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Sant Jordi PDF
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En los vastos reinos celestiales, donde las estrellas brincan sin parar y los susurros
del viento llevan consigo secretos antiguos. Existía un ángel llamado Eriel. Eriel era
un ser radiante, con alas resplandecientes que reflejaban la luz de las estrellas, y su
misión era clara: descender a la Tierra y velar por los humanos con amor y
compasión.
Un día, Eriel,bajo las ordenes de sus superiores,fue enviado a la Tierra con una
tarea en particular. Debería cuidar a una niña humana, llamada Aria. Así descendió
del firmamento y se convirtió en una presencia invisible para los ojos mortales,
Los años pasaron, y Eriel observó cómo Aria crecía, una flor delicada en un mundo
de sombras y luces. Desde las sombras, protegió su sueño cuando los monstruos
de la noche acechaban y secó sus lágrimas cuando el dolor la consumía. Aria era
ajena a la presencia celestial que la seguía, creció con la sensación de que fuera
Aria. Sus ojos, tan luminosos como las estrellas, reflejaban un mundo lleno de luz.
secreto del firmamento. Eriel sabía que su amor por Aria era prohibido. A pesar de
Los años pasaron, y Aria se convirtió en una mujer, llena de esperanzas y sueños.
Eriel la observaba desde las sombras, protegiéndola con el mismo amor y devoción
que había sentido desde el primer día en que la vió. Y mientras el tiempo
Hasta que llegó el día en el que el destino alcanzó su auge. Fue ese momento
donde Aria se enfrentaba a su mayor desafio.Eriel dejó de ser una sombra para ella
y en la oscuridad se reveló ante ella, con sus alas desplegadas y con su corazón
desnudo.
Aria, sorprendida por la presencia celestial que había velado por ella toda su vida,
sintió una oleada de asombro y gratitud. Y vio en los ojos de Eriel el reflejo de un
amor puro y eterno, un amor que trascendía las barreras entre el cielo y la tierra.
encontraron un ángel y una mortal, unidos por un amor que había sido un secreto
del firmamento, un amor celestial que había desafiado las leyes de los dioses.
Y así, quedó escrito el relato de un amor prohibido pero eterno, un amor que había
nacido en los secretos del firmamento y que seguiría brillando incluso si el universo
desapareciera.