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el principal argumento en contra del aborto es que el feto es una

persona y que la eliminación del mismo constituye un homicidio, el cual


debe ser tipificado y sancionado como un delito en el Derecho Penal [12]

Ciertamente, cuando se aborda el delito de aborto no sólo debe hacerse


el análisis desde la protección del derecho a la vida del concebido, sino
también es importante considerar los derechos de la mujer involucrados,
como por ejemplo el derecho a la vida, el derecho a la salud física y
psíquica, los derechos sexuales y reproductivos y el derecho a la no
discriminación, lo cual ha sido reconocidos por los instrumentos
internacionales de derechos humanos y los organismos internacionales
supervisores de estos.

Sin embargo, como se ha visto, la criminalización del aborto se ha


mantenido en nuestra legislación, en parte, por la presión de algunos
sectores de la sociedad para quienes el aborto debe seguir siendo un
delito en la medida que es una conducta “inmoral”. Al respecto, el
profesor Luiggi Ferrajoli señala que el tratamiento del aborto se puede
abordar desde dos posiciones: la primera, que confunde la perspectiva
moral y jurídica, sostiene que la inmoralidad del aborto es razón
suficiente para su prohibición y punición, y tiene como su principal
promotor a la Iglesia Católica; y, la segunda que separa las cuestiones
morales de las jurídicas, afirma que la reprobación moral de un
determinado comportamiento no es, por sí sola, razón suficiente para
que caiga sobre aquel una prohibición jurídica[16].

Sobre el particular, una parte de la doctrina penal, la cual se suscribe, se


ha inclinado hacia la segunda posición, por lo que separa el ámbito legal
o jurídico y el ético o moral, contribuyendo a la actual autonomía del
derecho como de la ética moderna [17]. Por ende, el derecho penal que
reprime las conductas que ponen en peligro o lesionan bienes
fundamentales para la vida en común, no debe ser usado para encarnar
y afirmar valores éticos, defender, dictaminar y prohibir estilos morales
de vida o creencias religiosas, ni reforzar la moral, como tampoco
imponer conductas en base a estos últimos [18]. Como señala el profesor
Claus Roxin, ‹‹(…)el derecho penal debe contentarse con un “mínimo
ético”››[19].
Por lo tanto, el Estado no debe sustentar sus normas en valores morales
pertenecientes a una determinada religión o religiones, sino en los
derechos humanos reconocidos por el ordenamiento jurídico interno y
los tratados e instrumentos internacionales en esta materia, debiendo
contener argumentos jurídicos – que también pueden apoyarse en la
ciencia médica o en ciencias sociales; puesto que, lo contrario
conllevaría una vulneración de los derechos humanos de las mujeres
gestantes. En este punto es preciso señalar que, desde la moral y
religión, las posturas que identifican al feto como persona y las que
niegan esta equivalencia no son verdaderas ni falsas, dependiendo de
cada individuo motivar sus decisiones en base a ellas; sin embargo,
estas no son verdades absolutas, por lo que no se deben imponer en un
Estado laico[20], como el peruano[21].
En consecuencia, se advierte que el aborto es un problema jurídico en la
medida que se ha tipificado está conducta como un delito en nuestro
ordenamiento jurídico penal, estableciendo la conducta típica, así como
sus atenuantes o agravantes y las penas a imponer por la comisión del
mismo. Sin embargo, aun cuando represente un dilema ético, puesto
que, como se ha indicado, la moral impuesta, específicamente la moral
cristina, ha conllevado que un sector de la sociedad no permita que se
flexibilicen las leyes en esta materia, ya no debería influir en la
legislación de un Estado Constitucional de Derecho.
[12] Ferrajoli, L. (2002). La cuestión del embrión entre derecho y
moral. Jueces para la democracia. Información y debate. (44), pp. 3-8.
Recuperado:http://www.juecesdemocracia.es/publicaciones/revista/artic
ulosinteres/Lacuestiondelembri%C

[16] Ferrajoli, L. loc. Cit

[17] Ferrajoli, L. loc. Cit.


