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CRONICAS DE AMERICA
La Relación delas rrusiones deI Paraguay es
una de Ias más interesantes crónicas elaboradas
por Ias jesuítas dei Río de Ia Piara, durante su
exilio italiano, tras el decreto de expulsión fir-
.mado por Carlos lIL En ella se aborda, de for-
ma sencilla y amena, un tema que llamaba Ia
atención extraordinariamente a Ias círculos
ilustrados de Ia Europa dei sigla XVIII: el lla-
mado Estado jesuita deI Paraguay, en el que
muchos querían ver un ejemplo casi perfecto
de utopía hecha realidad, especie de Arcadia
feliz, donde no circulaba el dinero, los oficios
manuales se consideraban un signo de nobleza
y Ia mendicidad había desaparecido.
Su autor, el P. José Cardiel, fue uno de Ias mi-
sioneros más sobresalientes de Ia última etapa
de Ias reducciones guaraníticas. En esta peque-
na obra intenta hacer una descripción, teüida
de un inevitable tono apologético, de Ia histo-
ria y Ia vida en Ias misiones, refutando los ata-
ques que contra Ia actuación de Ia Compafíía de
jesús se estaban vertiendo en aquellos momen-
tos.
Fue un escrito realizado en poco tiempo y sin
muchas pretensiones teóricas, destinado a una
difusión limitada entre los jesuitas desterrados
en Itália. Su falta de pretensiones esconde,
como contra partida, otros méritos. En un infor-
me dírecto y veraz de un testigo de primera
línea que cuenta 10 que ha sido su vida cotidia-
na durante casi cuarenta anos de estancía en
América, dibujando un cuadro, bastante ajusta-
do a Ia realidad, de todo aquel experimento mi-
sionero.
La Relación se publicó en 1913, en Ias apéndi-
ces de una obra moderna de investigación his-
tórica, por 10 que esta puede considerarse Ia
prírnera edición específica dei texto de Cardiel.

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JOSE CARDIEL

Las misiones
deI raraguay
Edición de Héctor Sáinz ollero

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LAS MISIONES DEL PARAGUAY

Esta ediciôn ba merecido una subuenciôn de Ia


Dirección General dei Libra y Bibliotecas dei
Ministerio de Cultura,

Director de colecciôn. Manuel Ballesteros Gaibrois.


Edición, introducción y notas: Héctor Sáinz Ollero.
Primera edición: Marzo de 1989.
Disefio colecciôn: Neslé Soulé.
© HISTORIA 16, 1988 . Información y Revistas, S.A:
Hermanos García Noblejas, 41
28037 Madrid
I.S.B.N.: 84-7679·121·6
Depósito legal: M-3781·1989
Impreso en Espana - Printed in Spain.
Fotocornposición: VIERNA, S.A. Drácena, 38. 28016 Madrid. ..
Impresión: Gráficas Nilo. ]ulián Camarillo, 42. 28037 Madrid.
INTRODUCCION

La colonización espaãola de América no fue una, sino muchas.


La imagen dei conquistador mataindios, en una mano una espada
y en Ia otra una cruz, codicioso de oro y mujeres, no deja de ser
un tópico, lamentablernente real en muchas ocasiones, pero inca-
paz por sí solo de explicar un proceso tan largo, cornplejo y rico
como a Ia postre habría de resultar el descubrimiento y colonizá-
ción dei continente americano por los espaãoles.
Un aspecto resaltado en muchas ocasiones por los investigado-
res ha sido Ia preocupación permanente y paralela durante todo
aquel proceso por garantizar unos mínimos de justicia y equidad
en Ias relaciones de los conquistadores con los indígenas (1). Esa
aspiración .nunca alcanzada, todo hay que decirlo, dignifica ex-
traordinariamente Ia tarea colonizadora de los espaüoles yexplica,
en buena medida, muchos de los proyectos promovidos durante
aquellos síglos. Las tensiones entre Ias diferentes concepciones de
Ia colonización, cuyo límite se encontraba entre los que negaban
incluso Ia legitímídad de Ia propia conquista, provocó una polérní-
ca inconclusa que, entre otras consecuencias, estableció Ias oríge-
nes deI derecho internacional y de Ia concíencía humanitaria mo-
derna. Pero sus resultados no se limitarían aI terreno ideológico
sino que alcanzarían a Ia propia práctica colonial, dirimiéndose en
el-terreno de los hechos.
Durante muchos anos este aspecto esencial se ha visto ocultado
por Ia popularidad de Ia llamada leyenda negra, en el fondo un
resultado espúreo de aquella lucba por Ia justicia. Apenas podre-
mos entender nada acerca de Ia historia americana entre 1492 y los

(1). EI texto fundamental para comprender este aspecto de Ia colom-


zación espano Ia es el de Hanke, Lewis, La lucba por Ia justicia en Ia
conquista de América, Buenos Aires, 1949.

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inicios dei siglo XIX si no tenemos en cuenta esa díversídad de orientada hacia Ia extracción de Ias riquezas minerales y Ia explo-
opciones y criterios. tación de Ia mano de obra indígena; los guerreros vencedores se
Existe incluso una referencia oficial para toda aquella polémi- repartían todo cuanto era susceptible de reparto con el optimismo
ca, que son Ias Leyes de Indias, compromiso trabajosamente esta- de los -bãrbaros- medievales. Ahora bien, muy pronto habían de
blecido entre Ias diversas tendencias colonialistas, que pese a sus comenzar, desde el propio universo de los colonizadores (4),dife-
indiscutibles limitaciones, se hallaba mucho más de un paso ade- rentes intentos para transformar o ai menos moderar Ias caracterís-
lante con respecto a Ia realidad colonial. ticas más sangrantes de Ia situación creada.
Cuando Carlos V promulgó Ias Nuevas Leyes de Indias en 1542-
43, toda Ia incipiente sociedad criolla, desde México ai Perú, puso
el grito en el cielo, porque su aplicación estricta venía a suponer Losjesuitas
el fin dei entramado socioeconómico sobre el que se asentaba Ia
riqueza de los conquistadores y sus descendi entes. Tras muchas La Cornpaãía de ]esús fue fundada en 1534 por San Ignacio de
resistencias, informes desfavorables y alguna que otra revuelta, Ia Loyola y aprobada por el Papa Paulo III en 1540, por 10 que sus
más importante sin duda Ia encabezada por Gonzalo Pizarro en el miembros no participaron en Ia primera etapa de .la conquista.
Perú, Ias Nuevas Leyes fueron revocadas apenas dos anos después Cuando los jesuitas comienzan a llegar a América en Ia segunda
de su promulgación. A partir de ese momento Ia actitud de Ia mitad dei siglo XVI encuentran una sociedad relativamente esta-
Corte irá desde Ia ignorancia de 10 que en América ocurre hasta ble y asentada, lejos ya de Ias convulsiones características de los
constantes pero difícilmente aplícables intentos de reforma que turbulentos tiempos de formación.
mitigasen Ias consecuencias más daüinas dei sistema de enco- La primera actitud que los jesuitas van a adoptar ante Ia realidad
miendas. -Los grupos reformistas, por su parte, apeIarán una y otra de Ia sociedad colonial es Ia de prudencia. La Companía era una
vez aI espíritu de Ias Nuevas Leyes y a Ias enseüanzas básicas de Ia congregación reciente pero con grandes y poderosos apoyos. AI-
doctrina cristiana,por 10 menos durante los primeros siglos de Ia gunos virreyes, en particular el famoso Francisco de Toledo, virrey
colonia (2), para oponerse a Ias encomiendas y ai servicio perso- dei Perú, Ia beneficiaron cuanto pudieron. En unas instrucciones
nal de los indígenas, porque en el fondo ese era el problema esen- redactadas por el tercer General de Ia Orden, San Francisco de
cial que se discutía. Borja, se ordena claramente que ni se absolviese ni coridenase a
AI parecer fue el propio Colón o el gobernador Ovando quie- los conquistadores y encomenderos hasta que los concilios provin-
nes comenzaron a repartir a los indígenas de Santo Domingo 'entre ciales adoptasen alguna resolución clara. Esta inicial prudencia irá
sus cornpaüeros y pese a algún disgusto inicial de los Reyes Católi- trastocándose con el tiempo y aunque es difícil afirmar taxativa-
cos, más problema de jurisdicciones que otra cosa, los reparti- mente que Ia Compafíía de ]esús adoptó unas posiciones unifor-
mientos se convirtieron en el sistema implantado desde California mes en todo el continente ante el problema de Ia encomienda, (de
hasta el reino de Chile. Aunque en algunos casos, como el.de Ia hecho, los papeles jugados por sus miembros eran muy variados),
mita altoperuana, se absorbieron instituciones indígenas precolo- sí puede decirse que, en términos generales, se alineó entre los
niales, modificándolas en función de los nuevos intereses, Ias raí- grupos más críticos de Ia situación establecida.
ces feudales de Ias encomiendas parecen evidentes. Así escribía el Esta toma de posición se produjo por un conjunto de causas
inevitable en estos temas, P. Bartolomé de Ias Casas (3): ... dando que conviene aclarar. 1 a) La propia actuación de los jesuitas entre
los indios aios espanoles encomendados como los tienen o deposi- los indígenas y el establecimiento de sus primeras misiones, no
tados o en feudo, o por vasallos como los quieren, son gravados y sin reticencias por buena parte de los miembros de Ia Orden, va a
fatigados con muchas cargas, servicios e intolerables uejaciones y ponerlês en contacto con una realidad escandalosa. 2.") La concep-
pesadumbres. ción dei Nuevo Mundo como un lugar para Ia utopia. Como seüala
Aquella era una sociedad basada en Ia fuerza de Ias armas y ].H. Elliot (5): Europa y América se conviertieron en una anttte-

(2) Los intentos reformistas· dei síglo XVIII, .cuando de hecho, Ias (4) Las rebeliones indígenas contra Ia colonización, más comunes de
encomiendas desaparecen, eran herederas directos dei espíritu ilustrado y 10 que generalrnente se supone, son Ia otra cara de Ia moneda, y respon-
regalista de Ia época y descansan en otros presupuestos ideológicos. den, naturalmente, a otros criterios que no analizamos aquí.
(3) B. de Ias Casas, Entre tos remedios ... (Octavo remedio). Biblioteca (5) ].H. Elliot, El Viejo Mundo y el Nuevo. 1492-1650, Madrid, 1984
de Autores Espaüoles, t. 110 pp. 91 bss. p~. .

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I~
sis, Ia antítesis de Ia inocencia y Ia corrupciôn. Las utopías rena- EI Paraguay colonial
centistas, entre Ias que Ia de Tomás Moro es quizá Ia más conocida
pero en absoluto Ia única (algunos autores han se na lado Ia impor- Los territorios que en el siglo XVIII acabarían formando el vi-
tancia que Ia Ciudad dei Sol de Tomás Campanella pu do tener rreinato dei Río de Ia Plata se encontraban en los inicios dei siglo
entre los primeros misioneros dei Paraguay), gozaron de gran re- anterior en una sítuación complicada. La región había gozado de
sonancia entre humanistas y religiosos en aquellos siglos de gran- una efímera notoriedad cuando se esperaba alcanzar a través de
des esperanzas. Tampoco debemos olvidar Ias propias enseí'ianzas ella el país dei oro y de la plata (es decir el Imperio Inca) dei
evangélicas que parecían especialmente aplicables entre aquellas que los espaí'ioles tenían vagas referencias, pero incapaces en un
sociedades inocentes. Así Muratori seüalaba que se había sentido principio de vencer Ias dificultades opuestas por Ia naturaleza y
impulsado a escribir su apología (6) de Ias misiones, porque creía conseguida Ia conquista dei altiplano andino por Ias tropas de
reconocer en ellas Ias formas de Ia primitiva iglesia cristiana, tal Pizarro, los motivos que habían provocado Ia ocupación inicial de
como aparecen descritas en los Hechos de los Apóstoles. 3.a) Los Ia zona y el arribo de contingentes espanoles considerables en Ia
jesuitas se inscribían en una amplia corriente de opinión para Ia desdichada expedición de D. Pedro de Mendoza, perdieron com-
que Ias Leyes de Indias con sus argumentos en contra de Ia enco- pletamente su razón de ser. Aquel área, sin recursos minerales de
mienda y dei servicio personal suponían el punto de referencia ningún tipo, con indígenas en general bastante poco sumisos y
obligado de una reforma ineludible dei sistema social de Ia Colo- muy mal comunicada con Ia rnetrópoli o los grandes núcleos de
nia. riqueza de Ia colonia, ocupaba una posición absolutamente margi-
Una confluencia de motivos diferentes puede ser Ia causa de nal dentro dei gran imperio espanol. _
que los jesuitas terminaran estableciendo Ia mayor parte de sus Buenos Aires, incapaz de resistir Ia presión indígena, hubo de
misiones como una media luna alrededor dei imperio brasileno ser abandonada y los núcleos de población existentes eran poco
(7). Su tardía llegada ai escenario americano provocó que encon- más que aldeas perdidas en medio de los bosques, rodeadas por
trasen a Ia mayor parte de los indígenas que. vivían cerca de los una empalizada y esperando un ataque inminente y fulminante.
lugares clásicos de Ia colonización ya reducidos, bien por los en- En algunas regiones particularmente aisladas, como el Guairá,
comenderos, bien por otras órdenes religiosas. Adernás, debe te- puede decirse incluso que Ia colonización estaba retrocediendo.
nerse en cuenta que los presupuestos que avalaban Ia labor evan- En aquellos momentos una serie de movimientos mesiánicos y
gelizadora de los jesuitas eran más fácilmente aplicables en proféticos de los indígenas canalizaban una resistencia eficaz con-
regiones margínales y aisladas, donde Ia tarea de los misioneros . tra los invasores.
estaría menos mediatizada por presiones e intereses de los enco- EI gobernador de Asunción durante aquel periodo era una figu-
menderos. También hay que considerar el propio interés de Ias ra notable. D. Hernando Arias de Saavedra, Hernandarias, fue el
autoridades coloniales, para quienes Ias misiones jesuitas fueron, primer criollo que ocupó Ia gobernación dei Paraguay y, conscien-
durante bastante tiempo, una eficaz barrera que controlaba Ia hasta te de Ia imposibilidad de consumar una conquista clásica de los
entonces irresistible expansión portuguesa (8). enormes territorios de su gobernación, decidió impulsar nuevas
tentativas colonizadoras. Los franciscanos ya habían conseguido
algunos resultados nada desdeüables y Hernandarias aspiraba a re-
forzar aquella vía mediante Ia llegada de un contingente de jesui-
(6) Ludovico Antonio Muratori escribió un libro llamado Il cristiane-
tas.
simo felice nelle missioni dei padri della Compagnia di Gesú nel Para-
guay, cuya primera impresión se realizó en Venecia en 1743. Ia creación de Ias misiones del Paraguay
(7) Esta afirmación que básicamente es cíerta, necesita matizarse
pues, de hecho, Ia Compaõía de jesüs mantuvo misiones en otras muchas En 1604 se estableció Ia provincia jesuítica dei Paraguay, índe-
regiones dei continente americano (caso chileno, por ejernplo), aunque, pendíente de Ias dei Perú y Brasil, y constituida por Ias regiones
en casi todas partes, Ias reducciones jesuitas tenían un claro carãcter fronte- dei Río de Ia Plata y Chile (9). Se nombró como Provincial ai P.
rizo.
(8) Muchos autores seõalan a Ia pérdida de irnportancia defensiva de
Ias misiones durante el siglo XVIII, como una de Ias causas que pueden (9) La separación de Chile de Ia provincia jesuítica dei Paraguay, para
explicar Ia crisis definitiva dei proyecto reduccional. formar una viceprovincia dependiente dei Perú, se verificó en 1625.

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Diego de Torres Bollo, zamorano, quien había adquirido gran ex- Los guaraníes, para sellar aquella amistad, ofrecieron sus hijas
periencra en el trato con los indígenas, debido a que durante anos y hermanas aios espaãoles, quienes ai poco tiempo tenían verda-
fue Superior de Ia importante misión de Juli, a orillas dei lago Titi- deros harenes de 30, 40 ó 50 indias, pero no por eso su relación
caca. con los indígenas era Ia de parientes. EI fundador de Ia primera
A me~liados de 1607 salió de Lima el primer grupo de jesuítas misión jesuita de Ia zona, el P. Marcial de Lorenzana, describe así
que debían formar, Junto a algunos individuos que ya se encontra- Ia situación creada: ... viendo los indios que los espaüoles no los
ban en Ia zona, Ia provincia dei Paraguay. trataban co~o a cuiiados y parientes, sino como a sus criados, se
EI P. Diego de Torres había comprendido, durante su estancia comenzaron a retirar y a no querer servir ai espanol. ... el espanot
en julí, Ia dificultad de estabilizar un proyecto misionero entre quiso obligarles, tomaron Ias armas los unos y ios otros y de aqui
poblaciones sujetas a encomienda, por 10 que orientó toda Ia acti- se fue encendiendo Ia guerra, Ia cual ba perseverado hasta abo-
vidad de Ia Compafiía en Ia provincia recién fundada hacia una ra. La única riqueza efectiva en aquella aislada gobernación Ia
denuncia de los mecanismos de dominación de los indígenas que constituía Ia mano de obra indígena y era por tanto ta posesión
ímperaban en aquellas regiones, Su postura en estas cuestiones era más preciada.
radical, adherida a Ias tesis más consecuentemente lascasianas. En el Archivo de Indias pueden verse multitud de relaciones
Para él, Ias reducciones y Ias encomiendas eran dos sistemas in- que denuncian Ia explotación abusiva de los nativos dei Paraguay,
compatibles qu~ no podían convivi r en ningún caso. Sus 'prirneras relatando casos realmente estremecedores. Somos informados que
me?ldas consisueron en liberar a los indígenas que Ia Compafiía en esa provincia se van acabando tos indios naturales, por los
tema asignados y en garantízar unas condiciones de autonomía de maios tratamientos que sus encomenderos les bacen, escribía Fe-
Ias misiones que habían de fundarse, pata permitirias un funciona- lipe II en 1582 y 10 cíerto es que, según todos los datos existía una
miento aislado de Ia sociedad colonial. política agresiva de caza y captura de los indígenas para integrarles
Este es quizá el aspecto más interesante de Ias famosas reduc- en el sistema de semiesclavitud encomendera.
ciones dei Paraguay. Frente a Ia actitud de los franciscanos y dei Quienes sin ninguna ambigüedad se dedicaban a perseguir a
propio Hernandanas, para quienes Ias misiones debían servir los indígenas para convertirles en esclavos que se enviaban a Ias
como correctores de los abusos de los encomenderos, los jesuitas grandes plantaciones dei nordeste brasileüo, eran los habitantes
van a oponer Ias misiones a Ias encomiendas, como dos formas de Ia ciudad de Sao Paulo, en aquel tiempo un clásico lugar de
antitéticas de concebi r Ia colonización, que si bien coincidían en frontera, con una población marginal de aventureros, los famosos
sus objetivos teóricos y últimos, divergían absolutamente en Ia me- mamelucos, a los que una y otra vez se refieren Ias crónicas jesui-
todología a aplicar. tas.
Las reducciones debían así posibilitar el establecimiento de un Aprisionados entre aquellas dos fuerzas irresistibles, se encon-
nuevo orden social y cristiano, conscientemente marginado de Ias traban los guaraníes. Es en ese contexto donde puede valorarse Ia
tendencias domi~antes. Como puede suponerse, Ia idea utópica oportunidad de Ia propu esta misionera. Era de hecho, como seüala
de un remo de DIOSen Ia tierra estaba casi servida. Bartomeu MeHá (10), el único espacio de libertad posible que les
restaba a los indígenas y a él se acogieron mayoritariamente. Por
supuesto, no fue un proceso sencillo y se produjeron múltiples
Los indígenas resistencias y oposiciones. Según el P. Ruiz de Montoya (11), los
chamanes encabezaron Ia resistencia contra los jesuitas. Los demo-
Un aspecto importante de este proceso que acabamos de esbo- nios nos ban traido a estos hombres -decia uno de estos dirigen-
zar es el de Ia reacción de los nativos guaraníes frente a Ia opción tes a su gente- pues quieren con nuevas doctrinas sacarnos 'del
reduccional. antiguo y buen modo de uiuir de nuestros antepasados, ios cuales
_ Tampoco para los indígenas dei Río de Ia Plata, los primeros
ar;os ~el siglo .XVII estaban resultando fáciles. Los espaãoles ha-
bían Sido recibidos amigablernente por los guaraníes en un prime r
(10) Metia, Bartomeu, EI guarani conquistado y reducido, Asunción
momento, repitiéndose una situación muy común que consiste en
íntentar aliarse con los conquistadores para canalizar su agresivi- 1986. Págs. 198 y ss.
(11) Ruiz de Montoya, Antonio, Conquista espiritual becba por los
dad hacia otros grupos enemigos. Generalrnente estas alianzas no
religiosos de Ia Compania de jesús en Ias prouincias dei Paraguay, Para-
suelen ir muy lejos, pues los intereses de unos y otros son radical-
mente diferentes. nâ, Uruguay y Tape, Madrid, 1639. (2." ed. Bilbao, 1892).

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tuuieron mucbas mujeres, muchas criadas y libertad en escoger- Los jesuitas reaccionaron trasladando, en un éxodo extremada-
las a su gusto y ahora quieren que nos atemos a una mujer sola. mente penoso, a los grupos que todavia controlaban hacia regio-
No es razón que esta pase adelante, sino que los desterremos de nes que suponían menos expuestas y que a Ia postre serían Ias que
nuestras tierras o les quitemos las vidas. conformarían el territorio clásico dei llamado Estado jesuita del
También refiere otro caso en el que uno de ellos salió diciendo a Paraguay. Nos referimos básicamente a Ia zona delimitada por los
coces. Ya no se puede sufrir la libertad de estas que en nuestras ríos Paraná y Uruguay y los paralelos 25 y 30, aproximadamente,
mismas tierras quieren reducirnos a uiuir a su mal modo. Bastan- de latitud sur. Cuando Ias bandeiras pau listas comenzaron a inter-
tes misioneros pagaron con Ia vida su pretensión de una entrada narse en aquel área para repetir sus ataques, los jesuitas hubieron
pacífica entre los guaraníes, pero hay que r~conocer q~e incluso de movilizar todas sus influencias en Ia Corte y entre los altos
desde el punto de vista interno de los indígenas, aque~la era .Ia funcionarios coloníales, para conseguir un permiso excepcional,
menos mala de Ias opciones posibles. Los jesuitas, ademas, supre- contrario a toda Ia legislación existente, que les permitía dotar a
ron aprovechar con sagacidad algunas estructuras e instituciones Ias tropas indígenas de armas de fuego. Cuando tras muchas nego-
tradicionales, readaptándolas a Ias necesidades de Ia nueva socíe- ciaciones, Ia deseada autorización se consiguió, los ejércitos mi-
dad misionera. EI mantenimiento de los cacicazgos y Ia rítualiza- sioneros detuvieron el avance portugués en Ia zona, infringiéndo-
ción religiosa de Ia vida colectiva son quizá los aspectos más carac- les una severa derrota y se convirtieron en un grupo de poder nada
terísticos, pero no los únicos, de esa tendencia. Muchos indígenas desdefiable que intranquilizaba a todos sus antagonistas. En bas-
sólo entraban a formar parte de Ias reducciones cuando obtenían tantes ocasiones, muchas de ellas reflejadas por Cardiel en su Bre-
Ia garantía de los jesuitas de que no serían. encomendados en el ve relación, los guaraníes actuaron bajo requerimientos de los go-
futuro a ningún particular, y bay que reconocer que el mantem- bernadores dei Paraguay o dei Río de Ia Plata, para atacar aios
miento de esas promesas ayudó a aumentar el prestígio de los portugueses, a partidas de indígenas rebeldes o aios propios veci-
misioneros y de su obra. nos de Asunción en alguno de sus relativamente habituales moti-
nes. De hecho, desde 1641, en que tuvo lugar Ia bata lia dei río
Mbororé y se desbarató Ia presión portuguesa sobre el área, va a
ser el antagonismo encomenderos-misioneros el que pase a un
Losprimeros anos primer plano. La mayoría de Ias acusaciones a Ias que se intenta
responder en el texto que a continuación se publica, sólo pueden
Hemos esbozado brevemente los factores que pueden ayudar a
entenderse teniendo en cuenta esto.
comprender Ias peculiaridades dei Estado jesuíta del Paraguay.
iCuáles eran los motivos que provocaban Ias continuas friccio-
Vamos ahora a intentar reflejar Ias líneas maestras dei desarrollo
nes entre 10 dos proyectos coloníalesr En primer lugar, los enco-
de aquella experiencia.
menderos envidiaban Ias riquezas potenciales y reales que los je-
Todo el siglo XVII constituye un periodo de expansión de Ias
suitas les habían escamoteado. Deseaban contar con aquellos
misiones paraguayas, que crecen ininterrumpidamente, aunque se
contingentes importantes de trabajadores que desarrollaban sus ac-
enfrentan a multitud de agresiones externas. En un primer mo-
tividades fuera dei sistema de encomiendas, deseaban los terríto-
mento, como ya se ha seríalado, fue necesario. vencer una resísten-
. rios dei Estado jesuíta, particularmente Ias plantaciones de yerba
cia, casi diríamos que natural, de sectores significativos de Ias so-
mate y Ias enormes estancias ganaderas y deseaban, en fin, com-
ciedades indígenas, pero una vez desarmada aquella oposición, los
probar si eran ciertas Ias extraordinariamente populares leyendas
guaraníes aceptaron mayoritariamente su reconversión, a pOble:-
sobre Ia existencia de minas ocultas en aquella zona.
ciones grandes y a vida política y humana, a beneficiar algodon.
Además, a medida que Ia experiencia misionera fue desarro-
con que se uistan, como definiría el ya citado P. Ruiz de Montoya
llándose, Ias reducciones se convirtieron en un peligroso contrín-
a Ias reducciones. Así, Ias nuevas poblaciones fueron surgiendo en
cante comercial que ofrecía a precios muy competitivos, los mis-
Ias regiones más aísladas, como el Guairá, el Tape o los Itatines, y
JTIOS productos agrícolas que los encomenderos, y normalmente
aios pocos anos contaban con un número considerable de neófi-
de rnejor calidad. Por si esto fuera poco, Ia sociedad crio lia dei
tos. Fue precisamente este éxito inicial el que Ias convertiría en
Paraguay sabía que los guaraníes representaban el último y más
botín muy codiciable para los cazadores de esclavos de Sao Paulo,
formidable recurso con que contaban Ias autoridades coloniales
quienes empezaron a atacar los incipientes asentamientos donde
para reprimir sus rebeliones, en general de carácter autonornista.
podían capturar sin mucha dífícultad a un gran número de indíge-
nas.

14 15
Como se ve, Ias dos tentativas de colonización tenían 'necesaría- ceremonialidad muy elaborada y una organización económica en
mente que enfrentarse una y otra vez y así 10 estuvieron haciendo Ia que primaban los aspectos comunitarios sobre los individua-
hasta Ia expulsión definitiva de los jesuitas en 1767. les,
La agricultura y Ia ganadería de tipo colectivista, controladas y
dirigidas por el sacerdote, tenían sin lugar a dudas más importan-
cia que Ia producción particular de cada familia. Com unes eran Ias
EI siglo XVlII tierras más extensas (llamadas Tupambaé o propiedad de Dios),
los yerbales, los algodonales y Ias grandes estancias ganaderas.
EI siglo XVIII se considera generalmente Ia etapa clásica dei Todos los hombres debían trabajar unos días a Ia semana en esas
Estado jesuíta dei Paraguay, con sus misiones asentadas y por 10 propiedades colectivas y con 10 recogido, se mantenía a Ias viudas,
menos hasta 1753, sin grandes convulsiones. niãos y necesitados, se pagaba aios artesanos y los tributos reales
También es en esa época en Ia que pueden valorarse con más y se almacenaban algunas cantidades, en previsión de plagas o
claridad los logros y Ias limitaciones dei experimento misionero. escaseces. También algunos bienes, como Ia carne o Ia yerba mate,
Todos los pueblos se fundaban siguiendo criterios arquitectó- se repartían diariamente a todas Ias familias después de Ia misa.
nicos similares que se apartaban sustancialmente de Ia clásica cua- Los guaraníes, ai parecer, mostraron claramente preferencia por
drícula colonial. La estructura de Ias poblaciones estaba dominada este sistema de base colectivista frente a Ia agricultura de tipo
por Ias iglesias, cada vez más y más grandiosas, que ocupaban individual que, pese a los intentos iniciales de los jesuitas por
Junto ai colegío de los Padres y ai cementerio, uno de los lados de potenciarla, no alcanzó nunca una importancia similar.
Ia gran plaza central. Las casas de los 'indígenas se extendían en
Las misiones así organizadas gozaban de un bienestar material
hileras paralelas y regulares por los otros tres lados de Ia plaza y
ínnegable, su agricultura se encontraba bastante desarrollada con
por el resto dei pueblo.
una extensa variedad de cultivos y sus artesanos convertían a cada
La vida colectiva, e incluso Ia privada, se encontraban perfecta-
pueblo en una unidad prácticamente autosufíciente.
mente reglamentadas. Las ocupaciones de cada uno estaban deter-
minadas con claridad y los toques de Ias campanas de Ias iglesias Culturalmente, los avances fueron también muy llamativos, so-
indicaban el,inicio y el fin de cada actividad ..Existía un libro que bre todo si los comparamos con Ia situación general de Ias colo-
llevaba por titulo Dei recto uso dei tiempo, donde se explicaba, en nias americanas. En todos los pueblos existían escuelas para ense-
guaraní, ... cómo pasar el dia íntegro santa y dignamente, ya sea üar a leer y escribir y algunos rudimentos de contabilidad, a Ias
trabajando en casa, ya cultivando et campo, ora camino de Ia que asistían un buen número de niãos, fundamentalmente los hi-
iglesia o asistiendo a Ia Santa Misa, ora recitando el Santo Rosa- jos de los caciques. También había escuelas de danza, canto y
rio o haciendo cualquier otra cosa... música, actividades a Ias que los guaraníes eran extraordinariamen-
Da Ia sensación, leyendo relaciones y cartas como Ia que a te aficionados.
continuación se publica, que Ias estaciones se sucedían repitiendo La defensa de Ia lengua indígena y su mantenímíento frente ai
una y otra vez los mismos actos y gestos. Parece, en suma, que el castellano es otro fenómeno que no conviene olvidar, pues tuvo
uernpo se ha estancado y Ia historia no existe. Cada día es igual ai consecuencias históricas importantes, ai salvaguardar un idioma
siguiente y repite Ias acciones dei anterior. Para romper esa mono- nativo y permitir posteriormente su expansión. Incluso llegaron a
tonía tienen lugar algunas fiestas y celebraciones religiosas, majes- publicarse en una imprenta que funcionó en Ias misiones a princi-
tuo~as en su ritualismo. Los misioneros comprendieron que los pios dei siglo XVIII varias obras en guaraní.
indígenas eran extremadamente sensíbles a esa sacralizacíón de Ia También merecen ser recordados los avances que, desde el
vida social y acentuaron ese aspecto. punto de vista humanitario, se recogían en el código penal que se
Normalmente había dos jesuítas en cada uno de los pueblos aplícaba en Ias misiones. En una época en Ia que los suplicios
que fácil mente podía alcanzar los 5.000 habitantes. Un ordena: estaban a Ia orden dei día (basta recordar Ia horrible muerte a que
miento tan absoluto de todas Ias actividades públicas y privadas fueron some tidos en Cuzco Tupac Amaru y otros miembros de su
sólo p~día consegurrse mediante un alto grado de consenso, que familia en 1781), Ia no aplicación de Ia pena de muerte en Ias
se había alcanzado gracias a ta combinación de tres elementos misiones no dejaba de ser una auténtica novedad. Los únicos casti-
esenciales. EI mantenímíento de Ia estructura de caciques, que aI gos que se utilizaban eran los azotes y Ia reclusión.
parecer determinaba Ia distribución espacial en Ias misiones una Ahora bien, Ias misiones, desde el punto de vista demográfico,
ritualización religiosa que irnpregnaba todas Ias tareas, unida ~ una alcanzan un máximo en 1732, con 141.182 habitantes, para, desde

16 17
entonces, entrar en una fase de decadencia, en Ia que a duras fue uno de los protagonistas de aquel empeno fracasado, pues Ias
penas sobrepasan los 100.000 indígenas reducidos. Aparte de algu- misiones dei sur, como Ias llamaban, fueron abandonadas pocos
nas epidemias notables y de importantes conflictos que no pueden aüos antes de Ia expulsión de los jesuitas.
olvidarse (rebelión de los comuneros, guerra guaranítica ...), da Ia Para concluir este breve repaso, hay que referirse a una última
impresión de que Ias misiones hubiesen entrado en una etapa de entrada que los misioneros realizaron entre ,grupos guaraníes que
estancamiento en Ia que el desarrollo de los primeros tiempos dio se hallaban ai norte de Ia ciudad de Asuncion, en el terntono dei
paso a una cierta paralización. En resumen, parece que 10 que Taruma, muy alejados dei área clásica dei Estado [esuita. En 176?
habían ganado en ordenación 10 habían perdido en vitalidad. Mu- existían dos poblaciones considerables en aquella zona con mas
chos críticos dei sistema misionero, en particular Félix de Azara de 4.000 habitantes.
(12), se dieron cuenta de este hecho y criticaron aios jesuitas su
presunto apoltronamiento y el poco impulso que parecían conser- La guerra guaranítica
var. '
Es muy difícil expresar una opinión justificada sobre cuál era Ia Un hecho que vino a convulsionar Ias estructuras mismas dei
situación de Ias misiones poco tiempo antes de que se ejecutase proyecto misionero fue Ia llamada guerra guaranítica, rebelión de
el decreto de extraãamiento de los jesuitas de todos los dominios los indígenas en contra de Ias consecuencias de un tratado de
espaãoles. Es cierto que Ias misiones clásicas carecíande Ia dinã- delimitación de fronteras, firmado entre Espana y Portugal, y que
mica de crecimiento que había caracterizado su historia durante obligaba ai abandono de los siete pueblos más orienrales, cuyas
todo el siglo pasado. Por contra, Ia Compafiía de jesüs manifestó tierras pasaban a depender dei imperio brasilefio.
en los últimos anos de su estancia en el Río de Ia Plata, un enorme Durante más de dos anos los guaraníes se enfrentaron aios
dinamismo, promoviendo otras empresas misioneras en regiones ejércitos hispano-portugueses en un movimiento desesperado, eu-
muyalejadas. yos ecos resonaron profundamente en Europa (13), avivando una
En los llanos de los indios chiquitos, en tierras de Ia goberna- agria polémica en cuyo centro se encontraban Ias actividades de 1~
ción de Santa Cruz de Ia Sierra, los jesuitas habían fundado diez Cornpanía de jesüs. Sin duda Ia guerra dei Paraguay se convimo
reducciones, con más de 23.000 indígenas asentados en ellas, que en uno de los argumentos más utilizados para justificar Ia expul-
repetían el esquema ya conocido de Ias misiones paraguayas. En sión de los jesuitas, pocos anos después.
este área Ia labor misionera estaba claramente en auge. José Cardiel fue uno de los misioneros que más se destacaron
Además, los jesuitas intentaban adentrarse en el extenso terríto- por su oposición a aquel tratado, llegando a enfrentarse con algu-
rio dei Chaco, habitado por un número "importante de tribus indí- nos otros miembros de su orden que acataban aquella desgracia
genas de cazadores nómadas, en ,general muy belicosas, entre Ias con un espíritu más resignado o que incluso tenían (caso dei P.
que era extrernadamente difícil realizar un proceso de sedenrariza- Lope Luis de Altamirano) Ia tarea de hacer cumplir Ias órdenes
ción y reconversión agrícola. La labor apenas conseguía resultados; reales y apaciguar a sus compaãeros.
los indígenas iban y venían sin aceptar un cambio tan radical en Llegó a tales extremos Ia polémica interna sobre Ia actitud que
sus modos de vida y muy a menudo destruían los precarios asenta- los jesuitas debían adoptar frente a aquel tratado, que Cardiel fue
mientos y asesinaban a algún misionero. Puede decirse que fue castigado, trasladado de misión e intimado por el P. Com~sario a
aquella una tarea plagada de desenganos y fracasos. En el momen- que no volviese a escribir ni a hablar sobre aquel asunto bajo pena
to de Ia expulsión había unas 15 misiones chaqueüas, algunas sola- de pecado mortal , .
mente nominales, que agrupaban a unas 6.000 personas, aunque Los acontecírnientos comenzaron a desarrollarse con una lógi-
muchas no residían en ellas con carácter permanente. ca que escapaba ai control de los misioneros. Lo que en un prime r
También Ia Compafiía intentó Ia colonización de Ia extensísima momento había parecido un medio de presión eficaz para que se
región patagónica, donde Ias naciones indígenas tampoco cono- reconsiderase Ia oportunidad de Ia cesión de aquellas tierras (14),
cían Ia agricultura, 10 que dificultaba enormemente su reducción
a vida política .y civilizada, como pretendían los iesuitas. Cardiel
(13) Ver, a modo de ejemplo, el Cándido de Voltaire.
(14) En el estudio-preliminar, debido a José M. Mariluz Urquijo, dei
(12) Azara, Félix de, Viajespor Ia América Meridional, Madrid, 1969 Compendio de Ia Histeria dei Paraguay (1780) de José Cardiel, Buenos
págs. 261 y 55. Aires, 1984, se copia una carta (pág. 9), dei P. Moncada en Ia que éste pone

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se convirtió en una guerra abierta y declarada que sólo podía aca- La generación de los expulsos
bar con el aplastamiento de los rebeldes y el descrédito de Ia
Compai'iía. EI 27 de febrero de 1767, Carlos III firmó una Real Orden por
Aunque no queremos Ia guerra, mas por si Ia bubiere sólo Ia cual los jesuitas eran expulsados de todos los dominios de su
decimos a los nuestros. Prevénganse sólo para ella, compongamos monarquía. Terminaba así un largo pleito confuso y lleno de acu-
bien Ias armas, busquemos a nuestros parientes que nos bau de saciones mutuas, en el que es muy difícil deslindar Ia verdad de Ia
ayudar y confiando ert jesucristo nuestro ayudador decimos. Sal- calumnia. En el Río de Ia Plata esta medida excepcional se ejecutó
vemos nuestras vidas, nuestra tierra )' nuestros bienes todos, por- dei 2 de julio de 1767, en que fueron arrestados los jesuitas de
que no nos conviene que con Ia mudartza quedemos pobres )' Buenos Aires, hasta el 22 de agosto de 1768, cuando los últimos
afligidos de balde, ni que nos perdamos en balde por estos cam- misioneros de Ias reducciones fueron sustituidos por sacerdotes
pos, por Ias rios y agua, )' por esos montes. Y así sólo decimos que seculares y enviados ai exilio.
aquí sólo queremos rnorir todos si Dias nos quiere acabar, nues- EI número de miembros de Ia Compai'iía de jesús que residían
tras mujeres y nuestros hijos pequenos juntamente. Esta es Ia tie- en aquella provincia en el momento de Ia expulsión, pasaba de
rra donde nacimos )' nos criamos)' nos bautizamos, )' así aquí 400. Era un grupo internacional, con una preparación intelectual
sólo gustamos de mo rir, dicen Ias de San Luis (15). Estos párrafos realmente brillante y, además, muy activo. Después de Ia deten-
pertenecen a una carta enviada por el cabildo de uno de los pu e- ción, se les embarco en el puerto de Buenos Aires con destino a
blos sublevados, muy parecida a Ias escritas por el resto de los Espana (17). En Ia península, fueron encerrados casi todos en el
afectados por el decreto, y ponen de manifiesto hasta donde ha- Hospicio de Misiones dei Puerto de Santa María. Los extranjeros
bían llegado Ias cosas. se separaron en este lugar de los espaãoles y americanos y se les
La guerra transcurrió por derroteros previsibles. Después de envió a sus países de origen. EI resto, tras una breve estancia en
algunas vacilaciones y de unos primeros momentos favorables para Córcega, fue llevado a los Estados Vaticanos, donde se radicarían
los indígenas, los ejércitos coloniales entraron a sangre y fuego en con carácter definitivo.
Ia zona. La bata lia de Caaybate fue de hecho una masacre (16), y Los largos anos de inactividad forzosa, provocaron que muchos
pronto terminó toda resístencía. de ellos decidieran dedicarse a Ias tareas literarias, reflexionando
Los datos ofrecidos por Cardiel son los de un testigo de prime- sobre su experiencia americana. EI exilio de los jesuitas tuvo así
ra fila que debió ocuparse, revocado ya su castigo ante Ia gravedad como consecuencia Ia elaboración de un número elevado de obras
de los sucesos, en sosegar, sin mucho éxíto, a los rebeldes y en . de carácter científico que recogían buena parte de los conocimien-
acompanar aios demarcadores y ai ejército espaãol de ocupación. tos atesorados durante muchos anos de actividad en el Río de Ia
Curiosamente, el gobernador Cevallos, encargado de concluir Plata. Desgraciadamente estos trabajos, a nuestro juicio de gran
aquel lamentable asunto, le distinguió con su arnístad y terminó interés, fueron prácticamente ignorados, debído a Ias penosas con-
convirtiéndole en uno de sus colaboradores más directos durante diciones en que se realizaron, sin ningún tipo de apoyo institucio-
aquella carnpaüa. nal y sufriendo el acoso constante de Ias tendencias intelectuales
dominantes en Ia época.
Es imposible ofrecer en unas pocas líneas un resumen mínima-
mente fiable que recoja 10 más valioso de los ·trabajos de aquella
generación. En los campos de Ia etnología, Ia lingüística, Ia histo-
ria, Ia botánica y Ia zoología se produjeron Ias aportacíones más
notables, pero no Ias únicas. La cartografía jesuita tuvo también
su confianza en Ia resistencia que barân los indios guaraníes a esta en-
una gran importancia y son muy curiosos los estudios astronómi-
trega pues siendo tan adversos a tosportugueses no dudo que o se dejarân
cos que se realizaron desde un observatorio instalado en Ia misión
matar o se buirân a los montes antes que entregarse ai dominio de lospor-
de SaI} Cosme y San Damián.
tugueses...
(15) Tomada de Melia, B. Ob. Cit. pãgs. 185-186.
(16) Cardiel en Ia obra antes citada seãala (pág. 128) que el goberna- (17) Algunos misioneros debieron seguir un camino mucho más lar-
dor Andonaegui sintió mucho aquella matanza y que le dijo personalmen- go, que les condujo a Lima o Arica, en el Océano Pacífico, de allí a Panamá,
te: c'Quê será de rni, cuando Dios me pida cueutas de Ias muertes de tanto de Panamá a Portobello y de esta ciudad cruzando el Atlántico, vía Ia Haba-
pobrecito indio en el paso de Caaibate? na, a Espana.

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Para comprender enteramente Ia labor científico-cultural reali- José Cardiel. Su vida
zada por estos hombres en el exilío, hay que tener en cuenta algu-
nas particularidades de Ia situación de los jesuítas extranados. Por EI autor de Ia Breve relaciõn que a continuación se publica fue
una parte, sus obras deben enmarcarse en un debate, casi diríamos uno de los miembros más destacados de este grupo de jesuitas que
que mundial, establecído en Ia segunda mitad dei síglo XVIII en- habían de morir en el exílio.
tre partidarios y adversarios de Ia Ilustración. Los jesuitas critican Nació en Laguardia (Alava) el 18 de marzo de 1704 (21), aun-
y denuncian los errores y simplificaciones de los filósofos enciclo- que Ia familia se traslado poco después a Vitoria, donde su padre
pedistas en sus apreciaciones sobre el continente americano (18) ejercía como médico. Fue en esta ciudad donde comenzó, junto a
y pretenden defenderse de los ataques realizados contra Ia obra de otros dos herrnanos, sus estudios en el colégio de los jesuitas. Los
Ia Compafiía en aquellas regiones. Lo cíerto es que Ia diferencia tres decidieron ingresar en Ia Compafiía. José 10 hizo el 8 de abril
de medios y oportunidades de unos y otros convirtió a aquél en de 1720. Fue durante su noviciado en Medina dei Campo donde
un diálogo de sordos. Los expulsos en Italia carecieron casi com- conoció ai P. Pedro Antonio de Calatayud, profesor entonces de
pletamente de valedores (que fueron todavía más escasos después retórica y filosofía. Desde 1728 hasta 1773, afio de Ia muerte de
de Ia supresión de Ia Compafiía de ]esús en 1773 por el Papa Calatayud, aquellos dos hombres mantuvieron una amistosísima
Clemente XIV) y casi todos sus manuscritos quedaron olvidados relación y se cartearon a menudo. Algunos de los trabajos literarios
en los archivos o fueron publicados en muy malas condícíonés, más senalados de Cardiel fueron cartas dirigi das a su maestro,
Pese a Ia adscripción general de estos trabajos en el campo de como es el caso dei escrito que nos ocupa. Con ellas y con algunos
los adversarios de Ia Ilustración, no puede hacerse una descalifica- otros materiales Calatayud escribiría un Tratado sobre Ia Provin-
ción global en términos científicos de Ia obra de los jesuitas. En Ia cia de Ia Compaiiia de [esús en Paraguay, cuyo manuscrito se
mayoría de sus textos se percibe un notable interés por estar ai encuentra en el Archivo de Loyola.
día y conocer los avances que en Ias distintas áreas dei conocí- En 1729 llegó Cardiel a Buenos Aires, partiendo poco tiempo
miento se estaban produciendo. Los nombres de Tournefort, Val- después para Ias reducciones guaraníticas, donde había de estar
mont de Bornare, ]ussieu o Linneo, son ampliamente comentados ininterrumpidamente durante doce anos (22). En esa primera eta-
y sus aportacíones valoradas muy positivamente. Se dio incluso el pa como misionero habrá de participar, entre otros muchos acon-
caso de algunos autores (19) que se adhirieron a audaces tesis tecimientos que reflejan sus escritos, en Ia sublevación de los co-
transformistas o evolucionistas, Pretender, en suma, realizar una muneros de Asunción, ai acornpaüar en calidad de capellán aios
identificación simplista entre sus actitudes políticas y sus concep- ejércitos guaraníes que en 1734"35 sofocaron aquella rebelión.
ciones científicas es un auténtico disparate. Transcurridos esos anos, será enviado ai colegio de Ia ciudad
En cualquíer caso, Ia característica más sobresaliente yadmira- de Corrientes, donde se encontraba cuando, en 1743, fue escogido
ble de los escritos de los expulsos es el de su profundo amor por para cooperar en Ia fundación de misiones entre los indios moco-
todo 10 americano. Frente a juicios desfavorables o incomprensio- víes. Estos indígenas pertenecientes ai gran tronco lingüístico
nes, los jesuitas exiliados pretenden levantar su voz para defender guaycuru, formaban una importante nación chaquena, conocida
a Ia tierra y a Ias gentes de América, seãalando Ia majestuosidad de por su arrojo y valentía. Algunos grupos aceptaron en ese ano Ia
su naturaleza, Ia bondad de su clima y Ia nostalgia que les produce propu esta dei gobernador Francisco ]avier de Echagüe, y formaron
su alejarniento (20). Ia misión de San Francisco ]avier, a 35 leguas ai 'noroeste de Santa

(18) En particular fue muy común el intento de refutar Ia en su mo- Cantones de Lucerna, el afio de 1771: Si me fuera permitido volver a mis
mento popularísima obra de Cornelio de Pauw Recherches Pbilosopbiques indios cruzada el Océano en un bote como éste.
sur les Americains. (21) Los datos biográficos de Cardiel han sido tomados fundamental-
(19) EI más famoso es el de Juan Ignacio Mol ina, conocido autor dei mente êle Furlong, Guillermo, introduccián a Ia obra José Cardiel )' su
Cornperidio de Ia historia geográfica natural y civil dei Reyno de Chile y carta-relacion (1747), Buenos Aires, 1953 ... y Storni, Hugo, Catálogo de
de Ia Memorie di storia naturale, donde defiende algunos postulados de los jesuitas de Ia Provincia dei Paraguay, Roma, 1980.
este tipo. (22) Según afirma en los inicias de Ia Breve relación, Cardiel pasó
(20) Un anciano misionero de Chiquitos, el suizo Martin Schmidt, dos grandes temporadas en Ias reducciones guaraníticas, Ia primera de
comentaba a un amigo mientras paseaban en barca por el lago de los 4 doce anos y Ia segunda de dieciséis.

22 23
Fe, siendo su primer párroco el P. Francisco Burges (23). Para belicosa. Con estas indígenas, a los que Cardiel en otro texto defi-
ayudarle fue enviado Cardiel tres meses más tarde, aunque no ha- ne como tan dei todo semejantes aios Gitanos, Tártaros, vaga-
bra de estar mucho tiempo en aquella misión, pues en enero de bundos y Arabes o Alárabes errantes, los sistemas tradicionales no
1744 ya estaba intentando reducír a algunas partidas de abipones, daban apenas resultado.
otros indios chaqueüos, con los que los mocovíes estaban en gue- En Ia carta-relación de 1747 (24), Cardiel realiza algunas refle-
rra. Cardiel estableció contactos con algunoscaciques, quienes, xiones que sirven como complemento a Ias que expone en Ia
según afirma él, quedaron de acuerdo en formar una misión, pero duda sexta a que antes nos hemos referido. Dice así: ...para con-
debido a Ias objeciones puestas por el teniente Gobernador de vertir estas gentes, es menester tratarias con el amor, autoridad
Santa Fe no pu do concretarse aquella fundación. y prudencia que un prudente y muy cristiano padre se porta con
En abril de 1745, tras haber estado una temporada dedicado a sus hijos e bijas de 7 u 8 anos: mirese 10 que este bace y esto se
realizar una especie de misión volante entre Ias rancherías yaldeas debe hacer con los indios... Es menester darles de comer y vestir,
de Ia campina de Santa Fe, fue asignado ai colegio de dícha- ciu- habitación en que vivir y sementera labrada, en que no tenga el
dad, desde donde procuró, también infructuosamente formar un indio más que hacer que guardaria y comeria, sin apretarles mu-
pueblo con los indios charruas, que nomadeaban por Ias alrededo- cho a que trabajen en esto, pues no bay cosa más aborrecible
res. La razón de tantos fracasos repetidos y de Ias dificultades con para el/os que el trabajo, por corto que sea... Este es el modo de
que se encontraban los jesuitas en estas empresas radicaba en el convertir esta vagabunda barbarie de a cabal/o. Toda Ia dificul-
modo de vida de aquellos grupos. Muy extractadamente, el propio tad está en tan exorbitantes gastos en vacas, maiz, sal y otros
Cardiel en esta Breve relación que a continuación se publica, ex- comestibles; en ropa para todos; en el sueldo de los jornaleros ..
plica los problemas que debían afrontar los misioneros a Ia hora De manera que cada pueblo de estos nos cuesta cada ano tres mil
de establecer una reducción entre Ias diferentes naciones indíge- pesos o más...
nas. En Ia duda sexta se refiere a Ia relativa facilidad con que se Como se ve, Ias dificultades dei misionero crecían considera-
establecía un pueblo entre indios que conocían Ia agricultura, para blemente cuando se trataba con estos grupos de nómadas, 10 que
quienes los bienes más preciados eran Ias herramientas que les explica en gran medida los escasos resultados de Ia labor de los
permitían aumentar su productividad ai facilitarles sus tareas. Esta jesuitas entre Ias tribus chaqueüas y patagónicas, y su éxito entre
ya 10 habían experimentado los jesuitas en los inicios de Ia crea- los guaraníes y los chiquitos.
ción de sus misiones. Así, el P. Pedro Oüate, en Ia carta anual de La siguiente tarea que le fue asignada a Cardiel, consistió en
1618-19 escribía: Es muy grande el trabajo que pasan los padres' participar en una expedición científica, sufragada por Ia Corona,
el primer ano de estas Reducciones, en que no se trata, ni puede, cuyo objetivo era Ia exploración de Ias costas patagónicas, estu-
dei Evangelio y Doctrina, sino de que bagan sus casas y chacaras diando básicamente Ia bahíade San julíãn, alrededor de Ias 49° de
y se reduzcan a Pueblo. Y es cosa maravillosa y benigna provi- latitud sur, con Ia idea de establecer allí una población. Para ello
dencia de Nuestro Seiior que en dando a cualquier indio una se embarcó el 5 de diciembre de 1745 en el navío San Ant-onio,
cuna de bierro (que vale dospesos o menos) para rozar el monte, mandado por D. joaquín de Olivares. Junto a él iban los PP. José
luego está seguro, y como con grillos y cadenas para quedarse Quíroga, un reconocido cartógrafo y responsable de Ia expedición,
para siempre en el pueblo y doctrina, y hacerse cristiano, y así y Matías Strobel, como superior. De este viaje científico, práctíca-
dicen muy bien los Padres que Ias almas aquí valen a curta de mente desconocido, nos han quedado una buena cantidad de ma-
hierro. pas, realizados sobre todo por Quiroga, y algunas relaciones ma-
Muy diferente era Ia situación cuando se trataba de Ia reducción nuscritas. También, un diario, escrito por otro jesuíta, el P. Pedra
de nó ma das dedicados a lacaza y recolección, que en muchos Lozano formado sobre Ias obseruaciones de los Padres Cardiel y
casos habían adoptado recientemente el uso dei caballo, con 10 Quiroga que ha sido publicado en varias ocasiones. Es ese un
que aumentaban de forma significativa su movilidad y capacidad documento muy ameno e interesante donde, junto a Ias inciden-
cias del viaje y a Ia relación de Ias observaciones astronómicas, se
explica, por ejemplo, cómo los tres jesuitas consiguieron evitar los
juramentos tan com unes entre Ia marinería, obligando a quien co-
(23) Su sucesor sería el P. Florian Paucke, quien escribió una intere-
sante memoria, de gran valor etnográfico, sobre su estancia en S. Francisco
]avier. Su título es Hacia aliá y para acá y hay una edici6n castellana
editada en Buenos Aires en 1942. (24) Ob. cit., páginas 196 y 198.

24 25
metiera esa infracción a besar el suelo y decir a los presentes: Viva do contactos con los abipones durante su estancia en San Francis-
jesús, bese el suelo. De esta manera -concluye el P. Lozano- co ]avier de mocovíes, fue uno de los encargados de fundar Ia
en devoción y conformidad cristiana se prosiguió Ia navega- misión de San ]erónimo, junto aIos PP. Horbegozo y Navalón.
ción. Durante dos anos permaneció entre aquellos indígenas, consoli-
Los resultados de aquella expedición fueron modestos pero no dando el nuevo pueblo y fundando otro llamado Concepción. En
por ello carentes de interés. Avanzaron hasta unas 14 leguas dei el momento de Ia expulsión de los jesuitas, existían cuatro misio-
estrecho de Magallanes e inspeccionaron con bastante deteni- nes entre los abipones que agrupaban a casi 2.000 indígenas. La
miento Ias costas, internándose en algunos puntos tierra adentro misión de San]erónimo fue el origen de Ia actual ciudad argentina
para reconocer el territorio. En particular visitaron detalladamen- de Reconquista.
te Ia bahía de San ]ulián, corrigiendo apreciaciones de viajeros Después de aquel período, será trasladado aI colegio de Asun-
anteriores, para quienes aquella zona era un lugar ideal para fun- ción, con los cargos de consultor, confesor de Ia comunidad y
dar algún establecimiento. Resultó ser el punto menos favorable: misionero de partido. Fue allí donde le alcanzaron Ias noticias de
tierra estéril, sin apenas caza y cornbustibles, y con poca agua pota- Ia firma deI Tratado de Límites que acabaría provocando Ia guerra
ble. guaranítica. Rápidamente se convirtió en uno de los principales
Actualmente, en Ia provincia argentina de Santa Cruz, tres gran- oponentes de aquel acuerdo, redactando un memorial que preten-
des lagos llevan los nombres de aquellos arriesgados explorado- dió, sin éxito, que fuera firmado por los cabildos secular y eclesiás-
res. tico. Trasladado a San Ignacio Guazú, Ia más antigua de Ias misio-
Poco después de finalizado aquel viaje y pese a Ia propu esta de nes de guaraníes, Cardiel volvió a redactar otro escrito, todavía más
Cardiel de comenzar otra expedición que recorriese por tierra el crítico, en el que se vertían frases como ésta: Que ni en Turquía
mismo itinerario que habían realizado a bordo dei San Antonio, ni en Marruecos se cometería injusticia tan notoria como Ia que
fue destinado a Ias misiones de los pampas y serranos, grupos contiene el tratado y que iay de aquéllos que concurran activos
indígenas que habitaban aI sudeste de Buenos Aires, en Ias serra- a Ia mudanza! Este enfrentamiento con Ias autoridades coloniales
nías que llamaban deI Volcán, no muy lejos de Ia actual ciudad de y aun con parte de sus propios superiores religiosos, le supuso una
Mar de Plata. Su intención era establecer una cadena de misiones sanción, a Ia que ya hemos hecho referencia anteriormente, y su
que llegasen hasta el mismo estrecho de Magallanes, pero pronto traslado a Ia misión de Itapua, como companero dei párroco, y con
se reveló aquélla como una idea fantasiosa e imposible de realizar. Ia orden de que se vigilasen estrechamente sus actividades. Así, G.
Tras varios contactos con caciques indígenas de Ia región, logró Furlong copia (26) una carta deI cura de Ia vecina misión de] esús,
fundar en 1747 una misión que se llamó Nuestra Seãora deI Pilar quien escribía ai P. Visitador: ... el Padre josef Cardiel todo es
deI Volcán, con Ia colaboración de un jesuita inglés, el P. Tomás ideas, como suele, haciendo terraplenes y lagunas, queriendo
Falkner, autor en el exilio de una interesantísima crónica llamada arrancar esta loma, etc., buscando en qué ocuparse y ocupar a
Descripción de Ia Patagonia y de Ias partes contiguas de Ia Amé- los indios, como si no bubiera que atender y procurar 10principa-
rica dei Sur (25). lísimo que son Ias cbacras, y otras cosas necesarias ai pueblo.
Un ano después realizó otra tentativa para continuar sus explo- Meses pasados vino y anduvo por todo el Paranâ haciendo tratos
raciones hacia el sur, pero los indios que le acompaüaban, le aban- y recogiendo barriles, tachos uiejos, dando que bablar, y confir-
donaron algo antes de llegar aI río Colorado, con 10 que se frustró mando siempre a cuentos le conocen que todo se le va en ideas
el proyecto. extravagantes sin esperanza de que adelante, antes pierda el
De vuelta a Buenos Aires, donde debía informar al gobernador Pueblo ...
y aI provincial de Ia Compaãía, deI fracaso de su intento, Cardiel, Ya hemos comentado en otro capítulo los acontecimientos pos-
aI que en algunas relaciones jesuitas se le se na Ia por su natural teriores y cómo nuestro autor hubo de participar en Ias tareas de
intrepidez, fue comisionado para otra difícil empresa. Se trataba traslado y pacificación de los indígenas sublevados. Cuando los
ahora de intentar Ia reducción de los abipones chaqueüos, una de avatares dei conflicto le llevaron a tener una intimidad bastante
Ias tribus más agresivas de todo el área. Cardiel que ya había teni- grande con el nuevo gobernador dei Río de Ia Plata, D. Pedro de
Cevallos, Cardiel volvió a sentirse seguro y, aun cumpliendo Ia

(25) Esta obra ha tenido varias ediciones. La última, que nosotros se-
pamos en Ia librería Hachette S.A. Buenos Aires, 1974. (26) Ob. cito págs. 27·28.

