual cede la prohibición es en la revocación o rescisión de la adopción simple (art. 335, CCiv.; ley 24.779629 CCC). Tampoco se puede transigir sobre el estado. Así lo establece el art. 845, CCiv1644 CCC., que dice: “Tampoco pueden ser objeto de transacción los derechos sobre las relaciones de familia o el estado de las personas, excepto que se trate de derechos patrimoniales derivados de aquéllos, o de otros derechos sobre los que, expresamente, este Código admite pactar.No se puede transigir sobre contestaciones relativas a la patria potestad, o a la autoridad del marido, ni sobre el propio estado de familia, ni sobre el derecho a reclamar el estado que corresponda a las personas, sea por filiación natural, sea por filiación legítima”. Por su parteDicha norma comprende el antiguo , el art. 843, CCiv., no permiteque se refería expresamente a la prohibición de transigir sobre cuestiones de validez o nulidad de matrimonio, a no ser que la transacción sea a favor del matrimonio. Acoge esta norma el principio favor matrimonii, típico del derecho canónico, regulado en el canon 1060, CIC 83, cuando establece que el matrimonio goza del favor del derecho. Por otra parte, el art. 846, CCiv., permite la transacción “...sobre intereses, puramente pecuniarios subordinados al estado de una persona, aunque sea contestado, con tal que al mismo tiempo la transacción no verse sobre el estado de ella”. Pero si la transacción fuere simultánea sobre los intereses pecuniarios y sobre el estado de la persona, será de ningún valor (art. 847, CCiv.). Mazzinghi sostiene que a este principio se lo permite vulnerar con la admisión del divorcio vincular por presentación conjunta, pues en los trámites previos al inicio del juicio se debate sobre aspectos económicos que están estrechamente ligados con la disponibilidad de uno de los esposos para acceder al juicio, del que va a resultar una modificación del estado de familia . Coincidimos con el autor nombrado, pues en muchas oportunidades un cónyuge es renuente a aceptar el divorcio, pero ante lo aparente‐ mente definitivo de la ruptura, el ofrecimiento económico muy beneficio‐ so del otro consorte opera como una fuerza harto tentadora para transigir con la promoción del juicio, mediante la causal objetiva del art. 215, CCiv.
63.8. Imprescriptibilidad
El estado de familia no puede adquirirse ni perderse por el transcur‐
so del tiempo. Claro que esto debe entenderse sin perjuicio de los plazos de cadu‐ cidad que tienen ciertas acciones de estado. En consecuencia, quien no hace uso de los derechos que integran el estado de familia no los puede perder por prescripción ni, por el contra‐ rio, quien usa el estado de familia durante mucho tiempo lo puede adquirir por el transcurso de éste. Se ha criticado al CodificadorVélez Sársfield por no haber consagra‐ do expresamente la imprescriptibilidad del estado de familia. En efecto sólo hizo mención a ello en el art. 262, CCiv., hoy nueva‐ mente establecido en el art. 251, CCiv. (ley 23.264), que dispone: “El derecho de reclamar la filiación o impugnarla no se extingue por pres‐ cripción, ni por renuncia tácita, pero los derechos patrimoniales ya adquiridos están sujetos a prescripción”, y en el art. 4019, CCiv., que excepciona de la prescripción la acción relativa a la reclamación de estado ejercida por el hijo . Ahora bien, a poco que nos detengamos a analizar las reformas introducidas por la ley 23.515 al régimen del matrimonio, advertiremos que al legislar la separación de hecho como una causal objetiva tanto de separación personal como de divorcio vincular, por vía indirecta, el transcurso del tiempo (dos años para separación personal y tres para el divorcio vincular) opera como presupuesto fáctico de esta causal, sin que ello importe una prescripción ortodoxa del estado, pero con conse‐ cuencias similares al instituto de la prescripción liberatoria . El nuevo Código Civil y Comercial hace mención expresa de la nota de imprescriptibilidad al regular las acciones derivadas del estado de familia. Así, el Art. 712 dispone: “Las acciones de estado de familia son irrenunciables e imprescriptibles, sin perjuicio de su extinción en la forma y en los casos que la ley establezca. Los derechos patrimoniales que son consecuencia del estado de familia están sujetos a prescrip‐ ción.” Tampoco admitió el Codificador que las personas sujeten su estado a cláusulas que obliguen a casarse con determinada persona, o no casarse, u obliguen a mantenerse célibe perpetua o temporalmente, separarse personalmente o divorciarse vincularmente (art. 531, CCiv.). Sin embargo, las acciones de familia pueden caducar por razones de seguridad jurídica o decoro. Es el caso de la caducidad de la acción de nulidad (Arts. 714, 715 CCC) o las hipótesis en las que prescribe la acción para los progenitores en las acciones de desplazamiento de la filiación (Arts. 588 y ss).
63.9. Intransmisibilidad sucesoria
El estado es un atributo inherente a la personalidad.
Dijimos antes que no se concibe persona sin estado y estado sin persona. Por lo tanto, el estado existe en la cabeza y titularidad de una persona y se extingue con la muerte, por ello no es transmisible por sucesión. Rige en la especie lo normado en el art. 3417, CCiv2277 CCC., que dispone que “La herencia comprende todos los derechos y obligaciones del causante que no se extinguen por su fallecimiento.”el heredero es continuador de la persona del difunto y es propietario, acreedor o deudor, de todo lo que el difunto era propietario, acreedor o deudor, con excepción de aquellos derechos que no son transmisibles por sucesión. Entre estos últimos se encuentra justamente el estado. Puede objetarse el principio antes expuesto por lo establecido en el art. 208, CCiv., para la causal objetiva de separación personal que regula el art. 203, CCiv., que dispone que en caso de muerte del cónyu‐ ge sano la obligación alimentaria queda a cargo de la sucesión. Entre estos derechos, los casos en que la obligación alimentaria queda a cargo de la sucesión no deben considerarse una excepción. Empero, aA poco que se analice se advertirá que la obligación alimenta‐ ria no se transmite por vía sucesoria, sino que se convierte en una obligación legal a cargo de los herederos. Si bien el contenido asisten‐ cial es el mismo, no cabe duda de que nos encontramos con una obligación distinta .
63.10. No subrogable
Los terceros no pueden, por subrogación, ejercer los derechos y
deberes del titular del estado. El art. 1196, CCiv741 inc. A)., así lo establece: “ ARTICULO 741.- Derechos excluidos. Están excluidos de la acción subrogatoria: a) los derechos y acciones que, por su naturaleza o por disposición de la ley, sólo pueden ser ejercidos por su titular;Sin embar‐ go los acreedores pueden ejercer todos los derechos y acciones de su deudor, con excepción de los que sean inherentes a su persona”. Demás está decir que la subrogación y la continuación de la acción del premuerto son dos cosas claramente distintas. Obviamente que esta prohibición no comprende las acciones que tengan carácter patrimonial, tal el caso del art. 3351, CCiv.,2292 CCC, que dispone que “Si el heredero renuncia a la herencia en perjuicio de sus acreedores, éstos pueden hacerse autorizar judicialmente para aceptarla en su nombre.”
que autoriza a los acreedores del heredero renunciante a demandar la
revocación de la renuncia a la herencia cuando se ha hecho en perjuicio de ellos.
63.11. Es de orden público
El estado de familia compromete no sólo el interés individual de su titular y de su familia, sino también el interés de la sociedad y, por ser de orden público, se encuentra sometido a un régimen legal estatutario.