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Adiel Ledesma Talaga, nacido el 14 de junio de 1956 en la vereda del Oso del municipio de

La Sierra Cauca, pasó gran parte de su juventud entre el corregimiento de Santa Rita en el
municipio de La Vega y la vereda El Jigual del municipio de La Sierra. Fue un viajero
incansable que, en busca de trabajo, recorrió a pie gran parte del inmenso macizo colombiano,
lo que le permitió conocer profundamente su territorio y establecer vínculos con diversos
líderes sociales que, con su ejemplo, sembraron en él las semillas del liderazgo. Su capacidad
para enfrentar las adversidades y su humildad le valieron el reconocimiento de su comunidad.
Tal vez heredó su habilidad para liderar movimientos de su padre, Manuel Antonio Ledesma
Ortega, quien también fue un líder comunitario en esta región.

Este ilustre caucano, además de ser autor, compositor, poeta y líder social, adquirió su pasión
por la música mediante la escucha constante de las canciones que resonaban en la radio
durante las décadas de los 60 y 70, así como a través de su participación activa en
organizaciones sociales. Sin embargo, su consagración como gran compositor llegó en 1999
durante un paro cívico que bloqueó la vía Panamericana, una de las arterias viales más
importantes del país. Fue entonces cuando Adiel Ledesma pasó a la historia al componer "La
Marcha del Macizo", interpretada por Los Fantasmas del Cerro de Lerma, en Bolívar, Cauca.
Esta canción, que se entona en todo el macizo colombiano al ritmo del bambuco caucano,
acompañado de charango, quenas y zampoñas, resuena en el alma de quienes llevan el
estandarte de la lucha milenaria por la defensa del territorio.

Su legado trasciende la música y se adentra en el corazón de la lucha social y cultural del


pueblo caucano. A lo largo de los años, Adiel Ledesma se convirtió en un símbolo de
resistencia y dignidad para las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas del
Cauca y de toda Colombia. Su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la
justicia social lo llevó a participar activamente en movimientos y protestas en contra de la
violencia, la discriminación y la explotación de los recursos naturales en la región.

Además de su labor como líder comunitario y activista, Adiel Ledesma dejó un valioso
legado literario y musical que sigue inspirando a las generaciones futuras. Sus
composiciones, impregnadas de la riqueza cultural y la historia del pueblo caucano, son
testimonio de su profundo amor por su tierra y su gente. A través de sus versos y melodías,
Adiel Ledesma logró capturar la esencia misma del alma colombiana y transmitirla al mundo
entero. Su obra perdurará por siempre como un símbolo de la resistencia y la esperanza de
un pueblo que lucha por un futuro más justo y equitativo.

FUENTE DE INFORMACIÓN: Rigoberto Ledezma Talaga


REDACCIÓN : Christian David Samboni Daza

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