26 27
penosa misión de evacuar aios guaraníes más recalcitrantes, co- . EI 2 de noviembre de 1762 se conquistó Ia plaza enemiga. Fue
menzó otra vez a criticar el contenido dei tratado. Como refutación ésta Ia única victoria resonante que consiguieron Ias armas espano-
a un panfleto portugués que criticaba agriamente Ia organización Ias en aquella guerra. Por Ia Paz de París, Ia Colonia de Sacramento
de Ias misiones paraguayas, Cardiel escribió Ia que habría de ser sería de nuevo entregada a los portugueses ai afio siguiente.
su obra más extensa y ambiciosa, Ia Declaración de Ia Verdad. En Aún continuaba Ia marcha victoriosa de Cevallos cuando Car-
ella y en otros escritos contemporáneos, su preocupación era triple. diel solicitó el relevo de su puesto en el ejército, debido a su mala
Por una parte, pretendia describir y reivindicar Ia obra mísíonera, salud, como seãala en una carta enviada a sus superiores: ... Ia raíz
por otra, mostrar el desacierto de Ia firma dei tratado; pero su de mi achaque no está disipada. Todavía me cuesta buen trabajo
mayor interés tadicaba, según palabras de José M. Mariluz Urquijo estar de rodillas y acudir aios ministerios de enfermos. Los médi-
(27), en blanquear a Ia Compartia de Ias imputaciones sobre Ia cos no aciertan con ei remedio ... En julio déÍ 763 se le destinó a
complicidad con el alzamiento guarani Ia misión de Concepción, donde residió los últimos anos de su
La llegada ele Carlos IIl ai trono va a suponer una transforma- estancia en América. En Ia Religiôn entré para trabajar, no para
ción radical de Ia situación en el Río de Ia Plata. EI nuevo monarca huir dei trabajo ... escribía ai P. Contucci el 12 de septiembre de
se muestra contrario a Ia opinión mantenida por su hermano y ese ano, pero 10 cierto es que ese último periodo americano pare-
denuncia el tratado. Las cosas parecían estar como antes, pero ce uno de los más apacibles y serenos de que gozó en su vida,
cuando los guaraníes fueron volviendo a sus antiguos pueblos, no dedicándose a Ias faenas rutinarias de Ia dirección de un pueblo
encontraron sino desolación y ruinas. ya firmemente asentado.
EI 24 de agosto de 1761 fue destinado Cardiel a Ia misión de No iba a terminar allí su vida. AI viajero patagónico, rnisionero
San Miguel, quizá el pueblo más importante de los que habían entre Ias tribus más irreductibles dei Chaco, capellán de ejércitos
sido ocupados por Ias tropas portuguesas' y uno de los que más y polemista infatigable, aún le restaba por pasar un último y más
habían sufrido. Durante un ano dirigirá Ias labores de reconstruc- amargo trago.
ción, pero en 1762, deberá partir para otra empresa que poco tiern- En 1768, de nuevo, Ias tropas espano Ias entraron en el territo-
po antes habría resultado inimaginable. rio de Ias misiones. Iban mandadas por un nuevo gobernador, D.
Por uno de esos giros de Ia política internacional espano Ia que Francisco de Paula Bucareli y Ursúa, y su objetivo era esta vez el
son discutidos una y otra vez por los investigadores, Carlos III arresto de los jesuitas. Una de Ias detenciones más destacadas, tal
decidió acabar con Ia neutralidad característica dei reinado de su como informa el gobernador ai Conde de Aranda, era Ia dei famoso
antecesor, Fernando VI, y firmó el que se ha lIamado Tercer Pacto [osepb Cardiel, a quien se apresó en el pueblo de Concepción el
de Familia, el 15 de agosto de 1761, alianza con Francia que le 10 de agosto de ese ano.
arrastraría sin remedio a una guerra con Inglaterra y su aliada Por- Embarcado en el buque San Nicolâs, junto a otros treinta mi-
tugal. sioneros, de los cuales diez murieron en el mar y cinco ai desem-
Así se produce Ia paradójica situación de ver de nuevo a Ceva- barcar, lIegó Cardiel a Ia península a mediados de abril de 1769.
1I0s organizando un ejército invasor, sólo que esta vez dirigido a Poco después, fue enviado a Italia, pasando a radicarse en Faenza,
Ia toma de Ia portuguesa Colonia de Sacramento, y compuesto, en como Ia mayoría de los miembros de Ia antigua provincia jesuítica
buena medida, por contingentes de indios guaraníes de Ias misio- dei Paraguay.
nes. Con ellos, volvemos a encontrar ai inevitable Cardiel, actuan- La vida de los expulsos no era fácil. Recibían una modesta pen-
do como su capellán. Aquella parecía Ia guerra de nunca acabar. sión dei gobierno espaãol que les permitía subsistir, pero poco
Primero, portugueses y espanoles contra los indios; ahora espano- más. No teniendo otro recurso que Ia pensión resulta que con ella
les y guaraníes contra los portugueses. el que se viste no come y el que come, no tiene para uestirse,
La campana resultó bastante penosa para el misionero, que ya escribía uno de aquellos exiliados, el P. José Francisco de Isla. La
se acercaba aios sesenta anos. La marcha hacia Ia Colonía fue situación de Cardielen este sentido no debíó ser de Ias peores,
relativamente rápida, pero el dormir ai sereno y en el suelo y Ias pues en el Archivo Histórico Nacional (legajo 224) puede verse un
largas caminatas acabaron con Ia salud de Cardiel, quien ya nunca recibo donde se refleja el cobro de algunos fondos extraordinarios
se restablecería completamente. enviados por sus sobrinos.
Los jesuitas que venían dei Río de Ia Plata, acostumbrados ai
clima cálido de aquellas latitudes, sufrían especialmente a causa
(27) Ob. cit. pág. 19. dei frío, que se agravaba con su pobreza. EI último provincial dei

28 29
Paraguay, el P. Domingo Muriel murió de frío. El ya anciano Caro definirse, sin ninguna carga peyorativa, como panfletos. Son escrí-
diel escribía a su amigo Calatayud el 27 de noviembre de 1771, tos combativos, realizados muchas veces al calor de alguna polé-
sobre Ias dificultades que encontraba para realizar algunos trabajos mica, sin casi elaboración previa, que reflejan Ias opiniones de un
literarios y cartogrãfícos: Habia determinado no emprenderlos, ni hombre de acción, porque de hecho esa es Ia principal caracterís-
otra cosa por el mucho frio, que no me deja hacer cosa, pero ya tica de Cardiel. Como hemos visto en el capítulo precedente, él
he discurrido modo de trabajar, y es teniendo fuego para pies y fue un importante misionero que estuvo presente en casi todos los
manos, gastando cuatro veces más carbôn que cuando no hay lugares donde actuaba Ia Compafl.ía en el Río de Ia Plata, y al que
frio. Gran trabajo es ser viejo. Así puedo trabajar en eso y en otra sus propios compafl.eros, a veces ensalzándole y a veces criticándo-
cosa que me han encomendado ... (28). le, seríalaban por su natural intrepidez.
Otro asunto que le preocupaba bastante era, como explica en Es~ rasgo p<:culiar de sus escritos seüala sus limitaciones, pero
los primeros párrafos de Ia Breve relación, Ia ausencia de bibliote- tarnbíén sus mentos. Las obras de Cardiel están lejos de elabora-
cas que reuniesen fondos importantes sobre temas americanos. ciones muchos más ambiciosas y no poseen el aparato erudito que
Por 10 menos una vez se trasladó a Bolonia para consultar algunos caracterizan los trabajos de algunos de sus compaãeros pero, por
datos en Ias excelentes bibliotecas de Ia ciudad y tarnbíén, supone- contra, presentan un cuadro mucho más vívido e inmediato ofre-
mos, para visitar a su querido maestro Pedro de Calatayud, pero ciéndonos una imagen que se nos antoja muy real, de 10 que fue-
aparte de estas excepciones, no realizó ningún otro desplazarníen- ron Ias misiones jesuíticas y de 10 que pensaban los misioneros.
to importante, debido fundamentalmente a que los expulsos, si El P. Furlong, en su prólogo varias veces citado, seríala que
querían seguir percibiendo sus pensiones, debían obtener perrni- bien puede decirse de Cardiel que más que a escribir historia,
s? de Ias autoridades consulares espaãolas, para realizar cualquier dedicóse a hacer Ia historia y, sólo teniendo en cuenta eso, pode-
viaje. mos dedicamos a valorar el interés de sus trabajos literarios.
El 7 de diciembre de 1781 falleció José Cardiel en Ia ciudad de También merece destacarse que ninguno de sus escritos fue
Faenza. Unos días antes había escrito a un compafl.ero suyo, el P. editado en vida del autor, aunque alguno de sus manuscritos tuvie-
Ramón Termeyer, Ias siguientes palabras. Mucho he tardado en ron una difusión relativamente amplia, y fueron bastante comenta-
terminar esta carta. EI escribir, el leer y el estudiar me fatigan dos. Se repetía así una característica común a Ia mayoría de los
grandemente aunque no tanto como el tener que hacer cosas textos de los expulsos, como ya hemos reflejado anteriormente.
materiales. No es de extraiiar pues estoy ya en los 81 anos o más Realizadas estas aclaraciones, podemos clasificar, de forma ge-
bien en los 82 anos. Ya se avecina el día de mi desapariciôn, ya' neral y sin ningún ánimo de exhaustividad, sus trabajos en:
he recorrido el camino de Ia vida, ya he peleado Ia batalla de este
mundo, por 10 demás ya me espera, no sé si decir una corona o 1.0 Diarios y relaciones de viaje.
una sambenito, aunque mucho confio en Dios y en su misericor- 2.° Descripciones y defensas de Ias misiones jesuíticas, a me-
dia infinita y en los méritos de mi Sefior [esucristo que será en nudo con carácter polémico.
verdad una corona (29). 3.° Cartas diversas.
4.° Obra cartográfica.

José Cardiel. Su obra 1.0 Cardiel fue, como ya hemos visto, un viajero y explorador
notable, que nos ha dejado varios diarios y relaciones sobre Ias
Casi puede decirse que Cardiel estuvo siempre escribiendo el expediciones que realizó. Los más detacables son.
mismo libro. La mayoría de sus trabajos literarios no son sino ree- Ia. Diarios de viaje y misión de Magallanes. 1745-46 Desco-
laboraciones y matizaciones sobre un mismo tema: Ia descripción, nocemos el paradero de estos manuscritos, pues Ia biblioteca pri-
con características apologéticas de Ias reducciones guaraníticas y vada donde los pu do ver Furlong, fue subastada en Londres en
Ia defensa de Ia obra de Ia Cornpaãía de jesüs. 1963, .díspersãndose sus fondos. Las informaciones incluidas en
En ese sentido, los textos que nos ha dejado Cardiel pueden estos diarios fueron utilizadas, como ya sefl.alamos, por otro jesui-
ta, el P. Pedro Lozano, para escribir el Diario de un viaje a Ia costa
de Ia Mar Magallánica en 1745 desde Buenos Aires hasta el estre-
cho de Magallanes que ha sido editado en varias ocasiones. Seãa-
(28) Ver Ia introducción de G. Furlong en Ia obra ya citada, pág.49.
lamos aquí únicamente su edición en Ia Historia dei Paraguay del
(29) Introducción de G. Furlong, pág. 53.

30 31
P. Francisco]. Charlevoix, en Ia traducción espano Ia de Ia Historia 2b. Cuando aún no habían terminado Ias consecuencias de Ia
general de los viajes dei Abate Prevost y en Ia gran Colección de guerra guaranítica y los últimos indígenas eran trasladados de los
obras y documentos relativos a Ia historia antigua y moderna de territorios más orientales, llegó al cuartel general deI ejército espa-
Ias Provincias dei Río de Ia Plata de Pedro de Angelis. ãol, situado en Ia misión de San Borja, un librito de 85 páginas,
1b. En otros tomos de Ia importantísima Colecciôn de de An- remitido por los portugueses, que llevaba por título Relaçao Ab-
gelis se incluyen otros diarios. Son éstos: el Estracto o resumeu breviada Da República Que os Religiosos [esuitas das Provincias
dei dia rio dei padre José Cardiel en el viaje que bizo desde Bue- de Portugal e Hespanba Establecerao nos Dominios Ultramarinos
nos A ires ai Volcân y de éste siguiendo Ia costa patagõnica hasta das duas Monarquias; E da Guerra, que nelles tem movido, e
el arroyo de Ia Ascension, cuyo manuscrito, más completo que Ia sustentado contra os Exercitos Hespanboes, e Portugueses; Forma-
relación publicada, se ericuentra, ai parecer, en el Museo Británi- da pelos registros das Secretarias dos dous respectivos Principaes
co, y una Carta dei Padre jesuita José Cardiel, escrita ai seüor Comissarios, e Plenipotenciarios; e por outros Documentos aut-
gobernador y capitân general de Buenos Aires, sobre los descubri- henticos. Cardiel que, como ya hemos visto, acompaüaba al ejérci-
mientos de Ias tierras patagônicas en 10que toca aIos Césares (J 1 to, decidió contestar a Ias acusaciones que contra Ia actuación de
de agosto de 1746), en el que aborda el curiosísimo asunto de Ia Ia Compafiía de ]esús se vertían en aquel escrito, y escribió su más
búsqueda de Ia fabulosa e imaginaria.ciudad de los Césares, mito extensa y ambiciosa obra, titulada Declaración de Ia Verdad con-
austral similar ai de EI Doraelo o ai ele Ias siete ciuelaeles ele Cibola. tra un libelo infamatorio impreso en portugués contra los PP.
jesuítas misioneros dei Paraguay y Maraiiõri. San Borja, 14 de
2.' La serie de escritos en los que Cardiel aborda Ia descríp- septiembre de 1758.
ción de 10 que algunos autores llamaron el Estado 'jesuita dei Pa- Su manuscrito, escrito aceleradamente en tres meses, tuvo una
raguay, es Ia que tiene un mayor interés para nosotros. Constituye circulación extensa entre los jesuitas y Ias autoridades coloniales,
un punto de referencia ineludíble para los investigadores de Ias pero el P. Provincial, aunque 10 aprobó, no juzgó conveniente su
famosas misiones guaraníticas. Su falta de ambiciones es también publicación, presumiblemente para no avivar el fuego con réplicas
su grandeza (30). Son relatos directos y sencillos, escritos por al- y contrarréplicas.
guien que conocía a Ia perfección el tema. La Declaractôn .de Ia Verdad fue publicada por el P. Pablo
Básicamente, Cardiel escribió cuatro, o tal vez cinco, textos con Hernández en Buenos Aires el ano 1900. Se Ia ha considerado el
un contenido muy similar. escrito más completo de todos los realizados por Cardiel, muy
2a. La Carta-relaciõn de 1747 fue editada en Buenos Aires en alabado por bastantes investigadores de Ia historia misionera, aun-
1953, con una introducción dei P. Guillermo Furlong, de Ia que que, a nuestro juicio, su pretensión de polernizar con todos los
hemos tomado muchos datos. Va dirigida a su maestro Pedro de críticos deI proyecto jesuita lastra un tanto el resultado final de Ia
Calatayud y es un precedente claro y directo de Ia Breve Relación obra.
de Ias Misiones que se publica a continuación. Las diferencias en-
tre una y otra son más bien de estilo que de contenido. La más
2c. Ya en el exílio, el maestro y amigo de Cardiel, Pedro de
antigua es también Ia más inmediata y subjetiva, escrita entre dos
Calatayud le solicitó otro informe similar ai de 1747, sobre Ias
expediciones y plagada de anécdotas y detalles reveladores. La
misiones en Ias que tanto había trabajado, para utilizarlo en una
otra, realizada ya en el exilio, es algo más serena y objetiva, quizá
obra que proyectaba. Cardiel se puso manos a Ia obra y redactó Ia
históricamente más valiosa. De cualquier manera, es muy difícil
Breve relaciôn de Ias misiones del Paraguay que ahora se publica.
senalar una superioridad clara de una u otra. Son dos relaciones
Fue un escrito rápido y vivaz, como casi todos los suyos, un tanto
muy similares que en algunos casos se complementan, pero que
a vuela pluma, sin poder consultar apenas documentación sobre el
general mente repiten los mismos dates y argumentos.
tema. La obra tuvo una acogida excelente en los medios jesuitas y
se conocen bastantes cópias manuscritas. La primera y hasta ahora
(30) Por ejemplo, un compafiero de Cardiel, el P. José Manuel Pera- única-edición de este trabajo se realizó en 1913, integrando los
mas, pretendió en su obra (ver bibliografía), demostrar que los principios apéndices de Ia obra dei P. Hernández, Organizaciôri social de Ias
sugeridos por Platón en sus escritos más relevantes habían encontrado su doctrinas guaraníes de Ia Compaiiia de [esús.
materialización en Ia República guaranitica, 10 que le hizo manejar con Existe un texto muy similar ai de Ia Breve retaciôn, que lleva
mucha erudición, un gran aparato de citas, imposible de imaginar en nues- por título Costumbres de los guaraníes que fue incluido como
tro autor. apéndice por el P. Muriel en su revisión de Ia Historia dei Para-

32 33
guay dei P. Charlevoix. No sabemos si este compendio es dei La función de algunos de estos mapas era Ia de ilustrar sus
propio Cardiel o de Muriel. Fue editado en Madrid en 1918. propios escritos, como ocurre en el caso de Ia Breve relaciôn,
2d. Casi ai final de su vida, en 1780, Cardiel volvió a tratar el donde hace referencia a un mapa que reflejaría Ia situación de Ias
tema de Ias misiones en una última obra. Se trata dei Compendio misiones y Ia línea divisoria establecida por el Tratado de 1750, y
de Ia historia del Paraguay sacada de todos Ias escritos que de un plano de uno de los pueblos.
ella tratan y de Ia experiencia del autor en 40 anos que habito EI P. Furlong, en Ia introducción a Ia Carta-relaciôn de 1747,
en aquellas partes, recíentemente editado (1984) en Buenos Ai- tantas veces citada, describe diez mapas que han sido atribuidos a
res, con un interesante estudio preliminar de José M. Mariluz Ur- Cardiel. Entre ellos se encuentran itinerarios de sus expediciones
quijo. Poco aperta este título ai resto de los escritos de Cardiel. patagónicas, mapas generales que seüalan los efectos dei Tratado
Utiliza pasajes enteros de Ia Breve relaci6n de 1771 y se muestra, de Límites antes citado, mapas dei territorio de misiones, un cro-
a nuestro juicio, repetitivo y un tanto plúmbeo. De todas formas, quis de una reducción, y una carta dei extenso territorio dei Cha-
aún sigue conservando buena parte de sus valores tradicionales y co. Muchos de ellos han sido reproducidos modernamente en
como seüala Mariluz Urquijo (31): 10más importante del uolumen obras de investigación histórica.
es el relato fundado en 10que el mismo via o escuch6 de boca de
Iasprotagonistas, 10que suele venir aualado por Ia expresa refe-
rencia a su experiencia personal. ...
Este último texto de Cardiel reúne algunas informaciones de La Breve relación de Ias misiones dei Paraguay
gran interés sobre personajes y acontecímientos capítales de Ia
historia misionera, de los que el autor fue testigo presencia I y que La Breve retactõn ocupa un lugar central dentro de ia obra
no seãala en otros escritos suyos. Curiosamente Cardiel ocultó su literaria de Cardiel, en Ia que se conjuga Ia madurez y Ia experien-
nombre en esta obra, enmascarándose bajo el dei imaginario sacer- cia de su trabajo como misionero, con Ia melancolía provocada por
dote joseph Darceli, esperando quizá abrirse así paso hacia perso- Ia medida de extrafíamiento.
nas que rechazarían cualquier cosa proveniente de un jesuita. Por Cardiel escribió esta peque fia obra ya en el exilio, separado de
10 que sabemos no tuvo ningún éxito en este intento. Ia que había sido su vida hasta aquel momento, dolido por los
ataques que había leído y escuchado contra Ia obra a Ia que él, con
3. La correspondencia. de Cardiel es muy amplia y variada y todas sus fuerzas, se había dedicado.
además está repartida por medio mundo. Encontramos en ella mu- En poco tiempo, dejando correr Ia pluma, se dispuso a defen-
chas cartas dirigidas ai P. Calatayud, describiendo aspectos de su der a Ias misiones de tantas acusacíones y calumnias. Se basó para
vida americana, con asuntos económicos e históricos de gran inte- ello casi exclusivamente en su experiencia y su memoria y, una
rés. También merece destacarse Ia relación que tuvo con el P. vez terminado su escrito, afíadió, a modo de apéndice, Ia respuesta
Rarrión Termeyer, centrada sobre todo en temas de historia natu- a diez preguntas que le parecían insuficientemente contestadas en
ral, a los que éste último era muy aficionado. Quizá Ia correspon- el texto.
dencia más interesante de Cardiel se encuentre en el Archivo de La Breve relaciôn constituye así uno de los mejores cornpen-
Loyola y en el Archivo General de Ia Nación de Buenos Aires, pero dios que sobre Ia vida en Ias famosas reducciones jesuíticas dei
pese a Ia labor pionera y fundamental de Guillermo Furlong queda Paraguay se han realizado jamás.
mucho por hacer en este terreno. Su estilo es claro y sencillo, con algunos rasgos de humor y una
cierta nostalgia de aquellas tierras y gentes, a Ias que ya nunca
4. Cardiel fue un mediano cartógrafo que, aunque no alcanzó vería. Aunque, originalmente, se trataba de aportar material para
el perfeccionismo de sus compafieros Carnaão, Chomé o Quiroga, un escrito de más pretensiones que estaba preparando Calatayud,
nos ha dejado una estimable colección de mapas de Ias regiones 10 cierto es que Ia Breve reiaciõn gozó de una merecida fama
que formaban el virreinato dei Río de Ia Plata. entre los medios jesuíticos de Italia. EI propio Calatayud escribió
Fue sobre todo durante su exilio italiano cuando se dedicó a Ia ai principio de su tratado que si en algo 10 escrito por mí no se
elaboración de cartas geográficas de aquellos territorios, aunque conformase con 10que va en esta Relaciõn dei P. Cardiel se ha de
ya había realizado algunas en América. estar a ésta para hacerse más creible.
La única edición hasta el momento que se había realizado de
Ia obra de Cardiel fue debida, como ya se dijo, ai jesuita Pablo
(31) Ob. cit. págs. 33-34. Hernández, quien Ia incluyó en su libro antes citado. Desde enton-

34 35
ces se ha convertido en un texto de obligada consulta para los
estudiosos dei tema, pero no había vuelto a ser publicada. Afortu-
nadamente, Ia relativa notoriedad que en los últimos tiempos ha
adquirido el tema de Ias misiones jesuíticas durante Ia colonia,
permite volver a contar con esta obra capital gracias a esta nueva
edición.
EI manuscrito que utilizó el P. Hernández y que nosotros re-
producimos, se encuentra en Ia Biblioteca Vaticana (Roma), pero
existen bastantes más copias, cuyos contenidos difieren sensible-
mente entre sí.
Sin ánimo de extendernos en el tema, podemos decir que se
encuentran copias manuscritas de Ia Breve relación, además de en
Ia Biblioteca Vaticana, en el Archivo General de Ia Compafiía de
jesüs en Roma, en el Archivo de Loyola, donde hay varias, y en Ia
Real Academia de Ia Historia de Madrid.
No podemos olvidar, por último, el carácter apologético dei
escrito, que pretende ensalzar Ia labor de los -iesuítas en el Río de
Ia Plata, apartándose en ocasiones de Ia objetividad histórica. Ya 10
hemos dicho anteriormente, pero conviene repetirlo: Ia Breve re-
lación es un texto partidista, verídico, sólo hasta cierto punto. Aho-
ra bíen, junto a esa característica innegable, es necesario recono-
cer que en pocas crónicas ele Ia época poelrá el lector encontrar
tantos datos e informaciones directas sobre aquel proyecto misio-
nero que, después de más de 200 afias de Ia expulsión de los
jesuitas, ha mantenido intacto su poder de fascinación.

Héctor Sáinz Oltero

36
BIBLIOGRAFÍA

Obras de José Cardiel:

Carta dei padre jesuíta José Cardiel, escrita ai seüor gobernador y capi-
tán general de Buenos Aires, sobre los descubrimientos de Ias tierras
patagónicas, en 10 que toca aios Césares (11 de agosto de 1746) en
Coleccion de obras y documentos relatiuos a /a bistoria antigua y
moderna de Ias prouincias del Río de Ia Plata, ilustrados con notas y
disertaciones por Pedro de Angelís, Buenos Aires, 1836. Tomo 1, n." 5.
Extracto o resumen dei diario dei padre José Cardiel en el viaje que
hizo desde Buenos Aires ai Volcán y de este siguiendo Ia costa patagó-
nica hasta el arroyo de Ia Ascensión, en Colección de obras y documen-
tos relativos a Ia historia antigua y moderna de Iasprovincias dei Río
de Ia Plata ilustrados con notas y dísertacíones por Pedro de Angelis,
Buenos Aires, 1836. Tomo V, n. 40.
O

Misiones dei Paraguay. Declaración de Ia verdad. Obra inédita dei P.


José Cardiel, religioso de Ia Compaiiía de jesüs. Publicada con una
introducción dei P. Pablo Hernández de Ia misma Compaíi.ía. Buenos
Aires, 1900.
Breve relación de Ias misiones dei Paraguay, en Hernández, Pablo,
Orgaruzaciõn social de Ias doctrinas guarauies. Tomo lI, pp. 514-614.
Barcelona, 1913.
De moribus guarauiorum A.f.C En Ia traducción castellana de Ia obra
dei P. Domingo Muriel: Historia dei Paraguay desde 1747 a 1767
(Madrid 1918) se inserta este trabajo con el título Costumbres de los
guarauies (pp. 463-544).
Carta-relación de Ias Misiones de Ia Provincia dei Paraguay (1747), en
Furlong, Guillermo, José Cardiel y su Carta Relación (1747), Buenos
Aires, 1953.
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1984.

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40
MI MUY VENERADO P. PEDRa DE CALATAYUD(1):

Uno de los principales puntos que V. R. me encarga, es


unarelación universal de Ias decantadas Misiones dei Para-
guay, por haber yo habitado en ellas dos veces: Ia primera,
doce anos: y Ia segunda, después de algún tiempo, diez y
seis: en que estuve en todos sus pueblos y territorios mu-
chas veces, ya con oficio de párroco, que 10 fui en seis pue-
blos sucesivamente: ya de Companero de los Curas, y con
otros muchos empleos, con ocasión de Ias revueltas que allí
ha habido en estos anos.
Haré 10 que pudiere para satisfacer a V. R., a quien tanto
debo.
Y para que mejor se entienda 10 que de ellas dijere, trata-
ré primero algo de Ias conquistas y población de los prime-
ros espanoles, y de Ia extensión de Ia provincia ]esuítica dei
Paraguay. Por no tener en este destierro libros e Historia a
mano, no podré sefíalar el ano fijo de algunos pasajes con
toda certeza, pero sí a corta diferencia. Va también un mapa
para mayor claridad (2).

(1) Este P. Pedro Antonio de Calatayud fue, como ya se dijo en Ia


Introducción, el maestro y amigo de Cardiel durante toda su vida, y a él
van dirigidos bastantes de los escritos que Cardiel realizó sobre sus activi-
dades en Ias misiones dei Paraguay.
(2) ti mapa que debía acornpaüar ai texto no se encuentra en Ias co-
pias dei manuscrito conocidas por nosotros. Cardiel fue un cartógrafo bas-
LAS REDUCCIONES JESUITICAS tante pasable y Ias últimos afias de su vida, durante su destierro italiano,
EN AMERICA se dedicó fundamentalmente a Ia realización de varias mapas. En el archí-
vo de Loyola puede verse un Mapa de Ias Doctrinas dei Paraná y Uruguay
y de Ia linea divisaria dei ano 1750... Y en Ia Biblioteca Vaticana otro que

43
CAPITULO I

Poblacion de los primeros espaiioles dei Paraguay

Hacia el ano 1530 fueron los primeros espaüoles ai río


de Ia Plata (3). Hicieron el fuerte de Buenos Aires, y otros
río arriba. Fundaron Ia ciudad de Ia Asunción en Ia región
de Paraguay. Los espanoles que llegaron eran mil y tantos
(4) que, después de muchas guerras con los indios, queda-
ron en cuatrocientos. Estos, gozando de algún sosiego e
intimidados los indios de sus armas, se dividieron a formar
varias poblaciones, a distancia de cien leguas, y otras mucho
más, de Ia ciudad, que dando en ésta Ia mayor y más noble
parte. A cada población de éstas iban sesenta o setenta espa-
ãoles. Formaban sus casas de paredes de paios y canas, y
barro metido entre ellas, y cubiertas de paja. De esta manera

lleva por título Mapa de Ias Misiones dei Paraguay que estaban a cargo
de IasJesuítas basta el ano de 1768 que muy bien podrían ser los origina-
les a los que se hace referencia.
(3) Las noticias históricas ofrecidas en este capítulo tienen un valor
muy pequeno y sólo sirven como breve intraducción. El descubridor dei
Río de Ia Plata fue Juan Díaz de Solís, quien recorrió Ia enorme desembo-
cadura en 1516. Posteriormente estas regiones fueran visitadas por Sebas-
tián Caboto, en 1527. En 1535 una gran armada, bajo Ias órdenes de Pedra
de Mendoza comenzó Ia colonización espanola de aquellas tierras. Entre
Ias fundaciones que realizaran se encuentran Ias de Ias ciudades de Bue-
nos Aires, el 3 de febrero de 1536, y de Asunción, por juan de Salazar, el
15 de agosto de 1537.
(4) Unos conquistadores hablan de 1.500; otras de 2.000.

45
fundaron en el Río de Ia Plata y Paraná a Buenos Aires (5), enganados por ciertas seãas, pero no tiene más plata que el
Santa Fe de Paraná y Corrientes (6): y hacia el Brasil, Ias Ebro o el Tajo.
poblaciones de Ciudad Real, ]erez y Villarica (7). Ya estas Como sujetaron por armas muchas naciones, se les im-
poblacíones tan cortas y pobres llamaban ciudades. De ellas puso tributo en senal de vasallaje. Y para premiar a Ias con-
dos, que son Ciudad Real y ]erez se asolaron. Ias demás quistadores, repartió el Rey entre ellos el tributo, seríalando
perseveran, pero con poco aumento. Sólo Buenos Aires ha para cada conquistador un cierto número de tributarias, se-
crecído tanto, que tiene una legua de largo, y como media gún sus mayores o menores méritos, con obligación de cui-
de ancho, con casas de ladríllo, cubiertas de teja todas, aun- dar de ellos en Ia cristiano y político. Y como a poco tiempo
que casi todas son de un suelo, y con mucho comercio y viesen que Ias indios con gran dificultad pagaban el tributo,
abundancia de víveres, ai modo de Ias buenas ciudades de no porque fuese mucho, sino por su gran desidia, paró el
Europa. punto en que Ias tributarias sirviesen personalmente ai con-
Redujeron todas estas poblacíones a una gobernación y quistador dos meses ai afio en lugar dei tributo. A estos
Obispado, cuyas cabezas residían en el Paraguay. Después conquistadores llamaban encomenderos, y a Ias tributarias,
Ias redujeron a dos, aãadiendo Ia de Buenos Aires, que mitayos, y ai servir Ias dos meses, pagar Ia mita. Pero no
comprende a Santa Fe y Corrientes, y a una nueva ciudad se contentaron con Ias dos meses. Los más se hacían servir
que se formó en este sigla, llamada Montevideo (8). Todas dei mitayo todo el afio, sin pagarle Ias diez meses; y el más
a una y otra orilla del gran río de Ia Plata y Paraná. Este río escrupuloso, seis o siete meses. Los Nuestros en particular
de tan espléndído nombre, es el mismo que Paraná, que y en público en Ias púlpitos procedían con cela contra este
significa en aquella lengua pariente dei mar. Desde su na, impío abuso; y por ello fueron tan perseguidos que llegaron
cimiento hasta el río Uruguay, que entra en él seis léguas en algunas partes a echarlos de Ias colegíos. La ciudad que
antes de Buenos Aires, se llama Paraná. Desde ahí hasta el más se seãaló en esta persecución fue Ia dei Paraguay (9).
mar en Ias cabos de Santa María y San Antonio, llámase Río Pero ai fin, después de muchos afias y trabajos, como iban
de Ia Plata. Véase bien ese mapa de toda Ia América meri- adargados con Ias leyes y Cédulas Reales, prevaleció Ia ver-
dional. Llarnarónle de Ia Plata por juzgar había.mucha en él, dad y el verdadero cela. A que se afiadió el haber venido de
Europa más gente y más jueces, que pusieron en razón y
equidad este asunto. Y ya ha muchos afias que sólo sirven
(5) La ciudad de Buenos Aires, después de una azarosa existencía tras
Ias dos meses, pero con gran diminución de Ias indios, que
su fundación en Ia que el hambre era Ia situación más común, fue despo- perecieron muchos en Ias vejaciones antiguas: de tal mane-
blada en 1541 por el gobernador Domingo Martínez de Irala. No sería hasta ra, que habiendo en aquellos tiempos en Ia jurisdicción de
1580 cuando ]uan de Garay volvería a fundar aquella poblacíón, llamada a Ia ciudad dei Paraguay cincuenta mil indios matriculados,
alcanzar extraordinaria importancia.
(6) Santa Fe fue fundada por ]uan de Garay en 1575; Corrientes en
1558 por Alonso de Vera y Aragón. (9) Las relaciones entre los jesuitas y los vecinos de Asunción fueron
(7) Las ciudades de Ciudad Real y Villa Rica fueron fundadas por Rui siempre tormentosas, debido fundamentalmente a Ia cuestión de Ias enco-
Díaz de Melgarejo en los anos 1557 y 1577 respectivamente. La ciudad de miendas. Antes de Ia gran expulsión de 1767, los jesuitas hubieron de salir
]erez se creó en 1539 gracias a Ruy Díaz de Guzman, el autor de Ia funda- dei Paraguay.en 1612, 1649, 1724 Y 1732. Cardiel en una carta de 1747
ment~1 crónica La Argentina. De hecho, esta relación de fundaciones es escribe ai respecto: Cuatro veces nos ban desterrado de esta Gobernaci6n.
muy incompleta e inexacta. En toda está época aparecieron diversos asen- La 1. a muy a Iasprincipias porque predicaban nuestros Padres contra el
tamientos creados desde el núcleo original de Asunción que tuvieron des- seruicio personal de Ias indios, pues salian Ias espaiioles de mano armada
tinos muy diversos. a cazarlos como a fieras, estando de paz y Ias bacian sus esclavos, cosa
(8) Montevideo fue fundada en 1726 por Bruno Mauricio de Zavala con vedada de Dias, dei Papa y dei Rey. EI P. Sebastián de San Martín decía
el objeto declarado de impedir Ia ocupación portuguesa de Ia banda orien- sobre Ia expulsión de 1732: Esta tierra nos quiere como el dolor de tripas
tal dei Río de Ia Plata. y en este sigla nos ban ecbado ya dos veces.

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según consta de Ios libros de Cabildo, estos anos no pasa- vienen a ser tanto espacio como Espana, Francia, ltalia e
ban de ocho mil de todas edades y sexos, según consta de Inglaterra: y además de Ias famosas misiones de los Chiqui-
Ia matrícula que traía eI Sr. Obispo Torres de resulta de su tos y otras en Ias tres gobernaciones, contiene Ias de nues-
Visita. Y aunque en 10 antiguo eran muchos pueblos, ahora tro asunto, que vulgarmente se llaman DELPARAGUAY, aun-
sólo son diez, y de casas de paja: Ios seis a cargo de clérigos que Ias Cédulas Reales Ias llaman DOCTRINAS, no MISIONES;
Curas, y Ios cuatro de religiosos de San Francisco. En este porque MISIONESsólo llaman a Ias que no tienen Cura cola-
estado están Ias cosas deI Paraguay, sin haber más indios, ni do: y éstas ha muchos anos que 10 tienen con presentación
más adelantamiento en aqueI Obispado, sino solo unas nue- y canónica institución. Y todas pertenecen a Ia gobernación
vas misiones de infieles que Ios NueSHOS iban entablando dei Paraguay.
estos anos. En eI Obispado y gobernación de Buenos Aires, En tan largo espacio de estas cuatro gobernaciones no hay
hay en Ia jurisdicción de Ias Corrientes, dos pueblos a cargo más que 15 poblaciones de espaãoles (ESPANOLES llaman
de Ios PP. de S. Francisco: uno de doscientas familias, otro allí a todos los que descienden de esta sangre, aunque sean
de quince o diez y seis: En Ia jurisdicción de Santa Fe hay nacidos allí). En Buenos Aires son cuatro. Ia de este norn-
uno de veinte familias. Y en Ia de Buenos Aires,·tres de diez bre, Montevideo, Santa Fe y Corrientes: y más los tres pue-
y siete a veinte familias. No hay más que esta poquedad: y blecitos de indios, que arriba apunté. En el Paraguay, tres.
Ios treinta de jesuítas, asunto principal de este escrito. Ia Asunción (que ya dije llaman vulgarmente Paraguay), Ia
Villa Rica, y Ia villa dei Curuguatí. En Tucumán, siete: Salta,
Córdoba, Santiago, San Miguel, Jujuí, Rioja y San Fernando.
Y en Santa Cruz de Ia Sierra, sola Ia de este nombre. Todas
CAPITULO II estas jurisdicciones tienen tal cuaI pueblo de indios cristia-
nos, pobres y pequenos. En todas estas ciudades tenían Ios
Extension de Iaprovincia jesuítica dei Paraguay, con otras jesuítas colégio: y en Ias de Montevideo, San Fernando y
particularidades jujuí, residencia. Las distancias de estas poblaciones son en-
tre sí tan largas, como se puede considerar en tan dilatada
En aqueI vastísimo continente de Ia América, hay reinos extensión, de cien y más leguas: y los intermedios están en
y gobernaciones. Los reinos son Perú, Chile, Quito y Nuevo parte poblados de pastores de ganados, y parte de indios
Reino (10). Las gobernaciones, Buenos Aires, Paraguay, Tu- infieles, ya de paz, ya de guerra. En eI mapa no se ponen
cumán y Santa Cruz de Ia Sierra. Todo se declara en eI todas, sino Ia capital de cada gobierno, por estar en punto
mapa. En estos cuatro reinos y cuatro gobernaciones tenían reducido: y tal cual de Ias más nombradas.
Ios jesuítas cinco provincias: Ia deI Perú, de Chile, de Qui- Todas estas ciudades y villas son de muy humilde fábri-
to, de Nuevo Reino y Ia deI Paraguay: además de Ia otra ca, y de poca vecindad y comercio, excepto Ia de Buenos
grande provincia de Méjico, que tenían en Ia América Sep- Aires, de quien ya apunté algo. En tan largas distancias de
tentrional. En todas estas provincias tenían muchas mísio- caminos, que se hacen en carros, o en mulas cuando Ia tíe-
nes. Las principales eran Ias deI Orinoco, Ias de Maraãón en rra fragosa no los permite: como no hay ventas, ni posadas,
Mainas, Ias de Mojos y Ias de Araucanos. La deI Paraguay se lleva todo 10 necesario, como en el mar, desde Ia sal,
comprendía en su extensión Ias cuatro gobernaciones: que hasta Ia agua,que ésta falta también en parte, o es mala. Los
ríos no tienen puentes y algunos son muy caudalosos. Para
pasarlos se llevan prevenidos cueros de toro. Se hace una
(10) Esta división es dei todo arbitraria. En 1771 existían en Sudaméri-
pelota, o un cuadro de un cuero de éstos. Se levantan alre-
ca los virreinatos de Nueva Granada, con Ia jurisdicción de Ias Audiencias
de Bogotá, Panamá y Quito, y el dei Perú, dei que dependía el resto dei
dedor Ias orillas como una tercia, y se afianzan con un cor-
continente. En 1776 se crearía el virreinato dei Río de Ia Plata, con jurisdic- del, para que estén tiesas. Métese eI hombre y Ias cargas
ción sobre Ias Audiencias de Buenos Aires y Charcas. dentro, a Ia orilla dei río: y otro nadando va tirando de un

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cordel Ia débil barca hasta Ia otra orilla, o va desnudo enci- Las primeras estaban encima dei gran Salto dei Paraná en su
ma de un caballo nadador. Sufre cada cuero de éstos doce banda oriental. Las segundas, hacia Ia junta que hacen los
o catorce arrobas: y pasa y vuelve a pasar hasta más de una dos ríos Paraná y Paraguay: y estando sin esta sujeción, esta-
hora, sin que se ablande. Así caminan los jesuítàs y toda ban consiguientemente sin sujeción ai Rey dei cielo. Dos
gente de alguna distinción. Los indios y gente baja pasan los Jesuítas, de se asas de ganar para Dias aquellas pobres al-
ríos nadando ai lado o encima de sus caballos, y sus alforji- mas, salieron dei Paraguay hacia el ano 1610, y con grandes
tas en Ia cabeza. Todos, en aquellos países, caminan a caba- peligros de Ia vida entraron en Ias dei Paraná abajo (13).
llo, porque Ias cabalgaduras son muy baratas, a peso o dos Casi ai mismo tiempo entraron dos Jesuítas a Ias dei Sal-
pesos cada caballo, y a dos o tres pesos Ias mulas. Están to, sin más escolta ni más armas, entre gente tan feroz, que
aquellos desiertos llenos de yeguas y caballos sin dueno, y una cruz en Ia mano, que servía de báculo. Unas y otras
no cuesta más que cogerlos. Así mismo Ias vacas son a peso; naciones tenían y tienen en los escritos el nombre de GUA-
y si es gorda, a dos; y Ias ovejas, a uno o dos reales de plata. RANÍES, Y son de una lengua, aunque Ias espanoles y portu-
Allí no hay vellón. La menor moneda es medio real de plata. gueses han dado en llamarlos TAPES, por Ia equivocación de
y por Ia mayor abundancia de este metal que hay allí, se Ia nación dei TAPE. Vulgarmente son entendidos por Ias MI-
estima un peso como en Espana un real. Las cosas que van SIONES DEL PARAGUAYesas naciones y Ias de más que después
de Espana son Ias que allí valen mucho. Los Jesuítas de esta se les juntaron, y componen treinta grandes pueblos: y por
tan dilatada provincia eran cuatrocientos y tantos (11): aho- eso en el mapa les doy este título, y en esta relación.
ra, después de tantos muertos en tantos trabajos de mar y Hallaron Ias Misioneros unos indios Ias más bárbaros,
tierra, hemos quedado en 330. Dada ya alguna noticia de los sangrientos e incultos dei mundo. No tenían pueblos en
principios políticos dei Paraguay, y de Ia extensión de Ia forma, sino algunos aduares de cabanas de paja debajo de
provincia jesuítica, vamos a Ias antiguas Misiones. algún cacique, a quien daban alguna obediencia. No sem-
braban sino una cosa corta, que les duraba pocos días. Vi-
vían de caza y de Ia pesca. Andaban casi dei todo desnudos
(14): tenían continuas guerras unos caciques contra otros. A
CAPITULO III Ias que mataban, luego los asaban y se Ias comían. Aios
prisioneros engordaban primero como a cebones, y des-
Principias de Ias misiones dei Paraguay pu és los mataban y hacían banquetes de sus carnes. Sus

Habiendo reducido a Ia obediencia dei Rey los primeros


espanoles todas Ias naciones de indios infieles dei río Para-
guay y parte de Ias dei Paraná a fuerza de armas; no alcanzó siglo XVII en franca regresión. La escasez de recursos humanos, unida a Ia
su valor a sujetar Ias dei Guayrá, ni Ias dei Paraná abajo (12). dificultad de controlar extensas regiones habitadas por tribus nómadas o
seminómadas serían Ias causas principales de esa situación.
(13) Los primeros jesuitas llegaron ai Paraguayen 1585, aunque no se
establecieron en Ia zona con carácter permanente. En 1604 se creó Ia pro-
(11) En una relación muy pormenorizada sobre los expulsos jesuitas vincia jesuítica dei Paraguay, pero no será hasta 1609 cuando comience Ia
de América que se encuentra en Ia Biblioteca Nacional de Madrid y que verdadera actividad jesuita en Ia zona. Ese mismo anos se fundará Ia prime-
recoge Ias llegadas de los navíos ai Puerto de Santa María, se ofrece Ia cifra ra misión llamada de San Ignacio Guazú.
de 449 religiosos de Ia Compai'lía de jesüs pertenecíentes a Ia Provincia (14) Es curioso que otro jesuíta expulso, José Manuel Peramás, contra-
dei Paraguay, de los cuales 17 murieron durante Ia travesía y 15 ai desern- dice esta opinión ai escribir en su libro Ia República de Platón y los guara-
barcar. níes (Buenos Aires, 1946): Los guaraníes tanto hombres como mujeres
(12) Opiniones merecedoras de toda consideración afirman que Ia usaron ropas desde tiempos remotos, pues <,cómose explica si careciesen
conquista espaãola de aquellas regiones se encontraba a princípios dei de vestidos que tuviesen palabras para nombrarlos?

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V1ClOS dominantes eran Ia lascivia y lujuria de bestias, Ia se convinieron Ias dos Reyes, y además de esto, tenía carní-
embriaguez, Ia venganza y Ia hechicería (15). nos y entradas difíciles: se refugiaban a ella muchos horn-
Recibieron de paz a Ias Padres: y entre continuas traba- bres facinerosos, Iadrones, homicidas y Iujuriosos. Vivían
jos y peligros de Ia vida, lograron domesticar aquellas fieras, con gran libertad, sin que Ia justicia pudiese sujetarlos. Es-
reduciéndolos primero a racionalidad en pueblos grandes, tas salían en gruesas tropas acompaüados y ayudados de Ias
y después a vida cristiana. En 20 anos de trabajos apostóli- Tupíes (18), que les servían de criados o esclavos, a coger
cos, tenían ya formados en eI Paraná abajo algunos pueblos indios infieles para servirse de ellos como esclavos en sus
tan numerosos, que en ellos se recogieron Ias gentes de ingenios de azúcar y demás Iabranzas. Había excomunión
cincuenta y sesenta Ieguas en contorno, que entonces esta- pontificia de que no se hiciesen semejantes víolencías, pero
ban muy poblados aquellos países. Y en eI Paraná arriba, ellos no hacían caso de eso, diciendo que iban a misión
encima deI Salto, que llaman Ia provincia del Guayrá, Ias para traer aquellos infieles a que se hiciesen cristianos:
dos Misioneros, con otros que se les fueron juntando, for- siendo así que a Ias que se resistían en entregárselas, Ias
maron aI mismo tiempo trece pueblos con cincuenta mil mataban, y a Ias que traían, Ias herraban como esclavos, y
almas, en que había como diez mil familias. (A cada casado aun Ias vendían por tales. Pusiéronles este nombre de MA-
con su mujer e hijos llamamos familia: una cosa con otra MELUCOS, a 10 que parece, a imitación de Ias Mamelucos de
suele haber cinco personas o almas. En Ia anual numeración Egipto, con quienes tuvieron sus peleas Ias portugueses en
que se hace de Ias Misiones del Paraguay siempre salen más el Mar Rojo: y allí llaman MAMELUCOS a Ias que en Turquía
de cuatro almas por familia, y nunca llegan a cinco). llaman GENÍZAROS.
Pasados veinte anos, en que ya había en Ias trece pue- Estas, a Ias principias, se contenían en coger infieles.
blos del Guayrá no só 10 justicia y cultura, con Corregidores, Hicieron varias correrías en Ias cercanías de Ias trece pue-
Alcaldes, oficias mecánicos, bienes de comunidad, ete., blos: y servía de aIgún provecho, porque muchos, por huír
sino también iglesias magníficas, cada una con su capilla de de Ias Mamelucos, se acogían a Ias pueblos, y se hacían
músicos bien diestros, cuya facultad Ies enseríó un Padre cristianos. Entraban también Ias Mamelucos a Ias pueblos,
que había sido músico deI Emperador, cosa que causaba y afectaban devoción a Ias templos y a Ias Misioneros. Mas
grande admiración ver a Ias que antes eran sangrientas fie- viendo que Ia caza de losinfieles iba despacio, por estar
ras, tan mudados en 10 racional y cristiano, vinieron a infes- separados y en pequenos aduares (que allí llaman RANCHE-
tarles Ias Mamelucos de San Pablo hastaacabarlos. Hay en RÍAS), Y que Ias cristianos y catecúmenos eran muchos mi-
eI Brasil, no Iejos de Río Janeiro, una ciudad llamada SAN llares y juntos: picándoles Ia infernal codicia, y destituídos
PABLO (16) (que entonces más merecía el nombre de SAU- de toda piedad y cristiandad, entraron de mano armada en
LO). Los portugueses que Ia fundaron, habiendo sujetado Ias pueblos, matando a cuantos se resistían, por Ia ventaja
por armas Ias indios en contorno, que llaman TUPÍES, se de Ias armas de fuego, y maniatando a todos Ias demás, y
casaron con Ias indias. Como era ciudad retirada hacia Ias amenazando con Ia muerte y aun hiriendo a Ias Misioneros,
confines de Ias dominios deI Rey de Espana, según Ia línea que defendían como podían sus ovejas. Hicieron en esto
de territorios echada por eI Papa Alejandro VI (17) en que estragos inauditos. De este modo destruyeron Ias trece pue-

(15) Esta es, como puede suponerse, una visión sumamente parcial y preteadía regular Ias aspíracíones de Espana y Portugal sobre Ias tierras dei
simplificada de Ia realidad antropológica guaraní. La cuestión de Ia antro- Nuevo Mundo. EI disgusto portugués ante el contenido de Ia bula, obligó
pofagia, aunque negada por algunos autores, está sumamente dernostra- a firmar un ano después el Tratado de Tordesillas.
da. (18) La enemistad entre los tupíes y los guaraníes era tradicional, pero
(16) Paradójicamente, fundada por el jesuíta Manuel de Nobrega. sufrió una transformación fundamental ai convertirse los primeros·en alia-
(17) EI Papa Alejandro VI promulgó en 1493 Ia bula Inter caetera que dos de los pau listas y por tanto en cazadores de esclavos de los segundos.

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blos casi del todo. Los que pudieron escapar, fueron trans- ron Ias Mamelucos. No era factible resistirles, porque todos
migrados por Ias Padres a Ias pueblos del Paraná abajo, casi venían con armas de fuego y espadas: y Ias indios, aunque
doscientas leguas distantes: y después de excesivos trabajos, eran muchos más, sólo tenían garrotes y saetas de hueso de
por bosques y sierras, cargados de sus tiernos hijos, llegaron que se burlaban con sus broqueies y ESCUPILES. Llaman ESCU·
como cuatro mil almas, residuo de cincuenta mil. Va en el PILES a unas sotanas colchadas apretadamente de algodón,
mapa apuntada al grado 22 Ia provincia del Guayrá, de don- que no pasan Ias saetas. No obstante, con una estacada que
de salieron y eran naturales (19). hicieron en el pueblo de ]esús María, pensaron defenderse:
Como Ias Padres de Ias trece pueblos eran veintiséis o y estando en Ia defensa un hermano Coadjutor con Ias in-
más (que procuran estar dos juntos a 10 menos), y no eran dias, le dia una bala en una medalla que tenía al pecho, sin
menester tantos para Ias cuatro mil almas, oyendo decir en más dano que estampársela sin mucha molestia. Y a dos
el discurso de Ia transmigración que hacia el poniente, a padres que estaban resguardándose con unos maderos, les
orillas del río Paraguay, había muchos indios no mal dis- hirieron, aunque no de muerte. Salieron vencedores Ias Ma-
puestos para el Evangelio en el país de Ias Itatines, se enca- melucos, y prosiguieron hasta asolar Ias nueve pueblos, con
minaron allá algunos. Fueron bien recibidos: y a costa de muerte de muchos indios, y cautiverio de muchos millares.
muchos sudores, penurias, fatigas y peligros (que de todo El residuo transmigraron ias Padres a Ias pueblos de Uru-
esto hay siempre mucha cosecha en Misiones nuevas, pero guay, hasta donde habían llegado Ias Padres del Paraná for-
que 10 endulza Dias con muchos consuelos del alma), en mando pueblos. .
algunos afias formaron acho pueblos. Supiéronlo Ias im- Cebados Ias Mamelucos con tanto botín, como Ia codicia
píos Mamelucos, y por el camino que por bosques y sierras aumenta Ias ganas de tener más, según el otro. CRESCIT AMOR
habían abierto Ias Padres para ganar aquellas almas, fueron NUMMI QUANTUM IPSA PECUNIA CRESCIT (20), prosiguieron de-
ellos a destruírlas. Hicieron 10 que en el Guayrá, y aun ma- trás de Ias transmigrados hasta el río Uruguay. Viendo Ias
taron un Padre a balazos. Los que pudieron escapar fueron Padres que no había más defensa en Ias indios, que Ia mura-
transmigrados a Ias pueblos dichos del Paraná abajo. Con lla de aquel gran río, y temiendo que ésta Ia venciesen Ias
Ias cuatro mil que escaparon del Guayrá, hicieron Ias pue- agresores, enviaron a Espana al venerable P. Ruiz de Monto-
blos de Loreto y San Ignacio Mirí: y con estos Itatines el de ya, que se había hallado en estas irrupciones del Guayrá y
Ntra. Sra. de Fe, que se ven en el mapa. Tape, para alcanzar de Ia Corte algün remedio. Diéronse
Como el diablo por media de Ias Mamelucos iba destru- algunas providencias que no tuvieron efecto por Ias dificul-
yendo indios, iba Dias dando otros muchos en diversos paí- tades de aquellas tan distantes partes. Una de ellas fue per-
ses. A este tiempo descubrió Dias Ia provincia del Tape, mitir que Ias indios tuviesen armas de fuego, cosa que esta-
muy poblada de indios. Está este país en Ia cabeceras del ba vedada a todos Ias de toda Ia América. Como esta no
río Ibicuí, que es el que el mapa pane que entra en el río costaba dificultad a otros, se puso en ejecución. Compráron-
Uruguay y cerca de Yapeyú. o se apunta esta provincia, se luego de Ias bienes de Ia comunidad de cada pueblo
porque 10 estorba el letrero de Ias notas, en donde pertene- armas y municiones. Adiestráronse Ias indios en eIlas. Vi-
cía ponerla. Aquí en pocos afias fundaron Ias Misioneros nieron Ias Mamelucos, y antes de Ilegar al Uruguay y cerca-
nueve pueblos grandes, que había pueblo de dos mil fami- nías de Ias pueblos, les salían ai encuentro. Fueron venci-
lias, en que suele haber diez mil almas. Aquí también vinie- dos Ias indios en varias refriegas, hasta que el ano de 1644,
habiendo juntado todo su poder en un ejército de cuatro
mil y novecientos hombres portugueses y tupíes, con inten-
(19) Según B. Melia (ver bíblíografta). Decir que los Guaraní de Ia
regiôn jesuítica (dei Guairá) se contaban en número de 50. 000 personas
es una cifra prudente y justifica da. De éstos s610 U1l0S 12.000 salieron (20) Una traducción no muy literal podría ser ésta. Crece el amor-a Ia
para el exilio y aún de ellos s610 unos 4.000 sobreotuieron. peseta cuanto más crece el dinero (que se tiene ).

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to de asolar Ias pueblos todos, fueron dei todo derrotados La planta de ellos es uniforme en todos (23). Todas Ias
y nunca más volvieron (21). Desde entonces respiraron Ias calles están derechas a cordel, y tienen de ancho diez y seis
pobres indios, y fueron creciendo en toda cultura y cristian- o diez y acho varas. Todas Ias casas tienen soportales de tres
dad hasta este sigla. varas de ancho o más, de manera que cuando llueve, se
puede andar por todas partes sin mojarse, excepto ai atrave-
sar de una calle a otra. Todas Ias casas de Ias indios son
también uniformes: ni hay una más alta que otra, ni más
CAPITULO IV ancha (j larga; y cada casa consiste en un aposento de siete
varas en cuadro como Ias de nuestros colegios, sin más al-
Estado presente de tos pueblos, su fábrica, etc. coba, cocina ni retrete. En él está el marido con Ia mujer y
sus hijos: y alguna vez el hijo mozo con su mujer, acornpa-
Hablaremos aquí dei Estado y porte que tenían antes dei fiando a su padre. Todos duermen en hamaca, no en cuja,
ano 1768, en que fueron desterrados Ias Jesuítas por orden cama o suelo. Hamaca es una red de algodón, de cuatro o
dei Rey, y puestos en su lugar, para 10 espiritual, religiosos cinco varas de largo, que cuelgan por Ias puntas de dos
de otras ordenes: y para Ia temporal, administradores segla- largas estacas, o pilares, o de Ias ángulos de Ia pared, levan-
res. Y trataremos sus cosas como si estuviesen presentes. tada como tres cuartas 6 media vara de Ia tierra: y les sirve
Hay ai presente treinta pueblos (como se ve en el mapa) en también en lugar de silla para sentarse o conversar. Y es
Ias orillas y cercanías de Ias dos grandes ríos Paraná y Uru- cosa tan cómoda, que muchos espanoles, aun de convenien-
guay. Son compuestos de Ias indios que vivían en Ias países cias, Ias usan. Si es verano, es cosa fresca. Si hace frío, po-
circunvecinos de esos ríos, y de Ias transmigrados dei Guay- nen encima de ella alguna ropa. En este aposento hacen sus
rá, Itatines y Tape. Tienen como cien mil almas. Los pue- alcobas con esteras para dormir con decencia. No quieren
blos de Itapúa, Corpus y Santa Ana, San Miguel y San Angel, aposento mayor para toda su familia, ni aun para dos. Gus-
pasan de mil famílias: el de Yapeyú pasa de mil setecientas: tan mucho de Ia pequeno y humilde. Nunca se pasean por
Ias otros tienen de 600 a 700 (22). el aposento. Siempre están sentados o en su hamaca o en
una sillita (que siempre Ias hacen muy chicas), o en el sue-
10, que es Ia más ordinario, o en cuclillas. Si a ellos Ias
(21) La bata lia dei río Mbororé tuvo lugar el 11 de marzo de 1641. La dejan, no hacen más que un aposento de paredes de palas,
bandeira paulista estaba cornpuesta por unos 500 mamelucos y 2.500 alia- canas y barro como un jeme de anchas, con cuatro horcones
dos tupíes. EI ejército guaraní 10 formaban cerca de 4.000 hombres dirigi- más recios a Ias cuatro lados para mantener el techo, y eu-
dos por el herrnano coadjutor Domingo Torres, veterano dei ejército espa- bíertas de paja, y de capacidad no más que cinco varas en
üol y algunos caciques indígenas. Cardíel en su carta-relación de 1747 cuadro. De ésto gustan mucho: y en sus sementeras todas
explica cómo 105 índios que combinaron fuerzas fluviales y tropas de tie- Ias tienen así: que además de Ia casa dei pueblo, tienen
rra: A Ias trabucos, fusiles y lanzas aüadieron 1II1aS piezas de artilleria de otras en sus tierras. La dei pueblo es de paredes de tres
naranjo taladrado que aguantaban hasta 3 tiros, por estar bien reforza-
das con o/era de tara. Según A. Arrnani (ver bibliografía) esta batalla tuuo
una importancia enorme para el futuro de América dei SUl' por detener
el hasta entonces írresistible avance português hacía el corazón dei impe-
(23) Según el manuscrito EI Paraguay Natural dei jesuíta José Sán-
rio colonial espaüol.
chéz Labrador el empeno dei misiouero ba de mirar a que el lugar de su
(22) En Ia carta anual de 1767, que íncluye los datos de 105 nuevos
reduccion sea satudable como 10 es el que está en 10 alto sobre alguna
pueblos dei Tarumá, 105 indígenas reducidos alcanzaban Ia cifra de 93.181.
bella colina o lama; retirado de pantanos J' anegadizos, lagunas)' aguas
EI momento álgido, demográficamente hablando, se fecha el ano de 1732,
estancadas. Batida así Ia poblacton de Ias uieutos, éstos,ya unos,'ya otros,
cuando segúnlas estadísticas vivían en Ias 30 reducciones 141.182 guara-
purificarân el aire de los vapores y exbalacioues que por precisiôn ban
níes. de transpirar los cuerpos.

