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SUS HERIDAS, NUESTRA SANIDAD

Programa 3 de 4
Los Clamores desde la Cruz

Jesús sufrió un dolor incalculable en la cruz. Su sangre fluyó por ti y por mí, desde las heridas
que dan testimonio de amor. Sus heridas y Su muerte marcaron la factura del pecado "pagado
en su totalidad" por todos los que creerían y recibirían Su perdón. Ningún evento anterior o
posterior es tan importante para la raza humana como esas seis horas en una cruz romana bajo
un cielo oscuro. Quédate con nosotros.
Desde la Iglesia Moody en Chicago, esto es Correr para Ganar con el Dr. Erwin Lutzer, cuya
enseñanza clara nos ayudará a cruzar la línea de llegada.
La enseñanza de hoy viene de Isaías 53, en el Antiguo Testamento la cual habla de "Sus heridas,
Nuestra Sanidad." Muchos ahora se preguntan si este pasaje es una garantía de curación física.
Sigue escuchando para descubrirlo.
Quizás hoy te preguntas: "¿podemos ser sanados cuando queramos serlo?" Y la respuesta es no.
Fíjate en algo, hay muchas personas que toman una premisa correcta, pero sacan una conclusión
equivocada. El simple hecho, amigo mío, es que cuando Jesús murió en la cruz, Él compró todo lo
que alguna vez íbamos a necesitar para llevarnos a la presencia de Dios. Pero también, en ese
momento, Él compró nuestro cuerpo de resurrección que todavía no tenemos.
Él también murió para poder abolir la muerte, pero ¿adivina qué? Al menos que Jesucristo venga
pronto, muchos de nosotros moriremos. Inclusive los sanadores de fe mueren. Y debes tener eso en
mente. Es incorrecto decir que ahora podemos ser sanados cuando queremos, porque si dices eso,
entonces deberíamos poder decir que también podemos escapar de la muerte. De hecho, mi
familia tenía algunos amigos quienes creían eso. Ellos creyeron que iban a vivir hasta que
Jesucristo regresara, porque iban a recibir curación física. Momento a momento, día tras día,
Cristo iba a seguir sanándolos. Bueno, ambos murieron en un accidente automovilístico. Hay muchas
formas diferentes de morir, ¿verdad?
En la actualidad existe una enseñanza generalizada, la cual puedes encontrar especialmente
de parte de algunos maestros a través de la televisión, eso es simplemente perjudicial para el
Cuerpo de Cristo. A las personas se les dice que, si no han sido sanadas, es porque no tienen fe.
Si eres sanado, entonces le das las gracias al sanador de fe porque él tiene el poder para
sanarte. Si no eres sanado, es tu culpa porque si hubieras creído, hubieras sido sanado. ¡El dolor
que es causado, por esa teología equivocada! Sí, por supuesto, todo fue comprado, pero hoy
todo no es nuestro. Hay un "todavía no" en las Escrituras, y el "todavía no" es cuando estemos en
la presencia de Cristo. Sus heridas bendijeron a otros. Por Sus heridas somos sanados.
Déjame hacerte otra pregunta. ¿Qué pasa con tus heridas? ¿Pueden ellas bendecir a otros?
¡Absolutamente! Tú sabes, hay una obra de Thornton Wilder titulada El Ángel que Agitaba las

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Aguas. Y en esa obra, basada en el libro de Juan, capítulo 5, en el Nuevo Testamento, recuerdas
que en el estanque de Betesda había una historia de que un ángel venía y agitaba el agua, y
todo aquel (La persona) que primero descendía al estanque quedaba sanado de cualquier
enfermedad. Tú recuerdas esa historia. Y la obra se basa en eso, y había un médico que luchaba
con la melancolía, y quería participar en la curación, por lo que siempre se presentaba y siempre
esperaba que el agua afuera agitada. Y un día apareció el ángel y el medico pensó para sí
mismo: "Yo soy el primero que va a descender al estanque," pero el ángel dijo: "No, doctor
retrocede." Y entonces el ángel le dijo esto. Él dijo: "Es tu melancolía lo que hace que tu voz baja
tiemble en los corazones de aquellos que te escuchan." Y el ángel continuó diciéndole: "Ni siquiera
los ángeles pueden hacer lo que un ser humano, quebrantado en la rueda de la vida, puede
hacer."
