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V. El Dios de la esperanza, que por la acción del Espíritu Santo nos colma con su alegría y
con su paz, permanezca siempre con todos ustedes.
R. Y con tu espíritu.
Monición
Hermanos en Jesucristo, el Señor:
Nos hemos reunido para celebrar la confirmación de algunos miembros de nuestra
comunidad de bautizados. La confirmación es uno de los tres sacramentos de la
iniciación cristiana. El Obispo, como representante principal de Jesucristo en la
Diócesis, preside esta asamblea, en la cual el Espíritu Santo, que ya habita en el corazón
de los bautizados, se les infundirá con mayor plenitud, a fin de hacerles madurar y
crecer como cristianos.
Renovemos nuestra fe en la presencia del Espíritu del Señor en medio de su asamblea, y
dispongámonos a recibir tanto los que se han de confirmar, como los que ya lo estamos,
V. Hermanos y hermanas:
Al comenzar esta celebración
imploremos la misericordia del Padre
y pidámosle que perdone nuestros pecados.
Yo confieso
ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
ORACIÓN COLECTA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías.
61,1-3a. 6a. 8b-9.
El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Él me envió a llevar la buena
noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación a los cautivos
y la libertad a los prisioneros, a proclamar un año de gracia del Señor, un día de venganza
para nuestro Dios; a consolar a todos los que están de duelo, a cambiar su ceniza por una
corona, su ropa de luto por el óleo de la alegría, y su abatimiento por un canto de alabanza.
Y ustedes serán llamados «Sacerdotes del Señor», se les dirá «Ministros de nuestro Dios.»
Les retribuiré con fidelidad y estableceré en favor de ellos una alianza eterna. Su
descendencia será conocida entre las naciones, y sus vástagos, en medio de los pueblos:
todos los que los vean, reconocerán que son estirpe bendecida por el Señor.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 103, 1-2a. 24 y 25c. 27-28. 29bc-30.
Si retiras tu aliento,
toda creatura muere y vuelve al polvo.
Pero envías tu espíritu, que da vida,
y renuevas el aspecto de la tierra. R.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.
5, 16-17. 22-23a. 24-25.
Hermanos: anden según el Espíritu y no cumplirán los deseos de la carne; pues el deseo de
la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; pues estos se oponen el
uno del otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen.
En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad,
lealtad, amabilidad, dominio de sí. Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne
con sus pasiones y sus deseos. Si vivimos por el Espíritu marchemos tras el Espíritu.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Canto de aleluya…
R. Aleluya, aleluya.
“El Espíritu de verdad estará con ustedes para siempre”
R. Aleluya, aleluya.
EVANGELIO
Mt 1, 18-23
Después de la lectura del Evangelio, el diácono deposita nuevamente y con toda reverencia el libro de los
Evangelios sobre el altar, donde permanece hasta el momento del ofertorio.
RITO DE LA CONFIRMACIÓN
PRESENTACIÓN DE LOS CONFIRMANDOS
Monición
Terminada la proclamación del Evangelio, una vez que el Obispo haya bendecido con el Evangeliario.
En este momento se colocan de pie los que van a ser confirmados a la vez que nuestro
párroco N. hará la presentación a la comunidad y Monseñor N. de estos jóvenes y
adultos que recibirán por su imposición de manos y crismación el don del Espíritu
Santo. Escuchemos en silencio.
Presentación de los confirmandos
Sacerdote:Todos ellos con sinceridad y humildad reconocen, junto con sus padres y
padrinos, que son dignos de tan grande Don por parte de Jesucristo y la Iglesia, pero
confían en la gracia de Dios Padre que les hace dignos de recibir la plenitud del Espíritu
Santo.
Obispo: ¿Te consta que están debidamente preparados en el conocimiento de las enseñanzas
de Cristo y de la Santa Madre Iglesia?
Sacerdote: Reverendo Padre, Yo Pbro. N. que acompaño a esta comunidad, tengo la
satisfacción y la alegría de comunicarle a la asamblea aquí reunida y a usted como Padre y
Pastor, que estos jóvenes han recibido la catequesis adecuada.
Obispo: Estimado Pbro. N., en nombre de la Santa Madre Iglesia Católica y basándome en
este testimonio presentado por usted, reconozco a todos estos jóvenes y adultos, dignos de
ser admitidos a recibir el Sacramento de la Confirmación.
Homilía.
Aquella fe recibida en el día del bautismo y profesada por medio de los padres y
Sacerdote:
padrinos, con la ayuda de ellos ha ido creciendo y fortaleciéndose. Ahora ha llegado el
momento de manifestar públicamente su opción personal por Cristo y su Evangelio.
Los confirmandos y toda la asamblea se colocan de pie para manifestar públicamente la renovación de sus
promesas bautismales, permanecen de pie, mientras el Obispo los exhorta con estas palabras:
Confirmandos: Él nos hizo hijos suyos, hermanos de Cristo y templos del Espíritu Santo.
Obispo: ¿Quieren celebrar con piedad y fidelidad los misterios de Cristo, especialmente el
sacrificio de la Eucaristía y el sacramento de la Reconciliación, para alabanza de Dios y
santificación del pueblo cristiano, según la tradición de la Iglesia?