[18] Ferrajoli, L. loc. Cit.
[19] Roxin, C. (2004). La protección de la vida humana mediante el
derecho penal. En López J. y Zugaldía, J. (Coord.s), Dogmática y Ley
Penal. Libro Homenaje a Enrique Bacigalupo. Tomo II (pp. 1193).
Barcelona/Madrid, España: Marcial Pons
[20] Ferrajoli, L. Óp. Cit 4
[21] Abad, S. (2012). ¿Es el Perú un Estado laico? Análisis jurídico
desde los derechos sexuales y reproductivos. Lima, Perú: Católicas por
el Derecho a Decidir
La problemática del embarazo precoz y sus
consecuencias
entre las cuales el aborto tiene un sitio especial, se ha tornado mucho más compleja y
evidente en los últimos años, las razones son obvias, e incluyen aspectos biológicos,
psicológicos y sociales. Dentro de los biológicos se encuentra la creciente tendencia en
ambos sexos a la aparición del desarrollo puberal a edades cada vez más tempranas, lo
cual incrementa el período en el cual las y los adolescentes son biológicamente fértiles,
pero no poseen ni el desarrollo psicológico ni social adecuado para enfrentar estas
responsabilidades, de esta forma se hace más amplio el período de vulnerabilidad para
la ocurrencia de embarazos no deseados ni previstos, pues como es conocido, en el
mundo actual competitivo y globalizado los adolescentes y jóvenes precisan de
prolongar cada vez más el período de instrucción, y por tanto de dependencia
económica de sus padres, para poder aspirar a insertarse con éxito en un mercado
laboral cada vez más demandante.
las consecuencias biológicas del aborto se incluyen hemorragias, infecciones, dolor
pélvico crónico e infertilidad; entre las psicológicas, baja autoestima, ansiedad,
irritabilidad y depresión, y entre las sociales, aislamiento, estigmatización y pérdida del
rol previo.

La Iglesia católica es el grupo social que más se ha opuesto y se opone al aborto, pues es
asesinar a una persona con todos los derechos que la constitución Política le concede y
ratificados por los derechos humanos universales.

la Iglesia católica que declara que el aborto es un asesinato en 29 cualquier momento de la


gestación, con independencia del grado de desarrollo del embrión. Incluso lo califica como el
peor crimen, ya que considera que el embrión es el más débil de todos los seres humanos.

el aspecto legal, tenemos que la legislación Peruana sobre el aborto. En 1989 varias
organizaciones feministas se unieron para legalizar el aborto. En el Perú en Junio y Julio de
1990 se empezó a discutir la inclusión del aborto terapéutico en el proyecto del Código Penal,
finalmente los expertos que concluyeron el proyecto presentaron la propuesta que
despenalizaba el aborto en casos de violación, la propuesta estaba contenida en el artículo
120. Esta posición fue duramente criticada por la iglesia católica cuando estaba por aprobarse
el nuevo código penal. En Julio de 1990 la polémica se hizo más fuerte a tal punto que el
gobierno saliente no promulgó la ley, por considerar que muy pocos la conocían. Hubo
manifestaciones de apoyo y rechazo a esta negativa de promulgar la ley, mujeres violadas
protestaban en un medio escrito, cartas públicas en apoyo a la decisión eran firmadas por el
personal de salud y ex ministros de justicia. En abril de 1991 se aprueba el nuevo Código Penal,
en el Título I delos delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, se registra al aborto sin
considerar la despenalización en casos de violación. El Código Penal establece sanciones contra
las mujeres que se practican el aborto y contra las personas que lo realizan. Los artículos del
114 al 120 dicen lo siguiente: • Art.114: La mujer que causa su aborto o consciente que otro le
practique un aborto será reprimida con pena privativa de libertad no mayor de dos años. •
Art.115: El que causa el aborto con el consentimiento de la gestante será reprimido con pena
privativa de la libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años. Si sobreviene la muerte de
la mujer la pena no será menor de dos años ni mayor de cinco años. • Art.116: El que hace
abortar a una mujer sin su consentimiento será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de tres ni mayor de cinco años. Si sobreviene la muerte de la mujer y el agente pudo
prever este resultado la pena será no menor de cinco ni mayor de diez años. 31 • Art.117: El
Médico, Obstetra, Farmacéutico o cualquier profesional sanitario que abusa de su ciencia para
causar el aborto será reprimido según las sanciones previstas e inhabilitado. • Art.119: No es
punible el aborto practicado por un Médico con el consentimiento de la mujer embarazada o
de su representante legal cuando es el único medio de salvar la vida de la gestante. • Art. 120:
El aborto es reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres meses. Cuando el
embarazo sea consecuencia de una violación sexual fuera del matrimonio y siempre que los
hechos hubieran sido investigados. También cuando es probable que el ser en formación
conlleve al nacimiento graves taras físicas o psíquicas, siempre que exista diagnóstico médico.
La constitución del Perú del año 1993 ratifica la prohibición del aborto, en el Articulo 2 inciso 1
cuando señala: “el concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece” y (15) la Ley
General de Salud (Nº26842) establece en su artículo 30º, la obligación de que los
establecimientos de salud y los médicos tratantes, informen a la autoridad policial sobre los
casos en los que exista sospecha de aborto provocado.24

