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Adivino en el tiempo
Para Tula van Severen
Alma
Atisbo
Bajo tu mirada
Diciembre, 1921.
Poemas de Cuscatlán
Cara y cruz
Crepuscular
Para mi buen amigo
Rodolfo Mayorga Rivas
..........................
Si fuéramos dos pájaros, y dos pájaros hermanos,
–¡oh dolor de estas cosas que sueñan los humanos!–
te seguiría, amigo, a países lejanos!...
28 de enero, 1922.
Cantos de la madre
Dime?
Dina
En la trágica muerte de mi
amiga del alma Dina Palacios.
Cien leguas a la redonda y fue repartiendo heridas…
niña más linda no había: Cayó un manto de silencio
ojos de avellana oscura sobre la gloria del día.
de mirada sorprendida, Llegó la noche, despacio,
frente de luna creciente, toda de luto vestida,
rizos de seda pajiza, la luna se puso un velo
talle de azucena fresca, por no ver lo que veía
cuello de garza marina, y se lloró todo llanto
voz de turpial en la fonda, sobre el lecho de la niña.
corazón de maravilla.
Cien leguas a la redonda ¿Muerte de dónde llegaste?
como ella no había. ¿Dónde estabas escondida?
¿Quién te abrió la puerta, ingrata?
Iba por mundo alegre, ¿Cómo entraste aborrecida?
alegre flor de la vida. ¿Por qué no saciar tu antojo
Iba tejiendo ilusiones en existencias marchitas?
con hebras de fantasía. ¿Por qué tan cruel complacerte
Llovía el sol, en el aire, en su fresca lozanía?
todo el oro de sus prismas, ¡Quién tuviera mil lebreles
las rosas de los rosales para cazarte, enemiga!
por encantarle lucían, ¡Quién pudiera arrebatarte
y Amor, divino y travieso, la linda flor de su vida!
entre canción y sonrisa Cien leguas a la redonda
por el monte y por el valle como ella no había.
jugando la perseguían,
y las campanas de Abril Va por el viento y la nube,
repicaban: ¡Din, din, Dina! por azules lejanías,
Cien leguas a la redonda va por el sol y el lucero
como ella no había. dulcemente sorprendida…
Canta en su corazón
Pero un día de mal, siete notas de alegría
—¡Ay Dios quién lo pensaría!— y baña la luz de Dios
se dobló como se dobla su bella cara encendida.
tallo de junco en la brisa. Música de las esferas
Sobre la almohada de pluma en el infinito vibra.
cirio y nardo parecía Eco de todos los mundos
y sus manos de blancura en el espacio palpita.
dos palomas ateridas. Cae la noche en la tierra
El dolor sacó su daga toda de gloria vestida,
Soneto
Para María y Mariano Coronado
Dos canciones
1 2
Dura lex
E C O S…2
Mujeres —Pero la que en el aire
todos desean
—¡A la misa, a la misa, es la campana-niña
que ya amanece!... de Nochebuena.
¡Ya la luz ha tocado
la palma verde! Sombra del indio
El arrullo
El misterio
El portalito
Cantos de la madre
El señor del sueño
Hijo, que ya son las siete,
ya baja la noche, tibia, Esconde el Señor del Sueño,
de la mano del silencio bajo su manto ceniza,
en carro de maravilla. polvo de cien mil colores
Regresaron las palomas en lindo frasco de prismas:
y arrullando se acarician. arco-iris, plata, nácar,
Guarda el zenzontle, en el nido, oro de la fantasía,
su gama de notas finas, lluvia de todo el milagro
y ranita esmeralda, sobre las frentes benditas.
en el agua de la pila, Entra sin abrir la puerta
ensaya las roncas voces y camina de puntillas…
de su pandereta antigua. Se oye un algo misterioso
Luciérnagas, a millares, y creemos que es la brisa…
como flores encendidas,
bailan en la yerba fresca Varita mágica tiene,
un baile de candelitas… y lentejuelas y cintas,
y juguetes que no vende
Hijo, que ya estás cansado. ninguna juguetería.
La actividad de tu día Regala unos caramelos
fué locura de carreras hechos de la miel más rica,
y fué desborde de risas. mazapanes y cajetas
Cierra tus ojos, precioso, con esencia de delicias.
