Baluchistán ha sido testigo de una larga lucha por la autonomía y el
reconocimiento de la identidad baluchi, que se remonta a décadas antes de las pruebas nucleares. La sensación de abandono por parte del gobierno central de Pakistán y la falta de representación en el Estado son temas recurrentes en las demandas separatistas baluchis. Las pruebas nucleares en la región, aunque se justificaron como una respuesta a la acción de la India, tuvieron repercusiones significativas a nivel internacional y han contribuido a la complejidad de la situación política en la región. El caso de Baluchistán Occidental destaca la interconexión entre el uso del espacio, la disgregación étnica, la desigualdad y el despojo de la tierra.
Revela cómo el control y la manipulación del territorio por parte
de una élite centralizada pueden conducir a la marginalización y represión de comunidades étnicas minoritarias.