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cuartas o vara de ancho, de piedra o de adobes y Ias pilares tes que Ia encina y roble de Europa (26): y no se cortan dei
de Ias soportales también de píedra, y de una solo cada uno todo, sino que se sacan con mucha parte de sus raíces.
en muchas partes; y todas cubiertas de teja. Estas se Ias han Tráense ai pueblo con 20 o 30 juntas de bueyes por su mu-
hecho hacer así Ias Padres, por meterles en mayor cultura, cha longitud y peso. Acomódase Ia parte de sus raíces para
de que hay Cédulas Reales, que, por su genio, no hicieran que pueda entrar ai hoyo: y se chamuscan bien con fuego
más que Ia de paja. Y en el pueblo de Ia Santísima Trinidad, para que resistan bien a Ia humedad. Lo que ha de sobresalir
son Ias casas de piedra de sillería, de piedras grandes, labra- ai hoyo, se labra redondo en columna con su pedestal, cor-
das en cuadro: y Ias soportales, de arcos de Ia misma piedra nisas, etc., o en cuadro, o cilíndrico. Hácense Ias cimientos
y labor. Y encima de cada puerta hay alguna piedra laborea- de grandes piedras, dejando en ellos Ias hoyos para pilares:
da con alguna flor por ser piedra blanda, fácil de labrar. Los y regularmente están de acho en acho varas. Métense éstos
demás pueblos que. hay en el Paraguay y otras partes a cargo en Ias hoyos y alrededor, hasta llenar el hoyo, se le echa
de clérigos o otros religiosos, son de casas de paja y paredes cascajo de tela y ladrillos quebrados, después piedras, y.al
de barro y palas, como Ias de Ias sementeras de nuestros in- fin tierra, apelmazándolo todo, y nivelando el pilar. Asíse
dias. ponen Ias pilares de Ias paredes y de Ias naves dei media.
Todos Ias pueblos tienen una plaza de 150 varas en cua- Después se ponen Ias tirantes, soleras y tijeras, y el tejado.
dro (24), o más: toda rodeada por Ias tres lados de Ias casas Hecho esta, se prosiguen Ias paredes desde el cimiento: y
más aseadas, y con soportales más anchos que Ias otras. yen como dije, son de adobes, y de cuatro o cinco cuartas de
el cuarto lado está Ia Iglesia con el cementerio a un lado y ancho: y en media de ellas quedan Ias pilares; aunque en
Ia casa de Ias Padres ai otro. Además de esto, hay en cada algunas partes, en Ia caja de Ia pared, de manera que se ve
pueblo casa de recogidas, cuyos maridos están por mucho Ia mitad de ellos. De este modo carga toda Ia fábrica dei
tiempo ausentes, o que se huyeron y no se sabe de ellos: y tejado en Ias pilares y nada en Ia pared. Dei mismo modo
con ellas están Ias viudas, especialmente si son mozas y no se fabrican Ias casas de Ias Padres y Ias dei pueblo. No se
tienen padre o madre, o pariente de confianza que pueda halló cal en aquellos países: y por eso se halló este modo
cuidar de ellas, y se sustentan de Ias bienes com unes dei de fabricar. Las dos magníficas iglesias que dije son de pie-
pueblo (25). Hay almacenes y graneros para Ias géneros dei dra de sillería hasta el tejado, y son Ias de San Miguel y Ia
común, y algunas capillas. Estas son Ias fábricas dei pueblo. Trinidad, Ias hizo sin cal un hermano Coadjutor, grande ar-
La Iglesia no es más que una: pero tan capaz como Ias quitecto (27) y ésas no tienen pilares, sino que están ai
Catedrales de Espana. Son de tres naves: y Ia dei pueblo de modo de Europa: y todo se blanquea muy bien (28).
Ia Concepción, de cinco. Tienen de largo setenta, ochenta
y aun más varas: de ancho, entre 26 y 30. Hay dos de piedra
de sillería: Ias demás, son Ias cimientos y parte de 10 que a (26) En Ia carta-relación ele 1747 Cardiel escribe: C6rtanse en Ias men-
ellos sobresale, de piedra: 10 restante, de adobes; y todo el guantes de invierno unos árboles muy altos y gruesos llamados Tajivos
techo que es de madera, estriba en pilares de madera. Pri- (son 105 lapachos o tabebuia ipé, bignoníaceas) u otros llamados Urundey
mero se hace el techo y tejado, y después Ias paredes: de (asrroniurn urundeuva, rerebíntaceas), másfuertes que el roble de Europa,
este modo: En Ia parte de Ias paredes y en Ia de Ias naves para pilares o borcones, y otros de cedro y sus especies y de laurel para
dei media, se hacen unos hoyos profundos de tres varas y tijeras y latas y tablas.
de dos de diámetro. Estas se enlosan bien con piedras fuer- (27) EI nombre ele este hermano coadjutor era ]uan Bautista Primoli,
teso Córtanse para pilares unos árboles que allí hay más fuer- natural de Milán, quien llegó ai Río ele Ia Plata en 1718. Sabemos rnuy poco
sobre Ia viela ele este notable arquítecto que dejó en América un número
importante ele obras. Las iglesias de Ias pueblos de Trinielad y San Miguel
marcan, sin duda, una evolución de Ia arquitectura misionera, tendiendo
(24) Esta medida equivale a unos 128 metros. hacia Ia adopción de modelos europeos.
(25) Llamábanse estas resielencias Cotiguazu. (28) Según dice nuestro autor en la ya varias veces citada carta de 1747:

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para tomar su parecer, porque hay ley para toda Ia América
CAPITULO V que se haga el Cabildo con dirección dei Párrroco. El Cura
quita y pone según le parece más conveniente para el bien
dei pueblo (pues ni tiene parientes, ni cosa en que pueda
Su gobierno político y econômico
prender Ia pasión), o los deja como están. Pregunta aios
electores qué les parece de su dictamen, y comúnrnente
En cada pueblo hay un Corregidor, dos Alcaldes mayo- todos convienen en 10 que el Cura dice. Va este papel ai
res, de primero y segundo voto, Teniente de Corregidor, Gobernador, y 10 aprueba y firma. Como no tiene conoci-
Alférez Real, cuatro Regidores, AIguacil mayor, Alcalde de miento particular de los indios, y sabe que todo se hace con
Ia Hermandad, Procurador y Escribano, que componen su dirección dei Cura, nunca muda cosa, por vía de buen go-
Cabildo o Ayuntamiento: aunque el Teniente de Corregidor bierno. Sólo en tal cual ocasión, cuando ha tenido noticia
no es propiamente de él. Hay Cédulas Reales que prohiben que en alguna función militar o política, alguno se ha porta-
ai espanol, mulato, negro, mestizo, a todo el que no es in- do con especial servicio, le suele dar algún oficio perpetuo.
dio, tener domicilio en el pueblo de indios, y esto para toda La Cédula de Felipe V dei ano de 1743 dice, que el Alcalde
Ia América; y cuando es menester pasar por algún pueblo, de Corte y]uez N. Agüero, que por los anos de 1735 y 36
mandan que no estén más que tres días en él, y que no estuvo por aquellas partes, y que afirma se informó de diez
anden por Ias casas de los índios: -para que no inquteten a personas Ias más calificadas, de 10 que pasaba en los pue-
Ias indias- (29). Esta razón anade. Son los indios de genio blos, dice que el Cabildo de los indios se hace sobre con-
humilde, pueril y apocado. Se reconocen por inferiores a sulta dei Cura, y que le parece muy bien esta práctica: por-
todas Ias demás castas, y se dejan avasallar por cualquier que el Cura los conoce mejor, mira ai bien dei pueblo, y el
maligno: de que hay mucha cosecha en aquel Nuevo Mun- Rey se conforma con este dictamen de su ministro.
do, tan apartado de sus cabezas eclesiástica y real; y por eso Hecho ya esta, se junta todo el pueblo delante dei pórti-
puso Ia real providencia esas precauciones. Ojalá se cum- co de Ia Iglesia antes de Misa. En él ponen los sacristanes
plieran. Ahora por el orden real se pusieron administrado- una silla ordinaria para el Cura, una gran mesa aliado, don-
res espanoles de Ia hacienda de los indios, como ya dije, de se pone el bastón dei Corregidor, Ias varas de los Alcal-
con sus mujeres y familias. En 10 antiguo, apartaron los es- des y todas Ias demás insignias de los Cabildantes, y tam-
panoles y demás castas de los indios, porque los destruían, bién ponen el compás dei maestro de música, que es una
como 10 insinue algo en los de los encomenderos. Ahora banderilla de seda, Ias llaves de Ia puerta de Ia Iglesia, que
los vuelven a poner: Dios les dé luz y acierto para su santo pertenecen ai sacristán, Ias de los almacenes, que tocan ai
servicio. mayordomo, y otras insignias de oficios económicos: y con
EI modo de nombrar su Cabildo es éste. EI primer día ellas los bastones y banderas, y demás insignias de los ofi-
dei ano se juntan los Cabildantes para conferenciar en Ia ciales de guerra: que todos és tas los ponen también los
elección. Escriben los electos en un papel: tráenselo ai Cura Cabildantes en su papel, y se confirman o mudan como los
dei Cabildo, aunque sin confirmación dei Gobernador. Y
delante de todo se ponen a un lado y a otro los bancos dei
Cabildo vacíos, para irse sentando los nuevos Cabildantes,
... aunque hay piedra en todas partes, toda es areuisca o de fierro, inútil cabos militares etc., según se fueren nombrando.
para cal. Para blanquear Ias paredes hacemos Ia suficiente de caracoles
Dispuesto ya todo, sale el Cura con su Cornpaãero o
grandes que en todas partes se ballan algunos ... Muélense estas caracoles
quemados y se les mezcla agua de cola de cueros blancos, y con ella se
Cornpaííeros (que en algunos pueblos son tres, y aun cuatro
da un blanqueo lucido a Iasparedes, que por Ia cola no se pega a Ia rapa. Padres, aunque 10 ordinario es dos), y desde su silla, toman-
(29) En todos los pueblos existían unas posadas o tambos donde los do por texto el Evangelio de aquel día, enderezándolo a Ia
extraüos podían alojarse gratuitamente por un plazo máximo de tres días. función presente, va explicando Ias obligaciones dei Corre-

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gídor. Alcalde y de más oficiales: el gran mérito que ten- van juntas, como Ias muchachos, aunque nunca con ellos
drán delante de Dios en cumplirlas, los bienes espiritua- sino apartadas. '
les y ternporales que se seguirán ai pueblo los grandes Para mayor concierto, está dividido el pueblo en varias
males que acarrea el no cumplirlas, y los grandes castigos parcialidades con sus nombres Ia de Santa Maria, S. josef,
que tendrán de Dias en no cumplirlas, ete. Acabada esta S. Ignacio, etc., hasta acho o diez, según el pueblo mayor o
exhortación, nombra el Corregidor, y luego Ias músicos menor: y cada una tiene cuatro o seis cacicazgos, de que es
con sus chirimías y clarines celebran Ia elección con una jefe o mayoral algún Cabildante. Los caciques son nobles
corta tocata, pero alegre. Nombra los Alcaldes, y hacen 10 declarados por el Rey, y tienen Don. Cada uno tiene treinta,
mismo los músicos: y los nombrados, haciendo una genu- cuarenta o más vasallos, que suelen ir con él a Ias faenas
flexión ai SSmo. Sacramento con gran reverencia, van to- públicas, presentándole obediencia y respeto. y le ayudan a
mando de Ia mano dei Cura sus insignias: y con ellas se hacer su casa, sementeras etc., pero no tiene el vasallaje de
van sentando en los bancos de Cabildo. En sus elecciones tributo y servicio que se suele tener en Ia Europa ai senor
no hay pendencias, ni bulias, ni disputas. En el oficio que de vasallos (30). Ni por ser nobles se eximen de trabajar,
se les da alto o bajo, nunca muestran repugnancia: todo como sucedía con los hebreos dei tiempo de Saul y David,
se hace con gran paz. iQuién creyera esto de gente que y en otras naciones cultas: antes bien, entre estos indios, el
en su gentilismo era tan sangrienta y fiera? Acabados de tener oficio de trabajo, como carpintero,estatuario, pintor,
nombrar todos los dei Cabildo, nombra los que pertene- ete., es nobleza. Ni los de estos oficios, nobles y plebeyos,
cen a Ia Iglesia: sacristán, maestro de Capí lla, ete. y otros desde el Corregidor hasta el último, dejan de cultivar sus
jefes de otros oficios políticos y económicos: y última- tierras en el tiempo de su labranza y cosecha (31), que es
mente los de Ia milicia. Y después entra Ia Misa con toda a1lí desde junio hasta diciembre. Cuando van a hacer yerba
Ia solemnidad. dei Paraguay, o a conducir alguna carretería dei trajín dei
Adernás de Ias oficias de Cabildo, hay otros muchos para pueblo, o traer maderas dei monte para fábricar, etc., va una
el buen orden dei pueblo, a quienes se da Ia vara de Alcal- parcialidad de éstas con su mayoral.
de: cuya insignia usan los días de fíesta, y Ias demás cuando Hay todo género de oficios mecánicos necesarios en una
vienen a Ia Iglesia, y en otras funciones públicas. Los tejedo- población de buena cultura. Herreros, carpinteros, tejedo-
res tienen su Alcalde, que vela sobre su oficio, y da cuenta res, estatuarios, pintores, doradores, rosarieros, torneros,
ai Cura de su proceder. Otro los herreros, y carpinteros y plateros, materos, o que hacen mates, que es Ia vasija en
demás oficios de monta y más necesarios. Las mujeres tie- que se toma Ia yerba dei Paraguay Ilarnada mate; y hasta
nen también sus Alcaldes viejos y los más ejemplares y de- campaneros y organeros hay en algunos pueblos (32). Sas-
votos, que cuidan de todas sus faenas, y avisan de todos sus tres Ia son todos los indios para sí. Y para 10s ornamentos
desórdenes. Asimismo tienen otro los muchachos, que de
siete anos arriba se les obliga vayan juntos a Ia Doctrina,
rezo y demás funciones de su bien espiritual: ya trabajar en (30) La estructura de cacicazgo estuvo siempre presente en Ias reduc-
Ias sementeras y otros menesteres dei común dei pueblo ciones; ésta era una institucion que el método reduccional asurniá orien-
para que desde niííos aprendan 10 que es necesario para su tândola a sus propios fines. (B. Mel ia, ver biblíografía).
manutención en adelante. Exhortan Ias Reales Cédulas a (31) Cardiel escribía en su Declaración de Ia verdade Aquí todos son
que no se les deje estar ociosos, por ser mucha su natural labradores, desde el Corregidor y Cacique más principal, hasta el menor
desidia y flojedad, aun para 10 muy necesario. Hasta Ias mu- indio y desde el día que se casa, se le senala tierra para su sementera.
chachas de siete anos hasta casarse (que suele ser a Ias 15 (32) Las misiones eran prácticamente autosuficientes en productos ma-
anos) tienen sus ayas de anos, que sirven de Alcaldes, y van nufacturados. Los artesanos eran pagados en especie con bienes provenien-
tes de los fondos colectivos y 105 objetos realizados por ellos asombraban
con ellas a Ias funciones de Ia Iglesia y faenas temporales
por su caliclacl.
dei pueblo, en cuanto sufre su edad y su sexo: y siempre

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r
de Ia Iglesia, vestidos de gala de Cabildantes, y cabos milita- fuera. Con todo eso, nunca hacen pan de trigo, sino tal cual
res, Ia son Ias sacristanes. Y para el calzado de éstos, hay en alguna principal fiesta. Es una filosofía para el indio mo-
sus zapateros. Para sí poca sastrería necesitan: porque como ler el trigo, masarlo, echarle sal y levadura, esperar a que
es tierra cálida, y solo en Ias meses de junio y julio hace fermente, y se levante, arroparlo, y cocerlo. No hace eso
algún frío, usan poca ropa, y nada ajustada. No usan más que sino obligado.
camisa, jubón de calor o blanco de algodón, calzoncillos y Alguno que otro suele plantar cana dulce y algunos ãrbo-
calzones, y un poncho, en invierno de lana, y en verano, les frutales. pero son raros. Para estas labranzas se le seãalan
que Ia es casi todo el ano, de algodón. Poncho es una pieza seis meses, en que aran, siembran, escardillan y cogen su
como una sobremesa, de dos varas y media de 'Iargo y dos cosecha. Con cuatro semanas efectivas que trabajen, tienen
de ancho, con una abertura en el media para meter por ella bastante para lograr el sustento para todo el ano, como suce-
Ia cabeza, y éste les sirve de capa. Y es tan usual allí, y aun de con Ias más capaces y trabajadores, porque Ia tierra es
en Chile y Perú, y aun entre espanoles, que no se desderían fértil; pero generalmente es tanta Ia desidia del indio, que,
de ella aun Ias más ricos, y algunos Ia tienen con tanta bor- atenta ella, es menester todo este tiempo. Y con todo eso,
da dura y adorno, que vale un poncho 300 y 400 pesos. Los el mayor trabajo que tienen Ias Curas es hacerles que siern-
indios, como pobres, Ia usan llano. Para Ia cabeza usan co- bren y labren Ia necesario para todo el ano para su farnilia,
múnmente algün gorro, y Ias que más pueden, sombrero o y es menester con muchos usar de castigo para que Ia ha-
montera. No usan medias ni zapatos, como sucede en el gan, siendo para solo su bien, y no para el común dei pue-
reino de Tunquín junto a Ia China, siendo en Ia de más gen- blo. Procuran Ias Curas visitar con frecuencia sus semente-
te de mucha cultura. Algunos pocos usan medias o calcetas, ras, y envían indios fieles que les den cuenta de ellas.
y Ias suelen traer caídas o sin atar. Pero zapatos, por más que Algunos Curas hacen medir con un cordel 10 que les parece
les exhortemos a ello, especialmente cuando andan en Ias suficiente para el sustento anual de su casa; y les imponen
faenas dei monte entre espinas, no hay modo de reducirse pena de tantos azotes, si no 10 labran todo: porque el indio
a ello. Sólo en sus festividades y funciones públicas, cuando es muy amigo de poquitos por sus cortas espíritus, y su vista
están de gala, Ias usan para Ia gala Ias principales. intelectual no alcanza hasta el fin dei ano, ni le hacen fuerza
Para su mantenimiento, a cada uno se le senala una por- Ias razones, ni Ia experiencia de Ia hambre que sintió el ano
ción de tierra para sembrar maíz, mandioca, batatas, legurn- antecedente por haber sembrado poco. Otros Padres les ha-
bres (que es Ia ordinario que siembran), v Ia que quisieren. cen labrar y escardillar Ia tierra por junto, todos Ias de un
Mandioca es un género de raíces como zanahorias, pero cacique o de una parcialidad juntos; hoy tantas sementeras
mejor que ellas: que comen, ya asadas, ya crudas, y de ellas y mana na otras tantas, con una espía como censor o conta-
secas y molidas hacen también pan (33). No son aficiona- dor, que les haga hacer su deber, además de Ias caciques, y
dos ai trigo. Son pocos Ias que Ia síembran, y se Ia comen mayorales: que Ias cuente, y dé razón de todo ai Cura; y con
o cocido, o rnolíéndolo y haciendo tortitas sin levadura, que todo este cuidado no se suele conseguir que cojan 10 nece-
tuestan en unos platos, como hacen con el maíz. Algunos sario.
saben hacer muy buen pan, por haber sido panaderos en Lo que cuesta más es hacer que cada uno tenga su algo-
casa de Ias Padres, donde se hace pan para ellos y para Ias danar para vestirse. Es el algodón una planta que crece has-
enfermos dos o tres veces a Ia semana, y suelen mudarse, . ta dos varas de alto: y da por fruto unas perillas dei tamano
entrando dos de nuevo para este oficio; y así hay varias de una nuez con su cáscara, que llegando a su madurez, se
abre, y descubre el algodón en capullos con sus semillas,
que son dei tamarío de un grana de pimienta. Siémbrase
(33) La agricultura de Ias misiones se basaba esencialmente en el maíz arando Ia tierra, y haciendo surcos de dos varas en ancho y
(Zea mais) y Ia mandioca (Maníhot sp.), de Ia que existen varias especies, echando en ellos tres o cuatro semillas a distancia de dos
algunas de ellas venenosas. varas o dos y media; y cubriéndolas de tierra sin hacer ho-

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yos. El primer ano no da algodón. el segundo da algo: el tosa de estos colores, son muchos con exceso en grandes
tercero da con fuerza. y de ahí en adelante. Duran estas bandadas, y hacen mucho más dano a Ias maizales, que Ias
plantas 30 y 40 anos como Ia viãa, y se podan cada ano y gorriones en Espana a Ias trígales.
separan, reernplazando Ias plantas que el arado destruyó, o Ni basta el hacerle coger toda su cosecha. Lo más que
Ias soles y tempestades secaron (34). En tierras cálidas con cogerá un indio ordinario es tres o cuatro fanegas de maíz.
exceso como es el Paraguay, y otras, ai primer ano da sus Bien pudiera coger veinte si quisiera. Si esta Ia tiene en su
frutos, y Ia arrancan y Ia vuelven a sembrar como el =: casa, desperdicia mucho, y 10 gasta luego, ya comiendo sin
Dase bien en estas pueblos el lírio. pero el arrancado, qui- regia, ya dándole de balde, ya vendíéndolo por una bagate-
tarle Ia semilla, ponerlo en remojo, secado ai sol, macerar- la, 10 que vale diez por Ia que vale uno. Por esto se le obliga
Ia, peinado con el peine de fierro, apartar Ia estopa, ete., es a traerlo a Ias graneros comunes, cada saco con sunombre:
ciencia tan alta y espaciosa, que excede mucho a Ia esfera y se le deja uno solo en su casa, y se Ie va dando conforme
dei indio, más que hacer pan de trigo. Ya Ia hemos probado se le va acabando. Toda este diligencia es necesaria para su
muchas veces: y solo teniendo ai lado ai indio, y estando desidia. Estas cosas con otras de economía temporal cuestan
siempre con él, y haciendo juntamente c~)O él Ia maniob~a, mucho más a Ias Padres que Ias ministerios espirituales, Se
se consigue algo; pero para esta no hay tiernpo. El algodon pane mucho cuidado en ellas, porque cuando 10 temporal
no le cuesta más a Ia india, que traerlo de Ia mata a Ia rueca, y necesario ai sustento va bien, todo Ia espiritual va. con
cosa propia para Ia poquedad dei indio. mucho aumento y fervor, asistiendo con grande puntualidad
No basta el hacerles labrar algodonal y Ia de más semen- y alegría a todas Ias funciones de íglesía, y frecuencia de
tera. Es menester también hacérselo coger. EI algodón no sacramentos: y celebrando con grande esplendor y devo-
madura todo de una vez. Cada día van reventando con el sol ción todo Ia que toca ai culto divino. Si hay hambre u otro
varias perillas, y así prosigue por tres meses. Es menester trabajo, no acude el indio a Dias y Ias Santos, como hace Ia
cogedo cada día; si no, cae ai suelo, se entrevera con Ia gente de cultura y de entendimiento, con devociones, y no-
espesura, o Ias aguaceros, que son frecuentes, Ia mezclan venas, etc., sino que se huye a buscar qué comer por Ias
con Ia tierra y barro; y se pierde. La india coge Ia que nece- montes, o a matar vacas y ternera a Ias pastores, o dehesas
sita para hilar Ia presente, ya veces algo para adelante: pero dei común dei pueblo, que llaman estancias (a Ias temeras
no recoge para todo 10 que necesita en el discurso dei ano, tienen excesiva afición), y destruyen con eso el pueblo.
y Ia deja perder. Viendo esto algunos Curas, envían Ia turba Esta no es por no estar bien arraigados en Ia fe, pues Ia
de Ias muchachas con sus Ayas o Mayoralas a coger Ia que están tanto, que aun Ias que se huyen a Ias infieles (que
su dueüo no coge. y 10 ponen en el conjunto dei común dei entre tanta multítud no falta quien Ia haga aunque son muy
pueblo. Con el maíz, que es su encanto, pues 10 estiman pocos), nunca pierden Ia fe, aunque envejezcan e?tre ellos,
mucho más que el trigo, y hacen de él sus tortas, y Ia usan sino por su capacidad de ninas. Lo mismo sucedía con no:
ya tierno, ya duro, asado, o cocido, y entra en todos l~s sotros cuando ninas, que no hacíamos votos, ru novenas, ru
guisados, sucede también que si tiene buena cosecha, deja acudíamos por el remedio de nuestras necesidades a Ia ígle-
perder mucho sin cogerlo. Guardar para el ano siguiente, sia, si nuestros padres o madres no nos llevaban. Y en estas
no hay que pensado. Otras veces, por no guardarlo de Ias ocasiones se están Ias pobres huídos por muchos meses (y
loros, pierde 10 más. Los loros de todas especies, chicos y algunos por anos), sin misa, sermones, ni sacramentos: y
grandes, colorados, azules, amarillos, y de mezcla muy vis- - algunos mueren en Ias garras de Ias tigres (de que hay mu-
chos y muy feroces y sangrientos como Ias leones de Ia
Africa), o de enfermedades y miserias, sin auxilio alguno es-
(34) Existen 4 espécies de algodon, 2 originarias del Viejo Mundo y 2 piritual.
dei Nuevo. Probablemente Careliel se refiere ai llamaelo Gossypium peru- Para remediar tan grande desidia, están entabladas se-
vianum Cav..
menteras comunes de maíz, legumbres y algodón: y estan-
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cias de ganado mayor y menor (35). A Ias sementeras van cuando van a Ias sementeras comunes, u otras faenas, para
I
en los seis meses de su tiempo Ias lunes y sábados, excepto los caminantes para agasajarlos, y aios huéspedes, que a
Ias tejedores, herreros, y demás oficiales mecánicos, que no todos, sea espanol, mulato, mestizo, negro o indio, esclavo
van a Ias faenas de comunidad en todo el ano: y se remudan o libre, se le hospeda y da de comer, y aun se le pasa en
para Ia labor de sus tierras, una semana a ella, otra a su embarcaciones por los ríos grandes, que no tienen puente,
oficio. Todos sus oficios Ias ejercen no afuera en sus casas, con toda libertad, de balde, GRATIS ET AMORE, sin pedírle
que nada harían de provecho, sino en Ias parias, que para nada, sino que él liberalmente quiere dar algo a algún in-
ello hay en casa de los Padres; y es tanta su sinceridad, que dío, pero el indio nada pide: y finalmente se emplean estas
todos estos oficias Ias hacen sin paga, aunque de los bienes bienes en socorrer todo enfermo, viejo y necesitado; y
comunes se remunera más a éstos por trabajar más, que a como están a cuenta dei Padre, que los visita con frecuen-
Ias demás. Los visita el Padre con frecuencia para que hagan cia, y no se expenden sino por su orden, suelen durar de un
bien su oficio. Pónese en cada oficio el que ai Cura le pare- ano para otro y más.
ce más apropósito para él, y no repugnan a ello, antes algu- Los algodonales com unes sirven para vestir a todos Ias
nos Ias pretenden, porque como ya se dijo, se tiene por muchachos de uno u otro sexo: que si el Padre no Ias viste,
nobleza el tener algún oficio. Sólo el ser tamborilero o flau- los más andarían dei todo desnudos, por Ia incuria de sus
tero no se dano Se mete a ello el que tíene afición, y hay padres naturales, y son tantos en pueblos tan numerosos,
pueblo que tiene diez, doce o veinte. Y los flauteros siem- que cuidando yo dei pueblo de Yapeyú, que es el mayor, el
pre tocandos, uno por tercera arriba, otra por tercera abajo, ano de 55, serían tres mil. EI pueblo tenía entonces 1600 y
con un tamboril o tambor en media; y con sus débiles flau- tantas familias. Dase también dei lienzo que dei algodón se
tas, que son de cana ordinaria, tocan fugas, arias, minuetes, hace a los que van a hacer yerba dei Paraguay, a Ias viudas,
y cuantas cosas oyen a los músicos: y gustan mucho de este y recogidas, viejos e impedidos; y por premios en Ias fiestas
vil instrumento; de manera que no hay viaje por río con y funciones militares y políticas a los que mejor se portan.
embarcaciones, por tierra con carreterías, ni ocasión en que Y se guarda una gruesa porción para enviar a vender a Bue-
vaya alguna tropilla de gente o alguna parcialidad a alguna nos Aires y a Santa Fe dei Paraná, y comprar con ello 10
función o faena, en que no lleven uno o dos tamborileros necesario de fierro, panos, herramientas, etc., para el pue-
con sus flauteros: y algunos son caciques, que no se desde- blo, y sedas y adorno para Ias iglesias. Hácese lienzo blanco
nan de eso con todo su DON. No siente el indio honra ni de varias calidades, delgado, grueso, de cordoncillo, torcido
punto por su cortedad, como sucedía con nosotros cuando y de varios colores de listados.
muchachos. EI modo que en eso se tiene es éste. A cada india se le
Estos bienes comunes sirven para dar que sembrar ai da media libra de algodón el sábado para que traiga el miér-
que no tiene, por habérselo comido o perdido; para el sus- coles Ia tercera parte en hílo, porque de Ias tres partes Ias
tento de Ia casa de Ias recogidas, de que se habló algo en dos pesa Ia semilla. El miércoles se le da otra media libra
el capo 4, n." 3.; para avío y provisión de los viajes en pro dei para que 10 traiga el sábado. Vienen todas ai corredor exter-
pueblo, para dar de comer aios muchachos y muchachas no de Ia casa dei Padre, y allí sus viejos Alcaldes pesan el
ovillo de cada una y le ponen un pedacito de cana con el
nombre de Ia india, para 10 que se dirá. Y van poniendo en
el suelo Ias ovillos en hilera de diez en diez, hasta hacer un
(35) EI sistema económico misionero ha sido quizá el aspecto más
debatido de todo aquel experimento colonizador. Para algunos autores nos
cuadro igual de ciente: y más allá otro ciente: hasta concluir
encontraríamos ante un caso de comunismo cristiano. No parece ser ajusta- con todos; y luego pesan el conjunto. Si algún ovillo no
da una opinión de ese estilo pero todos los datas indican una mayor impor- vino igual, se 10 vuelven hasta que complete Ia tercera par-
tancia de Ia propiedad comunitaria, llarnada Tupambaé (es decir, propie- te: si viene el hilo muy grueso, o muy mal hilado, dan algu-
dad de dios) frente ai Abambaé (o propiedad elel hombre). na penitencia a Ia india. Después. vienen con Ia cuenta de

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todo escrita al Padre, que 10 hace almacenar al mayordorno especial para con los Padres; de otra manera era imposible
de casa. No asisten los Padres a estas funciones de mujeres, gobernados: por ella pueden escoger los más a propósito
porque es mucho el recato que se guarda con ese sexo. Los para oficios y para sobrestantes, que entre tanta multitud se
tejedores son muchos. En Yapeyú tenía yo 38 ordinarios. encuentran algunos, para por medio de ellos dirigirlos en
Los ochos eran de listados. Se les da cuatro arrobas de hilo su bien, velando sobre los mismos sob restantes (36).
y traen de ello una pieza de 200 varas, de vara o cerca, de Los otros bienes comunes y más principales son el gana-
ancho: y se les da 6 varas por su trabajo: porque aunque es do mayor y menor. Los indios no tienen en particular vacas,
para el común del pueblo, y de él se da al mismo tejedor ni bueyes, ni caballos, ni ovejas, ni mulas: sino gallinas,
por premio en otras funciones cuando entra en ellas, y a sus porque no son capaces de más. Hemos hecho ·en todos
hijos de vestir con el conjunto de los de más muchachos, no tiempos muchas pruebas para ver si les podemos hacer te-
obstante, por ser cosa de mayor trabajo que 10 ordinario de ner y guardar algo de ganado mayor y menor y alguna cabal-
los demás, está ordenado que se les dé este alivio. gadura, y no 10 hemos podido conseguir. En teniendo un
Cuando va urdiendo el tejedor, tiene los ovillos con caballo, luego 10 llena de mataduras: no le da de comer, ni
aquella caníta del nombre de la índia, y cuando al medio aun 10 deja ir a buscarlo: y luego se le muere. El burro es
del ovillo encuentra con tierra, trapos u otro engano que más propio para su genío, pero 10 suele tener tres y cuatro
puso la hilandera para sisar del hilo, o hilar poco, viene días atado al pilar del corredor de su casa, sin comer ni
luego con ello al mayordomo, y éste al Padre, para dar algu- beber, sin echarlo al campo, por no tener el trabajo de ir a
na represión o penitencia a la india. Estas trampas las suelen cogerlo allá: y luego se le acaba. Les damos un par de vacas
hacer las recién casadas (que hasta casarse no se les da ta- lecheras con sus terneras, para que las ordenen y tengan
rea), que ignoran para que es aquella caníta con su nombre. leche: y por el corto trabajo de ordenadas, no las ordenan:
En sabiéndolo, se enmiendan, y es cosa de tan poco trabajo, las dejan andar perdidas por los campos y sembrados, o
que en cuatro ó cinco horas se hace, el hilar media libra de matan las temeras y se las comen (37). Lo mismo sucede
algodón. La pieza se le pesa al tejedor, para ver si viene bien con los bueyes, que los pierden o matan y comen. Sólo en
con 10 que se le dio de hilo. Todo se hace por medio de los tal cual de los más principales y capaces podemos lograr
mayordomos, que se escogen de los más capaces: y vela que tengan alguna mula o bueyes, y que 10 conserve. Todo
sobre ellos el Padre. De los algodonales particulares, que se esto está de común.
les hace labrar para su familia, hila la india 10 que quiere Para esto tiene cada pueblo sus dehesas, pastoreos o es-
según su mayor o menor cuidado, y 10 trae a casa del Padre; tancias de todo ganado, vacas, caballos, mulas, burros y ove-
y por medio del mayordomo [va] a otros tejedores, que ade- jas. Y va el Cura a visitar estas estancias, y dar orden, en su
más de los del común del pueblo hay para los particulares; conservación y aumento dos veces al ano, aunque disten 20
y de 10 que trae suelen salir ocho o diez varas de lienzo: no
tienen los cortos espíritus de la india ni de su marido valor
para más. Y al tejedor le da en premio alguna torta de maíz, (36) En esta y en otras muchas ocasiones puede verse Ia poca confian-
o mandioca, o algún dijecillo, o nada: que aunque nada le za que inspiraban a Cardiel la inteligencia y buen sentido de los indígenas.
den, hace su deber, y no son interesados: y más siendo Todas sus descripciones pecan de un paternalismo que llega a ser irritante.
Muchos autores han considerado el dirigismo de los religiosos y Ia falta de
puestos por el Padre. Todo este concierto en esto y en todas
autonomía de los guaraníes como el mayor reproche que puede hacerse al
las de más cosas, es instituído por los Padres: que el indio sistema misionero.
de su cosecha no pone orden, economía ni concierto algu- (37) Estas críticas a Ia capacidad de Ios indígenas eran todavía más
no. El Padre es el alma de todo: y hace en el pueblo 10 que acerbas en otros escritos anteriores ele Cardiel. En Ia carta de 1747 decía.
el alma en el cuerpo. Si descuida algo en velar, todo va de Es tiempo perdido el usar largos discursos cou ellos, nt razones sobre razo-
capa caída. Dios nuestro Sefíor, por su altísima providencia, nes. Lo que aprouecba es decirles poco y muy triuial en sermones y confe-
dio a estos pobrecitos indios un respeto y obediencia muy siones, y aún en cosas materiales.

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y 30 leguas del pueblo, como dístan algunas, y otras más: luego vuelve a montar. Así en tres o cuatro días doma un
porque del buen estado de estas estancias depende el bien cabalIo feroz. En estas y otras cosas mecánicas, se adelantan
o mal del pueblo en 10 temporal y espiritual. Si el ano es Ia que se atrasan en ias intelectuales.
algo estéril, como el indio no siembra sino 10 preciso, y con Cuando es tiempo de arar, traen ai corral (que ias hay
escasez, a Ias fines del ano no hay maíz ni otra cosecha en grandes ai lado del pueblo) 600 u 800 bueyes, que así lla-
forma, y aprieta el hambre. Si viene seca (y suele venir cada man a Ias toros ya amansados, castrados o enteros, y vienen
tres o cuatro anos), apenas hay que comer para seis meses: a cogerIos ias que han de ir a arar. Pónense a ia puerta ias
con que es menester acudir a Ias vacas. Seis o acho pueblos Secretarias con su papel, apuntando todos Ias que sacan
hay que tíenen Ias suficientes para poder dar a cada familia bueyes y van con ellos a sus sementeras. A Ia tarde vuelven
cuatro o cinco libras de carne todos Ias días sin disminución Ias Secretarias y van apuntando todos Ias que Ias vuelven,
en su estancia. Y así 10 hacen. Los demás no tienen sino pãra para ver si alguno Ias perdió, mató o comió: que 10 suelen
dar ración dos, tres y cuatro días a Ia semana: y guardan con hacer algunas veces (y si no hubiera esta diligencia, Ia hí-
gran cuidado 10 que hay, para dar cada día en tiempo de cieran cada día) , y dan luego razón al Padre si están bien
hambre o de epidemia, que suele picar varias veces. Ias bueyes. AI día siguiente traen otros tantos, no Ias mis-
La distribución de Ia carne es de esta manera. Después mos, porque estas descansan, porque el día que Ias lleva el
dei Rosario (que suele ser como una hora antes de ponerse indio, no les da de comer ni beber por su grande incuria, y
el sol), se hace seüal con el tambor. Vienen Ias mujeres, una no tener compasión alguna con el animal, ni discurso para
de cada familia. Cogen Ias Secretarias (que así llaman a Ias su conservación. Estando yo cuidando un pequeno pueblo
que cuentan Ia gente y leen Ias listas) sus libros: van Ilarnan- de indios, que poco había se habían hecho cristianos, tenían
do a todas por sus cacicazgos y parcialidades: y otros les dan 800 bueyes en Ia estancia. Hacía traer sólo 400 a Ias cerca-
Ia ración. Para prevenir éstas, traen Ias reses por Ia maãana nías del pueblo éstos Ias tenía pastoreando en dos campos:
al patio y oficinas de casa de ias Padres. AlIí Ias matan y Ias 200 dei uno venían un día ai corral dei pueblo, y allí Ias
hacen Ias raciones, y ajustan Ias Secretarias Ia cuenta de tomaban Ias indios para su labranza, con Ia çuenta de Ias
elIas. Todas llevan por igual, excepto Ias de Ias Cabildantes, Secretarias, como se ha dicho. y ai día siguiente venían Ias
y otros principales, que se les da dobiado. otros 200. Y por ser mala el trato que les dan Ias indios, y
Para arar, llevar carros, traer maderas del monte, ete., se por ser poco fértiles de pasto Ias cercanías dei pueblo, pasa-
les dan toros de cuatro o cinco anos para que Ias domen dos tres meses, Ias hacían volver a Ia estancia, y traían Ias
antes. Cogen el toro con un lazo, en que son diestros. Atan- otros 400. De esta manera conservaba Ias 800, reernplazan-
ia a algún horcón o árbol. Tiénenlo allí ayunando dos o tres do Ias que se morían: y de Ias 800 no podíamos tener más
días, y ya debilitado con el ayuno, le atan pesados ramos que 200 para cada día. De estas trazas, de esta economía nos
para que Ias arrastre. Así con Ia docilidad, cansancio yayuno valemos para Ia conservación de estas pueblos en esta y Ias
Ias arnansan: y luego Ias usan. Para amansar o domar un demás matérias, de que es incapaz Ia inadvertencia, incuria
caballo, o mula, no hacen más que enlazarlo con uno o dos y cortedad dei indio.
lazos, con que le hacen caer en el suelo sin poder levantar. Con Ias ovejas se tiene mucho cuidado, por ser muy esti-
Allí caído le ponen Ia silla con sus estribos. Monta en él el mada de Ias indios Ia lana para su vestuario. Pero como es
domador con sus espuelas. Suéltale ias ataduras para que se ganado tan delicado, y el indio que Ias guarda tan descuida-
levante. Corcovea y brinca el cabalIo, y a veces se echa en do, y el Padre no puede estar en todo: no hay modo de
el suelo y el jinete está en él como clavado sin caer. Es aumentaria. Sabemos el modo de criarias, porque tenemos
grande Ia destreza que en esto tienen. AI echarse o tirarse libros y escritos que tratan de esto, y de todo género, de
el caballo al suelo, ensancha el indio Ias piernas, para que economía natural y casera: y nos aplicamos a ello por el
no le coja alguna, y si a espuelazos no se quiere levantar, se bien de aquelIos pobres. Les damos lecciones de todo 10
apea: y con algún iátigo o vara hace que se ponga en pie: y que deben hacer. A todo dice que sí el indio, como acos-

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tumbra por su mucha humildad; pero a espaldas dei Cura mente están alegres en estas faenas, y no falta alguno en
no hace cosa de provecho, y así enferman, se mueren y cada tropilla que tiene genio de decir chanzas: y a cada
disminuyen Ias ovejas. No obstante, con el mucho cuidado dicho ríen y carcajean con muy poca causa.
de Ias Padres, en algunas partes hay abundancia, a que ayu- Como desde el principio conocieron Ias Misioneros que
da ser Ias pastos mejores, y en otras compran Ia lana de Ias gente de tan poca economía no se podría mantener sin va-
que más tienen. cas; en Ias primeros anos llevaron, aunque con grande tra-
Trasquílanse a su tiempo. Dase a hilar Ia lana ai modo y bajo, algunas vacas a Ia primera misión de Guayrá, desde el
con el orden y circunstancias que el algodón a Ias hilande- Paraguay, adonde Ias primeros espaãoles Ias habían traído
ras y tejedores: y ai principio dei invierno se reparte todo el de Espana, que en aquella América no Ias había. Destruye-
tejido a todo el pueblo, hombres y mujeres; y el pueblo que ron Ias portugueses aquellos trece pueblos, como se ha di-
alcanza a dar cinco varas a cada individuo, se tiene por di- cho, y quedaron allí perdidas Ias vacas. Llevaron otras a Ia
choso. porque el indio siente mucho el frío, y por poco que misión del Tape: y como Ias mismos asolaron aquellos nue-
sea, está como inhabilitado para trabajar: y no hay cosa que ve pueblos, y se trasmigraron Ias habitadores, como se dijo
estime como un poco de tela de lana para abrigarse; y Ias en el capo 3, núm. 6 y 7, Y Ias vacas que dejaron se amonto-
Padres, por Ia mucho que deseamos su alivio, nos consola- naron e hicieron cerriles, y esparcieron por aquellos cam-
mos notablernente cuando Ias vemos con este alivio. No se pos, que son Ias mejores pastos, por espacio de más de cien
hacen telas delicadas, sino pano burdo, o cordellate, como leguas entre el río Uruguay y el mar hasta el río de Ia Plara:
mantas de caballo, excepto algunas piezas que se hacen de allí multiplicaron mucho.
listados de varias colores para Ias músicos, sacristanes, Ca- Fueron vencidos Ias portugueses, como queda dicho en
bildantes y caciques para Ias ponchos. Y este pano tan bur- el capo 3, núm. 8; y sosegadas y limpias de enernígos aque-
do, si se le da a escoger ai índio con una tela de tisú, es tan llas tierras, iban Ias indios de cada pueblo a traer vacas: que
estimado de él, que antes escoge a el pano que ai tisú: cuesta no poco, cuando cerriles, que allá llaman CIMARRO-
porque aquél le abriga más. No mira el indio el aseo y luci- NAS.Van 50 o 60 indios con cinco caballos cada uno. Ponen
miento, sino a Ia conveniencia y necesidad. EI frío de aque- en un alto una pequena manada de bueyes y vacas mansas,
llas partes es poco: pocas veces llega a helar el agua y éso para ser vistas de Ias cerriles, y a competente distancia Ias
en tal cual invierno, y con híelo muy delgado: y no dura más rodean o acorralan treinta o cuarenta hombres para su guar-
que dos o tres meses, junio, julio, y parte de agosto (por da. Los de más van a traer allí Ias más cercanas, que vienen
estar aquellas partes en el hemisferio opu esta ai nuestro), y corriendo como cerriles, y viendo Ias de su especie, dándo-
no es todos .los días: pues en esos tres meses, por estar en les ancha puerta Ias dei coral, se entreveran con ellas. Vuel-
mayor cercanía de sol (pues están Ias pueblos entre 26 gra- ven por otras: y dei mismo modo Ias van entreverando, hasta
dos y media y 30, cuando Espana está entre 36 y media y que no hay más en aquella cercanía. Júntanse todos Ias jine-
44) viene muchas veces de repente calor por algunos días. tes, y yendo uno o dos delante por guías, cerrando Ias de-
Con todo eso, síente mucho el indio este poco frío, que más más todo 10 que cogieron, van conduciéndolo adonde hay
parece primavera de acá. Debe de ser de cornplexíón muy más, teniendo cuidado de no acercarse mucho: que si se
fría, como es de flemático, según vemos. EI calor, que es acercan, y Ias estrechan, suelen romper por Ia rueda yespa-
mucho, no Ia siente. Cuando aprieta mucho el sol en el rramarse. En el segundo paraje, hacen Ia propio. Llegada Ia
estío, sucede estar carpinteando ai sol maderos para fábricas _noche, rodean su ganado, y hacen fuego por todas partes, y
o cosa semejante, sin cubrir Ia cabeza con su gorro o som- de este modo en media de Ia campana está quieto. Si no
brero aunque haya sombra cerca: y exhortándoles a que se hacen fuego, rompen y se van por media de Ias jinetes. De
libren dei sol, metiendo Ias palas a Ia sombra, se ríen, pro- este modo, 50 indios, en dos meses o tres, suelen coger y
siguiendo aI sol. Lo más que hacen es desnudarse de media traer a su pueblo de distancia de cien leguas, cinco mil o
cuerpo arriba, tostándoles el sol aquellas carnes. Y común- seis mil vacas. De Ias caballos mueren algunos, ya a corna-

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das de Ias toros, que arremeten a cornadas acaballo y jine- chas que había en tan largos espacios, no era cosa sensíble
te: ya dei mucho cansancio, y mal trato que les da el indio. pues Ias indios de Ias treinta pueblos en un anos solían
Los demás quedan tales, que no pueden servir en todo el traer cerca de cien mil: y con todo eso, no se disminuían,
ano: y se ponen en lozanos pastos a convalecer y engordar. antes iban en aumento. Pidió después licencia otro espaüol,
Todo eso cuesta esta faena. Mientras duraron estas vacas, y se le negó: juzgando que, si se concedía a muchos, harían
que llamaban Ia VAQUERÍA DEL MAR, por estar a sus orillas, Ia que hicieron con Ias vacas de sus tierras.
estaban Ias indios muy bien asistidos, sin que necesitasen Formó con esta queja ia ciudad de Buenos Aires. Siguió-
dehesas de ganado manso. Todo el cuidado estaba en tener se el pleito: y sentenció el Gobernador que podía entrar
muchos caballos para ir a Ia vaquería y ésta era Ia dehesa y quien quisiese a vaquear. Entraron de tropel con muchas
estancia de Ias treinta pueblos, y aunque por Ias malas carretas por varias partes, sin orden ni concierto. Mataban
tiempos se perdiesen Ias cosechas, aquí hallaban refugio vacas sin número. Enviaban Ias cueros, lenguas, sebo y gra-
para todo: porque el indio es muy aficionado a Ia carne, y sa a Ias ingleses de Buenos Aires, cargando de ellos Ias
más de vaca: y en teniendo ésta, ya Ia tiene todo. carretas: y mientras unas volvían, otras se estaban en Ia faena
Así perseveraron Ias indios con abundancia más de 50 para cargar segunda vez. Y de este modo, en sólo diez anos,
anos: hasta que, hacia Ias anos 1720, un espanol benemérito acabaron, no sólo con millares, sino millones de vacas, aso-
de Ias Misiones, pidió licencia para ir a vaquear para sí a esta lando dei todo Ia vaquería dei mar de Ias indios, como ha-
vaquería dei mar. L1aman VAQUEAR a este modo de coger bían asolado lassuyas de Santa Fe y Buenos Aires.
vacas. Es de advertir que de Ias vacas que se llevaron de Luego que el Gobernador dia franca licencia, presu-
Espana a Buenos Aires, en espacio de 80 o más anos, se miendo Ias Padres 10 que había de suceder, que dentro de
llenaron de ellas sus campos (que toda es tierra llana, como algunos anos, no habría vacas; y viendo que los indios no
Ia tierra de Campos, de Valladolíd, etc.: y esta por más de podían subsistir sin aquel socorro: como tan celosos dei
cien leguas: y son de bellos pastos). Y Ias campos que hay bien de estas pobres criaturas, procuraron hacer luego, an-
entre el río Paraná y Uruguay enfrente de Santa Fe por cien tes que se acabasen Ias dei mar, otra vaquería común, a que
leguas en largo y 500 en ancho, estaban también llenos de no pudieran alegar derecho, ni en cuanto a Ias tierras, ni en
vacas, todas sin duenos. Cogían de ellas Ias espanoles, no cuanto a Ias vacas. Para Ia cual, buscaron una campana hacia
sólo para comer, sino mucho más para lograr sus cueros y el oriente, distante cerca de 80 leguas de los pueblos, y
grasas y sebo. En comer, como eran pocos, gastaban poco. espaciosa por 60 o más leguas, que no pertenecía a ningún
Para Ias cueros, y también para Ias lenguas, de que tenían particular, sino a sus abuelos cuando eran infieles: y de Ias
mucho comercio con un asiento de ingleses, que por trata- vacas que algunos pueblos tenían mansas, o aquerenciadas
dos con Ias Reyes había, y comerciaba en Buenos Aires, en sus estancias, (porque viendo que Ias espaãoles entra-
mataban sin medida, dejaban perder Ias carnes, de suerte ban en Ia vaquería dei mar, se habían dado a coger cuanto
que cuando este espanol pidió licencia, ya no había vacas antes de ella Ia que pudiesen, y formar estancias en Ias
cerriles en Ias jurisdicciones de dichas ciudades: todas Ias cercanías de Ias pueblos), sacaron hasta ochenta mil: y ha-
acabó Ia codicía. Sólo había algunas mansas en Ias tierras y ciendo camino primero por un bosque espeso de tres le-
estancias de particulares. guas, y después por otro de cinco, metieron por aquella
Pidió licencia este espanol, porque sabía que no eran puerta Ias ochenta mil, y Ias dejaron cerradas por todas
vacas comunes sino originarias de Ias que en su transmigra- partes, para que multiplicasen, esparcidas por todo aquel
ción dejaron Ias indios, y multiplicadas en tierras no de espacio, que por todas partes estaba cercado de sierras y
particulares, sino en que se habían criado Ias indios en su de muy dilatados bosques y muy espesos y después ir aliá
gentilismo, que A NATURA eran suyas: y mandan Ias leyes todos Ias pueblos a vaquear, como iban a Ia vaquería dei
Reales que no se quiten a Ias indios que se convierten. mar: porque de solas Ias estancias de Ias pueblos, aunque
Diósele licencia, y cogió como treinta mil: que para Ias mu- todos Ias tuviesen, juzgaban que por Ia incuria dei indio en

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cuidar el ganado, no se podrían mantener sin que hubiese Que desde este tiempo se empezasen a gastar, no yendo
estancia o vaquería común, de que se cebasen y supliesen los pueblos a cogerlas, como cosa común y sin dueno,
las particulares. Esta segunda vaquería se llamó DE LOS PIo pues eran del pueblo de Yapeyú, sino vendiéndolas el pue-
NARES, por los muchos pinos que en ella había. Sintieron los blo a quien las quisiese comprar: poniéndolas a su costa
portugueses hacia cuyas tierras caía, 10 que había: y luego en las cercanías del pueblo comprador. Y por cuanto eran
abrieron camino, aunque con mucho trabajo, por aquellos vacas ya mansas, y hechas a vivir con sosiego, valiese cada
espesos bosques y sierras, para meter caballos por ellos. y cabeza un real de plata más que las otras cimarronas recién
en poco tiempo acabaron con todas esas vacas, ajenas y en sacadas, cuyo precio era entonces de solos tres reales de
tierra ajena, matándolas por la misma codicia de los cueros plata cada una, fuese vaca, o toro, gorda o flaca.
para Ilevarlos a Europa, y del sebo, grasa y lenguas. Item, que en la estancia del pueblo de San Miguel, que
A este tiempo llegué yo alas Misiones, que fue el ano tiene cuarenta leguas de largo , y como veinte de ancho, y
de 31 (38). Consultamos el modo de tener vaquería co- donde también había muchas cimarronas propias del pue-
mún, de manera que ni los espaüoles pudiesen alegar de- blo, y guardadas a la larga al modo de las de Yapeyú, se
recho a ella, ni ellos, ni los portugueses la pudiesen des- buscase otro paraje de las mismas circunstancias: y se metie-
truir, sin ser sentidos y defendida. Determinóse que la sen en él otras cuarenta mil: y se pusiese un Padre y un
estancia del pueblo de Yapeyú, que empieza a una legua hermano, y se vendiesen del mismo modo. Todo se hizo
del pueblo, y se dilata hasta cincuenta leguas de larg? y así: y quedaron socorridos los pueblos: porque de otra parte
treinta de ancho, y estaba llena de vacas, no mansas; SIOO no se hallaban vacas ni aun a mayor precio. El pueblo, que
cerriles y alzadas, o cimarronas, pero propias del pueblo, como dije, es el mayor, suele gastar al ano diez mil vacas en
que las metió en aquellas sus tierras, sacándolas de la va- la ración ordinária: pues matan cada día en el pueblo entre
quería del mar, y guardándolas con sus indios por los con- treinta y cuarenta. Estas las cogen en la estancia grande a
fines para que no se vayan a otras tierras: Determinóse, fuerza de caballos y trabajo, como se dijo: y de esta nueva
pues, que en esta grande estancia se buscas e un paraje ca- estancia vendía a los demás. Lo mismo hacía el de San Mi-
paz de 200 mil vacas: para 10 cual es menester un espacio guel. Ya veo que a cualquiera que no está enterado de las
de veinte leguas de largo y diez de ancho. Que de la estan- cosas de la América, se le hará imposible estancia de cin-
cia grande, se cogiesen hasta cuarenta mil, del modo que cuenta leguas: gasto de diez mil vacas al ano en un pueblo
se cogen las cimarronas, como se ha explicado en el núm. de mil y setecientos vecinos: precio de ellas de solo tres
26, y se metiesen en esta pequena estancia, y se am~nsasen reales de plata, etc. Pero es otro mundo. aquél. La misma
bien en tres o cuatro vacadas o rodeos, como allí dícen. admiración nos causaba a nosotros a los principios. O pen-
Que para su guarda se pusiesen los indios pastores o estan- sará que las vacas son chicas como carneros: y otras cosas a
cieros, como allí llaman, que fuesen de confianza y mayor este modo. Son tan grandes como las de Espana, o más. Ni
cuidado. Y que para llevar esto adelante, y prevenir cual- las leguas son chicas. Se miden a razón de seis mil varas.
quier desorden, injusticia y destrozo en 10 futuro, se pusie- Son de aquellas que veinte entran en un grado, con corta
se allí un Padre Capellán con su decente capilla, y un her- diferencia. Las estancias de Yapeyú y San Miguel son las
mano Coadjutor. Que se esperase hasta ocho anos, en cuyo mayores: las demás son de a ocho, diez, o a 10 más veinte
tiempo las cuarenta mil vacas, bien guardadas, podían mul- leguas de largo (39).
tiplicar, según dictaba la experiencia, hasta las 200 mil.
(39) En el momento de Ia expulsíón se. realizá un censo dei ganado de
Ias estancías misioneras, en el que no se incluían Ias dos mayores de San
(38) Sabemos que en abril de 1732 actuaba como cornpanero en el Miguel y Yapeyú, cuyas reses se seüalaban como inn umerables. Las cifras
pueblo de Santiago y en Ia Anua de 1735 aparece como párroco dei de je- extractadas son éstas ganado bovino 769.869; ovino 38.141; caballos, bu-
SÚS.
rros y mulas 139.634. .

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EI modo de hacer Ias vacas de cimarronas mansas, es dentro de 10 que tocaba a Espana (40). De manera que por
éste: Después de cogidas dei modo dicho, se ponen en Ia el río Maraííón entraron estas últimos anos más de cuatro-
estancia dei pueblo cerrada por todas partes con arroyos, cientas leguas, poblando una y otra banda. Quejóse Espana
pantanos, o zanjas hechas a mano: aunque ninguna está tan de tanto exceso. No pudieron negar su adelantamiento:
cerrada, por Ia incuria de Ias índios, que no tenga muchas pero alegaron que tambíén Espana poseía Ias islas Filipinas,
partes por donde salirse. AlIí Ias dividen en tropas de a cin- que según Ia línea les tocaba a ellos: y Ia habían disimulado
co mil o seis mil: y colocan cada tropa en sitio determinado tantos anos: que, dejando Espana todo aquello sin poblar,
algo cerrado, para que no se junten con otra tropa. Y esto bien podían poblarlo ellos. Finalmente, por media de nues-
lIaman RODEO. ]untan este rodeo a Ias principias cada día tra Reina, hija de su Rey, consiguieron una nueva línea (41),
para que no se esparzan, que forcejean a ello, para volverse en que se les dejaba con Ia adquirido por el Maraãón, ex-
por donde vinieron, y para que se hagan a aquel paraje. y cepto un pequeno territorio en que caía un nuevo pueblo
porque este tan frecuente rode o no les da tiempo para pacer de índios: y con todos Ias territorios de minas de oro y
a gusto: después de algunas semanas juntan el rodeo solo diamantes que habían poblado hacia el Paraguay y el Perú:
dos veces a Ia semana, y Ias tienen en él en alguna lama y ellos cedían el derecho a Filipinas, y entregaban Ia fortale-
algo alta dos o tres horas, rodeándolas por todas partes: yen za de Ia Colonia dei Sacramento (42) enfrente de Buenos
partes Ias meten y hacen el rode o en un grande corral de Aires a Ia otra parte dei río de Ia Plata: (como se ve en el
palas. Todos son allí de palas. No hay ninguno de piedra o mapa) y por eso y por Ia cesión, se les daban Ias siete pue-
pared, ni aun en Ias tierras de Ias ciudades más adelantadas. blos, que eran como treinta mil almas (43), habían de pasar
De este modo se hacen mansas y procrean más, y con facili- a Ias dominios de Espana, formando nuevos pueblos, lle-
dad Ias sacan sin gasto de caballos y Ias lIevan a cualquiera vando consigo Ias ganados y bienes muebles. y dejando
parte. para Ias portugueses sus casas, tierras, huertas, algodonales,
Con estas dos estancias prosiguieron Ias pueblos, com- yerbales y todo bien inmoble: y en recompensa de esta se
daría a cada pueblo cuatro mil pesos. Esta diferencia se hizo
prando de ellas, sosteniendo, conservando, y aun aumen-
para no dar tanto indio a Portugal, con Ias cuales en aque-
tando sus estancias particulares, hasta que vino Ia línea di-
lias partes nos pudiese hacer guerra en tiempo que Ia hu-
visaria nueva, que 10 acabó todo. Esta tan sanada línea en
biese.
estos tiempos se originó de Ias excesos de Ias portugue-
Intimóse a Ias indios el tratado. AI principio consintie-
ses. AI principio de sus conquistas en el Brasil, teniendo ron algunos. pero apretándoles en su ejecución, resistieron
algunas diferencias con Ias castellanos, acudieron ai Papa
Alejandro VI para que seãalase límites. Seüalólos: y des-
pués de grandes disputas, quedaron 'Ias dos Caronas en
que Ia línea se senalase por el grado de longitud 330. Con (40) Debe referirse aios lavaderos de oro de Cuiaba, en el Mato Gros-
esto el portugués quedaba con todo Ia conquistado, y el so.
espanol tarnbíén: y les quedaba por conquistar. Este grado (41) EI Tratado de Limites de Madrid se firmó el 13 de enero de 1750
330, tomado el primer meridiano dei 'pico de Tenerife, siendo rey de Espana, Fernando VI, para poner término a Ias disputas sobre
pasa, según común sentir, por Ia boca dei Maraãón ai norte Ia interpretación dei Tratado de Tordesillas. Fue un acuerdo claramente
dei Brasil: y entra en Ia mar por Ia isla de Santa Catalina ai desfavorable para los intereses espaüoles y uno de los primeros actos de
sur. Divide el globo terráqueo en dos partes iguales: yallá €arlos III ai llegar ai trono fue su denuncia.
(42) Fundada en 1679 por Manuel Lobo, capitán general de Río de
por Ias antípodas, que corresponden ai grado 150, pasa por
Janeiro por mandato dei rey Pedro lI, con el objeto de disputar a Espana
Ias islas Filipinas. el dominio dei Río de Ia Plata.
En Ia América se fueron entrando Ias portugueses tierra (43) Según relaciones manuscritas dei Archivo Histórico Nacional (Ma-
adentro, pasando estaIínea, y cultivando minas de oro muy drid), en los 7 pueblos había en 1576, 30.693 habitantes.

