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ARIEL SILES CLAURE

RESUMEN

CORRIENTES DEL CONSTITUCIONALISMO CONTEMPORÁNEO A DEBATE

Ana Micaela ALTERIO

I. INTRODUCCIÓN.-

El artículo se centra en comparar tres enfoques del constitucionalismo en la teoría


constitucional contemporánea: el neoconstitucionalismo, el constitucionalismo popular y el
nuevo constitucionalismo latinoamericano. Se exploran las pretensiones normativas de cada
teoría, los modelos de legitimidad democrática que respaldan, la propuesta de revisión
judicial por cada teoría, las teorías de democracia implícitas y cómo cada enfoque concibe
la relación entre el derecho constitucional y la política. El análisis busca abstraer las ideas
principales de cada corriente, examinando las teorías subyacentes para contribuir al
pensamiento constitucional en América Latina.

II. NEOCONSTITUCIONALISMO(S)

El neoconstitucionalismo se presenta como un enfoque que ha evolucionado desde las


constituciones de la posguerra, destacándose por incorporar valores morales y principios
fundamentales directamente en las constituciones, marcando un fuerte enlace entre derecho
y moral. Este cambio refleja un alejamiento del positivismo jurídico tradicional hacia una
teoría que considera las constituciones como objetos normativos ricos en principios
morales, obligando a los jueces a interpretar y aplicar estos principios fundamentales. El
neoconstitucionalismo, entonces, representa una transformación en la teoría constitucional
que subraya la importancia de los derechos fundamentales y la revisión judicial como
mecanismos para garantizar estos derechos frente al poder legislativo y ejecutivo,
cambiando la forma en que se entiende la relación entre el derecho y la moral, y
redefiniendo el papel de la jurisdicción en la protección de los derechos individuales.

1. El modelo sustancialista de legitimidad

El modelo sustancialista de legitimidad se basa en la idea de que las decisiones


democráticas deben respetar ciertos principios morales preestablecidos, valorando el
contenido de las decisiones más que el proceso mediante el cual se toman. En este modelo,
los derechos fundamentales establecidos en las constituciones limitan las decisiones
democráticas, priorizando la justicia sustantiva sobre los procedimientos democráticos. Este
enfoque, adoptado por el neoconstitucionalismo, sugiere que las decisiones políticas son
legítimas solo si cumplen con estos ideales morales, independientemente del proceso
democrático que se siga, y coloca a los derechos fundamentales como límites a la voluntad
de las mayorías, argumentando que proteger estos derechos es proteger la esencia misma de
la democracia.
ARIEL SILES CLAURE
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2. Los arreglos institucionales en el neoconstitucionalismo

Los arreglos institucionales en el neoconstitucionalismo se centran en proteger los derechos


fundamentales a través de constituciones rígidas y un control judicial fuerte de la
constitucionalidad de las leyes. Esto significa que los jueces tienen el poder no solo de
interpretar la constitución y aplicar sus principios a casos específicos, sino también de
anular leyes que consideren que violan los derechos fundamentales. Este enfoque considera
que las decisiones de las mayorías pueden ser peligrosas si amenazan derechos individuales
o de minorías, por lo que establece mecanismos para que las cortes puedan actuar como
guardianes de esos derechos, limitando así el poder de las mayorías y del legislativo. El
modelo busca asegurar que las decisiones políticas respeten un conjunto de valores y
principios morales preestablecidos, a través de un sistema de frenos y contrapesos donde el
poder judicial juega un papel central en la protección de la constitución y los derechos
fundamentales.

3. ¿Qué teoría de la democracia?

La teoría de la democracia dentro del neoconstitucionalismo se inclina hacia una visión


"sustancial" de la democracia, donde se valora más la calidad y el contenido de las
decisiones políticas que el simple proceso de toma de decisiones por mayoría. Este enfoque
sugiere que las decisiones democráticas deben respetar los derechos fundamentales y
principios morales, y que proteger estos derechos es esencial para la verdadera democracia.
La regla de la mayoría se ve entonces como un medio técnico, no necesariamente justo por
sí mismo, sino justificado en tanto promueva y respete estos derechos y principios. En esta
visión, limitar el poder de la mayoría para proteger los derechos fundamentales no daña el
ideal democrático, sino que lo protege contra posibles amenazas, redefiniendo así el
concepto de soberanía popular en términos de la protección de los derechos individuales y
colectivos fundamentales.

