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POLITICA

CULTURAL
SOCIALISTA
Informe del camarada Kurt Hager
en la 6 a sesión del Comité Central
del Partido Socialista Unificado
de Alemania
Política cultural socialista
Política
cultural
socialista
Informe del camarada Kurt Hager,
miembro del Buró Político y secretario
del Comité Central del Partido
Socialista Unificado de Alemania,
en la 6 a sesión del CC del PSUA que tuvo
lugar el 6 y 7 de julio de 1972

VERLAG ZEIT IM BILD DRESDEN


Camaradas:
Después que el Comité Central ha discutido y resuelto en sus
sesiones anteriores la tareas del desarrollo social en su conjunto
e importantes medidas sociopolíticas, la 6 a sesión se ocupa de los
problemas del fomento ulterior de la vida cultural en la República
Democrática Alemana.
La tarea fundamental de nuestra política, aprobada por el VIII
congreso del PSUA, plantea como una unidad indivisible el
aumento continuo de las condiciones de vida materiales y culturales
de los trabajadores. Seguridad social y un alto nivel de vida material
son metas tan inalterables de la sociedad socialista como lo son la
educación, la cultura y el arte socialistas y una vida culta. Desde
el comienzo de sus luchas, la clase obrera hizo suyos estos
objetivos. En nuestra era socialista se hacen realidad. Con la
construcción consciente y planificada de la sociedad socialista
avanzada el pueblo de la República Democrática Alemana, dirigido
por la clase obrera y su partido marxista leninista, crea condiciones
de vida culturales cada vez mejores, valores culturales cada vez
más elevados.
Son múltiples las iniciativasquedesdeel VIII congreso determinan
la vida cultural en nuestra República. En todas partes notamosentre
los trabajadores un creciente interés de crearse una vida culta. De
ello dan testimonio las 230.000 sugerencias para mejorar las
condiciones de vida culturales presentadas en el período de las
elecciones sindicales. El número de las brigadas que rigen su
trabajo por planes de formación y cultura asciende a más del 87 por
ciento de todos los colectivos que luchan por adquirir el título de
colectivo del trabajo socialista. El número de participantes en

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los festivales culturales a nivel de empresa se triplicó en el curso
de un año. Este auge se manifestó también en el 14° Festival obrero
que recientemente tuvo lugar en la provincia de Schwerin.
En medida creciente se palpa una atmósfera de estudio. Ya hoy
la mayoría de los trabajadores dispone de un certificado de obrero
especializado. Lo mismo puede decirse de un 63,5 por ciento de los
que trabajan en la agricultura. Por doquier observamos la aspira-
ción de adquirir una alta formación política, ideológica, económica
y profesional, a adquirir nuevos conocimientos, una mayor penetra-
ción.
Expresión de las crecientes necesidades culturales es, entre otras
cosas, la concurrencia cada vez mayor a exposiciones, museos,
clubes y casas de cultura, y la cantidad creciente de libros
solicitados a las bibliotecas. Uno entre cuatro ciudadanos es lector
permanente en una biblioteca. El número de visitantes a los museos
ascendió el año pasado a cerca de 20 millones, a los clubes y casas
de cultura a más de 35 millones. Nuevas películas, telenovelas y
piezas de teatro gozan del interés creciente de los trabajadores. Son
considerables los logros que observamos en ocasión del Año
Internacional del Libro.
Todos sentimos cómo, desde el VIII congreso del partido, se ha
venido profundizando en nuestra vida cultural el espíritu del
internacionalismo socialista. Ello se evidencia en el Festival ger-
mano soviético de la juventud, en la preparación de la jornada del
arte teatral soviético y en los múltiples acontecimientos culturales
que millones de ciudadanos de nuestra República vivieron durante
sus visitas a la República Popular de Polonia, la RSCh y otros
países socialistas.
Nuestra vida cultural es inimaginable sin la cultura socialista del
pueblo soviético que conmemora este año el 50 aniversario de la
fundación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Nos
enriquece y muestra cuán importantes son los logros culturales y
artísticos posibles en la sociedad socialista y en la construcción del
comunismo.
Los resultados del desarrollo cultural reflejan la continuidad de
la política cultural de nuestro partido. En el VIII congreso nuestro
partido puso de manifiesto que la continuidad y la transformación,
es decir, el desarrollo hacia niveles más elevados en el espíritu del

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socialismo, no se excluyen entre sí sino que constituyen un rasgo
característico fundamental de la política marxista leninista. El
tiempo transcurrido desde entonces confirma lo dicho en el informe
del CC al VIII congreso en el sentido de que en nuestra sociedad
reina un clima fructífero para el desarrollo de la cultura y de las
artes. Es imposible enumerar aquí la gran cantidad de nuevas obras
aparecidas en la literatura y las artes desde el congreso del partido
y apreciar en lo justo la creación de cada uno de los escritores y
artistas. El progreso en la cultura y en las artes es evidente. En el
cine y la televisión, en la literatura y la música, en las artes plásticas
y representativas, en el arte ameno y otros sectores del arte y de la
cultura se registran muchos logros notables, pero naturalmente
también trabajos no tan buenos o discutibles.
Muchos logros de los artistas de nuestra República han sido
reconocidos internacionalmente. Con gran alegría felicitamos al
camarada Ernst Busch con motivo de su condecoración con el
Premio Lenin de la Paz. Con esta condecoración internacional, la
más elevada, son apreciados en todo su valor los méritos de un gran
artista, su vida combativa y su trabajo, y representa a la vez un gran
honor para nuestro Estado socialista.
El Premio Nacional de primera clase fue otorgado en 1971 a la
camarada Anna Seghers y a los colectivos creadores de las películas
«Goya» y «KLK a PTX - La Orquesta Roja». Además fueron
honrados otros colectivos de artistas y personalidades con el
Premio Nacional y otros grandes premios y condecoraciones.
Nos alegramos de que importantes obras de arte y destacados
artistas de la RDA hayan sido condecorados en festivales y expo-
siciones internacionales. De las 18 medallas del Concurso interna-
cional Bach, siete fueron conquistadas por jóvenes artistas de
nuestra República. Desde el VIII congreso del partido se realizaron
en el extranjero más de 40 representaciones de nuestros mejores
teatros y orquestas y alrededor de 50 exposiciones de las artes
plásticas.
Desde el VIII congreso se profundizaron considerablemente las
relaciones camaraderiles entre la clase obrera, el partido y los
artistas. Nos encontramos en todas partes con una atmósfera franca
que favorece la creación de nuevas obras de arte. Nuestros artistas
someten con gran seriedad a la discusión pública sus problemas

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de la creación artística a menudo complicados. La voluntad decla-
rada de nuestro partido de hacer todo lo posible por fomentar la
fuerza creadora de los artistas ha comenzado ya a dar ricos frutos.
También las ciencias de la literatura y las artes y la crítica
desempeñan un papel creciente en el auge de la vida cultural.
Contribuciones importantes han sido aportadas últimamente
para el cultivo del legado humanista. El homenaje en recuerdo de
Georg Weerth, las jornadas de Shakespeare, los festivales Hándel
y Bach, el homenaje a Cranach y otros acontecimientos culturales
dieron nuevos impulsos para la asimilación del legado humanista.
Sabemos naturalmente que los cambios en la vida cultural del
pueblo no se operan de la noche a la mañana. No obstante, un año
después del VIII congreso podemos decir que, bajo la dirección de
su partido marxista leninista, crece el papel de la clase obrera en
todas las esferas de la vida social. Gracias a la extensión y la calidad
de su propio progreso, determina también en el campo de la cultura
en gran medida el grado del progreso cultural general en nuestro
país. En este proceso la clase obrera consolidasu alianza con todas
las clases y capas del pueblo trabajador, no en último lugar con la
intelectualidad.
En el proceso de la construcción socialista han cambiado
fundamentalmente la posición en la sociedad y la composición
social de la intelectualidad. La intelectualidad está estrechamente
ligada a la clase obrera por ser comunes sus intereses fundamen-
tales. Nuestra intelectualidad ha surgido en su mayoría de las filas
de la clase obrera y la clase de los campesinos cooperativistas. Esto
rige también para los artistas. Ellos rinden con su obra creadora una
contribución importante al fortalecimiento de nuestro Estado
obrero y campesino y ponen todos sus conocimientos y aptitudes
al servicio del pueblo. La probada alianza entre la clase obrera y la
intelectualidad, las relaciones de confianza y la cooperación cons-
tructiva entre todas las clases y capas representan una de las
posiciones aseguradas desde las cuales el VIII congreso pudo
avanzar hacia tareas sociales más elevadas.
Queremos seguir consolidando nuestro Estado socialista, tam-
bién en el campo cultural, en una atmósfera de cooperación
amistosa, principista, con todos los que contribuyen al desarrollo
de la cultura y el arte socialistas en nuestra República. El objetivo

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de nuestra política cultural es una vida de rico contenido cultural
y espiritual para todos los ciudadanos de la República, el despliegue
de todas las fuerzas creadoras del pueblo. Queremos obras del
socialismo realista que por su vinculación con el pueblo, por su
partidismo, por su proximidad a la vida y su contenido de ideas
socialista enriquezcan el mundo espiritual de los trabajadores.
Con ello contribuimos al mismo tiempo al fortalecimiento ulterior
de la comunidad de Estados socialistas y al enfrentamiento ideoló-
gico con el imperialismo. Con toda agudeza se encuentran hoy
frente a frente el humanismo de la cultura socialista y la putrefacta
cultura antihumanista del imperialismo. La fuerza cultural del
socialismo, que encuentra su expresión más elevada en las con-
quistas de la cultura soviética, desempeña un papel cada vez más
importante en la lucha entre el socialismo y el imperialismo. De ahí
que nuestra política cultural tenga también la tarea de apoyar, con
todos los medios de la cultura, la ofensiva política e ideológica del
socialismo.

I. El papel de la cultura en la sociedad socialista avanzada

Camaradas:
Al hablar de la cultura y las tareas culturales en la sociedad
socialista avanzada no nos referimos a este o aquel campo estre-
chamente limitado. Lo que tenemos a la vista es la totalidad de las
condiciones de vida, de los valores, ideas y conocimientos mate-
riales y espirituales cuya apropiación permite a los hombres, en la
colectividad con otros, adquirir la madurez de constructores capa-
ces, cultos y conscientes del socialismo, de verdaderas personali-
dades socialistas.

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La personalidad y la colectividad

Lenin se refirió a la necesidad social «de asegurar el mayor


bienestar y el libre desarrollo universal de todos los miembros de
la sociedad» (W. I. Lenin: Werke, tomo 6, pág. 40). A este objetivo
se orienta toda actividad propagandística e ideológica, toda activi-
dad educadora y cultural en nuestra sociedad. La personalidad
socialista universalmente desarrollada no es para nosotros ningún
ideal lejano del futuro; sus rasgos característicos se forman aquí y
hoy, en la luchadiariadeiaclaseobrerayde los demás trabajadores
por el cumplimiento de las múltiples tareas que acarrea la construc-
ción de la sociedad socialista avanzada. Sabemos, sin embargo, que
queda aún mucho por hacer y que no debemos considerar prema-
turamente lo que deseamos como algo ya logrado. Lenin dijo:
«Hacia eso marcha, debe marchar y llegará el comunismo, mas,
únicamente dentro de muchos años.» Previno incluso expresa-
mente contra el peligro de «anticiparse en la práctica a ese
resultado futuro de un comunismo llegado al término de su
completo desarrollo, solidez y formación, de su íntegra realización
y de su madurez» (V. I. Lenin, Obras escogidas, Moscú, 1966, tomo
3, pág. 382).
El desarrollo de personalidades socialistas universalmente for-
madas únicamente es posible en la sociedad y por la sociedad, en
la comunidad, en el colectivo. En el informe del Comité Central al
VIII congreso dijo el camarada Erich Honecker: «Las personalida-
des socialistas se desarrollan en sus colectivos de trabajo, en la
lucha por resultados máximos en la emulación socialista, en el
aprendizaje, en el deporte y en la asimilación de los tesoros de la
cultura, mediante la intervención en la dirección y planificación de
nuestra sociedad en todas las esferas. El trabajo ideológico ejerce
una influencia determinante sobre el desarrollo de las gentes.»
(Erich Honecker: Informe del Comité Central al VIII congreso del
PSUA, Berlín 1971, pág. 50). La esfera decisiva para la cristalización
de personalidades socialistas es y será siendo el proceso del tra-
bajo y el colectivo del trabajo.
En el socialismo coinciden de principio los intereses del individuo
con los intereses de la sociedad, pero hay que solucionar múltiples
problemas para que en todo momento se establezca esta coinci-

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dencia. Existen contradicciones entre las necesidades rápidamente
crecientes de los trabajadores y nuestras posibilidades materiales,
entre las necesidades sociales y los deseos individuales, entre la
impetuosa actividad de los innovadores en la economía, la ciencia
y la técnica, y la persistencia de la rutina y el conservadurismo, entre
los conocimientos, capacidades y experiencias adquiridos hasta
ahora y las exigencias permanentemente crecientes y cambiantes,
entre conceptos y posiciones individualistas y egoístas todavía
existentes y las nuevas normas de las relaciones socialistas entre
las gentes en el colectivo de trabajo y la familia, en las organiza-
ciones sociales y en la vida personal.
La solución de estos y otros problemas resultantes del grado de
madurez histórico y del avance de nuestra vida social plantea altas
exigencias a la actividad político ideológica acertada y convincente
del partido de la clase obrera y del Estado socialista, a la actividad
directiva socialista en todos los campos. Hay que tener en cuenta
siempre que los nuevos valores espirituales y morales deben ser
impuestos en la lucha contra «la enorme fuerza de la costumbre y
la rutina» (V. I. Lenin: Obras escogidas, tomo 3, pág. 232), contra
las persistentes secuelas de la vieja sociedad capitalista y contra
la influencia ideológica del enemigo de clase imperialista.
El humanismo socialista real y la cristalización masiva de perso-
nalidades socialistas libres influyen cada vez más fuertemente en
la lucha de los pueblos contra el imperialismo. El enfrentamiento
sobre cuál debe ser el futuro y el lugar del hombre en el mundo
actual pasa cada vez más al primer plano de la lucha de clases en
el campo ideológico. Ideólogos burgueses lo mismo que los del
socialdemocratismo tratan de despertar la ilusión de que bajo las
condiciones caducas y antihumanas del imperialismo es posible
formar a un hombre nuevo. Con este propósito se habla mucho del
«ciudadano emancipado», de la «autorrealización humana» y de la
«igualdad de las oportunidades». Frente a la creciente y cada vez
más evidente agudización de la contradicción entre el capital y el
trabajo, frente a la expoliación de los trabajadores hasta el límite
de su capacidad de rendimiento física y espiritual mediante un
sistema de explotación cada vez más refinado, frente a la creciente
inseguridad social y el miedo al día de mañana, las ideas burguesas
y socialdemócratas derechistas sobre el hombre, sobre la «dignidad

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del hombre» y la «igualdad de las oportunidades» no pueden tener
otro fin que el de confundir a los trabajadores y de encubrir el
sistema de dominio imperialista con una cortina de humo.
La realidad en los países imperialistas corresponde menos que
nunca a la dignidad del hombre. Se podría citar un sinnúmero de
pruebas al respecto, ante todo, la guerra criminal del imperialismo
estadounidense contra el pueblo vietnamita y los demás pueblos
de Indochina. En los Estados Unidos, el «país de las oportunidades
ilimitadas», ocurre cada 39 minutos un asalto, cada 41 segundos
el robo de un automóvil, cada 25 segundos un robo común y
corriente y cada 17 segundos un robo con fractura. En la RFA se
acusan al año 100.000 casos de maltrato a niños. Hace ya años que
el número de los crímenes dados a conocer pasa el límite de los dos
millones.
Nos encontramos frente a una sociedad putrefacta, condenada
a desaparecer, en la que el hombre es el enemigo del hombre. De
ahí que no es ninguna casualidad que el socialismo, que humaniza
a fondo las relaciones entre los hombres, goce de una fuerza de
atracción cada vez más grande en el mundo. Sólo la sociedad
socialista puede garantizar el despliegue universal y el valor ético
de la personalidad.
El progreso cultural es un elemento lógico, sujeto a leyes
objetivas, del desarrollo del socialismo. Se expresa en la formación
universal de personalidades socialistas, en la más amplia cristali-
zación del modo de vida socialista según las cualidades y los ideales
de la clase obrera, en el bienestar y la felicidad crecientes del
pueblo. Se trata de un proceso de crecimiento coherente.
En todos los campos debemos formare imponer nuestra posición
socialista, nuestras normas de valor, nuestro sentimiento de la vida,
nuestra sicología socialista. La cultura socialista incluye todo el
nivel de desarrollo intelectual, ético, estético y emocional del
hombre, el conjunto de sus conocimientos, de sus capacidades,
talentos, normas de comportamiento, criterios y convicciones, de
sus costumbres sociales y de sus placeres. Todos estos momentos
se expresan en las necesidades culturales.
Partimos del punto de vista de que las necesidades, precisamente
en el campo cultural, son extraordinariamente diferenciadas y
multifacéticas. «As de oros no lo jueguen todos» decía ya Goethe.

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Las necesidades dependen de las condiciones de vida materiales
y culturales, del nivel de la educación, de las costumbres culturales,
de las tradiciones y del nivel de las relaciones socialistas entre los
hombres. Por otra parte, subsisten aún diferencias en las condicio-
nes objetivas y subjetivas para el desarrollo y la satisfacción de
necesidades culturales socialistas. La situación en las grandes
empresas - l o s centros de la clase o b r e r a - es más favorable que
en muchas empresas medianas y pequeñas. No pueden pasarse por
alto las diferencias en el desarrollo cultural entre la ciudad y el
campo, pero tampoco las que existen en el nivel cultural en el seno
de la clase obrera, de la clase de los campesinos cooperativistas
y de otras capas sociales.
En nuestra política cultural se trata, por consiguiente, de satis-
facer necesidades culturales y artísticas muy diferenciadas. Nece-
sitamos, por ejemplo, en el teatro, la escenificación de las obras de
los clásicos desde «Hamlet» hasta «Fausto», las obras de los
grandes dramaturgos socialistas desde Gorki hasta Brecht, la obra
contemporánea socialista y, al mismo tiempo, la zarzuela, la farsa
y la comedia de costumbres. Esto rige análogamente para todas las
artes.
Nuestra atención siempre va dirigida a las tendencias orientadas
hacia el futuro que se desprenden de la ideología científica del
marxismo leninismo y de los objetivos del socialismo. Se sobreen-
tiende que combatimos decididamente las influencias de la putre-
facta cultura imperialista destinada al consumo masivo y que
tampoco haremos concesiones a la mediocridad y al atraso ideo-
lógico. Fenómenos de simpleza de espíritu son tan ajenos a nuestra
vida cultural como la mojigatería burguesa. Nuestra actividad
cultural apela con toda conciencia a la totalidad de las capacidades
y cualidades espirituales más valiosas de los hombres de la
sociedad socialista: a las convicciones políticas y a las normas
éticas, al intelecto y al sentimiento, a la capacidad de juicio objetiva
y la fantasía, al deseo de gozar y al sentido de la belleza. «Nuestro
objetivo es y sigue siendo la educación de cultos y convencidos
constructores del socialismo, compenetrados del internaciona-
lismo proletario», decíamos en el informe del CC al VIII congreso
(Erich Honecker: Informe del Comité Central al VIII congreso del
PSUA, pág. 53).

