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TEMA 3.

VARIEDADES SOCIOCULTURALES Y SITUACIONALES DEL ESPAÑOL

3.1. VARIEDADES SOCIOCULTURALES DE LA LENGUA O NIVELES: CLASES Y PRINCIPALES RASGOS

El carácter social de la lengua se fundamenta en el hecho de que es compartida por los individuos de una
comunidad. La sociedad se organiza en clases que se distribuyen a modo de estratos. Dado que no existen
fronteras claras en las formas de hablar de las distintas clases sociales, las modalidades lingüísticas corresponden
más bien a diferencias socioculturales. Es el grado de instrucción o la cultura de un hablante el factor determinante
de su variedad de lengua, y no el económico o la clase social. Otros factores extralingüísticos configuran estas
variedades: según el hábitat (lengua rural/urbana), según la edad (pertenencia a grupos generacionales), según los
diversos oficios o actividades. Se distinguen variedades sociales o niveles de lengua (variedades diastráticas):

➢ Nivel culto. Propio de las personas instruidas, de gran nivel cultural, modelo de corrección. Características:
▪Concreción. Afecta a todos los niveles: al fónico (una pronunciación que evita todo vulgarismo); al gramatical
(uso riguroso de construcciones sintácticas y nexos adecuados); al léxico (rechazo de vulgarismos y
barbarismos).
▪Riqueza léxica. El hablante dispone de un léxico rico y preciso.
▪Capacidad de abstracción. Es capaz de expresar con mayor profundidad los conceptos abstractos.
▪Tradición literaria. Recoge el peso de la tradición literaria y comparte su belleza formal. Apropiada para todo
tipo de actividades intelectuales.

➢ Nivel popular. Se sitúa en el nivel medio de competencia lingüística. Se usa en el ámbito de la vida cotidiana.
Entre sus peculiaridades destaca:
▪ Subjetividad del hablante. Uso de interjecciones y exclamaciones, expresiones irónicas, interpelaciones al
oyente, etc. ¡Eso te lo digo yo!.
▪ Economía en el uso de medios lingüísticos. Oraciones inacabadas y suspendidas, oraciones sincopadas, falta
de precisión léxica, frases cortas y muy expresivas, deícticos, muletillas, frases hechas, etc. ¡Bueno,
pues…como te decía!.
▪ Continuas apelaciones al oyente. ¡Ya me dirás! ¡Tú tienes la última palabra! .
▪ Uso del lenguaje proverbial o refranes. En boca cerrada no entran moscas.

➢ Nivel vulgar. Utilizado por las capas más modestas y peor escolarizadas de la sociedad. Es un sistema pobre,
con una gramática sencilla y léxico reducido. Se caracteriza por la alteración constante de la norma, el uso de
vulgarismos y errores lingüísticos debidos a la ignorancia del hablante. Los vulgarismos se producen en todos
los niveles de la lengua:
▪ Vulgarismos fonéticos: simplificación consonántica (dotor, solenidad); relajación consonántica (colorá,
toavía,); cambio en el orden de las consonantes (Grabiel, cocreta); alteración l/r (arquiler, sordao),
eliminación de fonemas al principio de una palabra (amos); pérdida de fonemas finales (na, to, pa); reducción
de diptongos (po, mu); adición de fonemas al principio o final de una palabra (arrascar, asín).
▪ Vulgarismos morfológicos: uso incorrecto de formas verbales (haiga, anduve); leísmo/ laísmo/ loísmo;
anteposición de artículo a los nombres propios (la Juani, el Rubén); alteración del orden de los pronombres (se
me ha caído); queísmos y dequeísmos (pienso de que, me acuerdo que).
▪ Vulgarismos léxicos: confusión en el significado de términos vecinos fonéticamente (infestar por infectar);
frases hechas (uno es así, como yo digo); palabras malsonantes; abuso de muletillas; abundancia de palabras
comodín, etc.

➢ Nivel estándar. Se sitúa en un nivel medio pero formal de la lengua. Adopta las exigencias del idioma, aunque
es menos rígida y meticulosa que la variedad culta. Respeta la norma léxica y gramatical que supone el uso
correcto del idioma. Se adapta a los cambios introducidos por modas o préstamos de otras lenguas. Se difunde
a través de los medios de comunicación y en la enseñanza.