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todos. Instábamosles los Padres considerando el empeno sumas, que montaban por Ia parte que menos, setecientos
de Ia Corte, y que, si no obedecían, había de ser peor: y mil pesos.
mal de su grado por armas les harían obedecer, con pérdi- La iglesia dei pueblo de San Miguel, en que trabajaron
da de sus bienes muebles e inmobles, y también de mu- mil indios por diez anos, de que ya se tocó algo, Ia valuó el
chas vidas, si resistían. Lo que perdían en este tratado era ingeniero mayor dei ejército y otros arquitectos en un mi-
mucho más que 10 que en Ia Corte se pensó: que no le llón de pesos: y el General portugués, luego que Ia vio, dijo
consultó con nosotros, juzgándonos apasionados por los que sólo los cimientos valían más que 10 que el Rey de
indios. ]uzgaron que con los cuatro mil pesos se resarcían Castilla daba por todo el pueblo, eso es, los cuatro mil pe-
de Ias pérdidas de los edificios y de más bienes. Pero era sos: y todo esto era de los indios, que 10 hicieron sin jornal
tan ai contrario, que había pueblo que perdía más de sete- alguno, con grandes sudores y fatigas.
cientos mil pesos. Como perdía todo esto el pobre indio, y con Ia círcuns-
Estando yo cuidando por orden dei Gobernador y Capi- tancia muy agravante para ellos, de haberse de dar aios
tán general y mis Superiores dei pueblo de San Nícolás, uno portugueses, que en 10 antiguo les hicieron tantos danos, y
de los dei tratado, instando en Ia transmigración de los in- en 10 presente se los hacían también muy frecuentes, con
dios de él: no queriendo dejar sus tierras, vino un grueso continuos hurtos de sus ganados en Ias estancias, y con pen-
destacamento de soldados. Salieron ai opósito los indios, dencias frecuentes, y aun muertes, por defender su hacíen-
no pudiendo yo estorbarlo. Mataron a un capitán espanol. y da, por 10 que los tenían por enemigos: como consideraban
los espanoles a cuatro indios en Ias calles, con que huyeron esto, y hacían refleja de 10 que les había costado; y ahora les
los demás y se apoderaron dei pueblo. Perseveré en él con obligaban a hacer de nuevo todo esto con nuevos sudores y
el destacamento algunos meses. En este tiempo, ante mí trabajos, cosa tan sensible a su genio tan perezoso, y sobre
hicieron cómputo de 10 que perdía el pueblo. Hallaron 700 todo se les mandaba dejar su .patrio suelo, e ir a tierras muy
casas. De su valor, unos decían que cada una valía 500 pe- distantes, que es 10 que más siente el índio, no pudieron
sos: otros, que 400: y el que menos, que 300. Eran todas de sufrir tan pesada obediencia: y así, aunque siempre nos ha-
cimiento, y una vara en alto, de píedra: 10 demás, de adobes. bían obedecido en todo, excepto en algunas transmigracio-
EI techo con buenos tejados: y los corredizos y soportales nes que en tiernpos antiguos fue preciso hacer con algunos
con columnas de piedra, y de una píedra cada una. La suma particulares pueblos, habiendo aquí mayores dificultades,
de 700 a razón de 300 monta doscientos y diez mil pesos. no hicieron caso de nuestros esfuerzos, y aun algunos Pa-
La íglesia, que es de piedras labradas, junto con Ia torre, y dres corrieron riesgo de Ia vida, por instar .mucho en esta
ocho o diez campanas que tiene, con Ia casa y patio dei transmigración.
Padre, que son muy grandes, por servir a todo el pueblo en Los espanoles, sabiendo el respeto que nos tenían, [uz-
varios usos; y Ia casa de Ias recogidas, almacenes, graneros garon que si les mandábamos que se transmigrasen, obede-
y capillas de fuera, decían que valía tanto como todo el cerían luego. y así, que el no hacerlo era senal de que noso-
pueblo, esto es, todas Ias 700 casas. De árboles de yerba dei tros los amotinábamos. Pero iban muy errados. Ya después
Paraguay, de que se contaban como cuarenta mil plantas en que entraron en los pueblos, trataron con los indios, y vie-
dos grandes planteles o yerbales, como allí dicen, que va- ron 10 que se les mandaba, y 10 que perdían, nos decían 10
luaban en cinco pesos cada árbol, por Ia parte que menos, muy errados que habían andado: y que ellos mismos, si se
pues decían que en otras partes cada olivo se vendía a diez les mandase 10 que aios indios, resistirían hasta Ia última
pesos: y que a 10 menos valía Ia mitad cada árbol de yerba, gota de su sangre; pero que como eran mandados en 10 que
sacaban doscientos mil pesos. De los algodonales comunes hacían, no podían menos de proseguir en Ia ejecución dei
y particulares que daban cinco o seis mil árboles de algodón tratado. Mejor hicieran en obedecer en todo según Ias máxi-
ai ano: y de Ias huertas comunes de melocotones, que es mas dei Evangelio en caso de mandarles 10 que ai índio: y
propia tierra para ellos, y de otras frutas, sacaban crecidas de estas máximas, como SI QUIS AUFERT TIBI PALLIUM, PRAEBE

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EI ET TUNICAM (44), nos valíamos para que cedieran a Ia que aquellos indios, y Ias conducía a Ia otra parte dei Uruguay
se les mandaba. Fue esto de tal manera, que después, to- en Ias demás pueblos, no podía él poner en Ias siete dei
mando juramento jurídicamente el General D. Pedro Ceva- tratado, ya evacuados, Ias familias portuguesas, que para
lias (45) no solo a Ias Corregidores, indios principales y ello estaban prevenidas: porque Ias dei monte con conti-
caciques, sino también a sus oficiales que se habían hallado nuas irrupciones Ias irían destruyendo. El General espanol,
en Ias refriegas de Ias indios, que eran muchos, de 10 que D. Pedro Cevallos, enviá varias destacamentos a sacar estos
había habido en este punto, testificaron todos que Ias in- indios. Cada uno llevaba un Jesuíta: y ya con el terror de Ias
dias, no Ias Padres, habían sido Ia causa de Ia resistencia. armas, ya con Ias persuasiones dei Padre, sacó a todos, y Ias
Este testimonio tan autorizado Ia envió a Ia Corte. No obs- condu jo ai sitio destinado (47). En estas cosas se gastaron
tante, muchos están en que nosotros fuimos Ia causa de tres anos: y en todo este tiempo estuve yo con el General
todos los-males. Cuando se dé lugar a Ia luz, se descubrirá en Ias pueblos de San Juan y San Miguel, como capellán y
Ia verdad. Misionero dei ejército. Acabados de sacar Ias indios arnon-
Finalmente, Ias indios a fuerza de armas fueron echados tados, murió nuestro Rey D. Fernando VI y Ia Reina (48).
de Ias síete pueblos (46). Recibiéronlos Ias otros 23 de Ia Entró a reinar D. Carlos. Y teniendo por injusto el tratado,
banda occidental dei río Uruguay. El General Portugués, luego Ia anulá (49), y mandá que Ias indios volviesen a sus
que había venido a esta campana auxiliando a Ias espanoles, casas, y se les resarciese todo 10 que habían perdido. Volvie-
y estaba persuadido a que en aquellos síete pueblos había ron, y no hallaron ganados ni cosa que comer: pero con Ia
muchas riquezas, de manera que hay testigo muy autorizado ayuda de Ias otros pueblos, fueron volviendo en sí: y cuan-
que afirmó haberle oído decir antes de esta conquista, que do vino el arresto de Ias Misioneros, que fue por Agosto de
Ias Padres para sus colegios sacaban cada ano millón y me- 68, ya estaban con bastante lustre, aunque les faltaba mucho
dia de pesos de Ias 30 pueblos, viendo ahora por sus ajas para llegar ai primero. EI mandato dei Rey de que todo se
el engano, comenzó a mostrar disgusto dei tratado: pare- les resarciese, no se ejecutó, como suele suceder con otros
ciéndole que de Ia Colonia, por vía de contrabando, sacaba mandatos reales en tierras tan distantes: y no fue por incuria
Portugal más plata que Ia podía sacar de aquellos pueblos. dei General. Hecha esta disgresión, prosigamos con Ia polí-
EI General espano 1 que juzgaba que a Espana se le seguía tico y económico dei pueblo.
mucho dano y mengua de aquel tratado: aunque como tan Además de Ias bienes comunes de vacas, algodón, etc.,
fiel, obedecía en 10 que se le mandaba. Había también que hay otro muy particular y cuantioso, que es el de Ia yerba
sacar de Ias montes millares de indios que, por miedo dei dei Paraguay, que comúnmente llaman YERBA, sin más ádito.
ejército, y por no dejar su país, se habían metido en ellos. y Hay en Ias montes de aquellas Misiones, y en Ias de Ia
decía el portugués que mientras el espanol no sacaba a gobernación dei Paraguay, por toda ella, unos árboles pro-
pios de aquel territorio, dei tamano de un naranjo, y de haja
(44) Si alguien te quita Ia túnica, dale también Ia capa parecida a él, que llaman ÁRBOL DE YERBA (50). Cógense Ias
(cf.Mt.cap.5,40) .
(45) Llegó como gobernador a Buenos Aires el 4 de noviembre de (47) El 31 de diciembre de 1759 se habían reaiojado en ias restantes
1756 con 1.000 soidados para concluir ia que se llamó guerra guaranítica. misiones, 27.237 indígenas provenientes de ios 7 puebios más orientaies,
Pese a ios informes muy desfavorabies dei comisario encargado de ia de- por lo que pueden darse como bajas de aquella guerra a 3.456 guaraníes,
marcación de límites, marqués de Vaidelirios, Cevallos no consideró aios entre muertos y desaparecidos.
jesuitas instigadores de ia rebelión y sobreseyó ias acusaciones que había (48) La reina, dona Bárbara de Braganza, hija dei monarca português,
contra elios. era considerada por los jesuitas ia instigadora de ia firma dei Tratado de
(46) La guerra duró aigo más de 2 anos y fue bastante sangrienta. Los Límites. Murió en 1758 y un afio después ia haría su esposo.
indios se defendieron de ios ejércítos híspano-portugueses mediante tácti- (49) El acuerdo de anuiación se firmó ei 12 de febrero de 1761.
cas de guerrilla, pero en ios combates convencionaies, particularmente en (50) Se trata de Ilex paraguariensís, un árboi de ia familia dei acebo
el de Caaybaté, sufrieron estrepitosas derrotas. (aquifoliáceas), de un aspecto similar ai iaurel. Puede llegar a alcanzar ios

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ramas no grandes de este 'árbol: chamúscanse a Ia llama: sierras y montaãas intermedias. Los de tierra volvían con sus
pónense en unos zarzos muy altos: y por debajo se les da carros cargados después de muchos meses. Y Ias de agua,
humo toda una noche después se muelen y se ensacan. después de hecha Ia yerba, Ia llevaban a hombros desde el
Esta es Ia yerba tan usada en aquellas tierras entre ricos y sitio donde se cría hasta el río, que en partes estaba lejos
pobres, libres y esclavos, como el pan y como el vino en como de tres o cuatro leguas.
Espana. Usas e Ia mismo que el té o chá, como dicen Ias Viendo Ias Padres tanta pérdida de tiempo fuera dei
portugueses, tomado de Ias chinos (51). Caliéntase el agua: pueblo, sin Ias socorros espirituales de él, y tanto trabajo de
échase como un punado de yerba en el MATE, que es Ia Ias pobres indios, se aplicaron a hacer yerbales en el pueblo
vasija en que se toma, y es de calabazo pintado, de figura de como huertas de él. Costó mucho trabajo, porque Ia semilla
una canoa o pesebre, o de coco grande, que Ias ricos Ia que se traía no prendía. Es Ia semilla dei tamano de un
tienen guarnecido de plata, o de pala santo, madera muy grana de pimienta, con unos granitos dentro rodeados de
medicinal; no de estano, plata, ni barro: encima de Ia yerba goma. Finalmente, después de muchas pruebas se halló que
se echa el agua caliente templada, no hirviendo, que así aquellos granitos, limpios de aquella goma, nacían: y tras-
hace que amargue Ia yerba: y Ia gente de algún ser Ia echa plantando Ias plantas muy tiernas dei semillero bíen ester-
azúcar, y aun agrio de naranja y pastillas de olor. La gente colado a otro sitio, y dejándolas allí hacer recias, después se
ordinaria sin cosa de estas. Hay dos modos de yerba (no trasplantaban ai yerbal, y regándolas dos o tres anos, pren-
digo espécies): una que llaman CAAMINI, o yerba menuda. dían y crecían bien: y después de acho o diez anos, se podía
otra cAÁ IVIRÁ, o yerba de palas. La diferencia entre Ias dos hacer yerba (52). Es planta muy delicada: y con toda esta
sólo es que Ia yerba de palas, para molerla, Ia meten en un industria y trabajo, se logra: y se han hecho yerbales tan
hoyo, barriendo con ella tierra y otras cosas que había deba- grandes en casi todos Ias pueblos, que no es menester que
jo de Ias zarzos adónde Ia echaron después de ahumada, y Ias pobres indios vayan con tantos afanes a Ias montes. Es
no tapan el hoyo. allí Ia majan, cayendo y entreverándose grande el empleo que Ias Padres ponen siempre en librar
con ella Ia tierra de Ias lados dei hoyo. y no Ia ciernen en de trabajos a aquellos pobrecitos, en su conservación y alí-
cribas, sino quitando Ias palas mayores, dejan en ella Ias vio, que en todas Ias otras partes son perseguidos, afligidos
menores. La CAAMIRÍ, o menuda, se muele en canoas, o en y maltratados, y yendo en gran disminución, como Ia testifi-
hoyo bien dispuesto que no se le mezcle tierra: y se criba, can Ias historias de eclesiásticos y seglares, y ratifican Ias
dejándola sin palitos. Esta vale casi doblado que Ia otra. De que caminan mucho por Ias provincias de Ia América, ex-
ésta hacen Ias treinta pueblos. La otra de palas Ia hacen Ias cepto en algunas de indios más capaces que se gobiernan
espaãoles dei Paraguay, y Ias indios de Ias diez pueblos que por sí solos, de que habla el P. Gumilla en su bella Historia
tienen allí. dei Orinoco (53). Por Ia que el Rey Felipe V, informado de
Antiguamente iban nuestros indios a hacer esta yerba a ésto por media de Ias Obispos en sus Visitas, y de Ias Go-
Ias montes, distantes de Ias pueblos 50 o 60 leguas. porque bernadores y jueces, alabó mucho este cuidado en Ias Pa-
no había a menor distancia. Los siete de Ia banda oriental dres en Ia Cédula dei ano 43 (54), punto 4.° (tíene 12 pun-
dei Uruguay iban por tierra con carretas: Ias demás por Ias
ríos Uruguay y Paraná en balsas hechas de canoas, río arriba,
que no se cría río abajo: y no se podía ir por tierra por Ias (52) Corresponde aios jesuitas el mérito de haber conseguido, por
primera vez en Ia historia, cultivar esta especie vegetal.
í (53) Se refiere a Ia Historia Natural, Civil y Geográfica de Ias Nacio-
20 metros. Se le ha denominado Yerba mate, Hierba dei Paraguay o de San nes situadas en Ias riveras deI Río Orinoco dei P. ]oseph Gumilla, editada
Bartolomé y Té de los jesuitas. en Barcelona en 1791,
(51) Durante algún tiempo se dudó si el té y Ia yerba mate serían Ia (54) Llamada por los jesuitas Ia Cédula Grande fue Ia última muestra
misma especie, hasta que, comparándolos, descubrieron que no tenían de apoyo que Ia Cornpaüía de ]esús recibió por parte de Ia Corona, donde
nada que ver. prácticamente se lés daba Ia razón en todos sus pleitos.

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tos) exhortándonos a que prosigamos en este negocio de Ia aunque se despreciase el orden (que nunca se desprecia
temporal: y anade. -Ojalá que así se hiciera en Ias pueblos alguno, aunque sea de mucho trabajo, antes bien se pane
dei Perú: que no se experimentaría en ellos tan mala versa- mucho cuidado cumplirlos), porque es preciso pasar Ia em-
ción de sus hacíendas.. Ya se ha visto el cuidado, cela y barcación por dos o tres parajes que están llenos de guardas
empeno que se puso en Ias vaquerías para Ia conservación de confianza, que Ia registran todo y dan su pasaporte. De
de estas pobres. Los espanoles viendo estas yerbales, han esta yerba dice el papel de aquel Prelado que todos sabe-
pretendido hacer Ia mismo en sus casas y granjas para li- mos, que sacamos tantas riquezas, que de ellas enviamos
brarse dei mucho consumo de mulas que hacían por sierras cada ano un millón de pesos a N. P. General. A tanto ha
y montes, haciendo y trayendo yerba. y yo les he dado serní- llegado en estos tiempos Ia ceguedad, sueüos y delirios de
lla y receta para que Ia hagan: mas nunca Ia consiguen, aun personas, aun de Ia mayor santidad, a vista de tantos Gober-
siendo Ias tierras dei Paraguay más a propósito para esta nadares, Oficiales militares, guardas y otros mil particula-
planta que Ias de otros países. res, que saben o ven Ia contrario.
Esta es Ia finca principal de Ias pueblos para comprar Ia Siémbrase también en todos Ias pueblos tabaco para el
necesario de Buenos Aires, y para dar ai pueblo. Envía el común. De éste envían también algunos pueblos a Ias ciu-
pueblo anualmente a Buenos Aires 400 arrobas de yerba dades, que allí se usa mucho para fumar y mascar. Es muy
con Ias indios dei mismo pueblo en barcas por Ias ríos, a común en estas dos usos entre Ia gente baja, y no pocos de
manos de un Padre Procurador de Misiones que allí hay. distinción. Los indios no usan sino para mascar, que dicen
Otros a Santa Fe a otro Padre que también hay allí: aunque les da así mucha fortaleza para el trabajo, especialmente en
por de menor comercio a aquella ciudad, es poco frecuenta- tiempo de frío. No se usa en polvo por Ias prohibiciones
da aquella Procuraduría. Vende el Procurador Ia yerba v. g. reales. EI de polvo viene de Espana, y vale Ia más barato a
a 4 pesos Ia arroba, según Ias tiempos, poco más o menos: cuatro pesos libra. Todo Ia que va de Europa es a este tenor:
y con su valor compra Ia que el Cura pide, que suele ser el quintal de fierro a 16 pesos (allí no hay sencillos): el
tela, y aderezos para Ia iglesia, cuchillos, tijeras, hachas, fie- pano, de Segovia a 8 pesos vara: el barril de vino de Andalu-
rro en bruto para muchos usos de Ias herreros, (.cuchillos, cía de 4 arrobas o cántaras, o 32 frascos ordinarios, a 30
tijeras y hachas se ha experimentado que es más útil com- pesos: y así Ia demás.
prarias que hacerIos en el pueblo) armas de fuego, abala- De todos Ias bienes de comunidad dichos, sólo salen de
rias, y dijes para sus fiestas, adornos, tela de pano, y otras Ias pueblos el lienzo y algo de hilo para pábilos, Ia yerba y
especies, lienzos de lino para Ias altares, y otras mil cosas el tabaco: dejando Ia necesario para el consumo de Ias veci-
necesarias, que a sus tiempos con toda economía yequidad nos. Los de más bienes quedan para el gasto, y para contratar
se reparten entre todos. unos con otros: porque en unos abunda el algodón, en otros
Hay orden dei Rey de que no se vendan para Buenos escasea, de manera que con dificultad se coge Ia necesario
Aires y Santa Fe más de doce mil arrobas de yerba entre Ias para el pueblo y Ia mismo sucede con el maíz y legumbres:
30 pueblos, que tocan a 400 cada uno. Esta orden se dia a y con Ias ganados: y acuden a tiempos varias plagas de gusa-
petición de Ias espanoles dei Paraguay, que son Ias únicos no, langosta, ete. en algunas partes, dejando otras. por Ia
que tíenen "·,,te comercio, y bajan a Buenos Aires como cín- que hay mucha comunicación de unos con otros en com-
cuenta mil arrobas cada ano, por el río de su nombre y el pras y ventas. No corre dinero en esto. Y Ia que es de mara-
Paraná (55). No se pueden bajar más que estas doce mil villar, en toda Ia gobernación dei Paraguay, ciudad de ias
Corrientes (aunque pertenece a Ia de Buenos Aires), ni en

(55) Hubo una constante guerra comercial entre los jesuitas y los enco-
mendros. Las acusaciones acerca de que los misioneros vendían una canti En cualquier caso, Ia calidad de Ia yerba elaborada en Ias misiones era, en
dad de yerba mucho mayor que Ia permitida se repitieron con insistencia. general, mucho mejor que Ia conseguida por los paraguayos.

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algunas otras ciudades de otras províncias. Todo se hace por que prevenirlo, y aunque sepa que el viaje ha de durar me-
trueques. En el Paraguay tíenela ciudad puesto precio fijo ses enteros. EI Padre ttama ai Corregidor y Mayordomo, y
imaginaria a Ias cosas (56): el algodón, Ia arroba a dos pe- conferencia con ettos cuántos indios son menester para tal
sos: el tabaco en haja, a seis: Ia arroba de yerba, a dos, Ias tropa de carros, y para tal barco que es menester despachar
vacas, a seis, etc, Y así el que tiene mucha yerba, y nada de para el bien dei pueblo cuántos bueyes, caballos, mulas,
algodón, para comprarlo, se informa dei que 10 tiene, (que vacas, maíz, legumbres, yerba, y tabaco se necesitan para su
allí no hay tiendas, ni plazas de cosas vendibles), y ve si se sustento y guardar 10 que lleven unos y otros. Escógelos el
Ia quiere vender por yerba. y como ya saben los precios, Corregidor, y vienen a Ia presencia dei Padre. Este admite
solo ajustan 10 que corresponde a un género por otro. Los o desecha los que le parece. Ve si les falta vestuario, según
géneros de Europa, que llegan allá desde Buenos Aires es- lacalidad dei viaje y dei tiempo de frío, ttuvia, etc. Socorre-
tán sefíalados por Ia ciudad a cuatro por uno, 10 que costó les dei vestuario dei común: y así aviados en todo, caminan:
en Buenos Aires uno allí se paga cuatro: y 10 que costó 100 y como saben esto, ningunos repugnan.
se paga 400: y así se hace comúnmente en todo. No se da sueldo, porque 10 hacen para el cornún, tanto
A este modo, en nuestros pueblos están sefíalados los para ettos, como para los demás: y mientras éstos están en
precios de todas Ias cosas: y cada Cura tíene su papel de el viaje, los de más les están componiendo y haciendo su
ellos: y cuando le sobra algo, da 10 que le sobre por 10 que casa, labrando los maizales, y demás sementeras comunes
necesita. Y estas precios nunca se varían, haya carestía, o para ellos y para todos: y para Ias particulares también, si
abundancia. Y los géneros que vienen de Buenos Aires, acaso tardan mucho, y haciendo todo Ia demás que sirve
como están más cerca que dei Paraguay, están sefíalados a para ellos y para los que quedan. Solo en caso de ser mayor
25 por 100 por Ias costes y peligros de Ia conducción. Y por trabajo el de los viajantes que el de los que quedan en el
esto, el Procurador envía lista dei precio a que compró allã pueblo, o de haber hecho su viaje con especial cuidado y
Ias géneros, porque aunque no se compran para revender- utílidad, se les remunera a Ia vuelta: y el premio suele ser
Ias con lucro (que esto sería negociación prohibida a todo rosarios, lienzo de listado (de que gustan mucho), cuchi-
eclesiástico), sucede a veces estar sumamente necesitado 11os, espuelas, frenos, hachas y cunas. EI Corregidor y Ma-
un Cura de algodón para el vestuario de los indios, porque yordomo son a modo dei Ministro y el Procurador en un
se 10 destruyó el gusano (que aun más que Ia langosta arra- colégio: y el Cura es como el Rector. EI Compafíero dei
sa): o de maíz, porque Ia seca en su territorio 10 perdió: y Cura no cuida de estas cosas, sino de ayudar en 10 espiritual.
entonces da 10 que tenía en prevención aun para el adorno Asimismo Ias de más oficiales, y plateros, pintores, herreros,
de Ia iglesia, para socorrer Ia mayor necesidad de sus indios. etc., no 11evan sueldo por Ia misma causa: y están muy con-
Con estas resguardos y órdenes que se cumplen ai pie de tentos con este gobierno, por ser el más propio para su
Ia letra, se evita Ia demasiada solicitud y codicia que podía genio, de manera que los hombres más prudentes y experi-
haber con inquietudes corporales. Todos estos tratos los ha- mentados, que conocen el genio de este gentío, como son
cen los Padres ai modo que los hace un padre de família en los senores Obispos en sus Visitas, los Gobernadores y Visi-
su casa, por no ser los indios capaces de etto. tadores, han hecho en todos tiempos informes ai Rey muy
Por Ia misma causa los indios no disponen Ias faenas, honoríflcos de este concierto y ecoriomía: afirmando ser,
viajes por tierra y agua, y de más menesteres dei común: ni atenta Ia capacidad de Ia gente, el más conforme ai servicio
su avío y matalotaje: que el indio no tiene talento para pre- de Dios, dei Rey y de Ia República, como 10 dice el mismo
venir sustento más que para 4 o 6 días, aunque tenga con Felipe V en Ia Cédula citada de 43, apuntando en particular
algunos de estos informes, exhortándonos, como se dijo, a
proseguir en este gobierno. Y es de advertir que afirma S.
(56) Este hecho muestra Ia pobreza dei Paraguay colonial, donde ape- M. que esta Cédula se hizo después de haber visto y refle-
nas existía circulación monetaria. xionado despacio y con toda atención en Junta particular de

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los más calificados ministros todos los papeles de los afec- Decían más: que si los espanoles estuvieran mezclados
tos y desafectos, enemigos y amigos de los Jesuítas, que se con los indios, dispensando en Ia ley que 10 prohibe, ten-
habían hecho en más de un siglo sobre este asunto, y envía- drían más luces, entrarían en alguna codicia, 10 agenciarían
do a Ia Corte: careando los acusadores con Ias defensas: más bien, haciéndose a guardarlo. La ley se puso con mucha
sobre cuyo acuerdo se hicieron los doce puntos de ella. Y consideración, y después de mucha experiencia de 10 que
despachó con ella otra Cédula en que mandaba que en ade- pasaba. Experimentóse que los indios, aun los de mayor
lante, si se hiciese alguna acusación contra Ias Doctrinas deI cultura, como los de Méjico y Perú, no adelantaban en Ia
Paraguay, no se viese ni atendiese, sin leer primero esta economía y puntos de hacienda por Ia comunicación con
Cédula de los doce puntos. Parece que no cabe mayor auto- los Espafíoles, antes cada día eran más pobres sobre otros
ridad, verdad y certificación. No obstante, sucede 10 que danos que se les seguían, y por eso se puso Ia ley de que el
estamos experimentando. que no fuese indio, no tuviese domicilio en sus pueblos: y
Los que en Ia línea divisoría venían por Demarcadores, otra de que si pasaba alguno de paso por ellos, no se perrni-
y algunos otros deI ejército, los cuales venían muy empena- tiese estar en ellos más de tres días: y Ia otra de que no se
dos en Ia ejecución del tratado, diciendo era muy útil para les permitiera andar por Ias casas de ellos.
Espana, ya quienes se habían prometido honoríficos ascen- Son muchos los indios, que se huyen aIos pueblos de
sos en caso de efectuarse, decían que todo este gobierno los espanoles. Aunque no sea más que de ciento uno, como
era errado: que cada indio debía tener sus vacas lecheras y son cosa de cien mil, ya son un millar. Unos se huyen por-
otra tropilla más, que comer, como hacen los espanoles deI que les castigan por no hacer suficiente sementera para su
campo: un yerbal por huerta: un tabacal: sus caballos y mu- familia: otros, por matadores de bueyes y terneras, a que son
las: y hacer yerba y tabaco en abundancia, y venir los espa- muy aficionados, y no se pasa sin castigo, porque no se
noles a comerciar con ellos, y los Padres sólo ensenar Ia destruya el pueblo: otros por pecados de lujuria, y temen
Doctrina cristiana. Que más quisiéramos nosotros, que po- los azotes que hay sefíalados por ellos, porque para todo
der conseguir esto, por estar libres de tanto cuidado tempo- género de pecados hay castigo senalado, pero castigo pater-
ral. Muchas pruebas se han hecho para conseguir algo de nal, no judicial y hay también fiscales, Alcaldes, Mayordo-
esto en diversos tíernpos. mas nada se ha podido alcanzar. mos, etc., que celan sobre ellos, que con dificultad se que-
Si estos indios fueran como los espanoles, o como los in- dan sin castigo: y se huyen solos, sin su mujer, o con mujer
dios deI Perú y Méjico, que antes de Ia conquista vivían con ajena: y como saben que aliá todos estos pecados los pue-
-gobíerno de Reyes y leyes, con economía y concierto, con den hacer sin castigo, porque en estos desiertos, y más en
abundancia de víveres, adquiridos labrando sus tierras, en Ias granjas y estancias de ganados, adonde ellos cornúnmen-
pueblos y ciudades. si fueran de esta raza, casta y calidad, te huyen, los pueden ocultar mejor que en su pueblo: es
se podía decir eso. Pero son muy diversos. Eran en su gentí- ésta una tentación vehemente para los malignos. Y no es
lismo fieras deI campo como se ha dicho. La experiencia ha
mostrado que el cultivo de 150 anos, que ha que empezaron
sus primeras conversiones, sólo ha podido conseguir el manuscrito El Paraguay Natural escríbe. Aquí debo advertir que esprejui-
amansarlos y reducirlos a concierto, como se ha dicho, de cio sin fundamento experimental hacer a los indios por naturaleza estú-
pidos y de cortísimos alcances. La falta de especies y de instrucción es
que se admiran mucho los Obispos y otros, considerando 10
causa de que parezcan tales, pero realmente sus capacidades son unas
que eran, teniendo por mucho 10 que se ha hecho y conse- pertas encerradas en Ias toscas conchas de sus tostados cuerpos, o unos
guido de su brutalidad (57). diamantes sin pulir que no dan todos Ias brillos, que pasados después por
Ia rueda de una educación cristiana y civil se uen lucir en ellos. iQuien
dirá que Ia gente rústica y campesina de Espana por ejemplo es natural-
(57) No todos los jesuítas compartían esta visión tan negativa de Ias mente incapaz porque falta de luces, no muestre los talentos de los repu-
capacidades de los indígenas. Así el ya citado Sánchez Labrador en su blicanos e instruidos en Ias Artes y Ciencias?

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mucho que de cien haya uno de estos malignos: y quizás no por tierra a hacer edificios públicos, como fortalezas; a pe-
se haIlará cosa que en Ia República más culta se haIlará, sin lear en compafiía de los espanoles contra los portugueses e
que por eso se tenga por defectuosa. De estos, unos vuel- infieles. Cuatro veces han puesto sitio a Ia Colonia, yendo
ven; los más se quedan, y no saben vivir sino alquilándose cada vez miIlares de ellos. Las tres Ia ganaron: y después por
por jornaleros. Les da su amo cinco o seis pesos cada mes, tratados de paz fue restituída. Más de cincuenta servicios de
y de comer: que es el jornal de un peón ordinario: y para éstos se cuentan que han hecho con los espanoles desde
que cumpla, es menester que el amo esté sobre él. Pasado sus principios.
el mes, se va a jugar y emplear Ia paga en aguardiente, que Aios Demarcadores instruídos en los documentos di-
se aficionan hasta embriagarse, cosa que jamás vieron en sus chos, que saben cómo se vive fuera dei pueblo, les pregun-
pueblos, donde no se hace este licor, ni viene de otra parte: tábamos: qué adelantamiento se veía en él, después de 20
y aquí luego 10 aprenden. Ni aun se hace en sus pueblos vino o 30 anos de habitar con los espanoles, y ver su economía,
que pueda embriagar: sino una como aloja, que Ilaman CHI· solicitud y codicia por recoger y guardar hacienda, si habían
CHA, de maíz, que todos usan en lugar de vino: cuya manio- visto indio alguno que supiese guardar cincuenta pesos,
bra, o BOQUIOBRA es mascar el maíz: y con Ia mascadura y siendo así, que cualquier mulato o negro los adquiere y
sarro, echarlo en un barreüón de agua: y dejarlo aIlí dos o guarda con el trabajo de un ano. Y respondían que ni diez.
tres días hasta que se aceda algo: y entonces 10 usan: si se Con todo eso, quedan muchos con sus dictámenes. Es 10
deja algunas semanas, toma fuerza y embriaga: pero nuestros mismo que si dijéramos que era. errada Ia administración de
indios, aunque hacían esto en su gentilismo, y se embriaga- un tutor que cuida de dos o tres pupilos, y de Ia hacienda
ban con él,' nunca 10 hacen después de cristianos. Quitóse que les dejaron sus padres: que el pupilo ha de gobernar su
este vicio. Después de gastar el peón (así se Ilaman allí los hacienda, hacer tratos y contratos: y el tutor sólo ha de cui-
jornaleros), sus cinco pesos, vuelve a alquilarse. Así pasan dad de enseüarle Ia doctrina y buenas costumbres. Todos, y
toda Ia vida, y no paran en un sitio. Unos días están en Ias ellos con todos, confiesan que el indio es un nino que no
estancias de Buenos Aires o en Ia ciudad: a poco tiempo se sabe cuidar de sí mismo, que es menester tratarle como a
van a Santa Fe: luego de aIlí ai Paraguay, distante .200 leguas. tal, y no de Usted, como aios ninos: luego es menester
y andan vagueando y sin cuidado alguno de su bien espiritual. gobernarle como a un nino (58).
Entre los espanoles, ven bueno y maio: y más de esto; ,Bien pudiera el indio hacer todo 10 que dicen,y el Cura
porque el indio no trata sino con Ia gente más soez: mula- le ayudaría. Un Corregidor hubo en el pueblo de Ia Cande-
tos, mestizos, negros y esclavos: en quienes reinan más los laria que plantó un yerbal en sus tierras. Hacía cada ano dos
vicios: no aprende cosa buena de 10 que ve, e imita luego tercios de yerba, que son unos zurrones de cuero de vaca,
todo 10 maio. Y así con los que vuelvan ai pueblo, tenemos de síete arrobas, poco más o menos, que se acomodan bien
harto trabajo en quitarles Ias manas que aIlí aprendieron, en cargas. Llevaba sus dos tercios ai Cura, ai tiempo de des-
para que no inficionen aios demás. Y en algunos pueblos pachar el barco con Ia hacienda dei pueblo, lienzos, tabaco
no los quieren admitir, por el dano que han experimentado y yerba. Pedíale que despachase sus tercios a Buenos Aires,
que hacen con los vicios que traen: y aun suelen volver a y que con el producto le hiciese traer 10 que necesitaba para
huir con una o dos mozuelas, mujeres ajenas. Lo que Ia su casa: que suele ser bayeta, pano, cuchiIlos y abalorios.
prudencia y solicitud real pretende, es que tengan alguna Seüalaba el cura los dos tercios, advertía ai P. Procurador de
comunicación o comercio con los espaüoles, para que vivan
con alguna hermandad como vasaIlos de un mismo Rey, sin
odio ni extraüeza, pero no de modo que se sigan los danos (58) La visón aníüada deI indio a Ia que ya nos hemos referido en otras
insinuados y otros con Ia comunicación cuotidiana. La pre- notas justifica para Cardiel Ia administración creada por Ias jesuitas. Lo
tendida comunicación ya Ia tienen, y siempre han tenido en cierto es que parece haber causas más profundas y menos directas que
frecuentes viajes por agua, que hacen con sus haciendas, y estaban en Ia base deI sistema misionero.

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quíen eran y para qué; decía puntualmente todo 10 que el esto veían los indios, y ninguno le imitaba. En Ias Misiones
Corregidor pedía. Conocí uno que era Comisario de guerra que estaban a cargo nuestro en Méjico y en el Perú, no
en su pueblo, el cual planto un caãaveral de cana dulce, cuidaban Ias Padres Misioneros de esta suerte de 10 tempo-
hacía de él cada ano tres o cuatro arrobas de azúcar (59); ral, porque aquellos indios son de mayor capacidad y eco-
llevábalas ai Cura para que fuesen con Ia hacienda dei pue- nomía, y no necesitan de tanto para su conservación y para
blo, y le traían 10 que pedía. Algunos anos se iba con el que vivan como cristianos. Ni en Ia misma provincia dei
barco, según iba seríalado, y por medio dei P. Procurador Paraguay se hacía esto con todos Ias indios, porque en Ia
vendía y compraba. Y todos podían hacer 10 que éstos ha- nación de Ias Pampas de Buenos Aires, donde yo estuve
cían, y mucho más, y Ias Padres se alegrarían mucho de muchas veces, viendo Ias primeros Padres que los convirtie-
.ello. Pero no hay caletre para eso. En treinta y acho anos ron que sabían buscar por sí el mantenimiento temporal sin
que estuve, en dos veces, en Ias pueblos, no supe que otro mucho cuidado de Ias Misioneros, y que guardaban 10 que
hiciese otro tanto. Estas eran más capaces que Ias demãs, adquirían sin desperdiciarlo, y que en los tratillos de sus
pero entre muchos millares no se encuentra uno como cosas con Ias espaãoles no se dejaban enganar, les dejaban
e11os. gobernar por sí mismos. Y eran Padres que habían sido Cu-
Un mulato, a quien traté mucho, siendo mozo, se casó ras de Ias Misiones de nuestro asunto. Los religiosos de San
con una cacica, cuyo cacicazgo había perdido Ia línea varo- Francisco que tienen a su cargo cuatro pueblos de Ia Gober-
nil: que es cosa que no sé que haya sucedido otra vez, por- nación dei Paraguay, y dos en Ia de Ias Corrientes, con ser
que Ias indias nunca se casan sino con los indios. Admitió- que es más impropio de ellos manejar hacienda, hacer tra-
sele en el pueblo para cuidar de sus vasa11os. Sabía leer y tos y contratos, etc., por Ia rígida pobreza de su Instituto;
escribir; portábase bien, y así casi siempre fue Mayordomo cuidan de 10 temporal de sus indios dei mismo modo que
de Ia casa de Ias Padres, que es serlo de todo el pueblo, y nosotros, por ser aquellos índios de Ia misma calidad (60).
Ias Padres de Ias demás pueblos le llamaban para visitar Y en otro pueblecíllo que tienen en Ia jurisdicción de Santa
estancias, y otros encargos de monta, valiéndose de él como Fe de Ia nación Calchaquí, no cuidan de ese modo: porque
de un hermano Coadjutor. Este, en un ángulo de Ia estancia son indios más próvidos. Luego yerran Ias seüores Demar-
de su pueblo, tenía su manada de vacas para su casa, y caba- cadores Reales eri sus dictámenes contra el sentir de seno-
110s, y mulas, y Ias guardaba muy bien. Hizo su tabacal y res Obispos, Gobernadores, Visitadores y de Ias mismos Re-
caãaveral, y el tabaco y el azúcar que de e110s hacía, Ia en- yes, que se guían por Ia experiencia. Los hijos dei mulato
viaba a Buenos Aires dei modo que hacían Ias dos que aca- que dijimos (vivió muchos anos, ya murió) salieron más
bamos de decir, dejando 10 necesario para su casa. Otras capaces y económicos que Ias de más indios, pero no tanto
veces 10 vendía ai hermano Coadjutor que tenía el Superior como su padre; y así vemos que sucede en otras generacio-
de todos Ias Misioneros para cuidar de proveerlos de ves- nes. Cásase una india de Ias huídas aios espaüoles con un
tuario y todo 10 necesario. Y de esta manera andaba muy indio de su nación. Aunque vivan Ias hijos y Ias nietos de
abastecido de todo. Era de Ia capacidad, economía y honra Ia huída con Ias espaüoles, no salen de su cortedad, incuria
de un espaãol de mediano entendimiento. Su Cura y Ias y falta de habilidad para 10 temporal. Cásase con un espa-
demás Padres le ayudaban para que así se portase. Todo nol, que tal cual vez sucede, porque se enredó con ella, y
quiere salir de aquel mal estado sin dejarla. Sus hijos salen

(59) La cana de azúcar constituía una producción relativamente impor-


tantes en los tres pueblos más septentríonales, Se conseguía azúcar metien- (60) Hay que tratar estas argumentaciones justificatorias con bastante
do Ias canas entre dos palas lisos... que dândoles vuelta con un pala largo cuidado. La diferencia esencial entre Ias misiones franciscanas y jesuitas
meneado por un par de bueyes, exprirnert bien Ias canas (Cardiel, carta- consistía en que Ias primeras aceptaban y convivían con el sistema de enco-
relación de 1747). miendas y Ias segundas no.

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más hábiles, por 10 que participan de su padre; los nietos aguardiente de miei de cana dulce: que aunque 10 sacan los
salen mejores y los biznietos no se distinguen de los de más espanoles dei Paraguay y Corrientes, donde se hace Ia azú-
espanoles. Este era el único remedio para que estos indios car, y aios jueces de residencia dan por razón que no tie-
se pudiesen portar dei modo que quieren nuestros Demar- nen otro licor para vino, con todo eso, no se saca en los
cadores. Pero tiene el espaüol por tan vil y bajo ai indio, pueblos aunque es harto necesario para remedio de frialda-
que antes se casará con una bastarda, con una mulata, con des, para los indios, que padecen mucho de eso. Hácese
una negra que con una india. Yerran mucho en su dictamen algo de duraznos y otras frutas, de que no hay prohibición;
los espanoles, porque el indio es tan libre como el espaãol, pero de cana se podía hacer con mucha mayor facilidad y
y por 10 que toca a Ia sangre, no tienen impedimento para abundancia.
oficio alguno político ni aun económico. Pero el bastardo, Más se pudiera decir sobre el título de este capítulo;
el mulato, el negro, son viles por sangre, e incapaces de pero va tan largo que no juzgué llegase a Ia mitad; y así
esos oficioso Pero como los ven unos pobrecitos en su por- vamos a otro. No hablé dei Rey Nicolás (62) cuanto traté de
te, no hay sacarios de su error. EI indio, pues, no tiene a su Ia línea divisoria, porque ya se descubrió ser todo una pura
mandar sino el producto de su sementera, y algunas galli- patrana, como una novela o sueno. EI indio Nicolao, des-
nas, a que son algo aplicados, y el poco lienzo que sacó su pu és de haberse atribuído a un Jesuíta, con los delirios de
mujer de su particular hilado. Todo 10 demás está de común Ia moneda de oro, etc., fue después mi feligrés en el pueblo
y a disposición dei Cura. EI Corregidor, Alcaldes, etc., a de Ia Concepción.
nadie castígan ni envíana viajar ni faena, sin orden dei Cura:
y no más.
Todos los indios de 18 anos hasta 50 pagan su tributo ai
Rey, excepto los caciques, sus primogénitos, el Corregidor
(que no es siempre cacique), y doce que exceptúa el Rey CAPITULO VI
para el servicio de Ia iglesía, huerta de los Padres y de más
oficios domésticos. EI tributo es solo de un peso, por no Gobierno temporal, económico y religioso de los
haber sido estos indios conquistados con armas, sino con misioneros
sólo Ia cruz (61). No pagan sisas ni alcabalas, cosas que
pagan los espaãoles, aunque no pagan tributo. Pagan tam- Bien es que tratemos dei porte en 10 temporal yespiri-
bién diezmos, aunque no los paguen otros indios de más tual de los Misioneros, para mejor entender 10 que luego se
crecido tributo. Se compusieron con el Rey en que fuesen dirá de los indios. En el pueblo de Ia Candelaria, que está
cien pesos por cada pueblo, fuese grande o chico. En toda en medio, tiene su asiento ordinario un Misionero que es el
Ia América, los diezmos son dei Rey por concesión pontifi- Superior de todos los demás, con Ia autoridad de un Rector
cia, con obligación de dar renta a los eclesiásticos, como se de un colégio. ÉI cuida como en los colegíos, de Ias necesi-
hace. Todos los órdenes Reales comunes o particulares, se dades ternporales y espirituales de todos. Como el Rey, por
cumplen ai pie de Ia letra en estos pueblos, ya los que están percibir diezmos, da renta a los eclesiásticos, como ya se
en Ias leyes de Indias, ya los que están en Ias Cédulas, aun- dijo, Ia da a és tos treinta Curas, y es 466 pesos y cinco reales
que no se cumplan entre los espanoles, como es el no sacar a cada uno, .sea grande o pequeno el pueblo, con uno o más
cornpaüeros. Esta renta no Ia perciben los Curas, por ajustar-
se más ai voto de pobreza: percíbela el Superior. Este tiene
(61) EI tema de los tributos fue otro de los que hizo correr mucha tinta.
Los censos oficiales estuvieron por desidia de Ias autoridades e interés de
los jesuitas sin apenas modificación durante casi un siglo con 10 cual se (62) Trata con más detenimiento este curioso asunto en Ia duda nona.
defraudaba una cantidad considerable. Ver también Ias notas 138 y 139.

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en aquel pueblo, además dei Cura y su Cornpaãero, un her- Ia que no puede dar el hermano Coadjutor que hace de
mano Coadjutor como administrador de esta renta, que hace Procurador (que dista de algunos pueblos más de 50 le-
traer con ella de Buenos Aires vestuario interior y exterior guas), como son huevos, pescado, hortaliza, legumbres, y
para todos, calzado, aceite y vinagre, vino y cuanto se suele trigo. Lo que se puede comprar, como son huevos, se .corn-
gastar en un colégio, que no se halla en aquellos pueblos, pran con Ias cosas que más estiman Ias indios, no porque
si se halla, Ia compra como si Ia comprara a un espanol, y ellos pidan paga: que sin ella Ia dieran todo por agradeci-
Ia pane con el conjunto de Ia comunidad. Tiene en su pue- dos que están ai bien que se les hace, y andamos tras Ias
blo bodega y almacén, acho indios sastres y zapateros, que Mayordomos para que no pidan a Ias indios cosa alguna sin
hacen sus oficias para todos a Ia medida dei pie y cuerpo pagar; Ias que, sabiendo que es para Ias Padres, todo Ia dan
de cada particular, a Ias cuales les paga cumplidamente su luego. Las demás cosas que se hacen de comunidad, como
trabajo, y en Ias meses de sementera, se remudan cada se- legumbres, trigo, ete., se Ias pagamos o resarcimos de otro
mana con otros tantos. No da el Rey sínodo para el Procura- modo. Para eso, envía el Superior por Navidades a cada Cura
dor ni Superior, ni para dos o tres Coadjutores más que una buena cantidad de cuchillos, tijeras, agujas, abalarias,
entienden de cirugía y botica, y son Ias únicos médicos que sal, que no Ia hay allí y se compra de fuera, y es cosa de que
allá tenernos; ni para algún otro pintor o arquitecto, que de gusta mucho el indio; jabón, y otras cosillas, para que a cada
tiempo en tiempo suele haber, para enseüar a Ias indios. uno se vaya dando, no só 10 ai que le lavó Ia ropa, ai sacristán
Sólo 10 da a Ias treinta Curas; y de esta renta se sustenta el que le remendó algo, a Ias hortelanos, a Ias que le traslada-
Superior con Ias otros cinco o seis: Ia que bien manejada en ron algo por escrito, que algunos hacen muy buena letra,
manos de uno, basta par todos. AI principio seãaló el Rey sino a todos Ias de más que tuvieron parte en Ia que hicie-
por sínodo doblada renta: novecientos treinta y tres pesos y ron por junto. Y estas cosas Ias compra el P. Superior con Ia
dos reales, por ser Ia que se da en el Perú a Ias Curas, así renta sinodal. En todo esto se mira a hacer por caridad pura-
seculares como regulares, de que hay muchos de varias reli- mente Ia que se hace por ellos, y el sínodo dei Rey miramos
gíones, pero Ias Nuestros no quisieron admitir más de Ia como Ia renta que tiene un colegío de su fundador. Los
mitad, alegando que, en el ejercicio de nuestros ministe- seglares de entidad, de razón y equidad, que algunas veces
rios, no solíarnos tomar más que Ia preciso para vestido y van a estos pueblos por negocias dei Gobernador, o por
alimento; y que en aquella tierra donde Ias cosas eran más otro título, viendo ese desinterés, exclaman: Pues ino está
baratas que en el Perú, bastaba Ia mitad. Pasando por Ia el Padre cuidando de toda Ia hacienda como un tutor de sus
Candelaria conduciendo tres Demarcadores (63) mostré ai pupilos, como un capataz, como un mayordomo, y final-
principal Ia Cédula Real que esta decía, y tuvo harto que mente con el afán de un padre de familia en una casa? iPues
admirar, atenta Ia fama común de Ias Jesuítas. esta, no es cosa estimable? EI sínodo dei Rey es por oficio
Cada mes envían Ias Curas por vino, y con esa ocasión de Cura meramente, como se da a Ias Curas de otras partes,
piden Ia ropa interior o exterior que necesitan para sí y sus en que no cuidan de 10 temporal: no por ser capataz, mayor-
cornpaneros, y cualquíera otra cosa de que hubiera necesi- domo, procurador, etc. Cualquiera de nosotros que hiciera
dad, y son proveídosprontarnente. Se envía un frasco ordi- 10 que el Cura, no sería bien paga do con 700 u 800 pesos ai
nario para cada semana para cada uno; vino para todo el mes ano. iCómo no dan eso Ias pueblos a sus Curas, pues esta
para Misas, y como no son bebedores, hay bastante con esta. 10 pide Ia justicia?
No se toma dei pueblo cosa ninguna de éstas. solo se toma Como hombres de mundo, que no tratan de perfección,
y su norte en sus acciones y oficias es adquirir riquezas y
honras, les es tan difícil esto, como a nosotros fácil: y así les
(63) Cardiel durante Ia guerra guaranítica, acornpano ai ejército espa- repondemos: iNO ven en Buenos Aires ai Padre que es
üol y a Ias partidas de Ias demarcadores encargadas de seüalar Ia línea maestro de escuela, de Gramática, y Filosofía, que están
fronteriza definida en el tratado. quebrantándose Ia cabeza tarde y mana na con aquellos mu-

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chachos, trabajando tanto para su bien? Ya ven que nada poco ha sacó a luz un tomo de Reino ]esuítico (66), que
piden ni reciben. Bien vemos que en todo rigor debían dar desde Ia primera hasta Ia última palabra es una falsedad, una
los indios aI Cura por su trabajo temporal, a que no está pura sospecha y juicios temerarios, sin pruebas ni razones,
obligado, 500 o 600 pesos aI afio, pues sin él, nada tuvieran. más que porque él 10 dice. La verdad de todo, con toda
Bien sabemos que si dijéramos aIos indios que queríamos sinceridad es 10 que aquí se dice. Convido a todo el mundo
tomar esa paga de Ia hacienda deI pueblo, luego darían el a que envíe a aquellos pueblos los jueces más justos y rigu-
sí. Pero así como aquellos oficios de los colegios se hacen rosos y, prevenidos de intérpretes muy peritos y fieles, exa-
sin interés, por mera caridad, así hacemos esto por 10 mis- minen con este papel en Ia mano todo 10 que se ha dicho y
mo, para tener mérito para el cielo. Y como vemos que sin dirá.
ese trabajo no podemos conseguir el provecho de aquellos Dicho ya con toda brevedad el gobierno económico y
pobrecitos, que es nuestro primario objeto, nos es esto nue- temporal de los Padres, digamos algo deI espiritual y regu-
vo motivo para el desinterés. Felipe V, en Ia Cédula citada lar. Tiene el Superior cuatro Consultores, y Admonitor,
de 43, dice que el Obispo Fajardo de Ia Orden de Ia Merced como en los colegíos. éste para que le avise de sus defectos,
(conocíle en Buenos Aires) de resulta de Ia Visita de los 30 aquéllos para consultar con ellos todas Ias cosas de monta,
pueblos, pues visitó también los 13 que pertenecían aI y son de aquellos que habitan más cerca de Ia Candelaria, y
Obispado deI Paraguay (64), a petición de su Sede-Vacante, los más graves y experimentados. Hay un libro de Ordenes
le dice que en los días de su vida vio desinterés semejante hecho por los Provinciales, que fueron Misioneros muchos
aI que veía en aquellos Padres: pues ni para su vestido, cal- anos, y por eso muy prácticos en el asunto: en él se trata de
zado ni otra cosa se valían de los indios, siendo así que ellos nuestro porte religioso y dei gobierno de los indios en 10
estaban continuamente afanados no sólo por su bien espiri- espiritual, político y económico y militar; y se ordenan y
tual, sino también temporal Esto piensan los hombres de mandan en él Ias cosas más menudas y particulares. Este
seso, los prudentes y bien intencionados que ven aquello. libro 10 tienen los Curas y Compafieros, y se lee por media
Pero los malignos, los que hablan sin examen, o no han hora cada semana en presencia de los dos o tres, o más, que
visto 10 que hay, y que, si 10 han visto, ha sido sólo de paso, hubiere en el pueblo. EI Superior anda con frecuencia visi-
sin enterarse de Ia materia, y que todo 10 sospechan y echan tando los pueblostodos, y examinando con suavidad si se
a mala parte, piensan que sacamos de allí mil intereses. De curnplen, y si eso no basta, con penitencia y rigor. Como
esta calidad serían los que encajaron ai General portugués, todos obran según ese libro, y ninguno puede por su cabeza
que sacábamos millón y medio de pesos anualmente; y los hacer cosa distinta, sin que haya reprensión o penitencia,
que quisieron hacer creer el Prelado [el Arzobispo de Bur- todo anda uniforme. De que se pasman los espanoles que
gos, Sefíor Arellano] (65) que de sola yerba sacábamos cada pasan, viendo que Ias modas, costumbres, usos y distribu-
afio un millón de pesos para nuestro P. General. Y el que ciones son Ias mismas en cada pueblo que en otro. No sabe
el libro que hay de ello y 10 que se cela su observancia.
Cuando el P. Superior reprende a alguno, no estando en el
(64) La distribución administrativa y religiosa de Ias mísícnes fue cam- pueblo dei culpado, envía el papel de represión aI Compa-
biando con el tiempo. Debido a Ias malas relaciones con 105 vecinos de nero, si es algún anciano, o a otro dei pueblo más cercano,
Asunción, 105 jesuitas consiguieron que en 1726 105 30 pueblos pasasen a
Ia jurisdicción dei gobernador de Buenos Aires. Un ano después, 105 obis-
con orden de que vaya a leérselo ai reo a su pueblo, el cual
pos Fajardo de Buenos Aires y de Paios de Asunción establecieron 105 10 oye de rodillas, como en los colégios, y después le des-
límites entre 105 dos obispados dependiendo 13 misiones dei obispo de
Paraguay y 17 dei de Buenos Aires.
(65) Este arzobispo se destacó por sus virulentos ataques contra 105 (66) Se refiere ai exjesuita Bernardo Ibái'iez de Echavarri, protegido
jesuitas después de Ia expulsión. Fue autor de una pastoral que Menéndez dei marqués de Valdelirios y autor de una incendiaria crítica a Ia obra de
Pelayo calificó de funesta llamada Doctrina de Ias expulsos estinguida. sus excompai'ieros que dio mucho que hablar en su época.

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I?acha por tod.os los pueblos para que todos ·Ie vean. Hay muchas partes, y juntándose a ello el orden o exhortacíón
ordenes repetidas por los Generales para que no envíen a dei Rey, admitieron los Curatos, por no perder sus trabajos,
aq~ellos pueblos ni a otras Misiones a cualquiera, sino a en que varios derramaban su sangre, y porque no se perdie-
sujetos muy probados en virtud. Esto debía bastar para que se aquella cristiandad.
todo fuese muy regular; y para ayudar a que así sea, hay Ia En todos tiempos mueren mártires varios Misioneros a
frecuente visita de los Superiores y Ia continua práctica de manos de los bárbaros. En mi tiempo han muerto de esta
avisos, reprensiones y penitencias, con Ia mucha caridad suerte cinco de mis companeros, y yo he estado algunas
que Ias usa nuestra religión. Y si alguno no se porta como veces destinado y buscado para este sacrificio, pero no 10
d~be.' luego el Provincial 10 quita de Cura, y le pone por han merecido mis pecados. En los Guaraníes de que habla-
sub,dlto de otro (que los Curas son Superiores de los que mos, murieron a sus bárbaras manos aios principios hasta
estan en su pueblo) o le saca aios colegios. Y ésta es Ia cinco, y otros fueron heridos (67). De los que hemos veni-
ca~sa porque hay pocos expulsos de los Misioneros: de que do ahora desterrados a Italia, han venido dos con Ias cicatri-
se Jacta el autor de aquel desatinado libro que acabamos de ces de Ias saetas, con que les hirieron los infieles, enten-
insinuar, suponiendo que hay muchos delitos, y no menos diendo en su conversión; porque ya de los Misioneros de
que de homicidios, de hurtos muy crecidos y de lujuria, y los Guaraníes, ya de los que estaban en los colegios, no
que se permiten sino expeler a nadie. No trae pruebas de cesaban Ias Misiones aios infieles, siempre que se abría
ellos, sino sólo sospechas temerarías, pues de 10 poco que puerta para ellas. Los Provinciales, por privilegios pontifi-
~I~~a para ellas, se infiere 10 contrario de 10 que dice, en el cios y Cédulas reales, pueden remover de los Curatos a sus
JUlC10de cualquiera hombre cuerdo. Tal cual expulso suele súbditos sin dar razón dei motivo para ello: porque son
haber, aunque él dice que ninguno. AMOVIBILES AO NUTUM SUPERIORIS (68); el mismo privilegio
EI oficio de Cura es algo impropio de todo religioso, tienen Ias demás religiones, pero no pueden poner otro. Es
que entró en Ia religión para servir en el Monasterio debajo menester para eso presentación real y canónica colación. En
de un Superior presente. De Ia nuestra no estan impropio toda Ia América el Rey es el patrón que presenta los Curatos
por ser religión de clérigos. No obstante, [por] no ser otra y demás oficios eclesiásticos, y en su lugar el Virrey o Go-
cosa tan conforme, hubo aios principios mucha contradi c- bernador de cada Obispado. Cuando el Obispo quiere po-
ción de los nuestros en orden a recibir Curatos , de manera ner algún Cura, presenta ai Gobernador tres en primero,
que quebraron con el Virrey, que instaba a que los recibie- segundo y tercero lugar, para que elija como Vice-Patrono
ran en el Perú. Convertían muchas naciones de indios, ya de Real; éste presenta el electo ai Obispo, y [el Obispo) le da
alguna cultura, que cultivaban Ia tierra, y se sustentaban en Ia colación y elección canónica. EI Provincial regular pre-
forma de república en pueblos ya de otros muy bárbaros, senta tres dei mismo modo, primero, segundo y tercero ai
como los de nuestro asunto, Después de reducidos a vida Gobernador; y éste ai Obispo el que eligió; y el Obispo le
racional, política y cristiana, los entregaban ai Obispo para da Ia colación, y el Cura hace Ia protestación de Ia fe, toma
que pusiese Curas clérigos. Como Ia pobreza dei indio, es-
pecialmente de los que son de Ia calidad de nuestro asunto
más necesitan de Cura que les sustente, afanándose en bus- (67) EInúmero de jesuitas asesinados porIos indígenas fue realmente
car bienes temporales sobre los espirituales sin interés nin- elevado y no podemos ofrecer una lista completa de todos ellos. El caso
guno, que de quien busque de ellos rentas y obvenciones que tuvo más resonancia fue el de los llamados mártires deI Caaró, ocurrido
para enriquecerse a sí o a sus parientes. y éstos les pedían en 1628. Tres jesuitas murieron a manos de los guaraníes. Uno de ellos, el
d~ sus pobres cosechas y alhajas estipendio por Misas, casa- P. Roque González de Santa Cruz, es una de Ias figuras centrales de Ia
mientos, entierros y de más ministerios, se volvían a su gen- primera etapa misíonera. Ultimamente el Papa Juan Pablo II ha canonizado
tilismo, desamparando los pueblos, y los Curas a su casa. aIos tres.
(68) Removibles según Ia decisión deI Superior.
Viendo nuestros Misioneros estas desgracias repetidas en

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posesion de Ias llaves de Ia iglesia, con todas Ias de más dicho, y cómo constaba todo de Ias firmas de Ias Obispos y
ceremonias canónicas. Como nuestros pueblos son muchos, Gobernadores, y tratándole juntamente de 10 que acababa
y a tíernpos está el Provincial distante 300 y 400 leguas del de suceder con uno de Ias principales Demarcadores, cono-
pueblo o Curato que vacó, y el Gobernador y Obispo algu- ciendo y confesando éste no haber querido nosotros admitir
nos centenares de leguas, pide licencia a estas dos Superio- todo el sínodo, a Ia primero quedó admirado, y mostraba
res, para poner interino por media del Superior, mientras él que se gozaba de ello: y a Ia segundo, admirándose mucho
se puede informar de más cerca, para ver a quien puede y más, exclamó: pues allá en el Perú (es natural de aquel
debe presentar, y siempre se Ia dano El viene en su trienio Reino) averiguamos que un Provincial (y nombró Ia reli-
(que muchas veces en Ia América es cuadrienio por privile- gión que yo callo) sacó de Ia Visita de cuatro Curatos que
gio, y de ahí no pasa) una .o dos veces a todos Ias pueblos. tienen sus frailes, treinta mil pesos; y prosiguió ponderando
Acabada su Visita, en que se informó de todo, hace presen- Ia codicia de aquellas partes. Este su Demarcador, que tam-
tación al Vice- Patrón, y suele ser de muchos Curas, unos bién es peruano, me afirmó que eran imponderables Ias
que quita, otros que muda, de que han tomado ocasión Ias sumas de dinero que sacaban de aquellos indios, que no
inconsiderados para publicar que el Provincial es Goberna- son como nuestros Guaraníes, sino indios muy capaces y de
dor, y Obispo, y que quita y pane Curas a su antojo. El economía y gobierno, como descendientes de Ias ingas del
Gobernador, como ve que no hay oposición, ni pretensión: Perú, en otro tiempo, entre quienes corre plata y ora, como
que un Curato no es renta más píngüe que otro, y no Ias quienes están en media de estos estimados metales. Decía
conoce bien, apenas cuida de Ias sujetos, porque para tales también que el Provincial insinuado, el día de su elección,
Curatos no bastan letras y virtud solamente, sino también cada Cura de Ias cuatro le daba mil pesos; y así Ia confirma-
son menester otras prendas de gobierno y economía que el ban también Ias familiares de un Obispo que con él vinie-
Provincial sabe; y está satisfecho que éste no desea más que ron dei Perú; y afíadió que comúnmente estaban dando di-
el bien de aquellos pueblos, y que le propone Ias más ap- nero al Provincial para que no les sacase del Curato, y que
tos, por vía de prudencia y buen gobierno elige siempre al en él mantenían a sus padres y parientes. Yo no creo todo
que va en primer lugar, aunque pudiera elegír otro, y 10 esta: sino que hay mucha exageración en Ias relatares, aun-
mismo hace el Obispo, y así es verdad que en el Provincial que no se mostraban desafectos a Ia tal religíón, pero prue-
consiste que éste y no aquél sea Cura, pero es porque así 10 ba aún algo muy distinto del desinterés de nuestras Mísio-
quieren para el .bien común 16s que gobiernan, y con toda nes, de donde nada se saca, ni para Provincial, ni para
subordinación a ellos. colegios, ni para sí, ni para sus pari entes, sino que después
Estas puntos no examinados, Ias émulos e imprudentes de poner todo cuidado en Ia espiritual de Ias indios, como
Ias llevan a mal, censurando a Ias Superiores. EI Marqués en Ia que más importa, se afana por buscarles hacienda
de Valdelirios (69), superior de Ias Demarcadores de Ia lí- como a pobres pupilos, como media para 10 espiritual.
nea divisaria, sujeto de muchas prendas, estaba impresiona- Hay renovación de varas con su triduo, oración mental,
do de estos delatores, en varias puntos, especialmente en y demás ejercicios espirituales, como en el colegio: para
que no se cumplían Ias regalías dichas en Ia colación de Ias eso junta el Superior en dos o tres pueblos a Ias que han de
Curatos, o que se hacía una pura ceremonia. Informándole renovar; va allá; hace su plática, o Ia encarga a algún Padre
yo en una larga conferencia de dos horas de todo 10 que va de Ias más· graves, toma cuenta de conciencia, y se leen en
presencia de todos, ai fin de Ias tres días, Ias faltas que en
cada uno se han notado, para que se enrníende, para todo
(69) D. Gaspar de Munive, marqués de Valdelirios, había nacido en Ia cual, y para Ia confesión general que se hace desde Ias
Lima y era el comisario principal de Ias partidas de demarcación. Antago- seis meses antecedentes, lleva consigo uno o dos Padres
nista acérrimo de los jesuitas, culpó a éstos de instigar Ia rebelión indígena ancianos. Se hacen ejercicios de acho días, y en ésos, y el
y solicitó Ia adopción de medidas contundentes contra Ia Compai'iía. triduo, nunca se dispensa, aunque sean muchas y muy particu-

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lares Ias ocupaciones. El Cura los hace en otro pueblo, para pared y ancho corredor o soportal, por dentro y fuera, sin
que no le distraigan Ias ocupaciones del suyo. En ese tiern- aposentos y oficinas: suele ser este patio de 70 a 80 varas en
po se da de mano a toda ocupación y cuidado. El Cornpaüe- cuadro (70).
ro, que no tiene ese cuidado, los hace en el suyo, o en otro. El segundo y menos principal patio es en el que se ma-
Todo está así ordenado, y se practica. tan Ias vacas y se hacen Ias raciones; alrededor, con soportal
Por Cuaresma se mudan todos los Curas, y todos hacen ancho, están todas Ias oficinas con sus oficiales mecánicos,
misión por ocho días a otro pueblo, así para afervorizar más de que hemos hablado, y es mayor que el primero. Todos
a los indios, como para que tengan libertad de confesarse, estos aposentos y oficinas, con todas Ias de más fábricas del
sin Ia vergüenza que suele causar hacerlo con el que ve y pueblo, son de un suelo. no hay altos; y los mismo sucede
trata cada día. Todos los domingos hay plática doctrinal a en todas Ias de más ciudades de espanoles, excepto Buenos
todo el pueblo, y todos los días de precepto hay sermónen Aires, en que van haciendo algunas casas de un alto; y no
forma. Todos los días, excepto los jueves, el sábado y los porque haya terremotos, como en el Perú y Chile, sino por
días de fiesta, se ensena Ia doctrina a Ios muchachos de mera conveniencia. Lo mismo es en Ias ciudades de Ia Chi-
ambos sexos. El sábado por Ia tarde, después del Rosario, na.
hay Salve cantada con toda Ia música, y por eso no hay doe- No salen los Padres a Ias casas de los indios a visitar, sino
trina. Guárdase clausura en Ias casas como en los colégios; a administrar sacramentos. Cuando se va a alguna confesión
de manera que jamás entra mujer alguna, ni en el principio de enfermos, sale el Padre con un Santo Cristo al cuello y
de los patios. Hay dos patios: uno principal que tiene al una Cruz en Ia mano de dos varas de alto, y grueso como el
oriente, y en algunos pueblos al poniente, todo 10 largo de dedo pulgar, que le sirve de báculo: y acompanado de un
Ia íglesía, aI sur o mediodía, una hilera de aposentos de enfermero que llaman CURUZUYÁ, porque siempre anda con
nuestra vivienda, que regularmente son seis yanterefectorio una cruz como Ia del Padre, y son los médicos de que habla-
y refectorio. A poniente, Ia cocina, almacenes de los mayor- ré después. El enfermero lleva una pequena estera debajo
domos, sala donde se guardan los vestidos de los Cabildan- del brazo, un monacillo, una silla de Ias que se doblan, un
tes, militares y danzantes, y Ia armería de bocas· de fuego, candelero con su vela y un vaso de agua bendita con su
flechas y saetas y el aposento del portero, que siempre es hisopo; Ia silla es para que se siente el Padre a oir Ia confe-
un viejo, el cual cierra Ias puertas desde Ias Avemarías hasta sión, que raro indio usa ni tiene silla; Ia estera para poner
un cuarto de hora antes de acabarse Ia oración, y desde debajo de los pies, porque el indio enfermo suele tener
examen antes de comer hasta después de Ias dos; y también fuego debajo y al lado de Ia cama, y está aquello sucio con
están allí Ias escuelas de leer y escribir, de música y danzas. ceniza y rescoldo, que es donde el Padre se síenta, Ia vela
Los nuestros son tantos, por los huéspedes que frecuente- para encenderla, si es mujer Ia enferma: que suelen tener
mente pasan y para Ias fiestas eclesiásticas, especialmente Ia oscuros sus aposentos. No dan poco que admirar estas cosas
del patrón del pueblo, que se hace con singular solernni- tan santas a Ios espaãoles cuerdos, que pasan por allí y
dad, y se convida de otro pueblo al predicador, y los tres de cuentan a Ios suyos con edificación; pero los émulos, apa-
Ia Misa, con otros, y suelen estar de dos en dos en los apo- sionados y maldicientes todo 10 echan a mala parte.
sentos. Cuando viene el P. Provincial, suele haber durante Los demás sacramentos de Viático y Extremaunción se
Ia Visita ocho o diez Padres: su Secretario, su Coadjutor y el les administran con grande devoción y con aderezos muy
Superior, que siempre anda con él, y algunos otros que vie- _lucidos, y con mucho cuidado y prontitud, de día y de no-
nen a consultar negocios. Algunos del ejército de Ia línea che, según Ia necesidad; de maneraque si por culpa de sus
divisoria murmuraban de que, para dos sujetos, hubiese seis domésticos, o de los médicos, por no haber avisado con
o siete aposentos, hasta que se informaron de Ia necesidad
de ello. Cuando no hay estas necesidades, están ocupados
por pintores y escribientes. AI norte está Ia portería con su (70) Estas medidas corresponden a 60·6s metros, aproximadamente.

