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El "problema del dolor" como una vez dijo el conocido erudito Cristiano C.S. Lewis,
es el arma más potente del ateísmo contra la fe cristiana.
Muchos ateos, sin embargo, sin ninguna evidencia objetiva en la cual basar su
creencia en que "no hay Dios", deben recurrir finalmente a objeciones filosóficas. Y
este problema del sufrimiento es la más grande de ellas.
Esto es, dicen ellos, ¿cómo puede un Dios de amor permitir en su mundo cosas
como guerra, enfermedad, dolor y muerte, especialmente cuando sus efectos, a
menudo son sentidos más intensamente por quienes son aparentemente
inocentes? Entonces Él no es un Dios de amor y es indiferente al sufrimiento
humano, o Él no es un Dios de poder, y, por lo tanto, es incapaz de hacer algo al
respecto. En cualquier caso, el Dios Bíblico quien es supuestamente de poder
absoluto y perfecto amor viene a ser un anacronismo imposible… O, eso es lo que
ellos dicen!
Debemos también reconocer que nuestras mentes fueron creadas por Dios. Sólo
podemos usar nuestras mentes hasta donde El permite y, además, totalmente
presuntuoso para nosotros, usar la mente para cuestionarlo a Él y sus motivos.
"El juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?" (Génesis 18:25)
"¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?" (Romanos
9:20).
Habiendo aceptado esto por fe, somos libres de buscar formas en las cuales
podamos obtener beneficios espirituales del sufrimiento en nuestra vida, de la
misma forma que de las bendiciones. Del mismo modo que consideramos estas
cosas, es de gran ayuda mantener continuamente las siguientes verdades en
nuestra mente.
Tan pronto como los bebés, u otros que puedan ser mentalmente incompetentes,
puedan distinguir lo correcto de lo incorrecto, es claro según las Escrituras y la
experiencia universal que ellos son pecadores por naturaleza, por lo cual,
inevitablemente, serán pecadores por elección propia tan pronto como sean
capaces de serlo.
El mundo está hoy bajo la maldición de Dios (Génesis 3:17) a causa de la rebelión
del hombre en contra de la Palabra de Dios.
¡Y lo hizo por nosotros! "Cristo murió por nuestros pecados" (1ª Corintios 15:3). El
sufrió y murió, para finalmente librar al mundo de la Maldición, es más incluso
ahora Él puede librar del pecado y la esclavitud a todo aquel que le reciba por fe
como Señor y Salvador personal. Esta gran liberación del pecado inherente, así
como el pecado cometido, muy posiblemente también asegura la salvación de
aquellos que han muerto antes de alcanzar la edad de elegir conscientemente lo
incorrecto por sobre lo correcto.
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto
es, a los que conforme a su propósito son llamados." (Romanos 8:28).
Creo que Jesús fue un hombre real, pero todo el mundo sabe que falleció
como el resto de las personas, y luego sus discípulos inventaron la historia
de la resurrección.
Ni los judíos ni los dirigentes Romanos, que custodiaban la tumba (Mateo 27:62ss)
habrían tomado el cuerpo de la tumba. Si no que, ambos tenían todos los motivos
para mostrar el cuerpo en público para humillar a los discípulos y cortar su
movimiento de raíz. Y dado que la escena en cuestión sucedió justo en Jerusalén,
estaba enteramente a su alcance localizar el si todavía existiera. Pero sin embargo
para su consternación, ningún cuerpo fue mostrado. Si los judíos tuvieran el
cuerpo, lo habrían exhibido en el día de Pentecostés cuándo todo Jerusalén estaba
alborotado por causa del sermón de Pedro sobre la Resurrección de Cristo.
¿Por qué iban los discípulos (o alguna otra persona) a querer arriesgar sus vidas
para robar el cuerpo de Cristo? El registro Bíblico muestra que los discípulos
estaban acobardados, desanimados y desalentados. Su único motivo podía haber
sido engañar. Pero todo lo que leemos acerca de estos hombres indica que eran
buenos honestos. ¿Cómo podrían haber salido a la calle el resto de sus vidas y
predicar todos los días que Cristo se había levantado de los muertos cuando ellos
sabían durante todo ese tiempo que era una mentira? ¿Se habrían sacrificado y
habrían sufrido tan grandemente por algo que ellos sabían que era un engaño
absoluto?
"Jesús fue tan distinto de lo que todos los judíos esperaban que el Hijo de David
fuera que Sus propios discípulos hallaron casi imposible asociar la idea del Mesías
con Él."
-Millar Burrows
Es, tal como el Nuevo Testamento afirma, la resurrección de Jesús la única que
venció esta “imposibilidad” (Hechos 2:24).
La conversión de Saulo
También los otros Apóstoles, vencieron el miedo para valerosamente sufrir, ser
encarcelados, e incluso morir, a medida que proclamaban las buenas nuevas del
Cristo resucitado por todo su mundo. ¿Puede imaginarse que estas personas
murieran con agrado por un simple mito? " Cada uno de los discípulos, excepto
Juan, murió como mártir… porque ellos tenazmente se aferraban a sus creencias y
afirmaciones observa el investigador Josh McDowel.