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Queremos desarrollar la cultura socialista en todas las esferas de
la vida, la necesitamos en la sociedad socialista avanzada en toda
su amplitud y profundidad. Si comprendemos y organizamos la
cultura en este sentido amplio, participan realmente todos los
trabajadores en el desarrollo y la difusión de nuestra cultura: como
productores y consumidores de los bienes materiales creados por
ellos, como realizadores del modo de vida socialista caracterizado
por los ideales de la clase obrera.
Es una tarea ideológica de primera categoría de las organiza-
ciones del partido y de sus direcciones asegurar que la responsa-
bilidad por el desarrollo cultural sea conocida y ejercida en todos
los sectores: en la industria y la agricultura, en el comercio y en el
transporte, en la educación pública, superior y universitaria, en la
esfera de la salud pública y en el deporte. El arte de la actividad
directiva en la esfera político cultural consiste en desarrollar
planificadamente y relacionar armoniosamente entre sí los diferen-
tes elementos de la cultura socialista: la cultura socialista en el
trabajo, la protección y configuración del ambiente, la cultura en
las relaciones humanas y en el estilo de vida personal, el desarrollo
ulterior de la concepción científica del mundo y su divulgación entre
el pueblo, el fomento de la ciencia y la educación, el cuidado del
legado cultural humanista y su asimilación por los trabajadores, el
auge del arte y su eficacia social, el desarrollo de todas las aptitudes
y talentos del pueblo.

La cultura en el trabajo

El desarrollo cultural de la sociedad socialista está estrechamente


ligado al progreso de la ciencia y la técnica. La construcción de la
sociedad socialista avanzada y la revolución científico técnica no
sólo coinciden en cuanto al tiempo. El VIII congreso planteó latarea
de relacionar orgánicamente las conquistas de la revolución cien-
tífico técnica con las ventajas del sistema económico socialista y
de desarrollar en mayor medida que hasta ahora formas propias al
socialismo de la unión de la ciencia con la producción. Lo que nos
interesa es la participación consciente de la clase obrera y de los
demás trabajadores en el progreso científico técnico, una organi-

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zación de la producción material y de su dirección y planificación
que exige y fomenta el despliegue del espíritu creador de los
productores. En el socialismo la técnica debe ser conformada
según las necesidades de los hombres, debe estimular la capacidad
de rendimiento productivoyel bienestar en el trabajo. Sabemos que
en ello hay contradicciones y también obstáculos, que la confor-
mación tecnológica de los procesos de producción contiene aún
necesariamente la monotonía en el trabajo y elementos de unilate-
ralidad en la actividad humana. Por eso es siempre nuestra
aspiración elevar los elementos intelectuales en el proceso del
trabajo mismo, reducir el trabajo físicamente pesado y unilateral,
cuidar de que la racionalización socialista sea realizada en bien del
hombre.
Vemos desde hoy que la introducción rápida de conocimientos
científicos en la producción, la participación en el movimiento de
innovadores, la intervención en las direcciones empresariales y
sociales, la actividad cultural en los colectivos de trabajo plantean
nuevas exigencias a los conocimientos y capacidades de los
trabajadores en la industria y la agricultura e implican en el sentido
histórico una nueva etapa en su nivel cultural. Las necesidades de
la revolución científico técnica exigen una alta formación profesio-
nal que esté a la altura de los procesos de producción en los que
dominan la división del trabajo y la alta especialización. La inter-
vención consciente de los trabajadores en pro del progreso cientí-
fico técnico depende también de sus conocimientos económicos,
de la comprensión de los nexos causales en la economía nacional
y de su capacidad de emplear con éxito los criterios de la economía
socialista en su propio sector.
Investigaciones científicas y experiencias prácticas demuestran
que la iniciativa creadora en el trabajo y en la vida social, que la
capacidad de rendimiento productivo de los trabajadores no
dependen solamente de sus conocimientos técnicosy experiencias
profesionales, sino en alta medida también de su posición política,
de su interés en las cuestiones relativas a la concepción del mundo,
de sus normas ideológico éticas y sus necesidades culturales.
Las necesidades culturales de los trabajadores se orientan más
que hasta ahora a la combinación entre la actividad física e
intelectual, a la buena organización del trabajo, a la calidad político

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moral de las relaciones en el colectivo del trabajo. Pero abarcan
también la construcción de las máquinas e instalaciones, la calidad
de los productos, el nivel de la organización del trabajo, el almuerzo,
la venta de bebidas, etc., la atención higiénica y médica, las
posibilidades para la actividad cultural y la recreación.
Las condiciones de trabajo mismas son parte integrante de la
cultura socialista. Después del VIII congreso se ha comprendido
mejor la relación entre la racionalización socialista, la intensifica-
ción de la producción y el mejoramiento radical de la cultura en el
trabajo.
No hay quien no sienta la necesidad de condiciones de trabajo
convenientes y agradables. Muchos colectivos comenzaron a
mejorar y embellecer el medio de su trabajo. Orden y limpieza en
el lugar de trabajo, en el terreno de la fábrica, en la obra, en los
centros productivos de las cooperativas, todo ello son condiciones
elementales de la cultura. Donde no se aspira a ellos, no se puede
hablar de cultura socialista. Es una cuestión de honor del obrero
producir en un lugar de trabajo ordenado, con una alta calidad y
puntualmente.
El conocimiento de que la cultura socialista comienza en el
ambiente del trabajo y en el carácter de las condiciones de trabajo,
lamentablemente no se ha impuesto todavía en la mente de todos
los dirigentes de la economía, del partido y sindicales. Falta de
orden y limpieza, ruido, mala ventilación y luz, colores inadecuados
y equipamiento insuficiente de los diferentes servicios para el
trabajo y sociales son frecuentemente motivo de críticas justifica-
das de los trabajadores. Donde se subestima la culturaen el trabajo,
es decir, la configuración conveniente, agradable y bella de todas
la condiciones de trabajo, esto se debe frecuentemente a que estas
cuestiones son consideradas y tratadas por las direcciones como
un problema simplemente técnico económico y no como una
premisa importante para el bienestar y la actividad creadora de los
trabajadores.
Las medidas encaminadas a dar un aspecto culto al mundo del
trabajo deben convertirse en todos los centros de trabajo en una
parte integrante de los proyectos de racionalización socialistas. Los
mejores avances se observan allí donde se informa a tiempo y a
fondo a los colectivos sobre las medidas de racionalización proyec-

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tadas y las posibilidades para realizarlas, y sobre cómo ellos mismos
pueden intervenir activamente en la creación de las condiciones
de trabajo.
La cultura en el trabajo incluye también un comportamiento
atento en el trato con cada trabajador y la apreciación justa de sus
rendimientos, que sean respetadas las propuestas y opiniones de
los trabajadores. La atmósfera en el colectivo, el trato culto entre sí,
la justa apreciación del individuo y de sus rendimientos, las
relaciones entre directores y colectivos, todo ello son factores
importantes que fomentan la iniciativa creadora, el bienestar en el
colectivo y la alegría en el trabajo. Por todos estos motivos hay que
dedicar la mayor atención a las tareas de la cultura en el trabajo.
La vida cultural de la clase obrera y de los demás trabajadores
recibe impulsos importantes de la emulación socialista. Más de tres
millones de trabajadores, o sea, el 55 por ciento de todos los
trabajadores, se han adherido al movimiento «trabajar, aprender y
vivir al modo socialista». Muchas de estas brigadas luchan por el
título de honor «Colectivo del trabajo socialista». Una gran parte
de estas brigadas trabaja ya, por costumbre, sobre la base de planes
de cultura y formación. Es natural que estos planes puedan recoger
solamente importantes puntos culminantes de la vida cultural en
común. Los constructores de maquinaria pesada de Magdeburgo
defienden el principio razonable de recoger solamente lo que
«interesa a todos, beneficia a todos y da alegría a todos». El que
alrededor de una tercera parte de todos los trabajadores sea
inspirada por ello a enriquecer su vida cultural es indudablemente
un gran progreso, pero al mismo tiempo pone de manifiesto que
aún quedan grandes tareas por cumplir para elevar el nivel cultural
de toda la clase obrera.
La emulación socialista debería contribuir aún más a garantizar
la vinculación entre los rendimientos económicos y las actividades
culturales. Como parte integrante de los programas de emulación,
los planes de cultura y formación ayudan a abrir a los trabajadores
el acceso a conocimientos científicos e impulsos artísticos y elevar
la calidad político moral de las relaciones en el colectivo. Muchos
ejemplos demuestran que esos planes, lo mismo que las compe-
tencias por mejores rendimientos económicos y culturales y los
festivales de empresa, ofrecen buenas posibilidades para fomentar

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la vida espiritual y cultural de la clase obrera. Los mejores progresos
fueron alcanzados en empresas como la fábrica de maquinaria
pesada Ernst Thálmann de Magdeburgo, la fábrica de cables de
Schwerin, la fábrica de calculadoras electrónicas de Zella-Mehlis
donde, bajo la dirección de las organizaciones del partido, los
directores empresariales y los dirigentes sindicales realizan un
trabajo coordinado y donde se desarrolla la vida espiritual y cultural
en concordancia con los requerimientos de la emulación socialista
masiva.
Saludamos la iniciativa de colectivos de trabajo como la brigada
«Amistad entre los Pueblos» del combinado químico de Bitterfeld,
de los laminadores de tubos de Riesa y de los obreros químicos de
Leuna quienes, inspirados por las experiencias de los sindicatos
soviéticos y partiendo de sus propias tareas, crearon escuelas del
trabajo socialista. Los colectivos relacionan estrechamente la
actividad de estas escuelas con el cumplimiento de las tareas
planteadas por la emulación socialista, con la vida personal y los
intereses de los trabajadores.
Con su madurez política creciente y sus necesidades culturales
más elevadas y ricas, la clase obrera plantea exigencias cada vez
mayores al contenido ideológico de la emulación. Tendencias de
una conducción formal, criterios de evaluación esquemáticos e
ignorancia de las necesidades y capacidades reales de los trabaja-
dores son superados más fácilmente allí donde se tiene en cuenta
inteligentemente la diversidad de las necesidades culturales, donde
se perciben las relaciones entre los intereses culturales colectivos
e individuales de los compañeros de trabajo y donde se relacionan
los problemas ideológicos y ético morales en la brigada con los
problemas político ideológicos fundamentales de nuestraépoca. El
8 o congreso de la Confederación de Sindicatos Libres Alemanes
dio una orientación importante al movimiento «trabajar, aprender
y v i v i r a l modo socialista». La obligación de defender de nuevo cada
año el título de «Colectivo del trabajo socialista» otorgado por el
Estado debe ser aprovechada para aumentar la efectividad de los
compromisos contraídos y para ejercer, mediante la labor cultural
y educativa, una influencia aún más eficaz en la elevación del nivel
cultural de los miembros de la brigada y en el desarrollo de su
sentido de responsabilidad social. Los contratos colectivos debe-

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rían ser aprovechados más eficazmente para asegurar que las
premisas materiales y financieras de las empresas sean utilizadas
a plenitud para desarrollar el nivel cultural de los trabajadores. Los
220.000 encardagos.de asuntos culturales en los grupos sindicales,
que realizan un trabajo social importante, deberían recibir una
mejor orientación y ayuda.

La transformación cultural en el campo

Uno de los principales objetivos de nuestro partido en el curso del


cumplimiento de las resoluciones del VIII congreso consiste en que
en la agricultura, a la par con la transición paulatina a métodos de
producción industriales y el desarrollo ulterior de las relaciones de
cooperación entre empresas, sigamos mejorando las condiciones
de vida y de trabajo y la vida cultural en el campo acercándolas aún
más a las de la ciudad. Así proseguiremos sin interrupción el gran
proceso de crecimiento cultural de la clase de los campesinos
cooperativistas. Nuestro balance es positivo. En dos decenios
nuestras aldeas han cambiado más que antes en siglos. Hoy forma
parte de la vida de muchos trabajadores en el campo acudir al cine,
al teatro, ocuparse de la literatura, practicar deporte, ver la televi-
sión y escuchar la radio.
En el XI congreso campesino se dijo, sin embargo, que queda
mucho por hacer para poder satisfacer las necesidades culturales
crecientes de los campesinos cooperativistas y de la población
rural. También en nuestras aldeas la emulación socialista ha
adquirido una gran importancia para el desarrollo planificado de
la vida espiritual y cultural de los trabajadores. Especialmente el
trabajo con los planes de cultura y formación, las comparaciones
de rendimientos económico culturales y los festivales de aldea dan
impulsos decisivos a la vida cultural socialista en el campo y
determinan cada vez más su contenido. Los Consejos para la pro-
ducción agropecuaria y las industrias agrícolas y las juntas direc-
tivas de las cooperativas de producción agrícola deberían sentirse
plenamente responsables del desarrollo consecuente de la emula-
ción socialista y considerar como parte integrante de su actividad
directiva y de la emulación el desarrollo de la vida espiritual y

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cultural de sus colectivos de trabajo y de los habitantes de la aldea.
Observamos aún grandes diferencias en el desarrollo en el
campo. Tenemos centros de la vida social come en Dedelow y
Plate-Banzkow que se destacan por una buena labor del partido,
por un alto nivel político y técnico de los trabajadores y una vida
espiritual y cultural muy activa. Gracias a la cooperación multifa-
cética entre las aldeas se crean paulatinamente las condiciones
para la mejor satisfacción de las necesidades culturales de la
población rural. En todas partes se siente la necesidad de mejorar
la cultura en el trabajo, la cultura en las relaciones humanas y el
deseo de gozar de vivencias culturales. Estas necesidades pueden
ser satisfechas de la mejor manera allí donde, como en Beesenstedt
(Saalkreis), existe una buena cooperación, en el marco del club de
la aldea, entre el consejo municipal, la junta directiva de la
cooperativa de producción agrícola, el comité local del Frente
Nacional y las organizaciones sociales.
Apoyamos los esfuerzos de las aldeas por aprovechar las rela-
ciones de cooperación entre empresas para coordinar los medios
y fuerzas de la cultura creando para ello consejos culturales
centrales. Es especialmente urgente crear nuevas salas para actos
sociales, para la actividad cultural y facilidades gastronómicas de
buena calidad. Los consejos distritales deberían organizar mejor el
intercambio de experiencias entre los clubes de aldea. El Ministerio
de la Cultura tendrá que aclarar próximamente, con carácter
obligatorio, en cooperación con los consejos provinciales, la
perspectiva del cine en el campo. La Unión cultural, las asociacio-
nes de artistas y las instituciones artísticas deberían divulgar mejor
los buenos ejemplos de cooperación entre artistas y trabajadores
de la agricultura. Las experiencias y conocimientos de la intelec-
tualidad rural -maestros, médicos, ingenieros agrónomos, inge-
nieros y téchnicos- deberían influir con mayor intensidad en la vida
cultural en el campo.

Por un ambiente bello

Muchas propuestas e iniciativas hacen evidente que los trabajado-


res no sólo quieren trabajar en buenas condiciones sino que

20
también desean vivir en un ambiente bello. El ambiente es lo que
más directamente afecta a las condiciones de trabajo y de vida del
hombre. Mucho se ha hecho ya por su mejoramiento. A disposición
de la industria química han sido puestos sólo en este año para ese
fin 270 millones de marcos.
Los problemas de la protección del ambiente y de la naturaleza
interesan actualmente a todo el mundo. En los países imperialistas
es cada vez mayor la protesta de los trabajadores contra el
escandaloso envenenamiento del ambiente por los monopolios,
que no quieren más que asegurarse cada vez mayores beneficios.
Para nosotros, al contrario, la protección del ambiente y de la
naturaleza están orientadas a promover en las gentes el sentido de
su responsabilidad por el medio que las rodea, a la profundización
de su amor por su patria socialista. Esto se refiere tanto al lugar de
trabajo como a la vivienda, al orden y la limpieza en las ciudades,
al duidado de parques y superficies verdes.
La construcción de nuevos centros de ciudades, la creación de
nuevos complejos de viviendas y las reconocidas realizaciones en
la conservación de monumentos son progresos considerables. Sin
embargo, mucho queda todavía por hacer en arquitectura y cons-
trucción, en estructuración de formas, en moda y publicidad,
comercio y turismo, en protección del ambiente y duidado de la
naturaleza. Todos aquellos ciudadanos que en trabajo fatigante,
en sus horas libres cuidan, conservan y mejoran nuestro ambiente
natural tienen derecho a la gratitud y al reconocimiento social.
La estructuración de un ambiente que estimule el modo de vida
socialista y los sentimientos de belleza en lagentees, naturalmente,
un proceso a largo plazo, especialmente debido a la herencia que
hemos recibido del capitalismo. Todavía no podemos resolver
actualmente muchas de las tareas de la configuración del ambiente.
Lo que nosotros podemos hacer ahora sin medios ni fuerzas
adicionales es mantener nuestras ciudades y aldeas en orden y
limpias. Esto pueden hacerlo, y para su propio bien, todos los
ciudadanos. Ante todo con el estímulo de la competencia bajo el
lema «Más bellas nuestras ciudades y aldeas, ¡colaborad!» quere-
mos crear condiciones más favorables para una vida culta en la
colectividad y mejorar esencialmente el aspecto exterior de nues-
tras ciudades y aldeas.

21
Un ambiente culto y bello corresponde a la línea fundamental
acordada en el VIII congreso del partido. Seguimos apoyando los
esfuerzos por lograr una síntesis de arquitectura y artes plásticas.
Los mejores resultados se han dado allí donde las artes plásticas
no han sido aplicadas como un accesorio decorativo de la arqui-
tectura, sino que han sido fundidas con ella formando una unidad.
Esos buenos resultados fueron posibles especialmente allí donde
los comitentes, urbanizadores, arquitectos y artistas plásticos se
han encontrado unidos, ya desde el primer momento de ser
planteadas las tareas, en una colectividad creadora y han incorpo-
rado a amplios círculos de la población.
Correspondiendo a los objetivos del VIII congreso, la unión de la
arquitectura y las artes plásticas debe ser extendida más intensa-
mente a los barrios residenciales, los centros de trabajo, las esferas
de la cultura y de la instrucción, del esparcimiento y los deportes.
Aquí se ofrecen diversas posibilidades de una estructuración
plástica, no sólo en los espacios interiores sino, ante todo, en los
espacios urbanísticos exteriores.