RENUNCIA Y PROFESIÓN DE FE
Obispo: Para ser cristianos es necesario renunciar al pecado y aceptar a Jesucristo, por tanto
les pregunto: ¿Renuncian a Satanás, padre del odio y de la mentira, que les impide aceptar a
Jesús como Señor?
Obispo: ¿Renuncian a todo lo que les impide amar al prójimo como a nosotros mismos?
Obispo: ¿Creen en Jesucristo, su único hijo, nuestro Señor, que nació de María virgen,
murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
¿Creen en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que hoy, por el sacramento de la
Obispo:
Confirmación, se nos da de manera excelente, como a los apóstoles en el día de
Pentecostés?
Obispo:Todo cristiano tiene por Madre a la Virgen María. Al renovar las promesas del
bautismo, no podemos olvidarla por eso rezamos:
Monición
Terminada la renuncia y renovación de las promesas, el Obispo impondrá las manos sobre los
confirmandos.
En este momento Monseñor N. va hacer presente dos signos cargados de sentido, y que
se han realizado en la Iglesia desde sus comienzos. Primero, va a invocar y a pedir el
Espíritu Santo que consagre a estos jóvenes y adultos como miembros vivos de la
Iglesia; después en silencio les impondrá las manos. Estos dos gestos se realizan desde
el tiempo de los apóstoles, expresan la transmisión del Espíritu Santo que los discípulos
recibieron el día de Pentecostés. Nos unimos todos en oración.
Obispo: Oremos con fe, hermanos para que el Espíritu del Señor descienda sobre quienes
van a ser confirmados y la fuerza del Altísimo los libere de todo mal.
Todos en silencio unos instantes. Luego el Obispo y los concelebrantes imponen las manos sobre los
confirmandos.
Monición
Terminada la imposición de manos y la oración, el Obispo crismará y signará con la cruz a los
confirmandos en la frente acompañados de su padrino o madrina según el orden establecido.
Hemos llegado al momento principal del rito de la Confirmación. Ahora, con otro gesto
que también viene de los Apóstoles, Monseñor N., va a marcar con la señal de la cruz a
estos confirmandos, y al mismo tiempo los unge con el óleo consagrado, el santo
Crisma, para significar que son propiedad del Señor.
La Iglesia expresa de este modo que el Espíritu de Dios va a ser el compañero de
camino que guie, ilumine, defienda y fortalezca a estos jóvenes y adultos. Con este rito
reciben la plenitud del Espíritu Santo para dar testimonio de la Verdad y ser, por el buen
olor de las buenas obras, fermento de santidad en el mundo. El padrino o la madrina,
que son quienes lo presentan se unen a sus hijos espirituales en este momento.
Seguidamente el diácono o sacerdote presenta el santo Crisma al Obispo.
Se acercan al Obispo los confirmandos, o bien el propio Obispo va pasando ante cada uno de ellos. El que
presenta al confirmando coloca su mano derecha sobre el hombro de éste y dice al Obispo el nombre del
presentado, a no ser que el mismo confirmando diga su nombre.
El Obispo moja el dedo pulgar de su mano derecha en el santo Crisma y hace con él la señal
de la cruz sobre la frente del confirmando diciendo:
Confirmando: Amén.
Si ayudan algunos presbíteros a administrar el sacramento de la Confirmación, los diáconos o los ministros
dan al Obispo todos los vasos del santo Crisma a fin de que el Obispo entregue personalmente el Crisma a
cada uno de los presbíteros; así aparece visiblemente que los presbíteros actúan en nombre del Obispo.
Los confirmandos se acercan al Obispo o a los presbíteros, o bien si se prefiere el Obispo y los presbíteros van
pasando ante cada uno de los confirmandos, los cuales son ungidos del modo que se ha indicado más arriba.
Mientras dura la unción de los confirmandos puede cantarse algún canto apropiado.
Terminada la unción de todos los confirmandos, se hace la Oración universal, con el siguiente formulario u
otro parecido y debidamente aprobado.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Obispo: Amados hermanos, oremos confiadamente a Dios, nuestro Padre; que nuestra
plegaria sea unánime, como una es la fe, la esperanza y la caridad que el Espíritu ha
infundido en nuestros corazones. A cada invocación respondamos:
1. Por la santa Iglesia de Dios, para que, congregada por el Espíritu Santo en la
confesión de una misma fe, crezca en el amor y se dilate por el mundo entero hasta
el día de la venida de Cristo, bajo la guía del Papa N., de nuestro Obispo N., que
preside esta celebración y de todos los Obispos de la Iglesia, roguemos al Señor. R.
2. Por nuestro párroco, presbítero N., para que Dios bendiga su ministerio sacerdotal
en medio de nosotros, ayúdale a perseverar en su vocación y concédele las luces y
paciencia necesarias para apacentar a tu pueblo, roguemos al Señor. R.
3. Por nosotros, los que acabamos de ser confirmados, para que el don del Espíritu
Santo que nos ha hecho miembros más perfectos del pueblo de Dios nos arraigue en
la fe y nos haga crecer en el amor, y así demos con nuestra vida testimonio de
Jesucristo, roguemos al Señor. R.
