De los diversos autores mencionados en la lectura, quisiera señalar en primer lugar al gran pensador César Beccaria; quién es material importante para la observación de una criminología eficaz y cómo podríamos captar nuestras innovaciones jurídicas sin sus contribuciones; Este intérprete comenzó con una frase cautelar contractualista, es decir, reconoció que la institución tiene un "contrato" cuyo fin es proteger cada valor indivisible de los individuos, y esto ayuda a prometer orden; Si la persona antisocial respetaba esta convención social, su trabajo debería considerarse una violación de esta convención social; Esto coloca a la institución en la posición de "víctima", y por lo tanto cuenta con leyes para protegerse y beneficiarse de la restitución de sus bienes, y debe hacerlo con medidas proporcionadas a los delitos cometidos por el infractor, pero sin exceder lo establecido. la realidad hoy se conoce como el inicio de la proporcionalidad del sufrimiento, porque un delincuente que le robó una hacienda ganadera a un hombre que mató a otro merece una columna eterna. Otro gran aporte de Beccaria, con el que estoy completamente de acuerdo y que nos ha ayudado como sociedad a avanzar en nuestra convivencia armoniosa, es que establece en sus ideas que los castigos a los delincuentes también deben tener un carácter preventivo, es decir, traerlos. A la atención de los posibles delincuentes, inicialmente se supuso que los castigos deberían ser de carácter general, es decir, basados en el castigo que recibiría el perpetrador. Sanción y exclusión de la sociedad.
Haciendo referencia a Santo Tomás Morou en su libro Utopía, desde el propio
título, que nos hace pensar en un lugar que no existe o el mundo mágico donde todo funciona o donde todos son felices, donde no hay delincuencia ni consecuencia de factores sociales. o dimensiones que van más allá del propio pensamiento del individuo, es decir, puede ser que una guerra, factores económicos, un ambiente de ociosidad e incluso errores en la educación puedan llevar a una persona a cometer delitos.
John Howard es un excelente ejemplo de cómo podemos encontrar inspiración
en nuestras tragedias más personales. Habiendo estado encarcelado en condiciones deplorables, quiso profundizar y comprender el sistema penitenciario. Creo que es un gran precursor de la reinserción social porque creía que incluso los delincuentes confesos más violentos deberían tener condiciones mínimas de prisión; Se opuso a la pena de muerte e incluso abogó por dar trabajo a los condenados y entender que a través de principios morales e incluso religiosos se podía cambiar el comportamiento de los delincuentes; es decir, devolverlos a la sociedad como mejores personas. El filósofo Juan Jacobo Rousseau, autor de “El Contrato Social”, fue, en mi opinión, el autor que, sin conocerlo exactamente, me hizo reflexionar sobre una de sus ideas fundamentales, que hoy en día resulta bastante controvertida; Nos presenta su idea de que el hombre es inherentemente bueno y que la sociedad lo está pervirtiendo; Es decir, como algunos otros pensadores, también cree que las acciones ilegales de las personas son más una consecuencia de hechos sociales y de algunas deficiencias del individuo que van más allá del hecho de que es una mala persona. Para el autor, el contrato social regula todo el comportamiento del individuo hacia sus pares y moldea su comportamiento hacia la sociedad. Este tratado crea lo que hoy se conoce como Estado de derecho, que establece obligaciones. Los individuos de conformidad con la “Voluntad General”, es decir, las leyes reflejarán lo que la sociedad considere necesario para asegurar su continuidad, la paz, la armonía y la buena convivencia. Incluso podríamos entender la posición de Rousseau como una aproximación a la democracia participativa, ya que entendía que la mayoría de los participantes en la sociedad podían expresar su voluntad general de promulgar leyes o realizar cambios en su contrato social.
Si bien durante la pandemia causada por el Covid-19 hubo disminución en algunos
delitos debido al confinamiento, se presentó durante la misma el alza de otras maneras de delinquir una de ella y que es la que me llama la atención es el aumento en extorsiones y fraudes puesto que los delincuentes al estar en casa tuvieron que buscar una manera diferente de obtener ingresos para la manutención de sus familias y apoyados en la tecnología lograron que este delito se fuera al alza hasta en un 94.8% comparado con años anteriores. Estos delitos también tuvieron repercusiones en la sociedad y es donde considero podría aplicarse la postura de Cesar Beccaria ya que estos individuos estarían faltando a su contrato social. Un problema de este tipo de delitos es que las victimas prefieren no denunciar debido a que la mayoría de las veces son casos sin seguimiento y por miedo a las amenazas optan por no asistir a denunciar a algún ministerio público. Navarrete, S. (2021). Extorsión y fraude, los delitos que crecieron en la CDMX durante la