Inteligente organización del tiempo libre

Las crecientes exigencias en el proceso de producción, pero


también el tiempo que debe emplearse para la calificación y la
actividad social, engendran naturalmente diversas necesidades: la
necesidad de acontecimientos culturales colectivos así como la
necesidad de una actividad y esparcimiento individuales. El deseo
de satisfacer en casa algunas necesidades culturales, se ha hecho
sin duda más fuerte. Aproximadamente el 80 por ciento de los
hogares, por lo demás, poseen hoy un aparato de televisión. Como
promedio cada ciudadano dedica a la televisión aproximadamente
15 horas por semana de su tiempo libre. Ver la televisión, como oír
la radio, han venido a ser costumbres habituales en la vida diaria
y una necesidad vital elemental para millones de ciudadanos de
nuestro Estado.
Nuestro partido ha dedicado siempre gran atención al desarrollo
de la televisión. En el VIII congreso el camarada Erich Honecker ha
expuesto claramente a grandes rasgos los nuevos requerimientos

22
sociales a la televisión de la RDA. Mayor atractivo de las emisiones
políticas, más riqueza y más alto nivel de los programas artísticos,
el más alto valor de recreación de las emisiones son exigencias que
surgen tanto de las necesidades culturales de los trabajadores
como también de la lucha de clases ideológica con el imperialismo.
La televisión debe aprovechar aún mejor sus posibilidades para
estimular a los trabajadores a la participación en la vida cultural y
en la actividad cultural creadora.
Las nuevas relaciones de colectividad que se desarrollan en la
esfera del trabajo deben ser estimuladas más intensivamente
también en el tiempo libre. El acontecimiento colectivo en el cine,
en el teatro, en el concierto o en el club y la casa de cultura, puede
dar nuevos impulsos a la organización inteligente del tiempo libre.
No obstante que con la introducción de la semana de cinco días
laborables, la prolongación de las vacaciones y la apertura de
nuevas zonas de esparcimiento y el mejoramiento de las posibili-
dades de descanso se han hecho progresos esenciales en la
organización del tiempo libre, todavía queda mucho por hacer.
Nosotros sabemos que para una no insignificante parte de los
trabajadores -especialmente las mujeres- por la fuerte carga
profesional, las diversas tareas sociales y obligaciones familiares,
el tiempo para la necesaria formación y actividad cultural es muy
limitado.
Por otra parte hay también síntomas de derroche del tiempo
libre, de unilateralismo, de aburrimiento y de falta de firmeza moral.
Nuestros órganos estatales no raramente deben enfrentarse a
infracciones de la ley debidas al abuso del alcohol.
El empleo del tiempo libre en forma culta es tanto una cuestión
de las condiciones materiales y de las posibilidades de cultura que
se ofrecen como también de la educación e instrucción de los
trabajadores, especialmente de la juventud. Para nosotros son
válidas en todo y con todo las observaciones del camarada
L. I. Brezhnev en el 15° congreso de los sindicatos de la URSS,
sobre que el tiempo libre sólo puede ser considerado como
verdadera riqueza social «cuando es aprovechado en interés del
desarrollo general del hombre, de sus capacidades y con ello para
un mayor incremento del potencial material y espiritual de toda la
sociedad» (L. I. Brezhnev, El gran programa del XXIV congreso del

23
PCUS es realizado consecuentemente, Dietz Verlag 1972, pág. 16).
También en los barrios residenciales son estimuladas las relacio-
nes de colectividad gracias a la actividad de muchas comunidades
de vecinos. La conversación sobre problemas de nuestra política
y sobre obras literarias y de arte sirve para ello tanto como la
organización de fiestas y otros actos. Nosotros sabemos, natural-
mente, que muchas barriadas tienen pocas o ninguna posibilidad
material para tales acontecimientos colectivos. Por eso es tanto más
necesario utilizar mucho mejor las posibilidades existentes en
ciudades y aldeas. Con pocos gastos pueden ser mejor instalados
y decorados muchos restaurantes y clubes. Y si no podemos
construir actualmente en muchas ciudades nuevos edificios cultu-
rales, el lugar que deben ocupar en el futuro debe ser ya tenido en
cuenta en la planificación territorial.
El socialismo da a todos los ciudadanos con dotes culturales o
artísticos ocasión de dedicarse a sus inclinaciones y aficiones.
La creación artística popular se desarrolla en las formas más
diversificadas en estrecha relación amistosa y creadora con el
arte profesional. Círculos de obreros escritores, conjuntos teatrales
obreros y campesinos, grupos de danzay ballet, círculos de pintores
y dibujantes, coros y clubes de cantantes, orquestas sinfónicas,
bandas de instrumentos de viento y orquestas de baile, círculos de
cinematografistas aficionados, grupos de variedades y otros actúan
en todas las provincias y distritos. Enriquecen la vida cultural diaria
en las empresas y en las escuelas, ciudades y aldeas, centros de
vacaciones y de descanso. Son muy diversas las posibilidades de
actuación de los artistas aficionados en los festivales de empresas
y aldeas, en la configuración del ambiente, en las relaciones de
colectividad de los trabajadores y de la juventud y en el cultivo de
las esferas de vida personales.
El VIII congreso del partido ha planteado la tarea de elevar aún
más la eficacia del arte popular en la vida diaria y satisfacer todavía
mejor la creciente solicitud de los trabajadores y de la juventud a
una propia actividad cultural y artística. Nosotros queremos pro-
mover las facultades creadoras de la gente en toda su diversidad,
desde los activos de innovadores en las empresas hasta los grupos
y colectivos de intereses comunes en las más diversas esferas,
desde los círculos de amigos de la naturaleza y de la patria en la

24
Unión Cultural hasta los grupos y círculos de aficionados a las
diversas artes. No por último, además de los muchos miles de
trabajadores en el movimiento de arte popular, también los jóvenes
en los clubes de cantantes, los asociados a los clubes de cine, a los
círculos de amigos de la Unión Cultural y otros círculos desarrollan
en su tiempo libre el interés creador, la curiosidad intelectual,
fantasías y emociones.
El sentido principal de todo esto es evitar el unilateralismo
intelectual, enriquecer la personalidad, ampliar su mundo espiri-
tual, elevar su nivel cultural, desarrollarla universalmente. Pero
además ese desarrollo de cada uno tiene efectos retrospectivos
sobre su posición en el colectivo de trabajo, sobre su colaboración
creadora, sobre el ambiente cultural en la empresa y en la familia,
sobre todo el modo de vida socialista.
La Casa Central de Trabajo Cultural, los centros distritales, clubes
y casas de cultura y los más avanzados colectivos de arte popular
deberían proporcionar estímulos todavía más diversificados para
una amplia gama de actividades artísticas y culturales de los
trabajadores. Una tarea esencial de las direcciones es procurar que
los talentos más sobresalientes en los círculos de creadores
populares de arte lleguen a ser artistas y escritores socialistas y que
sean formados continuamente nuevos directores calificados para
todas las esferas del movimiento artístico popular.

Formación y educación estético cultural

La escuela de enseñanza general politécnica de diez clases sienta


la base decisiva para el desarrollo de todos los rasgos caracterís-
ticos de la personalidad socialista. La educación de todos los niños
en el espíritu de nuestra ideología y nuestra ética socialista, a ser
ciudadanos con una alta formación científica y emocional, con una
conciencia socialista desarrollada, es tarea de la escuela y de todas
las fuerzas sociales. De ello forma parte la disposición a la defensa
de la patria socialista, la capacidad para un enfrentamiento intelec-
tual independiente con la ideología y la incultura del imperialismo.
De ello forman parte también una alta moral socialista, altas
aspiraciones culturales y un profundo sentido de todo lo bueno y
lo bello.

25
Condiciones decisivas para ello son una alta calidad científica de
las lecciones, grandes aptitudes pedagógicas para la educación y
una verdadera relación de confianza entre el maestro y el alumno.
Parte integrante de todo el proceso de educación es la formación
y educación estético cultural. Esto es no sólo tarea de los maestros
de alemán, de música y de arte. La organización estética plena-
mente culta de todo el ambiente en la escuela, impresiones
artísticas duraderas, especialmente en el descubrimientodel legado
cultural, de las tradiciones revolucionarias del movimiento obrero
y de la historia de la RDA; todo esto ayuda esencialmente a formar
la concepción científica del mundo en la joven generación, enno-
blece su carácter y sus sentimientos, le proporciona conocimientos
exactos y una fundamentada orientación para juzgar su actuación
en la sociedad socialista. Es necesario también hacer más todavía
para que se desarrolle más intensamente la necesidad de la
juventud escolar de cantar, de bailar, de hacer música, de construir,
de pintar, de hacer teatro, o sea, de dar expresión artística a sus
sentimientos e ideas. Con la creación de una Comisión de Cultura,
el Ministerio de Instrucción Pública haencontrado unaformaefícaz
de laborar en ese sentido, en común con los artistas y sus
asociaciones.
La educación artística y estética de los niños y los jóvenes no
depende sólo de los pedagogos o de la organización de Pioneros
o la Juventud Libre Alemana. Sería bueno que la prensa, la radio
y la televisión transmitiesen más sugerencias e ideas sobre cómo
vivencias artísticas y estéticas pudieran incluirse conveniente y
diversamente en la educación familiar. Las realizaciones en nuestra
labor artística para los niños, especialmente en el teatro, la literatura
y el arte de la ilustración de libros encuentran merecido reconoci-
miento internacional. Nuestro partido pide a los escritores y a los
artistas dedicar su talento y sus obras en mayor medida a los niños
y a los jóvenes. Entre los criterios fundamentales para valorar la
eficacia social de las orquestas, teatros, grupos de arte popular,
cines, clubes y casas de cultura, en una palabra, de todas las
instituciones culturales, está la cuestión: ¿qué hacen por la educa-
ción y formación estético artística de los niños y de los jóvenes?
Hay muy buenas actividades en esa dirección que merecen el
total reconocimiento social. Entre ellas se cuentan también los

26
esfuerzos en universidades y escuelas superiores por mejorar la
educación estética de todos los estudiantes y su actividad cultural.
Desde el VIII congreso del PSUAyel IX parlamento de la Juventud
Libre Alemana (FDJ) se han logrado progresos también en la vida
espiritual y cultural de la juventud. La organización cultural del
tiempo libre de la juventud es frecuentemente ya una cosa plena
de ¡deas e interesante. Esto es visible especialmente allí donde las
direcciones de la FDJ colaboran bien con las direcciones de las
empresas e instituciones, con las organizaciones de masas y los
establecimientos culturales y donde las organizaciones de base de
la FDJ se hacen cargo mejor de su propia responsabilidad por el
trabajo de política cultural entre los jóvenes.
La realización de los planes culturales y de formación de los
colectivos juveniles en la industria y el comercio, en las adminis-
traciones y en la agricultura, las competencias culturales en las
escuelas y universidades, el gran número de clubes juveniles,
grupos populares de arte y clubes de cantantes deja ver las
potencias creadoras culturales que posee la juventud. Su propia
actividad cultural, como son los encuentros de jóvenes talentos, las
galerías de la amistad, los festivales literarios, el movimiento de
cantantes, las semanas de la canción política, el desarrollo de nueva
música de baile y otras actividades, enriquecen toda nuestra vida
cultural. Las direcciones de las empresas e instituciones, las
organizaciones de masas, asociaciones artísticas e instituciones
culturales deben apoyar aún más en esa labor a la FDJ en todos los
distritos.
En muchas empresas e instituciones culturales domina todavía
la incomprensión hacia los diversos intereses culturales de la
juventud. En los últimos años se han dado casos en algunas
provincias hasta de cierre de clubes juveniles o de utilización de los
locales para otros fines y limitación de las posibilidades para
organizar bailes juveniles. Nosotros protestamos enérgicamente
contra tales fenómenos.
Rogamos a todos los creadores de cultura, artistas, escritores y
directores de instituciones culturales que ayuden a promover y
realizar nuevas interesantes ideas para la estructuración de una vida
cultural inteligente para la juventud, que sirva para el desarrollo del
mundo de sentimientos e ideas y la moral socialista de la juventud.

27
En ello deben tener presente que se trata de desarrollar constante-
mente las aspiraciones culturales de la juventud, a no conformarse
con un bajo nivel sino a asegurar una vida cultural variaday de gusto
refinado a la juventud.
El acontecimiento estético cultural abarca a todo el hombre y
repercute profundamente en él, hasta en su forma de hablar y en
sus modales. Esos acontecimientos son absolutamente necesarios,
especialmente para despertar en la generación joven verdadero
afecto por nuestra gran causa humanista. Todos sabemos que el
enemigo aprovecha sobre todo las necesidades estético culturales
para influir en la juventud. Pero nosotros no debemos dejarle ganar
ni un sólo paso de terreno. Se trata de llenar totalmente el
pensamiento y el sentir de nuestra juventud con conceptos socia-
listas sobre los valores humanos que le sirvan de escudo hasta lo
más profundo contra el veneno de la ideología antihumana y la
inmoralidad imperialistas.
La preparación del X Festival de la Juventud y de los Estudiantes
abre un gran espacio para la vida cultural rica en ideas de la
juventud. Pues se trata de conocer mejor la vida, la lucha y la obra
cultural de la juventud del mundo por la paz, la democracia y el
socialismo y de apropiarse de los tesoros del arte universal. Se trata
de que nuestra juventud conozca bien su propia casa para que
pueda informar a sus huéspedes de todo el mundo sobre nuestro
trabajo y sobre nuestra vida y ponga su sello en el Festival con
nuevas canciones, danzas y programas culturales. Por eso consi-
deramos necesario que en todas partes, a iniciativa de las direc-
ciones de la organización de la juventud, todas las organizaciones
sociales y órganos estatales coordinen sus planes culturales para
la preparación del X Festival. En todas partes deben prepararse
interesantes programas comunes para la organización cultural del
tiempo libre de la juventud en los que se tengan en cuenta los
intereses y las ideas creadoras de los jóvenes.

Relaciones humanas cultas

La sociedad socialista es una sociedad caracterizada por una alta


moral. Es movida por grandes ideas filosóficas y su rasgo determi-

28
nante es una activa política comprometida con el hombre, con el
progreso social y con la paz. Pero esa política y esas ideas serán
una poderosa fuerza material sólo cuando estén bien aferradas en
la sicología social, en el sentimiento y en la conducta moral de cada
miembro de la sociedad socialista.
La conciencia clasista de nuestra clase obrera, el pensamiento
socialista de todos los trabajadores de la RDA están altamente
desarrollados. Quienes nos visitan quedan en su mayoría fuerte-
mente impresionados del alto nivel ideológico y moral, de la
convincente expresión del internacionalismo proletarioy de lafirme
actitud antiimperialista de los trabajadores de la RDA. Sin embargo,
nos queda aún mucho por hacer para profundizar esa conciencia
socialista con unas relaciones humanas cultas, con un comporta-
miento y costumbres cultos. Sabemos que precisamente en la
esfera de las relaciones humanas no transcurre todo debidamente
como corresponde a nuestros valiosos conceptos éticos socialistas.
Hay todavía muchos casos de indiferencia, de desatención hacia el
conciudadano. En la sociedad socialista no hay lugar parael desdén
hacia el hombre, para la conducta negligente, egoísta frente al
individuo y la colectividad.
Queremos llamar la atención sobre esas cuestiones porque el
interés público, una atmósfera social de intoleranciafrente a un mal
proceder ético moral son condición esencial para llevar a su total
efecto todos los rasgos morales del socialismo.

II La literatura y el arte enriquecen nuestra vida

Camaradas:
Los artistas de la RDA recibieron con gran aplauso las resoluciones
del VIII congreso del partido. Sigue creciendo su confianza en la
política de nuestro partido. Ellos han comprendido el VIII congreso
como una confirmación de la continuidad observada en la política
cultural y artística, firme en los principios pero al mismo tiempo
susceptible a todo lo nuevo que marca el camino del movimiento
obrero revolucionario en todas las fases de su lucha.
La estrecha relación con el arte, tan característica en los clásicos

29
del marxismo leninismo como también en los dirigentes del movi-
miento obrero revolucionario alemán, desde Wilhelm Liebknecht
hasta Wilhelm Pieck y Otto Grotewohl, se convierte cada vez más
en algo natural. Hoy vivimos ya una nueva etapa de la compenetra-
ción de nuestra sociedad con las fuerzas creadoras artísticas.
Después del VIII congreso se ha fortalecido aún más la coincidencia
de los artistas con las metas trazadas por nuestra sociedad
socialista. El congreso alentó y aceleró sus esfuerzos creadores por
fortalecer el socialismo. Esta atmósfera fue determinante para el II
congreso de los creadores de cine y televisión y para la conferencia
central de delegados del Sindicato de Artistas, e igualmente para
las recientes sesiones de la Academia de las Bellas Artes y de las
juntas directivas de las asociaciones de artistas. De numerosas
intervenciones en el órgano central de nuestro partido, «Neues
Deutschland», y en otros periódicos y revistas, en la radio y la
televisión se desprende con claridad que los artistas consideran las
resoluciones del congreso del partido como cosa propia.
Los artistas perciben el creciente interés que se poneensusobras,
la necesidad de muchos trabajadores por ocuparse de las obras de
arte, por dejarse inspirar y provocar para verlo y juzgarlo por sí
mismo. Se discute animadamente sobre las nuevas obras de la
literatura y cinematografía. Con satisfacción vemos que las pelícu-
las de la DEFA vuelven a conquistar más público. Se satisface mejor
la demanda de los espectadores por ver obras contemporáneas en
el teatro y en la televisión. El Festival de la canción política ha
atraído a más jóvenes que los que cabían en las salas.
Desde el VIII congreso del partido, muy especialmente las
exposiciones provinciales de arte han sido centros del encuentro
creador de muchas personas con nuevas obras del arte. Estas
exposiciones fueron visitadas por más de 350.000 personas. Esto
representa el doble o triple de los visitantes que tuvieron las
exposiciones comparables de los años pasados. Cada vez con más
vigor crecen un arte y una literatura a los que, como predijo Lenin
en su trabajo «Organización del partido y literatura del partido»,
aparecido en el 1905, «la idea del socialismo y la simpatía con los
trabajadores aporta nuevas y siempre nuevas fuerzas». Un arte y una
literatura que no sirven a una delgada capa de aburridosy adiposos,
«sino a los millones y millones de trabajadores que representan el

30
florecimiento del país, su fuerza, su futuro» (W. I. Lenin, Werke,
tomo 10, pág. 34).
Nuestro partido se ha basado siempre en que las artes son
imprescindibles e insustituibles en la vida espiritual de nuestra
sociedad. No podemos renunciar ni a los descubrimientos de las
ciencias ni a los descubrimientos de las artes. Durante muchos
siglos las clases dominantes han privado del arte a las masas. Pero
desde los orígenes del movimiento revolucionario, muy especial-
mente desde la creación del comunismo científico, luchan los
oprimidos por «reconquistar su calidad de ser humano» (Marx/En-
gels, Werke, tomo 37, pág. 43).
Sin artes ni aspiraciones estéticas es la vida más pobre, ya que
el hombre necesita la formación de sus sentidos, de sus cualidades
éticas y estéticas, de su facultad de gozar. Si bien no es sólo el arte
el que determina el desarrollo de estas cualidades, sí tiene en ello
una parte decisiva.
Muchas personas se preguntan hoy más insistentemente que
nunca cuál es el sentido de la vida, cuál es la meta de nuestros
esfuerzos y de nuestra lucha! ¡Todo por el bien del hombre!
Teniendo a la vista este nuestro lema se pregunta qué es lo que se
entiende por bienestar, porfelicidad. Es natural que esas preguntas
surjan con más fuerza, precisamente ahora que, con la realización
de las resoluciones del VIII congreso, se hace mucho por elevar el
nivel de vida material. Un nivel de vida material más alto no produce
automáticamente un nivel cultural más alto. Un nivel cultural más
alto significa la formación de cualidades socialistas, una conviven-
cia determinada por los elevados conceptos morales de la clase
obrera. Esto incluye una responsabilidad que se extiende a la
relación con nuestros prójimos, con el colectivo, con la sociedad.
Nuestro arte socialista realista está llamado a ayudar a conseguir
este fin. El arte une el conocimiento y la exigencia ética con la
diversión, con el gozo y con la alegría. Enseña a vivir más
humanamente dejándonos participar en la vida de otras personas,
en sus pensamientos y sentimientos, en sus luchas, derrotas y
victorias.
Apreciamos muchísimo el contenido ideológico, el valor cognos-
citivo de las artes. Como expresión elemental de la vida, como
productiva relación creadora con la realidad, significa el arte

31
también voluntad configuradora, sensibilidad a la forma, descubri-
miento de bellezas ocultas hasta ahora y muchas cosas más.
Nuestra sociedad necesita y respeta el arte con su propio carácter
estético y su especial función formadora de la personalidad.
Precisamente esto excluye enfáticamente cualquier punto de vista
de un «arte por amor al arte». El arte socialista madura sólo en la
lucha de clases, en la gran misión social, y actúa en la lucha de cla-
ses, en la lucha por la configuración de la nueva sociedad socialista
y de personalidades socialistas desarrolladas universalmente.
Partimos del punto de vista de que la actividad artística, como
cualquier otra actividad creadora, es un trabajo difícil, digno de ser
tomado en serio. Obras de arte importantes no pueden ser creadas
a fuerza de órdenes, por el simple hecho de decir lo que se desea.
Exigen un clima de expectación social, la certeza de ser necesita-
das, y este clima es característico para el desarrollo marcado por
nuestro VIII congreso. Nuestra tarea consiste, no en último lugar,
en fomentar esa necesidad de obras de arte que constituye una
tierra fructífera para un buen arte, vinculado con el pueblo.

