Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
04473975
En este artículo la autora aborda la problemática de historia muy reciente pero de carácter
actual en el que movimientos feministas han dedicado sus esfuerzos en iniciar una
transformación de la sociedad a partir del lenguaje, esto en la medida de que el lenguaje no
solo se constituye en uno de los ejes determinantes en una cultura, sino también en el sentido
de que no solo la sociedad construye el lenguaje, sino que la misma sociedad es construída a
través del lenguaje. En el texto refleja una posición a mi parecer bastante objetiva analizando
los pormenores del sentido, argumentos y efectos de dicha transformación en distintos
niveles como el cultural, el social y el lingüístico.
Para el caso de México esta iniciativa ha tenido eco en el sector educativo, estamentos
gubernamentales e incluso la Real Academia de la Lengua Española la cual ha descalificado
hasta ahora los distintos manuales que se han elaborado para lograr introducir formas para
que nuestro lenguaje sea más igualitario. Estas iniciativas se han dado desde los años 90 del
siglo pasado y si bien ha causado todo tipo de reacciones, también ha tenido efectos en la
manera como nos expresamos, evidenciándose este cambio por ejemplo al inicio de ciertos
discursos oficiales, en los que presidentes de países como México se dirigen a su auditorio
como: mexicanos y mexicanas.
Parte de la compresión de esta problemática actual reside en la comprensión del pasado, que
para este caso da cuenta del nacimiento del español en un contexto temporal machista, en el
que las mujeres no eran visibilizadas y sus voces no tenían influencia en el desarrollo de las
dinámicas de poder de la época. Sin embargo como acota la autora comprender este
fenómeno no significa que entonces el asunto quede resuelto. Basados en perspectivas
heideggerianas el lenguaje no es solo un medio para saber qué se dice, sino que es un medio
trascendental para acercarnos a la verdad sobre las construcciones sociales y distintas
subjetividades.
Algunos detractores de estos planteamientos plantean que muchos de los que están
concentrados en luchar desde el discurso por la no exclusión, trabajan desde allí pero no
desde planos más prácticos.
Se han propuesto distintas alternativas para lograr librar el problema del genérico masculino:
un recurso que se ha ido popularizando a pesar de no contar con la aceptación de la Academia,
es el uso de la @, para lograr un lenguaje inclusivo, como por ejemplo: L@s alumn@s, pero
es rechazado a nivel académico por no ser un signo lingüístico y ser un signo carente de
fonética. Igual para el caso en que se ha hecho uso de la X: lxs niñxs, en el que si bien la X
sí es un signo lingüístico tiene el mismo conflicto fonético de la arroba. Este problema
también se presenta en el uso de paréntesis: estimado(a), que de nuevo choca con un conflicto
fonético.
En cuanto a la alternativa del desdoblamiento de género presenta otros problemas que chocan
contra una de las características del lenguaje que es la economía. De suerte tal que como dice
la autora sobre la reflexión que hace Javier de Marías ya no sería viable decir El perro es el
mejor amigo del hombre sino que en su lugar tendríamos que decir: El perro y la perra son
el mejor amigo y la mejor amiga del hombre y mujer. Y aún más allá de un problema de
economía se convertiría en un problema de decodificación donde la lectura se volvería
absolutamente pesada.