Llamamos lenguajes específicos, jergas o argots a las lenguas características de grupos que dependen de
factores como su nivel social, su profesión o edad, y que hace que los miembros de dicho grupo compartan un tipo
de lenguaje especial, normalmente ininteligible para los que no pertenecen a él. Hay diferentes tipos:
• Jergas profesionales. En oficios o profesiones se utiliza un léxico muy específico, repleto de términos exclusivos
de dicha profesión (tecnicismos) y que, en ocasiones, el resto de los hablantes desconoce. Sucede en el ámbito de
la medicina, el derecho, la economía etc.
• Jergas marginales. La pertenencia un grupo desfavorecido o marginal, o al mundo de la delincuencia, genera un
tipo de lenguaje diferente: el lenguaje del hampa o argot marginal. Los individuos que se mueven en un
ambiente delictivo desarrollan una forma de hablar propia, plagada de términos que solo ellos conocen (maco
en vez de cárcel). El no ser comprendido por el resto de los hablantes es un objetivo de este tipo de jergas. Son
jergas marginales el lenguaje carcelario o el de los delincuentes.
• Jerga juvenil. Los jóvenes intentan ser diferentes de los mayores y emplean también el lenguaje como marca de
identidad. Se caracteriza por utilizar un léxico propio en ámbitos como la droga (camello, peta, farlopa), el sexo
(echar un kiki o un polvo), actividades delictivas (trullo, talego) en ocasiones tomado del argot marginal,
abundancia de palabras malsonantes, etc. Es frecuente el acortamiento de palabras (anarca, masoca) y el uso
de una ortografía al margen de las normas (okupa, anarquía), reforzado por las redes sociales, donde se abusa
de siglas y abreviaturas.
3.3. EL ESPAÑOL EN LA RED Y EN LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS: VISIÓN GENERAL, LÉXICO Y GRAMÁTICA

Visión general
El ser humano vive en sociedad: se relaciona continuamente con los demás. En esas relaciones, la lengua es el
vehículo principal de comunicación y debe adecuarse a la realidad social de los hablantes. Por un lado, la sociedad
no es homogénea, sino que presenta una gran variedad (geográfica, sociocultural y contextual). Por otro, tampoco
vivimos en una sociedad estática. Los continuos cambios dan lugar a nuevas necesidades comunicativas a las que la
lengua debe dar respuesta. Así ocurre con Internet, cuyo tremendo desarrollo ha afectado a prácticamente todos
los órdenes de nuestra sociedad: el ocio, las comunicaciones, el mercado.
Según el Informe 2021 del Instituto Cervantes, el español es la tercera lengua más usada en la Red después del
inglés y del chino, y es la segunda más utilizada en plataformas digitales como YouTube, Facebook, Netflix,
Wikipedia, Instagram, etc., solo por detrás del inglés.
La lengua que se usa espontáneamente en Internet (correo electrónico, chats, mensajes en aplicaciones de
telefonía móvil como WhatsApp, redes sociales) está a medio camino entre la escritura (uso escrito) y la oralidad
conversacional (uso oral y registro informal/coloquial). No se trata de un código distinto, pero sí de un uso
especial que confiere a los textos electrónicos o virtuales una personalidad propia:

• En el chat (incluidas las aplicaciones de mensajería del móvil y las redes sociales) se utilizan recursos propios de
las funciones apelativa y expresiva como vocativos, imperativos u otras fórmulas de mandato, interrogaciones,
interjecciones, etc. Al tratarse de un género intermedio entre lo oral y lo escrito, se producen alteraciones de la
ortografía tradicional (ortografía fonética: *K aces oi?), abundan frases entrecortadas e incompletas, las elipsis
de información que puede sobreentender el receptor. El léxico incluye términos de la jerga juvenil,
acortamientos y abreviaturas en constante renovación, puesto que los jóvenes son los mayores usuarios de esta
forma de comunicación.

• En el correo electrónico se aprecian rasgos de oralidad y de nuevo observamos la condensación y la elipsis,


aunque es menos informal que el chat.
• En ambas formas de comunicación son frecuentes los errores: anacolutos o solecismos (*yo, no me gusta el
café), dequeísmo (*dijo de que no lo esperáramos), discordancias (*La situación puede obedecer a una razón de
tipo estratégica), repeticiones innecesarias de palabras, etc.
• La necesidad de suplir la falta de contacto visual ha llevado al desarrollo de un nuevo sistema de símbolos de
expresión, emoticonos o smiles, que se pueden formar dibujando caras expresivas con los signos de puntuación
y con las letras, o mediante iconos:  ;) XD. Estos símbolos no son dependientes de las lenguas, sino
universales. Sin embargo, su uso puede provocar malentendidos.

