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Ensayo sobre los precursores de la criminología.

Por: Daniela Pollett Vega López.


De los diversos autores mencionados en la lectura, quisiera señalar en primer
lugar al gran pensador César Beccaria; quién es material importante para la
observación de una criminología eficaz y cómo podríamos captar nuestras
innovaciones jurídicas sin sus contribuciones; Este intérprete comenzó con una
frase cautelar contractualista, es decir, reconoció que la institución tiene un
"contrato" cuyo fin es proteger cada valor indivisible de los individuos, y esto ayuda
a prometer orden; Si la persona antisocial respetaba esta convención social, su
trabajo debería considerarse una violación de esta convención social; Esto coloca
a la institución en la posición de "víctima", y por lo tanto cuenta con leyes para
protegerse y beneficiarse de la restitución de sus bienes, y debe hacerlo con
medidas proporcionadas a los delitos cometidos por el infractor, pero sin exceder
lo establecido. la realidad hoy se conoce como el inicio de la proporcionalidad del
sufrimiento, porque un delincuente que le robó una hacienda ganadera a un
hombre que mató a otro merece una columna eterna.
Otro gran aporte de Beccaria, con el que estoy completamente de acuerdo y que
nos ha ayudado como sociedad a avanzar en nuestra convivencia armoniosa, es
que establece en sus ideas que los castigos a los delincuentes también deben
tener un carácter preventivo, es decir, traerlos. A la atención de los posibles
delincuentes, inicialmente se supuso que los castigos deberían ser de carácter
general, es decir, basados en el castigo que recibiría el perpetrador. Sanción y
exclusión de la sociedad.

Haciendo referencia a Santo Tomás Morou en su libro Utopía, desde el propio


título, que nos hace pensar en un lugar que no existe o el mundo mágico donde
todo funciona o donde todos son felices, donde no hay delincuencia ni
consecuencia de factores sociales. o dimensiones que van más allá del propio
pensamiento del individuo, es decir, puede ser que una guerra, factores
económicos, un ambiente de ociosidad e incluso errores en la educación puedan
llevar a una persona a cometer delitos.

John Howard es un excelente ejemplo de cómo podemos encontrar inspiración


en nuestras tragedias más personales. Habiendo estado encarcelado en
condiciones deplorables, quiso profundizar y comprender el sistema penitenciario.
Creo que es un gran precursor de la reinserción social porque creía que incluso
los delincuentes confesos más violentos deberían tener condiciones mínimas de
prisión; Se opuso a la pena de muerte e incluso abogó por dar trabajo a los
condenados y entender que a través de principios morales e incluso religiosos se
podía cambiar el comportamiento de los delincuentes; es decir, devolverlos a la
sociedad como mejores personas.
El filósofo Juan Jacobo Rousseau, autor de “El Contrato Social”, fue, en mi
opinión, el autor que, sin conocerlo exactamente, me hizo reflexionar sobre una de
sus ideas fundamentales, que hoy en día resulta bastante controvertida; Nos
presenta su idea de que el hombre es inherentemente bueno y que la sociedad lo
está pervirtiendo; Es decir, como algunos otros pensadores, también cree que las
acciones ilegales de las personas son más una consecuencia de hechos sociales
y de algunas deficiencias del individuo que van más allá del hecho de que es una
mala persona. Para el autor, el contrato social regula todo el comportamiento del
individuo hacia sus pares y moldea su comportamiento hacia la sociedad. Este
tratado crea lo que hoy se conoce como Estado de derecho, que establece
obligaciones.
Los individuos de conformidad con la “Voluntad General”, es decir, las leyes
reflejarán lo que la sociedad considere necesario para asegurar su continuidad, la
paz, la armonía y la buena convivencia. Incluso podríamos entender la posición de
Rousseau como una aproximación a la democracia participativa, ya que entendía
que la mayoría de los participantes en la sociedad podían expresar su voluntad
general de promulgar leyes o realizar cambios en su contrato social.

Si bien durante la pandemia causada por el Covid-19 hubo disminución en algunos


delitos debido al confinamiento, se presentó durante la misma el alza de otras
maneras de delinquir una de ella y que es la que me llama la atención es el
aumento en extorsiones y fraudes puesto que los delincuentes al estar en casa
tuvieron que buscar una manera diferente de obtener ingresos para la
manutención de sus familias y apoyados en la tecnología lograron que este delito
se fuera al alza hasta en un 94.8% comparado con años anteriores.
Estos delitos también tuvieron repercusiones en la sociedad y es donde considero
podría aplicarse la postura de Cesar Beccaria ya que estos individuos estarían
faltando a su contrato social. Un problema de este tipo de delitos es que las
victimas prefieren no denunciar debido a que la mayoría de las veces son casos
sin seguimiento y por miedo a las amenazas optan por no asistir a denunciar a
algún ministerio público.
Navarrete, S. (2021). Extorsión y fraude, los delitos que crecieron en la CDMX durante la

pandemia. ADNPolítico. https://politica.expansion.mx/cdmx/2021/03/24/extorsion-

y-fraude-los-delitos-que-crecieron-en-la-cdmx-durante-la-pandemia

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