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EJERCICIO PIADOSO DEL VIACRUCIS

16 de febrero del 2024


Seminario Mayor Arquidiocesano de Bucaramanga

Monición Inicial:
Con el piadoso ejercicio del viacrucis se actualiza el recuerdo de los sufrimientos que soporto el divino
Redentor en el camino desde el pretorio de Pilato, donde fue condenado a muerte, hasta el monte de la
Calavera o Calvario, donde murió en la cruz por nuestra salvación, acompañemos con devoción a Jesús en
este camino de la mano de las reflexiones de San Rafael Arnaiz Barón, monje trapense, uno de los principales
místicos del siglo XX, canonizado en 2009 por Benedicto XVI.

Por la señal de la santa cruz….


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Acto de Contrición

Primera Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús es condenado a muerte

Escuchemos al profeta Jeremías:


Yo, como manso cordero, era llevado al matadero; desconocía los planes que estaban urdiendo contra mí:
“Talemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra de los vivos, que jamás se pronuncie su nombre.
Palabra de Dios

Reflexión:
¡Quien piensa ser apreciado de los hombres cuando veo a mi Jesús olvidado de sus amigos, despreciado y
escupido!
¡Quien piensa en tener prudencia cuando vemos a Jesús con una capa y un cetro de loco! Señor, yo quisiera ser
ese loco…
Cristo Jesús, enséñame a padecer… Enséñame esa ciencia que consiste en amar el menosprecio, la injusticia, la
abyección… Enséñame a padecer con esa alegría humilde y sin gritos de los santos.

Padrenuestro
Segunda Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús con la cruz a cuestas

Escuchemos al evangelista Juan:


Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado “de la Calavera” (que en hebreo se
dice Gólgota)
Palabra del Señor.

Reflexión:
¡Ah!, la locura de la Cruz… ¡Quien la tuviera! ¡Señor quisiera amar con locura tu Cruz; no permitas que de ella
me aparte! …
He aquí mi vida: sufrir, padecer, amar con frenesí todo lo que Dios en su infinita bondad quiera enviarme, Él es
el que lo hace… y si Él me envía el consuelo, El también me envía el dolor… ¿Cómo no amar al que todo lo
hace para nuestra salud? ¿Cómo no volverse loco de alegría al ver que es Dios quien nos envía la Cruz? ¿Cómo
no adorar hasta morir a esa bendita cruz, que es nuestra única salud, resurrección y vida?

Padrenuestro

Tercera Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús cae bajo el peso de la cruz

Escuchemos al profeta Isaías:


Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto
atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos,
ante el cual se ocultaban los rostros, despreciado y desestimado.
Palabra de Dios

Reflexión:
¡Que cansado estoy, Señor y Dios mío ¡¿Hasta cuándo…?
En medio de mi deseo del cielo y de amor a Jesús arrastro mi vida, que el mundo aun sujeta…Mi alma sufre de
verse privada de tus amores, sufre de verse en el encierro de este cuerpo miserable. Ten misericordia de mí…
¡Pobre alma que sufre mal de amores y aún tiene que vivir!

Padrenuestro
Cuarta Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús se encuentra con su madre

Escuchemos al evangelista Lucas:


Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: “Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se
levante; y será como un signo de contradicción – y a ti misma una espada te traspasará el alma- , para que se
pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones.
Palabra del Señor.

Reflexión:
¡Virgen María, Madre de los Dolores ¡Cuando mires a tu Hijo ensangrentado..., déjame a mí que humildemente,
recoja tu inmenso dolor y déjame que, aunque indigno enjugue sus lágrimas ¡
¡Que grande es Dios, que dulce María ¡Dios es tan bueno conmigo… En el silencio me habla al corazón, me va
enseñando poco a poco quizá con lágrimas, siempre con cruz a desprenderme de las criaturas, a no buscar la
perfección mas que en El… A mostrarme a María y decirme: He aquí la única criatura prefecta… En Ella
encontraras el amor y la caridad que no encontraras en los hombres…

Padrenuestro

Quinta Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

El cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz

Escuchemos al evangelista Marcos:


Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a llevar la
cruz.