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tiempo, murió alguno sin alguno de ellos, luegosin reme- el colateral. Acabada ésta, va a dar el Viático o Extrernaución
dia lleva el culpado una vuelta de azotes, que es el castigo ai que 10 necesita, o hace algun entierro, y como son pue-
ordinario. Se le dice también ia recomendación dei alma, blos grandes, pocas veces falta. Si corre prisa antes, aunque
aunque no tan necesaria, con mucho cuidado, y Ias monaci- sea a media noche, se va con toda presteza. Después de esta,
lias saben muy bien responder a su contenido. Los Baptis- a rezar horas menores, confesiones de enfermos, de sanas
mos se hacen con solemnidad Ias domingos. Hay pueblos en Ia iglesia: a Ias diez y cuarto, a examen: después a comer,
en que hay cada domingo 16 y 20 Baptismos solernnes. há- quiete o conversación, en que también se toca a salir: siesta
cense a Ias dos y tres de Ia tarde, y es función bien larga. hasta Ias dos: a Ias dos se toca Ia campana grande a vísperas.
Hay para este sacramento en todos Ias pueblos vasos de Se abre Ia portería, y entran Ias sacristanes con Ias oficiales
plata harto preciosos, y el baptisterio está con mucho ador- mecánicos, maestros de escuela con sus discípulos, etc. A
no de dorado y pintura. Remúdanse el Cura y el Compafíero Ias 5, a rezar Ias muchachos, y preguntáles Ia Doctrina un
por semanas en estas ministeríos, aunque como el Cura tie- Padre: acabada ésta, toca Ia campana grande ai rosario, viene
ne tanto que cuidar en 10 temporal, el Compafíero suele el pueblo, y se reza a coros, asistiendo Ias Padres. AI fin se
llevar Ia mayor carga en 10 espiritual, haciendo 10 que toca dice el Acto de contrición y cantan Ias músicos dei Bendito
ai Cura en su semana. Nunca hay contienda en esta: antes y alabado, respondiendo todo el pueblo a cada cláusula, un
bien 10 ordinario es andar el Cura tras el Compafíero para día en su lengua y otro día en castellano. Hecho esta, se van
que no trabaje tanto, y que deje algo para él. En echar Ia Ias Padres a su rezo dei Oficio, haciendo antes algún minís-
bendición y acción de gracias en el refectorio, decir Ia misa teria de confesión de enfermos, Viático, etc., que se hacen
en el altar mayor, leer el libro moral y el de órdenes lunes en estas dos tiempos, después de Misa y Rosario, cuando no
y viernes, como no es cosa de trabajo especial, ni que impi- hay priesa. Después a su lección espiritual, etc., hasta cenar,
da ai Cura sus cuidados, se mudan por semanas. a que se toca a Ias 7 en verano y a Ias 8 en invíerno, después
En el conversar con mujeres se ha puesto aquí más cui- aquiete, leer Ias puntos para Ia oración, y acostar a Ias 9
dado y recato que el que usamos en otras partes con Ias (71). De suerte que en todo el día se toca once veces Ia
espafíolas, por haber advertido que este recato .(aunque ni- campa na de Ias Padres a todas Ias distribuciones que en Ias
mio si 10 hay en Ia mate ria) les edifica aún más, que a Ia colegios, 10 que se practica puntualmente. Causa esto tanta
gente culta. Nunca se visita mujer alguna. Nunca se le da en edificación a Ias buenos, que hallándome yo en tienipo de
Ia mano cosa alguna. Si es menester dadas un rosario, rneda- Ia línea divisaria en un pueblo con uno de los principales
lia, etcétera, se Ia da el Padre ai indio que está ai lado para oficiales dei ejército que estuvo allí unos días, a negocias
que éste se 10 dé a Ia india: nunca se habla con mujer alguna de su General; y siguiendo y ajustándose él a esta distribu-
a solas. Si alguna trae algún negocio, da cuenta ai Alcalde ción en 10 que podía, no acababa de alabar nuestro particu-
viejo, és te avisa ai Padre: y en Ia iglesia o en Ia portería hacia lar método y concierto: diciendo que no había cosa más
Ia plaza en público Ia oye, estando presente el Alcalde si prudentemente dispuesta, no S910 para el alma, sino tarn-
de suyo pide secreto, 10 hace a Ia vista, 10 más cerca que se bién para el cuerpo, con tiempo de orar, rezar y parlar con
puede: y no habla con ella sino es en estas dos parajes. toda moderación y cristiandad. Aunque haya muchos hués-
La distribución cuotidiana es ésta. A Ias 4 en verano, se pedes, nunca se deja esta distribucíón.
toca a levantar. A Ias 5 en invierno. A Ias 4 y media en otofío En Ia Cuaresma es mucho 10 que hay que trabajar en Ias
y primavera. A Ias 4 y media toca Ia campana de Ia torre a _ ministerios espirituales, Dos veces a Ia semana se predica el
Ias Avemarías: a Ias 4 y media a oración mental. A Ias cinco
y cuarto abre Ia puerta el portero para que entren Ias sacrista-
nes y cocinero. A Ias 5 y media, a salir de oración con Ia (71) Un aspecto muy debatido ha sido, según palabras de B. Melia, Ia
campana chica de Ias Padres, y con Ia de Ia torre, a Misa. ordenada ritualizaci6n de toda Ia uida reduccional. El ritmo de Ia vida
Dice inmediatamente Misa uno en el altar mayor, el otro en marcado por Ias campanas de Ia iglesia.

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ejemplo, además de Ia plática doctrinal el domingo. Desde teria, que es muy capaz, está el que alicia o Ias que ofician,
Septuagésima hasta Ia octava dei Corpus se da por privilegio con Ia turba de monacillos que ayudan y sacristanes que
para cumplir con Ia iglesia: y el mismo tienen Ias Curas atienden a todo 10 que allí se ofrece. Después de Ias baran-
rurales de espanoles por Ia penuria de sacerdotes. Vienen a dillas, hasta el púlpito, están Ias bancos de Ias Cabildantes
confesarse para cumplir con el precepto por parcialidades o y militares principales a un lado y otro de ia nave principal,
cacicazgos por su lista. Cada Padre suele confesar cada día que suele ser de 13 o 14 varas de ancho: y en media, Ias
40 o 50. Pídeles con mucha cuenta Ia Cédula de confesión muchachos, sentados en el suelo, con sus Alcaldes o Mayo-
y comunión. Todos Ias días hay esas tareas de confesiones rales en pie y con sus varas gordas para castigar con ellas ai
de precepto, que suelen llegar a tres mil, y en pueblos gran- que enreda, habla o se duerme. Desde éstos hay un vacío
des a cuatro y cinco mil. Y como se confiesan muchos en como de tres varas, división de ellos a Ias muchachas, que
cada fiesta por devoción, suelen llegar ai ano a diezmil: 10 se siguen después. y tras dias Ias mujeres. En Ias naves
que se sabe por Ias formas de Ia comunión, que se apuntan. colaterales están Ias demás indios, desde el presbiterio has-
Así sucede en Yapeyú y en otros, que en Ias anos pasados ta el púlpito; y desde allá a Ias mujeres, que siguen, hay otro
casi le igualaban en 10 grande. Este es el gobierno, obser- vacío como el de Ias muchachos. En media dei presbiterio
vancia regular, y ministerios de Ias Padres. Ya es tiempo hasta Ia puerta, hay una calle de dos varas de ancho, para
que volvamos a Ias indios. entrar y salir en Ias necesidades ocurrentes. Así están, no
sólo en Ias solemnidades y sermones, sino también todos
Ias días, y todos con gran quietud y silencio, de que se mara-
villa mucho el mismo Obispo que Ias visitó.
CAPITULO VII Todos Ias Altares están con candeleros de plata: de cada
uno de Ias cinco colores de Ia Misa hay frontales y casullas
Gobierno eclesiástico y espiritual de Ias indios ricas para Ias días de primera clase, de fiestas menores, y de
días ordinarios, todos bien galoneados. Los de 1." clase, al-
En el capítulo 4. n. 4 dijimos cómo se fabrícan Ias igle- gunos son de tisú. Los demás, de brocado, terciopelo, per-
sias, y su grandeza. Todas están por dentro con mucho ador- siana y damasco. Las lámparas, todas de plata, son grandes.
no y hermosura: no sólo Ias retablos de cinco altares que Hay dos ciriales para Ias Misas cantadas, que se celebran
suele haber, sino también en muchas iglesias Ias columnas todos Ias días de fresta de nuestros santos, y Ias sábados de
o pilares de Ias naves, y Ias marcos de Ias vidrieras y todo Ia Virgen. En Ias Misas cantadas, ministran siernpre seis mo-
el techo y bóvedas, está dorado y pintado, entreverado uno nacillos o acólitos, dos que responden, dos con incensarios
en otro. de manera que abriendo Ias puertas de Ia iglesia, y navetas de plata, y Ias dos últimos con sus ciriales. En Ias
tres a Ia plaza, que hacen cara, y caen en media, y dos a Ias de cada día en el altar mayor siempre ayudan a Misa cuatro:
lados (ia una a Ia parte dei cementerio y dos ai patio de Ias en Ias colaterales, dos, y nunca uno solo. Todos están vesti-
Padres) con Ia claridad y resplandor dei sol que Ias bana, dos y calzados y con sotanas coloradas, y en Misa de violado
hacen una hermosa vista. En algunos pueblos, hay siete y negro, de este colar, y con roquetes. Estas roquetes en días
puertas: dos ai cementerio y dos ai patio dícho: además de ordinarios son llanos, con un encaje ordinário: pero Ias que
Ias otras dos que van a Ia sacristía a Ias dos lados dei altar usan en Ias fiestas, ya que nosotros por Ia decencia religiosa
mayor. no Ias usamos, sino como Ias de Ias colegios, ellos Ias usan
Las tres puertas de Ia plaza son para entrar Ias mujeres, cual conviene para Ia celebridad de Ia fiesta, con muchos y
que en Ia iglesia no se entreveran con Ias hombres. El or- preciosos encajes.
den que siempre se guarda es este: Por Ias puertas dichas Acabada Ia oración mental de Ias Padres, luego se toca a
entran Ias mujeres, y muchachas. Por Ias dei cementerio y Misa. Viene mucha gente a oírla. En algunos pueblos está
patio, Ias hombres. Y son todas bien grandes. En el presbi- entablado que todos vayan a ella, 10 mismo que el día de

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precepto, y se cuentan para ver si falta alguno, y se reprende el ano, y otras muchas faenas dei pueblo. Todo esto se hace
ai que falta. Está ordenado que no se dé mayor castigo, por por orden dei Cura, conferenciando con el Corregidor su
no ser cosa de obligación. AI fin de Ia Misa empiezan dos Ministro o ayudante, que le obedece puntualmente, y los
músicos de más clara voz el Acto de contrición rezado res- de más a él, cuando se intima de parte dei Padre. Si Dios no
pondiendo todos a cada cláusula, y acabado, cantan dos ti- les habiera dado esta obediencia y sujeción para tanto bien
pies a duo el Alabado, acompaõado de todos los instrurnen- suyo, era imposible gobernar uno solo tanto gentío.
tos, y repitiendo todos cada cláusula cantando. A este En Ia crianza de los muchachos de uno y otro sexo se
tiempo ya han acabado los Padres de mudarse Ias vestiduras pone mucbo cuidado, como 10 ponen todas Ias Repúblicas
sacerdotales; y están dando gracias en Ia barandilla dei pres- bien ordenadas; pues de su educación depende todo el bie-
biterio. Allí vienen a besar Ia mano todos los cabildantes y nesta r de Ia República. Hay escuelas de leer y escribir, de
caciques príncípales y cabos de milicia: y con esto se van música y de danzas para Ias fiestas eclesiásticas, que no se
todos estos a Ia puerta dei aposento dei Cura, a esperar allí usan en cosas profanas. Vienen a Ia escuela los bijos de los
que acabe de dar gracias. Si rehusa el Padre que le besen Ia caciques, de los Cabildantes, de los musicos, de los mayor-
mano, 10 sienten mucho: y así es me neste r tener paciencia, domos, de los oficiales mecánicos; todos los cuales cornpo-
esperando a que toda aquella procesión le bese, para darles nen Ia nobleza dei pueblo, en su modo de concebir, y tarn-
ese consuelo. En llegando el Cura a su aposento, abre el bién vienen otros si 10 piden sus padres. En cada pueblo
Mayordomo una arca grande que hay ai lado de Ia puerta, suele baber 20, 30 o 40 caciques. Estas escuelas ya se dijo
con yerba. y va dando a todos los que asistieron a Misa un que están en el primer patio de los Padres, para poder cui-
puõado de aquella yerba con una medida que hay para ello. dar mejor de ellas no porque los Padres sean sus maestros
EI Corregidor pregunta ai Cura, y consulta sobre Ias faenas inmediatos, que esto no puede ser, habiendo otros mucbos
de aquel día, si no se previnieron antes; y según sus órde- ministerios en tanto número. Tienen sus maestros índios,
nes, va cada uno a 10 que le toca, y primero a su casa, a aprenden algunos a leer con notable destreza, y leen Ia len-
tomar aquella bebida de Ia yerba que el Padre les dio como gua extraõa mejor que nosotros. Debe de consistir en Ia
queda dicho. vista, que Ia tienen perspicaz, y Ia memoria, que Ia tienen
Por Ia tarde vienen ai Rosario: y acabado, y rezado el acto muy buena: ojalá fuera así el entendimiento. También ha-
de contrición, y cantado el Alabado como por Ia maõana, cen Ia letra harto buena: algunos, que se dan a bacer letra
van todos a Ia puerta dei Cura, a tomar yerba, y con ella en de molde, Ia bacen con tanta perfección, que nos engaõan
Ia bolsa, van de allí a Ia carnicería a tomar su ración de ser de alguna bella imprenta (72). .
carne; y aunque son centenares, se hace con buen orden, y De los de Ia escuela se escogen los de mejor voz para
quietud y silencio: y con esto se hace de noche. A los oficia- cantores de Ia música y los de más esfuerzo para los instru-
les mecánicos dei patio dei Padre, además de 10 dicho, se mentos de boca. Tienen su maestro de capilla, que les ense-
les da 3." vez yerba cuando van a comer a su casa. Esta es Ia õa su facultad del modo que 10 bacen en Ias Catedrales de
distribución de cada día. En los seis meses de sementeras, Espana; pero no se balla basta abora maestro que sepa com-
acabada Ia Misa y Ia distribución de Ia yerba, se van a sus poner. Toda su felicidad está en entender el papel que le
labranzas. En 10 restante dei ano, a hacer cosas o edificios dan, y cantarlo más o menos presto, pues algunos no cantan
de nuevo, y remendar otros, componer corrales, abrir o ade- de repente, sino que 10 van repasando despacio, yenterados
rezar zanjas para resguardo de Ias sementeras comunes, (y
mucho más Ias estancias, en que son algunas leguas de lar-
go para sujetar el ganado que no salga), componer puertas, (72) De hecho existió una imprenta en Ias misiones dei Paraguy cons-
empedrar pantanos, y aderezar caminos: cortar y traer made- truida enterarnente en ellugar, donde se editaron algunas obras en guaraní
ra dei monte; hacer yerba, llevar tropa de carretas para el de gran valor hoy entre los coleccionistas. Funcionó aproximadamente de
trajín dei cornún: barcos a Buenos Aires, que se hace todo 1700 a 1728 y fue Ia primera imprenta dei Río de Ia Plata.

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de él cantan y tocan , y nunca aüaden cosa alguna, ni trina- re, con sobrepelliz. Entona el Preste y prosiguenlos músi-
do, hermosata o cosa semejante, como hace cualquiera mú- cos con todo el devoto estruendo de instrumentos de cuer-
sico, aunque no pase de mediano talento: todo 10 canta y da y boca, y Ias darines, ai punto de Ia música, y así van
toca liso y llano como está en el papel: no alcanza más su sucediendo Ias Antífonas y Salmos correspondientes, le in-
entendimiento. Ni en Ia poesía jamás se ha encontrado in- ciensan, etc, Acabadas Ias Vísperas, salen todos ai patio de
dia que aprenda sus regias de asonantes y consonantes ni Ia iglesia, y delante de él se hacen unas cuantas danzas una
para hacer copias de ciego. No obstante, con el continuo tras otra en honra dei santo de Ia fiesta. Las fiestas de Ias
ejercicio desde ninas, en que tienen mucha más paciencia indios y todo neófito, son solas diez, por concesión dei
que nosotros y entre tanta multitud de muchachos como se Papa Paulo III (74): cinco de nuestro Seüor, cuatro de Ia
escogen, se encuentran muy buenos tiples, que después Virgen, y Ia de San Pedro y San Pablo, Acabadas Ias danzas,
quedan tenores (73). . van a tomar yerba y carne y Ias Cabildantes etc., vuelven Ias
En cada pueblo hay una música de 30 ó 40 entre tiples vestidos a su lugar, y el maestro de danzas Ias de Ias díscí-
y tenores, altos, contraltos, violinistas y Ias de Ias otros ins- pulos.
trumentos. Los instrumentos comunes a todos Ias pueblos Todos Ias días cantan y tocan en Ia Misa. Dícese Ia dei
son violines, de que hay cuatro o seis: bajones, chirimías, Cura y Cornpaãero a un tiempo, excepto Ias días de fiesta
seis u acho: violines, dos o tres arpones, tres o cuatro: y de precepto, en que para que puedan venir Ias que estuvie-
uno o dos órganos y dos o tres darines, en casi todos Ias ran cuidando enfermos u otra cosa y Ias convalecientes, que
pueblos. En algunos pueblos hay otros instrumentos más: se levantan tarde, dice Ia Misa un Padre más tarde. El orden
les buscamos papeles de Ias mejores músicos de Espana y cotidiano es éste. AI empezar Ia Misa tocan instrumentos de
aun de Roma para cantar y tocar. Todas Ias vísperas de fies- boca y a veces de cuerdas: y tal vez unos y otros, hasta el
tas de precepto, y Ia de nuestro Santo Padre y San ]avier, y Evangelio. AI empezar este, cantan un Salmo de Vísperas.
Ias de sus Congregaciones, y dei patrón dei pueblo (de que Lunes, DIXIT DOMINUS: martes, CONFITEBOR: y por este orden
hablaré) hay vísperas solemnes. Repícanse todas Ias campa- hasta Ia Misa solernne de Ia Virgen el sábado. Una semana,
nas, que suelen ser acho o diez, con toda solemnidad, Vie- Ias Salmos de una composición, y otra de otra. A Ia consa-
ne toda Ia música plena, sin que falten Ias clarínes. Viene gración, opaco después, se acaba el Salmo, excepto el de
todo el Cabildo y Cabos militáres de gala, con vestidos de LAUDATE PUERI, Y alguna composición de algún otro, que
seda: todo 10 cual se guarda como se ha apuntado, en casa suelen durar hasta el fin de Ia Misa. Como son de Ias mejo-
dei Padre: que si estuviera en su casa, todo 10 llenaran de res maestros de Europa, suelen estar cornpuestos ai sentido
humo y destruyeran. Es más barato que estas vestidos sean de Ia letra, causando notable devoción. En el LAUDATE, co-
de seda, que de pano: porque aunque Ia seda vale más (aun- mienzan Ias tenores y de más músicos grandes con Ias clari-
que el pano es bien caro en estas tierras) , pero Ia seda dura nes y chirimías, instando a Ias ninas típles: LAUDATE PUERI,
mucho más: y se ahorra. PUERI LAUDATE, LAUDATE NOMEN DOMINI: repitiendo e instan-
Puestos ya en sus bancos Ias dichos, y el pueblo en su do que alaben a nuestro Dias. Comienzan Ias ninas tiples:
lugar, sale el Preste que oficia y preside, con sobrepelliz, SIT NOMEN DOMINI BENEDICTUM, ete. etc., y después de algu-
estola y capa pluvial rica, y el Companero, o Ias que hubie- nos versículos vuelven Ias grandes a instar con devotísimo
estruendo de instrumentos: PUERI LAUDATE NOMEN DOMINI
(No se maravillen si va mojado de lágrimas este papel).
(73) La música ocupó un lugar privilegiado en el proyecto de evangeli- Vuelven a repetir que alaben a Dias; y esto hacen cuatro o
zación de los indígenas, quienes desde un primer momento manifestaron
una gran afición a ese arte. Hubo regulares orquestas y coros en todas Ias
misiones, de los cuales quedan hoy algunos restos en Ia región de Chiqui- (74) Paulo III fue Papa de 1534 a 1549 y el acto más importante de su
tos (Bolivía). pontificado fue Ia preparación y convocatoria elel Concilio de Tremo.

116 117
I,
cinco veces hasta que se acaba el Salmo, AI GLORIA PATRI, con guitarras: bandurrias: y otros arpas pequenas, puesto 10
todos juntos, altos, contraltos, tiples, clarines, bajones, chírí- de arriba abajo, amarradas ai cuerpo con cintas:' otros con
mías, violines, arpas, órganos, cantan el Gloria, Cantan con instrumentos, Los de un instrumento traen el traje espanol-
tal armonía, majestad y devoción, que enternecerá el cora- los de otro, persa: otro de turco: variando los colores y tra-
zón más duro, Y como ellos nunca cantan con vanidad y jes, Tocan y danzan ai mismo tiempo, sin que en esta danza
arrogancia, sino con toda modestia, y los ninos son inocen- les toquen los músicos, haciendo muchas mudanzas, ya en
tes, y muchos de voces que pudieran lucir en Ias mejores dos filas, ya en una, ya en cuadro, ya en cruz, ya en círculo,
Catedrales de Europa, es mucha Ia devoción que causan. que realmente es cosa muy vistosa,
Acabado el Salmo, después de Ia consagración vuelven a Otra sale luego de nueve Angeles, príncipes de Ias 9
tocar un poco: y luego entonan algún hímno: ]ESU DULCIS jerarquías, con San Miguel por caudillo, con espadas y bro-
MEMORIA, AVE MARIS STELLA, U otra alguna letrilla a Nuestro queies muy vistosos, en que está esculpido el timbre QUIS
Senor, a Ia Virgen, a San Ignacio nuestro Padre, o ai Santo SICUT DEUS? AI opósito salen otros tantos diablos con sus
de aquel día. y en 10 que resta, tocan. Dícese el Acto de negras adargas, lanzas, y traje lleno de serpientes y llamas,
contrición dei modo dicho: cántase el Alabado con toda y Lucifer por su capitán. Encuéntranse, y traban su coloquio
solemnidad de instrumentos y se van todos a prevenir en Ia los jefes: y ai ensoberbecerse Lucifer, claman AL ARMA, To-
sala de música para 10 que han de tocar y cantar el día si- can no violines, sino clarines, y cajas de guerra, A com pás
guiente, y después van a tomar Ia yerba, los grandes a su danzan y pelean, haciendo Ias mudanzas militares en fila, eI
casa, y los chicos se quedan en Ia escuela con sus maestros, escuadrón en dos trozos o en uno, Vencen los Angeles. tien-
Como los Misioneros primitivos vieron que estos indios den en el suelo los diablos a estocadas, Vuelven a levantarse
eran tan materiales, pusieron especial cuidado en Ia música, ya proseguir con Ia pelea, Finalmente los echan ai infierno:
para traerlos a Díos, y como vieron que esto les traía y gusra- de que hay allí cerca una tramoya, pintada en lienzos que
ba, introdujeron también regocijos y danzas modestas, Hay 10 representan, y humo que de dentro sale. Cogen los Ange-
maestros de éstas en cada pueblo. Escógense para discípu- les Ias lanzas y adargas que quitaron a sus enemigos, y car-
los los chicos de cuerpos más proporcionados, Hay vestidos gados con ellas y Ias suyas, dan vuelta ai campo, donde
para todo género de naciones. Espaãoles, húngaros, mosco- aparece un Nino Jesús de bulto sobre una mesa, Allí cantan
vitas, moros, turcos, persas y otros orientales y vestidos de el ]ESU DULCIS MEMORIA, en triunfo de Ia victoria, que varios
Angeles, o como pintan aios Angeles cuando los pintan de ellos son músicos; y van de dos en dos presentando Ias
garbosos, ya con alas, ya sin ellas. Darizan en todos estos armas enemigas a ]esús, con muchas vueltas, reverencias y
trajes, Nunca entra en danza mujer alguna ni muchacha, ni genuflexiones: siempre danzando con gran variedad de mu-
hay en ella cosa que no sea honesta y muy cristíana. Usanse danzas y sin cesar los clarines y Ias cajas.
después de Vísperas solernnes, como se ha dicho, para ma- Otras danzas hay de Angeles, que ai empezar, cada uno
yor regocijo de Ia fiesta, y entonces solas cuatro: y en Ia dice una copia en honra dei Santo de Ia fiesta, especialmen-
procesión de Corpus, y principalmente en Ia fiesta dei pa- te en Ias festividades de Ia Virgen; y sacan en triunfo a Su
trón dei pueblo, y cuando vienen Obispos y Gobernado- Majestad y San Rafael con banderas. y alto los llevan danzan-
res. do, en círculo por todo el espacio de esta funcíón. Otras en
La primera danza suele ser uno solo a Ia espanola, ha- que salen los cuatro Reyes que representan Ias cuatro partes
ciendo 16 ó 20 diferencias de algún son de palácio, ai com- dei mundo, con sus coronas y trajes que les corresponden,
pás de arpas y violínes. Después salen ocho o diez a 10 y rinden adoración ai de Espana, Otras son a 10 burlesco.
turco, u otra nación: ya con espadas en forma de pelear, Danzan de negros, Tiüense cara y manos: y sale cada uno
siguiendo el com pás con los golpes, ya con banderas u otra con su pandero o tamboril o sonajas, haciendo mil mona-
insígnia. Otros salen hasta 16 o 20, todos con instrumentos das, pero todas con algunos indios graciosos, a hacer su
músicos en Ia mano: dos con violines, dos con cítaras, dos género de entremés, que el auditorio celebra mucho. Y de
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esta maneta, con esta variedad de cosas están muy conten- tran por Ias tres puertas dei pórtico: ellas y ellos cantando
tos y hallados en el pueblo. En estas danzas artificiosas tie- el ALABADO. Lo restante dei pueblo entran por Ias puertas
nen mucha parte algunos Padres extranjeros, que quedaron correspondientes, y salen los Padres a su Misa: que aunque
colegiales en los colegios de nobles, donde aprendieron no se percibe por ella cosa alguna, se dice siempre indefec-
esas y otras habilidades caballerescas: y aI enseüar aI indio tiblemente, si no es que esté impedido por enfermedad.
hacen con Ias manos 10 que se hace con los pies, por mirar Acabada Ia Misa, entra el Acto de contrición y ALAIjAJ?O
a Ia modestia religiosa. con todo género de instrumentos (hasta con clarines 10 can-
Los demás muchachos, que no son de esas tres escuelas, tan en algunos pueblos, aunque 10 regular es guardar los
se van a Ias labores de sementeras y otras cosas comunes deI clarines para el sábado, Misa de Ia Virgen y Ias fiestas). Aca-
pueblo. La distribución cuotidiana de todos los muchachos bado esto, salen los muchachos ai patio de los Padres: vuel-
y muchachas es esta. AI oír Ia campana de Ias Avemarías, un ven allí a rezar un poco y cantar alguna de sus canciones
cuarto de hora después de tocar a levantar los Padres sue- (todas estas canciones son en su lerigua): se les da de al-
nan en Ia plaza los tamboriles de los muchachos, y sus Al- morzar, que suele ser un perol de carne cocida, o de maíz
caldes o Mayorales, esparcidos por Ias calles, comienzan a en pueblo de pocas vacas. Después cargan con Ia comida de
gritar: -Herrnanos, ya es hora de levantar: ya han tocado a Ia medio día, los peroles para cocerla, los escardillos para es-
oración: enviad luego vuestros hijos e hijas a rezar y enco- cardillar los sembrados, que es faena muy frecuente, u otras
mendarse a Dios: no seáis flojos y dormilones: que vengan instrumentos para otras trabajos, y una pequena estatua de
a Ia iglesia a oir Misa, para que Dios eche Ia bendición a Ias San Isidra labrador en sus andas, con su caja para resguardo
labores deI día .» cuando llueve. Tocan sus tamboriles y flautas: y ai son de
A estas voces y aI ruido de los tamboriles, van saliendo estos rudos instrumentos van alegres a su labor que se les
de sus casas y encaminándose aI patio de Ia iglesia, a un manda, con sus Alcaldes. Las muchachas hacen 10 mismo
lado los muchachos, ya otro Ias muchachas. En juntándose, por otro lado, haciendo otra faena, y nunca se juntan con los
comienzan Ias oraciones dos voces Ias mejores, y responden muchachos. Los de leer, escribir, cantar y danzar, van a sus
o alternan todos. Las muchachas hacen 10 mismo en compe- escuelas. Los de danza, tal cual vez, que no es menester
tente distancia. Acabados sus rezos que como son en voz tanto ejercicio, y comúnmente es un día a Ia semana, los
alta, y tantos, se oye de todo el pueblo: si sobra tiempo, que ya saben: y en los restantes van con Ia turba magna a
cantan alguna letrilla empezando algunos tiples y respon- sus labores. No van con sus padres, porque no saben cuidar
diendo todos. Estas letrillas y canciones todas son muy san- de ellos, como 10 han mostrado muchas experiencias: yan-
tas, una a Cristo nuestra Senor: otras a Ia Virgen, a San José, dan vagos y ociosos, sin alimento ni vestido: por esto han
San Ignacio, San javier, etc. Son hechas en verso por los tomado estos medios los Padres. AIgunos seglares sin prac-
Padres: que ellos (como se dijo) no atinan con Ia poesía. tica, aunque de buena intención, murmuran de que no va-
Las aprenden de memoria y después Ias cantan cuando yan con sus padres, especialmente Ias muchachas, y les ayu-
grandes en sus viajes. Cuando digo muchacho. entiendo den en varias cosas, como en traerles agua, Iería cuando está
desde 7 anos hasta casarse, que suele ser de 17 y Ias mucha- cerca, y otras oficios domésticos. Pera para esto tienen el
chas aIos 15: y sólo los de esta edad tienen estos alcaldes. tiempo que les sobra, después dei Rosario, que especial-
Todos se casan. Su corta capacidad y mucha materialidad no mente en verano es algunas horas, y mucho más en los días
son capaces de celibato. Acabada Ia oración mental de los de precepto para los espanoles que no 10 son para ellos:
Padres, a cuyo tiempo por 10 regular acaban ellos su rezo, porque en éstos, después de Ia Misa, van a sus casas, no se
abren los sacristanes todas Ias puertas de Ia iglesia. Dan les manda labor alguna: ni aun aios oficiales mecánicos,
vuelta los muchachos para entrar por Ia puerta los varones, aunque no están obligados a cesar dei trabajo.
que, como se dijo, es Ia que cae ai patio de los Padres, a Ia Por Ia tarde tocan una de Ias campanas de Ia torre, que
que s menester entrar por Ia portería, y Ias muchachas en- ellos llaman TAIN TAIN, a venir a Ia íglesía. para 10 cual, si

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están distantes dei pueblo, ponen una espía. Vienen con su do en otra Província, con condicion de que había de venir
santo y tamboriles y flautas: van de presto a su casa adejar a Ias Misiones de Ia América: pues su arrepentimiento daba
su poncho de trabajo (ya se dijo qué vestidura es), y se esperanzas de que se portaría bien en ellas: que se le detu-
ponen otro mejor para Ia iglesia. Vienen en verano a Ias 5, vo mucho tiempo en Buenos Aires, antes de enviarlo a Ia
y en invierno a Ias 4: que allí en este tiempo no son tan labor. Que en este tiempo fue segunda vez expulso por
cortos los días como en Espaõa. desobediente y otros escándalos. Que después de esta se-
Colocados en su lugar empiezan los de Ias más claras gunda expulsión fue a estas Misiones, capellán de los oficia-
voces el Padre nuestro y demás oraciones, repitiendo todos. les demarcadores Reales: Que pasó de priesa por los cinco
Después empieza el Catecismo con preguntas y respuestas pueblos con Ia turba de dichos demarcadores: en que no
entre cuatro: y hacen dos coros. EI un coro pregunta ~HAY pu do observar cosa de monta. Y aunque estuvo en los siete
DIOS? Y responde el otro: SÍ HAY: Y así van hasta el fino EI pueblos de Ia línea divisória, fue cuando no había indios en
Catecismo es breve compuesto a su modo por un Concilio ellos, cuando estaban evacuados: y que llegó a ellos mos-
Limense (75). Acabado el Catecismo, viene un Alcalde de trando mucha pasión, ira y enojo 'contra los jesuítas, por
los suyos que siempre está con ellos, a avisar ai Padre que haberle expulsado segunda vez. Le vi en ellas, traté y comu-
ya se ha acabado el Catecismo, para que vaya a enseõar Ia níqué. Era de genio mordaz, gran decidor, motejador y des-
doctrina. AI ir a Ia iglesia, comienza a tocar Ia campana a preciador de sus prójimos. En esto mismo estaban todos los
Rosario, para que mientras dura Ia Doctrina, pueda venir el que trataban con él y le oyeron. Ya murió: Dios le haya
pueblo. Enséõala el padre con una cruz en Ia mano, y es perdonado: y quiera S. M. que le hayan aprovechado Ias
aquélla que dije se llevaba a los enfermos, cuando van a oraciones que hacíamos por su bien, que no eran pocas.
confesar. Pregunta a unos y a otros, y da sus premios como Factible es que haga mucho mal su libro a los que ignoran
en Espaõa. Acabada ésta, entra el Rosario y 10 dernãs, como quién fue (76). En hacer y sacar a luz este libro, aunque
se dijo, Van los muchachos ai patio: rezan otro poco: dáse- fuera verdad 10 que dice, faltó a Ias órdenes Reales, que
les ración de carne, y diciendo a voz en grito todos juntos: ninguno hable ni en favor ni en contra de los jesuítas. Vol-
TUPÁ TANDERAARÓ CHERUBA, Dios te guarde Padre Mío, se van vamos aios indios adultos y de mayor edad.
a sus casas. Este es el modo que se tiene en todos los pue- Hay en todos 10s pueblos dos Congregaciones: una de Ia
blos con esta inocente infantería. Este es el porte de padres Virgen y otra de San Miguel. Se admiten congregantes adul-
y madres que tienen los Misioneros con ellos. EI autor dei tos de uno y otro sexo. No se admite a cualquiera. Se hacen
libro nuevo que antes cité, dice que en tiempo de ínvierno, pruebas antes de sus costumbres. Confiesan y comulgan por
como están tan de maõana rezando y cantando, con tan regia cada mes. EI día de su advocación se celebra con gran
poco vestido, mientras están los Padres repantigados en su solemnidad, con vísperas solernnes y danzas, Misa solemne
cama, mueren muchos de frío: y ésta es Ia causa porque no y serrnón, ya Ia tarde se les hace una plática, les lee el Padre
se multiplican más aquellas gentes. a tanto puede llegar Ia sus regias y se Ias explica: firman los papeles de su entrada
ciega pasión: Y aõade que los Padres son homicidas, pues a los que entran de nuevo: porque hacen su protesta de vivir
les obligan a Ia causa de su muerte. Ya sabe V. R. que éste de tal y tal modo, y de cumplir Ias regias. Este papel traen
fue expulso de nuestra religión en Espaõa por revoltoso, ai cuello en una curiosa bolsa para ser conocidos por escla-
alocado y díscolo: que fue después de algún tiempo recibi- vos de Ia Virgen, y los otros por especiales veneradores de
San Migue1. Da el oficio de Prefecto, entregando en manos
dei electo un estandarte de Ia Virgen: y ésto con Ia celebri-
(75) El tercer Concilio Limense se realizá en 1582·83 y sus resultados dad de chirimías y clarines, como dije que se daban los
más notables fueron Ias redacciones de los catecismos, dei confesionario
y de una Instrucci6n para confesores. El catecismo guaraní fue escrito por
el franciscano Luis de Bolaüos. (76) Está haciendo referencia de nuevo a Bernarclo Ibáüez (nota 66).

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oficios de Cabildo: y con él dan los demás oficios de con- los bendiga (77). Cuando van a comulgar, estando todos a
sultor, fiscal, portero y enfermero, que asisten a consolar los Ia barandilla, va el sacristán mayor con una gran fuente, re-
enfermos, llevarles agua, leõa y algunos regalos. cogiendo en ella Ias tablíllas. Si alguno no Ia trae, que suce-
Los demás del pueblo confiesan y comulgan varias veces de rarísima vez, 10 echa de allí. Si dice que se le perdió, le
aI aõo. No hay fiestas en que no se confiesen muchos, espe- dice que se confiese otra vez y Ia traíga. Las barandillas son
cialmente en Ias que son de precepto para ellos. Y como tan grandes que en algunas cabe una hilera de 80 personas
son centenares. y no pueden dos Padres solos (ya tempora- y en algunas partes está con mucho adorno de dorado y
das no es más que uno) con tantos en un día: empiezan Ias pintado, y con muy vistosos paõos o Iíenzos. Siempre que
confesiones dos o tres días antes: hay mucho orden y res- van a viaje, que ha de durar algunos meses, como a Buenos
guardo en ellas: no son a cualquiera hora, que sería cosa Aires en barcos, o a función de fabricar fuertes, o de milicia,
insoportable. Son de 'este modo. Después de Ia Misa, a hora confiesan y comulgan todos: y cuando vuelven, confiesan
regular, y de dar gracias, se van los Padres a sus ministerios otra vez. Cuando enferman, luego se confiesan y quieren
de Viático, Extremaunción, etc., que por no estar lejos los que se les dé el Viático y Extremaución, aunque no sea muy
enfermos, y haber mucha prevención y orden, se hace con grave Ia enfermedad. No siempre se puede condescender
brevedad: y de ahí a rezar Horas menores. Entretanto, se van con ellos, sino arreglámonos al Ritual, No hay aquel horror
disponiendo en Ia iglesia los que se han de confesar. De su a estos sacramentos, como con tanto daõo suyo 10 tienen
concierto y orden, cuidan los prefectos de Ia Congregación, muchos cristianos. En dándoles todos los Sacramentos, que-
dejándoles con toda libertad que se apliquen al Confesiona- dan muy contentos. Cuando repetimos Ias visitas si se les
rio que quisieren. Estos son preciosos, grandes, dorados, y pregunta si quieren confesar, rara vez 10 hacen. Suelen de-
pintados, que parecen un retablo. No sólo 'ias mujeres, sino cir: Ya te 10 dije todo: no tengo cosa alguna. No muestran
también los varones se confiesan por Ia rejilla: éstos a un horror ni turbación a Ia muerte: ni tienen escrúpulos, ni
lado y ellas a otro. Viene uno de los prefectos a avisar a los congojas (78). Mueren con mucha devoción, y mostrando Ia
Padres: -para ti, Padre, o en tu confesonario, hay tantos hom- confianza de que se han de salvar. Juzgamos que por su
bres o tantas mujeres, o tantos muchachos y tantas mucha- cortedad, Dios no permite al demonio que los tiente en
chas. Coge el Padre una cestica que para este fin tiene llena aquella hora. Por esto es común sentir de los Padres que
de tablitas como un dedo de largas, en que con un hierro
ardiendo se graba este letrero: Confesiôn. y va a Ia iglesia.
A cada uno que da Ia absolución da una de aquellas tablillas
(77) En Ia carta-relacíón de 1747 Cardiel escríbe sobre este tema: En
por un agujero que hay para eso en el confesonario. AI que Ias confesiones nos sucede cada día que dicen sí J' //0 a una misma cosa
no absuelve no se le da: y le advierte que no puede comul- y inmediatamente y en mate ria graue, J' couocemos que 1/0 es por mali-
gar, aunque por Ia Doctrina cuotidiana, cuando muchachos, cia, sino por estupidez de entendimiento ... Si en Ia aueriguactôn de algún
y por Ias pláticas dominicales, ya 10 saben. Si tiene que re- delito le instan J' amenazan sobre que diga Ia uerdad, confiesa contra sí
conciliarse, vuelve al otro día: aunque es rarísimo el que mismo, aunque el delito sea de muerte, J' después de aoeriguada su ino-
vuelve, por Ia crasitud de sus conciencias o entendimíento. cencia, si le preguntan por qué cargo sobre si UII tan grave delito, estalido
No tienen escrúpulos ni delicadezas: y desde que le dieron inocente, responde: iQué babia de bacer, si me preguntaban tanto?
(78) Un caso relata Carcliel en Ia carta antes citada que merece copiar-
Ia tablilla, se guarda mucho de hacer cosa que sea materia
se: En el pueblo de Santa Rosa, estalido el cura cantando el oficio de
de confesión. Sus confesiones son muy breves, sin relacio- difuntos a una india que estaba eu el féretro de repente se meneá el
nes, ni historias, ni conviene decirles mucho, sino poco y' cuerpo, con tanto pavor dei cura, que revestido como estaba se hUJ'6 a Ia
bueno. Son muchos los que vienen sin materia de confe- sacristia. y los indios, músicos J' euterradores, estabau CO/Itanta sereni-
sión, por más que los examine: y dicen que vienen a que dad que se llegaron ai féretro, J' Si/I expresiôn de sobresalto, le preguuta-
ron qué tenía. Habiale dado un parasismo de que Ia tuuierart por muerta,
y después vilJi6 mucbos días.

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todos los que mueren en el pueblo se salvan: y un Padre EI cuidado en 10 espiritual de los enfermos, y Ia caridad en
muy santo y muy devoto y de grande experiencia, decía 10 temporal es grande. Para esto hay en el pueblo tres o cuatro
además: que atenta Ia piedad de Dios, su mucha cortedad, indios, que como apunté !laman CURUZUYÁ, el de Ia cruz, por-
y Ia fe y devoción que muestran, todos se salvan. También que siempre lleva como por báculo una cruz de dos varas en
son de sentir los experimentados que el indio, aunque haga alto, y gruesa como el dedo pulgar. Estos desde pequenos
cosas que de suyo sean pecados mortales, rara vez comete aprenden a curar y hacer medicamentos o medicinas: tienen
pecado mortal formalmente, sino venial por falta de conoci- papeles de esta facultad, hechos por algunos hermanos Coad-
miento, como decimos de los muchachos. jutores, enfermeros en aque!las Misiones, que fueron en el
Sus viajes se hacen muy cristianamente. Confiesan y co- siglo Cirujanos y boticarios, y se aplicaron mucho en Ias Misio-
mulgan todos. Después, prevenido el matalotaje paraél, to- nes a Ia medicina (79). No van con los demás a Ias faenas dei
can sus tamboriles a juntarse. Vienen a Ia iglesia con un pueblo: antes los otros les hacen 10 que han de menester, para
retrato de Ia Virgen u otro santo de su devoción, que por 10 que los cuiden mejor de su ministerio.
regular es dei patrón dei pueblo. Pónenlo sobre una mesa; Todas Ias mana nas vienen temprano. Salen por Ias calles
y ante él rezan y cantan: y suelen acudir allí algunos músi- a visitar los enfermos y ver si hay alguno de nuevo. AI abrir
cos con sus instrumentos a ayudarles. Salen a Ia puerta dei Ia portería, un cuarto de hora antes de acabar Ia oración,
Cura: bésanle Ia mano: háceles una corta plática sobre el fin entran en casa de los Padres juntamente con los sacristanes,
de su viaje. Cargan con el santo: llévanle en procesión alre- mayordomos y cocinero, y no se abre antes a nadie, sino
dedor de Ia plaza ai son de chirimías, cajas y flautas, y una que sea algún repentino ministerio. Aguardan a que toquen
o dos campanillas que llevan para todo el viaje: y uno que a salir de oración, y dan cuenta ai Padre de todo. N. a quien
hace oficio de sacristán cuidando de él. Tan cristianamente confesaste ayer, está de este modo, hoy necesita de viático
se portan. Siempre llevan el santo, su sacristán, campanillas, después de Misa. N. necesita de Ia Extremaución. Murió un
tamboril y flauta, y un médico con su botica de medicinas párvulo, etc.: ya Ia hora competente están con el Padre en
para cuando hubiere enfermos. estos ministerios como directores de los demás que asisten.
Cada tarde, antes de ponerse el sol, se paran, sea por Acabadas estas funciones, vienen a disponer Ia comida de
agua, sea por tierra, y hacen como una enramada y altar a su los enfermos, que hacen en casa de los Padres. AI salir de
santo: rezan allí el rosario y cantan algo: y de ahí acenar. EI comer éstos, tienen prevenida ya en sus platos esta comida,
indio en viajes y en su pueblo y casa, cena ai caer Ia tarde, y con un pedazo de pan de trigo en cada uno, que por orden
se acuesta ai anochecer, y se levanta con Ias gallinas muy de dei Padre le pone el refitolero. Bendícelos el Padre serna-
manana, no a trabajar: sino a tomar Ia bebida de Ia yerba, nero, y va con ellos a los enfermos. Esto se hace porque los
almorzar y parlar. Cuando ya salió el sol, rezan ante su san- de su casa les dan Ia comida a medio guisar, casi cruda y
to, que para eso 10 dejaron por Ia noche en su enramada o dura, que así Ia quieren y comen ellos: y dicen que si está
altar, y cantan una canción: y casi siempre hay alguno o muy cocida y como nosotros Ia comemos, no dura en su
algunos músicos jubilados entre ellos. y ya tarde empiezan estómago. Tienen buche de avestruz, que todo 10 digieren.
Ia jornada. Comienzan tarde y acaban temprano. Así 10 ha- Pero a los enfermos no les puede hacer provecho.
cen siempre que van sin 'algün Padre: que es más común ir
sin él. Si llevan algún Misionero le obedecen en el modo
(79) Hubo importantes médicos y farmacéuticos en Ias rnísíones jesui-
de caminar, aunque cuesta dificultad sacarlos de su paso. AI tas. Sin animo de exhaustívidad podemos citar aios hermanos Blas Gutié-
indio nada se le da en tardar. Otros Padres se atemperan a rrez, joaquín Zubeldía y Pedra Momenegro, autor de una ínteresanusírna
su modo, si no hay especial priesa. Cuando vuelven de su Materia Médica, ya los padres Segismunclo Aperger, de quien Azara decía
viaje, se confiesan y comulgan otra vez. Si no se hallaron en que sus recetas y sentencias tienen boy más crédito que [as de Hipocrates
ocasión de pecar, no traen materia: porque el indio, si no )' Dioscôrides, y Tomás Falkner, que llegó ai Río de Ia Plata como médico
está en Ia ocasión, nada se le ofrece. de un barco negrero inglés.

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Después de comer, vuelven Ias enfermeros o médicos a capilla en una rica silla de Ias tres que sirven para Ias víspe-
visitar sus enfermos, ya Ias dos están en Ia portería: yentran ras solemnes, que por Ia común son de terciopelo carmesí
con Ias de más a dar cuenta de su ministerio: y entonces con galones de oro: y Ias Cabildantes y Cabos con sus vesti-
piden Ia medicina, que en su casa no Ia tienen, de que Ias dos de gala, en Ias asientos correspondientes. Salen Ias dan-
Padres están prevenidos. Medicinas y visitas todo se da y se zas. acho, diez o más danzan alguna de Ias más devotas
hace de balde, dei mismo modo que nuestros ministerios danzas delante dei SSmo., ya de Angeles, ya de naciones.
espirituales. Los Padres van aun sin ser lIamados, a visitar Diré tal cua!. Salen vestidos diez de asiáticos con cazoletas
Ias enfermos, y ven si Ias médicos cumplen bien con su de incienso de su tierra, y en ellas un grana grande como
oficio. Por este orden y concierto es lIevadero y sin mucho una nuez en cada una para que dure toda Ia danza. Puestos
trabajo el andar bien de 10 espiritual de un pueblo, aunque de hilera, comienzan a incensar ai Sefíor, con reverencias
sea grande y aunque haya un solo Padre. Si estuviéramos a hasta el suelo, ai uso de su tierra: y ai mismo tiempo cantan
su antojo, sería harto difícil, que ni cuatro Padres pudieran LAUDA SION SALVATOREM: y con bellísimas voces, que casi to-
dar satisfacción. Para mayor distinción prosigamos por títu- dos son tiples. Esto Ia cantan despacio, ai compás de Ia
los 10 que resta dei porte eclesiástico y espiritual y Ia que a incensación. Repiten todos más apriesa, danzando y cantan-
él se allega. do, y prosiguen dos o tres mudanzas. Cantan segunda vez
dos de ellos QUANTUM POTES TANTUM AUDE ete., incensando
y cantando con pausa, y repiten todos LAUDA SION SALVATO·
Procesión de Corpus REM etc.. danzan y cantan más apriesa. Con este orden van
cantando todo el sagrado himno. AI fin van de dos en dos
Esta se hace con notable solemnidad y devoción. Días sucesivamente ai altar, con muchas vueltas y genuflexiones
antes van indios a Ias campos y montes, a coger fieras, y y dejan allí delante en orden todas sus cazoletas con sus pe-
pájaros y flores. Alrededor de Ia plaza hacen una gran calle betes.
por donde ha de rodear Ia procesión. Toda Ia plaza que Otra vez salen cuatro Reyes, que representan Ias cuatro
coge esta calle está lIena de arcos de vistosas ramas y flores, partes dei mundo, con sus caronas y cetros, y un corazón de
y a Ias lados hay el mismo adorno. Estas arcos y lados Ias pala oculto pintado en el seno. Estas suelen ser tenores, y
adornan con muchos loros, y pájaros de varias colores, y traen el traje correspondiente a su país o región. Pónense
otros varias pájaros, a que anaden a trechos monos y vena- en fila delante dei Senor: y con gran gravedad cantan el
dos, y otros animales bien amarrados. Los sacristanes, a Ias SACRIS SOLEMNIIS. Acabados estas primeros. versos, danzan
cuatro ángulos adornan cuatro capillas con sus chapiteles algunas mudanzas con majestad de Reyes. Paran, y vuelven
muy aderezados, con muchos frontales y otras alhajas de Ia a cantar Ias segundos, y vuelven a danzar sus mudanzas. AI
iglesia. Están prevenidos Ias músicos y danzantes, muy en- fin van Ias dos primeros ai Santísimo con grandes reveren-
sayados en su facultad. Después de Ia misa, sale el Preste cias: danzan, y allí ofrecen Ia carona, y vuelven por el mis-
con su custodia (que es vistosa y rica), ai sonoro y devoto mo orden de vueltas a sus compafíeros. Estos van dei mismo
estruendo de cuantos instrumentos hay en el pueblo. violi- modo, y ofrecen dei mismo modo. Después de alguna mu-
nes, arpas, bajones, clarines, tambores, tamboriles y flautas. danza, vuelven Ias primeros, y ofrecen Ias cetros: y después
Van siempre dos acólitos con ricos roquetes y sotanas, incen- de otra, arrancan a un tiempo el corazón y con él en Ia
sando con dos incensarios de plata, y otros con una vistosa mano, con festivas vueltas y reverencias le ofrecen a aquel
cestilla lIena de flores, echándolas por toda Ia procesión a Sefíor, dejando allí carona, cetro y corazón. iQué dirán a
Ias pies dei sacerdote. esta Ias cristianos viejos, que con tanta profanidad y aun
AI lIegar a Ia primera capilla, pane Ia custodia en el altar: peligro de sus almas usan sus danzas?
inciensan, cantan Ias músicos alguna devota letrilla y el ver- Prosiguen desde esta primera capilla a Ia segunda: y allí
sículo y el Preste su oración. Luego se sienta delante de Ia se hace Ia mismo, con sus letrillas, motetes y danzas: y Ia

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mismo en Ia tercera y cuarta: y como Ia gente vacon tanto tantos, es larga Ia función: y prosiguen después en medio
silencio y devoción (cosa que usan en todas Ias procesio- de Ia función sin cantar.
nes, y de que se admiran y edifican mucho los espaãoles Esta va alrede dor de Ia plaza como Ia del Corpus: y todas
virtuosos), y sobre todo, va Ia música repitiendo el TANTUM Ias procesiones se hacen por el mismo estilo, no por Ias
ERGO: y es tanto el estrépito de Ias campanas, clarines, clari- calles. Los músicos van cantando el MISERERE: y acabado,
netes y demás instrumentos de boca y de cuerdas, tambores, cantan y repiten Ias coplas de Ias pasos que cantaban los
tamboriles, cajas, flautas, que parece cosa de Ia gloria. Aca- nínos. Llévanse muchos pasos de bulto, yal salir el de jesu-
bada Ia procesión, reparte el Padre a los más necesitados cristo a Ia columna y el de Ia Virgen llorando, levantan Ias
gran multitud de mandiocas y batatas, tortas de maíz y mujeres el grito, llantos y alaridos, que enternecerían a Ias
otros comestibles, que pusieron en los adornos de Ia pro- mismas piedras. Van cesando estos alaridos o llantos, y no
cesión: y después se van a prevenir su convite, que este día se oyen sino cajas roncas, clarines roncos, el Miserere, y un
es grande. grande confuso ruido de azotes, porque nadie habla una
palabra. Azótanse casi todos los. que no van ocupados en
llevar los pasos u otro misterio. Su azote es una penca de
Semana Santa cuero de vaca, sembrada de clavos, con Ias puntas hacia
afuera, al modo de peine para apartar el hilo de Ia estopa,
aunque no tan espeso. Con este tan horroroso instrumento
Celébranse Ias tinieblas con Ia música, pero no se usan se azotan tan sin tiento, como si fuera disciplina de algo-
violines, sino violones y flautas de coro y espinetas, o clavi- dón, y aI día siguiente, de Ias muchas heridas que se hacen
cordios, y en algunas partes liras, instrumento de arco muy con mucho derramamiento de sangre, están ya con costras,
dulce y sonoro y devoto, que en 10 suave y grave imita algo sin haberles aplicado medicina alguna (80). Son muy diver-
al clavicordio. AI MISERERE se azotan con un rigor singular. sas Ias carnes del indio de Ias nuestras, a semejanza de los
El jueves Santo por Ia noche hay sermón de Pasión. Des- brutos. No se tapan Ia cara para azotarse, que en ellos no
pués empieza Ia procesión. Esta es tan devota, que no se hay vanidad ni otros reparos.
puede explicar sin lágrimas. Es de este modo: jueves, Viernes y Sábado santo se hacen Ias funciones de
Previénense treinta y tantos niãos de nueve a diez anos Misa, Profecías y demás ceremonias, como en Ias colegiatas
con sotanas y muy decentes vestidos talares, con un paso de de canónigos. Como aquellas iglesias son parroquias, se
Ia Pasión cada uno: y dos muchachos a los dos lados con bendice Ia pila bauptismal con mucho adorno y majestad, Ia
linternas pu estas en alto para ser mejor vistos de todos. To- mana na del Sábado santo: sacan nuevo fuego. El fuego 10
dos estos se ponen por su orden en el patio de los Padres, hace el sacristán con un eslabón: hace una gran fogata en el
cerrada Ia puerta de Ia iglesia que cae a aquella parte. Sale antepatio y en el pórtico. Bendice el párroco el fuego según
el Preste con su capa pluvial, y se sienta frente a aquella el Ritual: y 10 mismo es bendecirlo, rociarlo, e incensarlo,
puerta. Abrenla, y va entrando el primer nino con Ia soga o que con grande algazara echarse todos a coger los tizones,
lazo con que prendieron a jesucristo hasta el centro de Ia
iglesia, en que el mucho gentío tiene hecha una espaciosa
calle hasta Ia puerta principal, para que desde alli se enca-
(80) A Cardiel le asombraba Ia capacidad de recuperación de Ias indí-
minen todos; y aI entrar, va cantando en tono muy lastimero genas. En otro texto suyo escribía: En otra ocasión atravesaron a otro de
al son de bajones y chirimías roncas: ESTA ES LA SOGA CON parte a parte con una lanza por Ias tripas, agujereándolas, como 10mani-
QUE PRENDIERON AJESÚS NUESTRO REDENTOR: CON QUE SE DEJÓ fiesta el que ai beber salía parte de Ia bebida por Ia berida; )' con ser que
ATAR EL SENOR POR NUESTROS PECADOS: AY, AY, CRISTO, MI BIEN semejantes heridas Ias tiene Ia cirugia por incurables, sano dei todo)' siri
Y SENOR. Con este orden y esta explicación del paso, y el aplicar medicinas. Su tacto y su temperamento corporal son cosa extra-
santo estribillo .ay, ay!, van entrando todos, que como son na.