4. Por nuestros padres y padrinos, para que con su palabra y ejemplo nos ayuden a
seguir a Cristo y a ser fieles a la fe, roguemos al Señor. R.
5. Por nuestros catequistas que con paciencia, constancia y perseverancia durante este
tiempo nos han formado, para que los llenes de los dones del Espíritu Santo y
proclamen siempre en su vida el amor de Dios, roguemos al Señor. R.
6. Por los hombres de todos los pueblos y de todas las razas, hijos de un único Padre y
Creador, para que se reconozcan mutuamente hermanos y trabajen por la llegada del
reino de Dios, que es paz y gozo en el Espíritu Santo, roguemos al Señor. R.
8. Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la paz de Cristo, para que gocen
de la paz de Cristo, roguemos al Señor. R.
Señor, Dios nuestro,
Obispo:
que diste a los apóstoles el Espíritu Santo,
y quisiste que por ellos y sus sucesores
fuera transmitido a todos los fieles,
atiende nuestras súplicas y concédenos
que lo que tu amor realizó
en los comienzos de la Iglesia
se realice también hoy
en el corazón de los creyentes.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
LITURGIA EUCARÍSTICA
PROCESIÓN DE OFRENDAS
Monición
Los jóvenes que presentarán las ofrendas se dirigen a la parte de atrás de la iglesia y se organizan según el
orden dispuesto.
En estos momentos los jóvenes y adultos neo-confirmandos van a presentar sus vidas,
representadas en estas ofrendas ante el Altar del Señor.
Luz: Te ofrecemos, Padre Eterno, esta luz, símbolo de la presencia viva y resucitada de
Cristo entre nosotros y que deseamos que se siga desbordando para acrecentar la fe en
nuestras familias y amigos.
Flores: Estas flores representan la belleza y el don que nos regalas en la naturaleza y que
nosotros queremos que sea fruto de alegría y constancia de nuestro compromiso que hoy
inicia.
Alimentos y frutas: Te presentamos Señor, estos alimentos y frutos esfuerzo del trabajo
del hombre y que tus nos das para nuestro bien, permite que seamos fermento de tu
Evangelio para que demos frutos de buenas obras en el mundo.
Pan y vino: Presentamos ante tu Altar Señor, este pan y este vino que se convertirán por tu
Espíritu Santo en el alimento de vida eterna, tu cuerpo y sangre Señor. Ofrecemos con ellos
nuestras vidas para que sean transformadas y se conviertan en don para nuestros hermanos.
Cuando se utiliza el Canon romano, se dice Acepta, Señor, en tu bondad propio; en las Plegarias eucarísticas
II, III y IV se intercala la intercesión por los nuevos confirmandos como indica el Misal Romano.
Obispo: Oren,hermanos, para que este sacrificio mío y de ustedes sea agradable a Dios,
Padre Todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre
para nuestro bien y de toda su santa iglesia.
PREFACIO DE CONFIRMACIÓN
Canto: Santo…
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el vino conjuntamente, diciendo:
de manera que se conviertan
en el Cuerpo y + la Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
Porque Él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Se inclina un poco.
TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora, haciendo genuflexión.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Se inclina un poco:
TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo genuflexión.
En la Misa de Confirmación
C2 Te pedimos, Padre,
que esta Victima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
A tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N.
Al Orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo reunido por Ti.
En los domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse:
Asamblea:
Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el obispo, con las manos juntas. Dice:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado;
digamos con fe y esperanza:
El pueblo responde:
Y con tu espíritu
Luego se canta:
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
El obispo hace genuflexión, toma el pan consagrado y. sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo
muestra al pueblo, diciendo:
Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
COMUNIÓN
T e pedimos, Señor,
que continúes favoreciendo a estos hijos tuyos,
a quienes has ungido
con el don del Espíritu Santo
y has alimentado con el sacramento de tu Hijo;
haz que, superando las dificultades de la vida,
alegren con su santidad a la Iglesia
y, por medio de sus obras y de su amor,
la hagan crecer en el mundo…
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
BENDICIÓN SOLEMNE
El obispo con las manos extendidas sobre los confirmados y el pueblo dice:
Los bendiga Dios, Padre Todopoderoso,
que los hizo hijos adoptivos suyos
al renacer del agua y del Espíritu Santo,
y los proteja con su amor paternal.
La asamblea responde:
Amén.
El obispo prosigue:
Los bendiga el Hijo, su Unigénito,
quien prometió que el Espíritu de la Verdad
permanecería siempre en la Iglesia,
y los confirme con su poder
en la confesión de la fe verdadera.
La asamblea responde:
Amén.
El obispo prosigue:
Los bendiga el Espíritu Santo,
que inflamó los corazones de los discípulos
con el fuego de la caridad,
los congregue en la unidad
y los conduzca sin tropiezos a los goces del reino de Dios.
La asamblea responde:
Amén.
La asamblea responde:
Amén.
El Obispo culmina diciendo:
La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Pueden ir en paz.
Asamblea: Demos gracias a Dios.
-Canto de salida.