Principios de la creación artística basada en el realismo socialista

Después del VIII congreso los artistas deben hacerse la siguiente


pregunta: ¿Cóme podemos lograr nuevas obras de arte que estén
a la «altura de la época» como también a la «alturade la calidad»?
Celebramos que muchos de los artistas han declarado, precisa-
mente esto, como su problema principal y reflexionan sobre cómo
realizarlo. Los principios inalienables de la creación artística
realista socialista - u n firme punto de vista socialista, partidismo y
vinculación con el p u e b l o - son bases seguras para penetrar de
lleno en el vasto campo de las posibilidades creadoras en el arte
del socialismo realista, para descubrir una rica variedad de temas,
contenidos, estilos, formas y modos de expresión.
La gran mayoría de los artistas son aliados fieles de la clase obrera
y de nuestro partido. Nuestro arte creció a lo largo de decenios de
luchas ideológicas contra el imperialismo y sus tendencias artísti-
cas dominantes, contra la ambigüedad y falta de compromiso
oportunistas, contra el revisionismo derechista e «izquierdista».

32
Después del VIII congreso aparecieron en el arte plástico, en
cuentos, en poesías y en radiocomedias, en películas y canciones
numerosas obras que continúan dignamente esta tradición comba-
tiva.
Nuestro arte se seguirá consolidando y desarrollando de acuerdo
con esta orientación. El objetivo de nuestra política cultural es
fomentar un arte vivo, rico y multifacético. Ni un solo sonido,
ni un solo color, ni un solo sector de la vida dejaremos de
tenerlo en cuenta. El arte del realismo socialista está llamado a
expresar todo, a descubrir artísticamente todo lo que necesitan las
personalidades socialistas para su evolución. Esta orientación es
un componente orgánico de la política de nuestro partido en su
conjunto. No es ninguna variante «temporal», sino una perspectiva
a largo plazo de nuestra política cultural. Esta es una importante
condición para un progreso ulterior en las artes, sobre posiciones
socialistas seguras. Esto es, al mismo tiempo, una nueva etapa en
el fomento de todas las aptitudes y fuerzas creadoras de nuestros
talentosos artistas.
Con todo esto, se ha marcado también una delimitación impor-
tante respecto a las tendencias de arte modernistas en la sociedad
imperialista. El modernismo artístico es una expresión social,
ideológica y estética de la situación de crisis de que adolece el arte
vigente en la sociedad imperialista. El modernismo es consumido
por una contradicción mortal. Sus progenitores artísticos se han
sentido (y autodenominado) muchas veces como vanguardistas.
Creyeron hacer acto de presente en aras del progreso, en parte
incluso de la rebelión. Pero allí donde no reconocieron las fuerzas
reales del progreso social, con la clase obrera a la vanguardia, su
idea del progreso, de lo «moderno», se limitó más y más al arte
mismo. La aversión a lo viejo y caduco se tradujo en una campaña
de negación del «arte antiguo». Donde éste modeló una gran
imagen humanista, el «arte moderno» marcha progresivamente
hacia la «deshumanización», a divorciar el arte de todo lo humano.
El buscar algo nuevo es muchas veces solamente el buscar nuevas
estructuras y colores, nuevos sonidos o palabras, y por eso está
sometido cada vez más a las modas manipuladas. El desagrado por
la realidad social determinada por el imperialismo, se torna en
negación de las relaciones del arte respecto a la realidad. Afirman

33
que hacer arte es el único acto creador para «engendrar nuevas
realidades». Esas y otras características dan objetivamente al
modernismo en su totalidad una función apologética y reaccionaria
en la sociedad imperialista.
No desconocemos que la intenciones subjetivas de algunos
artistas «modernistas» obedecen a una protesta contra el mundo
imperialista, y vemos en ellos posibles compañeros en la lucha
común contra el imperialismo. Pero las intenciones subjetivas
- t a l e s como obras sueltas o también corrientes artísticas dentro del
«modernismo» que dejan ver más clara y activamente este espíritu
de protesta- no cambian en lo más mínimo la irreconciliabilidad
social, ideológica y estética entre el realismo socialista y el moder-
nismo como tendencias artísticas. Ningún «realismo sin límites»
puede encubrir este antagonismo. Esta «falta de límites» enajena
el arte de la vida, separa al artista del movimiento real y vivo de la
sociedad y conduce a un subjetivismo extremo. Creemos necesario
que en la discusión sobre cuestiones de arte se cree una conciencia
más clara de lo que es la función social del modernismo.
La lucha del movimiento obrero revolucionario alemán contra el
imperialismo siempre ha sido en el aspecto estético y artístico una
lucha por el realismo, especialmente el realismo socialista, y contra
el modernismo burgués. Esta es una experiencia de lucha de
nuestro partido confirmada absolutamente por la práctica. Bajo
ningún pretexto renunciaremos a ella. Si nos pronunciamos con-
secuentemente por la amplitud y diversidad de todas las posibili-
dades del realismo socialista, de un mayor radio de acción para la
búsqueda creadora en este sentido, esto excluye toda concesión
a las ideologías burguesas y a las concepciones artísticas imperia-
listas.
Nuestro arte realista socialista, no importa en qué forma, en qué
estilo se exprese, es, sobre todo, imagen, apropiación espiritual de
la realidad, una de las formas fundamentales de su conocimiento.
Nuestra opinión dialéctico materialista del papel creador de todo
reflejo y conocimiento se basa en el saber: «La conciencia de los
hombres no refleja solamente el mundo objetivo, sino que también
lo crea». (W. I.Lenin, Aus dem philosophischen Nachlass, tomo38,
pág. 203). El arte realista, precisamente porque está orientado al
conocimiento de la verdad de la vida, no será nunca una simple

34
copia, una reflexión mecánica, muerta, de la realidad. El llamado
«nuevo realismo», la más reciente ola en boga del arte modernista,
es un burdo calco de la realidad que no tiene que ver absolutamente
nada con el arte. El arte del socialismo realista exige una profunda
penetración espiritual del mundo, tal como es, hacer comprensibles
muchos nexos causales, descubrir lo posible en la realidad, apro-
piación y enjuiciamiento de los valores éticos y estéticos. Es una
forma fundamentalmente creadora de generalización espiritual que
se diferencia de la ciencia sin ser por ello de menor categoría. Es
valorización y configuración, estrechamente vinculada a la fuerza
imaginativa y expresiva individual que constituyen elementos im-
portantes del talento artístico.
El socialismo necesita un arte que se base sólidamente sobre la
realidad y que salga a descubrir esta realidad y sus posibilidades
futuras. El arte realista tiene su fundamento en la vida y actúasobre
ella, sobre sus siempre nuevas transformaciones y modificaciones
en el espíritu de nuestros grandes ideales progresistas. En esto
radica lo esencial de nuestro concepto del elemento creador en el
arte, en que actúe profundamente sobre los hombres y la sociedad,
en que fusione en un proceso único su espíritu creador con el de
la clase obrera y del pueblo libertado.
¿Por qué hacemos estas preguntas? Porque relacionamos todas
las cuestiones relativas a la necesidad, el sentido y las particulari-
dades del arte con las cuestiones fundamentales de nuestra
ideología dialéctico materialista. Cuanto más profundamente lo
hagamos, tanto más colaboraremos, no solamente a fortalecer
espiritualmente a nuestros artistas, sino también a superar ideas
erróneas sobre el papel y las posibilidades del arte. Lo que nos
interesa es el valor propio y particular del arte. Pero esto exige una
gran labor para educar a las gentes a cultivar en sí el sentido y la
comprensión del arte, para que el arte pueda cumplir cabalmente
el gran papel social e ideológico que puede tener en nuestra
sociedad. Se trata, en última instancia, de la labor del partido, de
la dirección partidista con vistas al desarrollo artístico socialista.
No en vano dijo Lenin en su trabajo «Organización del partido y
literatura del partido»: «Sin duda alguna es absolutamente necesa-
rio en este terreno asegurar un amplio espacio para la iniciativa
personal y las inclinaciones individuales, espacio para pensamien-

35
tos y fantasía, forma y contenido» (W.I.Lenin, Werke, tomo 10, pág.
31). Aquí entra también la alta consideración - q u e con toda
intención llamo leninista- por el talento artístico. «Talento es algo
escaso. Debe ser cuidado sistemática y prudentemente», escribió
Lenin a la redacción del periódico «Pravda» y designó como un
grave pecado contra la democracia laboral, el transgredir este
principio (W. I. Lenin, Briefe, tomo III, pág. 187).

Penetrar en la verdad de la vida

Las resoluciones y documentos del partido dan a los artistas una


orientación segura. Les ayudan a orientarse en la realidad, apreciar
los grandes nexos sociales y conocer los desarrollos sociales
esenciales. La larga historia de nuestro arte habla de innumerables
impulsos creadores que han recibido los artistas socialistas gracias
a su posición correcta frente a los documentos del partido, es decir,
frente a la aplicación del marxismo leninismo al análisis social de
la evolución de la sociedad. Son una brújula segura para penetrar
en la verdad de la vida.
Partir de las resoluciones, no significa en la creación artística
ilustrarlas. ¿Dónde sino en el socialismo debe valerlaconsigna: Ser
artistas significa ser descubridor de nuevas verdades, significa
penetrar en nuevas materias, nuevos hechos y nuevas esferas de
la vida? Esto exige también, en todo momento, descubrir las
posibilidades ocultas, dar nuevas valoraciones desde el punto de
vista socialista y acuñar así nuevos conceptos del valor. Un estilo
a la violeta, superficial y agradable, cuadros de color de rosa de la
realidad valen tan poco como aquéllos que sólo pintan gris en gris.
Captar artísticamente lo bello en nuestra vida significa también
hacer visible cuántos trabajos y esfuerzos ha costado conquistarlo.
Una representación artística convincente de los ideales de la clase
obrera y del socialismo, será lograda solamente en aquellas obras
de arte que en su contenido espiritual estén vinculadas a la realidad
y respiren la verdad de la vida. Esta fue una de las preocupaciones
fundamentales del II congreso de los creadores de cine y televisión.
Sobre estos conceptos discuten muchos contempladores de los
cuadros en las exposiciones. Llegando nuestro arte al fondo de la

36
realidad, madura y crece en él cada vez más aquella fuerzay talento
que fueron siempre lo más grande y lo mejor de un arte vinculado
con el pueblo: el descubrimiento, la exploración espiritual, la
representación y la antelación de las ricas y variadas posibilidades
futuras del hombre y de la sociedad.
La responsabilidad del artista crece al desarrollarse a plenitud el
papel creador que le corresponde - g u i a d o por la clase obrera y su
partido- en la formación de la personalidad socialista. Se trata del
enriquecimiento de la ideología socialista, en un sentido multifacé-
tico y de profunda penetración en los muchos fenómenos concretos
de la vida. Se trata de la cristalización ulterior de la moral socialista
y sicología social, de todo el comportamiento y forma de vida
socialista del pueblo trabajador. Este espíritu creador del talento
artístico es la más elevada y madura forma de expresión del
partidismo socialista.
Partimos de la premisa de que con el creciente papel del arte y
de la literatura en nuestra vida social, crece también la responsa-
bilidad de las organizaciones socialistas de los escritores y artistas,
de sus asociaciones.
Los artistas han empezado a discutir en sus asociaciones con
franqueza y objetividad sobre el progreso de las artes y sus
problemas de creación concretos. Muchos artistas han escrito en
el periódico a este respecto. La Academia de las Bellas Artes ha
desarrollado una vida espiritual mucho más animada que sobrepasa
las sesiones plenarias y reuniones seccionales y que, por ejemplo,
en los actos de la Academia, incluye también al público interesado
en las discusiones creadoras sobre los problemes del arte.
Se hacen muchas nuevaspreguntasyseluchaseriamentepordar
respuestas que abran nuevos horizontes. Estas discusiones que
vemos con plena satisfacción, son, precisamente debido a la
intensidad con que se lucha por encontrar los caminos de nuestro
arte socialista, un importante aporte espiritual para la configuración
ulterior de nuestra sociedad socialista avanzada.

La clase obrera en el arte

Nuestro concepto de la actualidad de la creación artística es muy


vasto; abarca la profundización cada vez mayor en el «sentido de

37
la historia», la representación viva de la cohesión y la fraternidad
con la URSS y los demás pueblos de nuestra comunidad socialista
y de la solidaridad internacional, la continuación orgánica de las
tradiciones antifascistas de nuestro arte y la polémica artística con
el mundo del imperialismo y su efecto destructor sobre los seres
humanos: estos son los rumbos principales en los que se profun-
dizan las posiciones de clase y el contenido de ¡deas socialista de
nuestro arte. Siguiendo estos rumbos, las artes en su conjunto
llegarán a los grandes horizontes históricos que en el mundo han
caracterizado siempre las obras maestras.
Muy justificadamente se encuentra en el centro de muchos
pensamientos creadores la representación artística de los construc-
tores del socialismo, sobre todo de la clase obrera. La represen-
tación de trabajadores tiene una gran tradición muy arraigada en
nuestro arte; ella ha influido decisivamente en la formación del
carácter socialista de nuestra literatura y arte. Luchar por la mejor
representación del trabajador es y será el núcleo espiritual y estético
del progreso artístico. Pues es la clase obrera, en su función de
clase dirigente de nuestra sociedad, la que, gracias al desarrollo de
todas sus relaciones, a su actividad práctica y espiritual en la vida,
imprime su sello a lo que es objeto del arte.
No pocos artistas están descontentos, y con razón, de las
representaciones simplificadas y triviales, a veces demasiado
superficiales del hombre que trabaja. Lo que importa es abarcar
profunda y concretamente la fuerza formadora de la sociedad y de
la historia materializada en la clase obrera de hoy, cómo actúa en
nuestra sociedad y en el proceso revolucionario internacional, de
descubrir aquella posición, aquellas ideas, ideales y propiedades
de la clase que hacen que ella esté llamada a dirigir la sociedad.
Animamos a los artistas a dedicarse más intensivamente a la esfera
del trabajo y de la actitud socialista hacia el trabajo, a profundizar
en ella como objeto digno del arte. Esto no es nada fácil. Los
profundos cambios en el carácter del trabajo, resultantes de la
unión entre socialismo y el progreso científico técnico, exigen la
búsqueda creadora de nuevas formas de representación realista,
que nosotros apoyaremos y alentaremos con todas nuestras fuer-
zas.
Desde hace tiempo existen estrechas y fructuosas relaciones

38
entre numerosos colectivos de trabajo y artistas. Sin duda alguna,
las estrechas relaciones ya existentes y las que - e s t e es nuestro
d e s e o - se irán desarrollando entre artistas y trabajadores, entre
artistas y colectivos de trabajo o empresas, caracterizadas por la
reciprocidad de dar y recibir, de aprender y comprender, ayudarán
a dar a la imagen de la clase obrera una expresión válida en nuestro
arte. La premisa fundamental para cada esfuerzo creador concreto
es, y esto lo deseo acentuar muy especialmente, la profunda
comprensión y reconocimiento del papel dirigente de la clase
obrera en nuestra sociedad como una ley objetiva, la concordancia
de las metas artísticas con las metas del socialismo.
En la construcción del socialismo en la RDA participan todas las
clases y capas de nuestra sociedad. Es precisamente el mérito
histórico de la clase obrera revolucionaria y de su partido, el que
influyan en sentido progresivo sobre la estructura de toda la
sociedad, que se desarrollen y modifiquen todas las clases y capas
aún existentes en su relación productiva con la clase obrera, que
adquieran rasgos socialistas, que sean determinados ampliamente
sus propios intereses, sus esperanzas, formas de vida e i n t e r n a -
ciones por su trato con la clase obrera como clase dirigente. Este
grandioso todo social, caracterizado por la alianza entre la clase
obrera, los campesinos cooperativistas, la intelectualidad socialista
y otras capas trabajadoras de nuestro país, en su riqueza de
relaciones, en sus ramificaciones y acciones sobre el destino,
aparentemente muy particular del individuo, no ha encontrado
todavía la suficiente expresión artística válida.
No son solamente grandes imágenes contemporáneas las que
merecen el interés de los artistas, sino también las llamadas cosas
pequeñas, descubrir y representar lo socialista en la vida diaria, en
la confirmación y transformación de los seres humanos. Ningún
sector de la vida, ninguna esfera de la convivencia de los hombres
de nuestra sociedad, ninguna expresión de la vida puede «carecer
de importancia» en el arte.
Sobre la representación de conflictos

Entre las cuestiones de la creación artística por cuyá aclaración se


lucha tenazmente está la de cómo representar ios conflictos en las
obras de arte.
En el VIII congreso del partido y en otras reuniones, el camarada
Erich Honecker, primer secretario del CC del PSUA, dio ya una
respuesta de principio a la cuestión sobre cuáles son las premisas
para la representación artística de conflictos y su relación con las
contradicciones sociales. Como marxistas leninistas sabemos que
las contradicciones no son una «mancha» en el desarrollo social
sino el motor de todo progreso de la sociedad. Esto es también
válido en el socialismo. Aquí tienen un carácter no anta-
gonista y son resueltos al avanzar, mediante los esfuerzos
comunes. En la lucha llena de conflictos por solucionarlas,
se desarrollan personalidades socialistas. El partido juzga las
cosas objetivamente, con realismo político; lucha audaz y decidi-
damente por superar las contradicciones que se presentan. Los
hombres de nuestra sociedad no crecen dentro de una campana
de cristal, sino en siempre nuevas confirmaciones y decisiones;
tienen quesolucionar muchos conflictosen su camino personal. Por
primera vez crea el socialismo la base para hacer coincidir los inte-
reses y metas personales de cada uno con los intereses y objetivos
de toda la sociedad.
Precisamente el camino iniciado a partir del VIII congreso de-
muestra cómo hacer realidad mejor y más efectivamente esta
posibilidad. Pero nunca se dará esta concordancia automática-
mente, por sí sola. Cada día de nuevo debe ser conquistada y reali-
zada en la obra, el pensamiento y los sentimientos de los hombres
y por el camino de toda la sociedad. No se puede hacer visible la
grandeza del socialismo ni tampoco la grandeza ni la belleza de
los hombres que lo construyen, si todo marcha a pedir de boca.
La carencia de conflictos no le sienta bien al arte socialista, es una
transgresión a la verdad de la vida en nuestro arte, no existe ni en
la vida social ni en la personal.
Un punto de vista socialista firme, alto juicio político moral e
imperturbable partidismo en el sentido leninista son las condicio-
nes artísticas imprescindibles para la representación realista de