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y con grande alegría lleva cada uno su tizón a casa, como cánticos detrás e instrumentos, y el grande estrépito de re-
fuego santo para tener nuevo fuego. No hay desorden nin- pique de campanas y campanillas, que los monacillos van
guno en esta función. repicando ai lado de Ias imágenes. Acabada Ia procesión,
La mana na de resurrección es cosa de Ia gloria. AI alba, empieza Ia Misa solemne, y su sermón aI Evangelio: yacaba-
ya está toda Ia gente en Ia iglesia. Por calles, plazas y pórti- do todo, van a tomar Ia yerba, a beberia en su casa, y a
cos de Ia iglesia, todo está lleno de luces: todo es resonar prevenirse para el banquete o convite. Este día, por Ia cir-
cajas y tambores, tamboriles y flautas, trernolar banderas cunstancia de procesión tan larga y sermón, no hay rezo y
flámulas, estandartes, y gallardetes en honra de Ias estátuas catecismo de cada domingo. Ahora me ocurre que dejé de
de bulto entero colocadas en medio, de Cristo resucitado y poner Ia distribución eclesiástica deI domingo donde le to-
de su Santísima Madre: haciéndolas grande y sonora música caba, que es después de Ia distribución cuotidiana. No es
los bajones, clarines, chirimías, órganos y todo género de bien que Ia dejernos en blanco pues es cosa de singular
instrumentos, que todos juntos, con muy alegres sones, con- edificación.
curren a causar una alegría deI cielo. Los Cabildantes, los
militares, los danzantes con Ias mejores galas y todas sus
banderas y banderillas de varios colores. Distribución eclesiástica dei Domingo
. Sale el P~este con el más rico ornamento, de capa plu-
vial, etc. lncíensa a Ias dos estatuas. Sale Ia imagen de Iesu- Cada Domingo aI amanecer, mientras los Padres están
cristo por un lado con todos los varones, el Preste y Ia músi- en oración, júntanse todos de todas edades y sexos en Ia
ca, y por el otro lado Ia Virgen, Ia música y todas Ias plaza, divididos y apartados los hombres de Ias mujeres, los
mujeres. En toda Ia plaza todo es bati r y tremolar aquella muchachos de Ias muchachas, como se hace siempre. AI
multitud de banderas y gallardetes. Los músicos se desha- tocar a salir de Ia oración los Padres, abren Ias puertas, en-
cen cantando y repitiendo REGINA COELI LAETARE. Los clari-
tran Ias mujeres en Ia iglesia por Ias tres puertas dei pórtico:
nes con Ias chirimías corresponden con tal destreza, que y los varones por Ias de los costados. Los muchachos se
parece Ias hacen hablar. EI LAETARE LAETARE es 10 que repi- quedan en el patio de los Padres: y Ias muchachas van ai
ten muchas veces con muchos gorjeos. Es composición muy cementerio. En medío de Ia iglesia, entre los hombres y Ias
alegre. Después de haber acabado Ias tres caras de Ia plaza, mujeres, dando Ia espalda a éstas, se ponen en pie cuatro
ai e~cararse Ias dos imágenes en Ia cuarta, Ia de Ia Virgen indios de Ias más claras voces, y todos los demás están de
se viene a encontrar con su SSmo. Rijo en medio de tres rodillas. Los cuatro comienzan el Padre nuestro y demás
muy profundas reverencias a trechos, arrodillándose a ellas oraciones, que repiten todos. Acabadas éstas, se sientan,
todo el pueblo. Ya a este tiempo repiten mucho más y con que dando en pie los cuatro. Estos comienzan el Catecismo.
más estruendo y gorjeos de voces e instrumentos el REGINA Dos de ellos dicen dHay Dias? Responden dos: Si hay. Pro-
y el LAETARE. siguen los dos: dCuántos Dioses bay? Responden los otros
Juntas Ias dos santas imágenes, sale una danza de Ange- dos: Uno no más. Responden todos 10 mismo: y por este
les que son muchos músicos, aI son de arpas y violones. orden va todo 10 demás, como se dijo hablando de Ia Doe-
Comienzan a danzar ya cantar a un mismo tiempo el REGINA trina de los muchachos. Supónese que todo va en su lengua-
COELI delante de Ias dos imágenes. Después de algunas mu- je: que si fuera en lengua latina o castellana, que no Ia en-
danzas 10 repiten en su lengua: y así alternando en latín y tienden, poco les aprovecharía.
en su idioma, prosiguen y acaban todas sus mudanzas. Sal e Acabadas Ias oraciones y el Catecismo, dicen los cuatro:
otra de naciones, hasta cuatro. Acabadas Ias danzas, vuelve -Este es el modo de contar: uno- Y responden todos:
Ia procesión con Ias dos imágenes por medio de Ia plaza, uno. - -Dos-: y responden dos. - -Tres-, y responden todos
después de Ia incensación, que hace el Preste, cantando Ia tres. y así van hasta ciento, y de ahí a 200, etcétera, hasta mil.
oración correspondiente. Va por el mismo orden de alegres De uno a cuatro inclusive cuentan en su lengua, y es: petey,

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mocoy, mbobapi, irundi. De ahí en adelante, encastellano, serrnón: y algunos tienen tal memoria, que Ia repiten pun-
porque en su lenguaje sólo cuentan hasta cuatro. Para cinco, tualrnente toda. Otros que no llegan a tanto, repiten 10 que
dicen: una mano: peteipô; y muestran Ias cinco dedos. Para pueden, y anaden otras cosas santas: pero nunca se paran,
seis: una mano y un dedo, etc. Para diez: dos manos. Para ni les falta que decir por media hora y más. El exordio es
veinte: manos y pies: y de ahí arriba dicen: etâ, mucbos: y muchas veces. -Ya veis, hermanos míos, que estas Padres
no saben más: tan corto quedó su entendimiento (81). Aca- están quebrantándose Ia cabeza con nosotros, en busca de
bado el modo de contar, dícen: estos son tos meses dei ano, nuestro bien espiritual primeramente, y después del tempo-
Enero. y responden todos: Enero, y así hasta Diciembre. En ral: de manera que sin ellos nada tuviérarnos. ya veis corno
su lengua no tienen nombre de meses, sino una luna, dos nada buscan de nosotros para sí, sino que antes bien están
lunas, etc.- Después dícen. estos son los días de Ia sema- buscando para nosotros. Vienen con sus estampas, medallas
na: lunes: y responden lunes: y así hasta el domingo: todo y abalarias que reparten entre nosotros, y después de haber
en castellano: aunque a estas días les han puesto nombres trabajado mucho, se van según el orden de su Superior, y
en su lengua. AI lunes, mbayapoipi, trabajo primero; al nada llevan. Y sabéis como dejaron sus padres, sus madres,
martes, mbayapomocoi, trabajo segundo, etc. AI jueves lla- sus parientes y sus países: aquellas tierras tan fértiles y deli-
man teique, entrada, porque a Ias principias, no sólo Ias ciosas de Ia otra parte de! mar, y con tantos peligros, por un
Domingos entraban en Ia iglesia, sino también el jueves. AI mar tan dilatado vinieron a hacernos tanto bien: por tanto
sábado, uispera de fiesta. y al Domingo, día de fiesta. Todo debemos respetarlos, honrarlos y obedecerlos, etc.·- No
esto que hacen Ias hombres y mujeres en Ia iglesia, hacen hay cosa que les mueva tanto, como esta de dejar sus padres
Ias muchachos aparte con sus alcaldes en el patio, y Ias y su país por ellos. A Ias mujeres repite Ia plática un Alcalde
muchachas en el cementerio. viejo.
Acabado todo esta, entra un Padre, el semanero, a hacer- Acabada Ia plática, Ias Secretarias de cada parcialidad
les un plática doctrinal, habiendo entrado para esto Ias ni- cuentan a todos de toda edad y sexo por sus listas, para ver
nas y Ias ninas. Acabada Ia plática, se reviste el Padre con si ha faltado alguno a Misa: dan cuenta al Cura, y él averigua
capa pluvial, y sale al Asperges, que entona enlas gradas de! si estuvo impedido. Si fue culpado, se le busca y castiga. El
altar mayor: salen con él Ias Acólitos con el calderillo del castigo son 25 azotes. Luego se dice Ia Misa segunda para
agua bendita y el hisopo, uno y otro de plata: prosigue as- Ias convalecientes, e impedidos en Ia primera. Después se
perjando por toda Ia iglesia: y Ias músicos entretanto cantan reparten Ias faenas de toda Ia semana, y se van a comer y a
10 que corresponde. Vuelve a Ias gradas del Altar, y dice Ias jugar a Ia pelota, que es casi su único juego. Pero no Ia
versículos del Ritual, cantando todos. Después entra Ia Misa juegan como Ias espaãoles: no Ia tiran y revuelven con Ia
con toda solemnidad. Cantan Ias músicos 10 que les toca, mano. AI sacar, tiran Ia pelota un poco alto, y Ia arrojan con
Gloria, Credo, etc., en varias composiciones que tienen: un el empeine del mismo modo que nosotros con Ia mano: y
domingo una, otro otra. Desde Ia Septuagésima a Pascua, al volverla Ias contrarias 10 hacen también con el pie: 10
cantan en tono gregoriano, según Ia rúbrica. Acabada Ia de más es falta. Su pelota es de cierta goma, que salta mucho
Misa, salen todos adonde les toca: Ias hombres y mucha- más que nuestras pelotas. Júntanse muchos a este juego y
chos al patio del Padre: Ias mujeres y muchachas al cemen- ponen sus apuestas de una y otra parte. A Ia tarde se ejerci-
teria: y luego, en e! patio, uno de Ias Cabildantes más hábi- tan en Ia plaza al blanco con flechas, y con escopeta cuando
les repite a todos Ia plática: y e! día del sermón repite el hay pólvora y balas, que de uno y otro suele haber mucha
carestia: y con esto se acabó el domingo.

(81) Estos datas tienen gran interés para los antropólogos pues Ias
formas de contar se utilizan a menudo para intentar realizar c1asificaciones
ele desarrollos culturales.

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Sus convites trajeron: y con festejo, llevan todo aquello a Ia plaza, donde
les espera un trozo de caba11ería militar: y parando un poco
Casi en cada fiesta y venida de viajes, hay banquetes: y los de 10s santos, hacen con sus caballos varios festejos en
en todas Ias bodas. Hãcenlos, no dentro de sus casas, sino honra suya: y los de Ias picas y banderas, vuelven a jugarlas
en Ias soportales. Disponen varias mesas en diversos sitios: otra vez. De aquí se encaminan al lugar del convite: prece-
de cada una cuida uno de los principales, que senala el diendo 10s tamboriles y flautas: y ponen al Santo por cabe-
Padre. Dales el Padre por Ia mafiana una vaca para cada cera de Ia mesa.
mesa. E110s Ia aderezan en su casa: y afiaden de sus bienes Siéntanse en sus bancos: que estos son sus síllas. No
batatas, mandiocas y legumbres. Algunos que fueron pana- usan cuchara, y tenedor, ni manteles, ni servi11etas. Ponen a
deros en casa del Padre, hacen algunos panes de trigo, pero cada uno un pu fiado de sal. No echan sal en Ia ol1a. Sacan
pocos. Compuesto ya todo, vienen 10s de cada mesa a casa su guisado, no en fuentes, sino a cada uno en su plato. Van
de los Padres con el santito de bulto o pintura sobre una comiendo y mojando en Ia sal, al modo que nosotros hace-
mesita, y en ella vienen algunas ga11inas asadas, 10s panes y mos con Ia salsa: v de cuando en cuando van dando sus
algunas tortas de mandioca. Pone cada uno su mesa con su vasos de chicha. Es muy ordinario en estos convites estar
santo y viandas en el patio enfrente del refectorio de 10s parte de los músicos tocando y cantando, ya en latín, ya en
Padres, mientras e110s están comiendo, y en el suelo, delan- espanol, ya en su lengua, algunos motetes en honra del San-
te de Ia mesa, ponen unos grandes calabazos de chicha de to. Acabada esta mesa, entra Ia segunda y tercera, y se acaba
maíz o aloja, que es su vino, y de quien ya dije que Ia hacen todo con mucho sosiego, quietud y alegría cristiana. Aque-
floja, que nunca embriague. El mayordomo, por orden del 110smuchachos que dije a Ia bendición, son 10s monacillos,
Padre, pone al lado de 10s calabazos un barrefión de sal, los tiples de Ia música y los que aprenden instrumentos, los
otro de yerba, otro de miel de cana dulce, otro de tabaco hijos de los caciques, cabildantes y mayordomos. A éstos se
para mascar en manejos: un saco de melocotones pasos o les da de comer en casadel Padre. A Ia noche se van a sus
secos, de que se hace mucha provisión con tiernpo: otro casas.
saco con naranjas de Ia China, de que hay mucho (82): y
algunas otras cosas, según el tiempo. Hacia Ia portería estãn
prevenidos 10s tamboriles y flautas, 10s Capitanes de milicia
con sus picas largas, y 10s Alféreces con sus banderas, y en Matrlmonios y bodas
Ias mayores fiestas afiaden clarines y chirimías. Todo eso se
hace sin bulla y con gran silencio. Ya dije en otra parte que 11egando los varones a 17 anos,
Luego que salen 10s Padres del refectorio, bendice uno y Ias hembras a 15, todos se casan. No pueden ser de uno
con una corta oración todas aquellas mesas, y 10s mucha- en uno, ni de dos en dos, porque como son pueblos gran-
chos músicos, que con otros están prevenidos, cantan una des, y no hay más de una parroquia, no habría días de fiesta
breve canción en su lengua, que es bendición y acción de . para echar en ellos Ias amonestaciones según 'el Ritual, tres
gracias, y al punto que Ia acaban, resuenan todos 10s tambo- veces. Cãsanse muchos juntos. Léense a todo el pueblo los
res y de más instrumentos. Tremolan y juegan Ias picas 10s impedimentos del matrimonio: hacen al pueblo Ia lista de
Capitanes, baten Ias banderas los Alféreces, y cargan con sus los que se quieren casar. Eri Ia iglesia van 11amando a cada
santos en Ias mesas y 10s dernás comestibles 10s que 10s uno de ambos sexos, y pregúntale en secreto si viene de
su voluntad, considerada Ia cosa, a casarse, o violentado de
sus padres, o de su cacique, u otro: y si ha pensado bien 10
(82) El naranjo es uno de Ias cultivos introducidos en el área por Ias que hace. Rara vez sucede en este lance no encontrar uno
jesuitas, habiéndose adaptado muy bien a Ias condiciones medíoambienta- o dos que dicen le han violentado, y que no se quiere casar
les de Ia zona. con el asignado en Ia lista. Y si el Padre no hiciera esta

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diligencia, callaría y se casaría. Enterado ya el Cura de que capaces de oración mental: como nosotros cuando mucha-
aquello es voluntario, lee Ias arnonestaciones los tres días chos. sino de vocal: y decir 10 que les dictan.
de fiesta contiguos, que dice el Ritual y encarga mucho Dadas Ias gracias, vienen todos los novios a besar Ia
que el que supiere algún impedimento, 10 venga a decir: y mano ai Cura. A cada uno le da un hacha y un cuchíllo
repite aquellos más obvios. Visto ya que no hay impedi- instrumentos necesarios para sus labores: porque desde que
mento, se ponen todos en hilera delante de Ias puertas de se casan, empiezan a hacer sementeras: y a Ias novias hace
Ia iglesia por Ia lista que tiene el Secretario mayor, que los dar abalorios. Van a sus casas, y los padres y pari entes de Ia
pone en gran ordeno Acuden los Cabildantes y gran parte novia Ia conducen a Ia de su marido, que vive con su padre,
dei pueblo. Sale el Cura con sobrepelliz, ycapa pluvial de hasta algunos anos que haya aprendido a cuidar de 10 do-
Ias más ricas: y los acólitos con sucruz, calderilla e hisopo, méstico. Uno le lleva Ia hamaca: otro los mates: otro Ias
todo de plata: y u.na rica fuente con los anillos, y los trece ollas y alguna alhajuela: que a esto se reduce todo el ajuar
reales de plata ensartados en hilo de plata. Todos están y éste es el dote. Luego se previene el convite de Ias bodas,
callando durante Ia función, sin gracias, ni chanzas, o cosa dando el Padre Ias vacas. Llevan el santico con algo de co-
equivalente: considéranla como cosa sagrada. Tomael Pa- mida a Ia bendición, dándoles allí de Ias cosas de Ia casa, y
dre el mutuo consentimiento a cada uno, y los asperja. con el festejo de tamboril, etc., que ya dije. La boda se hace
Pero antes les hace una plática, en que les explica muy con gran modestia. Para que se vea cómo son, diré un caso.
bien que cosa sea aquel sacramento, y Ias obligacíones de Estando yo cuidando de un pueblo que pasa de mil familias,
él, y pregunta aios Cabildantes, a todo el pueblo asístente casé una vez 90 pares. Como eran tantos, repartí el convite
si hayalgún impedimento. en cuatro partes dei pueblo, con cuatro vacas, ai cuidado de
Despuésles da los anillos y los trece reales que son Ias los principales indios. AI tiempo dei convite, quise ir ocul-
arras, y el novio se los pone y da a Ia novia, según el Ritual. tamente a ver 10 que hacían. Llegué de repente, sin sabe rio
No los traen de su casa. Están guardados siempre en casa ellos, ai primero: y estaban los novios a un lado y Ias novias
dei Padre: y unos anillos y arras sirven para todos. Dadas y enfrente, comiendo con gran sosiego y modestia, allí delan-
recibidas estas prendas en senal de matrimonio, Ias vuelven te una mesa: y en ella una devota estatua de Ia Virgen, y los
a Ia fuente. Tómanlas los segundos, y así van pasando de músicos cantante los gozos de Nuestra Sefíora dei Pilar de
unos a otros. Acabadas estas ceremonias, entran en Ia iglesia Zaragoza: PUES A ESPANA COMO AURORA, en castellano, ai son
hasta Ias gradas de Ia barandilla, y mientras entran, cantan de arpas, y violines. Cierto que no pude contener Ias lágri-
los músicos en tono alegre el salmo UXOR TUA SICUT VITIS mas de gozo, viendo un modo tan cristiano y devoto. Voya
ABUNDANS, FILII TU! SICUT NOVELLAE OLIVARUM (83), etc. Díce- otro convite, y encuentro 10 mismo con otros músicos to-
les el Padre Ias oraciones dei Ritual. Síguese Ia Misa con cando otras cosas. Aprendan de aquí los cristianos europeos
todas Ias ceremonias dei caso. Póneseles a todos, ya en Ia de tanta cultura a celebrar sus profanas bodas.
barandilla, el collar, y Ia banda, cosa muy vistosa, que se
guarda para todos, como Ias arras. Después comulgan y dan
gracias. Para dar gracias en éstas y en todas Ias comuniones Fiesta dei patrón dei pueblo
de todos los demás, hay una oración devotísima, en una
tabla. Esta Ia coge uno de clara voz, y por ella va dictando a Esta Ia celebran con singular solemnidad y cristiandad.
los de más 10 que han de decír. y ellos responden. De otra Previénense días antes para Ia confesión y comunión, en
suerte, el indio estaría allí sin saber qué hacerse. No son que hay mucho concurso. Convídanse Padres de otros pue-
blos para el sermón, y los tres de Ia Misa, y algunos otros.
Los indios tienen preparados muchos caballos de los más
(83) Tu mujer como parra fecunda, tus bijos como renuevos de oliuo gordos, llenos de cintas, cascabeles y plumajes de varios
(Sal. 128,4). colores. Están alerta para cuando vienen los convidados. EI

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Cura y su Compaãero los salen a recibir a caballo a cierta A la~ cuatro o. cinco de Ia tarde, repican todas Ias campa-
distancia dei pueblo: y con e110s aquella turba de caballería nas a visperas. Vienen todos a Ia puerta de Ia iglesia. Salen
galana, con sus ginetes de gala; y si esto no se les permiti e- los Padres a recibir ai Alférez, que es el que preside en
ra, sería el mayor sentimiento para ellos. Entran los huéspe- todo, con agua bendita, como ai mediodía. Revístese el
des en el pueblo, y se apean en Ia puerta de Ia iglesia, con Prest~ ~on capa pluvial (86), y el Diácono y Subdiácono con
mucho estrépito de cajas y todo género de instrumentos: dalrnátícas (87), todo 10 más rico que bay. Lo ordinario son
entran en ella, y con éstos todo 10 principal dei pueblo, y esto~ ?rnamentos, de brocado de oro. En algunos pueblos,
gran parte dei vulgo. Hacen oración, y cantan Ias músicos de tisu. Los demas Padres se ponen sobrepelliz. Todos los
con toda solemnidad el TE DEUM LAUDAMUS. monaguillos van con roquetes muy guarnecidos de encajes.
La víspera, ai punto de mediodía, estando ya preparados Entona el preste el DEUS IN ADIUTORIUM INTENDE (88): dale
en Ia puerta de Ia iglesia el Alférez Real (que 10 hay en Ia Antífona (89) el Diácono y el Subdiácono, después de
todos los pueblos), con el estandarte Real, y su paje a Ia una profunda genuflexión ai SSmo. y reverencia ai Preste.
gineta, acornpaüado de todo el Cabildo y militares, todos de Hácense Ias Vísperas, no en el coro alto, sino en medio de
gala, salen todos los Padres a Ia puerta. Allí el Padre más Ia igles~a, y para asientos, bay tres sillas muy ricas, aforradas
condecorado echa agua bendita ai Alférez, y entran todos, y de tercíopelo carmesí galonado de oro: y para Ias monaci-
con ellos casi todo el pueblo, ecbándoles agua bendita ai 110sbay otras sillas muy vistosas y lucidas. Los demás Padres
entrar. Entonan los músicos el MAGNIFICAT con cuantos ins- se asientan en Ias sillas ordinarias, como Ias de sus aposen-
trumentos bay. No queda aquel día caja, tamboril, flauta, tos. Danse después Ias demás antífonas ai Diácono y Subdiá-
pífano, pandero ni sonaja que no salga: y todos estos rudos cono y de más Padres, para que Ias entonen. Hácense todas
instrumentos resuenan con los suaves ai llegar ai GLORIA Ias Vísperas según el Ritual, ecbando el resto de toda Ia
PATRI. Acabado éste, sale el Alférez con toda su comitiva, y solernnídad. Acabadas ellas, y dejados Ias ornamentos de
se le da agua bendita, ya 10 restante dei pueblo. Va acompa- Ias ~acerdotes, se saca ai Alférez basta el pórtico, siéntase
nado de toda Ia milicia a poner el estandarte en un castillo en él con toda Ia comitiva como ai mediodía, y Ias Padres
postizo, que a este fin está preparado en Ia .plaza. Luego dent~o. Comienzan Ias compaõías de danzantes, después de
toda Ia milicia de a caballo y de a pie, bace varias correrías, festejar el Estandarte, y danzar cuatro de Ias mejores danzas,
zuizas (84) y mudanzas, primero en bonra dei Santo, Patrón entreveradas con graciosos entre meses, que bacen Ias in-
dei pueblo y después dei Estandarte dei Rey. dios bábiles para eso. Danzan y entredanzan con gran gusto
Hecbo esto, viene el Alférez con toda su comitiva de dei pueblo, que gusta de e110 aun más que de Ias mismas
Cabildo y gentes militares, y se sientan en sus bancos de danzas. y jamás hay entre ellos una menos decente
Cabildo, enfrente dei pórtico de Ia iglesia. Los Padres to- ': Ia nocbe, a cosa de Ias nueve, bay también su festejo.
man asiento en el pórtico. Salen los danzantes, y empieza Ia Prevlenen. ante el pórtico de Ia iglesia lucientes bogueras y
primera danza el paje de gineta (85) solo con Ia insignia de gran multirud de campanas. Vienen Ias Cabildantes (que
plata dei Alférez en Ia mano. Después de esta danza, salen
los demás danzantes, baciendo basta cuatro danzas diversas
de ocbo y más danzantes en cada una: y con esto se acaba (86) La capa pluvial es Ia que ponen principalmente los prelados en
esta primera función. los actos dei culto divino.
(87) La dalmática es una vestidura sagrada de mangas anchas yabiertas
que cubre el cuerpo.
(88) Dias mio, uen en mi auxilio (versículo con el que comienza cada
(84) Contiendas.
una de Ias horas dei Oficio divino).
(85) Según el diccionario de Ia Real Academia llámabase paje de jineta
ai que acompaf\aba ai capitán llevando Ia lancilla, distintivo de aquel em- (89) Breve pasaje tomado de Ia Sagrada Escritura que se canta o reza
en Ias horas canónicas.
pleo.

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aquellos días siempre andan con sus galas de seda), acom- partes a carrera abierta, rodeando Ia infantería, haciendo
panados de 30 o 40 danzantes en diversos trajes, a 10 espa- ademán de quereria romper: pero ellos se defienden mucho
nol, a 10 turco, a 10 asiático, y otras naciones, y algunos con con lanzas, a los costados, y espadas con rodelas por todos
vestido cómico, a convidar a los Padres: y todos los danzan- lados: y desde el centro con muchos tiros de escopeta, yen
tes vienen con linternas en alto, sobre unos paios muy pin- algu.nos pueblos con piezas de campana, y algunas veces
tados y vistosos. Llevan a los Padres ai pórtico. Siéntanse los arrojan cohetes a los pies de los caballos. Finalmente des-
principales en sus bancos, y sale a danzar aquella grande pués de muchas vueltas, de romper, y acornetirnientos, abre
turba de lucientes danzantes, todos con sus linternas, con calle por Ia infantería. Allí son los tiros, Ias defensas y los
gran variedad de posituras y mudanzas, y con grande artifi- esfuerzos. Arrebátanles una bandera, y con ella fuerternente
cio, formando motetes, y aun versos de alabanza ai Santo amarrada (que son grandes), va a carrera abierta el que Ia
Patrón, con Ias letras que en sus posituras hacen. Sale otra cogió, corriendo alrededor de Ia plaza, como cantando Ia
danza de 20 o 30, cada uno con su instrumento músico, victoria, a quien siguen todos los suyos. y no Ia lleva recogi-
danzando y tocando: así prosiguen hasta cuatro diversas da, sino desplegada, que es menester mucho esfuerzo para
danzas, y con sus entremeses entre una y otra: y como son mantenerla con tanta violencia en el correr. Vuelve Ia caballe-
de muchos y artificiosos jeroglíficos, duran mucho. ría a hacer esfuerzos y acometimiento para romper: y por mu-
A Ia maãana después de haber salido de oración los Pa- cho que se esfuerzan para Ia defensa los infantes, les van
dres (que ni aun en estos días de tanto trabajo se deja ni se quitando Ia segunda, tercera y cuarta banderas y ai fin, des-
acerta), repican Ias campanas: resuenan todos los instru- baratados y vencidos, los llevan en cuatro trozos, rodeados de
mentos ruidosos, y en Ia plaza es algazara, carreras de caba- Ia caballería, y los meten por los ángulos de Ia plaza. Es fun-
llos y remedos militares, festejando ai santo Patrón, y hon- ción realmente digna de verse, porque son excelentes gine-
rando el Estandarte Real, cuyo Alférez 10 conduce a Ia Misa. tes, yel indio a caballo parece otro hombre. Y más con los
Van todos los Padres a recibirle por 10 que representa. Dan- vestidos, y uniformes y otros adornos que llevan, y con tantas
le agua bendita, y con grande autoridad le introducen a su cintas y cascabeles, y plumajes de los caballos. Después de
asiento, que es una silla rica, y bien guarnecida, y con su esta función militar, se acercan ai pórtico y se bacen cuatro
cojín cerca de Ias barandillas, presidiendo a los bancos de danzas como Ias dichas, pero diversas, porque son tantas,
Cabildo. Comenzada Ia Misa, y ai Evangelio, desenvaina Ia que no es menestar repetir alguna. Y con esto se van a preve-
espada, y levantándola en alto con brío, se mantiene así nir los convites, que son tantos este día, que casi no caben
todo el tiempo dei Evangelio, dando a entender el deseo y en el patio dei Padre Ias mesas, con sus santos a bendecir.
prontitud para defenderlo. Síguese el sermón, y 10 restante Casi no hay cacique, ni Cabildante ni mayoral que no tenga
de Ia Misa. Dicen los Padres sus Misas, habiendo acompana- su convite aparte. Hácenlos con Ia circunstancia ya dicha de
do antes ai Alférez y su comitiva hasta el pórtico. los demás: pero boy aãaden a ellos más solemnidad: yaque-
Mientras duran Ias Misas rezadas, previenen en Ia plaza lia bendición cantada que echan los muchachos después de
sus funciones militares y festejos. Vienen a avisar que ya Ia dei Padre, es hoy a punto de música, con arpas, violines,
está todo prevenido. Salen los Padres ai pórtico, y allí se ven etc., y con su banderilla, que es de seda, hacen el compás.
ocho compafíías de soldados con sus uniformes y armas, Para esta tarde, que es Ia sustancia de Ia fiesta, previene
con banderas muy vistosas, cuatro de caballería y cuatro de el Padre gran multitud de premios, cuchillos, navajas, pei-
infantería. Están éstas formadas en medio de Ia plaza: aqué- nes, rosarios, medallas, lienzo llano, lienzo de varios colo-
llas en Ias cuatro esquinas. Sale por un ángulo el maestre de res, de algodón, bayeta, paãete, pano de sempiterna (90),
campo, y por otro el Sargento mayor de uno y otro cuerpo, panos de manos, sombreros, monteras, botones de metal y
dando sus cargas, y haciendo sus escaramuzas, con Ias que
se desafían. Dispara uno contra otro una pistola: y a esta
senal sale con gran furia toda Ia caballería por Ias cuatro (90) Tela ele lana basta y muy tupida

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otras materias, agujas, alfileres, abalarias, cuentas de vidrio tanta propiedad. Todo Ia hace Ia constancia en enseüarles,
de varias tamanos y colores, yerba, tabaco, sal y otras cosu~- su buena memoria y mucha paciencia. Volvamos ai tablado.
Ias; cosas todas que ellos estiman mucho. Para cada convi- Delante de Ia silla de cada Padre se ponen unos cestos
dado se pane cantidad de estas cosas, para que vayar: rep~r- de Ias premias dichos. Empieza Ia función Ia milicia en
tíendo y para el Cura, como quien ha de repartir mas, forma de batalla, ai modo de Ia maríana, pero ahora con más
mucho más. célebres circunstancias. Acabada ésta, salen Ias compaõ.ías
Previénese un tablado junto ai castillo dei Estandarte de danzantes, y aquí echan el resto de toda especie de dan-
Real, con Ias asientos necesarios para todos Ias ~adres, o zas de blancos, negros, moros, cristianos, ángeles, diablos,
junto ai pórtico de Ia iglesia. A cosa de Ias tres vienen Ias serias y burlescas. Van Ias Padres repartiendo premias, no
principales a convidar y conducír a Ias Padres. Van ai tablado, sólo a Ias de Ia fiesta, sino a todos Ias demás beneméritos.
y en algunos pueblos a esta hora,. o Ia noche antes, hacen una Van llamando a Ias carpinteros, horneros, rosarieros, esta-
ópera ai modo italiano, con su VIStoSOteatro, cantada ~oda ai tuarios, y todo género de oficias: a Ias sacristanes, a Ias
son de Ia espineta (91), con Ias personas correspondlentes, mayordomos o mayorales, y todo indio de alguna dístin-
y en castellano. Son devotas Ias que saben, y una hay de Ia ción. Como sabe el Cura quién Ia merece mejor, suele lle-
renuncia que hizo de su remado Febpe V, entrando por per- var una lista, y por ella va llamando a Ias que más han traba-
sanas Felipe V y su hijo D. Luis, varias grandes de. Espana, y jado en bien dei pueblo. Para Ias restantes dei pueblo se va
otros: y ni ésta, ni en Ias demás, hay papel de mujer. Todos arrojando aquella multitud de rosarios, medallas, agujas, al-
están con el vestido correspondiente al personaje que repre- fileres, peines, mates, navajas, abalarias, botones, tabaco en
sentan. y todo va de memoria, no por el papel. manojos, ete. Y no obstante Ia bulia, algazara, y gresca como
AI ejército dei General D. Pedro Cevall~s, ~posentado hay en estas cosas, nunca hay pendencias, desgracias ni ri-
en el pueblo de San Borja, ya evacuado de md~os~ por s:r nas, sino risas y alegría. Es gentío pacífico y humilde.
uno de Ias de Ia línea divisaria, llamamos por msinuacion Después entra el correr Ia sortija. Ponen una sortija en
mía (hallábame yo con S. E.), algunos músicos y danzantes media de Ia plaza, colgada de un pala atravesado, que estri-
de otro pueblo para celebrar o ayudar a. ~os dei ej~rcito, a ba en dos pilares. Toma el Corregidor un pala de lanza, y a
celebrar Ias fiestas Reales de Ia coronacion dei senor Don carrera abierta va a meterlo por aquella sortija. Si 10 mete,
Carlos Il l. Duraron Ias fiestas veinte y un días. AI principio prende de tal modo Ia sortija, que se desprende y va metida
hacían Ias indios cuatro danzas todos Ias días: y gustaban en el pala. Si de Ia primera vez no Ia lIevó, vuelve a correr
tanto de ellas Ias espaãoles, que prosiguieron haciendo hasta tres veces. Vuelven a ponerla: y le sigue el Alférez
seis. Sabían 70 danzas diversas. Hícíeron algunas óperas, y Real: después, Ias de más Cabildantes y cabos militares: y a
entre ellas esta de Ia renuncia de Felipe V. Admirábanse cada uno que llevó Ia sortija, toda Ia caballería da unas cuan-
notablemente de Ia destreza de Ia música, y aun más de Ia tas carreras alrededor de Ia plaza, gritando y apellidando el
propiedad en representar Ias óperas: y no podí~n entender nombre dei santo Patrón. Y con eso se acabó aI entrar Ia
cómo sin saber castellano (92), hablaban y acclOnaban con noche esta tan solemne función.

(91) Es este un instrumento de cuerdas y teclado que se considera Castigos, Jueces y Pleitos
antecesor dei piano. Las cuerdas eran punteadas con tallos de plumas. ,
(92) Toca Cardiel aquí de pasada un punto importante que levanto
En cada pueblo hay dos cãrceles. para hombres y muje-
extraordinaria polvareda en su tiempo. Los jesuitas fueron acusados de no
enseüar aios guaraníes el castellano y pese a todas Ias argumcntacrones de res. La de Ias hombres suele estar en una esquina de Ia
los misioneros, 10 cierto es que no se intentó sustituir el idioma indígen,a plaza, frente a Ia iglesia. La de Ias mujeres, en Ia casa de Ias
por el de 10s conquistadores; quizá para garantizar aun más Ia autonomia recogídas. No están encarceladas, sino libres. Andan de bea-
dei proyecto reduccional. tas: aunque no salen sino juntas y con su Superiora. Allí se

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ponen, con grillos 'o sin ellos, Ias mujeres delincuentes. oyendo Ias descargas, etc. Pónele delante su delito ai delin-
Aunque este gentío es de genio humilde, pacífico y quieto, cuente, ponderándolo con una paternal reprensión, y con-
especialmente después de cristianos, no puede menos de cluye -Pues has de dar tantos almudes de maíz a éste tu
haber en tanta multitud algunos delitos dignos de castigo. prójimo: y ahora vete, hijo, que te den tantos azotes-, 25, v.
En toda Ia América, Ias Curas, clérigos y regulares, castigan g. y encarga ai Alcalde Ia ejecución de Ia paga. Siempre se
a sus feligreses indios. Para todos Ias delitos hay castigo les trata de hijos. EI delincuente se va con mucha humildad
seüalado en ellibro de Ordenes: todos muy proporcionados a que le den Ias azotes, sin mostrar jamás resistencia. y lue-
a su genio pueril, ya 10 que puede el estado sacerdotal. No go viene a besar Ia mano ai Padre, diciendo: AGUYEBETE,
hay más castigo que cárcel, zepo, y azotes (93). Los azotes CHERUBA, CHEMBOARA CHERA HAGUERA REHE: Dias te 10 pague,
para Ias varones son corno para Ias muchachos. A Ias muje- Padre, porque me has dado entendimiento. Nunca conciben
res se les azota en Ias espaldas y como en oculto, en Ia casa el castigo dei Padre como cosa nacida de cólera u otra pa-
de Ias recogidas, por mano de otra mujer, que ordinaria- sión, sino como medicina para su bien, y en persuadirles
mente es superiora suya. EI verdugo de Ias hombres es el esto inculcan Ias Cabildantes cuando Ias domingos repiten
Alguacil mayor. Entre ellos es honra este oficio. Los azotes Ia plática dei Padre. Es tanta Ia humildad que muestran en
nunca pasan de 25. Si el delito es grande, se repiten IOs 25 estas casos, que a veces nos hacen saltar Ias lágrimas de
algunas veces en diversos días. Todos Ias encarcelados de confusión. Con 10 que dijo el Padre todos quedan conten-
ambos sexos vienen cada día a Misa y a Rosario con sus tos: no hay réplica ni apelación. Y no es esto de tal cual vez:
gríllos, acompanados de su Alguacil y Superiora: y a vísperas siempre sucede así (94).
solemnes cuando Ias hay. y a Ias de más funciones públicas Traen otro: -Padre: éste mató un buey manso de Ias dos
de iglesia. Como el castigo es de Padre y no de juez profa- que le dieron para su labor: y no teniendo lena, cogió Ia
no, no les vale Ia iglesia. hacha, e hizo pedazos el arado, o el mortero de majar maíz,
EI Cura es su padre y su madre, juez eclesiástico y todas y con ella se 10 asó y comío.. Semejantes delitos suceden.
Ias cosas. Cayó uno en un descuido o delito: luego le traen Hácele cargo el Padre: -Pues worqué hiciste, hijo, un desati-
Ias Alcaldes ante el Cura a Ia puerta de su aposento: y no no como este>- Y comúnmente calla o responde: CHE TA
atado y agarrado, por grande que sea su delito. No hacen LIRAMO: CHE TA LIRAMO: -por ser yo un tonto-. -Pues si tú
sino decirle: VAMOS AL PADRE: y sin más apremio viene como matas un buey, y el otro, otro y otro, ya no tendremos bue-
una oveja: y ordinariamente no le traen delante de sí, ni en yes en el pueblo-. y suele responder: -pues mi cuerpo 10
media, sino detrás, siguiéndoles: y no se huye. Llegan a Ia comió, que mi cuerpo 10 pague.· -Pues vete, hijo, que te den
presencia dei Cura .. padre, dicen Ias Alcaldes o el Alguacil: 25.» Va con grande mansedumbre, y recibe sus azotes, y
éste no cuidó de sus bueyes que llevó para arar sus tierras. viene a besar Ia mano dando gracias por ello. Estas son Ias
Se Ias dejó solos junto ai maizal de esotro: y se fue a otra juzgados que allí se hacen, atenta Ia capacidad de Ia gente
parte. Entraron ai maizal e hicieron un grande destrozo en y el amor de padres que se usa.
él.. Averigua el Padre cuánto fue el dano, Ia culpa que tuvo, Ocurren algunas diferencias y pleitos. Los más ordina-

(93) No había pena de muerte en Ias misiones. Escribe Peramás en su (94) Esta enorme autoridad dei jesuíta que podría parecer exagerada,
obra citada: Si alguno cometía algún crimen digno de Ia última pena, - se ve corroborada en Ia carta que desde Ia misión de San AngeJ escribió el
estaba ordenado que durante un afio quedase recluido estrechamente y comandante dei ejército português durante Ia guerra guaranítica, Gomes
que le diesen frecuentes azotes y poca comida, y terminado el afio fuese Freire a Ia corte de Lisboa: Estoy uiendo al presente en este pueblo como
expulsado de Ia ciudad por el sitio más cercano a Ias ciudades de los el Padre Cura manda a los indios que se tiendan en el suelo y sin más
espanoles. Desde el punto de vista humanitario el sistema penal misionero ataduras que el respeto que le tienen reciben 25 azotes y levantándose
significó un gran avance. enseguida van a darle Ias gracias y besarle Ia mano.

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rios son sobre límites de tierras: porque aunque hay títulos graneros, y van separando Ia mitad de todo. Van a Ias vesti-
de ellas, dados y firmados de Ias Gobernadores en nombre dos de Cabildantes, militares y danzantes, y hacen 10 mis-
dei Rey, suelen con el tiempo mudarse Ias nombres de ríos mo. A Ias ornamentos sagrados, frontales, casullas, Ia mitad
o cerros, ete., linderos de Ias tierras, de que se siguen dudas de cada colar. Las sillas, candeleros, mesas de Ias aposen-
y diferencias. Los indios comprometen en 10 que dijeren Ias tos, domésticos, instrumentos de cocina, Ia herrería, carpin-
Padres, sin acudir a Ia Audiencia de Chuquisaca, 600 leguas tería, platería, etcétera, todo 10 dividen, mitad por mitad en
distante, como hacen Ias espanoles con tantos gastos. Suce- cuanto a Ia cantidad y calidad. Toman razón de todo el gana-
de en una ciudad que dos hombres de razón tienen su dife- do mayor y menor que hay en el pueblo y en Ias estancias;
rencia o pleito sobre tierras, casa, u otro interés. Para evitar y asimismo 10 dividen por Ia mitad. No para aquí este punto.
reyertas y gastos, se conciertan en ir a un ciudadano inteli- Como Ia íglesía, casas de Ias Padres, y dei pueblo, son tanto
gente y de mucha equidad, prometiendo estar a 10 que él de Ias que se han de ir, como de Ias que se quedan, todo
dijere. Esta nadie puede condenar, sino alabar. Esta es 10 Ia valúan Ias dos Padres, haciéndose cargo de Ias materia-
que hacen Ias indios con Ias Padres. les, de todas sus partes y valor de cada cosa en aquella tie-
Para esta hay tres Padres que deciden Ias pleitos dei río rra, etc. Por eso escogen a Ias que entienden muy bien de
Uruguay, que son 17 pueblos. y otros 3 para Ias dei Paraná: Ia matéria: y como Ias Misioneros están trazando frecuente-
de modo que Ias dei Paraná juzgan Ias pleitos dei Uruguay: mente poblacíones nuevas, casas y templos nuevos, por ha-
y Ias de Uruguay Ias dei Paraná. Y no puede ser juez el que berse envejecido Ias primeros, se aplican a libros y tratados
ha sido Cura en algunas de Ias partes. Esta se hace para que de arquitectura, y muchos de ellos han sido directores y
el afecto no incline a más de 10 justo: y cuando el pleito es maestros de esta; se encuentran quienes puedan hacer esta
de un pueblo de un río con el de otro; entra un juez de cada tasa con toda cuenta y razón (95). La mitad dei valor de Ia
río, y el Superior es el 3.er juez: y éstos son Ias más experi- iglesía, casas, etcétera, queda a deber el pueblo que queda
mentados: y tienen Ias libros que tratan de Ias leyes de Ias a Ias que se van: como que hicieron por junto con todos Ias
Indias, Cédulas Reales, etc. por donde se guían. Hacen su de más esas cosas, tanta parte tienen ellos, como Ias otros a
papel Ias índios. hace el Cura el suyo: preséntanlo a Ias quienes se Ias dejan. EI pueblo que queda va pagando a Ias
jueces: cotejan Ias dos partes, y deciden a pluralidad de vo- nuevos colonos poco a poco Ia que queda a deber, que no
tos: y con eso, sin más gastos, se acaba todo. se les aprieta: y en algunos es tanto, que ni en 20 anos
Entre Ias treinta pueblos, hay seis que son colonias de puede pagar. Con toda esta equidad, cuenta y razón hacen
otros. porque, pasando un pueblo de mil quinientos veci- estas cosas. Y como caen en manos de sujetos de tanta con-
nos, es difícil el gobernarlo, y así se suele dividir y suele ser ciencia, que este es el norte de todas sus acciones, se repara
mitad por mitad. EI modo que en esta se tiene es éste. Llega en Ias cosas más menudas: y va todo con toda justicia y
un pueblo a 1.600 vecinos: trátase de dividirlo: buscan terri- legalidad, con toda equidad y sosiego, sin inquietud y plei-
torio a propósito de buenas aguas para beber, río o arroyo tos. La mayor dificultad está en mudarse. Muchos se vuelven
para lavar y baãarse: abundancia de bosques para leãa, tierra atrás contra 10 que prometieron. Lloran y más lloran, por no
fructífera de migajón: y un sitio algo eminente y llano para dejar su nativo suelo, se agarran a Ias pilares de Ia iglesía y
el asiento dei pueblo, sin pantallas de montes altos o sierras se están sobre Ias sepulturas de sus abuelos y parientes, no
que le estorben, en tierras tan cálidas, el ser bien batido de queriendo apartarse de sus huesos. Es menester mucho de
Ias vientos. De Ias estancias de ganado dei pueblo le dan
como Ia mitad de su territorio, si se puede dividir: o buscan
otro, comprándolo. Seõalan Ia mitad de Ias familias, con sus (95) En Ias bibliotecas de Ias misiones se encontraban, tal como puede
caciques. verse en los inventarios realizados tras Ia expulsión, bastantes libras de
Envían dos Padres de Ias más ancianos y prácticos ai arquitectura y rarísimas ediciones de los siglos XVI Y XVII de Vitrubio,
I
repartimiento de tierras. Registran Ias almacenes, trajes y Ser/io, Palladio, Alberti, Vredeman de Vries, Scamozzi, Vignola, etc.

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Dios y de fuerza y violencia para hacerlos caminar: y aun que ornamentos hay, y con qué decencia: cómo está Ia pila
después de vencida esta dificultad, se vuel'.'en muc~lOs de. Ia bautismal y de más vasos sagrados: en qué estado están Ias
colonia a su pueblo. y son menester castigos y víolencias cofradías. Recíbese con toda autoridad. Salen los Cabildan-
para hacerlos volver. Tanto como esto cuesta siendo como tes y militares todos de gala a recibirle, una legua y más, dei
es, para bien suyo. pues siendo el pueblo tan grande, es pueblo, con sus instrumentos bélicos y músicos, con bajo-
menester que muchos tengan sus sementeras tres y cuatro nes y chirimías, todos a caballo. Llega a Ia entrada dei pue-
leguas distantes dei pueblo, según el modo que tienen de blo, donde 10 recibe el Cura revestido, con Ias ceremonias
hacerlas, y que no se pueden disponer más cerca, atenta Ia de su Ritual. Por donde pasa, todos se arrodillan, recibiendo
calidad dei terreno y cortedad y falta de habilidad dei gen- Ia bendición. Llega ai templo, y cantan los músicos el Te-
tío: y el ir y volver, y más a pie, y tan frecuentemente, a tanta déurn, siguiéndose Ias oraciones y demás ceremonias.
distancia, es un trabajo muy considerable: a que se allega EI día siguiente visita Ia iglesia, ornamentos y todo 10
que no pudiendo visitar bien tales sementeras, no. hacen demás. Después hace Ias confirmaciones, que como no vie-
cosa de provecho, por su innata desidia, que necesitan de ne sino después de muchos anos, son muchos centenares y
tanto cuidado, de estímulo, y aun de castigo, como ya se aun millares. EI ano 1763 fue Ia última visita dei pueblo en
dijo, hasta para Ias cosas de tanta utilidad suya. Síguenseles que yo estaba, y hacía 21 anos que no había habido otra
también otros muchos danos de no dividir los pueblos, que (97). A otras Misiones suelen tardar más en ir: y a alguna
sería largo expresarlos. Después de anos que están ya de nunca van. Se excusan por sus ocupaciones, sus anos, sus
asiento, como experimentan Ias conveniencias que tienen, achaques, y Ia longitud, aspereza, e incomodidades de los
que muchas veces son mayores que Ias que tie~en los que caminos. Los aliviamos cuanto podemos, dándoles carruaje,
se quedaron, ya se aquietan. Aunque en Ias d~mas cos~s son cabalgaduras, etc., y haciendo todos los gastos, aunque se
tan obedientes a los Padres, en esta de dejar sus tierras, detengan mucho más de 10 decretado; y todo de balde, sin
cuesta mucho hacerles obedecer. Por eso cuando en fuerza paga ni recompensa alguna: y siempre le hace el pueblo un
de Ia línea divisoria se les mandó transmigrar, padecimos presente de valor de cien pesos o más: y se le da un Misio-
tanto en este punto por su resistencia. Y como se les manda- nero que siempre le acornpana, para dirigir los indios si r-
ba (además de su destierro) dar a los portugueses (que los vientes, y todo 10 perteneciente ai viaje, para que sea con Ia
tenían por enemigos antiguos) sus casas, sus iglesías, tíe- comodidad posible.
rras, planteles de yerba, etc., que por tantos anos habían Por esta tardanza, el Papa Benedicto XIV (98) dio facul-
sudado. creció más esta dificultad, hasta hacérseles imposi- tad de administrar el sacramento de Ia Confirrnación a todos
ble. los Superiores de nuestras Misiones, cuando vienen a Ia visi-
ta de sus súbditos: y a todos los Curas en Ia hora de Ia
muerte, para que ninguno se prive de este saludable sacra-
Visita dei senor Obispo mento. EI modo de administrárselo es este: Juntos ya en Ia
iglesia los confirmandos con los padrinos, van trayéndolos
Los senores Obispos, aunque no pueden ir a visitar aios con mucho orden ai seãor Obispo. EI Cura a un lado con su
regulares de vita et moribus (96), por privilegios pontifi- lista le va dictando los nombres. Pronuncia Ia forma con Ias
cios y Reales;deben no obstante, visitarlos cuando son Cu-
ras, en 10 tocante a sus oficios: si doctrinan a sus feligreses:
(97) Fue este obispo D. Miguel Antonio de Ia Torre, en un principio
muy elogioso de Ia labor realizada por los jesuítas, aunque después de Ia
expulsión los criticó agriamente.
(96) Todo 10 concerniente a Ia vida individual y comunitária interna de (98) El pontificado de Benedicto XIV se extendió de 1740 a 1758. Se
un Instituto religioso, con Ias excepciones correspondientes a Ias que son le ha considerado un diplomático prudente y uno de los Papas más sobre-
de derecho diocesano. salientes de todo el sigo XVIII.

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cerernonias, y otros dos Padres limpian Ia frente y enjugan dos tienen sus insignias de bastones, banderas y alabardas.
el óleo: toman Ia cinta y Ia vela, y Ia dan a los que van Hay algunas bocas de fuego, pero pocas, porque no se al-
siguíendo. y con eso, dos o tres velas y cintas sirven para canzan, y con gran dificultad se consiguen por cualquier
todos, aunque sean centenares: no percibe vela ni cinta por precio (101). EI pueblo que más tiene, serán 50: y es me-
cada uno: por Ia pobreza deI índio Y aun esas pocas Ias neste r gran cuidado con ellas porque el descuido y desa-
pone Ia iglesia y guarda. seo deI indio luego Ias echa a perder. Pólvora se hace casi .
Los gastos que se hacen, los costea el pueblo los hechos en todos los pueblos, pero muy poca, porque no hay mina
allí: los demás, en embarcaciones o por tierra hasta su Cate- alguna de salitre, ni molino, ni azufre. Hácese el salitre de
dral, los pagan todos, haciendo una. prorrata. Las dos veces Ias raspaduras de Ia tierra en que hubo orines, dándole
que en 28 anos estuve en aquellos pueblos, hubo sólo dos punto a fuerza de fuego, y con esto, y algo de azufre que
Visitas. En el tiempo antecedente hubo otras varias, como se alcanza en Buenos Aires, se hacen algunas libras aI ano,
consta de los libros de Ia parroquia: y en ellas dejan siempre que sirven para cohetes y tiros en sus fíestas y casi nada
muchas alabanzas de los Curas, sus ministerios, y el buen sobra para ensayo de Ias armas. No obstante, los émulos
porte de los indios. Con todo esto, ellibelo portugués (99), dicen que hay molinos, fábricas y mucho armamento para
que con ocasión de Ia línea divisoria salió contra nosotros, levantamos con el Reino Iesuístico. Las lanzas y flechas se
dice que jamás llegó a aquellos pueblos Obispo alguno, hacen en el pueblo. y de esto hay 10 suficiente.
porque 10 estorbaban siempre Ios jesuítas para ocultar sus Son más de 50 los servi cios militares que le han hecho
codicias y maranas. Y el expulso citado (100), como no pue- ai Rey estos índios: están todos apuntados. Unas veces po-
de negar estas visitas o Informes, que los vería también cita- niendo sitio a plazas. otras, ayudando aios espanoles con-
dos en Ias Cédulas reales, dice en su libro, que todos esos tra los enemigos de Ia Corona, y contra indios infieles. Casi
Informes de esos Obispos son falsos, y que fueron soborna- siempre han ido con espanoles, comandados de ellos. En
dos de los jesuítas para hacerlos. Sea Dios bendito por todo. los alborotos antiguos del Paraguay, ellos casi solos intro-
Habiendo ya hablado deI gobierno político, y eclesiástico, dujeron al Gobernador D. Sebastián de León (102), que se
sólo resta que hablemos deI militar. les enviaba por orden dei Rey, en lugar dei intruso que
tenían: y entraron con él a Ia ciudad, que salió a Ia resisten-
cia, venciendo y matando. En los más modernos (en que
me hallé yo con los indios el ano 1732), el Gobernador de
CAPITULO ULTIMO Buenos Aires con 6 mil de ellos y unos cien soldados espa-
ãoles, prendieron a los culpados: ajustició algunos delante
Gobierno militar de ias indios de los 6 mil indios, y 10 sosegó todo. A Ia Colonia dei
Sacramento (plaza tan nombrada de los portugueses), lla-
En cada pueblo hay 8 compaãías de militares, con su
Maestre de campo, su Sargento mayor, Comisario, 8 Capita-
nes, Tenientes, Alféreces y Sargentos correspondientes. To- (101) Ya seüalaba Cardiel con anterioridad Ia excepcionalidad, contra-
ria a todas Ias Leyes de Indias, de Ia autorización concedida aios guaraníes
de Ias misiones para manejar armas de fuego. Los trámites para obtener el
tan deseado permiso fueron largos y tortuosos y los vecinos y gobernado-
(99) Se refiere a un panfleto titulado Relaçao Abbreviada Da Republi- res dei Paraguay se opusieron una y otra vez a esta concesión.
ca que os Religiososjesuitas das Provincias de Portugal e Hespanba Esta- (102) En 1694 el obispo de Asunción, Bernardino de Cárdenas, a Ia
blecerao nos Dominios Ultramarinos das Duas Monarquias ... impreso ai cabeza de los vecinos de su diócesis, expulsó a Ias jesuitas y ocupó algunas
parecer en Lisboa en 1757, que provocó Ia respuesta de Cardiel en su obra de sus misiones. EI nuevo gobernador nombrado por el virrey de Lima era
más extensa y ambiciosa, Declaración de Ia verdad. D. Sebastián de León y Zárate quien sólo pudo tomar posesión de su cargo
(100) Vuelve a tratarse de Bernardo Ibái'íez. Ver nota 135. gracias ai apoyo de los ejércitos guaraníes.

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mados de los Gobernadores a auxiliar aios espafíoles, Ia un modo que tiran el guijarro con Ia honda juntamente que
han sitiado cuatro veces. La primera Ia ganaron, entrando es un solo ramal, con una borla: y prosiguiendo el guijarro
por asalto. La segunda, no pudiendo resistir los cercados ai con gran violencia, se queda allí Ia honda cerca dei que Ia
sitio de cuatro meses, ocultamente Ia desampararon. La ter- tira, y Ia coge otra vez. -Para cargas llevarán tantas mulas, en
cera después de algún tiempo, despachó el Gobernador los que irá tanta yerba y tanto tabaco. Todos irán bien vestidos
índios. y se quedó con solos espanoles. y no Ia pudieron dei común dei pueblo. Saldrán tal día. Llevarán para el ca-
tomar. La cuarta fue Ia de esta última guerra dei Portugal, mino tantas vacas para su sustento, hasta tal parte, en que
en que .fueron llamados mil, no para soldados, sino para encontrarán ai Padre N., que cuidará de todo el cuerpo y 10
gastadores: ganóse Ia plaza. y el Gobernador atribuyó Ia conducirá hasta entregarlo aI sefíor Gobernador-: y así pro- .
victoria aios indios, que en una sola noche cubrieron todo sigue para los demás pueblos.
el ejército con una zanja grande que hicieron de mar a mar, Este papel va por todos los pueblos tiempo antes de Ia
dejándolos casi todos cercados: pues decía que sin aqué- marcha, para dar lugar a que se prevenga todo 10 necesarío.
llos, que fue sin muertes, no Ia hubieran ganado. Las tres Cada Cura copia 10 que le toca: y pasa adelante. Llama el
veces que se ganó fuerestituída por tratados de paz (103). Cura ai Corregidor y maestre de campo: intímales el orden
Cuando el Gobernador quiere indios para éstas y otras dei Gobernador: y como para aquel pueblo están seríalados
funciones, no escribe aios indios, ni envía oficiales para tantos, con tales y tales armas: ordénales que escojan los
intimarles sus órdenes, porque sabe quiénes son, y cómo más a propósito y se los traigan allí para verlos: y que con
se gobiernan. Escribe a nuestros Provinciales: -necesito tres los herreros y demás oficiales prevengan Ias armas senala-
mil indios, v. g. para tal expedición: estimaré a V. R. como das. Vienen los seãalados: y ve el Cura si conviene dese-
tan servidor de Dios y dei Rey, disponga que vengan a tal char alguno. ]amás he visto (y han sucedido varias funcio-
paraje con todo 10 necesario para tal empresa-o Esto es en nes de estas en mi tiempo) ni he oído que haya habido
sustancia 10 que escribe. EI Provincial ai punto escribe ai resistencia en alguna ocasión a estas empresas, cuando Ias
Superior, declarándole 10 que dice el Gobernador: y orde- manda el Gobernador, ni repugnancia alguna de parte de
nándole que disponga luego todo 10 necesario. EI Superior los Padres, ni de los indios. A todo se obedece puntual-
toma Ia lista de todos los pueblos: y repartiendo Ia carga mente por el orden que aquí se dice. EI indio nada pone
según el número mayor o menor de cada pueblo, hace un de su casa: todo se 10 da el común. En llegando ai sitio
papel, en que en sustancia díce -El sefíor Gobernador en sefíalado por el Gobernador, ordena y dispone de los in-
nombre dei Rey nuestro Sefíor, manda que vayan tantos dios por sí y sus oficiales, valiéndose de los Padres, que
indios a tal expedición. Dei pueblo N. irán doscientos. siempre suelen ser dos o tres como intépretes, para intimar
cada uno llevará tres caballos para sí: cincuenta llevarán sus órdenes, y para todos los usos de economía que allí se
escopetas con tanta pólvora: cien llevarán lanzas: y los cín- ofrecen. EI Gobernador de Buenos Aires y Teniente gene-
cuenta restantes llevarán tantas flechas cada uno, y dos o ral D. Bruno Zavala estuvo dos veces en los pueblos con
tres hondas.. (Usan piedras contra Ia caballería contraria de ocasión de expediciones militares, y alabó mucho este mé-
todo de los Padres en su gobierno militar, como en Ias
demás cosas (104).
(103) Estas campa nas contra Ia Colonia de Sacramento tuvieron lugar
en los anos 1680, 1705, 1735 Y 1762, en Ia que Cardiel participá como
párroco deI contingente de guaraníes. Por fin, en 1777, Cevallos, el cornan-
(104) Bruno Mauricio de Zavala a Ia cabeza de un ejército de guaraníes
dante deI asalto anterior, ya con el título de Virrey tomá definitivamente Ia
de Ias Misiones, se encargo de sofocar Ias rebeliones comuneras de Asun-
Colonia, demoliendo todas sus fortificaciones y cegando parcialmente el
cíón en 1727 y 1735. En Ias dos ocasiones lográ tomar Ia ciudad sublevada
puerto, para que aun cuando Ias potencias garantes Ia reclamasen, no
y ejecutó a algunos cabecillas. Como es de suponer el antagonismo enco-
pudiese serutrle para nada.
menderos-jesuítas no hizo sino agudizarse durante aquellas revueltas.