—los ojos de mi alegría, — Cuenta los mejores cuentos,
aquí, sobre mi regazo, canta canciones muy lindas,
tu cuerpecito reclina, y adivina adivinanzas
y duérmete en paz, mi encanto, que nadie adivinaría.
duérmete, mi vida. Te ha de llevar de paseo
a tierras desconocidas,
Ya viene el Señor del Sueño por valles y por verjeles,
por esa luna amarilla por lagos de agua tranquila,
con su gran manto de sombra por una mar de zafiro
donde los ecos palpitan, con perlas en las orillas,
con sus zapatos de nube por bosques en los que crecen
y su gorro de neblina campánulas entre orquídeas,
y sus barbas blancas, blancas, y donde vientos que soplan
como escarcha nuevecita. son música nunca oída.
Ya viene por esa luna,
por esa luna amarrilla.
Esbozo de un poeta2
Estampa de Tolón2
Eva a Adán
Hermanos
Himno a la vida
Hombre nuevo
Mareas ascendentes
se la ofrecían inicial… creciendo…
y más honda que el pulso y el deseo
iba, fija y errante,
por el sonoro rumbo de los viajes.
……………………………………………..
Entre la niebla, el hombre,
— sucio de remolino y de misterio—,
recordaba el color de los retratos,
el jugo de las hojas
y la categoría de la tierra.
Ni la casa tranquila,
ni la harina con miel y con manzana,
ni el wiskey del barril a media noche,
lograron detener aquel impulso,
ni aquel vaivén de muertos entre sales
llamando siempre con su voz nocturna.
……………………………………………….
Y el hombre, sometido,
borrando la llamada de las barcas,
siembra su corazón en tierra firme
y alza días de musgo y de regazo.
……………………………………………
Le imantaba el silencio,
y la engañaba el sueño y la tenía absorta.
De su cause brotaban peces finos,
saetas musicales,
y los escombros de una casa de humo.
…………………………………………………
La carta
Canciones de Navidad
La posada
Viento soplaba del norte, Le hablaba el esposo bueno,
gemidor entre las ramas el que jamás la tocara,
de los viejos sicomoros escogido por Dios mismo
y robles de la montaña; para servirla y guardarla,
la luna no aparecía; el de la vara de nardo,
oscuro el camino estaba: el de lirios en las barbas,
noche de invierno, sin luna, bien oiréis lo que decía
¡noche de buscar posada! con dulcísimas palabras:
Cantos de la madre
La ronda
Letrilla
La madre doncella Con amante voz
como flor se abrió: le dice María:
niño le nació “Luz de mi alegría,
a la Niña bella. mi niño y mi Dios,
A Dios, que ha nacido lindo Jesusito,
por nos rescatar, ¿sientes mucho frío?
le habéis de encontrar Ven, tesoro mío,
en pajas dormido ven acá, mi hijito:
como si fuera sonría mi encanto,
así, desnudito, deje de llorar,
sólo un pobrecito póngase a mamar
hijo de cualquiera. mientras yo le canto:
No había una almohada, ¡Sol de media noche,
ni un pañal había; olivo en guirnalda,
la Virgen María florecita gualda
lloraba angustiada: de fragante broche,
Versos de niños
Los animalitos2
El gusano L’ araña
Luciérnagas de la noche,
mínimas y juguetonas,
bajo las alas esconden
sus lamparitas temblonas.
Y van bailando su baile,
entre lo negro profundo,
como si estrellas llovieran
sobre la cara del mundo
Madre
Porque Dios es bueno hasta mí bajó.
De anhelo, de ensueño, de amor se formó.
¡Salió de mi cuerpo, de mi alma salió!...
Mes de mayo
Para Olguita, Tere y Aida Salarrué.
Mi canto
Año de 1932.
Lars, Claudia (seud.)1. (1939). Niño. Repertorio
Americano, 36(19), 301.
Poemas de Cuscatlán
Niño
Optimismo
Opulencia
En su boda
19 de noviembre, 1921.
Presencia
Poemas de Cuscatlán
Primera canción de la tierra que descubro
A Chico Luarca.
Entro quedamente
hasta el profundo corazón de mi tierra:
imán oculto,
huaca de sorpresas,
caracol que en mi oído
suena los siglos;
fruta jugosa
que amasaron los dioses morenos
con manos de antojo.
Aprendo
vocablos campesinos
que siempre se trabaron
en mi lengua,
y en barro crudo plasmo
la forma
de mi cuerpo,
jugando con un símbolo.
El indio me descubre
sus secretos
porque nada pregunto…
Asombra su paciencia
y levanta vergüenza su dolor
sin grito.
En la sombra morada
de su puerta
recojo mi cansancio,
y junto al fuego del convivio
regreso a mi niñez.
Salgo con los pequeños
a rebuscar tesoros
en los charcos;
a mecerme en trapecios
de bejuco;
a descolgar parásitas,
y a espiar el ágil salto
del animal arisco.