40
contradicciones y conflictos sociales y personales, en los cuales
crece y madura el hombre en nuestra sociedad, en los cuales se
confirma y se decide siempre de nuevo.
Las experiencias artísticas demuestran que no es suficiente hacer
notar que existen contradicciones ni tampoco decir sencillamente
que pueden ser solucionadas por nuestra sociedad. La represen-
tación partidista consiste en orientar hacia la toma de decisiones
socialistas en los conflictos personales y a la toma de partido en
la solución de los conflictos. Esto significa que, con los medios del
arte, provoca decisiones unívocas en el sentido de nuestra política
y ética, que con claras metas socialistas incorpora al público, con
sus pensamientos y sentimientos, a la lucha para superar las
contradicciones y conflictos, sin que esto signifique ofrecer siem-
pre soluciones acabadas. Estamos convencidos de que nuestros
artistas, al lado de nuestro partido y de la clase obrera, alcanzarán
la madurez necesaria para captaren grandes realizaciones artísti-
cas todos los problemas de nuestra vida, aún los más difíciles, y
ayudarán con sus medios a que los hombres de esta sociedad hallen
respuestas socialistas a sus problemas personales y sociales.
Muchos artistas luchan conscientes de su responsabilidad por el
«qué» y el «cómo» de la representación en el arte de conflictos
sociales y personales. Su intención declarada es la de fortalecer el
socialismo, fortificar sus posiciones, de unir más estrechamente a
cada miembro de nuestra sociedad con nuestra RDAsocialista, con
la Unión Soviética y los países hermanos socialistas. Para ello
estudian las experiencias de la lucha de clases y relacionan
nuestros esfuerzos actuales con el pasado y el futuro.
En las asociaciones de los artistas, en la Academia de las Bellas
Artes, también entre los científicos del arte, se debe discutir afondo,
a raíz de la obra concreta, sobre las cuestiones de la parcialidad en
la representación de conflictos y sobre los problemas específicos
que se presentan en cada género de arte. Esto se refiere también
a la representación de «tragedias optimistas» en nuestro arte, de
conmociones trágicas. La disputa sobre esos problemas, como la
propia creación artística, no tiene lugar, naturalmente, en una torre
de marfil. Algunas veces será dura, cuando se trate de rechazar las
influencias de una ideología que nos es ajena u hostil, o la falta de
madurez y de concienciade responsabilidad. Tenemos confianza en

41
que los artistas socialistas mismos sean los críticos más severos de
todo lo inacabado, falso, superficial y no socialista en el arte.
No permitiremos a nuestros enemigos inmiscuirse en nuestros
asuntos y rechazaremos todo lo que tenga por objeto deformar
nuestro arte de tal forma que la abundancia de contradicciones ya
no deje ver camino alguno, que la imagen del socialismo sea echada
por tierra. La táctica enemiga de la «erosión» de socialismo está
dirigida, no en último lugar, a invertir al negativo nuestra necesaria
crítica y autocrítica, a llevarnos a que nos hiramos nosotros mismos.
Desde el punto de vista del configurador consciente de nuestra
sociedad socialista, el artista no aspirará a una crítica de lasociedad
lisa y llanamente. El «elemento crítico» sólo será productivo en su
relación dialéctica con la función constructiva del arte en la
sociedad socialista. Un tratamiento artístico crítico de los fenóme-
nos de la vida, se puede entender solamente como un elemento
parcial del papel configurador del arte en nuestra sociedad.

Arte y ética

Camaradas:
El VIII congreso del partido ha puesto en marcha entre los artistas
y los trabajadores un enfrentamiento más enérgico con fenómenos
de mediocridad, de superficialidad, aburrimiento y rutina en
la creación artística. Nuestro partido y todos los trabajadores
comprenden que en el arte, como en cualquier otro trabajo, no se
consigue siempre el máximo previsto. Naturalmente que nos
alegramos de cada buen intento y lo apoyamos con todas nuestras
fuerzas. Pero para ser reconocido por la sociedad, no son suficien-
tes solamente el intento y la disposición, sino también el conoci-
miento, el valor artístico, la expresión del talento hecha realidad en
la creación. Esto podría decirse de cualquier trabajo, pero muy
especialmente del artístico. Y por otra parte vale también desde el
punto de vista crítico: Quien busque soluciones fáciles, dañará
irremediablemente su talento. Tendrá valor duradero solamente lo
mejor, lo que ha sido creado con la mayor entrega y responsabili-
dad.
El arte tiene muchas formas de actuar, pero especial mente - e n la
literatura y en el arte interpretativo - mediante figuras llenas de vida

42
y que penetran en la mente. Crear figuras que conquisten un lugar
firme en el pensamiento y en los sentimientos del pueblo, es un alto
objetivo. Todos nosotros vivimos, consciente o inconscientemente,
con alguna de esas figuras creadas por el arte. De Lenin y Dimitrov
conocemos su estrecha relación con Rajmetov de la novela de
Chernyshevski, «¿Qué hacer?» Figuras como ésta pueden ser, para
uno, «Pelle, el conquistador», de Nexo, para otro, Pavel Korchaguin
de Ostrowski o Dasha de la novela «Cemento» de Gladkov. Para
otros será Georg Heisler de la novela de AnnaSeghers «La séptima
cruz», o el profesor Mamlock de Friedrich Wolf o bien al enfrenta-
miento crítico con el Klim Samguin de Gorki. Nuestro arte contem-
poráneo ha creado también ejemplos, en él hay muchos rasgos
prometedores para la creación de nuevas grandes figuras humanas.
Pero habrá que examinar seguramente con un sentido un poco más
crítico si en nuestra literatura y arte no se han concebido muchas
cosas demasiado pequeñas y llanas. Hoy en día lo grande, lo
importante histórica y personalmente, crece precisamente en la
vida diaria, en los esfuerzos cotidianos por alcanzar nuestros
objetivos. Por eso lo cotidiano no debe ser confundido con lo
trivial. Una obra madura de la profunda comprensión del contenido
histórico y humano de nuestro desarrollo socialista, de nuestra
época socialista.

Nos sentimos satisfechos cuando un artista se ocupa del valor,


lugar y responsabilidad del individuo, también -especialmente en
la poesía- de algunas cuestiones aparentemente pequeñas del
individuo, de sus preocupaciones y dudas. Una palabra atenta y
dicha con sensibilidad por el artista, puede ayudar a superar
conflictos síquicos, a orientar nuevamente las fuerzas de lleno a la
vida, a las exigencias del presente y del futuro. En el VIII congreso
hemos dicho: «Queremos configurar en forma cada vez más
perfeccionada la sociedad socialista con todos y para todos los
hombres de este país.» (Erich Honecker: Informe del Comité Central
al VIII congreso del PSUA, pág. 74)
Es la vocación del artista sondear el mundo interior e individual
de las gentes, descubrir sus relaciones, profundizaren las grandes
cuestiones morales de su existencia. Conviene a nuestros artistas
saber, con absoluta conciencia, que al proceder así, se ocupan de
uno de los contenidos más importantes de la lucha de clases

43
ideológica en la actualidad. Dibujar desde el punto de vista
socialista una imagen del hombre diferenciada, cada vez más rica,
significa, al mismo tiempo, profundizar artísticamente nuestra
imagen social socialista, poner al descubierto condiciones y rela-
ciones sociales, no perderse en un vacío por encima de las clases.
Hace ya más de 35 años que Anna Seghers exhortó a este respecto:
«No sirve de nada al escritor el haber aprendido tan bien su oficio
como lo exigió Flaubert en cierta ocasión, que el árbol descrito por
él se diferencie de todos los demás árboles vistos hasta entonces.
El escritor de nuestra época debe haber comprendido otra cosa de
la naturaleza del árbol. No existe una tierra patria sin más ni más,
no existe ningún manzano sin más ni más, es un manzano el que
crece en el campo embargado por el fisco, y otro el que crece en
el koljós». (Anna Seghers, Amor a la Patria, en: Acerca de la
tradición de la literatura socialista en Alemania, Berlín, 1962, pág.
452) Cuánto más valedero es esto tratándose del hombre y de las
relaciones humanas.
Los ideólogos burgueses hablan a favor de una separación del
individuo de la sociedad. Demagógicamente elevan la «libertad del
individuo» y su supuesta independencia y desvinculación personal
a indicador de la individualidad. La falsedad del individualismo
burgués, postulada también por prominentes socialdemócratas en
la RFA, de que todos pueden desarrollarse libremente sin necesidad
de romper las cadenas de la explotación, ha sido refutada ya desde
hace mucho tiempo y es refutada diariamente y siempre de nuevo
por la realidad capitalista misma.
Precisamente el carácter vivamente concreto y la convincente
fuerza de irradiación de las imágenes artísticas del mundo interior
y exterior del hombre en el socialismo, permiten infligir derrotas
sensibles a la ideología burguesa en sus puntos esenciales. Al
representar y ayudar a cristalizar - c o n una gran riqueza de
coloridos y penetrando en todas las ramificaciones- la imagen de
nuestra personalidad socialista, nuestra ética, nuestro concepto del
ser humano, concretamente, en todas sus relaciones dentro del
proceso de maduración del socialismo, los artistas laborarán en la
línea principal de nuestro progreso social y colaborarán decisiva-
mente en la lucha ideológica, cada vez más recrudecida, entre el
socialismo y el imperialismo.

44
La alegría en el arte

Camaradas:
Es conocido que existe una gran demanda en lo que respecta a la
risa, a la alegría, al humorismo y la cómica. En algunas obras de
teatro, películas televisadas, en cuentos y en las mejores produc-
ciones de piezas satíricas de aficionados y profesionales, esta
demanda es satisfecha bastante bien. Pero es aún rara la vincula-
ción entre el humor y la profunda sabiduría de la vida y el ingenio
popular. La cómica en nuestro arte escasamente brota de la vida,
tal como es. Con demasiada frecuencia es desterrada a la periferia
de la vida o los viejos clisés del mundo burgués son recubiertos de
«una mano de pintura socialista». Ridiculez puede ser mortal: ¿ Por
qué razón no se deben ridiculizar las actitudes de ayer, la provin-
cialidad, la embriaguez, el individualismo, el egoísmo, la arrogan-
cia? Pensamos, por ejemplo, en la satisfacción de Lenin cuando
Mayakovski ridiculizó «los locos por las reuniones». Muchos
artistas tienen miedo, y a veces no sin razón, de que «se les tome
mal» la ridiculización de ciertos aspectos y rasgos en nuestra vida
o cuando cuestiones serias son tratadas con humorismo. Con la
risa, el humor, la alegría, el artista debe ayudar más intensamente
a fomentar la conciencia de sí mismo, el sentido de superioridad
del hombre en la sociedad socialista. Algunas veces no es sola-
mente necesario el humorismo jovial, sino también la aguda ironía
y satírica mordaz que, sobre todo, descubra al enemigo, su vanidad
y arrogancia, pero que también se puede dirigir contra todas las
formas de comportamiento no socialista que aún subsisten en
nuestro medio y que no podemos tolerar con jovialidad. De la misma
manera que no permitiremos a nadie lesionar nuestros fundamen-
tos sociales socialistas, sabremos velar también de que nadie
aproveche nuestra disposición a autocrítica para el sucio negocio
de nuestros enemigos.

Si los trabajadores desean más alegría - e n todos sus grados-


en el arte, no piensan solamente en las emisiones de diversión de
la televisión o en las muchas celebraciones de la Agencia de
conciertos y espectáculos, sino, en la misma medida, en películas
de diversos temas, obras de teatro, música, literatura y artes
plásticas. Lo alegre tiene su lugar no solamente en todas las esferas

45
de nuestra vida sino también en todos los géneros de nuestro arte.
Su importancia artística y social es extraordinariamente grande.
En el sector del arte de la diversión se trata especialmente de
satisfacer de modo más multifacético y con mayor riqueza de ideas
las necesidades de la juventud que desea alegría, descanso y
esparcimiento.
La conferencia sobre música de baile del Ministerio de Cultura
ha dado muchas ideas a este respecto. Nos alegramos de los
muchos progresos alcanzados recientemente en este sector y que
fueron perceptibles también en la competencia de las orquestas de
música de baile durante el 14° Festival obrero. El arte de la diversión,
especialmente la música de baile, debe contribuir más eficazmente
a formar el buen gusto y a fomentar relaciones puras entre los
jóvenes. Naturalmente que existen aún problemas complicados
precisamente en este sector, debido a las diferentes exigencias y
al gusto subjetivo, a las influencias internacionales, pero también
a actitudes y costumbres retrógradas. Nuestra música bailable no
se puede desarrollar dentro de las trabas de la música occidental,
pero tampoco en el invernado cerrado. De importancia para la
evaluación de nuestra música de baile es si divierte, si impulsa a
la sociabilidad y cumple con las exigencias de una buena calidad.

Diversidad y riqueza del realismo socialista

El arte del realismo socialista, impregnado de partidismo y vincula-


ción con el pueblo, da expresión a temas y contenidos amplísimos.
Ofrece espacio a una rica variedad de formas, de posibilidades
representativas, estilos, particularidades de cada artista. Se expresa
en el reflejo directo de la vida, así como también con los métodos
de la parábola, del símbolo, de la fantasía, del cuento y muchos más.
El realismo socialista es un arte dinámico e históricamente joven
que se desarrolla constantemente. Nuestro arte apenas ha comen-
zado a elaborar y experimentar la posible riqueza de sus posibili-
dades representativas.
La búsqueda creadora para encontrar las formas y medios
representativos más adecuados y convincentes para los nuevos
contenidos es un elemento importante del progreso artístico. Sería

46
erróneo rechazar formas artísticas por el solo hecho de que nos
parezcan nuevas y poco corrientes. Lo decisivo no es el «cómo» de
una forma, sino ¿qué es lo que expresa?; ¿qué descubrimientos y
nuevas evaluaciones hace posible?; ¿cómo permite generalizar
verídica y convincentemente el mundo interior y exterior de las
gentes?; ¿hasta qué grado es comprensible?; ¿cómo cumple las
necesidades artísticas reales de los trabajadores?
En este sentido, nuestros artistas deberán esforzarse por la gran
variedad de las posibilidades de representación. La homogeneidad
y los clisés, como se encuentran aún con frecuencia, reducen la
efectividad de las bellas artes no menos que el efectismo y
esnobismo solamente dirigido a ser entendido por los que «están
al corriente de los hechos». Es imprescindible la búsqueda de
nuevas formas, medios y técnicas. Pero si esto conduce a olvidarse
del contenido de ideas, o si se independizan los medios a costa del
contenido, nos llevará, según mi opinión, a la confusión. Esto
debilita o ahoga el espíritu partidista y la vinculación con el pueblo
de nuestro arte y puede convertirse en puerta de entrada de
influencias burguesas. Saludaríamos que en los órganos de prensa
especializados fuese discutido más a fondo y críticamente sobre las
cuestiones de la unidad de contenido y forma, de representación
y estilo.
El arte del realismo socialista ofrece amplio espacio a la indivi-
dualidad de cada artista. Cada representación realista contiene, de
un modo u otro, elementos de la biografía espiritual y síquica de
su creador; la madurez de éstos determinará en alta medida la
calidad de la obra de arte. Ni el originalismo ni el aferramiento a
normas rígidas, sino el talento y la imaginación unidos a la riqueza
de esta biografía espiritual, caracterizan el «puño y letra» en el arte.
Nuestro partido desea y busca la colaboración de todos los
artistas. Nos alegramos también de la cooperación de aquellos
artistas que, sin encontrarse ideológicamente sobre el terreno
marxista leninista, se adhieren al socialismo en la RDA, gracias a
su posición de humanistas, demócratas y antifacistas verdaderos
o por motivos de la ética cristiana. Naturalmente que son muy
diferentes las aptitudes y esfuerzos creadores, las vivencias, las
experiencias de la vida y de la creación de cada artista. Será
provechoso para nuestro arte y nuestra sociedad que cada uno se

47
sienta exhortado a aportar a la formación de la personalidad
socialista cuanto esté a su alcance sobre la base de sus premisas
personales, que cada uno sea respetado por su aportación.
La historia conoce numerosos ejemplos del acercamiento paula-
tino de artistas y de su paso, muchas veces complicado, a las
posiciones firmes, ideológicamente fundamentadas de la clase
obrera y de su vanguardia, el partido marxista leninista. Esto
enriquece el arte socialista. Este proceso de ninguna manera ha
llegado a su fin. Lo seguiremos fomentando continuamente, con
paciencia y con sumo cuidado, sin renunciar a nuestros principios.
Nuestra sociedad socialista necesita todas las artes y sus diversos
géneros. El arte socialista se dirige a todos los trabajadores.
Naturalmente que la obra individual encontrarásiempre determina-
dos intereses, esperanzas y necesidades. Solamente al arte en su
totalidad le será posible satisfacer de forma diferenciada las
necesidades crecientes. El valor social del arte no será medido por
el hecho de que millones vean una película de televisión, miles una
ópera en tanto que un dibujo alegrará «solamente» a los obreros
de una fábrica o a la familia que se lo ha puesto en la pared de su
cuarto.
Ninguna forma del arte puede desplazar a la otra o hacerla
innecesaria. Ni la televisión a la película cinematográfica, ni la
novela al cuento. Necesitamos la radiocomediay el drama, magnas
poesías líricas y el epigrama, la sinfonía, la canción artística y la
canción de moda, la plástica monumental, los grupos, los cuadros
históricos, la naturaleza muerta, el desnudo y el paisaje, todas las
posibilidades existentes.
Desde este lugar no puedo hablar ni sobre el desarrollo ni sobre
los problemas específicos de cada género de arte. Haré solamente
algunas observaciones sobre la radio y la televisión que rinden un
amplio y multifacético trabajo artístico. Casi todas las formas y
géneros del arte tienen su lugar fijo en los programas de la televisión
y la radio y pueden conseguir un fuerte efecto de conjunto. Se
perfilan formas de arte propios a la televisión y a la radiodifusión,
tales como el drama televisado y la radiocomedia.
El volumen y la amplia gama de las expresiones artísticas de la
televisión y la radio, ofrecen a los artistas de nuestro Estado grandes
posibilidades de evolución y actividad creadoras. Nuestro partido

48
ve con satisfacción que cada vez más artistas, poetas y autores,
compositores y arreglistas, pintores y dibujantes, y artistas de casi
todos los géneros participan en la configuración de nuestros
programas de televisión.
La dirección y la organización del partido en la televisión harán
bien si se esfuerzan más metódica, planificada y sinceramente por
la colaboración camaraderil con todos los artistas de nuestro país.
Según nuestra opinión, tenemos aquí grandes reservas.