Léxico y gramática
El léxico castellano se ha visto afectado por el lenguaje informático. Algunos de los fenómenos que se producen
son:
▪ Algunas palabras adquieren nuevas acepciones (navegar, red, descargar).
▪ Se han creado neologismos que son homónimos de palabras ya existentes: chatear (beber chatos) / chatear
(conversar a través de un chat).
▪ Se crean términos paralelos confusos (e-mail / Emilio).
▪ Se adoptan xenismos (hardware, software), préstamos adaptados (clic, escáner) y calcos(ratón, ventana).
▪ Se forman nuevas palabras con prefijos procedentes del mundo informático como ciber- (cibercafé, ciberespacio),
hiper- (hipertexto, hipervínculo).
▪ Ciertos sufijos se han especializado en la creación de neologismos relacionados con Internet y la informática:
-ear (chatear, formatear), -izar (informatizar, digitalizar, inicializar).
▪ Se utilizan la acronimia y las siglas para introducir neologismos (módem, bit, WWW (World Wide Web), http
(hipertext transfer protocol)).
▪ Aparecen nuevas locuciones verbales (hacer clic, hacer doble clic) o nominales (autopistas de la información,
disco duro).

En cuanto a la gramática, se observan los siguientes fenómenos relacionados con Internet y las nuevas
tecnologías:
➢ Uno de los problemas que surgen es la cuestión del género de determinadas palabras. La palabra Internet se
presenta como ambigua en cuanto al género porque puede aparecer con el artículo en femenino (la Internet) o
en masculino (el Internet). La palabra web también puede aparecer en femenino o en masculino, pero las
referencias son distintas según tenga un género u otro: en femenino (la web) se refiere a página, mientras que
en masculino (el web) alude a sitio.
➢ No hay acuerdo sobre la formación del plural de algunas palabras, por lo que pueden surgir terminaciones
anómalas, como la formación del plural en -s en palabras terminadas en consonante (clics, microchips).
➢ Uso frecuente de estructuras apositivas en las que la aposición puede ser: un nombre propio (entorno
Windows), la palabra web (página web, servidor web), la expresión online u on-line (servicios online, pago
online), una sigla (entorno DOS, pantalla LCD, lector CD-ROM), cualquier otra palabra (correo basura, programa
antivirus).
➢ La sintaxis tiende a ser sencilla. Por ello abunda poco el uso del subjuntivo y de la subordinación. Además, hay
menos conectores de los usuales.
3.2. VARIEDADES SITUACIONALES DE LA LENGUA O REGISTROS IDIOMÁTICOS: CLASES Y PRINCIPALES
RASGOS

El uso individual que hace el hablante de la lengua, en virtud de la situación comunicativa en que se encuentre
(variedades diafásicas), recibe el nombre de registro idiomático. Cada situación comunicativa requiere un registro.
La capacidad de cambiar de registro de los hablantes depende de su competencia lingüística: cuanto mayor sea su
grado de instrucción y conocimiento de la lengua, más fácil le resultará pasar de una modalidad a otra. Tan
inapropiado es utilizar un registro coloquial en una situación formal como viceversa. De acuerdo con el uso más
generalizado, se distimguen dos tipos fundamentales de registros:
➢ Registro formal. Utilizado en situaciones en las que no conocemos a nuestros interlocutores, no tenemos
confianza con ellos o queremos mostrar una actitud respetuosa. El léxico es más cuidado, evitamos
coloquialismos o incorrecciones.
➢ Registro no formal (coloquial o familiar). Lo empleamos con personas de confianza, amigos y familia, con
quienes hay una comunicación directa y espontánea que se aprecia en el empleo de hipocorísticos (mamá,
papá, Chema), diminutivos, términos coloquiales o jergales y un léxico más reducido.

En ocasiones se confunden nivel popular con registro no formal. Aunque tienen elementos en común,
responden a criterios diferentes: la lengua popular es una variedad diastrática (depende del nivel sociocultural del
hablante) y el registro no formal es una variedad diafásica (alude a una situación comunicativa determinada).
Aunque es característica de la lengua oral, la variante coloquial puede aparecer en el registro escrito.

Sus rasgos lingüísticos son:


▪ Aspectos fónicos. Se produce cierto relajamiento en la articulación de los sonidos (vete de ái por vete de ahí,
taluego por hasta luego).
▪ Tratamientos. Pronominales (tuteo), nominales (apodos, hipocorísticos), expresiones cariñosas.
▪ Expresividad. La manifestación de la subjetividad o afectividad del hablante se refleja de modo particular en
la gran riqueza en la expresión de la modalidad (duda, asombro, sorpresa, admiración, reproche, enfado,
exhortación); en la organización subjetiva del mensaje, sin reparar en la estructura lógica del mismo;
creaciones léxicas espontáneas (tiene mucha pechonalidad).
▪ Economía y comodidad. Se asegura la comunicación con el menor esfuerzo, lo que implica descuido formal e
imprecisión, como en las formas regresivas (bici, tele, profe); muletillas (o sea, bueno, vamos), frases hechas
(como yo digo) y palabras comodín (cosa, chisme, rollo, chorrada).

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