Al occidente se establecieron culturas como los purépechas (conocidos antes como
tarascos) en lo que actualmente es Michoacán.
En el sur, los mixtecos y zapotecos; en entidades que actualmente conocemos como Guerrero, Oaxaca y Chiapas. En el centro encontramos las civilizaciones Mexica, Teotihuacana y Tolteca. En la península de lo que actualmente es Yucatán, Campeche y Quintana Roo se localiza la civilización Maya. En el territorio que rodea al actualmente llamado Golfo de México encontramos a los Totonacos, Huastecos y Olmecas; estas civilizaciones ocuparon el territorio de las actuales entidades de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco. En el caso de Mesoamérica, se veneraban múltiples dioses de la lluvia como Tláloc, conocido como Chaac entre los mayas o como Tajín para los totonacas. El aire o el viento tuvo fuerte influencia en las creencias de Mesoamérica, siendo la deidad del viento más conocida Ehécatl o Quetzalcóatl. Huehuetéotl es una de las figuras más antiguas a las que se les rendía culto. Se ha encontrado en varias civilizaciones del México central como Cuicuilco y Teotihuacán. Para los mayas, Kauil era el dios del fuego y lo relacionaban también con la fuerza espiritual. Tlaltecuhtli, “señor de la tierra” en náhuatl, se identifica como la diosa o el dios de la Tierra. En la época prehispánica al “canto y la danza” se le denominó “In Cuicatl InXochitl ” (el Canto y la Flor), porque era una forma de ofrenda que permitía estar en contacto con las deidades que se manifestaban en la naturaleza. A la danza se le consideró como una forma de concentración en movimiento con lo cual al ofrendar y pedir podían canalizar su fuerza al logro de objetivos.A la danza ritual se le llamó Macehualiztli (merecimiento) y a la danza de popular se le llamó Netotiliztli. Cada movimiento en la coreografía de la danza tiene un significado específico. Las sentadillas y movimientos serpentinos representan la fertilidad, los pasos asentados en el suelo la tierra y la siembra, las vueltas el aire y el espíritu, los pasos avanzados y retrocedidos el fuego y los pasos zigzagueantes el agua.