Prodigio
Raza judía2
Retrato
Cantos de la Madre
Risa de mi niño
Y terminó en la negrura
el romance del pasado…
¡Almíbar de los recuerdos
ya te vas volviendo amargo!
Tierra Blanca, Costa Rica.
Noviembre, 1933.
1 Nombre de la autora: María del Carmen Brannon Vega, 1899-1974.
Lars, Claudia (seud.)1. (1933). Romance de los días
que vienen. Repertorio Americano, 27(24), 372.
Poemas de Cuscatlán
Soneto
II
III
IV
VI
Sonetos inéditos
Para don Joaquín García Monge
Sursum Corda
Tarde tropical
II
En el río del recuerdo pero guarda su candor
al revés las ondas viajan… en villancicos de Pascua.
No buscan el mar inmenso Fuma puros de Copán,
como las ondas del agua. mece el deseo en hamaca,
Suben en vez de bajar, cree en la virtud de la ruda,
regresan a fuentes altas, usa amuleto y medalla.
y se pierden, lentamente,
en prismas de madrugada. Mi padre rompe el destino
con el plomo de su bala.
Sobre el rumor del recuerdo En un signo de la suerte
la vela que zarpa… pone su alforja y su cama.
Siete mares aprendieron
Luces diáfanas revientan su canción en legua extraña
en cumbres recién lavadas; y al fin clavó su inquietud
desnudas formas de niebla en amor de tierra cálida.
vuelven al día la espalda. El hondo cauce del río
En el vidrio del pantano tuerce con la mano blanca;
bosques hundidos se alzan; abre el ojo de la peña
libélulas de resorte y el vientre de la montaña.
alargan vuelos de ámbar. Mueve ruedas imposibles,
Buscan nidos de calor dibuja cifras y mapas,
los reptiles de la grama; y traza líneas que vuelven
las palomas se persiguen pequeñita la distancia.
y los bejucos se alcanzan.
En bahía de recuerdos
Sobre fuga de recuerdos la vela descansa…
vela de nostalgia…
Cuando la lluvia de octubre
El abuelo que, por indio, juega a doblegar las ramas;
tiene de barro la cara, cuando ha llegado la noche
lleva en la cabeza terca, por camino de fantasmas;
sombrero de Jipijapa. cuando el tecolote mira
Le conoce el horizonte, con la pupila espantada
ninguna bestia le engaña, y el gato de los rincones
sabe las letras del cielo ronronea entre las faldas;
y el idioma de las plantas. con sandalia de silencio,
Su bota de cuero sucio sin quitar llaves ni trancas,
—con espuela que se arrastra — la leyenda de dos tierras
quiebra el diente de la piedra, entra y se sienta a mis plantas…
se hunde, sin miedo, en la charca,
Tío Conejo es su amigo, Jinetes y peregrinos,
porque le enseñó sus mañas, bandoleros y piratas,
III
Pulsando el volcán y el río, En arcones olvidados
—entre la playa y la sierra— se ha escondido la leyenda
irguiendo, por cuatro rumbos, que la polilla se come
campanarios y palmeras; y que los niños encuentran.
con techos que se persiguen
y calles que corcovean, Tienen eco los rincones,
alza mi ciudad de siglos tienen chirridos las puertas,
su algazara mañanera. y están esperando sustos
botijas y calaveras.
Un sol que nace maduro
le vuelve de oro las piedras Entre la ropa lavada
y ensarta prismas girantes manojitos de alhucema.
en pelusillas que vuelan. Racimos y moscardones
El cura y el monaguillo, sobre el mantel de la mesa.
el ruido de las carretas,
veinte gallos y un canario En nubes de tarlatana
antes que el día despiertan. y corazones de fiesta
Se abren después los zaguanes la Virgen de Candelaria
y las ventanas de rejas vestida de lentejuelas.
para mostrar, al que pasa,
fugaces enredaderas… Alfombras de Viernes Santo
Sobre combas aromadas hechas de serrín y arena.
zigzaguean las abejas Bajo el signo de Diciembre
y en el chorro de la pila retablos y pastorelas.
se lavan paños y trenzas.
Suben resinas silvestres El zipote de los trompos,
en el humo de la leña el loco de las piruetas,
y se endulzan las palabras y la guara de colores
con masa de bizcotelas. con ansias volatineras.
Vida
Cantos de la madre 2
Víspera
Zopilotes
A mi buen amigo Doctor don
Ramón Quesada, el de la risueña
filosof ía.
Sonsonate, 1923.