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A POETAS DE PUERTO RICO

Luis Palés Matos 1898

Julia de Burgos 1914

Laura Gallego 1924

Pedro Juan Ávila 1941

Vicente Rodríguez Nietzche 1942

Edgardo López Ferrer 1943

Ángela María Dávila 1944


A Luis Palés Matos 1898 Puerto Rico

CONTEMPLAR LA ESENCIA BORICUA

Contemplar la esencia boricua y aceptarnos

sumergirnos en su misterio en el cruce

de espíritus que enriquece lo africano,

lo taino, lo hispánico, raíz pródiga

de las Antillas, un crisol de tintura,

revelar dimensiones en la consciencia

de nuestro pueblo, a su lenguaje, sus mitos,

a los ritmos que recorren sus esencias,

la voz del coquí, lo sensual de sus danzas,

y que no permanezcan mudos sus cantos


no sea voz sin cauce su naturaleza

lo fecundo de su plena sino luces

de un despertar boricua, llama viva

que truene en la nada sin sentido, un ardor

que devore el ocaso y el hastío, una pasión

de vivir, un estallido de sus raíces,

que el esplendor de su cielo, sus palmeras,

ciegue el silencio de barras y estrellas

este morir en un dolor sin sustancia,

yacimiento de exuberancia de alma

que se alce sobre lo establecido al ritmo

del ten con ten de mi tierra antillana.


A Julia de Burgos 1914 Puerto Rico

PRIMIGENIO MANANTIAL EN TIERRA FÉRTIL

Primigenio manantial en tierra fértil,

estallido que extendió naturaleza

desde la aurora al sueño de los pájaros,

entre dos ecos, entregada a las venas

del amor y del mundo, con su espíritu

salvaje enfrentado a las anclas del tiempo

que no comprende la pureza de su alma,

desgajarse en su liberación íntima

y la de sus raíces, nutrida por cantos

del serpentear del río por donde navegan

los anhelos de su Puerto Rico querido,

un amanecer de presente y ternura,

un entregarse hasta diluirse en vida,

albur de besos de sostenido vuelo

alimentado por su partida esencia

hasta desterrarse en sombras sin regreso,

de mañanas de gravitar en la nada.

Mujer de futuro, un morir a destiempo.


A Laura Gallego 1924 Puerto Rico

ALGUIEN QUE SE ASOME A ESTA SOLEDAD

Alguien que se asome a esta soledad

que con la mirada me acompañe

LAURA GALLEGO

Es tanta mi tristeza callada

tanta la soledad de mis soledades

que ni el olvido se asoma,

y en la cima de su silencio

de la gracia de sus labios

ni una palabra de su voz brota,

es tanta la sed del agua de su boca

tan seco el aroma de su cuerpo

que la tierra me sabe fresca y líquida,

es tanta la fiereza de mi carne viva

para desprenderme de mi pena

que se vierta el dolor y la angustia

que soy surco para su nombre,

quise agua transparente y bebo

infusión de cristales y veneno.


A Pedro Juan Ávila 1941 Puerto Rico

EN LA NOCHE COMO UN SORTILEGIO

En la noche como un sortilegio


surgido de una plegaría,
como un golpe que quiebra
la roca que retiene las palabras
y por su angostura fluye
una fresca eufonía de semillas,
un hilado de hálitos de vida
que penetra en el hastío
y en su interior topografía
el silencio que enmudece los ecos,

en la noche un temblor de vidrios


que atraviesa las caricias y los besos
con un crepitar de miradas,
ahonda en mi seno, me revela
las marcas del camino preciso
en el que encontraré el espejo
para mirarme desde dentro
y reconocerme a mí mismo;
a la sombra de un árbol varado
en el asombro, encuentro sentido.
A Vicente Rodríguez Nietzche, 1942 Puerto Rico

TERNURA ARMADA

En un vergel en el que es inmanente

la belleza y la ternura,

en un peregrinar como un pálpito

de vida, lanza al vacío con la tensión

propia de una honda, un salmo

de su alma al amor y la fragancia de su cielo,

que libere a su tierra y sus gentes,

un vergel, en el que han sembrado

ásperas quebradas, caóticos bancales,

en los que florecen angustias,

y los poetas con palabras verticales

mitigan y acompañan las esencias

de sus flores y el sabor de sus frutas,


desde sus riscos, otean signos cargados

de dignidad, su azul transparenta su alma,

sueñan con un desfile con una cadencia

que germine en un transformador delirio

que engulla su agrio presente,

un procesionar de paso firme,

espiritual, en el que se cargue la cruz

de la dignidad de la estirpe caribeña.


A Edgardo López Ferrer, 1943 Puerto Rico

VIVO Y RESPIRO POR LA LUZ DE LA PALABRA

Vivo y respiro por la luz de la palabra


en este mundo en el que se crean dioses
en escrituras sagradas y silencios profundos
que navegan en el río de la nada,

vivo consciente del dolor humano,


de la complicidad de los pusilánimes,
en el horror de la paz construida
con la sangre de los desfavorecidos,

del abrazo cálido y democrático


de los poderosos con su reloj de sombras,
pero también de que el amor
con su asombro nos hace sentir vivos,

en este prodigio efímero de mínima


inmensidad, canto con firmeza
con la energía del fuego y la delicadeza
del vuelo de las mariposas,

sintiéndome esencia de tiempo finito


hijo amado de la mar del olvido
alzo la voz para enterrar la melancolía
y sembrar dignidad en mi tránsito.
A Ángela María Dávila 1944 Puerto Rico

INVENTAR PALABRAS QUE DESAFÍEN

a la sombra, que acompañe

a la alondra en su canto

de la mañana, inventar

un baile para mirar

de frente a la vida

con un ritmo que azote

las verdades a medias,

sin detenerme en oír

voces que me desnombre

emitir música que vibre

con sabor a sal

en lo alto de una ola;

sembrarme las venas

mientras descubro flores,

ríos, cascadas y el deseo

temible y necesario

que convirtió mi corazón

en un mar rugiente

y trágico; en la mala hora


los golpes de aire duro

me desgaja, sola con mi piel

el desespero abre huecos

vacíos de sonido,

en mi tristeza me llaman

alaridos de flamboyanes

y mi lengua transparente

se alza como una roca

aplastando el molde

que me aprisiona

en mi tristeza más triste

andar de noche sola

pero con alas de alondra.

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