Fomento de los talentos

Camaradas:
Una de las tareas más importantes reside en dedicar toda atención
a la localización, el fomento, la formación y el desarrollo
sistemático de jóvenes de gran talento artístico. Lo que hagamos
o dejemos de hacer hoy a este respecto, será decisivo para nuestro
arte del mañana. Actualmente hay todavía demasiada espontanei-
dad en el descubrimiento y fomento sistemático de talentos, sobre
todo para las profesiones artísticas. Es necesario garantizar mejor
la localización a tiempo de jóvenes talentos y llevarlos a los diversos
centros de formación artística. Sobre todo se debe seguir con
mucha atención la creación artística de los niños y jóvenes, en todas
sus formas.
Nuestro partido apoya enérgicamente todas las iniciativas de las
asociaciones e instituciones estatales que dirigen su atención al
fomento de los debutantes y jóvenes artistas. A ellos se les debe dar
más posibilidades, en todas las artes, de presentarse al público para
dar pruebas de su talento. Se deben observar con atención los
pasos que dan los talentos artísticos en su desarrollo, fomentarlos
de manera inteligente y eliminar trabas que aún existen para ofrecer
las formas de actuación adecuadas a los jóvenes artistas talento-
sos.
Los centros de enseñanza artística tienen una gran responsabi-
lidad en la formación de las nuevas generaciones, excelentemente
instruidas en lo artístico y, al mismo tiempo, vinculadas estrecha-
mente a su clase y activas en el trabajo social. En los últimos años,
las escuelas superiores y profesionales artísticas han hecho pro-

49
gresos, pero, a pesar de todo, es necesario orientar aún más toda
la formación y educación hacia las exigencias de la práctica
artística. Esta recomendación resulta, no en último lugar, de ciertas
dificultades que tienen algunos egresados para encontrar su sitio
en la práctica artística. Las instituciones de enseñanza artística
deben convertirse en medida creciente en centros de perfecciona-
miento continuo de talentos artísticos.
Sobre todo es acuciante reconsiderar a fondo las condiciones,
la calidad y efectividad de la formación en los centros de enseñanza
artística, en el sentido de cómo pueden ser impuestas exigencias
más elevadas y qué medidas deben ser tomadas para fomentar
sistemáticamente, sobre todo, la formación de artistas de primera
categoría para la creación musical, el teatro, el arte cinematógrafo,
el de la diversión y otros sectores artísticos.

El papel de las ciencias culturales y artísticas


y de la crítica de arte

Para realizar nuestras tareas político culturales, crecidas después


del VIII congreso del partido, es necesario hacer progresos consi-
derables en la crítica literaria y de arte y en las ciencias del arte. En
las ciencias culturales y artísticas se ha puesto mucho en movi-
miento y, en algunos sectores, se han hecho progresos visibles.
Gracias a un reforzado trabajo mancomunado en los proyectos
centrales de investigación en el terreno de las ciencias culturales
y artísticas, se han conseguido opiniones en un amplio terreno
concordantes sobre importantes cuestiones fundamentales. Entre
los institutos y los científicos se ha desarrollado un clima bueno y
objetivo y una atmósfera de disputa creadora de criterios. La
colaboración con la investigación desarrollada por la Unión Sovié-
tica en el terreno de las ciencias culturales y artísticas ha alcanzado
un nivel más elevado. Tanto los científicos individuales como
también institutos completos, se encuentran en contacto activo
permanente. El trabajo mancomunado entre las ciencias culturales
y artísticas de la URSS y de la RDA se realizará en lo futuro sobre
bases aún más sólidas.
Ha empezado la cooperación científico artística multilateral con

50
otros países socialistas. El «Coloquio 72» celebrado en la Academia
de las Ciencias ha demonstrado que estas relaciones creadoras
abren nuevas fuentes de enriquecimiento mutuo.
Muchos científicos han aumentado la efectivdad de su trabajo
ante la opinión pública. Esto se refleja, no en último lugar, en un
importante crecimiento del nivel y de la estimación de la revista
«Weimarer Beitráge» que, de un órgano de prensa profesional muy
limitado, se ha convertido en la revista dirigente de las ciencias
culturales y artísticas de la RDA.
Sobre la crítica y la ciencia recae una gran responsabilidad por
la educación estética y formación cultural y, consecuentemente,
por el clima espiritual en el que se produce el crecimiento de
nuestra literatura y arte socialistas. Se debe trabajar aún más para
desenmascarar el carácter reaccionario de la cultura de masas
imperialista y las corrientes artísticas modernistas, para luchar
contra las más diversas clases de opiniones no marxistas sobre la
literatura y el arte, contra concepciones estéticas oportunistas de
derecha e izquierda.
Como es natural, la resolución del CC del PSUA sobre la crítica
literaria y de arte ha abierto, también en nuestro país, una animada
discusión sobre las tareas de la crítica literaria y de arte y sobre las
deficiencias en este sector. Mas es insuficiente, tanto criticar a los
críticos como sólo plantearles exigencias. El Consejo de ciencias
culturales y artísticas en el Instituto de Ciencias Sociales del CC del
PSUA que, desde hace algunos años, coordina la labor de inves-
tigación en este sector, deberá elaborar, en colaboración con las
asociaciones de artistas, la Unión de periodistas y el Ministerio de
Cultura, un programa sobre cómo pueden ser capacitados siste-
máticamente los críticos, cómo pueden ser ganados o formados
nuevos críticos con talento. Los críticos de nuestra literatura y arte
necesitan profundizar en los problemas concretos de la creación
artística, necesitan relaciones especialmente estrechas con los
lectores y espectadores para conocer mejor sus necesidades y
opiniones.
No me he propuesto hablar sobre obras individuales. Se trata de
que en nuestra prensa, sobre todo en las revistas especializadas,
en las asociaciones y en la Academia de las Bellas Artes, sean
discutidos a fondo y a un alto nivel los más diversos problemas

51
ideológicos y específicamente estéticos de nuestro desarrollo
artístico, sobre la base de las obras existentes, y dilucidados en
forma cameraderil y partidista los pro y los contra. En este sentido
será útil no solamente analizar las obras individuales, sino proble-
mas de contenido y representación en un nexo más amplio, y ayudar
a solucionarlos.
Apoyamos la propuesta hecha por algunos científicos de la
literatura y el arte de elaborar periódicamente, en colaboración con
las asociaciones de artistas, análisis minuciosos del desarrollo
literario y artístico y de discutirlos en las asociaciones.
El clima creador y fructífero surgido después del VIII congreso
entre los artistas, necesita ser fomentado continuamente. Se
desarrollará bien si nuestro trabajo político cultural se realiza
siempre con aquellos métodos y en aquella atmósfera ideológica
que impulsa y fomenta la creación de la intelectualidad artística.
Esto implica respeto y comprensión del trabajo artístico, de la
profesión artística, del talento y del saber, de la personalidad e
individualidad del artista. Nos alegramos de cada uno de sus
progresos y deseamos consolidar en él la convicción de que su
persona es necesaria y demandada.
Pero nuestro desarrollo artístico ulterior necesita aún más la
disputa entre opiniones llevada adelante con más calidad, conoci-
miento de causa y espíritu crítico cameraderil, sobre obras de arte
y problemas y tendencias del desarrollo artístico. Ni un ensalce
exagerado de un buen intento, ni tampoco una desaprobación
infundada servirán de estímulo. Nosotros queremos una discusión
pública sobre las realizaciones artísticas que conduzca a evalua-
ciones fundadas. El elaborarla será cada vez más cuestión de la
discusión crítica en público. Los juicios sobre las obras de arte
deberán investigar minuciosamente lo bien logrado, ayudar a des-
cubrir los motivos de lo menos logrado. Se deberá tener en cuenta
que las representaciones de diferentes artistas serán acogidas de
modo diferente, en correspondencia al desarrollo, experiencia de
vida y sentimientos, así como del grado de instrucción de cada uno.
Ultimamente encontramos más animado y, por consiguiente, más
interesante el intercambio de opiniones sobre literatura y arte. Se
han producido vivas disputas sobre algunas obras de arte y
problemas planteados por artistas. Esto será muy útil para la

52
elaboración ulterior de nuestros principios y puntos de vista.
Naturalmente que no dejamos espacio alguno a la actividad
enemiga. En nuestra discusión partimos de que se trata de una
disputa sobre una base común socialista, es decir, que aquí chocan
opiniones entre correligionarios, entre personas con las mismas
aspiraciones. Premisa para ello es el respeto del contrincante e
incluye que todos los participantes se esfuercen por mantener en
la polémica un elevado nivel científico y filosófico estético. Será
fomentada la atmósfera de la comunidad en la creación y en la I ucha
si los artistas y científicos hacen suyos al mismo tiempo las
experiencias socialistas internacionales en la esfera de las artes,
especialmente las mejores realizaciones del arte soviético contem-
poráneo y los resultados ideológicos de las discusiones soviéticas,
y si participan con más intensidad en el enfrentamiento con la
ideología y cultura imperialistas.

III El cultivo de las tradiciones culturales

Camaradas:
Por las vías probadas de la política cultural marxista leninista hemos
alcanzado significativos éxitos en el desenvolvimiento del modo de
vida y de la conciencia socialistas de los trabajadores de nuestro
país. Después de haber sido liberados del fascismo por el glorioso
Ejército Soviético, cuando comenzamos a retirar los escombros que
el imperialismo fascista alemán nos había legado, los primeros
pasos de la renovación de nuestra sociedad estuvieron acompaña-
dos por «Natán el sabio» de Lessing, por el «Fausto» de Goethe,
por la Novena Sinfonía de Beethoven y por obras del arte y la
literatura, tanto antifascistas alemanas como también rusas y sovié-
ticas. El legado humanista y revolucionario de nuestro pueblo y de
la cultura mundial, ante todo de la cultura y del arte soviéticos, son
desde entonces parte integrante de la vida intelectual en nuestra
República.
Lenin aludió en el III congreso del Komsomol del año 1920 a que,
para la construcción de la sociedad socialista y comunista, se
requiere la permanente aspiración a adquirir aquella suma de

53
conocimientos cuyo resultado es el comunismo mismo. «Uno
puede ser comunista», dijo Lenin. «sólo cuando enriquece su
memoria con todos los tesoros que han sido descubiertos por la
humanidad» (W. I. Lenin, Werke, tomo 31, págs. 275 y 277). Lenin
no se cansó de enseñar que una cultura socialista no se puede
inventar, que ella se materializa como producto del «desarrollo de
los mejores ideales, tradiciones y méritos de la cultura existente,
partiendo de la base de la ideología marxista y de las condiciones
de vida y de lucha del proletariado en la época de su dictadura»
(W. I. Lenin, Über Kultur und Kunst, Berlín 1960, pág. 373).
Nuestro VIII congreso ha corroborado una vez más que nuestra
cultura socialista en la RDA mantiene vivo el gran patrimonio
cultural progresista del pasado y lo lleva adelante con un espíritu
socialista. La sociedad socialista es la única heredera legítima de
todas las realizaciones y tradiciones históricas progresistas, de todo
anhelo por una existencia digna del ser humano.
En la RDA se hace mucho para que la clase obrera y todos los
trabajadores hagan suyo el gran legado cultural y artístico.
En virtud de nuestros éxitos en el cultivo y asimiliación del legado
cultural y artístico, los ideólogos imperialistas de la RFA se ven
obligados cada vez más a modificar sus relaciones mantenidas
hasta el momento con respecto al legado cultural. Ellos tratan ahora
de intervenir en la lucha por las mejores tradiciones culturales del
pueblo alemán y -naturalmente, recurriendo a todas las falsifica-
ciones imaginables- exigir para sí mismos esas tradiciones. Las
ciencias de la cultura y de las artes de la RFA «descubren» de
repente incluso las grandes tradiciones del arte y la literatura
proletario revolucionarios, tanto alemanas como internacionales.
Pero las tradiciones culturales y artísticas del humanismo,
especialmente las del movimiento obrero revolucionario, de la
lucha contra el imperialismo y el fascismo y por el desarrollo de una
nueva sociedad socialista, hasta el más reciente pasado, son causa
intrínsecamente nuestra. Esta rica tradición es espíritu de nuestro
espíritu, sangre de nuestra sangre. Esto nos obliga a desplegar
grandes esfuerzos para que este legado cultural pase a ser cada vez
más patrimonio vivo del pueblo y para reforzar aún más su poder
de irradiación socialista. La permanente asimiliación de las impor-
tantes obras de arte, que testimonian la grandeza de esta lucha, el

54
fomento de todas las tradiciones culturales de la lucha de los
trabajadores y de las grandes masas populares por mejorar sus
condiciones de vida, por la democracia y el socialismo; los testi-
monios espirituales del desarrollo del pensamiento socialista y
marxista leninista: todo esto es para nosotros una causa infinita-
mente preciada. Creemos que ha llegado la hora de preparar la
edificación de centros de investigación y conmemoración del arte
y la literatura socialistas alemanes, en Berlín, la capital de la RDA.
El movimiento obrero revolucionario alemán y el socialismo en
la RDA han dado pruebas suficientes de que ellos son los que
conservan el patrimonio de la cultura progresista alemana del
pasado, que lo mantienen vivo en el pueblo y que loenriquecen con
nuevas realizaciones. Nosotros defendemos con ello inquebranta-
blemente el «principio del internacionalismo y de la lucha irrecon-
ciliable contra la infestación del proletariado con el nacionalismo
burgués, aun cuando sea en su forma más refinada», sustentado
por Lenin (W. I. Lenin, Kritische Bemerkungen zur nationalen
Frage. En: Werke, tomo 20, pág. 12). Esta posición fundamental
abre a la cultura de la RDA ampliamente las ricas y variadas
realizaciones culturales de todos los pueblos, en medida especial
aquellos valores que surgen dentro de nuestra comunidad de
naciones libres.
En la esfera espiritual y cultural nos identificamos con toda la
tradición internacional e internacionalista del movimiento obrero
revolucionario. Por ello al legado artístico proletario revolucionario
y socialista del movimiento obrero de todo el mundo, incluido en
él nuestro propio legado proletario revolucionario, le corresponde
un lugar permanente y relevante en nuestra vida espiritual y cultural;
en la oferta de libros y en las presentaciones teatrales, en la
televisión y en la radio, en la prensa, en las exposiciones, etc.
Nosotros anhelamos que las grandes luchas revolucionarias, desde
la Guerra Campesina hasta la resistencia antifascista, se reflejen en
importantes obras de la literatura, del arte plástico, del teatro y del
cine. No menos importante es que las experiencias y los conoci-
mientos de tan importantes dirigentes del movimiento obrero
internacional y de profundos pensadores marxistas como Plejanov,
Lunacharski o Vorovski, Mehring o Clara Zetkin, Blagoev o Georgi
Dimitrov, Paul Lafargue o Julián Marchlewski, Julius Fuóik o Ralph

55
Fox - p o r no mencionar sino algunos de los más importantes
nombres, entre otros m u c h o s - sean fuente permanente para
enriquecer nuestro pensamiento marxista leninista. Especialmente
el contacto de la juventud con estas importantes tradiciones
intelectuales de nuestro movimiento revolucionario, que son un
manantial inagotable del saber, del conocimiento y del impulso
creador, reviste una gran importancia, pues ofrece la experiencia
extraordinaria de sentirse vinculado espiritualmente al vasto, rico,
interesante y multifacético mundo cultural del socialismo y del
movimiento revolucionario internacionales. Una profunda pene-
tración en la cultura de otros pueblos, en sus hábitosy costumbres,
en la vida del pueblo, contribuye a una comprensión más profunda
y concreta de lo históricamente nuevo y significativo de la comuni-
dad de Estados socialistas, robustece la conciencia de nuestros
ciudadanos contra el nacionalismo y el anticomunismo.
En nuestra vida cultural influyen ampliamente los testimonios de
la cultura humanista y democrática de todo el mundo. Apreciamos
aquellos libros, películas, piezas teatrales, obras pictóricas de
artistas de todos los países que desde un punto de vista progresista
- a u n q u e todavía no marxista leninista- reflejen y modelen fenó-
menos del proceso revolucionario mundial y de la unión en la lucha
por la paz, la dignidad humana, la democracia y el progreso social,
y que a su manera ayudan a poner en evidencia la falsía y
descomposición del imperialismo.
Nosotros velamos por la totalidad de las tradiciones culturales
humanistas y progresistas. No guardamos el legado - p a r a decirlo
con palabras de L e n i n - como un archivista guarda expedientes
viejos. Lo que nosotros queremos es la divulgación viva. Nuestra
obligación es hacer útil mejor y más eficazmente las ideas de los
grandes pensadores del pasado, la herencia literaria y artística en
toda su gran variedad.
Los clásicos del marxismo leninismo se remiten a la asimilación
crítica del legado cultural. De ninguna manera significa esto una
restricción en la selección y en el acceso al legado. Asimilación
crítica significa sobre todo saber comprender las grandes realiza-
ciones artísticas de épocas pasadas considerando sus condiciones
sociales y por lo mismo también las contradicciones que en parte
les son inherentes. Sólo procediento así se hará accesible la obra

56
en toda su originalidad viva y fresca, se comprenderá el carácter
progresista de su imagen del ser humano. Esto nos protegerá del
peligro de ver en la herencia cultural sólo un objeto de ceremonias
y homenajes.
Por otra parte, nos oponemos definitivamente a una orientación
nihilista hacia la herencia cultural, a la desfiguración y degradación
de los grandes ideales humanistas, así como también a toda
tendencia de una falsa idealización de la herencia cultural, a la
transfiguración incluso de los rasgos reaccionarios y filisteos. No
se debe desconocer que nuestra vía socialista de hoy es mucho más
que el simple cumplimiento de grandes ideales y utopías humani-
tarios del pasado. Pero laborar activa y apasionadamente en la
edificación del presente y del futuro no es posible, a la larga, sin
conocer y vivir la historia. Lo que socialismo es y lo que significa
para el hombre, sólo será accesible de modo profundo y perma-
nente a aquél que sepa vivir también con las experiencias y
testimonios de la historia.