Palabra del Señor.

Reflexión:
Señor, déjame llevar tu Cruz ¡Quien me diera sufrir junto a tu Cruz para aliviar tu dolor!
Que note la Cruz sobre mis hombros ¡Que grande es Dios! Como no amarle, ¡Como no amarle!
¡Con que delicadeza toca los corazones, con que suavidad nos hace ver su voluntad nos enseña sus caminos,
cuanta dulzura tiene en la voz el dulce Nazareno cuando dice: “Sígueme”

Padrenuestro
Sexta Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

La Verónica enjuga el rostro de Jesús

Escuchemos al profeta Miqueas:


Escuchad montañas, el pleito del Señor, vosotros, inalterables cimientos de la tierra: el Señor pleitea con su
pueblo, con Israel se querella. Pueblo mío ¿Qué te he hecho?, ¿En que te he molestado? ¡Respóndeme!
Palabra de Dios

Reflexión:
Al ver tus llagas Señor, solo un pensamiento domina al alma: Amor. Si, amor para enjugar tu sudor, amor para
endulzar tus heridas, amor para aliviar tanto y tan inmenso dolor.

Padrenuestro

Séptima Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús cae por segunda vez


Escuchemos al evangelista Marcos:
Les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo mataran; y después de muerto,
a los tres días resucitará. Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.
Palabra del Señor.

Reflexión:
Sufro, Señor, Tu lo sabes…
Aunque en momentos de generosidad deseo sufrir por el mundo entero y me ofrezco a Ti para lo que Tu
quieras..., son tan pocos los momentos en que pienso así… es tanta la sensualidad de mi carne y la flaqueza de
mi espíritu, que ya ves, cuantas veces desfallezco.

Padrenuestro
Octava Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén

Escuchemos el segundo libro de Samuel:


David subía la cuesta de los Olivos llorando con la cabeza cubierta y descalzo. Los que le acompañaban
llevaban cubierta la cabeza y subían llorando.
Palabra de Dios

Reflexión:
Déjame, Señor, llorar, pero llorar de ver lo poco que puedo hacer por Ti; lo mucho que te he ofendido estando
lejos de tu Cruz. Déjame llorar por el olvido en que te tienen los hombres, aun los buenos.
No te importen mis lagrimas ni te detengan a veces mis grandes faltas de correspondencia a tu amor. Ya sabes lo
que soy y como soy. Pero tu vienes y me consuelas…

Padrenuestro

Novena Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús cae por tercera vez

Escuchemos al evangelista Marcos:


Él tomó aparte otra vez a los Doces y empezó a decirles lo que iba a suceder: “Mirad, estamos subiendo a
Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; lo condenarán a
muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlaran de él, le escupirán, lo azotarán y lo mataran; y a los tres días
resucitará.
Palabra del Señor.

Reflexión:
Cada vez me cuesta más, cada vez me pesa mas mi cruz, pero cada vez se llena mas mi alma de ese ¡solo Dios!
Acompañarle en la Cruz cuesta copiosas lágrimas. Todo es lucha como dice Kempis. Lucha consigo mismo, con
la tribulación, con la tentación. Todo es batalla y dolor, pero en medio esta Jesús, que alienta al alma a seguir,
que con rostro sereno nos dice: El que me sigue, no anda en tinieblas.

Padrenuestro
Decima Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús es despojado de sus vestiduras

Escuchemos al libro de los Salmos:


Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores; me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos. Ellos me miran triunfantes, se reparte mi ropa, echan a suerte mi túnica.
Palabra de Dios

Reflexión:
¡Cristo Jesús! ¡Enséñame a padecer! Enséñame esa ciencia que consiste en amar el menosprecio, la injuria, la
abyección. Enséñame esa ciencia que Tú desde la cumbre del Calvario muestras al mundo entero.