parte medica, La OMS señala que no se debe negar el acceso al


servicio de salud a ninguna persona por un aborto, sea éste inducido o
no, esté completo o incompleto. En el Perú, la ley dice que el personal
de salud debe reportar los abortos a las autoridades. Eso genera un
conflicto.
el Código Penal prevé hasta cinco años de cárcel efectiva para las personas que las
ayudan con su propósito. Si quienes lo hacen son médicos, obstetras, farmacéuticos o
enfermeros, además de la prisión, la norma contempla su inhabilitación profesional.

El artículo 30 de la Ley General de Salud obliga a los médicos a reportar a las pacientes
que lleguen a sus consultorios con “indicios de aborto criminal”.

la Sociedad Peruana de Ginecología y Obstetricia, sostiene que esta norma es


contradictoria con el artículo 2 de la Constitución Política, el acápite 165 del Código Penal
y el mismo Código de Ética del Colegio Médico, pues estos incluyen el secreto profesional
para no revelar datos de sus pacientes.
Noticia

Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA ), no se debe perder de


vista que cualquier relación sexual con una menor de 14 años es considerada una
violación, según la legislación peruana . Es decir, todos los embarazos de niñas y
adolescentes menores de 14 años han sido producto de violaciones sexuales.
El caso Mila y el aborto terapéutico:
¿cuántas Milas más existen en Perú?
(CNN)

1. junta de médicos del Hospital Regional de Loreto

 determinó que una niña de 11 años, Mila (un nombre ficticio, difundido en
medios locales para proteger la identidad de la menor), debía mantener el
embarazo que, según las autoridades peruanas, era producto de la violación
de su padrastro. De esa manera, se le negaba acceso al aborto terapéutico.
 se negó a practicarle un aborto terapéutico a Mila porque, según indicó en un
documento del hospital, su embarazo “no cumple criterios para la decisión de
proceder al aborto terapéutico”

2. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables

 institución que asumió la representación legal de Mila y un proceso de


“desprotección familiar”
 para evaluar su salud y “la adopción de las decisiones necesarias para su
protección”.
 Un documento del MM hace referencia a esa decisión y señala que “la niña no
muestra afectación mental severa que comprometa la salud y la vida materna”.
 El ministerio solicitó una nueva junta médica que reevaluara “la aplicación del
aborto terapéutico a favor de la niña”, debido a que su embarazo afectaba “su
salud psíquica”.

El aborto terapéutico se legalizó en Perú en 1924 y, desde 2014,


cuenta con una guía técnica que lo permite en casos de embarazos de
hasta 22 semanas. Mila tenía 17,2 semanas de gestación, según
documentos médicos

3. Código Penal de Perú; el aborto terapéutico practicado por un médico no es


punible cuando se realiza con el consentimiento de la mujer embarazada o de su
representante legal “cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para
evitar en su salud un mal grave y permanente”. Además, la ley peruana considera
delito sancionado con cadena perpetua la violación sexual a menores de 14 años.

4. Defensoría del Pueblo en Perú


 dice que el caso Mila muestra que “en Perú se normaliza la violación sexual,
que las niñas sean madres y el hecho de que, como país tenemos mucho
temor al aborto terapéutico. Priman el conflicto de fe, las creencias religiosas y
las amenazas a los médicos. Existen desmotivaciones de tipo religioso y
legal”,
 algunas de las niñas y adolescentes embarazadas producto de la violación
sexual podría estar siendo forzadas a ser madres pues, “el no aplicar el aborto
terapéutico en estas condiciones es incumplimiento de funciones, las personas
que consideran que se está cometiendo un homicidio le dan prioridad a la vida
del concebido antes que la de la niña violada”.
 La Defensoría realiza un seguimiento a las entidades del Estado que deben
garantizar la protección de la niña y, también, a los organismos del sistema de
judicial, para sancionar al agresor.

