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CARTA AL CORONEL horrendos crimenes cometidos durante su Dictadura contra la Nacién que le dio el ser y la fortuna, crimenes horrendos contra sus compatieros y amigos. Dios le hizo expiar sus traiciones y sus maldades cuando conocié lo que significaba sentirse sobrepasado por los dolores mortales o fisicos. 4 este respecto también, dice un escritor colombiano que en su lecho de muerte mucho debid de sufrir, no sélo por la enfermedad sino por la renuncia a la que le obligé el gobierno colombiano. En este aspecto hay muchos detalles que seran largos de contar para el que no conoce la historia de la Gran Colombia. Y no me refiero a usted, Coronel, que como militar con rango conoce muy. bien ta historia de su pais. ¥ recordando los hechos, se sabe que a fines de marzo de mil ochocientos treinta avanz6 a la cabeza de ocho mil hombres, tomo Cticuta, que se habia sublevado, y se dirigié alla provincia de Maracaibo, donde el general José Antonio Péez lo esperaba con once mil hombres. Parece ser que cuando Bolivar se enteré, y conociendo lo aguerrido que era ese guerrero, pens6 por un instante someterse a Péez y pronunciarse contra el Congreso. Pero decrecié el ascendiente de sus partidarios y Bolivar se vio obligado a presentar su renuncia. Esta vez tenia que atenerse a su palabra y aceptar la condicién de retirarse al extranjero con una asignacién de pensién anual. Bolivar fue recibido en casa de un amigo, en San Pedro, en la ciudad de Santa Marta, siempre con la esperanza de que un barco lo llevara mas tarde a Inglaterra, sin olvidar que en aquel tiempo se trataba de pequefios barcos de vela, sin comodidades para Pasajeros, razén por la cual los amigos del libertador, incluso las autoridades, viendo su estado de salud le desaconsejaban tal viaje que, por lo demas, habria sido un verdadero suicidio, Lo razonable parecia entonces esperar un poco més la llegada de un barco que reuniera todas las condiciones necesarias para un largo viaje dado su delicado estado de salud. Y refiriéndose un poco mas al cardcter de Simén Bolivar, me dice mi amigo, Coronel, que un tal General Montilla traté de hacer reflexionar al libertador con las siguientes palabras: “Adonde vaya sevior, con esos ocho o diez mil pesos que os quedan, vais a presentaros como un indigente casi, y en un pais extranjero”, “Sino me muero en el viaje, los Ingleses no me dejarén morir de hambre” -respondié Bolivar. Llegados a este punto, no me parece a mi, Coronel, que sea esa la respuesta esperada por parte de un hombre grande, protagonista de huracanes revolucianarios en Colombia y Venezuela, y resignado ahora a comer del pan de los Ingleses, Para precisar un poco més el final de Simén Bolivar, mi amigo me ha contado que lNeg6 el libertador a Santa Marta en un estado de postracién lamentable, Alli lo condujeron a la Hacienda de San Pedro Alejandrino, propiedad de Don Joaquin Mier, espatiol de nacimiento. La Hacienda esté rodeada por el rio Manzanares y situada a una legua de Santa Marta, cerca de Mamatoco, pueblo de indios que se distinguieron como tenaces defensores de la causa Real de Espaiia. Rodeado de su séquito, y tras una larga agonia el General Simén Bolivar falleci6 a la tuna de la tarde del viernes 17 de diciembre de 1830. Expiré Bolivar como habia querido, en los brazos de sus antiguos comparteros y amigos, rodeado de sacerdotes de su pais y at CARTA AL CORONEL con un crucifijo en lay manos, el abispo de S: 1 recogia el postrer aliento de aquel hombre que se despedia de este mundo como un santo, después de haber ilustrado @ su Patria como un héroe, ¥ cree mi amigo, como yo, que la tranquilidad de Bolivar al exhalar su dltimo suspiro no era mis que el consuelo que a los grandes pecadores arrepentidos proporciona la sublime religiin de Jesucristo, bien arraigada en mil ochocientos treinta entre los habitantes de Nueva Granada, Coronel, antes de contarle toda esta pequeia historia, le decia que uno es lo que los demas quieren que seamos, buenos 0 malos, En este sentido quizds habria que ser objetivo con la figura de Simén Bolivar y reconocer que si bien fue ensalzado también fue denostado, no sé si justa o injustamente. Y es que el Bolivar glorificado con el titulo honorifico de Libertador, por méritos hacia la Patria, también fue victima de una extraordinaria ingratitud por parte de sus paisanos. Por eso quizés merece la pena también que el mundo conozca algo mejor a este hombre que alcanz6 poco merecimiento para con su Patria. En su juventud, Simén Bolivar adquirié una instruccién muy superior