A diferencia de otros quienes han muerto por una esperanza no verificable más
allá de la tumba (ej., místicos buscando la reencarnación o militantes musulmanes
esperando una recompensa de Alá), los discípulo de Jesús vivieron y murieron por
la afirmación históricamente verificable que la tumba estaba vacía y que Él había
sido visto vivo nuevamente.
"Propagando esta nueva fe, incluso de la forma más pacífica e inofensiva, [los
primeros cristianos recibieron] menosprecio, oposición … y muertes crueles. Y sin
embargo esta fe que ellos celosamente difundían y todas estas miserias que ellos
soportaron más bien regocijándose. A medida que uno tras otro fue ejecutados en
muertes miserables, los supervivientes tan solo [continuaron] su obra creciente
vigor y resolución… Los anales de las guerras militares raramente proveen un
ejemplo equivalente de heroica constancia, de paciencia, y de valor
inquebrantable… Aunque hubiera sido moralmente posible que ellos estuvieran
engañados en este asunto, todos los factores humanos actuaban para llevarlos a
descubrir y admitir su error. A partir de estas [consideraciones] la única salida es la
completa convicción y admisión de que eran hombres buenos, que testificaron de
lo que habían observado atentamente …y sabían bien que era cierto."
Muchos consideran que el Dr. Greenleaf ha sido en temas legales una de las más
grandes mentes que hemos tenido en los EE.UU. Él fue anteriormente un
declarado escéptico del cristianismo que se dispuso a refutar la deidad de Cristo.
Al final concluyó que la resurrección es cierta " más allá de cualquier duda
razonable. " Greenleaf llegó a ser cristiano tras estudiar las evidencias por sí
mismo. Muchos expertos legales están de acuerdo con Greenleaf que, si el caso
de la muerte de Cristo y su resurrección se llevara ante un tribunal de derecho, sin
duda ganaría. Las afirmaciones están muy bien establecidas y verificadas por
pruebas independientes y convergentes.
¿De qué manera una profecía cumplida demuestra que Jesús es Dios? ¿No
fueron simplemente historias escritas después de que Jesús vivió?
La Biblia clama ser la Palabra inspirada de Dios (¿Y qué de los otros libros
religiosos que claman ser una revelación divina?). Pero la Biblia posee también
evidencias internas contundentes que apoyan lo que ella dice de sí misma. Y una
de ellas es la enorme cantidad de profecías cumplidas.
Esto es algo que diferencia la Biblia de todos los otros libros que claman ser
inspirados. Ni el Corán, ni el Libro del Mormón poseen ninguna profecía predictiva.
Pero en el caso de la Biblia, el 30 % está compuesto por profecías, cientos de
profecías que se han cumplido en un cien por ciento, exceptuando únicamente
aquellas que claramente pertenecen a un tiempo futuro, como las que están
relacionadas con la segunda venida de Cristo y sus eventos relacionados.
Ese fue uno de los estándares que el mismo Dios estableció en el AT para que Su
pueblo reconociera cuáles profetas hablaban de parte de Dios y cuáles no.
En Deut. 18 Dios promete al pueblo de Israel que les enviaría profetas que
hablarían en Su nombre, pero también les advierte que tengan cuidado con los
falsos profetas. Y en ese contexto, dice el Señor en el vers. 21:
Los profetas verdaderos de Dios tenían que ser infalibles, y una prueba de su
infalibilidad serían las profecías cumplidas. Ese es uno de los argumentos que usa
Dios para mostrar la falsedad de los ídolos. Dice en Is. 41:21ss:
“Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el Rey
de Jacob. Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado
desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su
postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. Dadnos nuevas de lo que ha
de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced
bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. He
aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os
escogió”.
Y lo mismo vemos en Is. 46:10: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos
antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que
anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era
hecho”.
En primer lugar, porque el mismo Cristo dijo que Él era el tema central de las
profecías del AT. De ningún líder religioso se puede decir lo que se dice de Cristo
en Lc. 24:25-27. El Señor se encuentra con dos discípulos que iban camino a
Emaús, apesadumbrados por lo que parecía ser el fracaso del Mesías. Y Cristo les
dice: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han
dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su
gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les
declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”. Cristo es el tema central de
las Escrituras.
En segundo lugar, escojo el tema del Señor porque las profecías concernientes a
Él se encuentran en el AT, mientras que Su cumplimiento se encuentra en el
Nuevo. Nadie puede decir que esas profecías se escribieron después de su
cumplimiento, porque el AT tenía 400 años de concluido cuando el Señor nació.
Y nadie puede decir tampoco que Cristo se empeñó en cumplir tales profecías para
hacerse pasar por el Mesías, porque muchas de ellas estaban fuera de Su alcance
como hombre. He aquí algunas de esas predicciones que comienzan a aparecer
en la Biblia tan pronto ocurre la caída de nuestros primeros padres.