5. Fiscalía
 Tras el rechazo del primer pedido de aborto terapéutico, la Fiscalía abrió una
investigación preliminar “contra los que resulten responsables del presunto
delito de tortura en agravio de Mila”

6. la Organización de Naciones Unidas (ONU)


 señaló en un comunicado que el caso de Mila representa “violencia por
razones de género y un acto de tortura, o trato cruel, inhumano y
degradante”.
aborto
el principal argumento en contra del aborto es que el feto es una
persona y que la eliminación del mismo constituye un homicidio, el cual
debe ser tipificado y sancionado como un delito en el Derecho Penal [12]

Ciertamente, cuando se aborda el delito de aborto no sólo debe hacerse


el análisis desde la protección del derecho a la vida del concebido, sino
también es importante considerar los derechos de la mujer involucrados,
como por ejemplo el derecho a la vida, el derecho a la salud física y
psíquica, los derechos sexuales y reproductivos y el derecho a la no
discriminación, lo cual ha sido reconocidos por los instrumentos
internacionales de derechos humanos y los organismos internacionales
supervisores de estos.

Sin embargo, como se ha visto, la criminalización del aborto se ha


mantenido en nuestra legislación, en parte, por la presión de algunos
sectores de la sociedad para quienes el aborto debe seguir siendo un
delito en la medida que es una conducta “inmoral”. Al respecto, el
profesor Luiggi Ferrajoli señala que el tratamiento del aborto se puede
abordar desde dos posiciones: la primera, que confunde la perspectiva
moral y jurídica, sostiene que la inmoralidad del aborto es razón
suficiente para su prohibición y punición, y tiene como su principal
promotor a la Iglesia Católica; y, la segunda que separa las cuestiones
morales de las jurídicas, afirma que la reprobación moral de un
determinado comportamiento no es, por sí sola, razón suficiente para
que caiga sobre aquel una prohibición jurídica[16].

Sobre el particular, una parte de la doctrina penal, la cual se suscribe, se


ha inclinado hacia la segunda posición, por lo que separa el ámbito legal
o jurídico y el ético o moral, contribuyendo a la actual autonomía del
derecho como de la ética moderna [17]. Por ende, el derecho penal que
reprime las conductas que ponen en peligro o lesionan bienes
fundamentales para la vida en común, no debe ser usado para encarnar
y afirmar valores éticos, defender, dictaminar y prohibir estilos morales
de vida o creencias religiosas, ni reforzar la moral, como tampoco
imponer conductas en base a estos últimos [18]. Como señala el profesor
Claus Roxin, ‹‹(…)el derecho penal debe contentarse con un “mínimo
ético”››[19].
Por lo tanto, el Estado no debe sustentar sus normas en valores morales
pertenecientes a una determinada religión o religiones, sino en los
derechos humanos reconocidos por el ordenamiento jurídico interno y
los tratados e instrumentos internacionales en esta materia, debiendo
contener argumentos jurídicos – que también pueden apoyarse en la
ciencia médica o en ciencias sociales; puesto que, lo contrario
conllevaría una vulneración de los derechos humanos de las mujeres
gestantes. En este punto es preciso señalar que, desde la moral y
religión, las posturas que identifican al feto como persona y las que
niegan esta equivalencia no son verdaderas ni falsas, dependiendo de
cada individuo motivar sus decisiones en base a ellas; sin embargo,
estas no son verdades absolutas, por lo que no se deben imponer en un
Estado laico[20], como el peruano[21].
En consecuencia, se advierte que el aborto es un problema jurídico en la
medida que se ha tipificado está conducta como un delito en nuestro
ordenamiento jurídico penal, estableciendo la conducta típica, así como
sus atenuantes o agravantes y las penas a imponer por la comisión del
mismo. Sin embargo, aun cuando represente un dilema ético, puesto
que, como se ha indicado, la moral impuesta, específicamente la moral
cristina, ha conllevado que un sector de la sociedad no permita que se
flexibilicen las leyes en esta materia, ya no debería influir en la
legislación de un Estado Constitucional de Derecho.

[12] Ferrajoli, L. (2002). La cuestión del embrión entre derecho y


moral. Jueces para la democracia. Información y debate. (44), pp. 3-8.
Recuperado:http://www.juecesdemocracia.es/publicaciones/revista/artic
ulosinteres/Lacuestiondelembri%C

[16] Ferrajoli, L. loc. Cit

[17] Ferrajoli, L. loc. Cit.


[18] Ferrajoli, L. loc. Cit.
[19] Roxin, C. (2004). La protección de la vida humana mediante el
derecho penal. En López J. y Zugaldía, J. (Coord.s), Dogmática y Ley
Penal. Libro Homenaje a Enrique Bacigalupo. Tomo II (pp. 1193).
Barcelona/Madrid, España: Marcial Pons
[20] Ferrajoli, L. Óp. Cit 4
[21] Abad, S. (2012). ¿Es el Perú un Estado laico? Análisis jurídico
desde los derechos sexuales y reproductivos. Lima, Perú: Católicas por
el Derecho a Decidir

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