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Bendición del Cirio Pascual

Propedéutico 2024

Ritos iniciales
Reunido el pueblo, se entona oportunamente un canto adecuado, terminado el cual, el celebrante dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Todos se santiguan y responden:
Amén.
Luego el celebrante saluda a los presentes, diciendo:

El Dios de la vida,
que resucitó a Jesucristo,
rompiendo las ataduras de la muerte, esté con todos ustedes.
El pueblo responde:

Y con tu espíritu.
Luego el celebrante exhorta brevemente a los fieles para disponer su espíritu a la celebración y explicar el significado del rito,
puede hacerlo con estas palabras u otras semejantes:

Queridos hermanos, la Pascua de Resurrección es la fiesta en torno a la cual gira


todo el año litúrgico, y como signo de esta fiesta tenemos el llamado “cirio
pascual”, el cual es símbolo de Cristo, luz del mundo.
Este cirio tiene una inscripción en forma de cruz, acompañada de la fecha del
año y de las letras Alfa y Omega, la primera y la última del alfabeto griego, para
indicar que la gracia de Cristo, principio y fin del tiempo y de la eternidad, nos
alcanza con fuerza siempre nueva en el año concreto en que vivimos.
Hoy II Domingo de Pascua, también llamado Domingo de la Misericordia,
como comunidad de la etapa propedéutica, nos alegramos con la bendición de
este cirio pascual; la presencia de esta luz de Cristo, junto al ambón, nos
recuerda que la Palabra de Dios es para nosotros, lámpara en nuestros pasos y
luz en el sendero.
Lectura de la Palabra de Dios

Primera Lectura (Is 60, 1-3.15.19)

Escuchen ahora, hermanos, las palabras del profeta Isaías.

¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre
ti!
Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad, a las naciones, pero
sobre ti brillará el Señor y su gloria aparecerá sobre ti. Las naciones caminarán a
tu luz y los reyes, al esplendor de tu aurora.
Antes estuviste abandonada, aborrecida y despoblada, pero yo haré de ti el
orgullo de los siglos, la alegría de todas las generaciones.
El sol ya no será tu luz durante el día, ni la claridad de la luna te alumbrará de
noche: el Señor será para ti una luz eterna y tu Dios será tu esplendor. Tu sol no
se pondrá nunca más y tu luna no desaparecerá, porque el Señor será para ti una
luz eterna y se habrán cumplido los días de tu duelo.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial (Sal 119, 96-105)

R/ Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero

He comprobado que toda perfección es limitada:


¡qué amplios, en cambio, son tus mandamientos!
¡Cuánto amo tu ley, todo el día la medito! R/

Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos,


porque siempre me acompañan.
Soy más prudente que todos mis maestros,
porque siempre medito tus prescripciones.
Soy más inteligente que los ancianos,
porque observo tus preceptos. R/
Yo aparto mis pies del mal camino, para cumplir tu palabra.
No me separo de tus juicios, porque eres tú el que me enseñas.
¡Qué dulce es tu palabra para mi boca, es más dulce que la miel! R/

Tus preceptos me hacen comprender:


por eso aborrezco el camino de la mentira.
Tu palabra es una lámpara para mis pasos, y una luz en mi camino. R/

Evangelio (Jn 11, 25-28)

Escuchen ahora, hermanos, las palabras del santo Evangelio según San Juan

Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque
muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?».
Ella le respondió: «Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que
debía venir al mundo».
Después fue a llamar a María, su hermana, y le dijo en voz baja: «El Maestro
está aquí y te llama».

Palabra del Señor.

Preparación del cirio


Ver Misal Romano

Oración al encender el cirio


El celebrante, con las manos extendidas, dice la oración de bendición:

Padre Bueno, derrama tu bendición sobre este cirio y sobre esta comunidad que
se alegra por la resurrección de tu Hijo Jesucristo:
Él es la Luz del Mundo que disipa las tinieblas del pecado y de la muerte.

Al encender este cirio -una sencilla luz en medio de la oscuridad-,


danos la certeza de saber que siempre estamos en tus manos,
pues eres Padre de todos y nos libras del mal, renovando nuestra esperanza.
Que, durante este tiempo pascual, y con la llama de este cirio,
se reavive en nosotros la alegría de tu salvación. Por Jesucristo, Nuestro Señor.
R. Amén.
Después de la oración de bendición, el celebrante, según las circunstancias, pone incienso e inciensa el cirio, mientras se canta
un himno adecuado.
Conclusión del rito

Que los bendiga Dios todopoderoso


En esta solemnidad pascual que celebramos
y, compasivo, los defienda de toda asechanza del pecado.
℟. Amén.
El que los ha renovado para la vida eterna,
en la resurrección de su Unigénito,
los colme con el premio de la inmortalidad.
℟. Amén.
Y quienes, terminados los días de la pasión del Señor,
hemos participado en los gozos de la fiesta de Pascua,
podamos llegar, por su gracia, con espíritu exultante
a aquellas fiestas que se celebran con alegría eterna.
℟. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
℟. Amén.

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