Los ateos suelen presentar esta pregunta como una objeción para justificar su
incredulidad. En su pequeño pero influyente ensayo, Por qué no soy cristiano, el
famoso filósofo británico Bertrand Russell (1872-1970), presentó este mismo
problema como su primera objeción.1 En la actualidad, algunos ateos como
Richard Dawkins (autor de El espejismo de Dios) o el australiano Phillip Adams,
repiten esta misma objeción. En la Convención Atea Mundial, celebrada en el año
2010 en Melbourne, Australia, Phillip Adams recalcó que:
“El gran argumento para la existencia de Dios fue que tuvo que haber una
creación, un principio. […] Pero mi objeción fue simple: Si Dios fue el principio,
¿quién comenzó a Dios? ”
El universo tuvo un principio; casi nadie discute esto, porque las leyes de la
termodinámica lo exigen. El universo se está agotando y no puede haber estado
agotándose para siempre, o ya se habría agotado. No habría estrellas produciendo
energía y por consiguiente no estaríamos aquí.
Algunos han propuesto un universo dando a luz a otro; pero, una vez más, no
puede haber una serie infinita de tales nacimientos y muertes, ya que cada ciclo
tendrá menos energía disponible que la anterior. Si esto hubiera estado
sucediendo una infinidad de veces ya habría muerto todo.
A los ateos modernos les gusta utilizar palabras como “racional”, “razonable” o
“científico” para describir sus creencias; sin embargo, creen que el principio más
grande de todo (el del universo) ¡no tuvo ninguna causa! Algunos admiten que es
un problema, pero afirman que decir “Dios lo hizo” no explica nada, porque
entonces uno debe explicar de dónde salió Dios. Pero, ¿es esto una objeción
válida?
La causa del universo debe haber sido inmaterial, porque si la causa fuera
material/natural estaría sujeta a las mismas leyes de decaimiento que el universo.
Puesto que habría tenido un comienzo en sí mismo, volveríamos a tener el mismo
problema de los de los universos cíclicos de nacimientos y muertes. Así pues, la
causa del principio del universo tiene que haber sido supernatural; es decir, ni
material ni espiritual, sino una causa fuera del espacio-tiempo-materia. Tal causa
no estaría sujeta a la ley del decaimiento y, por lo tanto, no tendría un comienzo.
Es decir, la causa tenía que haber sido el Espíritu Eterno.
Además, la causa del universo tuvo que ser increíblemente poderosa. Solamente
el tamaño y la energía vistos en el universo hablan de ese poder: tuvo que haber
una causa suficiente.
Eso suena como el Dios de la Biblia, la cual revela al Creador del universo como:
Eterno
Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y
hasta el siglo, tú eres Dios. (Salmos 90:2)
omnipotente
Espíritu (inmaterial)
Aquellos que rechazan al Creador no solo tienen que creer que la materia se
originó sin ninguna causa; también tienen que creer que la vida misma apareció sin
una causa adecuada.
Solo piense en una de las máquinas que copia las instrucciones del ADN para
producir cada proteína. Luego, tomemos sólo uno de los componentes de esta
máquina proteínica (menos del 10% del total). Solo ésta está formada de 329
aminoácidos. ¿Cuál sería la probabilidad de obtener esta proteína por casualidad,
suponiendo que los ingredientes de los aminoácidos correctos, y solo los correctos,
estaban presentes? Calcule de esta manera: 1/20 x 1/20 x 1/20 … ¡329
veces! Esta es una probabilidad de 1 entre 10428 ¡Un número con 428 ceros
después del 1! Incluso si cada átomo en el universo (1080) representara un
experimento para cada vibración molecular posible (1012 por segundo) para la
supuesta edad evolutiva del universo (14 mil millones de años = 1018segundos),
esto permitiría “solo” 10110 experimentos; muy pero que muy lejos del número
necesario para obtener solo esta proteína. (Y aún quedarían cuatrocientas
proteínas más).
No es de extrañar que Richard Dawkins confiese que los científicos nunca podrán
descifrar cómo podría haber surgido la vida mediante procesos naturales. Sin
embargo, rechaza la explicación de la creación por la razón falaz anterior.
Ahora bien, ¿qué tipo de causa es suficiente para explicar el origen de la vida? La
causa debe ser increíblemente inteligente, mucho más allá de nuestra propia
inteligencia. Nos maravillamos de los científicos que están descubriendo la
nanotecnología en los seres vivos (un trabajo asombroso). ¿Pero qué hay de Aquel
que inventó estas cosas? ¿Cuánto más inteligente es Él? Esto me recuerda otra de
las características del Dios revelado en la Biblia: su omnisciencia (todo lo sabe).
Vea Salmos 139:2-6; Isaías 40:13-14.
Sabemos lo suficiente sobre la creación del Creador para no tener
excusa. Romanos 1: 18-22 dice:
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de
los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se
conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de
él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del
mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen
excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le
dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio
corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios…”
Y aquí la Biblia explica por qué personas inteligentes eligen creer en cosas
imposibles; es decir, que primero el universo, y luego la vida, aparecieron sin
ninguna causa adecuada. Eligen aceptar ilógicamente que sus dos “grandes
comienzos” no tuvieron una causa suficiente, en lugar de reconocer y honrar a su
Creador.