La autoridad internacional de la cultura socialista

Los éxitos culturales del socialismo pesan cada vez más palpable-
mente en el cambio de la correlación de fuerzas en el mundo.
Fortalecen el poder de irradiación del socialismo. Cuando todos los
milagros de la técnica, todas las conquistas de la cultura se
convierten en patrimonio común del pueblo, entonces - c o m o
decía L e n i n - «el pensamiento humano, el genio humano no podrá
ser ni será nunca más un medio de violencia, un medio de
explotación» (W. I. Lenin, Werke, tomo 26, pág. 482).
El poder de la clase obrera ha anulado en nuestra parte del mundo
las contradicciones sociales que en las condiciones capitalistas e
imperialistas tienen encerrado el desarrollo cultural en una pro-
funda crisis. Ha creado una nueva cultura que ayuda a formar
hombres nuevos que dominan el desarrollo social. Es una cultura
que une en un proceso único el progreso de todas las fuerzas
culturales, científicas y artísticas con el crecimiento del bienestar
y la felicidad del pueblo. Esto es de extraordinaria trascendencia
en la disputa entre el socialismo y el imperialismo. Para ello se

57
requiere más que nunca toda la fuerza y efectividad internacionales
de la cultura socialista.
También al desarrollar la cultura socialista, como en todas las
esferas de la vida social, partimos desde el punto de vista del
fortalecimiento de la RDA y de todo el sistema mundial socialista
de los intereses de la clase obrera internacional y de los trabajado-
res de todas las naciones. Respetamos las particularidades en el
muy variado desarrollo cultural de cada nación y todas las realiza-
ciones culturales aportadas a lo largo de la historia de la humani-
dad, siempre y cuando ayuden a los trabajadores a solucionar su
tarea histórica. Internacionalismo socialista y patriotismo socialista
en su unidad indivisible son rasgos determinantes delavida cultural
en nuestra República. En su historia de más de 130 años, el
movimiento socialista hasalido airoso de muchas pruebas de la más
dura lucha intelectual contra las principales corrientes de la ideo-
logía burguesa, contra el chauvinismo, el nacionalismoyel racismo.
La cultura socialista de la RDA tiene un puesto firme en el
desarrollo cultural de los países socialistas. Nosotros consideramos
como una de nuestras más importantes tareas fomentar activa-
mente a la par con el constante florecimiento de la cultura socialista
de la RDA, el acercamiento y enriquecimiento recíproco de todas
las culturas socialistas. Esta es una ley objetiva del desarrollo
intelectual y cultural en la comunidad socialista. En ella se refleja
gráficamente el histórico desarrollo social que L. I. Brezhnev, en el
XXIV congreso del PCUS, caracterizó con las palabras de que «el
sistema socialista mundial sea una unida familia de pueblos... en
la que los hombres de la tierra vean el prototipo de la futura
comunidad mundial de pueblos libres» (Informe del Comité Central
del PCUS al Partido Comunista de la Unión Soviética, presentado
por L. I. Brezhnev. En: El XXIV congreso del PCUS, Moscú 1971,
pág. 23).
El arte y la cultura revisten cada vez mayor importancia a fin de
que la conciencia de solidaridad, amistad y fraternidad se fortalezca
en nuestros ciudadanos, para fomentar y consolidar su pensa-
miento y sus sentimientos abarcando toda la comunidad socialista,
así como el comportamiento que corresponda con estos principios.
Sobre todo el contacto con la historia y el presente del arte y la
cultura soviéticos - c o n la riqueza de su literatura, arte fílmico,

58
música, pintura, con su gran arte escénico- ha sido y es unafuente
de fuerza espiritual y moral, de alto disfrute, que ayuda a formar y
a forjar convicciones socialistas fundamentales. Precisamente en
este sentido, con iniciativas múltiples y una gran riqueza de ideas,
pensamos preparar y festejar el cincuentenario de la fundación de
la URSS, este importante día festivo de todo el mundo socialista.
Hay todavía muchos tesoros del arte y la cultura soviéticos que
descubrir, que deben ser aportados a la vida espiritual de nuestro
pueblo y ocupar allí un lugar permanente. Sólo haremos justicia a
obras de la literatura, de las artes plásticas, del cine y del teatro de
la Unión Soviética que mucha gente ha hecho ya suya, tales como
«La Madre» de Gorki, «El Acorazado Potemkín», «Así se templó el
acero», «Tragedia Optimista», entre otras muchas, si siempre de
nuevo toma posesión de ellas el pueblo, especialmente la juventud.
El contacto espiritual y cultural con la Unión Soviética debería
incluir, mucho más profundamente, el descubrimiento y la apro-
piación espiritual de lo grande y de lo bello de su famoso legado
del arte democrático y revolucionario, especialmente del pueblo
ruso.
Aquí se abre también un amplio campo de actividades para un
trabajo más intenso de la Sociedad de Amistad Germano Soviética
que en sus 25 años de existencia se ha desarrollado con tanto éxito.
Hace un cuarto de siglo había comenzado como «Sociedad para
el Estudio de la Cultura de la Unión Soviética», y continúa hoy
cumpliendo esa tarea en mayor escala.
Amparado en la profunda amistad y en la comunidad de intereses
de nuestros Estados socialistas, el intercambio de sus mejores
realizaciones culturales es hoy una práctica diaria normal halaga-
dora. Tal como en otros terrenos, también en el aspecto político
cultural se profundiza la cooperación de nuestros partidos. Las
relaciones culturales entre los Estados se desarrollan bien y con
buenas perspectivas. Especialmente alentadoras son las consultas
entre los ministros de Cultura, de Enseñanza Superior y de Instruc-
ción Pública de los países socialistas europeos que se llevan a cabo
desde hace algunos años. Un aporte esencial a la estrecha coope-
ración ofrecen las relaciones amistosas entre instituciones artísti-
cas y culturales de nuestros países. Nuestro partido apoya las
iniciativas que conducen a una discusión esclarecedora sobre

59
problemas comunes de la creación, entre los artistas y entre sus
organizaciones.
Nosotros aspiramos a ahondar la cooperación bilateral y multila-
teral con la URSS y los demás países socialistas. Creemos que la
planificación y concentración a largo plazo podría ayudar a elevar
la efectividad político cultural y económica. Especialmente impor-
tante nos parece llegar a programas a largo plazo para la coopera-
ción en los terrenos del cine, de la televisión, de la labor editorial
y del arte recreativo.
Queda por descubrir muchas bellas e interesantes iniciativas
para satisfacer las necesidades que crecen rápidamente, para
familiarizar a nuestros ciudadanos mucho más íntimamente con la
historia y con la cultura milenaria de la República Popular de
Poloniay de Checoslovaquia, como también con la historiay cultura
de los demás pueblos socialistas hermanos. Deberán ser aprove-
chadas a plenitud todas las posibilidades que ofrece el tránsito libre
de pasaportes y visas, para ampliar y profundizar las relaciones
directas entre las instituciones culturales y artísticas.
Al mismo tiempo, la estrecha cooperación entre nuestros países
socialistas abre las puertas a nuevas posibilidades de seguir
desarrollando el intercambio cultural con Estados de diferente
orden social.
Especial atención merecen las relaciones con los Estados de
Africa, Asia y América Latina que se han liberado de la opresión
nacional. La RDA ofrece facilidades de estudio a numerosos
especialistas y estudiantes de esos Estados, envía expertos y
fomenta las relaciones culturales mutuas.

La lucha entre el socialismo y el imperialismo


en el terreno de la cultura

El fortalecimiento que en todo aspecto experimenta el socialismo


ha obligado al imperialismo a abandonar ciertas posiciones insos-
tenibles y a aceptar nuestro desafío con respecto a la coexistencia
pacífica y a la competición pacífica entre los sistemas sociales
opuestos.
El imperialismo se está adaptando a las nuevas condiciones de

60
la lucha de clases y desarrolla múltiples actividades encaminadas
a modificar su estrategia y táctica anticomunistas. Con todos los
medios a su alcance trata de aprovechar las posibilidades de
cooperación internacional e interestatal que se están desarrollan-
do, para su proyectada infiltración ideológica en los Estados
socialistas. Estos intentos van desde los intentos de «apropiación»
hasta la más grosera difamación de destacadas realizaciones
artísticas de la RDA y de los demás países socialistas. El diversio-
nismo en el terreno cultural se ha convertido en una de las
principales formas del anticomunismo en la actualidad.
Como en otras esferas de la ideología, también en la cultura tiene
lugar una batalla por ganar influencia en la conciencia de la gente.
La fuerza de atracción del socialismo es cada vez más grande. Esto
conduce a una agudización de todas las contradicciones del
imperialismo, incapaz de ofrecer perspectiva alguna a la gente. Su
crisis general se agudiza actualmente, no sólo en el terreno político
y económico. Es al mismo tiempo una crisis en todos los aspectos
de la vida, de la moral y de la cultura.
El hecho de que el imperialismo no essino capitalismo putrefacto
y agonizante, se evidencia con especial claridad en lo que el
imperialismo ofrece como cultura a las masas. El carácter antihu-
mano de la cultura de masas desarrollada por el imperialismo está
en íntima relación con el modo de vida antihumano que brota de
las condiciones de explotación capitalista. Es resultado directo de
las concepciones políticas del imperialismo en el terreno de la
educación y de la cultura, y la subordinación general de la
producción cultural en los órganos de publicidad masiva a los
intereses de clase antipopulares de la burguesía monopolista. Aquí
radica el verdadero origen social de los rasgos característicos
anticulturales, de la decadencia de la imagen del hombre que
presenciamos en las actuales tendencias fundamentales de la
cultura imperialista para las masas. La glorificación de la brutalidad
y del crimen como fenómenos «cotidianos», «propios de nuestra
vida» es lo substancial de esa llamada cultura para las masas. En
su totalidad se caracteriza por su profundo desprecio al pueblo y
por su hostilidad al progreso. Por eso nosotros sostendremos
siempre una decisiva y consecuente lucha contra la cultura impe-
rialista para las masas.

61
En alianza con las más diversas formas del reformismo, el
revisionismo hace esfuerzos especialmente intensos para infiltrarse
en el socialismo para minarlo desde dentro. La esencia de la
concepción revisionista consiste, como se sabe, en negar las leyes
generales, vigentes para todos los países, de la construcción del
socialismo; en rechazar el papel dirigente del partido marxista
leninista y la ideología de la clase obrera; en sostener la idea de la
incompatibilidad entre la democracia y el socialismo realmente
existente. En el terreno de la cultura, el revisionismo se dirige contra
el papel dirigente del partido marxista leninista, contra el principio
del partidismo y la compenetración del arte y de la literatura
socialistas dentro del pueblo, y contra su papel constructivo en la
sociedad socialista. Lo inútil que son sus esfuerzos, lo demuestra
la total quiebra espiritual y político moral de los representantes
principales del revisionismo moderno, como Fischery Garaudy. Sin
embargo, debemos estar siempre alertas ante todas las concepcio-
nes revisionistas.
Los círculos dominantes de la RFA siguen frente a la RDA la línea
nacionalista de «la continuidad de la unidad de la nación alemana».
Un papel destacado, en este sentido, lo desempeña la tesis
burguesa de la «nación cultural» única. Ya que nadie puede seguir
negando la existencia de dos Estados alemanes con sistemas
sociales opuestos, tratan de manteneren pie latesis, ya hace tiempo
refutada, de la «unidad de la cultura alemana» fundamentada
históricamente y que subsiste.
La historia demuestra que jamás ha habido una cultura alemana
homogénea fuera del anhelo de las diferentes clases sociales. En
el siglo XIX, la burguesía alemana traicionó ante la aristocracia
prusiana los grandes objetivos de la revolución democrático bur-
guesa y con ello el espíritu y las ideas de la cultura democrático
burguesa. Desde entonces la clase obrera revolucionaria hadado
pruebas, en medida siempre creciente,de que ellaeslaúnicafuerza
dirigente que supo defender las realizaciones y esfuerzos cultura-
les, democráticos y socialistas de la historia alemana contra la
política cultural del imperialismo. Una historia que se escibiera de
la cultura alemana desde la fundación del Reich sobre bases
reaccionarias por Bismarck, no podría ser otra cosa que la historia
de la dura lucha de clases entre la cultura dominante del gobierno

62
imperialista y la cultura democrática y socialista del movimiento
antiimperialista y revolucionario, bajo la dirección de la clase
obrera. De «cultura» en el reaccionario Reich «gran alemán» de
Hitler no se necesita ni hablar. Lo que allí se vio fue la recaída a lo
más negro de la Edad Media, a la Inquisición.
El enfrentamiento de clases en el terreno de la culturase agudizó,
después de 1945, bajo las condiciones peculiares de las zonas de
ocupación. Con ayudade la Unión Soviética nosotros emprendimos
de inmediato la edificación de una cultura antifascista democrática.
También en las zonas occidentales actuaron fuerzas democráticas
en este sentido. Pero bajo la consigna demagógica de «libertad y
democracia», todos los partidos que fundó el resurgido imperia-
lismo alemán, se entregaron, con activo apoyo y participación de
los dirigentes derechistas del Partido Socialdemócrata de Alema-
nia, primero en las zonas occidentales y después en la RFA, a una
campaña difamatoria sin igual y a la persecución contra todo afán
cultural de tipo democrático y socialista. La gran obra literaria de
Johannes R. Becher, Bertolt Brecht, Lion Feuchtwanger y Arnold
Zweig, de Heinrich y Thomas Mann y de muchos otros, no pudieron
ser en la RFA un manantial de la creación cultural. Con el surgimien-
to de dos Estados y de sus sistemas sociales opuestos se formó
también el carácter de la cultura en la RDA y en la RFA. La cultura
socialista en la RDA se desarrolla como la cultura de la clase obrera
y de las clases y capas de la población aliadas a ella. Al contrario,
en la RFA domina la cultura imperialista, antipopular y decadente.
Con ello se encuentran hoy dos culturas frente a frente, que en
contenido y carácter clasista son incompatibles.
Al respecto, no pasamos por alto la creación progresista y
humanista de destacados artistas en los países capitalistas, entre
ellos la RFA. En todo tiempo, en tiempos de la Revolución Francesa,
de la Revolución de 1848/49, en la lucha contra el fascismo,
escritores y artistas acometieron proezas al lado de las fuerzas
progresistas y revolucionarias del pueblo.
Los cambios operados en la correlación de fuerzas entre el
socialismo y el imperialismo, así como el crecimiento del movi-
miento antiimperialista originan también un fortalecimiento de los
elementos democráticos y socialistas en la cultura de los países
imperialistas. En todas las esferas se hacen sentir fuerzas que, con

63
sus realizaciones, desean expresar sus aspiraciones humanistas y
democráticas.
Tenemos que diferenciar minuciosamente entre los productos de
la industria cultural capitalista, al servicio directo del imperialismo
y aquellos afanes artísticos que expresan posiciones humanistas y
democráticas, y también deseos, ideas, reivindicaciones, aunque
todavía vagos, por la paz, distensión y seguridad social. Tendremos
que diferenciar también, con la misma exactitud, entre los autores
conscientes de concepciones seudorrevolucionarías, de extrema
izquierda, anarquistas y maoístas, que ofrecen tan frecuentemente
al imperialismo un pretexto para sus medidas antidemocráticas, y
aquéllos que, con propósitos sinceros, buscan una posición anti-
imperialista.
Sobre la base del internacionalismo proletario, de la solidaridad
internacional en la lucha por la paz, la democracia y el progreso,
haremos todo lo posible por fortalecer nuestras relaciones con
todas las fuerzas democráticas y antiimperialistas entre los creado-
res de la cultura en los países imperialistas.
En el terreno de la cultura y de la ciencia, coopera nuestra
República en aproximadamente 200 organizaciones internaciona-
les no estatales. En un buen número de estas organizaciones,
representantes de la RDA han sido elegidos para desempeñar
funciones directrices de gran responsabilidad. Sólo en 1971 fue
nuestra República sede de 17 congresos internacionales de esas
organizaciones. La RDA mantiene con 29 países relaciones cultu-
rales a base de convenios estatales. Además se encuentran actual-
mente en pleno proceso de cumplimiento 163 convenios interesta-
tales en diferentes ramos culturales. En 1971, más de 530 grupos
artísticos y cerca de 2.300 solistas de los más diferentes países
hicieron su presentación en nuestra República, mientras que
78 conjuntos y más de 1.200 solistas de la RDA se presentaron en
más de 40 países.
El año pasado los actos culturales que la RDA presentó en todo
el mundo arrojaron un promedio de 35 diarios. Sólo en mayo y junio
de este año se presentaron con gran éxito el Berliner Ensemble en
París, el Volksbühne en Milán, Florencia, Génova y Turín, la Opera
Cómica en Viena y la Opera de Estado Alemana en Lausana.
Internacionalmente la RDA es un factor reconocido en la vida

64
cultural. Los hechos lo demuestran. Esto apoya nuestra enérgica
exigencia de que la República Democrática Alemana sea admitida
como miembro, con igualdad de derechos, en las organizaciones
culturales y humanitarias tales como la ONU y la UNESCO, lo que
es impedido ante todo por maquinaciones de políticos imperialistas
de la RFA.
Junto con la URSS y los demás países socialistas seguiremos
aprovechando toda posibilidad que se nos presente para elevar más
aún la irradiación de la cultura y del arte socialistas. Esto se llevará
a efecto en una aguda lucha de clases en el terreno ideológico. El
fortalecimiento de la cooperación en gremios y organizaciones
internacionales, el desarrollo de relaciones sobre la base de
contratos y convenios interestatales traen como consecuencia que
las realizaciones culturales y las obras artísticas del mundo socia-
lista y del capitalista se enfrenten directamente. La polémica con
la cultura imperialista será por lo tanto más dura y más compleja.
Precisamente por ello es tan necesaria la cooperación cultural con
la Unión Soviética y los demás países de la comunidad de Estrados
socialistas.

