El cansancio y el dolor van en aumento y tu Santo Cuerpo
queda otra vez tendido en el suelo bajo el pesado leño… ¿qué haré yo? Ante la gran probabilidad, o certeza de que volveré a caer, no me desanimaré… y cuando caiga nuevamente, nuevamente me levantaré y continuaré.
Padre nuestro…
OCTAVA ESTACIÓN: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
Recorres el camino de la Cruz, cuánto vas sufriendo… pero te
fijas más en esos otros corazones entristecidos que van a tu lado… Tú, el sufriente merecedor de consuelo, te detienes a ver y a consolar… yo, ¿qué haré? Miraré más allá de mi misma, recordaré cómo me consuelas y llevaré consuelo.
Padre nuestro…
NOVENA ESTACIÓN: Jesús cae por tercera vez.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos…
Más próximos a la cima del Calvario, más próximos a tal
momento de dolor… no te avergüenza caer por tercera vez dejándote ver frágil y sufriente… y yo, que tantas veces me avergüenzo por el qué dirán… ¿qué haré por Ti? Me fijaré más en el qué dirás Tú…