Hoy les digo a aquellos de ustedes quienes están con el corazón quebrantado y cuyo enfoque,
por decirlo de alguna manera es la sanidad... Ni siquiera un ángel puede hacer lo que un ser
humano, quebrantado en la rueda de la vida, puede hacer. Y luego en la obra alguien más entra
al estanque, y cuando sale, le dice al médico: "¿Irías a casa conmigo? porque tengo un hijo que
vive en la oscuridad y tiene pensamientos profundos y oscuros y no puedo ayudarlo, pero sé que
tú lo harás. Y tengo una hija que, desde que perdió a su hijo, está sentada en las sombras. Ven y
háblales. Mis hijos no me escucharán, pero ellos te escucharán." Mi querido amigo, quiero que
sepas que tus heridas pueden bendecir a los demás.
Vayamos a un tercer hecho con respecto a las heridas de Jesús, y esas fueron Sus heridas que
lo identificaron. Ellas lo identificaron. Por cierto, Jesús fue muy abierto acerca de Sus heridas. Él
no trató de mantenerlas ocultas. Él sabía que la sanidad tiene que tener lugar a la luz del sol, y
no en la oscuridad. Un día después de la resurrección, Tomás, quien no se estaba sintiendo muy
evangélico... Cuando los demás dijeron: "Hemos visto al Señor," y aquí nosotros podríamos decir,
bueno tú sabes eso en realidad es el sueño de un abogado. Imagina que diez hombres estén de
acuerdo con tu historia. ¿Con qué frecuencia consigues eso en un tribunal de justicia?
Thomas no se sentía impresionado. Allí él estaba siendo un hombre práctico. Y él dijo: "Excepto
que vea en Sus manos la señal de los clavos, y al menos que vea la herida en el costado, ustedes
pueden llamarme discípulo si quieren, pero no lo creeré." Y entonces apareció Jesús, y sabes el
resto de la historia "Luego Jesús le dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu
mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." ¿Y qué dijo Tomás? Él dijo:
"¡Señor mío, y Dios mío!" Sus heridas lo identificaron, y algún día cuando venga Jesucristo, las
Escrituras nos dicen en Zacarías... ¿Cómo creemos nosotros que los judíos que vivieron en ese
período de tiempo pensaron que iban a reconocer que era el Mesías? Dice en Zacarías, capítulo
12, versículo 10, en el Antiguo Testamento: "Mirarán a quien traspasaron, y verán las llagas de
Cristo y dirán: 'Él fue el Mesías, el que murió hace más de dos mil años.'" Sus heridas lo identifican.
La mayoría de la gente sabe que el primer nombre de Martin Lutero es Martin. Supongo que
eso es muy básico, ¿verdad? Pero lo que la gente no sabe es por qué sus padres lo llamaron
Martin. La razón fue porque nació el día de San Martín. Tal vez la razón por la cual Lutero luchó

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tanto con el diablo no fue solo por el hecho de luchar y el demonio es real, sino que puede haber
otra razón por la cual Lutero parecía estar preocupado con el diablo. Y puede ser porque hay
una leyenda, y es solamente una leyenda, que San Martín tenía una aberración con respecto a la
aparición de Jesús a él. Pero San Martín sabía lo que muchas personas hoy en día no saben,
específicamente, que el diablo a veces toma la forma de Jesús para engañar a la gente.
Y la leyenda dice que a medida que esa aberración venía, San Martín sabía que podría ser
engañado, y entonces lo que hizo fue mirar las manos para ver las huellas de los clavos. Y justo
cuando miraba la aberración se iba, y San Martín nunca supo si fue visitado por Dios o por el
diablo. Pero hoy quiero que sepas que St. Martin se estaba dando cuenta de algo.
Hoy hay todo tipo de Jesuses por ahí. Tenemos el Jesús cósmico. Tenemos al Jesús que ama a
todos. Está el Jesús que no juzga a nadie. Está el Jesús que las personas fabrican en sus mentes.
Hace años hubo un libro titulado, Jesús, el Hombre de Negocios, y otro libro más titulado, Jesús,
el Revolucionario. Mi querido amigo, con todos esos Jesuses por allí, ¿podría darte un consejo?
Busca las huellas de los clavos.
Hace años, cuando estaba creciendo en la iglesia, cantábamos una canción que ya no creo que
cantamos más. De hecho, ni siquiera podía recordar el nombre de la canción, pero creo que el
coro solía decir,
Lo conoceré, lo conoceré,
Como redimido a Su lado, me mantendré firme.
Lo conoceré, lo conoceré,
Por las huellas de los clavos en Sus manos.
