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Gitanas en el dique

El dique como vía fluvial navegable, dio paso a mucha gente que
pasaban en canoas, troncos, balsas, remolcadores, johnson, buques
y hasta aviones acuáticos, hechos vivenciados normalmente en el
cuerpo acuático de ese torrente fluvial. Al mismo tiempo, su orilla
fue la vía de viajeros hacia Calamar y San Cristóbal, camino a pie y a
pata, apoyados algunas veces en burros, mulos o caballos,
desafiando en algunos sectores la aparición de espantos al pie de
ceibas o bongas plantadas por muchas generaciones en los caminos
que obligadamente había que seguir para llegar a los pueblos de
interés. Ante esa situación, quien tenía que pasar por esos sitios, lo
que hacían era encomendarse a Dios y los santos, rezaban sus
oraciones y secretos como instrumentos protectores espirituales,
empleados para alejar todo tipo de mal hacia los viajeros. En ese
sentido, ningún caminante estaba exento de enfrentar un espanto
o figura inmaterial cerca de su entorno corporal.

Además, en esa via, también podía darse la posibilidad de


encontrar un Patoquito o una mapanare que podían morder o
picar como decían a los andantes, pudiendo ser letal esa acción.
Para evitar esa vivencia, el viajero se apoyaba en su oración o
secreto de protección corporal, dirigida a San Pablo, expresando
que por ser querido de mi Dios tan poderoso, decían, líbrame de
culebra y animales ponzoñosos. Luego con ese rezo, el caminante
asumía su seguridad en el camino el cual devoraba de manera
incansable.

Sobre ese aspecto se puede decir que el miedo personal, es una


reacción del ser vivo ante cualquier situación que le puede causar
daños físicos o emocionales, donde entra en juego la adrenalina
como sustancia que prepara al ser para enfrentar un hecho de
posible agresión. Así, se emprendían los viajes por esos caminos,
algunas veces con garrote o rula en la cubierta pegada a la cintura,
por si acaso había que usarla frente a salteadores o alguna fiera
imprevista.

Dentro del caso de agresiones de fieras, se conocen los casos del


tigre que atacó a Carmen Mayo el de Majanto y la babilla o caimán
que agredió a Yani Ariza el abuelo de Antonio, quien perdió una de
sus piernas tuntuneando en la orilla de una ciénaga. Ante esa
pérdida, Yany tuvo que ingeniarse para elaborar una prótesis de
madera que le permitiera seguir desempeñándose en sus faenas
sociales y agrícolas. Además, ocurrió que realizando sus faenas
agrícolas, el difunto Israel, papá de José Jiménez “Copita” como se
le conocía en el pueblo, fue mordido por una culebra y
lamentablemente murió. En relación a hechos sobre naturales, hay
muchas versiones sobre la aparición nocturna de brujas en la
oscuridad que reinaba en cada uno de los callejones por donde
había que circular.

En referencia a los tópicos mencionados, las aguas del dique,


corrían paralelamente a esos caminos de viajeros, las lanchas
surcaban el torrente, haciéndolo con carga o con pasajeros hacia
diferentes pueblos. Dentro de ese marco, hubo temporadas en que
Santa Lucia era invadida por jaurías de mujeres, si mujeres gitanas,
aparecían en lanchas y se estacionaban en campamentos alrededor
del pueblo. Mujeres blancas, altas, delgadas, con polleras
multicolores largas que le tapaban los pies, usaban pañoleta en su
cabeza, se notaban muy maquilladas, de sus orejas se desprendían
aretes largos que llegaban hasta sus hombros y el acento del habla
era muy particular, hablaban rápido y algunas veces no se les
entendía lo que decían.

La presencia de esas mujeres, parecía un enjambre de abejas, que


entraban a los toldos que tendían por los lados del Campo Santo. La
gente ante esos forasteras, sentían un poco de incomodidad,
desconfianza en ellas, pero hasta allí llegaba la cosa, porque era
poca la relación que se establecía con ellas.

Esas mujeres salían de sus toldos generalmente en la tarde e iban


visitando y saludando cada casa, ofreciendo sus servicios
visionarios con cartas de barajas en las manos, hablaban de
predicciones futuras, hechos de ciertas ocurrencias personales,
entrada de dinero, objetos extraviados y todo lo que se tratara de
sortilegios, logrando conseguir cliente en algunos caso, pues
manifestaban expectativas a las solteras para lograr sus posibles
parejas y otros argumentos que de algún modo convencían a las
mujeres que estaban sentadas en las puertas de sus casas.