IV La responsabilidad crecida de las direcciones por


el desarrollo de la cultura y del arte socialistas

Camaradas:
Nuestro partido considera siempre el desarrollo cultural como
«parte integrante de la causa proletaria en general» (Lenin) y se
esfuerza permanentemente por unir la economía, la política, la
ideología y la cultura en un proceso único del progreso social. Las
experiencias que han adquirido nuestros partidos hermanos - a n t e
todo el PCUS- y nosotros mismos en la realización de la revolución
socialista en el terreno de la ideología y la cultura, significan que
tampoco en el aspecto cultural se puede resolver un solo problema
fundamental sin elevar el papel dirigente de la clase obrera y de su
partido marxista leninista.
La labor consecuente que realiza nuestro partido garantiza el
desarrollo armonioso de todas las esferas de la vida de nuestra

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sociedad socialista. Esto explica al mismo tiempo las crecidas
exigencias que debemos imponer al estilo de trabajo.
El estilo de trabajo de todos los órganos dirigentes del partido,
del Estado y de las organizaciones sociales debe destacarse por su
objetividad y pericia, por una actitud comprensiva hacia los artistas
y las artes, por un prudente estímulo de todos los talentos. En él
se asocia firmeza de principios con sensibilidad para los múltiples
y complicados procesos culturales y artísticos, pues sólo así será
garantizado un clima fecundo para el florecimiento del arte y la
cultura.
El colectivismo del trabajo, el intercambio de opiniones, la
elaboración de un punto de vista común, un paciente trabajo de
convencimiento y el permanente esclarecimiento ideológico; estos
son y seguirán siendo los métodos más importantes de la dirección
en la esfera de la cultura y el arte. El esclarecimiento de los nuevos
problemas, tanto comprensivo como firme en principios, el paciente
asesoramiento y convencimiento, o en otras palabras, el trabajo
ideológico, son la esencia de la labor directiva en la esfera cultural.
La dirección de los procesos culturales no tienen nada en común
con dirigismo burocrático ni con administración desalmada.
La realización exitosa de nuestra política cultural dependerá en
última instancia de cómo solucionarán sus tareas nuestras organi-
zaciones de partido en las asociaciones de artistas, en los institutos
culturales y artísticos, en las empresas industriales y agrícolas, en
las instituciones científicas y educacionales, en los órganos del
Estado y en las zonas residenciales. Esperamos que sea bien
comprendida y ejecutada por todos la idea substancial de que lacul-
tura y el arte son un elemento imprescindible de la vida y que por
esa razón deben ser parte integrante de toda actividad directiva.
Desde el VIII congreso, la mayor parte de las direcciones provin-
ciales y muchas distritales se ocupan regularmente del desarrollo
de la vida intelectual y cultural y sostienen más metódicamente el
diálogo con los artistas. El secretariado de la dirección provincial
de Dresde analizó las experiencias del comité regional de Lenin-
grado del PCUS y acordó medidas para mejorar el trabajo ideoló-
gico a fin de familiarizar a los artistas con problemas importantes
de la vida social. El primer secretario de la dirección provincial y
otros secretarios discuten regularmente problemas del desarrollo

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social con escritores y artistas. Con la participación directa de
varios cientos de funcionarios en la esfera de la cultura, artistas y
trabajadores de la industria y de la agricultura, se está elaborando
actualmente un plan para el desarrollo de laculturaen los próximos
años. Este estilo de trabajo estimula a las direcciones distritales y
a las organizaciones de base del partido, a las direcciones estatales,
a las organizaciones de masas, a las asociaciones de los artistas,
a las instituciones culturales y artísticas.
Las direcciones provinciales y distritales del partido, como parte
de su labor orientadora, deberán ayudar a las organizaciones de
partido, por medio de reuniones de activos del partido, seminarios
e intercambios de impresiones, a cumplir responsablemente y en
forma creadora las tareas fijadas en las resoluciones del partido en
lo que respecta a la vida culta de todos los trabajadores y al fomento
del arte y de la literatura. Esto dará mejores resultados si ahonda-
mos la comprensión de todos los militantes de nuestro partido por
el papel vital de la cultura y el arte y por sus particularidades.
Saludamos que muchos miembros de nuestro partido busquen
impresiones artísticas estimulantes. Deberíamos examinar, cómo
se podría transmitir sistemática y ampliamente conocimientos de
cultura y arte en las reuniones de estudio y en las escuelas del
partido. Nuestra revista teórica «Einheit» y la «Neuer Weg» deberían
propagar buenas experiencias y ejemplos de la actividad cultural
de las organizaciones del partido.
La mejora de las condiciones de vida cultural de los trabajadores
es tarea de todos los órganos del Consejo de Ministros, de todos
los ministerios e instituciones. Todo dirigente, a quien nuestro
Estado socialista ha conferido responsabilidades, tiene que pre-
ocuparse por posibilidades cada vez mejores para la vida intelectual
y cultural de los trabajadores.
Sobre el Ministerio de Cultura, como órgano del Consejo de
Ministros, recae la mayor responsabilidad por el desarrollo de
nuestra cultura. Su actividad debe mejorar decisivamente. Es
necesario proceder, en mayor grado, a una planificación a largo
plazo, a la elaboración de concepciones para períodos más exten-
sos. Es necesaria esta actividad previsora para transmitir a los
artistas y a los creadores de la cultura nuevos impulsos para su
trabajo, para asegurar el desarrollo de las condiciones técnico

67
materiales, y para determinar la red futura de entidades culturales.
Para esta planificación y dirección a largo plazo son necesarios, en
mayor escala, fundamentos científicos.
Una de las posibilidades más importantes reside en una concen-
tración mayor de fuerzas. En colaboración con el Frente Nacional,
la Confederación de Sindicatos Libres Alemanes, la Juventud Libre
Alemana, la Sociedad de Amistad Germano Soviética, la Unión
Cultural, la URANIA (sociedad para la divulgación de conocimientos
científicos a la población) y otras organizaciones sociales similares,
deberían ser elaborados anualmente planes concepcionales para
ser discutidos y aprobados en el Consejo de Cultura adjunto al
Ministerio, sin suprimir por ello la responsabilidad propia de los
portadores de la vida cultural.
El Ministerio de Cultura debe convertirse más intensamente en
el coordinador del trabajo colectivo en la dirección de las múltiples
actividades culturales. Esto se refiere a la cooperación con los
Ministerios de Instrucción Pública, de Instrucción Superior y
Técnica, pero también con las esferas de la construcción, del
comercio, de la agricultura y las industrias agrícolas u otros.
Especialmente se trata de fortalecer la cooperación con el Comité
Estatal de Radiodifusión y Televisión de la RDA.
La tarea principal es y seguirá siendo la cooperación creadora
con los artistas. Todo dirigente en el terreno cultural debería
reconocer como una de sus más nobles obligaciones la de cultivar
relaciones en un espíritu de confianza con los artistas. Sobre todo
el desarrollo ulterior en el ramo de la literatura exige profundizar
esas relaciones de confianza entre editoriales y autores, en una
atmósfera de esfuerzos creadores comunes que engendre nuevos
impulsos para la actividad de los autores y el mejoramiento de la
labor editorial. Las editoriales son responsables de que la posición
socialista de nuestra literatura sea fortalecida, a fin de que cumpla
su tarea social y se puedan desarrollar con éxito los talentos. La
capacitación ideológica, política y profesional del personal de las
editoriales, ante todo de los lectores, es una condición esencial para
ello. Una posibilidad favorable para la cooperación permanente con
los artistas ofrecen las comisiones asesoras del Ministerio de
Cultura. Desgraciadamente no todas trabajan tan eficazmente
como la comisión para las bibliotecas y la del arte cinematográfico.

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Sus experiencias deberían servir de ejemplo para el despliegue de
la cooperación organizada de artistas, sus asociaciones, el Sindi-
cato de Artistas, la Academia de las Bellas Artes y la Unión Cultural,
sobre todo en la preparación y la realización de resoluciones.
Más que nunca se impone una forma de proceder planificada a
largo plazo y bien coordinada de todas las personas, organizacio-
nes y entidades que actúan en el sector cultural. En ello radica
especialmente la responsabilidad de las representaciones popula-
res locales y de sus órganos. El desarrollo de este trabajo colectivo
en la esfera cultural va unido a un proceso de esclarecimiento
intelectual. Hasta ahora ciertos dirigentes de instituciones cultu-
rales en los distritos, ciudades y aldeas, al planificar y satisfacer las
demandas culturales, lo han hecho teniendo en cuenta primordial-
mente los puntos de vista de su propia entidad. Ahora se trata de
ampliar el punto de vista y abarcar toda la ciudad y todo el distrito
a fin de coordinar las fuerzas y los recursos de todas las institucio-
nes. Existen ya ejemplos que demuestran cómo con ello se puede
ofrecer una vida cultural más rica. Se evitan actividades paralelas
y conjuntamente se hacen accesibles nuevas reservas, incluso
nuevos recintos para actividades culturales. Por ejemplo, en
Potsdam han sido encaminados esfuerzos para, mediante una
cooperación planificada y organizada de todas las casas de cultura,
lograr una mejor satisfacción de las demandas culturales. En
Schwerin ha sido posible, gracias al desarrollo paulatino de la
cooperación, coordinar los establecimientos culturales, las fuerzas
y los medios financieros de la región y ofrecer así un programa
cultural variado y ameno del que pueden disfrutar también las zonas
residenciales. El mismo objetivo tiene la divulgación común de los
programas de todas las entidades culturales en Gera así como el
programa cultural del año 1972 en la ciudad de Gorlitz, dirigiéndose
a las brigadas y colectivos de trabajo de la ciudad y la región, a los
comités del Frente Nacional en los barrios residenciales, a las
comunidades de vecinos y a los clubes de aldea, para estimular
sus propios planes culturales, artísticos y deportivos.
La Unión Cultural, en su carácter de organización de cultura
socialista, tiene la alta responsabilidad de que la vida en el socialis-
mo sea cada vez más culta y más bella, y que antes que nadase siga
estrechando la alianza entre la clase obrera y la intelectualidad.

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En cuanto a su posición, composición y efectividad sociales, debe
convertirse la Unión Cultural cada vez más en una organización de
masas de todos los que ejercen una actividad cultural, una orga-
nización que, conjuntamente con los órganos estatales, pueda
transmitir impulsos esenciales a la vida cultural
La Academia de las Bellas Artes, las asociaciones de artistas
y el Sindicato de Artistas cumplirán con su responsabilidad si
despliegan una variada actividad espiritual que se apoye en las
iniciativas de sus afiliados. Celebramos especialmente todos los
esfuerzos conducentes a elevar el nivel teórico ideológico y profe-
sional de los afiliados, que incluye también el enfrentamiento con
el revisionismo y con todas las variedades de la ideología imperia-
lista. El fomento de reuniones múltiples y de estrechos lazos entre
los artistas y la clase obrera y otros trabajadores es un elemento
importante de su trabajo.
La polémica franca, objetiva y camaraderil, la elaboración y
discusión de puntos de vista sobre tendencias del desarrollo
artístico o las diferentes obras y el fomento de la actividad artística
y social de los afiliados, deberían determinar todavía más la vida
interna de las asociaciones.
Una importante tarea de la Academia de las Bellas Artes y de las
asociaciones de artistas es el fomento de talentos, influir en la
formación, empleo y desarrollo de las nuevas generaciones de
artistas. Los miembros y las directivas de todas las asociaciones,
en cooperación creadora, podrían coordinar más profundamente
sus esfuerzos.
Esperamos que la Academia de las Bellas Artes y las directivas
de las asociaciones de artistas sean incorporadas sistemática y
oportunamente en la adopción de decisiones importantes. Con ello
las direcciones estatales, las editoriales, los teatros, los estudios
cinematográficos, los museos, la radiodifusión y la televisión
lograrán una calidad más alta de sus resoluciones y cumplirán
mejor su responsabilidad. Hay que dedicar más atención a elevar
el nivel del trabajo de partido en las asociaciones, al trabajo de las
organizaciones de partido de los artistas. Su papel dirigente activo
en las asociaciones debe ser fortalecido.
Nuestro especial cuidado ha estado dedicado siempre, y lo
seguirá siendo en mayor grado en el futuro, a mejorar ulteriormente

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las condiciones de vida y de creación, al desarrollo permanente de
las posibilidades profesionales de los escritores y artistas. Para la
mayor divulgación de nuestro arte socialista son de gran importan-
cia los contratos con los artistas y un comercio y venta de las obras
artísticas con personal técnicamente preparado. Un principio de
todo órgano estatal debe ser el esfuerzo de mejorar, en colabora-
ción con las asociaciones, las condiciones materiales y sociales
para la creación artística. Esto es valedero también para lasolución
de problemas que atañen a los talleres y a la vivienda, a la atención
de los hijos de artistas en jardines de la infancia y a proporcionarles
plazas en los campamentos de vacaciones. Con ello se puede
facilitar considerablemente el trabajo de los artistas.
Nos oponemos categóricamente a toda limitación de las posibi-
lidades de actividad artística y declaramos que es violado el espíritu
de la tarea fundamental planteada por el VIII congreso si medios e
instituciones designados a la cultura son utilizados para otros fines.
En el actual plan quinquenal no será todavía posible mejorar
radicalmente la base técnico material del desarrollo cultural y
artístico.
No obstante, ¿qué se puede y qué se debe hacer?
1° Los órganos estatales responsables deberían elaborar un pro-
grama a largo plazo fundado en principios científicos, para el
desarrollo de la base técnico material de nuestra actividad cultural,
que garantice el mantenimiento, la reconstrucción y la ampliación
progresiva de los establecimientos culturales. Este programa debe
asegurar en lo particular el desarrollo cultural en los nuevos
centros de trabajo.
2 o Las inversiones planificadas deberán ser llevadas a cabo total-
mente en el plazo fijado y aseguradas en cuanto a la base material.
No se permitirá dedicar a otros fines los fondos previstos para la
cultura.
3 o En los nuevos barrios residenciales y barrios obreros deberán ser
creadas facilidades para una vida cultural y sociable en común, tales
como clubes, bibliotecas, etc. Tales establecimientos deben ser
incorporados en los planes de construcción de viviendas. Hay que
prever también la cooperación con otras instituciones sociales afin
de asegurar una construcción racional y la utilización de las
facilidades para los fines más variados.

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Las exigencias culturales de los trabajadores serán tanto mejor
satisfechas, mientras más coordinadamente actúen los estableci-
mientos de la cultura, de la educación, del deporte y de la recreación
en las ciudades y aldeas.
4 o Es indispensable cumplir todas las medidas para el manteni-
miento de los establecimientos. Aproximadamente del 2 al 2,5 por
ciento de los fondos básicos son necesarios para evitar que
continúe el deterioro o el cierre de facilidades culturales. Los
órganos estatales locales deben invertir los fondos concentrada-
mente, a fin de lograr resultados visibles y palpables en aspectos
especialmente importantes, como por ejemplo, la dotación de
clubes juveniles, casas de cultura, bibliotecas o cines.
El Ministerio de Cultura debería dedicar especial atención al
cuidado y mantenimiento de construcciones de significación histó-
rico cultural.
5° En la competencia «Más bellas nuestras ciudades y aldeas
¡colaborad!», deberían ser concentradas las energías en el mante-
nimiento, mejora y ampliación de las facilidades para una rica
actividad cultural. En las mismas instituciones culturales y artísticas
será posible lograr mejoras palpables de las condiciones de trabajo
y de vida si se recurre a la cooperación de los colectivos de trabajo.
Se debe garantizar en todo I ugar el empleo más racional y efectivo
posible de los medios materiales y financieros que son puestos a
disposición de la cultura con fondos provenientes de la renta
nacional.
Un barómetro concluyente en este sentido es indudablemente la
efectividad político cultural y educativa. Este debe ser el punto de
partida de toda dirección y planificación por los órganos estatales.
El valor de los esfuerzos culturales y artísticos será medido en
primer lugar en la circunstancia de cómo nuestra vida es enrique-
cida y embellecida por obras artísticas interesantes y emotivas, por
una actividad cultural múltiple, la recreación y el esparcimiento.
Este es el criterio que debe guiar en la elaboración de sus
programas a todos los funcionarios estatales y a todos los
colaboradores de los cines, clubes y casas de cultura, en todos los
establecimientos culturales. Todas las regulaciones y deter-
minaciones que apoyan estas tareas, deberán ser examinadas
permanentemente para juzgar si son efectivas o no.

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Miles de personas llevan a cabo con gran empeño una actividad
muy variada para el desarrollo de nuestra cultura, labor que merece
alto reconocimiento público. Sobre los encargados de cuestiones
culturales en las organizaciones sociales recae una responsabilidad
especial en lo que atañe a la dirección de la vida cultural y al
desarrollo del arte y la literatura Agradecemos muy cordialmente
a todos los ciudadanos su inagotable y desinteresada actividad en
los consejos de los clubes en la ciudad y en las aldeas, en las
comisiones, en los consejos asesores, como encargados de cultura
sindicales y en otras entidades, con la que contribuyen a impulsar
nuestra vida cultural y artística. Sabemos que ellos realizan una
grande e importante labor.
Al mismo tiempo es necesario exigir un carácter más científico,
más exactitud y conocimiento de causa para la labor de dirección
en la esfera del arte y de la cultura, así como introducir medidas para
elevar el nivel de los cuadros a los diferentes niveles. En relación
con otras esferas, la fluctuación es grande. A la formación siste-
mática del nuevo personal se dedica muy poca atención. Hay que
aumentar las facilidades para el perfeccionamiento de los funcio-
narios en el ámbito de la cultura.
Especialmente importante es que las direcciones distritales y
organizaciones de base del partido dirijan su atención a la selección
de cuadros, a quienes confiar las tareas y funciones culturales.
Desde hace largo tiempo no se ha solucionado todavía el problema
de la preparación sistemática de camaradas para las funciones
culturales en el aparato del partido, yparafuncionesendirecciones
importantes. Ellos no pueden ser formados únicamente por la
Escuela Superior del Partido y el Instituto de Ciencias Sociales.
Muchos de los funcionarios culturales que hoy ejercen cargos
directivos han comenzado su desarrollo en la escuela especial del
Comité Central en Erfurt. Pero esta escuela fue cerrada hace más
de 12 años, y nunca se ha pensado en reemplazarla. Esto ha traído
desventajas, de manera que proponemos que se restablezca una
escuela especial con capacidad adecuada.
Pero no se trata únicamente de camaradas que ejerzan directa-
mente funciones culturales. El hecho de que en medida creciente
deben ser solucionadas tareas culturales en todas las esferas nos
obliga a preguntarnos cómo podemos transmitir a todos los

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dirigentes, un mínimo necesario de conocimientos y experiencias.
Debemos examinar, por eso, cómo incorporar el estudio de pro-
blemas fundamentales de la cultura, como parte integrante, en los
planes de enseñanza y programas de capacitación de las escuelas
superiores y técnicas y de los institutos de capacitación para
adultos en todas las esferas sociales.
Muchos trabajadores sienten la necesidad de adquirir conoci-
mientos culturales y artísticos en cursos nocturnos sistemáticos. En
muchas fábricas, ciudades y pueblos se necesita urgentemente
personal calificado para dirigir los círculos de creación artística de
aficionados. Una solución acertada se obtendríasi varias provincias
abrieran en común una escuela para la formación de ese personal.
Los Ministerios de Cultura y de Instrucción Pública deberían crear
en común las condiciones, a fin de que las escuelas superiores
populares puedan transmitir a los trabajadores interesados amplios
conocimientos culturales y artísticos. Los establecimientos existen-
tes para la capacitación de adultos, las academias de las fábricas
y de las aldeas deberían incluir más problemas culturales en sus
planes de estudio, o bien - d e acuerdo con las necesidades prever
cursos especiales. La URANIA podría reforzar considerablemente
su programa de conferencias sobre temas de la política cultural, el
arte y la literatura.
El estudio de películas documentales de corto metraje debería
producir con este fin películas educativas y propagar las buenas
experiencias recogidas en la dirección de los procesos culturales.
En este sentido podrían ser todavía más activos los diferentes
periódicos y revistas. Hemos leído interesantes artículos en la
revista femenina «Für Dich». Especialmente el semanario «Sonn-
tag» debería ser reorganizado de tal modo que este periódico
político cultural se convierta en un consejero imprescindible para
dirigentes, artistas y trabajadores.
Los múltiples esfuerzos que se hacen para la formación y el
perfeccionamiento de los cuadros, necesitan una mejor coordina-
ción. Las fases de formación desde el estudio elemental para
funcionarios culturales en los distritos, pasando por las academias
culturales de provincia, por la escuela técnica de Meissen-Sieben-
eichen y los cursos centrales hasta terminar en el estudio superior
en las universidades de Berlín y Leipzig, deben ser mejor armoni-

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zadas entre sí. La posibilidad de perfeccionamiento de cuadros
dirigentes en el ámbito de la cultura deberá ser ampliada organi-
zando cursos especiales o el estudio por correspondencia en las
instituciones existentes, especialmente en las escuelas superio-
res de arte.
Camaradas:
Con todos nuestros esfuerzos para un mayor desarrollo de la vida
cultural y de la creación artística deseamos servir al bienestar del
hombre, a los intereses de la clase obrera y a todo el pueblo
trabajador. Nuestra labor político cultural persigue el objetivo de
enriquecer la existencia del hombre, hacer más bella la vida diaria
y posibilitar a todos los ciudadanos una vida que tenga sentido. Si
así obramos, la cultura llegará a ser, como decía Hans Marchwitza,
el «segundo latido del corazón en nuestra vida».

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