Está en la página 1de 2

Será de noche, porque de noche vivo

será de noche la
lenta vendrá la ruina del olvido.
Será de noche y no me habré enterado.

Un hilo prende la delicada ciencia.


Tan solo un hilo nos mantiene conscientes.
Un hilo engancha la cruz de la memoria.
Tan solo eso nos hace diferentes.

Romperlo no es sencillo pero sucede a veces.


Sucede de repente y no puede evitarse.

Cuando me desperté no recordaba lo que había ocurrido la noche anterior. Tenía una especie de clavo
acerado que me cruzaba la cabeza de sien a sien, mientras mi estómago experimentaba una náusea
constante. Habíamos bebido de todo, pero solo me venían imágenes confusas y deslabazadas de lo que
había pasado el día anterior. Me levanté y caminé dando tumbos hacia el baño. Apoyado en la cisterna,
conseguí mear a duras penas y sudé un par de amagos de vomitona que quedaron en nada. Desde la
adolescencia, lo de vomitar siempre había sido superior a mi, así que me quedé solo en el amago y, entre
sudores fríos, volví a la cama como pude. Supongo que debía de estar bastante pálido, pero ni siquiera
tuve fuerzas para comprobarlo.
No se cuanto tiempo pasó, pero cuando volví a recuperar la consciencia, eran ya más de las tres de la
tarde. Me encontraba mejor y conseguí acercarme a la cocina. Siempre que estaba así intentaba comer lo
antes posible. Lo que fuera y a ser posible con pan, así que abrí la nevera y saqué un paquete de
salchichas que abrí y metí directamente en el microondas. Mientras pasaban los dos minutos de rigor del
aparato, busqué algo de pan y apareció medio paquete de pan de molde que me vino perfecto. Con eso y
un cartón de leche me acerqué al salón y empecé mi sesión de rehabilitación particular. En menos de dos
horas, volvería a estar casi como nuevo.
Mientras comía, encendí la televisión para hacer un poco de zapping. La programación del momento
podía llegar a resultar realmente asquerosa. Formula 1, María Teresa Campos,

Cuando me de
Me he despertado casi a las diez
Y me he quedado en la cama
Más de tres cuartos de hora
Y ha merecido la pena
Ha entrado el sol por la ventana
Y han brillado en el aire
Algunas motas de polvo
He salido a la ventana
Y hacía una estupenda mañana
He bajado al bar para desayunar
Y he leído en el Marca
Que se ha lesionado el niñato
Y no me he acordado de ti
Hasta pasado un buen rato
Luego, han venido estos por aquí
Y nos hemos bajado
A tomarnos unas cañas
Y me he reído con ellos
He estado durmiendo hasta las seis
Y después he leído
Unos tebeos de Spiderman
Que casi no recordaba
Y he salido de la cama
He puesto la tele y había un partido
Y Mendieta ha marcado un gol
Realmente increíble
Y me he puesto triste
El momento justo antes de irme
Había quedado, de nuevo, a las diez
Y he bajado en la moto
Hacia los bares de siempre
Donde quedaba contigo
Y no hacía nada de frío
He estado con Erik hasta las seis
Y nos hemos metido
Cuatro millones de rayas
Y no he vuelto a pensar en ti
Hasta que he llegado a casa
Y ya no he podido dormir
Como siempre me pasa

Abrí los ojos lentamente. Sorprendentemente me encontraba bien, lo suficientemente descansado, lo suficientemente
centrado, lo suficientemente tranquilo. Todo estaba en completo silencio y la temperatura dentro de la cama era
maravillosa, así que decidí quedarme un rato más dormitando. La persiana de la habitación era de las antiguas así que
cuando el sol pegaba en condiciones la luz entraba a chorros

De pronto un día, mucho antes de que te des cuenta, la mente empieza su proceso de desconexión. Es
como si una serie de finos hilos comenzaran a romperse poco a poco alejando a la persona cada vez más
de la realidad. En el caso de mi madre, no recuerdo cuando sus

También podría gustarte