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No a la represión y a la criminalización de la disidencia en la provincia argentina de Jujuy

Los abajo firmantes, miembros de los GT de CLACSO………………………..manifestamos una


profunda preocupación por los recientes sucesos acontecidos en la provincia argentina de
Jujuy, en el norte de ese país, cuando la policía del Estado provincial, bajo las órdenes del
gobernador Gerardo Morales, reprimió violenta e indiscriminadamente actos públicos de
protesta, protagonizados por docentes, estudiantes, pueblos originarios y donde participaron
mujeres y niños.

Esta escalada represiva no es nueva en esa provincia del norte de Argentina, hacia estos y
otros actores, sean estos políticos y sociales, pero ha sido profundamente invisibilizada por el
poder político provincial –donde el oficialismo gobernante ha consumado una alianza con el
principal partido de la oposición- y por el poder judicial y de los medios masivos de
comunicación dominantes. Que se encuentran en manos de ese mismo poder político
provincial controlado por el gobernador Morales, quien parece concentrar, como ha sucedido
previamente en los oscuros períodos dictatoriales, la suma del poder público.

La falta de difusión de los hechos violentos llevados adelante por el Estado provincial bajo la
directriz de Morales, no solamente tuvo lugar en momentos previos a la brutal golpiza ejercida
el pasado 20 de junio sobre docentes, pueblos originarios y ciudadanía local en general que
“osara” poner en discusión las políticas neoliberales y represivas postuladas por ese gobierno –
que se observan de manera ejemplar en la sanción de una Constitución provincial entre gallos
y medianoche, que quita derechos a los pueblos originarios y propone la persecución y
judicialización de la protesta social- sino que además se sigue desarrollando hoy mismo.
Mostrando sin lugar a dudas el contubernio existente entre estos sectores de la política
nacional, los medios masivos de comunicación dominantes a nivel provincial y nacional, el
poder judicial provincial y nacional y los sectores concentrados de la economía.

Resulta por demás indignante que, una vez llevados adelante los hechos represivos por parte
del Estado provincial, el mismo gobernador apele a la difusión a través de redes sociales de
mentiras flagrantes tendientes a culpabilizar a los protagonistas de la protesta de la violencia
que él mismo promovió, a partir de un accionar francamente antidemocrático. También
apoyado en conferencias de prensa, vergonzosas y vergonzantes, donde se seguía apelando al
ejercicio de políticas represivas y a la defensa de perspectivas que incluso vulneran aspectos
de la Constitución Nacional y de tratados internacionales suscriptos hace ya tiempo por la
Nación.

En la misma línea, llama la atención el silencio por parte de los medios masivos de
comunicación nacionales –salvo honrosas excepciones- y por parte del poder político
provincial y también nacional de la violación de la autonomía universitaria por parte de la
policía y los poderes represivos estatales provinciales, al ingresar de modo ilegal en
instalaciones de la Universidad Nacional de Jujuy.

Esta preocupación manifiesta se transforma en un llamado colectivo que apela a la plena


vigencia de la democracia y de la política como forma de resolución de los conflictos
planteados y rechaza la represión y la criminalización de la disidencia. Una mirada más amplia
sobre esa democracia y esa política que pueda distinguir entre lo que es legal y lo que es
legítimo, entre lo que es la postulación de una democracia para unos pocos y lo que debiera
ser una democracia para todas y todos.

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