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-Queda, pues declarado el gobierno político, eclesiásti- rán para dar más cabal noticia. Por 10 cual he determinado
co y militar, y 10 adherente a esto, aunque con mucha ma- anadír estos cuadernos de dudas..
yor ~xten.si~n de l~ q~e. pide un compendio, y de Ia que yo
me imagrne al principio: y va con toda aquella claridad,
llaneza y sinceridad que pide mi estado y mi ministerio. Duda primera
»iDónde está aquí el Reino jesuítico, el despotismo, Ias
codicias y los !nmensos intereses que decían los herejes: y iCómo habiendo tantos testigos de 10 que aquí se ha
con ellos los emulos, que profesan ser católicos, y que los dicho hay tanto descaro en levantar tantos falsos testimo-
Jesuítas son Obispos, son Gobernadores, son Reyes y son nios?- No es nuevo esto. El mundo siempre ha sido mun-
Papas? No ven aquí Ia subordinación a los Obispos, a Ios do: falso, mendaz, envidioso: y 10 será. En el siglo pasado,
Reyes y Gobernadores? Y que con aprobación suya, y aun un indio de Ias Misiones, llamado Ventura, que andaba fugi-
alabanzas, se hace, y aun se prosigue ese modo de gobíer- tivo por su mala vida entre los espanoles, presentó al Go-
no? Quedan dos o tres nines, huérfanos de padre hacenda- bernador de Buenos Aires, D. Jacinto Láriz, a inducción de
dos: un hombre de bien toma a su cargo cuidar de sus su amo, un papel de ciertas minas de oro y plata, con sus
haciendas, o por amistad que tuvo con sus padres, o mera- castillos que decía tenían los Misioneros Jesuítas del Para-
mente por Dios, ni sueldo, ni interés alguno. Gobiérnalos guay, de donde sacaban grandiosas riquezas. Y afirmaba ha-
en todo: enséüales Ia doctrina cristiana y buenas costum- ber estado en ellas. Item, cierto predicador sacó este punto
bres. castígales en sus travesuras: se afana por conservarles en el púlpito, y para que 10 creyeran, mostró allí a los oyen-
su hacienda y aun aumentaria: haciendo esta obra de cari- tes una piedra veteada de plata, afirmando que era sacada
dad para aumentar mérito para el cielo. En 10 demás está de Ias minas de los Jesuítas.
este tutor sujeto y obediente con sus pupilos a sus superio- Como el buen Gobernador era recién venido de Espana,
res Reales y de gobierno espiritual y político. iQuién podrá y no sabía los fraudes de aquel Nuevo Mundo, luego 10
poner dolo o mancha en esta obra? Pues esto es 10 que han creyó todo. Toma un buen destacamento de soldados y con
hecho los Jesuítas con aquellos pobres pupilos: exhortán- ellos al Ventura y su mapa. Se encaminaron a Ias Misiones,
dolos a ellos los Reyes: y aprobándolo y alabándolo los más con pretexto devisitarlas. Llega al prime r pueblo: y desapa-
inmediatos superiores que 10 ven: Obispos, Gobernadores, rece Ventura. Búscanle por todas partes: y le hallan. Hácele
etc. Para mayor claridad de 10 que dije de Ia fábrica de los cargo el Gobernador porque se había huído sin descubrir
pueblos, va con el mapa un dibujo de ellos (105). Ias minas: responde: No hay tales minas. iPues cómo me
presentaste este mapa diciendo que habías estado en ellas?
Yo no te he dicho tal cosa, responde: y si te 10 dije, sería
Causa porque se aiiaden Ias dudas siguientes estando borracho. Ahórquenle luego. prorrumpió el Go-
bernador lleno de cólera. iEn mis barbas te atreves a hacer-
"Esta relación se ha tenido algunos días sin enviaria a V. me mentiroso? Acuden los Padres: alegan su cortedad pue-
R., por no hallar sujeto de confianza con quien poderio ril: quítanselo de Ias manos, y se contentó con darle 200
hacer. Entretanto, varios de los nuestros me han hecho va- azotes.
rias preguntas sobre sus puntos he leído también algunos Prosiguió 5U averiguación a instancia de los Padres, ale-
paI?eles de los émulos. Hago refleja de que V. R., no sólo gando que para S. S. Y para ellos estaba muy bien el que del
quiere esta relación para sí, sino para desenganar a otros y todo y por todas partes se averiguase aquel punto. Esparció
querrá enterarse de raíz de algunas dudas que se le ofrece- los soldados por todos los pueblos y sus rincones con pre-
vención de 600 pesos y un vestido completo al que trajese
verdaderas noticias de Ias minas. Nada se halló: y el Gober-
(105) Estos mapas no han aparecido. Ver nota 2. nador avergonzado pidió perdón al P. Romero, Superior, y

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a Ias demás. Averiguóse el sujeto que le había dado al indio Padres y contra el Gobernador. Uno respondía que porque
aquel mapa, [y Ia píedra], se halló ser de Ia peana de Ia 10 había oído así. Otro que 10 había hecho por adio a Ias
estatua de un Santo, que para adorno tenía aquella y otras Padres. Condenólos a cortarles Ias arejas y Ias narices: mas
piedras traídas de Potosí: y no era de Ias Jesuítas. por intercesión de Ias Padres se contentó con pena pecu-
Parece que no había más que pedir en este asunto. Pero niaria, en que les multó: y publicó un manifiesto de todo
no paró aquí Ia malicia. El Gobernador, que era antes ene- Ia sucedido, que impreso 10 esparció por Ia América y por
migo de Ias Jesuítas por 10 que oía contar de ellos, sin Ia Europa. Todo esta Ia trae el P. Techo en su historia latina
tratarlos, se hizo tan amigo suyo con el trato que tuvo en Ia dedicada al Consejo de Ias Indias, intitulada HISPANIA PA-
Visita de Ias pueblos, y por 10 mucho que via bueno en el RAGUAYA (106), que anda por todas Ias librerías de alguna
gobierno político y espiritual de Ias indios, y observancia monta: y D. Francisco jarque, Cura que fue de Potosí, y
regular de Ias Padres, que todo era alabarlos en Buenos anduvo hacia estas tiempos por Buenos Aires y Paraguay, y
Aires. El tomo intitulado ELOGIA SOCIETATIS IESU trae después fue Dean de Albarracín en Espana, en su historia
varias, elogios suyos. Era caballero del hábito de Santiago, intitulada MISIONES DEL PARAGUAY (107). Como en este
y debía de ser hombre muy de bien: pues daba tanto lugar destierro no tenemos estas libros no puedo citar libro, pá-
a Ia razón sin el sonrojo de retractarse. rrafo ni página, como 10 hiciera si Ia tuviera, pero Ia he
Como Ias émulos vieron tanta mudanza, luego sospe- leído algunas veces y me acuerdo bien.
charon o fingieron que a él y a sus soldados habían sobor- Después de todos estas, son muchos aun de Ias no vul-
nado Ias Jesuítas con el oro de sus ricas minas: ocultamente gares, que estãn en que hay estas minas. Ya dije cómo el
dieron cuenta a Ia Corte. Pintaron Ias calumnias con tales General portugués de Ia línea divisaria afirmaba antes de
visas, que el Rey mandó que fuese a averiguar este punto Ia expedición que de aquellos pueblos sacaban Ias Padres
Don. Iuan Blásquez Valverde, Oidor de Chuquisaca, a cuya cada ano millón y media para sus colegios. EI Padre Alonso
Audiencia pertenecen aquellas tierras, con instrucciones Fernández me dice que en Buenos Aires le mostraron una
de Ia que pasó y de 10 que debía hacer. Como el Oidor era carta de uno de Ias cuatro Coroneles que llevaba dicho
hombre antiguo y práctico, fue tomando informes ocultos General, su fecha en el pueblo de San Angel, escrita a un
por el camino. Averiguó quiénes eran Ias delatores. Llegó amigo suyo, que Ie decía: -Amigo, hemos venido muy enga-
a B~e?os Aires. y allí tomó un buen número de soldados y nados: ya hace tanto tiempo que estamos en estas pueblos
obligó a Ias delatores a que fueran a mostrarle Ias minas. haciendo muchas averiguaciones: y no hay tales mínas..
En Ia ciudad de Santa Fe le dijo cierto religioso que él jMiserables hombres, que ni piensan, ni hablan sino en Ia
había visto dos zurrones de cuero de toro llenos de oro en tierra! Pues si antiguamente había tanta .desvergüenza en
polvo que Ias indios habían traído en una embarcación a levantar falsos testimonos a vista de Ias que sabían y veían
aquel puerto para el Provincial Jesuíta y que el Provincial todo Ia contrario, tqué mucho que ahora Ias haya, no ha-
dia el uno ai colegio de Córdoba y el otro al del Paraguay. biendo mudado el mundo? No quiero acabar esta, sin decir
Como el Oidor era práctico hizo burla de esta delación, 10 que pasó estos anos, cuidando yo dei pueblo de Ia Con-
reparando en Ias circunstancias.
Llegó a Ias pueblos. repartió por ellos y por sus territo- (106) Se trata dei jesuita Nicolás dei Techo que escribió una Historia
rios a Ias soldados, a Ias delatores, y a un minero dei Perú de Ia Provincia dei Paraguay de Ia Compania de jesús muy citada. La
llamado D. Cristóbal Vera, muy inteligente de territorios de última edición de su obra se realizó en Madrid en 1897.
minas. Volvieron diciendo que no habían encontrado nada. (107) Francisco jarque o Xarque escribió varias obras apologéticas so-
El minero testificó que aquellas tierras, según su positura, bre Ia actuación de los jesuitas en Paraguay. Destacan una biografía dei P.
y su temperamento, no eran tierras de minas de plata y oro. Ruiz de Montoya editada en Zaragoza en 1662 (Madrid 1900) y otra titulada
Fue el Oidor preguntando jurídicamente a cada uno de Ias Insignes misioneros de Ia Compania de jesús en Ia provincia dei Para-
delatores porqué había hecho aquella delación contra Ias guay, Pamplona 1687.

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cepción. Vinieron ciertos espafíoles aI pueblo a comprar de Ias dos tienen. Pero ya se explicó Ia dependencia que
lienzo por vacas. Diles despacho a su satisfacción. Vieron tienen aI Papa, Obispo, Rey y Gobernador.
Ia íglesía. su adorno, y otras cosas de que se admiraron. Y
después de aIgunos días, se volvieron a su ciudad. Allí em-
pezaron a exagerar Ias riquezas de Ia Concepción: y entre Duda tercera
otras cosas decían que por Ias puertas deI co1egio (así lla-
man ellos a nuestra casa), pasaba un arroyo lleno de pepi- tDe dónde toman motivo para exagerar tanto Ias rique-
tas de oro: y que e1 Cura tenía allí un viejo que con un zas de aquellos pueblos, y afirmar que Ias Jesuítas y no Ias
cedazo sacaba cada día mucha riqueza. Así me 10 afirmó e1 indios Ias Iogran? -Nace de 10 que ven en Ias iglesias, y
Notario eclesiástico de aquella ciudad: y decía que muchos Ias vestidos de Ias Cabildantes y danzantes. Lo de Ios tem-
10 creían firmemente, y corría como cosa sentada. Por en plos se reduce a esto. Una Iámpara de dos o tres arrobas de
medio de Ia huerta hay un socavón como zanja, por donde plata. Una o dos piezas que hay de cinco o seis (sic): dos
corre e1 agua cuando llueve, y en 10 demás del tiempo blandones altos para Ias monacillos en Ias misas cantadas:
siempre está seco: y no hay más. E1pueblo no tenía deudas, 6 candeleros de vara o más de alto para 10s días soIemnes,
pero no era de 10s más acomodados. 50n aquellas tierras un y dos menores para cada altar en Ias Misas rezadas: caldera
hervidero de semejantes fábulas (108). de agua bendita y hisopo: 6 ó 7 cálices: 2 copones: una
Custodia para eI día deI Corpus y jubileo deI mes: a1gunas
vinajeras con sus platos: tal cuaI campanilla: y Ias vasos deI
Baptismo y Extremaución. Esta es 10 ordinario de plata, ya
Duda segunda sola, ya sobredorada. Raro pueblo excede de esto: y si exce-
de, es poco. Todo ello podrá valer, inclusa Ia hechura,
tDe dónde nace que 10s Padres son Obispos, y aun Pa- como cinco mil pesos. Allá, como abunda más Ia plata, hay
pas, Gobernadores y Reyes? -Ya insinué algo antes. Ahora muchas alhajas de este metal en Ias templos de Ias ciuda-
10 diré. Ven e1 respeto que 10s indios 1es tienen: ese nace des, y en Ias casas de Ias seglares, aunque no sean más que
deI ejemplo y recato con que viven con ellos. Cuando ven de medianas conveniencias, casi todas Ias piezas son de
a cualquiera otro eclesiástico o seglar con ejemplo y devo- plata, hasta Ias bacinillas que sirven de orinal. Y así, para
ción, también Ie muestran mucho respeto. Pero si Ie ven aquellas tierras, no es mucho 10 dicho en una iglesia ordi-
con liviandades y que no acude a Misa y Rosario cada día, naria.
no hacen caso de él. Ven que no acuden aI Obispo para Los frontales y vestidos sacerdotales de capas, casullas,
dispensas matrimoniales: ni aun para 10 tocante a Ias pre- dalmáticas, etc., no son de tisú, sino en talo cuaI pueblo,
ceptos eclesiásticos, porque ignoran Ias privilegias que te- que tienen un solo ornamento de esta para eI día de Cor-
nemos deI Papa, sin que sea necesario acudir a esos seno- pus y fiesta deI patrón del pueblo. son de brocado para Ias
res: si 10 saben, se 10 callan. Ven que eI Provincial quita y días de fiesta, y de telas llanas, pero Iucidas y limpias, para
pone Curas, sin acudir para cada uno aI Vice-Patrón ni aI Ias días ordinarios, como dije en otra parte: y para cada
Obispo, y no examinan Ias facultades y eI beneplácito que colar hay un ornamento. Lo de plata y estos ornamentos,
podrán valer diez mil pesos. Ven Ias templos tan majestuo-
sos, todos Ias retablos dorados, Ias pilares y Ias bóvedas
(108) Las fábulas sobre Ias minas explotadas por los jesuitas fueron
doradas y pintadas, entreverando 10 uno con 10 otro, y aun
muy populares entre los enemigos de Ia Compafiía de jesús. En el Archivo Ias marcos de Ias ventanas y puertas en aIgunas partes y
de Indias se guarda un curioso díseno de los supuestos yacimientos ocul- todo muy Iucido, limpio y resplandeciente. Ven de gala eI
tos que tenían los misioneros, con sus casullos y baterías para defenderlos. Cabildo y danzantes, vestidos de seda, y a Ias Cabos milita-
Se presente en un juicio celebrado en 1657. res en sus fiestas, aunque de sedas llanas. No ven más. Por-

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que Ias aposentos de Ias Padres son como en Ias colegios, plandor de Ias templos, arguyen comúnmente Ias riquezas:
y sin más adorno que en ellos. EI vestido y porte, como en pero Ias más considerados Ia sacan de aquí. Lo que hayen
Ias ciudades, y aún más basto. Las casas de Ias indios, un el caso es que de estas yerbales se sacan 400 arrobas de
aposento para toda Ia familia, dei grandor de Ias nuestros, yerba que se envía a Santa Fe para pagar el tributo dei pue-
sin más adorno, con sus alcobitas de estera en Ias rincones: blo y el diezmo, y comprar con el sobrante hierro, cuchí-
y unos platos de barro, unos calabazos para vasos, sin sillas, lias, panos, sempiternas, y otras mil cosas necesarias a un
ni aun bancos, sino tal cual. De esto sólo no se puede argüir pueblo. Y no pueden ir más de 400 arrobas, por estar así
que hay riqueza. mandado por Cédula Real para que Ias espanoles dei Para-
En el pueblo varias veces se ofrece hablar con espano- guay tengan mayor comercio en este género (110). Lo res-
les capaces, de este asunto. Decíales yo. Es menester saber tante que se beneficia de estas yerbales, se gasta en Ia ra-
que Ias más de estas pueblos tienen más de cien afias de ción de yerba, que tarde y manana se da a cada indio, y no
fundación: y el que menos, tiene 60 (109). Nos hemos de hay más comercio de ella.
hacer cargo que Ias ai hajas de plata duran in perpetuum. EI lienzo que sal e de Ias algodonales se gasta, como se
que Ias de brocado, que no son más que para Ias días de dijo, en vestir a todos los muchachos de ambos sexos, que
fiesta, duran cien y más afias. Las demás de seda, 50 y 60 son tantos, que en un pueblo tenía yo tres mil: y como ven
afias. Lo tienen comprado. Demos que el pueblo tenga 800 el algodonal grande, y no ven Ia multitud que se ha de
familias, con un real de plata que dé cada familia, ya rene- vestir de él, les parece gran riqueza. Se da también de vestir
mos Ias cien pesos. Pues iquién hay que diga que por po- a Ias recogidas, a Ias viejos, viejas y pobres. Y Ia que sobra,
der dar el indio un real de plata ai afio, está muy rico el que es harto poco, se envía a Buenos Aires para comprar
pueblo? iY más en Ia América, donde un real de plata se con él Ia que queda dícho. pero no son todos los que en-
estima como dos o tres cuartos en Espafia? Luego Ia riqueza vían este gênero. y muchos pueblos que aun no cogen Ia
tal cual que se ve en Ias templos, no se puede argüir que necesario para sí, por ser terreno menos a propósito, 10
esté muy sobrado el pueblo, a.más de que algunos afias en compran de otros. y así nada envían.
que Ias frutos, cosechas y ganados multiplicaron mucho, Las vacas no son tantas como juzgan o publican Ias érnu-
como se hallaron con abundancia, compraron estas cosas: Ias (111). Son pocos Ias pueblos que tienen para dar ración
y en muchos afias de de cadencia o penuria, compran muy de carne todos Ias días. Algunos dan tres o cuatro veces a
poco o nada. iCuántas casas de nobles se ven con Ias alha- Ia semana, otros, sólo dos. Y en pueblo estuve yo, donde
jas competentes a Ia nobleza, y el dueno está pobre? Lo que no se daba carne más de un día a Ia semana, porque no
se infiere es que en algún tiempo estuvo acomodado, pues había para más: y se componían con su maíz, legumbres
tuvo con qué comprar aquello. o que no obstante su pobre- (de éstas pecas), y batatas. Vi también en este pueblo que
za, cada afio fue comprando un poco, pero no el que sea un afio que hubo carestía de estas frutos, se daba ración de
habitualmente rico. A esto callaban, pero Ias apasionados, carne todos Ias días. Lo que hace el Cura es esta. Visita Ia
como no se guían por Ia razón, claman y gritan sin ella. estancia una vez ai afio, si está muy lejos (algunas distan 30
Ven también Ias clamadores de Ias riquezas que hay yer- o 40 leguas dei pueblo). y si está cerca, dos veces. Cuenta
bales en Ias cercanías dei pueblo, y grandes algodonales dei todo el ganado. porque en esto, no se puede fiar de Ias
común: muchos millares de vacas en Ias estancias. Dei res-

(110) Estas cifras han sido muy discutidas (ver nota 55). Según Morner
(109) EI pueblo más antiguo era, como ya dijimos, San Ignacio Guazú, (ver bibliogafía) eI comercio de yerba mate con Santa Fe oscilaba entre Ias
fundado en 1609 y Ios más modernos, Trinidad y San AngeI, creados en 6000 y Ias 9000 arrobas anuales, mientras que es más difícil calcular eI
1706 y 1707, respectivamente, con grupos sacados de otras misiones que volumen deI comercio con Buenos Aires.
habían crecido hasta hacer imposible su funcionamiento. (111) Respecto aI número de ganados, ver nota 99.

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indios, que hay muchos fraudes en ello. Considera el multi- se puede, 11evados de su codicia. Y el que tenga o no tenga,
plico de temeras, cotejado con el dei afio antecedente, y comúnmente consiste en el Cura: no por falta de voluntad
con el gasto dei pueblo. Si ve que puede dar una buena (que todos Ia tienen muy buena de enriquecer su pueblo):
ración cada día, sin que este gasto, junto con Ias avíos de no por falta de trabajo, pues vemos que todos trabajan no
Ias viajes, consumo de Ias estancieros, o pastores, etc., sea poco, en buscarle 10 que ha menester. sino por falta de
mayor que el multiplico anual, Ia da. Si tiene poco, da uno talento y habilidad. Vemos cada día en Ias mercaderes vian-
o dos días a Ia semana cuando Ias indios tienen suficiente dantes que todos desean enriquecer: todos trabajan con
sustento de sus sernenteras, y Ia demás Ia guarda para dar continuas viajes, ai agua, ai frío y ai calor, con molestias, y
cada día cuando hay carestía o epidemia. Las vacas no es malas días y peores noches, y aun peligro de Ia vida por Ia
finca que se venda, porque 1,10hay para vender, excepto cercanía de Ias infieles. Muchos de éstos no emplean su
aquellos dos pueblos Yapeyú y S. Miguel, de quienes dije caudal en fausto, en el juego, ni en otros vicias; sí en Ia que
tenían tan grandes estancias de vacas alzadas y ariscas, que toca a su destino: Y con todo eso, no crecen algunos. Por
cuesta tanto el cogerlas. Estas venden a Ias de más pueblos. más que trabajen, suelen menguar, y aun quebrar y perder-
Todos Ias demás tienen sus vacas todas de rode o o mansas. se. Otros vemos con menos trabajo que enriquecen y cre-
No hay másgéneros que Ias dichos de yerba y lienzo cen. iEn qué va eso? En que éstos tienen cabeza y pies: y
con que se hacen Ias compras y ventas con espanoles, y Ias Ias otros só 10 Ias pies: éstos habilidad y talento: y Ias
pueblos entre sí: y esto con Ia moderación que queda ex- otros no. Sujetos hemos visto en estas Misiones de grande
puesta. porque aunque algunos pueblos venden tabaco en entendimiento: que después de ser maestros insignes de
haja y polvillo, y otros algunas mulas, caba11os, ovejas, son facultades mayores, fueron a e11as, y metiéndolos en cui-
pocos, y en corta cantidad. Esta es Ia riqueza de aquellos dado de regir un pueblo, no acertaron con ello. Mucho
pueblos, y no hay más. Todo Ia demás que se diga son ayuda ser de mucha capacidad intelectual: pero esta no Ia
ignorancias o equivocaciones de gente de poco entender, hace todo.
o envidia y malicia de Ias hombres apasionados: o sueno y Este encanto de Ias riquezas no es sólo para con Ias
delirios de Ias más inconsiderados. Y así aquellos pueblos Misioneros. Lo mismo dicen de nuestros colegíos. aunque
no están ricos. EI culto divino, a quien más que a todo Ia no tanto. iPor qué? Porque ven nuestras iglesias con luci-
demás, debemos todos atender, si tenemos fe, más que el dos ornamentos más que Ias demás. Prueba de esta es Ia
adorno de nuestras casas y cuerpos. ese sí que está con que sucedió poco ha en el arresto de Ias PP. dei colegio de
lucimiento: de manera que dice Felipe V en Ia Cédula cita- Córdoba dei Tucumán. Llegó a11ádesde Buenos Aires, 200
da, que hasta Ias mismos émulos confiesan que está en su leguas distante, un grueso destacamento de soldados, con
punto. Y hizo una Cédula particular para Ias Misioneros, en voz de apaciguar ciertos disturbios de seglares, que por allí
que les da Ias gracias por e11o. Pero ya queda declarado había. Arrestaron a Ia mafiana o a media noche improvisa-
como és ta no es tanta riqueza como se dice, y que no argu- damente a todos Ias Padres. Metiéronlos a todos en el re-
ye ser rico el pueblo (112). Los pueblos tienen Ia necesario fectorio, que eran 130: y a11íIas tuvieron 11 días, sin dejar-
y no más: porque de Ia poquedad dei gentío no se puede Ias salir ni aun para Ias necesidades comunes. De Ias
sacar más sin oprimirlos o acabarlos, como Ia han hecho soldados, que eran Ias únicos con quienes hablaban, supie-
Ias seculares en otras partes, queriendo sacar más de Ia que ron que era tanta Ia fama de riquezas que tenía el colegio
máximo, que el Comandante traía orden [dei Gobernador)
de enviarle luego media millon de pesos, y después Ia de-
(112) Las reducciones vivían sin opulencia pero en un autoabastecí-
más. E110s se hicieron duenos de todas Ias 11aves , y de Ias
miento decoroso. En relación aios parãrnetros de Ia época el nivel de vida cosas más secretas. No hallaron más que un talego con 4
ele Ias misiones era relativamente elevado y tras Ia expulsión de los jesuitas mil pesos, y un papel dentro que decía ser prestados dei
sobrevino una indudable decadencia económica. Deán de aque11a Catedral: y otro menor con algunos pesos,

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y otro papel dentro que decía: -Aquí se pusieron cincuenta Ies y tengan con qué comprar más, por haberIo ganado con
pesos para Iimosnas- (113). su trabajo: y su trabajo es de alquiler: que allí no saben vivir
Vino el Comandante al refectorio, instó mucho al P. de otro modo: y Ie dan 5 pesos al mes y de comer: y a
Rector que dijese dónde estaba el gran tesoro de aquel aIgunos más trabajadores, 6 y 7 pesos. Y a11í,ni en sus pue-
colegío. pues no ha11aba más que cuatro mil pesos y poco blos usan medias ni zapatos. sino tal cuaI, que se ponen
más para limosnas. Dijo el P. Rector que no había más: medias aIgunos días, pero no zapatos, y Ias medias Ias sue-
Volvió a instar más: -Padre, mire que se pierde a sí y a toda Ien traer sin atar; caídas hasta eI pie. No buscan ni quieren
esta comunidad. Diga Ia verdad de 10 que hay -. -Afirmaba más: con esto están contentos. No tienen espíritus ni pensa-
el Padre que era el único dinero que tenía el colegio, y que mientos para mayores cosas. No buscan oro ni plata, sino
Ias 4 mil pesos había pocos días que Ias había prestado el comida y vestido. Si adquieren aIgún real de plata, Ie hacen
Deán, como 10 diría el papel que tenía dentro. Fuese el un agujero, Ie meten en una cuerda y se 10 cueIgan aI cue-
comandante bien amostazado. Volvió después con otra 11a- 110.Con esta están más contentos que una pascua, sin pen-
vecita que tenía un pedazo de pergamino y en él escrito sar en más. Entre millares de indios, apenas se encontrará
-Secreto- --No ve, Padre, cómo yo tenía razón en 10 que uno, aunque sea de Ias que se huyeron a Ias ciudades, que
decía, y que había mucho más? Qué significa este secreto, tenga pensamientos más altos que éstos, por su genio pue-
sino el tesaro escondido? De dónde es esta Ilavej--e- Son- ril. Como nosotros cuando muchachos, que con un real
rióse el Padre Rector, porque era Ia 11avede Ia naveta don- que tuviéramos, estábamos más contentos que eI rey Creso
de estaba elo pliego de gobierno del General en que se con sus riquezas y Salomón con Ias suyas.
senala 2.° y 3.er Provincial en caso de muerte del primero, EI adquirir esta que desean, y 10 deI culto divino, se
con precepto de que ninguno 10 vea. Explicóle el Padre puede hacer sin mucho gravamen suyo. Si se quiere sacar
Rector 10 que era: y exhortóle a que fuera a velo. Y viendo más, es gravarias mucho y oprimirias. De que se seguirían
ser verdad, quedó admirado, diciendo que él no había creí- enfermedades, muertes, y eI huírse muchos a Ias montes y
do semejantes riquezas, como se decía. AqueI colegio tenía otras partes, huyendo deI trabajo, y el disminuírse y acabar-
en sus tierras Ia 'carne, pan, Iegumbres, y frutas: y así suele se. Por esta Ias seüores Obispos y otros personajes, que
tener a tiempos plata en moneda. Unos anos está con mu- conocen eI genio del indio, alaban tanto su gobierno, se-
cha abundancia, yotros con penuria, y no pocos con deu- gún dice Felipe V en Ia Cédula citada: pues ven que no
das. De estas casos hay muchos, pero Ias ca11an. conviene otro. EI decir que Ias PP. por debajo de cuerda,
Dela dicho se ve cuán enganados están estas hombres con sagacidad, sacan de ellos cantidades grandísímas, para
con Ia aprensión de Ias riquezas. No están ricas Ias Misiones, su General y Ias colegios, son miras sospechosas y de gente
vuelvo a decir. Los indios tienen 10 que han menester se- maliciosa, sin prueba aIguna de ello. como Ias minas de oro
gún su calidad. En Ia comida, maíz, Iegumbres, mandiocas, y plata con sus castillos, Ias cueros de toro 11enos de oro en
y batatas y un pedazo de carne, donde hay, para todos Ias polvo: eI millón de pesos anuales para eI General, sacado
días: y donde no hay, aIguno a Ia semana, y todos Ias días de Ias 12 mil arrobas de yerba a 3 pesos que cada ano bajan
cuando hay carestía de frutos. En eI vestido, poncho, que a Buenos Aires. eI millón y media de pesos que decía eI
sirve de capa, jubón de lana y de aIgodón, camisa, calzones, portugués que sacaban Ias PP. cada ano para sus colegios:
calzonci11os, sombrero, montera y gorro: y no usan más. eI millón que dice eI autor moderno expulso de quien ha-
Aunque estén en temples más fríos, en ciudades de espano- blé: y otras cosas a este modo, antiguas y modernas. Harta
merced Ies hago en decir que son sospechas: porque mu-
chos de estas saben que todo es falso.
(I13) Un relato muy pormenorizado de estos acontecirnientos puede Ya ven que vuelve eI Provincial de Ia Visita, que nada
verse en el Diario del Destierro de José Manuel Peramás, editado por Ia 11eva consigo: o a 10 más, aIgunos rasarias, que Ie dieron
Librería dei Plata (Buenos Aires) en 1952. en aIgunos pueblos (en todos hay fábrica de rosarios) para

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dar a aIgunos espanoles y demás castas por eI camino, y a dicen que de allí sacan centenares de millares de duros.
Ios Misioneros deI partido: y aIgunos aun esto rehusan reci- Vayan aI Paraguay, Corrientes y Santa Fe, que son Ias ciuda-
bir de Ios Curas. Ven cuando aIgunos van aIos colegios, des más confinantes y con quienes hay alguna comunica-
que tampoco llevan más que esto. Los Corregidores y AlcaI- ción de compras y ventas, que con Ias demás no hay ningu-
des, cuando Ies repiten eI sermón, suelen inculcar en esto. na: examinen quê es 10 que allá envían Ias Padres, o llevan
-Ya veis, hermanos, Ies dicen, que estos santos Padres nada Ias espanoles que vinieron a comprarles.
buscan de nosotros, sino el bien de nuestras almas, y cui- No hay comercio ni venta de cueros, sino de yerba, lien-
darnos en Ias necesidades corporales. Vemos que cuando zo y algodón, como ya explíqué. Tal cual vez el pueblo de
se van, nada llevan deI pueblo. Ya veis que cuando vuelve Yapeyú ha hecho trato de cueros de toro con los de Buenos
eI barco que llevó yerba y lienzo a Buenos Aires, trae hie- Aires, enviando para ello a su estancia de ganado arisco y
rro, cuchillos, bayeta, hachas, panos y sempiternas, abalo- alzado a matar Ios toros que sirven más de dano que de
rios y otras mil cosas en trueque de 10 que se llevó, que se provecho a su estancía: y eso en muchos anos apenas una
reparte entre nosotros, por tanto etc.. Eso ven y 10 saben vez. Tal cual otro ha enviado tambíén muy pocas veces este
muchos de Ias érnulos, por 10 que oyen a Ias que 10 palpa- gênero en su barco con Ia yerba, lienzo y algodón: mas
ron, que intervinieron en Ios viajes de Ias Provinciales y viendo que en tan larga distancia no Ies tiene cuenta, 10
demás sujetos. Iuego hablan contra Ia que vieron o contra han dejado. De cuatro pueblos que hay confinantes aI Para-
10 que sienten. Otros tienen más excusa por no haber oído guay, Ias espanoles, que van a ellos a comprar lienzos de
más que a Iaparte contraria. Con que se concluye que no aIgodón, suelen comprarles aIgunos cueros, pero pocos.
puede ir a cuidar como tutor de aquellas pobres criaturas, No hay más comercio que este, como 10 saben los que van
sino persona que no lleva otro intento despuês de 10 espiri- por allá a vender aIgunos gêneros.
tual, que socorrerles y ampararles en sus necesidades, sin Pues ~en quê se emplean tantos centenares de millares
cuidar de enriquecer ni aun de acomodarse con su trabajo. de cueros? Esta pregunta o admiración, nace como otras
Si lleva este intento, perderá aIos indios, porque ellos no muchas de Ia falta de reflexión, de no hacer examen delas
son para enriquecer aI que Ies rige, quedándose .ellos aco- cosas. En un pueblo de mil familias, y en que se matan diez
modados: sino a 10 más para quedar acomodados, si eI que vacas tres días a Ia semana, de que se da ración de 4 libras
rige cuida y afana por su bien, sin cuidar deI suyo, y tiene para 4 ó 5 personas, que suele tener cada familia, saliendo
talento para ello (114). de cada vaca como cien raciones: éstas al cabo deI ano
Otros que se precian de no hablar tan si fundamento, hacen 1500. Allí no hay cuerdas ni sacas, ni otra cosa de
acuden Iuego aI comercio de toros y vacas, de que tanto se estopa ni lino ni cánamo. Todas Ias cuerdas, Iazos, cercos
lleva a Buenos Aires. Como ven que en aIgunos pueblos se de sementeras para que no entren Ios animales, que se ha-
da ración de carne todos Ios días, y en otros aIgunos días a cen clavando unos palas a distancia de 2 ó 3 varas y atrave-
Ia semana, o piensan que en todos se da todos Ias días. sando cuerdas de palo a pala: todas son de cueros. Todos
Ias sacos de maíz, legumbres y yerba para eI común y Ias
particulares aforro de Ias piezas de lienzo que van a Buenos
(114) Curiosamente Félix de Azara parece de acuerdo con estas argu-
Aires y todas Ias cajas, y arcas o cofres o cajitas para guardar
mentos. En sus Viajes por Ia América Meridional seüala. Iasjesuitas consi-
deraban (a Ias guaranies) como su propiedad particular, Ias querian y
Ia ropa, que ellos llaman Petacas: y todas Ias alfombras, que
lejos de destruirlos procuraban su mejora, mientras que Iasjefes y admi- _ allá dicen Pozuelos, y Ias esteras o alfombras que usan en
nistradores que ban sucedido a estas religiosos consideran estas estableci- sus casas contra Ia humedad deI suelo, y para encima de Ia
mientos como una cosa de que solo puede disponer un tiernpo limitado y basura, ceniza y rescoldo, y para alhajar sus alcobítas. y
únicamente proc uran aprouecbarse de! momento presente. De aquí que . cuantas espuertas, cestos, banastas se usan, son de cuero de
ellos no alimentan ni uisten a Ias indtos tan bien como otras veces y les vacas y toros. En el pueblo dicho, de Ios 1500 cueros, tocan
fatigan de trabajo ... a cuero y media por familia: y sacando Ios que se necesitan
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para Ia hacienda del común, tocan a menos: y si mata me- sidera el descuido del indio, nada guardador y gran despe r-
nos bueyes, como hay algunos en que no se matan tantos, diciador. Antes en este pueblo, además de Ias cueros, que
tocan a mucho menos. Vean ahora en qué se gastan o em- se dan a cada familia, suelen hurtar más que en otros de Ias
plean. Antes siempre falta de esto. Como estos hombres que el Padre guarda para zurrones de yerba, para sacar el
inconsiderados sólo miran el conjunto de cueros, yerba, maíz del común, y otros menesteres del bien de todos: por-
lienzo, etc.: y no consideran Ia multitud de gente: y no que no les bastan Ias que se les dano iQué dirán a esta Ias
hacen cuenta de 10 que toca a cada uno, repartido entre inconsiderados? Váyanlo a averiguar con este papel. El au-
tantos: hablan tan imprudentemente como quien ve mil tor expulso dice que de estos cueros sacan para sí Ias Pa-
pesos para pagar el sueldo de un ano de diez mil solda- dres una infinidad de pesos: otra infinidad de Ia yerba, otra
dos, que por su inconsideración le parece una cosa exorbi- del líenzo, y que a 10 menos media millón de pesos sacan
tante. cada ano. Así deliran estos pobres hombres. No hay pobre
Si Ias pueblos fueran de 40 o 50 vecinos, como Ias al- espanol, mulato o negro que no tengan más cueros que Ias
de as de Espana, podían decir que estaban ricos con tantos indios, porque todos tienen vacas, y Ia gente de servicio,
cueros, yerba, algodón, etc.: pero si son Ias que son, que especialmente de campo, casi no comeotra cosa que carne
ellos mismos exageran Ia multitud del gentío? Ya veo que y más carne, por haber tantas vacas, y ser tan baratas.
me podrán decir que, a 10 menos, del pueblo de Yapeyú, Otros acuden al sínodo del Rey, y dicen que de aquél,
de quien ya dije que mataba al ano cosa de diez mil vacas, que es muy cuantioso, sacamos mucha riqueza, o ahorra-
tienen grande riqueza en cueros. Es de saber que este pue- mos de él. Uno de éstos dice que de este sínodo no se da
blo, poco antes del destierro de Ias Padres, tenía 1719 fami- más que un frasco ordinario de vino para cada semana a
lias, o vecinos: y en ellas 7974 almas, como consta de Ia cada sujeto, y otro para misas cada mes, y que visten pobre-
anua numeración que tengo en mi poder (115). Mátanse mente Ias Misioneros para ahorrar 10 del vino y vestido. Es
en este pueblo cosa de 30 vacas cada día. Ahí son siempre verdad que hay una Cédula Real que dice que en Ia primera
pequenas, por circunstancias que ocurren, y Ias raciones fundación de estos curatos Ias Padres no quisieron recibir
son doblado mayores que en Ias demás pueblos, porque del Rey 10 que les ofreció, que era el sínodo que se daba a
hay más vacas, y el terreno es poco a propósito para maíz, Ias Curas clérigos y regulares del Perú, alegando que como
legumbres, y raíces. de manera que apenas salen 50 racio- nosotros no tenemos en nuestra companía padres ni parien-
nes de cada vaca: y 10 más del ano casi no hay otra cosa que tes, ni buscamos estipendio alguno en nuestros ministe-
carne. A Ia cuenta dicha salen 1500 raciones, que aunque rios, y nos contentamos con 10 preciso para nuestra manu-
no llega al número de familias, son suficientes, por estar tención, bastaba Ia mitad. Esta Cédula con Ias razones de
muchos fuera del pueblo, cuidando de Ias estancias y otras Ias Padres Ia trae el P. Techo en su Historia. Ya toqué este
cosas del común. En este pueblo necesitan de más eu eras punto en otra parte y 10 que sobre él me sucedió con el
cada familia por ser más chicos, y por ser mucho mayor el marqués de Valdelirios, pero aquí 10 tocaré más lentamen-
tráfico con Ias demás pueblos en transporte de haciendas y te. Mostré esta Cédula a D. N. Arguedas, principal Demar-
su comunicación con Buenos Aires: conque sacados tantos cador Real de tres que iba yo conduciendo por Ias pueblos.
cueros como se necesitan para sacos, petacas, forros, etc., Admitió el Rey esta propu esta: y nos quedamos con 466
de Ias bienes del común, véanse cuántos tocan a cerca de pesos y 5 rs. de plata por cada pueblo, haya uno, dos o tres
acho mil personas que tiene dicho pueblo: y más si se con- en él; y eso es 10 que se ha dado hasta ahora. De que se
infiere que 10 que ofreció eran 933 pesos y 2 rs. La Cédula
sólo dice que se ofrecieron 600 pesos ensayados, y que no
(115) Estaelísticas ele 1767 publicaelas en el libra De vita et moribus
admitieron más que Ia mitad; y como Ia mitad son 10 dicho,
tredeceim uirorum paraguaycorum ele José Manuel Peramás (Faenza,
se sigue que estos 600 equivalen a 933 pesos y 2 rs.
1791) Manda también el Rey que eu ando entre Ias Regulares

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el Superior percibe el sínodo, les de vino necesario (y 10 de comida y otros menesteres, en consecuencia de Ia Cédu-
expresa), y Ias demás conveniencias de vestido, comida, la Real. Item, por cuanto no puede dar pescado, huevos, ni
etc., que tiene un Monasterio acomodado. En estas Misio- otras cosas comestibles; por estar su asiento y almacén 60
nes, el Superior percibe el sínodo para los 30 Curas. Cuan- leguas y más de algunos pueblos, y por ser esto preciso que
do nos arrestaron, éramos 80 religiosos (116). Los 466 pe- los Padres 10 busquen en el pueblo, envía cada ano para
sos 5 rs. por 30 suman 13998 pesos y 6 rs. de plata, esto es, Navidad buena cantidad de cuchillos, tijeras, anzuelos,
.14 mil menos diez rs., o digamos 14 mil. Por 80, tocan 175 cuentas de vidrio, agujas, etc., a cada sujeto: y sal y jabón
pesos: para que se vean Ias riquezas que quedan. Los 5 para que vayan dando de estas cosas a los más beneméritos,
frascos de vino para cada mes son 60 al ano (dejo Ias dos y comprando con ellas 10 que han menester, según Ia mo-
semanas más en Ias 52 deI ano para ir por 10 menos). Cada deración religiosa: y que el Superior 10 debe enviar para
frasco, puesto en los pueblos, (pues se trae de treinta le- resarcir de este modo 10 que nos dan, y no tomarles cosas
guas) , es a peso y algo más. Ya tenemos 70 pesos. Se da de balde. Item, esto llaman Repartición. Un Superior me
tabaco en polvo, y es a 4 pesos Ia libra en Buenos Aires, 300 dijo que esta repartición entre los 30 pueblos montaba dos
leguas distante de Ia Candelaria, a donde va, por ser asiento mil pesos, que repartidos en 80 tocan a 25. Hagan pues, Ia
deI Superior. No se permite otro tabaco que el de este pre- cuenta del gasto de 175 pesos. 70 para vino: 50 para vestido
cio, por ser contrabando cualquiera otro, y a tiempos va y calzado. 24 para tabaco: 25 para repartición, ya tenemos
mucho más caro (yo 10 vi en un tiempo a 6 pesos Ia libra) 169 pesos. Valúese ahora el azúcar, el aderezo del refecto-
mas digamos a solos 4, y no hagamos cuenta deI flete de rio, los postres: y Ia especiería, papel y plumas: y llévese
300 leguas. Los Padres, uno con otro, gastan cada mes me- después todo el sobrante para enriquecer.
dia libra. Tenemos ya seis libras que valen 24 pesos. Se da La realidad es que cuando hay variedad en los transpor-
toda ropa interior y exterior, de lino y lana, como en los tes, o se avinagra el vino, no alcanza el sínodo y se empena
colegios y calzado y allí, ya insinué en otro lugar, vale 3 o el Superior. Yo 10 he conocido bien empenado, y en una
4 veces más que en Espana: y así el gasto anual de ésto sea temporada por infortunios, faltó tanto el vino, que no sólo
50 pesos. Da también el Superior servilletas, toallas, platos no hubo para beber, sino que en algunos pueblos dejaron
para el refectorio. Item, especería, papel y plumas. Item, de decir misa los días de trabajo por falta de él. En este
azúcar a cada uno para el mate o bebida de Ia yerba. Ya dije tiempo me duró a mí un cuartillo de vino como tres meses.
que esta bebida Ia usan todos, ricos y pobres, libres y escla- Se ha probado en muchos pueblos hacer vino para estas
vos, todos los clérigos, religiosos y toda gente de mediana necesídades, pero se da muy maIo, o nada. No es tierra para
estofa Ia usa con azúcar, que sin ella es algo amarga. Los ello. Cuando no hay infortunios, aguanta el sínodo, por Ia
muy pobres Ia usan sola; y es cosa harto necesaria en aque- economía que hay en el manejarlo. Vese aquí bien claro de
lla tierras. Los bien acomodados usan chocolate: esto no 10 dónde toman motivos para imaginar tantas riquezas: y Ias
da el Superior, porque no le alcanzaría para ello el sínodo, riquezas que sacan los Padres ocultamente de Ia yerba,
pues vale en Buenos Aires el de más baja calidad a 4 rs. de lienzo, cuero y sínodo. Hombres mundanos, que ni habláis
plata Ia libra. ni pensáis ni soãáís sino en riquezas: mirad que aquellos
Envía también el Superior a cada pueblo arroz, nueces, Padres están muy lejos de vuestros terrenos pensamientos.
peras, aceitunas, anís y otras cosas comestibles para postres Sus pensamientos son servir a Dios. Sus riquezas, trabajar
para el bien de aquellos pobres redimidos con Ia sangre de
]esucristo, por aquel Seríor a quien son tan agradables estos
(116) Efectivamente en el momento de Ia expulsión había 80 religio-
servicios, a quien debemos infinito. Esta es Ia realidad; 10
sos en Ias misiones que fueron trasladados a Espana en los navíos San demás son ensuenos y delirios vuestros.
Fernando y San Nícolãs. 12 murieron durante Ia travesía y 9 en los días de
arresto en el Puerto de Santa María.

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Duda cuarta de muchachos? iQue consuelo recibiría de su compafiía?
Pues esto es estar entre indios, cuyo genio pueril y pensa-
iPOr qué estas Misiones están más adelantdas en 10 espi- mientos son de niãos y no tienen Ia viveza y prontitud de
ritual y temporal que Ias de más de Méjico, del Nuevo Rei- los niãos europeos, y así algunos no pueden aguantar esta
no, del Perú y de Chile, y aun más que Ias del Chaco y otras soledad. En los colegios hay muchos con quien tratar: hom-
de Ia misma provincia, según leemos en Ia Historía?-No bres de razón, literatura y prudencia, que causan mucho
es otra Ia causa sino porque los índios de ellas están más consuelo. Item, tienen tantos externos, eclesiásticos y se-
obedientes y sujetos a los Padres que los de otras partes. A glares, de juicio, prudencia, con cuyas visitas y comunica-
que ayuda también el ser el terreno más abundante y a ción moderada, como debe ser, alivian Ia melancolía. No
propósito que el de algunas Misiones, no todas. Gobiérnan- sabe bien 10 que es esto sino el que 10 experimenta: y si
se por los Padres al modo que los pupílos por su tutor, o Dios no hiciera Ia costa, como Ia hace por su infinita mise-
los hijos por su padre natural, y los demás se gobiernan por ricordia con aquellos que por su amor se desterraron y des-
su cabeza. Y como no Ia tienen, va su gobierno muy men- prendieron de otras comodidades, no se podría tolerar tan-
guado. Por 10 deniás los indios son como éstos. Algunas tos anos, pero nuestro Sefior consuela y vivifica mucho en
naciones son de más capacidad. Y los Padres son como los trabajos y melancolías.
éstos o mejores. Muchos de aquellos Padres van a Misiones de infieles.
Poco después que yo llegué a aquellos pueblos, el Cura del
pueblo de S. Angel, P. Iulián Lizardi, ángel en Ias costum-
Duda quinta bres, y de una alegría espiritual muy singular, y el P. Pons,
Cura del pueblo de los Apóstoles, sujeto apostólico, y el P.
iSi los Padres de estas Misiones están siempre en ellas Chomé, Compafiero, que además de ser gran religioso, era
por hallarse bien acomodados, o si salen a conversiones de de notable ingenio, gran matemático y tan erudito, que sa-
infieles, donde se padece tanto?- Eso de comodidades no bía once lenguas. Estos tres compafieros fueron a los infie-
es 10 que algunos piensan. Tienen muy buenos contrape- les Chiriguanos. Iban convirtiendo a muchos: y el angélico
sos. En orden a Ia comida, hay Ia suficiente; pero mal guisa- P. Iulíán fue muerto en esta demanda por los mismos infie-
da, como de un indio bárbaro. Mucho mejor está en los les con 32 flechas que le clavaron. Los otros dos prosiguie-
colegios, con el cuidado que allá tiene el hermano Coadju- ron entre muchos peligros de Ia vida. Conocí mucho a los
tor. El vino se pone con Ia medida dicha. En los colegios tres (117).
se pone sin medida para que se beba 10 que se necesita. En los bosques y montes del Oriente y Norte de los 30
Aunque los Jesuítas beben poco, según 10 que pide nuestro pueblos hay algunos infieles escondidos; pero tan pocos,
Instituto en este punto. y es que nos portemos como cléri- como los racimos que quedan en una viãa después de ven-
gos honestos. En los colegios 10 consiguen. aquí suele an- dimiada. Unos que llaman CARIBES, otros GUANANÁS y otros
dar más escaso a veces. El vestido es peor ordinariamente GUAYAQUÍES. Los caribes son 10 mismo que los osos y los
que en los colegios, porque no alcanza el sínodo a com- tigres. Andan del todo desnudos: No labran ni siembran.
prario de Ia calidad que allá, y porque los que los hacen, Viven en aquellas espesuras de 10 que cazan. En viendo
que es un hermano con 8 indios alquilados, están distantes, algunos que no son de su nación, luego los matan y se los
y no pueden hacer Ias cosas como de presente. Sobre todo,
aquello de estar con uno o dos, a temporadas solo, es un
grande trabajo. Los pobrecitos indios no son para hacer (117) Ocurrieron estas hechos el afio 1735 Y pueden seguirse gracias
compafiía a hombres prudentes y literatos, por su genio a una relación elel P. Ignaco Chomé, incluida en Ias Cartas Edificantes y
pueril: comúnmente no hablan con los Padres sino pregun- Curiosas escritas de Ias misiones extraujeras J' de Leuante por Algunos
tados. iQué haría un hombre grave metido entre una tropa misioneros de Ia Compaúia de [esús, Maelrid, 1756, Tomo XIV.

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comen. Se han hecho muchas diligencias para reducir estas fronterizo a esos. El medio que tomó para su reinedio, fue
fíeras, pero, como en viendo persona, luego acometen sin poner espías de 10s pastores de Ias estancias, que avisasen
oír palabra, o huyen, pareció imposible. No obstante, el P. cuando se veían humos de 10 interior de 10s bosques, que
Antonio Planes, Cura del pueblo de Ia Cruz, instó en que es senal de haber allí gente. En viéndose, luego enviaban
había de ir con los indios y probar fortuna. Metióse por indios. Estos se metían por Ias espesuras, que son bien tu-
aquellas espesuras: y después de muchos cansancios y tra- pidas, hasta llegar a los humos o sus cercanías, y con gran
bajos entre aquellas espinas, llegó a donde por Ias seüas silencio registraban si había gente. En divisándola, 10s
parecía haber algunos. Apenas los Caribes divisaron gente cercaban sin ser vistos: que para esto se envían muchos.
extraãa, comenzaron a pelear, sin querer oír: y hubo mu- Y así cogían tropillas de ellos, deslizándose muchos en el
chos heridos para defenderselos indios cristianos, con har- cerco y acometida, pero sin pelear, como sucede con los
to peligro del Padre, y los Caribes huyeron. Algunos cogen monos.
los indios cazándolos, aunque con grande peligro (118). Sacábanlos al campo raso, y luego se amansaban y mos-
Traídos al pueblo, muchos no quieren comer de rabia, y se traban amor como un perrillo al que 10 cogió y da de co-
mueren. Otros estári tan fieros y furiosos, que es menester mer. A los adultos de ambos sexos 10s visten 10s cazadores
atarlos. Parecen faunos o sátiros. Vi un muchacho como de con parte de sus ropas, y así 10s traen al pueblo. La admira-
16 anos, que porque no huyese, o por no tenerlo atado, 10 ción que les causaba ver pueblo, oir campanas e instrumen-
enviaron a un pueblo muy distante de sus tierras. Tenía dos tos músicos era rara. Lo gracioso era cuando se les mostraba
bocas: una natural: y otra debajo de ésta en ellabio inferior, un espejo. Luego iban a coger con Ias manos al que allí
por donde sacaba Ia lengua como por Ia de arriba. No sabe- veían y pensaban estaba detrás. Cuando gritaban o lloraban
mos qué intento tienen en abrírsela. Un día después de 10s muchachos, parecían monos que aullaban, de que hay
haber enterrado un nino en el cementerio, y yéndose Ia muchos en aquellos bosques. Era menester abreviar mucho
gente del entierro, le hallaron desenterrando el difunto el Catecismo para enseüarles 10 preciso para el bautismo a
para comérselo. Estos por su carácter rabioso de fieras que- 10s adultos; porque, como hechos a vivir en Ia espesura de
dan sin remedio. sus bosques, les hacía mucho dano el vivir en descampado:
Los Guayaquís andan también del todo desnudos los de y así enfermaban y luego se morían, y en Ia enfermedad y
ambos sexos, y siempre metidos en Ias espesuras. No son al morir, estaban risueüos. Los chicos perseveran (119).
comedores de carne humana, ni fieros como 10s caribes. En Los Guaãanás están en Ias cercanías del Paraná, como
viendo gente, luego huyen como 10s monos, y se sustentan 60 leguas del pueblo del Corpus, metidos también en 10s
de Ia caza, frutas y míel, que hay mucha en sus montes. El montes. Estos tienen algún vestidillo hecho de ortigas con
P. Lucas Rodríguez, Compaãero de un Cura, anduvo ha- que hacen hilo. Siembran algo de maíz. El modo de sem-
ciendo grandes diligencias en muy trabajosos viajes, por brarlo es éste. Pegan fuego a un caãaveral de 10s muchos
estos pobres: no podía conseguir nada: porque luego que que hay en aquellos bosques, y siembran algunos granos
oían gente, se huían, emboscándose en aquella espesura.
El escritor de estos borrones fue a cuidar de un pueblo
(119) Estas breves noticias tienen un gran ínterés por ser mny escasos
los da tos históricos que poseemos sobre los guayaquis. Muy recientemente
(118) En muchas ocasiones Ias cacerías espirituales, como eran lIama- los últimos grupos de esta etnia, que vivían errantes por Ias selvas, fueron
das, tenían más de 10 primero que de 10 segundo. Lamentablemente, toda- capturados y asentados en una reserva, repitiéndose casi paso a paso 10
vía hoy en Paraguay se realizan actuaciones de este tipo. En los últimos relatado por CardieL Más información pueele encontrarse en el muy intere-
tiempos ha sido muy discutida Ia labor desarrollada por los grupos de A sante libro Cr6nica de Ias indios guayaquis ele Pierre Clastres, Barcelona
Las Nuevas Tribus quienes, aI parecer, han perfeccionado estas viejas téc- 1986, o en Las culturas condenadas, compilación ele Augusto Roa Bastos,
nicas coloniales. México, 1978.

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haciendo hoyos con un palo, y vanse a cazar y buscar frutas viajes: pero padecieron tantas avenidas de naufrágios y tan-
y miel. En pareciéndo1es que ya está maduro e1 maíz, vuel- tos trabajos en tierra, y agua, que no se pudo hacer cosa de
ven a1lí a buscado. Para convertir a éstos se han hecho en monta, y se dejó aquella empresa para otro tiempo: nunca
todos tiempos exquisitas diligencias, yendo 10s Padres en se dejan de tentar cuantos medi os hay para remediar estas
su busca. Aunque no son tan feroces como 10s caribes, hu- pobrecitas almas. Están estas tres naciones al Este y Nordes-
yen también en viendo gente, no queriendo oír Ia ernbaja- te de 10s pueblos,
da de 10s Padres. E1 P. Pons, catalán, de quien hab1amos Había otros indios de a1gún mayor número al Norte y
arriba, hizo esfuezo en su conversión, y e1 P. Nusdorffer Noroeste, de que se tenía a1guna confusa noticia, y que
siendo Cura. Este fue después Provincial. Otros probaron eran 1abradores: que encontrando de estos, como paran en
su celo en esta expedición. Algo se hacía, y por medio de un sitio, son más fáciles de convertir. Después de muchos
nuestros indios, que iban a hacer yerba en 10s yerba1es sil- viajes de ir 10s Padres en su busca, al fin se hallaron hacia
vestres, se 1es procuraba cautivar Ias vo1untades. Con estas e1 afio de 1750. Han trabajado en su conversión muchos
diligencias se atrajo al pueblo de Corpus, que es e1 más Curas y Compafieros. Los Padres Planes, Gutiérrez, Matilla,
cercano a ellos, un buen número de familias, de que se Enis, F1echaber, Cea y atros. AI tiempo de nuestro arresto,
formó un barrio, que cuando salimos de allí perseveraba. había ya dos pueblos de ellos, casi todos cristianos, San
Pues como e1 ceIo de 10s Padres no se contentaba con ]oaquín, y San Estanis1ao, con 3777 almas (120). No sabe-
esto sin convertidos todos: es a saber que estando un indio mos en qué han parado; porque arrestaron a los cuatro Pa-
entre cristianos, jamás resiste al bautismo. Toda su resísten- dres que había en ellos. iQué dirán a esto Ias que piensan
cia es al salir de Ia vida de fieras a Ia vida de raciona1es, a o sin pensado publican, que 10s Padres de Ias Misiones del
vivir en un sitio con orden y justicia. Ni jamás se 1es ofrece Paraguay no sa1en de sus pueblos. y habiendo tantos ínfíe-
cosa contra 10s misterios de nuestra santa fe. Todo 10 cree 1es, en contorno, se están repantigados, gozando de 10s re-
1uego, como nosotros cuando nifios. Si 1es dijeran que hay galos de sus pueblos?
cinco dioses, y que uno se llama tal y otro cuá1, todo 10 Hay otros infie1es cercanos al rumbo del Sur en Ias carn-
creyera 1uego porque 10 dice e1 Padre, a quie.n considera pafias, que son allí muy dilatadas, y con pocos, peque fios
por un ente muy superior a 10 que ellos sono Así son todos bosques. Estos ta1es son de a caballo, y sus campos son
10s infie1es de aquellas tierras, o regiones. No alcanza a más abundantes de caballos silvestres o ClMARRONES, como allí
su corto entendimiento. Son muy distintos de 10s infie1es dicen, y no son distintos de 10s domésticos: y en cogíéndo-
chinos o japonés y demás orienta1es, que tienen tantos ar- 10sy domãndolos, sirven 10 mismo que éstos. No son labra-
gumentos contra nuestra santa fe. No contentándose, digo, dores. Se sustentan de Ias vacas de Ias estancias de nuestros
10s Padres con esto, determinaron formar un pueblo dentro indios, en cuyos confines se sue1en arranchar. Sus ranchos
de sus mismos bosques con indios del Corpus, para de este o casas, son como una alcoba nuestra: y sólo formadas de
modo amansados a todos en sus tierras, y después atraerlos cueros, y se mudan con frecuencia de un territorio a otro.
suavemente a este pueblo, pues no son como 10s guaya- Hurtan caballos mansos, bueyes, y aun ropa de Ias estancias
quís, que se mueren estando al solo al descampado: por- de 10s espafio1es y de nuestros índios: y por esta causa ha
que tienen en sus tierras a1gunos descampados y campafias habido muchas guerras. He estado a1gunas veces entre
por donde andan. ellos. juzgo que en casi 200 1eguas que cogen 10s campos
A esta empresa fueron 10s dos Padres Diego Pa1acios y donde andan mudándose, no llegarán a 300 de tomar ar-
Lucas Rodríguez por e1 Paraná, que por tierra no se puede, mas. Tienen sus tratillos con Ias espafio1es, llevándo1es raí-
por 10 impenetrab1e de 10s bosques. Llevaban todo 10 nece-
sario para Ia fundación, que se había de llamar de San Esta- (120) Esta última entrada de los jesuitas se realizó en Ia región dei
nis1ao, habíéndolo buscado de limosna en 10s pueblos para Tarumá, entre los guaraníes que llamaban monteses. Los dos pueblos crea-
aquellos pobres. Llegaron a sus bosques: hicieron varios dos en Ia época siguen existiendo en Ia actualídad.

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ces coloradas para teüir, de que hay mucho en sus tierras, naciones de Tucumán, Buenos Aires y Paraguay. Su institu-
plumajes de avestruces, de que abundan aquellos campos, to es destruir el género humano. Andan haciendo guerra a
botas de pierna de yegua para Ia gente de servicio, y rien- todos: cristianos y gentiles, espaüoles e indios. No paran en
das y lazos de cuero de toro. Con esta les compran vino, un sitio. No siembran ni tienen casas, gobierno, ni suje-
aguardiente y algo de ropa de lana, y barajas de naipes, ción. Sólo para hacer mal se suelen someter a un capitán.
yerba y tabaco. Antiguamente fueron nuestros Padres a convertirlos en va-
El indio cuando está entre espaãoles o trata con ellos, rios tiempos. A unos mataron, a otros los desampararon,
no aprende 10 mucho bueno que en ellos ve: el rezar al porque como viven del hurto, y de caza, en acabándose 10
levantarse, y el Rosario por Ia tarde, el oír Misa, hacer li- que había en el contorno, se iban a otras tierras.
mosna, criar bien i sus hijos, etc.: y esto aunque sea cristia- Los anos pasados de 1720 fueron más sangrientos en sus
no: nada de esto se le queda. Lo que se le imprime es el irrupciones contra Ias espafioles. Los despojaban de sus ga-
jugar a naipes hasta Ia camisa, el emborracharse, a que es nados y de sus vidas en sus estancias. Salían a Ia defensa y
muy inclinado todo índio. el andar en bailes con Ias muje- al castigo, y había muchas muertes de una y otra parte:
res: y toda deshonestídad y disolución que ven en Ia gente tocando Ia peor parte comúnmente aios espaüoles. Aios
baja, mulatos y esclavos, que él por su poquedad, no se que quedaban vivos, les obligaban en Ia jurisdicción de
acompafia con otros. Estas infieles aprenden todo eso: y Santa Fe a desterrarse 60 o 70 leguas al abrigo de Buenos
por esta son muy difíciles de convertir. No hay en aquellos Aires, desamparando sus estancias y tierras, los caminos del
reinos indios que tengan templos, dioses ni cosa que 10 Potosí y otras ciudades estaban !lenos de sangre de cristia-
valga. Eso se queda para Ias indios del Perú y para Ias de nos. A este tiempo quiso Dios dar algún alivio a Ias espano-
Méjico. Estas no piensan en otra cosa que en comer y beber les por medio de un espanol que cogieron los enemigos
yerba, jugar a Ias naipes, emborracharse, lujuriar y hurtar, y cuando muchacho. Este, creciendo en edad, fue capitán de
algunas niãerias que hacen sin reflexión ni culto. e!los, de gran valor y destreza en Ias irrupciones y hurtos
No obstante esta, en todos tiempos se ha trabajado en contra los cristianos, sin saber él que 10 era, según después
Ia conversión de éstos. El P. Francisco García .se esmero decía. En una refriega fue cogido bien herido. Volviendo en
mucho en reducirlos a pueblo. Logrólo, formando uno con sí, y reconociendo sus parientes y quién era (era de buena
nombre de JESÚS MARÍA.. Duró algún tiempo: más, no pu- sangre) comenzó a portarse muy cristianamente y con hon-
diendo subsistir por su inconstancia, se agregó al de San radez. Tomáronlo sus paisanos por guía (era de Santa Fe),
Borja, y allí perseveró y persevera en un barrío: Sobre el y por medio suyo lograron grandes ventajas contra Ias infíe-
residuo continuamente se hacen diligencias, y se suelen les. de manera que viéndose con tantos muertos, y siendo
agregar varias al pueblo de San Borja y al de Yapeyú. En derrotados en varios choques, se redujeron a paces. Propú-
este último bapticé yo varias adultos el afio de 55. Estas soseles por condición principal el que se redujesen a pue-
son Ias indios que hay confinantes con Ias Misiones del blo, en donde Ias Padres Jesuítas les ensefiarían Ia ley de
Paraguay, a larga distancia de sus tierras hacia el Oriente, Dios: y vinieron en ello. Poco después sucedió 10 mismo
Norte y Sur. Esta sola cortedad es Ia que ha quedado des- con Ias infieles del sur de Buenos Aires, bandoleros como
pués de Ia conversión de Ias treinta pueblos. éstos. los cuales, después de gran matanza que hicieron los
A Ia parte de poniente u occidente, pasado el gran río espanoles, se redujeron a paces, y puesta Ia misma condi-
Paraná, hay unas naciones de índios todos a caballo, llama- ción, fueron a!lá los Padres Manuel Quirini, Cura de Ia
dos Mocovís, Abipones y Tobas (121). Están en Ias gabe r- Candelaria, y Matías Strobel, Cura de San josef, y los reduje-

difícil su seclentarización Y Ia creación de misiones estables. En el mornen-


(121)- Eran estas, junto a mbayas, lules, vilelas ..., Ias principales etnias to de Ia expulsión, el total de indios chaqueíios reducidos rondaria los
chaqueüas entre Ias que actuaron los jesuitas. Su modo de vida hacía muy 6000.