Padrenuestro

Undécima Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús es clavado en la cruz

Escuchemos al evangelista Juan:


Lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso
encima de la cruz; en él estaba escrito: “Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos”. Leyeron el letrero muchos
judíos, porque estaba cerca del lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
Palabra del Señor.

Reflexión:
¡Quien tuviera fuerzas de gigante para seguirte para sufrir¡¡Que bien se vive sufriendo, a tu lado, en tu Cruz,
viendo llorar a María¡¡Ojalá que los hombres todos amaran la Cruz de Cristo!

Padrenuestro
Duodécima Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús muere en la cruz

Escuchemos al evangelista Marcos:


Al llegar la hora sexta toda la región quedó en tinieblas hasta la hora nona. Y a la hora nona, Jesús clamo con
voz potente: Eloí Eloí, lemá sabaqtaní (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?). Y
Jesús, dando un fuerte grito, expiro.
Palabra del Señor.

Reflexión:
Déjame, Señor, vivir junto a tu Cruz. Que alegría tan grande es poder vivir al pie de la Cruz. Allí encuentro a
María, a San Juan y a todos los amadores.
Este yo siempre a la sombra del duro madero, ponga allí a tus pies mi celda, mi lecho. Tenga yo allí, Señor, mis
delicias, mi descanso en el sufrir. Riegue el suelo del Calvario con mis lágrimas. Allí no hay dolor, pues al ver el
tuyo ¿Quién se atreve a sufrir?

Padrenuestro

Decimotercera Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús es bajado de la cruz

Escuchemos al profeta Zacarias:


Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de perdón y de oración, y
volverán sus ojos hacia mí, al que traspasaron. Le harán duelo como de hijo único, lo llorarán como se llora al
primogénito. Aquel día el duelo de Jerusalén será tan grande como el de Hadad-Rimón en los llanos de
Meguido.
Palabra de Dios

Reflexión:
No le basto a Dios entregarnos a su Hijo en una Cruz, sino que además nos dejó a María.
¿Cómo no bendecir a Dios con todas nuestras fuerzas al ver su gran misericordia para con el hombre, poniendo
entre el Cielo y la Tierra a la Santísima Virgen? Aprendamos ahí, en el Calvario, a acompañar a Jesús en la Cruz
y a María, cuya alma mas en el Cielo que en la tierra nos enseña su Soledad.

Padrenuestro
Decimocuarta Estación
V. Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús es puesto en el sepulcro

Escuchemos al evangelista Marcos:


Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, miembro noble del
Sanedrín, que también aguardaba el reino de Dios; se presentó decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
Este compro una sabana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sabana y lo puso en un sepulcro, excavado en una
roca, y rodo una piedra a la entrada del sepulcro.
Palabra del Señor.

Reflexión:
Para el alma enamorada de Dios, para el que ya no ve mas arte, ni ciencia que la vida de Jesús. Para el alma que
ha encontrado en la tierra el tesoro escondido, el silencio no le basta, ni su recogimiento en soledad; es
necesario ocultarse a todos, le es necesario ocultarse con Cristo, buscar un rincón de la tierra, donde no lleguen
las miradas profanas del mundo y allí estarse a solas con Dios.

Padrenuestro,

Stabat Mater

La madre piadosa estaba


junto a la cruz y lloraba
mientras el hijo pendía.

Cuya alma, triste y llorosa,


traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

¡Oh, dulce fuente de amor¡,


hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.

Y que, por mi Cristo amado,


mi corazón abrasado
más viva en el que conmigo

Bendición Final

Que tu bendición, Señor, descienda con abundancia sobre este pueblo, que ha celebrado la muerte de tu Hijo
con la esperanza de su santa resurrección; venga sobre el tu perdón, concédele tu consuelo, acrecienta su fe y
guíalo a la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

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