4. La relación en tre derecho y política

La relación entre derecho y política en el contexto del neoconstitucionalismo se entiende


como una interacción donde el derecho, especialmente a través de las constituciones y los
principios fundamentales, guía y limita la práctica política. Esta relación se caracteriza por
el papel activo del derecho constitucional en la conformación de las decisiones políticas,
asegurando que se respeten los derechos fundamentales y los principios morales. La
política, mientras tanto, opera dentro de los límites establecidos por el derecho, lo cual
significa que las acciones políticas y las decisiones legislativas deben alinearse con los
principios constitucionales. En este modelo, el derecho no solo actúa como un marco de
referencia para la política, sino también como un mecanismo de corrección cuando las
decisiones políticas se desvían de los principios constitucionales, asegurando así una
convivencia social basada en el respeto a los derechos y valores fundamentales.
ARIEL SILES CLAURE
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III. EL CONSTITUCIONALISMO POPULAR

El constitucionalismo popular se enfoca en la idea de que el poder y la autoridad en un


sistema democrático deben emanar directamente del pueblo. Contrasta con visiones más
elitistas o top-down del constitucionalismo, argumentando que las decisiones
constitucionales y los cambios en la ley fundamental deben reflejar la voluntad y
participación activa de los ciudadanos. Este enfoque defiende una mayor inclusión y
participación democrática en la creación, interpretación y reforma de la constitución,
poniendo énfasis en el papel activo de la ciudadanía en el proceso constitucional. A
diferencia del neoconstitucionalismo, que puede dar un papel preponderante a las
interpretaciones judiciales de los derechos y principios constitucionales, el
constitucionalismo popular subraya la importancia de la deliberación, decisión colectiva y
soberanía popular en la vida constitucional y política del país.

1. El modelo procedimentalista de legitimidad

El modelo procedimentalista de legitimidad, en contraste con el sustancialista, enfatiza que


la legitimidad de las decisiones democráticas deriva del proceso o procedimiento a través
del cual se toman esas decisiones, más que del contenido específico o resultado de las
mismas. Según este modelo, una decisión es legítima si se ha llegado a ella mediante un
proceso considerado justo, inclusivo y democrático, independientemente de si el resultado
coincide o no con ciertos principios morales preestablecidos. La idea central es que el
respeto por los procedimientos democráticos, como la participación ciudadana, el debate
abierto y la igualdad de voto, garantiza que todas las voces sean escuchadas y que ninguna
autoridad, incluyendo la judicial, tenga el poder de imponer restricciones a la voluntad de la
mayoría más allá de lo que el propio proceso democrático estipule. Este enfoque pone un
fuerte énfasis en la soberanía popular y la autoridad colectiva como bases de la legitimidad
política.

2. Los arreglos institucionales en el constitucionalismo popular

Los arreglos institucionales en el constitucionalismo popular se diseñan para maximizar la


participación directa de los ciudadanos en la toma de decisiones políticas y
constitucionales. Este enfoque promueve estructuras que facilitan el involucramiento activo
del pueblo en la creación, interpretación y reforma de las leyes y la constitución,
argumentando que la democracia es más auténtica cuando las personas tienen un papel
central en estos procesos. En práctica, esto puede traducirse en mecanismos como
referendos, asambleas populares, y otros medios de participación directa que permiten a los
ciudadanos ejercer un control directo sobre las decisiones importantes. El objetivo es
asegurar que el poder político y constitucional refleje verdaderamente la voluntad del
pueblo, más allá de la representación indirecta a través de elegidos o de la interpretación de
las leyes por jueces.

3. ¿Qué teoría de la democracia?


ARIEL SILES CLAURE
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La teoría de la democracia dentro del constitucionalismo popular se basa en la creencia de
que la verdadera democracia se logra mediante la participación activa y directa del pueblo
en todos los niveles de gobierno, incluida la toma de decisiones constitucionales. Este
enfoque valora la soberanía popular como el principio fundamental, donde la voluntad
colectiva del pueblo es la máxima autoridad. En esta visión, la democracia se entiende no
solo como un conjunto de procedimientos para elegir representantes, sino como un proceso
continuo de deliberación, decisión y acción colectiva. La idea es que todos los ciudadanos
tienen derecho a participar de manera significativa en el debate y la formulación de
políticas que afectan sus vidas, promoviendo así una sociedad más inclusiva, transparente y
responsable ante las necesidades y deseos de sus miembros.

4. La relación en tre derecho y política

Dentro del constitucionalismo popular, la relación entre derecho y política se ve como una
dinámica en la que el pueblo juega un papel central en la definición de ambos campos. La
política no solo está guiada por el derecho, sino que el derecho mismo es visto como una
expresión directa de la voluntad y los valores del pueblo. En este enfoque, la creación,
interpretación y reforma de las leyes y la constitución son procesos democráticos abiertos a
la participación activa de los ciudadanos. La idea es que las decisiones legales y políticas
deben surgir de la deliberación y el consenso populares, no de la imposición de una élite o
de autoridades judiciales. Esto promueve una democracia viva donde el derecho refleja
continuamente las necesidades, aspiraciones y cambios en la sociedad, manteniendo una
relación estrecha y directa con el proceso político.

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