Esas gitanas, eran vistas como personas nómadas, decían que su


ascendencia provenía de la línea genética de Caín, hermano de
Abel, quienes aparecen en el Génesis bíblico. Ahora, sobre esa
posición, asumimos que los gitanos son una raza humana
proveniente de la India, son migrantes, y como tales su presencia
llegó hasta España donde se expandieron llegando a incursionar a
la América, incluyendo Colombia, donde también se han expandido
en todo el territorio nacional. Dentro de ese contexto, se tiene que
ese grupo humano conserva sus características étnicas que los
identifica como tales en los lugares donde hacen presencia.
Mujeres congraciadas con alta belleza, son laboriosos y
conservadores en buenas costumbres.

Esos grupos de gitanas, recorrían el pueblo con sus propuestas, de


noche se reunían alrededor de los toldillos, entonando canticos que
la gente del pueblo no entendía, mientras que algunos muchachos
se acercaban hacia esas actividades, ellas bailaban, en círculo,
saltando, agarradas de las manos moviendo sus largas polleras,
algunas veces se lanzaban polvo blanco posiblemente almidón,
sobre su cuerpo, tocaban pandereta y en los pies se colocaban
cascabeles los cuales sonaban a medida que saltaban. Algunas
personas mayores, identificaban esos cantares como contradanza y
Polka. Otras veces, danzaban alrededor de una estaca, sobre la cual
giraban enrollando y desenrollando cintas de varios colores al
compás de brincos. Después de esa diversión, volvía todo a la calma
hasta que desaparecían…se iban.

Dentro de ese marco, en una de esas apariciones de esos grupos,


como ellos acostumbraban a disfrutar sus bailes a todo dar, hubo
un momento en que la situación festiva se paralizo y se observaron
movimientos raros, mujeres corriendo de un toldo a otro, algunas
cuchucheaban entre si, pero la gente no entendía lo que decían, y
viendo la manera como se comportaban, despertó preocupación
sobre que podía pasar, el asunto es que al siguiente día, las mujeres
no salieron en oleada como acostumbraban, situación que hizo
despertar desconfianza en la gente y ya había murmullos sobre lo
que pasaba, escoba en mano, alunas mujeres del pueblo olieron
algo, hasta que se corrió la voz que en ese grupo que estaba
alrededor del terreno de Antonio Ariza, había parido un muchacho
cabezón con dos cachos y dientes muy crecidos.

Como nunca falta alguien averiguador, algunas personas


comenzaron a acercarse al lugar, hecho que incomodo a las gitanas,
lo que hizo que lanzara polvo blanco al frente de la puerta del
toldo, situación que empeoró, porque la voz se corrió por el
Chimbá, barrio Arriba y parte del barrio Abajo, ya era un tumulto de
personas que llegaron para ver el nacimiento raro. La gente corría
de un lado al otro, y cuando alguien hacia algún comentario,
enseguida era rodeado por las personas, formando un tumulto.

En efecto, habiendo hecho intentos de entrar en el toldo, a la final


no vieron nada, solo que había una mujer tirada en una alfombra,
esa mujer no se podía mover, y quien llorando dijo que ahí no había
nada, está allá, decía y la gente no comprendía. Las personas se
alejaron del sitio preocupados que había pasado.
Al siguiente día, por la tarde suena la bola de que el niño con cacho
apareció en la iglesia, que allá lo tenían y la gente se abalanzo para
la iglesia rodeándola queriendo entrar en ella, miraban por las
ventanas y no veían nada, en una de esas, llegó el Cura a quien le
decían Media misa a oficiar la misa quien al enterarse de lo que
decían dio media vuelta, se embarcó en su camioneta Fargo la
prendió, arranco dejando un polvorín atrás y se fue, manifestando
que esa gente estaba loca de cacho, que ahí no había ningún niño
con cacho.

Después de lo expresado por el cura, la gente se calmó un poco y


no pudiendo entrar a la iglesia, se disgregaron y cada quien se fue
para su casa, sin poder ver a esa famosa criatura con cuernos y
dentona.

Por la mañana, cuando la gente del pueblo despertó, notaron la


ausencia de los toldos, observando una pañoleta húmeda y una
careta en el suelo al lado de una mata de Trupillo, sus ocupantes
desaparecieron sin más saber hacia dónde se fueron en su ruta por
él dique. Como personas de accionar errante, siguieron errante su
camino….

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