Sus heridas lo identifican.
Esa también podría ser tu identidad. El Apóstol Pablo dijo: "Porque yo llevo en mi cuerpo las
marcas de Jesús, los sufrimientos de Jesús," por eso el Apóstol Pablo aguantó. Y luego soportó
tanto y Dios dijo: "Todavía no has aguantado lo suficiente. Además de todos los sufrimientos que
tienes, te daré un aguijón en la carne para que realmente aguantes más." ¿Por qué? Es porque
sus sufrimientos se convirtieron en la insignia de la autenticidad. ¿Y no es cierto eso también con
nosotros? Hay algunos de ustedes que han sufrido, tal vez por alguna discapacidad, tal vez por
algo que te ha sucedido, por alguna persona que se ha aprovechado de ti. Y a medida que has
crecido en el Señor, eso te ha dado un sentido de autenticidad, integridad y credibilidad porque
tus heridas han llegado a ser los medios por medio de los cuales has sido identificado como un
seguidor de Jesucristo.
Déjame darte un cuarto hecho con respecto a las heridas de Cristo, y es que sus heridas se
convirtieron en cicatrices. Toma tu Biblia y ve por un momento a Apocalipsis, capítulo 5, en el
Nuevo Testamento, donde veremos las heridas de Jesús, pero en un contexto completamente
diferente. Juan estaba mirando al cielo, y estaba observando esa increíble visión. Y me gustaría
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poder comentar sobre el pergamino, pero sabes que ese pergamino, en efecto, es el programa
de Dios para el resto de las épocas. Y dice en el versículo 6 del capítulo 5: "Entonces vi, en medio
de los cuatro seres vivientes y del trono y los ancianos, a un Cordero (Ahora fíjate) que estaba de
pie y parecía haber sido sacrificado." No más sangre. No más heridas abiertas, sino cicatrices,
reconociendo que la sanidad había tenido lugar. Y quiero que sepas hoy que algún día sus propias
heridas se convertirán en cicatrices y mirarán hacia atrás y dirán: "La sanidad ha sucedido."
Ahora bien, yo sé que hay algunas personas a quienes constantemente les gusta mantener una
herida abierta. Lo que hacen es que siguen quitando la costra en el momento en que comienza a
sanar para ver cómo está sanando. Y mantienen esa herida constantemente abierta y no
permitirán que se sane. Mi querido amigo, una cosa es tener heridas, pero ¿dejarías que tus
heridas sanen? Las heridas de Jesús se nos dan como el medio de curación. Él nos ofrece Sus
heridas para nuestra propia sanidad y para nuestra propia salud.
Realmente creo que hay una sensación de que la muerte de Jesucristo en la cruz y, por supuesto,
las heridas de las que acabo de hablar proporcionan sanidad y ayuda. Pero necesito decirte que
la enseñanza de esta transmisión es bastante contraria a lo que podrías escuchar en la televisión
y algunos programas de radio, donde están aquellos que enfatizan que es la voluntad de Dios
de que tú siempre seas sanado, que cada problema es simplemente un problema fácil de superar
debido a nuestra fe, y esos queridos amigos – Dios los bendiga a ellos, piensan que podemos
vivir en una utopía y un paraíso en esta vida. Bueno, yo estoy en desacuerdo con eso. Ya sea que
estés leyendo las palabras del Apóstol Pablo o las palabras de Jesús, está muy claro que en este
mundo estamos llamados a sufrir. Algunas veces ese sufrimiento es físico, algunas veces es por las
circunstancias, pero la vida es difícil. Algunas veces, es difícil para todos nosotros. Pero sigo
creyendo que es a través de esas dificultades y a través del dolor que Dios viene y agrega Su
gracia para que podamos vivir la vida, para que podamos administrarla e inclusive hacer más
que administrarla, gracias a Su muerte y gracias a Sus heridas.
Esta fue la tercera parte del mensaje "Sus Heridas, Nuestra Sanidad," el primero de ocho
mensajes de la serie titulada "Los Clamores desde la Cruz: Un Viaje al Corazón de Jesús." La
próxima vez, escucharás algunas reflexiones finales sobre la sanidad comprada para nosotros en
la cruz.
Correr para Ganar es un ministerio para ayudarte a encontrar y a seguir el plan de Dios para
la carrera de tu vida. Te presentamos la enseñanza bíblica para que puedas conocer a Jesús y
seguirlo, ¡en cada paso del camino!
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