180 181
ron a pueblo en que trabajaron mucho. E1 primero fue des- nos Aires, nos dijeron que habían hecho una irrupción en
pués Provincial. Ias estancias de 10s espaüoles: que éstos salieron contra 10s
A éstos de Santa Fe fue e1 que esto escribe, a quien indios, que hubo una grande pelea. y quedaron muertos
dieron por Cornpaãero un Padre mozo del co1egio de Cór- 150 espafíoles con poca o ninguna pérdida de 10s indios.
doba, sef'ía1ado por sus buenas prendas para catedrático de Los agresores no serían de 10s ya cristianos, serían 10s cate-
Ia Universidad; pero é1 quiso venir antes a padecer por cúmenos, o 10s parientes de éstos. Esto nos contaron 10s
Cristo trabajos, y peligros de Ia vida entre aquellos bando- espaãoles que vinieron al Puerto. Después vinieron cartas
1eros y sayones, que lograr 10s honores de Ias cátedras. al Puerto de Santa María, que decían estar aquello alborota-
Hízose un pueblo con Ia advocación de San ]avier, que do; pero no se explicaban más. Parece que estaba prohíbi-
proseguía en aumento. Después vinieron a estas naciones do el escribir de estas cosas. Nuestro Seãor 10 remedie, y
10s Padres Bonenti, Cura que fue de San Borja, Cea, Cura se compadezca de aquella cristiandad y de aquellos pobres
de Ia Cruz, Brignie1, Cura de San ]avier, y otros Cornpane- espanoles. Los medi os que han tomado para convertir es~os
ros, a quienes se 1es juntaron, no de Ias Misiones, sino de indios, 10s gastos imponderables que se han hecho llevãn-
10s co1egios: y unos en un paraje, otros en otro, hicieron doles gran cantidad de tabaco, ovejas, vestidos, y todo 10
cinco pueblos de estas gentes salteadoras, dejando sosega- necesario para que parasen en un sitio 00 que no se hacía
da toda Ia tierra a costa de sus trabajos y peligros (que en antiguamente, sino que se les predicaba el Evangelio,
muchas ocasiones se vieron) de Ia vida. Después que se como a Ias naciones quietas, por 10 que no surtía efecto),
fundó e1 primer pueblo de San ]avier, 10s pobres espaãoles 10s peligros de Ia vida, grandes trabajos, pues a uno de mis
desterrados comenzaron a venir y recobrar sus estancias. AI conmisioneros que adelantó con 10s otros mucho estas mi-
segundo pueblo, que fue San ]erónimo, ya se atrevieron a siones y conversión, le dieron un flechazo en un brazo: a
venir todos: y a una y otra parte de Santa Fe, al Norte y al otro un macanazo en Ia cabeza y a otro le quitaron Ia vida
Sur, que todo estaba despob1ado, quedó habitado ya todo: a lanzadas, poco antes de nuestro arresto.
y 10s caminos de Ias de más ciudades, libres del susto de tan
fiera gente. Después más arriba, en Ia jurisdiccíón del Para-
guay, se fundaron otros dos pueblos por 10s Padres de Ias Duda sexta
Misiones y uno de 10s co1egios. Vea V. R. ahora si 10s de Ias
Misiones sa1en y van a Misiones de infie1es. He individuado Si el modo de predicar el Evangelio y reducir estas gen-
mucho, nombrando sujetos 00 que no hago tan fácilmente tes es distinto del que se tiene en Ias naciones quietas. Es
en otras partes), porque e1 que quiera 10 averigüe. muy diverso. Las naciones quietas son de a pie; y por 10
Fueron en aumento estos 7 pueblos de gente tan in- común, labran y siembran. Cuando se descubre a1guna de
quieta y feroz, con grande admiración de 10s espaãoles que éstas, se previene el misionero con hachas, curtas, cuchí-
10s veían, y sin quererlo creer 10s que no 10 veían, hasta que llos, y abalorios. Son estos dones más estimados de ellos
se certificaron con sus ojos. Quedaban al tiempo de nues- que e1 oro y plata en Ias naciones políticas- les ganan. 1.a
tro arresto como 4 mil almas, 10s más ya cristianos, 10s res- voluntad, y le oyen con gusto. y si sabe curar y lleva medici-
tantes catecúmenos, y con esperanzas muy bien fundadas nas 10s cautiva mucho más. Entabla su Catecismo; y des-
en que todos se reducirían al baptismo, según 10s muchos pués de nuestra santa fe, y de Ia n.ecesidad de e~la para
que iban viniendo y guareciéndose a los pueblos cada día. sa1varse, empieza a afearles Ia pluralidad de Ias mujeres, Ia
En qué estado estarán ahora no 10 sabemos. Só10 sabemos borrachera y hechicería, que son 10s tres vicios dominantes.
que con sacar 10s Padres y poner clérigos y religiosos que Aquí es el trabajo. El que crean Ias obligaciones de nuestra
no sabían su 1engua, se a1borotaron 10s ya cristianos, y rnu- santa fe, sus misterios y verdades, no cuesta mucho. ~as
chos desampararon e1 pueblo, y se fueron a sus antiguas poco a poco con Ia oración y penitencia, con gran pacien-
tierras. Y estando nosotros detenidos cuarenta días en Bue- cia, y espera, y con un infatigable trabajo que Dios palpa-
182 183
blemente 10 endulza con muchos consuelos espirituales, se cho, pues quedando vivos, habían de proseguir en sus mal-
consigue su conversión. El misionero se sustenta de maíz, dades con tanto dano de Ia República, y habían de morir en
batatas y mandioca, o algún pedazo de caza y como el Pa- su pecado con más infíerno. Los espanoles, medias tenían
dre a cada cosa de és tas que le traen, les regala con algo, para esta: pues son más en número que Ias índios, Ias ar-
le proveen bien de estas bastos alimentos. Después, pues- mas de fuego muy ventajosas a Ias lanzas de Ias indios, Ias
tos en todo gobierno espiritual, y económico, van introdu- pertrechos, número de caballos, ardides militares por su
ciendo vacas, ovejas, caballos y mulas: y haciendo Ias se- mayor capacidad, avío de viajes, valor y esfuerzo, cuando se
menteras europeas de trigo, cebada, etc. En donde no se da escogen y ejercitan en Ias armas, excede a Ia barbarie de
el trigo, como en Ias temples muy cálidos, comen pan de estas bandoleros. Pero no se unían, ni tomaban Ias medias
maíz, y para hostias, traen Ia harina de muy lejos. Así se proporcionados. Tal cual Gobernador que ha tomado con
convirtieron en esta provincia dei Paraguay y Ias Chiquitos, empeno este punto, vemos que ha hecho prodigios, suje-
que son diez pueblos numerosos (122): y tan adelantados, tando a Ias indios en su jurisdicción, pero como-no le ayu-
que iban igualando en el culto divino de adornos, música, daban Ias otras, no se acababa el mal.
etc., a Ias 30 pueblos de nuestro asunto: y aun en 10 econó- Ultimamente, a mediados de este sigla se tomaron otros
mico, pero no en Ias edifícios (123). De este modo se con- medias, que aunque muy costosos, eran muy suaves. Fue-
virtieron otros once pueblos en Ias desiertos intermedios ron Ias Padres ya mencionados Manuel Quirini y Matías
de Ias cíudades, y así otras muchas naciones de Ias demás Strobel, Curas de Ias Misiones, a Ias indios de Ia parte dei
provincias, pues casi todas son de a pie. Sur de Buenos Aires llamados Pampas, Aucáes y Serranos;
Con Ias naciones de a caballo, que todas son inquietas y el que esta dice, a Ias dei Norte, aún más bandoleros y
y guerreras, sin saber parar en un sitio, inquietando ai mun- feroces que éstos (124). Recogiéronse limosnas de Ias ciu-
do con sus hurtos y muertes, se tomaron desde Ias princi- dadanos, y Ia gente de Ias estancias, de nuestros colegios y
pias estos mismos medias, pero no surtieron efecto. En de nuestras Misiones. Se llevó buena cantidad de vacas,
acabándoseles Ia caza dei paraje en que estaban con el Mi- ovejas, rapa y varias comestíbles: se alquilaron jornaleros,
sionero y 10 que habían hurtado, luego se iban a ·otra parte que allí llaman peones, para hacerles Ias casas y semente-
a hurtar y cazar. Se decía que el único media para éstos era raso Viendo Ias indios tantas cosas para Ia manutención, no
hacerles guerra viva, pues Ia tenían bien merecida; y a Ias trataban de ir a otra parte, ni aun de cazar.
prisioneros, trasladarlos a tierras de donde no pudiesen Hiciéronseles casas y sementeras, pero a nada se mo-
huir y tenerlos allí como diez o más anos, sirviendo a su vían, ni a ayudar a hacer sus casas, ni aun sus sementeras,
patrón, por Ias gastos hechos con ellos. y de este modo se no hacían sino mirar a 10 que Ias peones hacían. Cogía el
lograrían estas prisioneros, pues el indio, estando sujeto, Misionero un hacha: empezaba a cortar un pala para su
luego sigue Ia religión de su amo sin difícultad alguna. Y casa. Toma, hijo, decía, esta hacha. y corta como yo. Res-
aun para Ias que quedaban muertos en Ia guerra era prove- pondía. NO: QUE HACE MAL A LAS MANOS. Entraba en el apo-
sento, y viendo Ia silla desocupada, luego se sentaba en

(122) Las misiones de los indios chiquitos se encontraban en el acrual


oriente boliviano, en tierras de Ia gobernación de Santa Cruz de Ia Sierra. (124) Las misiones dei Sur comenzaron el ano 1740. Cardiel, junto a
Comenzó el P. José de Arce a evangelizar a aquellos indios en 1691 yen los PP. Quiroga y Strobel, participó en una expedición científica cuyo obje-
1767 estaban formadas 10 reducciones con 23.788 habitantes. tivo era cartografia r Ias costas patagónicas, en el ano 1745 y un afio des-
(123) Efectivamente, el régimen económico era similar al de Ias reduc- pués, como conocedor de aquellas tierras, se le encomendo, junto ai P.
ciones deI Paraguay. En cuanto aios edificios habría que matizar mucho Falkner, Ia creación de una nueva misión, que se lIamó Nuestra Sefiora dei
esta afirmación de Cardiel. Las iglesias de Chiquitos son monumentos im- Pilar. Después de muchas vicisitudes, Ias misiones australes fueron aban-
portantísimos deI arte colonial hispanoámericano y su grado de conserva- donadas el ano 1753, por 10 que puede considerarse una tentativa fracasa-
ción asombra a sus escasos visitantes. .
~. .

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ella, y comenzaba a bailar Ias pies. Cansábase el Padre de
o.tro un po~o de bizcocho, otro tabaco, otro legumbres, va-
estar tanto 'tiempo en pie (a Ias principias no hay más que
n.and<;>casi ~o~a Ia semana. Con estos medias, mucha pa-
una silla) y le decía: MIRA QUE ME CANSO MUCHO: DÉJAME SEN· ciencia, sufrírníento, tesón, y espera y muchos gastos, fue-
TAR: y respondía: NO: QUE ESTO ESTÁ BUENO. Veía Ia cama, y
ron entrando en vida racional y cristiana: de suerte que a
se echaba en ella, y Ias pies Ias ponía en Ia almohada, y Ia
cabeza donde corresponden Ias pies. Si uno le decia que
los t~e~ == ya entraron .a hacer sementeras de cornún. y
los V1ClOS reinantes se quitaron dei todo. Después de esta
se levantase. respondía: QUE AQUELLO ESTABA BUENO. Pedía el que esto afirma fue a fundar, más tierra adentro, otro
que le diese un poco de maíz: dábaselo. Luego decía: dame
pueblo, Llamamos estas naciones Mocovíes y Abipones: y
un poco de bizcocho: dábaselo. Luego pedía higos: tam- el vulgo espanol Ias llama Guaycurúes: y así llaman tam-
bién se Ias daba. EI darle no era motivo para que no pidiese
bién a Ias demás que como ésta, tenían por oficio matar y
más, sino incentivo para pedir: Proseguía: DAME UNA HOJA
robar. Sus conmisioneros 10 hicieron mucho mejor: fundan-
DE TABACO: también se Ia daba. Y así iba pidiendo seis u
do por aquellas partes otros 3 pueblos de Ia misma gente
acho cosas. Y si le negaba una por no haberla, dando Ia
con los mismos costosos medias: y otros dos más arriba
razón de ello, luego decía: MENTIRA: MENTIRA: PADRE MALO:
dentro de Ia jurisdicción dei Paraguay. Además de gana;
PADRE MIENTE: NO SIRVE: y se iba enojado, como si nada le
estas, al~as para Dios, se hizo un bien imponderable a Ia
hubiera dado. Qué novedad causaba esta en Ias que venían República, quedando Ias caminos seguros, el comercio li-
de aquellas mansas, humildes y agradecidas ovejas a esta bre, .Ias sisas y alcabalas Reales que a trechos se pagaban,
desagradecida barbarie! cornentes: y los pobres espaãoles contentos y sin susto en
No era esta Ia peor. Comenzaban a tocar sus trompetas sus tierras y casas (126).
(que no son otra cosa que unos calabazos largos) con un
son tan lúgubre, que ai más risuerío llenaría de melancolía.
y era senal de que venían enemigos. Venían algunas veces Dúda séptima '
varios nuncios diciendo cómo venían a matar Ias Padres
que eran espías de los espanoles. y con un pedazo de carne . tDe ,dóndenace el que de Ias Misiones dei Paraguay se
y otras cosillas los tenían enganados, y que en descuidán- diga mas contra los Padres que de Ias demás Misiones?-
dose avisarían aios espaãoles para que en venganza de Ias ~ace de qu~ juzgan o juzgaban que estaban más ricas: y Ias
guerras pasadas los mataran una noche. Y de hecho algunas érnulos aspiran a gozar de estas riquezas: y de haber sido
noches llegaron con este intento a Ias cercanías dei pueblo vencidos de los indios, que por orden dei Rey fueron con-
y ai mismo pueblo. y unas veces los que Ias encontraba~ tra el~os. Todas Ias demás Misiones de Méjico, dei Perú,
en el camino Ias retraían, y otras Ias mismos dei pueblo etc., nenen sus persecuciones cuando juzgan que hay algo
salían a Ia defensa y Ias intimidaban. La casa dei Padre era que agarrar de ellas. Las dei Perú por Ias fincas de plara,
una cabana de paja sin ventaria: y un cuero de vaca por cacao y otras cosas que los Padres han instituído en sus
puerta. Estos y otros muchos eran los trabajos de los Padres pueblos ai modo de los yerbales dei Paraguay. EI cacao es
a los principias (125). Ia fruta de un ãrbol grande silvestre, que se cría como en
Comenzóse desde luego el Catecisrrio. Venían sin mu- unas mazorcas de maíz, que Ias Misioneros 10 han hecho
cha dificultad a Ia iglesia cada manana. AI salir se les daba hortense. No se cría sino en climas que nunca híela, como
todos los días algún agasajo, un día un punado de maíz,

(126) Dos crónicas jesuitas se refieren a estas naciones indígenas. Son


(125) Sobre estos temas es interesante ia crónica Los indios pampas,
ia Historia de los Abipones de Martin Dobrizhoffer (Resistencia, 1967) yei
puelcbes, patagones dei jesuita José Sánchez Labrador, editada en Buenos
Hacia alia y para acá (Una estada entre los indios mocobies, 1749-1767)
Aires en 1936.
de Fiorián Paucke (Buenos Aires, 1942). .

187
son Ias Misiones de los Mojos y otras de Ia zona tórrida. Las bles pupilos, en sus injustas pretensiones, prorrumpían en
de Méjico por el oro que dicen hay en Sonora, y riquezas, injurias y vituperios, de que en varias ocasiones llenaban
aunque soãadas, de Ias Californias. procesos, que despachaban a Ia Corte.
Entre los espanoles, hay muchos que, conte ritos con 10 Sus delaciones se reducen a que en Ias Misiones no
que Dios les da mediante su trabajo, no piensan en desor- había sujeción eclesiástica, ni vasallaje Real: que los Padres
denadas riquezas y codicias. Otros hay muy codiciosos. Es- eran Obispos y Papas, Gobernadores y Reyes, que Ias gran-
tos comúnmente están en el errado dictamen de que el dísimas sumas de hacienda que el Rey y Ia República po-
indio, a manera de esclavo, no ha nacido sino para servir al dían sacar, se Ias llevaban ocultamente los Padres, y que los
esparíol, mientras él está triunfando, paseando, ocíando, indios estaban muy mal instruídos en Ia fe, doctrina cristia-
banqueteando y aun en puros vicioso Estos son los que le- na, y en noticias políticas, sin saber que hay Papa ni Rey,
vantan tantos falsos testimonios: y que no pocas veces 10- sino sólo sus Curas; y sus Provinciales, etc. Pero, como es-
gran impresionar a los constituídos en dignidad, aunque no tos indios, por haber sido conquistados por sóla Ia cruz, y
sean de tan malas propiedades. A Ias Misiones que son po- no por armas, están exentos por el Rey de todo servicio a
bres, o que saben que no tengan algo de monta, Ias dejan cualquier particular, sólo tienen obligación de acudir a los
en paz, como Ias del Quito, o del Orinoco, o Ias de Chile; servicios públicos del Rey, como a Ia guerra y a Ia fábrica
pero a Ias que juzgan ser ricas, Ias persiguen en extremo. de castillos y fuertes. Y en tal caso, manda S. M. que desde
Si no están tan lejos sus territorios, aunque no piensen el prime r día que salen de sus pueblos hasta que vuelven,
están ricas, Ias persiguen para lograr los indios para sus se les de su sueldo, real y medio de plata por día, y nunca
granjerías: y como los Nuestros luego se ponen a defender se han negado a semejantes servicios, aunque se han deja-
los derechos de los pobres indefensos, asestan toda Ia bate- do de pagar los más; y no por defecto del Rey, sino de los
ría contra ellos. Qué extorsiones, opresiones, vejaciones, inmediatos ministros; y son más de 50 los servicios de esta
no hicieron los de esta calidad contra los pobres indios especie que han hecho con mil y 2 mil y hasta 6 mil indios
desde los principios. Véase además del Obispo de Chiapa de una vez: y en varias veces han defendido a los mismos
(que 10 tienen por nimio), al Obispo de Santa Fe de Bogo- vecinos del Paraguay de muy apretadas invasiones de sus
tá, Piedrahita, clérigo, y natural de aquellas partes. Véase al enemigos los Guaycurús y Payaguas. Como son tantos los
de Quito, el Sr. Montenegro, también clérigo: y a otros va- servicios y méritos de estos pobres, nunca desisten los Pa-
rios historiadores, y en Ias cosas del Paraguay, Ia Conquista dres de su constante defensa, sufriendo con heroica pa-
espiritual del Ven. P. Ruiz de Montoya (127). Ya se dijo en ciencia todas sus injurias y calumnias. . .
Ia Relación como no estando obligados los indios del Para- Otro motivo particular mueve a los émulos del Paraguay
guay más que a servir dos meses al ano a su encomendero, para perseguir a los indios y sus Padres: y es que por tres
les obligaban a servir toda Ia vida sin paga; contra Ias Cédu- veces han ido los ministros Reales y militares a sujetarlos
las Reales: que predicando los Nuestros contra este abuso, en sus alborotos. La primera fue cerca del ano de 1650, en
fueron por esta causa echados de varios colegios. Después, que fueron 600 con el Gobernador D. Sebastían de León a
en cualquier ocasión que se ofrecía defender a los misera- introducirlo en Ia ciudad; y no queriendo los ciudadanos
obedecer a sus provisiones, que pregonó ante su ejército
una legua de Ia ciudad, tocó el arma (128). Arremetieron
los índios: y hiriendo y matando, entraron hasta Ia plaza
(127) El P. Antonio Ruiz de Montoya es quizá la figura más notable de con el Gobernador: donde se hizo obedecer de los vecinos.
la primera etapa misionera y su obra Conquista espiritual becba por los
religtsos de Ia Compania de [esús en Iasprovincias dei Paraguay, Paraná,
Uruguay y Tape, Madrid, 1639 (Bilbao, 1892) una crónica fundamental
para conocer la historía y Ias concepciones que animaron el experimento
misionero. (128) Ver nota 102.

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Murióun indio y 18 espanoles. Así 10 refieren los procesos halló presente, por capellán de los indios, con el P. Policar-
de aquel tiempo y el Dr. jarque en su historia (129). po Dufo: y al huir fueron presos, y llevados al Paraguay. En
La segunda fue el ano de 723, en que un tal Antequera el tercer motín anduve yo por capellán de los indios. El
sublevó a los vecinos. Fue por parte del Rey a sujetarlos el dicho P. Rivera era un sujeto tenido de todos por un hom-
Teniente de Rey de Buenos Aires, D. Baltasar García Ros. bre santo. Viví con él algún tiempo (131).
Llevó consigo 3 mil indios. Salieron los sublevados en ejér- Como en todas estas funciones van los PP. con los in-
cito formado con su Antequera, fingiendo toda lealtad y dios. y los ministros Reales que los gobiernan, hacen mu-
obediencia a Ias órdenes del Rey. Y viéndole descuidado cho caso de los Padres, consultándolos en 10 que no es
con los indios, acometieron a traición. Huyeron los indios cosa de castigos y sangre, y valiéndose de ellos para intér-
y el Teniente Rey. Murieron en Ia huída muchos. De estos pretes y para inti~aciones; juzgan los vecinos del Paraguay
faltaron hasta 300, entre los que desaparecieron y murie- que todos los castigos que se han hecho vienen de los Pa-
ron: y de los espaãoles murieron 20, por haber resistido ~res: y el sonrojo de ser sujetos por los indios, a quien ellos
unos pocos indios que estaban con sus armas. El Antequera uenen por gente vil, les aumenta más estos sentimientos.
después de algunos anos fue degollado en Lima por estos En el Paraguay hay, y siempre ha habido, gente buena así
alborotos (130). eclesiásticos. como seculares, y afectos a nuestra religfón,
La tercera fue el ano 734, en que, habiendo echado a aun en medio de los motines. Estos bien saben que los
los Padres del colegio (esta es Ia tercera expulsión: porque Padres no se meten en guerras ni en cosas de razón de
en el primero y segundo motín también los echaron, y des- estado, sino únicamente hacen obedecer a Ias órdenes Rea-
pu és de sujetos a Ias Ordenes Reales, fueron restituídos por les, .y aprontar los indios que el Gobernador senala. y con-
el Rey con mucha honra), habiendo muerto antes el Gober- ducirlos ha~ta pon~rlos en su presencia y a sus ordenes. y
nador N. Ruiloba. Anduvieron amotinados con varias pre- en 10 demas,. s~rvlrles de capellanes y misíoneros, pero
tensiones contra Ias órdenes Reales, entre ellas era una el como el atrevimíento de pocos malos puede más que mu-
apoderarse de aquellos pueblos más confinantes con el Pa- chos buenos, se han visto obligados a ceder a Ia fuerza
raguay para que les sirviesen. Fue a sujetarlos el Teniente callando (132).
General y Gobernador de Buenos Aires, don Bruno Mauri- Es de notar, que estos delatores contra los Padres co-
cio de Zavala. Tomó 6 mil indios, a quienes gobernaba por múnmente son hombres de mala vida. Dos nombra F~lipe
medio de unos pocos oficiales y soldados que traía consi- Ver; Ia Cédula citada de 743: los Gobernadores Aldunate y
go. Cogió con este ejército a Ias principales cabezas, que Bar~a. El pnmero fue de tan malas calidades, que mató una
pasó por Ias armas delante de los indios. Azotó a otros, y. rnujer en Buenos Aires aun antes de llegar a su gobierno
desterró muy lejos a muchos. mas sin haberse atrevido a del Paraguay. y desde allí por oídas hizo un informe perver-
resistir los amotinados; y con esto introdujo luego a Ios so contra los Padres. Huyó a los dominios de Portugal, don-
Padres en su colegio, y gobernó con toda paz y prudencia. ?e anduvo fugitivo mucho tiempo. El segundo era un gran
El segundo motín, su refriega, y sus traiciones, me 10 refirió jugador, bebedor, y lujurioso. Dejó varios hijos bastardos.
con todas sus circunstancias el P. Antonio Rivera, que se Yo conocí a uno. Sólo digo 10 que es muy público. Este

(131) Las rebeliones comuneras se prolongaron durante bastantes anos


(129) Ver nota 107. en Asunción, incluso después de Ia muerte ele Antequera. Un breve resu-
(130) EI juez de Ia Audiencia de Charcas, D. José de Antequera Enrí- men de estas acontecimientos puede verse en La emancipacion en Hispa-
quez y Castro encabezó UI1 movimienta autanomista de los vecinos de noamérica de joseph Pérez, Madrid, 1986.
Asunción, llamado rebelión de 10s comuneros, que se enfrentaron a Ias (132) Como pueele suponerse, Cardiel blanquea Ia actuación de los
autoridades coloniales y a Ia Compai'lía de jesus. Los ejércitos guaraníes jesuitas, aunque seüala con claridad algunas ele Ias razones que los enfren-
fueron esenciales para su derrota. taban a Ia sociedad crio lia.

190 191
también escribió por oídas contra los Padres: porque no El P. CharIevoix, que anda por todas partes, trae esas
visitó los pueblos, aunque gobernó algunos anos. De éstos Cédulas en castellano (134). Las dos pequenas Ias tradujo
dice eI Reyestas formales palabras: -He ..resuelto se expi- en francés. Ia grande está sólo en castellano, pero trae en
da Cédula al Provincial, manifestando Ia gratitud con que francés muchos de sus pasajes en el discurso de Ia Historia.
quedo de haberse desvanecido con tantas justificaciones Yo sólo pondré aquí algunos fragmentos en confirmación
Ias falsas calumnias e imposturas de Aldunate y Barúa, etc.. de 10 que voy diciendo. En una de Ias pequenas dice S. M.
No tuve esta Cédula cuando hice estos días Ia Relación. Ya aI Provincial: ·R. y devoto P. Provincial: En mi Consejo de
Ia hallé, y otras dos del mismo asunto. En Buenos Aires Ias Indias se han visto y examinado todos los autos y demás
tenía el Gobernador y Oficiales Reales. En cuantos papeles documentos que de más de un siglo a esta parte se habían
hay de deIaciones de este asunto, no se encuentra uno de causado, pertenecientes al estado y progreso de Ias Misio-
un hombre particular o de oficio público, que tenga fama nes y manejo de los pueblos en que existen: y reflexionan-
de buen cristiano. AI contrario, todos los informes en favor do sobre todas Ias circunstancias de este expediente con Ia
son de suje tos calificados en cristiandad y toda rectitud y más seria y prolija especulación, me hizo patente etc ... En
justicia. esta atención he querido manifestaros, como 10 hago en
Estas delaciones y calumnias empezaron ha más de cien esta Cédula, Ia gratítud con que quedo de vuestro ceIo, y
anos, desde que empezaron Ias Misiones a tener Curatos de los demás Prelados e individuos de esas Misiones en
con Ias leyes del Patronato Real. Rebatíanse con los infor- cuanto conduce a educar y mantener esos indios en el san-
mes de los Obispos, Gobernadores y Visitadores en sus Vi- to temor de Dios, en Ia debida sumisión a mi Real servicio,
sitas. Pero como no había castigo para los falsos testimo- y en su bienestar y vida civil; habiéndose desvanecido con
nios: después de muchos anos, en ofreciéndose algún tantas justificaciones y verídicas noticias Ias calumnias e
disgusto, volvían a resucitar Ias mismas, ya convencidas y imposturas esparcidas en el pueblo y denunciadas a Mí por
condenadas. Hasta que últimamente el ano de 1743 mandó varias vías con capa de ceIo y realidad de malicia etc.- Y
Felipe V que se liquidase este punto que jamás volviese a más clara y más expresamente al fin de Ia Cédula grande
reverdecer. Lleváronse del Archivo de Simancas a Madrid dlce-Y finalmente, reconociéndose de 10 que queda referi-
todos los papeles desde el principio. Formó el Rey un Con- do en los puntos expresados y de los de más papeles anti-
sejo y Junta particular para considerarIos. Leyóse en mu- guos y modernos vistos en mi Consejo con Ia reflexión que
chos días todo 10 que se decía en pro y en contra de los pedía negocio de circunstancias tan graves, que con he-
Jesuítas e indios del Paraguay y después de tan largo y rigu- chos verídicos se justifica no haber en parte alguna de Ias
roso examen, despachó tres Cédulas, su fecha, 28 de Di- Indias mayor reconocimiento a mi dominio y vasallaje, que
ciembre de dicho ano. Una larga de muchos pliegos, que "el de estos pueblos, y el Real Patronato y jurisdicción ecle-
en doce puntos en que Ia divide, toca todo cuanto se ha siástica y Real tan radicadas, como se verifica por Ias conti-
dicho y aun diría de aquellas nuestras Misiones. Las otras nuas visitas de los Prelados eclesiásticos y Gobernadores, y
dos son pequenas, una al Provincial, mostrando Ia gratitud Ia ciega obediencia con que están a sus órdenes cuando
con que queda S. M. por haberse declarado tan patente- son llamados para Ia defensa de Ia tierra, y otra cualquier
mente Ia verdad, y exhortándole al cumplimiento de los empresa, aprontándose cuatro o seis mil indios armados
doce puntos. Otra al mismo y a todos los Misioneros, dãn- para acudir adonde se les mande: He resuelto se expida Cé-
doles gracias por el grande aseo deI culto divino, que está,
muy cabal, aun por confesión de los mismos émulos (133).
(134) La Histeria dei Paraguay elel jesuíta Pierre François Xavier de
(133) Como ya dijimos en Ia nota 54 los jesuítas dieron gran importan-
Charlevoix, traducida y con notas dei P. Domingo Muriel, último provincial
cia a estas cédulas por ser el último apoyo explícito que recibieron de Ia
dei Paraguay, es una obra monumental y de gran interés que fue editada
Corte.
en Madrid entre 1910 y 1916.

192 193
dula manifestando aI Provincial Ia gratitud con que quedo de yerbales de los indios, porque en aquel tiempo no iban los
haberse desvanecido Ias falsas calumnias e imposturas ete.»,
indios a hacer yerba. Los indios no van más que cuando los
~Parece que no cabe ni mayor examen ni mayor defensa Padres los envían, y porque los fríos que hay allí (que aun-
de los Padres de los indios, ni mayor aprobación. Quisie- que no grandes, que allí nunca llegan a los de Espana),
ron los senores del Consejo hacer un castigo ejemplar y daãan mucho a Ia delicada complexión del indio, no los
ruidoso en los del Paraguay, para que escarmentasen una envían en ese tiempo, por cuidar de su salud. Cualquier
vez: y sabiéndolo N. P. General, pidió con todo empeno frío, por corto que sea, sienten mucho estos índios: y el
perdón para los calumniadores, protestando que renuncia- calor, nada.
ba Ia religión todo su derecho, y el gran bien que le podían Después de esto, viéndonos caídos, y con prohibición
hacer era condescender con su petición. Viendo esto, los de defendernos, han sacado otros diversidad de escritos,
Consejeros desistieron del castigo; pero dijeron entre edifi- renovando Ias mismas calumnias. Tal es el tomo del expul-
cados y enojados: -Pues verán: después de algunos anos so Ibáãez, intitulado REINO ]ESUÍTICO DEL PARAGUAY, cuyo
volverán a inquietar Ia Corte con Ias mismas calumnías.. Así tema es Ias delaciones y calumnias dichas: que los Jesuítas
me 10 aseguró el P. Rico, Procurador de este punto en Ma- son gobernadores, Reyes, Obispos y Papas. En una palabra:
drid. que el General de Ia Compafiía es Rey ver~ader~: los Pro-
Así ha sucedido. Pues habiéndose excitado un pleito vinciales, príncipes, y los indios, vasalIos tnbutanos. Mas a
pocos anos ha sobre los yerbales silvestres del pueblo de este hombre, expulsado primera y segunda vez por revolto-
Jesús, alegando los del Paraguay pertenecer a su jurisdic- so, escandaloso, inconstante y alocado, como todos saben:
ción, y estar dentro del territorio adonde lIegan sus órde- iqué le hemos de decir si le careamos con 10s inform~s de
nes: y los Padres ser de los indios, por ser nativo suelo de personas tan calificadas que el Rey alega sobre este mismo
sus abuelos, en sugentilismo: y por este motivo y otros asunto?
estar según Cédulas Reales apropiados a los indios, hicie- Aãadiré aquí unas pocas palabras del punto 4.°: «Y ase-
ron un papel lIenando de calumnias a los Padres y 10 des- gura el Obispo que fue de Buenos Aires (no es antig~o: yo
pacharon a Ia Corte: y habrá ayudado al trabajo .que todos le conocí) que visit6 dicbas Doctrinas, no baber uisto en
105 PP. están padeciendo. Es de saber que así como en su vida cosa más bien ordenada que aquellos pueblos. ni
Buenos Aires y otras partes destruyeron no digo millares, desinterés semejante al de los PP. Jesuítas: y conviniendo
sino millones de vacas silvestres, que había en aquelIas in- con este informe otras noticias de no menos fidelidad- etc.,
mensas campinas, matándolas por sólos los cueros, lenguas y prosigue exhortando a los mismos misioneros a que con-
y sebo, dejando perder Ia carne, sin que hubiese orden ni tinúen en aquel gobierno, en 10 espiritual y temporal: y
concierto ni moderación alguna, por Ia mucha ganancia concluye este punto diciendo: -mediante cuya direcci6n
que tenían, vendiendo todo esto a los extranjeros por darse se embaraza Ia mala distribuci6n y Ia mala oersaciôn que
prisa en enriquecer, como dije en Ia Relación: así también se experimenta en casi todos los pueblos de uno y otro
por Ia misma codicia de enriquecer de una vez, van acaban- Reino- etc. esto es, en Méjico y Perú. Hasta el Obispo pre-
do en Ia jurisdicción del Paraguay los muchos yerbales que sente de Buenos Aires, con ser que venía de Espana impre-
allf tenían. Porque para hacer nueva yerba en poco tiempo, sionado contra estas misiones, luego que Ias vio, como es
cortan del todo los ãrboles, y los más no vuelven a brotar: sujeto de tanta conciencia, hizo un informe muy honorífico
o aunque broten, con tanto brotar y cortar por el tronco, se de ellas, que despachó a Ia Corte. Visitó dos veces todos los
pierden. Y así como allá, los de Ias vacas, en acabando con 30 pueblos. En el que yo estaba tuve Ia honra de verIo 15
ellas, dieron sobre Ias que eran de los índios, así éstos, días: en los demás estuvo 7 u 8.
como van acabando sus yerbales con tanto desorden, dan iQué diremos, pues, de este hombre? Este ha infamado
sobre los que son de los indios. ElIos mismos me confesa- (ya murió) de escandalosos los informantes Obispos y Go-
ban a mí, que en el invierno iban a hacer yerba en los bernadores antiguos y modernos, acreditados y muy pru-
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195
dentes y juiciosos. Este no via más que cinco pueblos, que lleno de indignación y venganza contra tantos pacíficos e
son Yapeyú, Ia Cruz, Sto. Tomé, Stos. Apóstoles, y Ia Con- indiferentes; un hombre ciego con Ia pasión, contra tantos
cepción. Porque aunque via Ias siete de Ia línea divisaria, desapasionados; un hombre ordinario contra tantos consti-
era cuando estaban ya sin indios, en fuerza deI tratado, que tuídos en Ias más altos empleos. ,!Qué dirán a esta Ias que
para eI intento era 10 mismo que si no Ias viese. Y estas se han dejado impresionar con Ia lectura de Ibããez> Pues
cinco Ias via muy de corrida, pasando de camino, haciendo aquí no se dice más que 10 que es muy público en Espana
mediodía en uno, y noche en otro. Los informantes Ias vie- y en Ia América: no se cita sino 10 que eI Rey dice y anda
ron todos: y por muchos días cada uno, y haciendo visita de impreso en manos de Ias Gobernadores, ministros y otros
ellos inmediatamente. Después que pasó por Ias 5 pueblos, muchos particulares. Todo 10 que este hombre dice contra
estuve yo con él en una misma casa cinco días en eI pueblo Ias Jesuítas estaba ya escrito en cuanto a Ia sustancia, en Ias
de San Nicolás, evacuado de Ias indios, donde vivían Ias papeles 'que hizo él examinar tan despacio, y con tanto
Demarcadores Reales con parte de Ia infantería: y allí Ie vigor: oyendo a Ias dos partes, y todo 10 condenó por falso
traté mucho. y después por cartas. Ese no es más que uno. y por inicuo y malicioso. ,!Qué diremos pues, vuelvo a de-
Los informantes son muchos. Si de Ias informantes de Ias cir, de este hombre, sino que Ia pasión y venganza Ie cegó
calidades dichas no hubiera más que uno, y de Ias de Ias para que no viese tantas falsedades? (135).
calidades de Ibáãez hubiera muchos, en todo juzgado rec- Otro escrito vi estas días. Es un manuscrito que dicen
to, habían de sentenciar por este solo. ,!Qué será siendo ser su autor (aunque falsamente) D. Matías Anglés, que fue
tantos como ya cita por su nombre, ya insinúa eI Rey? No por juez aI Paraguay por Ias anos 1726 o 27: y que 10 dia a
pasemos en silencio que éste era un hombre iracundo, in- Ia Santa Inquisición de Lima para que ésta 10 enviase a Ia
clinado a Ia venganza. Cuando yo Ie traté, venía echando Suprema de Madrid: y ésta diese noticia al Rey: yasegura
fuego de indignación contra eI Provincial y Rector que Ie que to mó este media por no ser descubierto: pues si 10
expulsaron, y contra otros Padres. Y aun contra toda Ia fuera, había de ser muy oprimido por el poder de Ias Jesuí-
Compafíía. Aumentaba su indignación Ia persuasión (aun- tas. No puede ser de Anglés (136) Ia obra, por Ias estilos
que falsa) de que Ias Jesuítas eran Ia causa de que no se diversos, yen diversos pasajes y párrafos. Item: habla atroz-
efectuase Ia línea divisaria. Habían prometido a Ias Demar- mente contra Ias Padres que van de Europa, atribuyéndoles
cadores, según voz pública, que si hacían que se efectuase infames delitos: y de Ias Padres americanos dice estas pala-
eI tratado, a cada uno Ie darían una promoción honorífica bras: -Pero como no encuentra en éstos aquella fuerte, im-
y cuantiosa. Eran tres. y cada uno tenía dos tenientes o
subalternos. Uno de estas tres era pariente deI Ibããez y
(135) Como se ve, Ia obra de Ibáfiez levantaba ampollas entre sus ex-
venía por su capellán. EI Marqués de Valdelirios, consejero
cornpaüeros. Este Ibáfiez nació en Vitoria en 1715 e ingresó en Ia Compa-
de Indias, era el jefe de todos. Como él con Ias demás Ma en 1733, siendo despedido hacia 1744 ó 1745 Logró ser readmitido y
estaba persuadido a esto, y consiguientemente temían no enviado ai Paraguay, donde en 1757 fue de nuevo expulsado de Ia Ordeno
alcanzar sus honores por trazas y manas de Ias Jesuítas, yel Pasó entonces a situarse entre los más acerbos críticos de Ia labor misione-
Ibáãez pretendía mucho Ias ascensos de su pariente, que ra. Murió en Madrid en 1762. Su obra fue publicada por primera vez en
cedían en tanto bien temporal suyo: crecía más su enemis- 1770 en Ia Colección General de Documentos editada para justificar Ia
tad contra Ias Jesuítas. Considérense, pues, tantas nulida- medida dei cxtraüarnicnto. Tuvo gran resonancia en su época y representa
des para no ser atendido en tribunal aIguno. Ia otra cara de Ia moneda de Ia imagen idílica ofrecida por los jesuítas.
Digámoslas todas en pocas palabras. Este era un hombre (136) Verdaderamente este texto ai que se refiere Cardiel no debió
escribirlo el juez Anglés. Apareció publicado en Lisboa y más tarde se
solo contra muchos. Un alocado contra tantos juiciosos: un
tradujo ai italiano y ai alernãn. Se incluyó en Ia misma Colección donde se
escandaloso contra tantos ejernplares, un hombre sin expe- halla el Reino jesuítico de Ibánez. Debió ser uno de los muchos libelos
riencia contra tantos experimentados, uno que habla sin aparecidos en aquella polémica que se intentó atribuir a un hombre de
examen contra tantos examinadores y visitadores; uno tan prestígio que ya había fallecido.

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I
prudente y temeraria resolución para emprender y conse- Ultimamente, este .hornbre alaba de muy fíeles a los del
gu~r .cosas injustas ~ directamente opu estas a Ia profesión Paraguay. dice «que puede apostar fidelidad con Ia nación
rehgl?Sa de su Instituto y de Ias misiones, y como falta a más fiel del mundo-, Si entresacara los muchos buenos que
los mismos aquella perfidia y aquella temeridad para con- hay allí y me los pusiera aparte, bien pudiera decir de ellos
fl!ndir entre sí Ias obligaciones y Ias injusticias, y proceder ésto. Pero siendo tan públicos los motines que allí ha habi-
S10 detenerse ni reflexionar si están bien o mal dispuestos do desde el principio de su fundación, con prisiones y
sus pasos y sus acciones: por esto los Superiores hacen muy muertes de sus Gobernadores, atropellando tantes veces.las
poca estimación de los mismos, y los tienen separados del órdenes Reales, y esto a vista de Ia fidelidad de Ias otras
gobierno y prelaturas-. provincias confinantes, donde no ha habido sino quietud y
Hasta aquí son sus palabras. A ningún europeo vemos obediencia, icómo se puede pensar que haya compuesto
hablar aliá mal de los europeos y bien de los americanos, este papel otro que alguno o algunos de los naturales de Ia
que vulgarmente llaman CRIOLLOS: antes al contrario, todo tierra, apasionados por su patria?
es hablar mal de los hombres y de Ias cosas de Ia América; Y no dejemos en silencio una reflexión. Si este hombre
y ensalzar por Ias nubes Ias cosas de Europa: en 10 que escribía a Ia Inquisición de Lima para que ésta pusiese el
hacen harto mal: que hay allí mucho que alabar. En los más papel en Ia Suprema: y ésta en manos del Rey: icómo ha
de los criollos vemos también este defecto ensalzando mu- estado estancado este papel cerca de 40 anos en Lima? de
cho sus cosas, y depreciando Ias de Europa. Uno y otro es donde parece dan a entender que se sacó ahora. iCómo de
mucho desacierto: pues de unos y otros vemos muchos su- Lima no se envió a Madrid? Y si se envió, icómo Ia Suprema
jetos eclesiásticos y seglares aventajados en virtud, letras y no le dio al Rey? Y si se 10 dio, icómo el Rey en Ia citada
buen gobierno. Don Matías Anglés era europeo, natural de Cédula de 743, que salió muchos anos después que Anglés
Navarra. iCómo era posible que hablase de esa manera con- le presentó el papel a Ia Inquisición de Lima, no hace men-
tra los europeos? En orden a Ias prelacías, es de advertir ción de Anglés, haciéndola tanto de Aldunate y Barúa? Lue-
que los sacerdotes jesuítas del Paraguay son por Ia mayor go no podemos decir otra cosa, sino que este papel tiene
parte europeos: Ia 5." o a 10 más Ia 4." parte sonamerícanos. alguna parte de algún informe que haría Anglés, que hace
y así, si tuvieran Ia 4." parte de Ias prelacías, ya eran iguales poco aI caso contra los jesuítas. Qué éste le cogieron algu-
con loseuropeos. Son 11 los Rectorados: y ordinariamente nos émulos del Paraguay, que fueron ingiriendo en sus pa-
suele haber 3 o 4 Rectores americanos: y a esta cuenta casi sajes todas Ias. calumnias e imposturas de que está lleno.
siempre tienen más prelaturas en su número que los euro- Que fingieron haberle enviado Anglés a Ia Inquisición por
peos. Y 10 mismo sucede en Ias cátedras. Cuando D. Matías los frívolos motivos que allí se dicen. Y pareciéndoles aho-
Anglés andaba por el Paraguay, había muchos Padres ame- ra que no se podía descubrir Ia verdad, 10 sacaron al públi-
ricanos en aquellas Misiones: y el Superior de todos los 30 co en nombre suyo. Dicen que anda por estas ciudades
pueblos que tiene toda Ia potestad de un Rector del cole- traducido al italiano, y dedicado al P. Francisco Antonio
gio Máximo, y algo más, era uno de ellos, el P. josef Insau- Zacarías, en retribución de los papeles que este Padre celo-
rr~lde, natural de Ia ciudad de Ia Asunción del Paraguay, so sacó en abono de los jesuítas de aquellas partes; pero
sujeto de mucha virtud y literatura. iCómo, pues, se puede todas cuantas cosas se dicen en él, están, en cuanto a Ia
p~nsar de un ho.m~re como éste, que tan a Ias claras y a Ia sustancia, vistas, revistas, consideradas y muy reflexionadas
VIsta de todos mmtiese tanto? Además que este suje to trata- por muchos días en muchas sesiones, según dice Ia Cédula
ba m.~cho con los jesuítas, no sólo en el Paraguay, sino de los doce puntos: y después de esto, condenadas por
también en Buenos Aires y Tucumán: porque en Tucumán calumnias, imposturas, falsos testimonios, llenos de mali-
fue Teniente de Gobernador; y no podía ignorar estas cosas cia. Y después de esta Cédula hizo el Rey otra en que man-
c?mô el Gobernador Aldunate y el Gobernador Barúa, que da que, en adelante, nunca se trate en su Consejo cosa per-
S10ver cosa, ni tratar con jesuítas informaron de oídas. teneciente a Ias Misiones del Paraguay sin que primero se
lea esta Cédula.
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miraba bien por su conciencia, y por el bien de sus vasa-
Duda octava 110s.No sabemos quién o quiénes fueron los informantes.
Acordémonos también que allá dijimos que los milita-
~Si los indios siempre han sido tan fieles, cómo ahora res valuaron en mi presencia los bienes ínrnobles del pue-
resistieron al ejército del Rey?- Es menester acordamos blo de S. Nicolãs, donde estábamos: y que su importe, por
de 10 que se dijo en Ia relación: que eI tratado de Ia línea Ia parte que menos, era de cerca de 800 mil pesos: y estos
divisoria se hizo en esta forma. Que los moradores de Ia sin contar Ias pérdidas grandes de los bienes rnuebles, en
Colonia y de un pueblo de indios llamado S. Cristóbal, de especial de ganados, que habían de tener en el camino, al
allá del Maraõón, que también se daba a Espana, fuesen pasar a nado eI gran río Uruguay. Cuya pérdida también
libres en quedarse en sus casas por Espana con todos sus intentaba resarcir el Rey con los 4 mil pesos. Los cuales
bienes, o en irse, vendiéndolos. Y que los de otros dos bienes inmobles consisten primeramente en Ias casas de
nuevos y pequenos pueblos de nuestras Misiones de Ios Ios indios en Ia iglesia, casa de los Padres con sus patios, y
Mojos que se daban a Portugal, tuviesen Ia misma libertado oficinas públicas, casa de recogidas y otros edificios públi-
Pero que los siete pueblos que se daban de Ias Misiones cos: los yerbales hortenses, que son muy cuantiosos, y los
del Paraguay, no se habrían de dar con estas condiciones, silvestres, que también se dejaban a los portugueses, como
sino que habían de ir a otras tierras fuera de Ia línea: y sus bosques y sus montes, Ias huertas frutales, y algodona-
habían de dejar todos sus bienes inmobles a los portugue- les deI común, que son muy grandes: juntamente con Ios
ses: y por recompensa se les habían de dar cuatro mil pe- de los particulares. Viendo, pues, los indios que por 800
sos. Este fue el tratado. Como los indios de los siete pue- mil pesos les daban 4 mil solamente, y que se les mandaba
blos eran cerca de 30 mil almas, de todas edades y sexos, desamparar su patrio suelo, que para el genio del indio es
temió el Rey prudentemente dejar tanta gente a Portugal, y Ia cosa más sensible. que todos sus bienes se había de dar
en frontera. con Ia cual en tiempo de guerra podía hacer a Ios portugueses, a quienes tenían por sus mayores enerni-
mucho dano a Espana. Y con el deseo de que los indios gos, por .los gravísimos danos que les habían causado en
nada perdieran, Ies seõaló los 4 mil pesos: pareciéndole todos tiempos, como consta de Ias historias, no querían
una plena recompensa, según 10 que informaron. Informa- creer que el Rey mandase tal cosa: y 10 tenían por insopor-
ría alguno que juzgó serían como Ios tres pueblos que hay table. Si hubieran obedecido a una cosa tan difícil, se hu-
cerca de Buenos Aires, llamados el Baradero, los Quilrnes, biera conseguido de ellos 10 sumo de Ia fidelidad. Pero
y Santo Domingo Soriano, que cada uno consta de 16 ó 18 querer conseguir de unos bárbaros 10 más perfecto, es mu-
cabanas de paja, con una capilla cubierta de reja, una cam- cho pedir (137). Si a Ia nación más culta, más política y más
pana y nada más. fiel, se le hubiera pedido 10 que aIos indios, considerese
Nos escribieron desde Madrid que el Rey había puesto 10 que hubiese sucedido.
en consulta de Teólogos este caso: si era lícito dar a Portu-
gal unos pueblos de indios por otras poblaciones y tierras
de Portugal: por haberse considerado era cosa muy necesa-
ria para el bien y sosiego de Ia Monarquia, y Ia buena armo-
nía con Portugal: y que esto se hacía sin detrimento alguno
de los indios, resarcíéndoles cumplidamente de Ias pérdi-
das y menguas que pudieran tener en ello. En estos térmi- (137) Es difícil aclarar si los jesuitas instigaron o no a los indígenas
para que se resistieran a Ia transmigración decretada por el Tratado. Lo más
nos fue Ia consulta: y todos respondieron que sí. AI oirlo
lógico es suponer que en un primer momento así 10 hicieran, creyendo
nosotros, todos dijimos que responderíamos 10 mismo, si incluso que realizaban un servicio a Ia propia Corona de Espana, pero
no se nos daban más noticias. EI Rey, como tan bueno, y luego Ias cosas se les fueron de Ias manos y los guaraníes actuaron con
deseoso del bien de Ios indios, juzgó que de este modo bastante autonomía.

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porque en Ia resistencia que hicieron, que fueron los in-
Duda nona di os de unos seis o siete pueblos, obedecían los de cada
pueblo al jefe suyo, no de otro pueblo: y así iban con gran-
~De dónde se originó Ia fábula del Rey Nicolás? (138) de desorden y desconcierto, sin tener una cabeza para to-
En Ia relación se dijo que no se trataba de este punto por dos; sino muchas, y harto malas.
tenerle ya todos por fábula. Pero veo que ~arios desean Los espanoles, que sabían algo de Ia lengua de los in-
saber de donde se originó. No es éste el pnmer Rey del dios, que eran Ia gente más baja del ejército, les pregunta-
Paraguay. En el siglo pasado hubo otro. Este fue el P. Anto- rían con instancia por el que se había levantado por Rey: y
nio Manquiano, hombre apostólico. Este sujeto fue Procu- el indio comúnmente dice aquello que quiere el espaãol
rador en el Paraguay, en los pleitos del Se. Cárdenas. Con- que le dígan, porque como son de genio aniãado, se les da
fundía a Ios contrarios con sus papeles en defensa de Ia muy poco el mentir: y como el dicho Nicolao tenía fama y
verdad. Estos en venganza hicieron contra él un libelo infa- algún séquito, les dirían que éste era el Rey. Esta gente baja
matorio que despacharon al Perú, 600 leguas distante. En 10 diría a Ios capitanes y otros oficiales, que _decían los
él decían que el P. Manquiano se había levantado por R~y prisioneros que había un Rey llamado Nicolás Nenguirú, y
del Paraguay con un grande ejército de indios: que se había éstos 10 escribirían a Espana. No sabemos que de otra causa
casado sacrílegamente con una cacica, y que cansado de haya nacido esta fábula. Después de haber entrado el ejér-
ella se había casado segunda vez, como otro Lutero, con cito y haber echado a los indios de los 7 pueblos, el Nicolás
una' monja del Paraguay, donde nunca ha habido monjas. se quedó quieto y sosegado en el suyo, que no pertenecía
Esta fábula Ia deshizo luego con su informe al Virrey y a Ia .a los de Ia línea. Así se perseveró por diez anos hasta el
Audiencia, el Obispo confinante del Tucumán ..Todo esto arresto de los Padres: y en este tiempo le tuve yo por feli-
se refiere a Ia larga en un tomo de Varones Ilustres del grés cuatro anos. Lo de Ias monedas de oro y que el Reyera
Paraguay, que salió a luz anos ha. Y uno de ellos es el dicho un Jesuíta, fueron imposturas aãadidas en Espana: que en
P. Juan Antonio Manquiano. Ia América jamás se dijo eso. AI que hizo Ias monedas en
El origen de nuestro Rey Nicolao fue éste. En el p.ueblo Espana para calumniar más a los Jesuítas, oímos decir que
de Ia Concepción era Corregidor un indio llamado Nicolao le tuvieron preso en Toledo, y que a petición de los Jesuí-
Nenguirú, que había sido gran músico. Era locuaz: de gran- tas, que perdonaban Ia injuria, le soltaron (139).
de facilidad para hacer arengas. A éste le nombraron por
Comisario general en Ia plaza del pueblo de San Juar: en
tiempo que los indios se resistieron a los espanoles. ASIm<: Duda décima
10 afirmó el General mayor del ejército espanol, que tomo
informaciones de unos indios que cogieron prisioneros: ~Si los Jesuítas pueden defraudar los tributos de los in-
asegurándome que testificaron no haber sid~ n~mbrad~ dios?- Esta sospecha nace de ignorancia en los menos
por Rey, sino sólo por Comisario general. El )ama~ fu.e .1l1 malignos. Los Jesuítas no hacen padrón. No numeran los
Capitán general, ni aun Comisario general con ejercicio: tributarios. Esto toca al Gobernador por Ias Reales leyes, y
Cédulas. AI principio, después de entablados en economía
política, el Virrey hizo numerar los tributarios. Según aquel
número fueron pagando los tributos por más de 50 anos,
(138) EI cuento de Nicolás I hizo correr ríos de tinta en Ia Europa deI
siglo XVIII. Fue una de Ias calumnias m~s bien ur;lidas en aquel pulso de
altos vuelos que mantenían Ia Compai'lla de Jesus y buena parte de l~s
cortes europeas. En 1986, se ha vuelto a publicar en Madnd una edíción (139) Las razones que senala Cardiel para justificar Ia existencia de esta
de Ia anónima Histeria de Nicolás I Rey dei Paraguay y Emperador de Ias fábula son Ias que luego han aceptado Ia mayoría de los estudiosos de este
Mamelucos donde puede verse hasta dónde llegaron los excesos írnagmau- tema.
vos de aquella polémica.
203
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fuesen más, o fuesen menos, hasta el ano de 1734, en que
habiendo llegado a Buenos Aires un Alcalde de Corte lla-
mado D. Juan Vázquez de Agüero, con unas comisiones
acerca de estas Doctrinas, se le suplicó con mucha insisten-
cia con escrito auténtico por parte de los PP. y en muchas
ocasiones, que viniese a visitar aquellos indios, porque no
se habían empadronado desde' el ano 1677: y corría el tri-
buto según aquella cuenta, en que podía haber en tan largo
tiempo alguna mengua, en 10 que tocaba ai Rey (140). Esta
petición e instancia Ia refirió el Rey en el principio de Ia
Cédula de los doce puntos, porque así 10 confesaba el mís-
INDICE
mo Alcalde de Corte. No vino el Alcalde en Ia petición,
excusándose por varios motivos: y se contentó con pedir a
los 30 Curas que enumerasen todos los tributarios desde
los 18 anos hasta los 50: excepto los caciques, sus primogé- Pág.
nitos, y doce indios para Ia iglesia y casa de los PP. Quiso
que Ia numeración fuese jurada; y así todos los Curas con Introducción ..................................... 7
toda diligencia hicieron Ia numeración de sus feligreses Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
tributarios, y le enviaron el testimonio jurado. Y se cobra el Breve relación de Ias Misiones dei Paraguay . . . . . . . . . . . 41
tributo real desde entonces por esta numeración que es Capítulo I.-Población de los primeros espanoles dei
mucho mayor que el que daba Ia numeración del ano 1677, Paraguay 45
Y aunque mandó S. M. que cada seis anos fuese el Gober- Capítulo II.-Extensión de Ia provincia jesuítica dei Pa-
nador de Buenos Aires a empadronar los indios para el tri- raguay con otras particularidades .... . . . . . . . . . . . . . . . 48
buto, no se ha ejecutado por varios pretextos que alegan Capítulo III.-Principio de Ias Misiones dei Paraguay . . 50
los senores Gobernadores. Cada ano con grande exacción Capítulo IV.-Estado presente de los pueblos, su fábrica,
se hace en cada pueblo Ia numeración de familias, viudos, etc , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
personas, casamientos, entierros de adultos, de párvulos, Capítulo V.-Su gobierno político yeconómico 60
baptismos, etc. Ya se propuso a Ia Corte si"querían guiarse Capítulo VI.-Gobierno temporal, económico y religio-
por esta anual numeración: y no hubo respuesta de ello. so de los Misioneros :.............. 99
Capítulo VII.-Gobierno eclesiástico y espiritual de los
indios.-Procesión dei Corpus-Semana Santa-Dis-
tribución dei domingo-Sus convites-Matrimonios y
bodas-Fiesta dei patrón dei pueblo-Castigos, jue-
ces y pleitos-Visita dei Sr. Obispo 112
Capítulo último.-Gobierno militar de los indios . . . . . . 152

(140) Como puede suponerse, Ia mengua era importante. Para tener


una idea clara de Ias oscilaciones demográficas de Ias misiones, es necesa-
rio recurrir a Ias cartas anuas elaboradas por los misioneros y no aios
censos ofícíales,

204
COLECCION ..CRONICAS DE AMERICA ..
Ultimas títulos publicados

34. José Acosta,


Historia natural y moral de Ias Indias
(Edición de José Alcina Franch).
35. Martín de Murúa,
Historia general dei Perú
(Edición de Manuel Ballesteros).
36. Francisco López de Gómara,
La conquista de México
(Edición de José Luis de Roias).
37. Reginaldo de Lizárraga,
Descripcion dei Perú, Tucumân, Río de Ia
Plata J' Chile
(Edición de Ignacio Ballesteros).
38. Diego Andrés Rocha,
Origen de los indios
(Edición de José Alcina Franch).
39. Alexander O. Exquemelin,
Piratas de América
(Edición de Manuel Nogueira).
'iO. J Díaz, A. Tapia, B. Vázquez v F. Aguilar,
La conquista de Tenocbtitlan
(Edición de Germán Vázquez).
41. Jerónimo de Vivar,
Crônica de los reinos de Chile
(Edición de Angel Barral Gómez).
42. Carlos de Sigüenza y Góngora,
Infortunios de Alonso Ramírez
(Edición de Lucrecio Pérez Blanco).
43. Bernardo de Lizana,
Historia de Yucatân
(Eclición de Félix Jiménez Villaba)
44: Francisco Palou,
[unipero Serra J' Ias misiones de
Califor/lia
(Edición de José Luis Anta)
-15. Anônimo,
Noticias sobre el Río de Ia Plata: Monteui-
deo en el siglo Xí/Ill
(Edición de Nelson Martínez Díaz).
1111111111111111111111111111I 46. G. San Antonio y R. de Vivero,
1010412844 Relaciones de Ia Camboya y el [apon
.,~, IFCH (Edición de Roberto Ferrando).
~
989.2 C179m

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