a la que era comtin entre los criollos espaiioles, lo que coroné con sus viajes a Europa y sus contactos con la élite del momento. ¥ fue sin duda esa experiencia y esas vivencias europeas las que influyeron en una formacién que posibilité que después de que estallara la Revolucién en Caracas, la Junta Central se sirviera de él para las negociaciones diplomaticas con los Ingleses. Expectativas ante la visita del Coronel Coronel, creo que debo peditle perdén a usted por haberme extendide demasiado con las figuras de Francisco de Miranda y de Simén Bolivar, dejando completamente de lado el proyecto de itinerario que le proponia yo a usted en su visita a nuestra isla. Creo recordar que nos hablamos detenido en el Valle de La Orotava y Puerto de la Cruz, con la anunciada visita a la casa de la familia de Francisco de Miranda. Pues bien, desde el Puerto de la Cruz, y ya de regreso hacia el sur, volveremos de nuevo en direccién a Vilaflor, sin detenernos esta vez en el pueblo porque la via queda por fuera de él. Pasaremos por la Escalona y Arona hasta llegar a Los Cristianos y Playa de las Américas. Aqui podra usted instalarse en un modesto hotel, si asi lo prefiere, contando con que no sé yo si sus finanzas han mejorado. Yo no dispongo de mucho pero si suficiente para la modesta vida que necesito. Coronel, suefio con el dia en que usted nos visite. Desde que supe de usted por medio de su ilustre compatriota Gabriel Garcia Marquez, siento que hay algo en mi vida que no sé si es inquietud o suspense, Me gustaria hacerle a usted muchas preguntas: como se llama su pueblo, por ejemplo, si esta cerca de Macondo, si atin hay descendientes de Aureliano Buendia, si atin esta el galeon Espanol en el Rio, si Amaranta Ursula por fin dijo dénde estaban enterrados los sesenta y dos ladrillos de oro que fueron revestidos con barro segiin cuenta su paisano Gabrie! Garcia Marquez 20 at CARTA AL CORONEL También quisiera saber qué pasé con el cargamento de oro que las mulas trajeron como trofeo de las treinta y dos guerras civiles que perdi el General Aureliano Buendia. ¥ n hay algin canario de los que Amaranta Ursula crié con me pregunto también, si ai tantos cuidados. ¥ seguiria haciéndole preguntas, Coronel, pero espero que haga usted como los canarios que, aunque le hagan pajareras de oro y nidos de espartos por todo Macondo, y les den alpiste, muchos cuando pueden vuelan a sus Islas Afortunadas, Porque hay miles de Canarios esparcidos por el mundo, sobre todo en América. Por eso le decia yo a usted en lineas anteriores, Coronel, que lo mas probable es que tenga usted raices en nuestras islas y que, como a muchos Canarios, las circunstancias les hayan impedido volver a este Paraiso, Razén por la que, también, sigo pensando que esta es para usted una magnifica oportunidad de visitarnos. Lo mismo que le diria a todo aquel que pudiera venir a estas islas benditas, que aqui viene una persona enferma y regresa sana a su pais de origen. Y puedo asegurarle a usted que no es exageracién, que lo mismo experimentamos los Propios Canarios. Permitame recordarle que, los Canarios que estaban en su tierra, en cuanto podian volar arrancaban en bandadas; y no era porque los trataran mal, Coronel, sino porque este €s un ambiente que no encuentran en ninguna parte del mundo. A veces, cuando estamos reunidos aqui, hablamos de los viajes fuera de nuestras islas y la mayorfa tenemos la opinién de que cuando llevamos cinco dias fuera ya empezamos a echar de menos nuestra tierra, su gente, la idiosincrasia canaria, la alegria contagiosa, un folclore, las fiestas propias de cada pueblo, sus romerfas; en fin, una alegria que provoca que hasta el mas triste se contagie. Y eso sin mencionar la generosidad de los parroquianos ofreciendo sus mejores vinos artesanales, sus papas negras y bonitas, su mojo picén o su conejo en salmorejo, por citarle a usted solamente una muestra de lo que nos es propio, Un poco de historia Coronel, me sabré usted perdonar y considerar todo esto como una larga conversacién, Puede que haya muchas repeticiones sobre lo que ya he dicho antes, lo que le hard comprender mejor que yo como escritor no soy nada y en términos literarios menos ain, Por eso, Coronel, si le puedo decir cuanto me gustaria parecerme un poquito, en cuanto a escritura, a su paisano Gabriel Garcia Marquez, 0 a Camilo José Cela o all escritor grancanario Benito Pérez Galdés, todos etlos con una facilidad para las palabras que yo nunca tendré. Pero més vale dejarme de lamentos, Coronel, que mucho bien me hard seguir conténdole de mis queridas Islas Canarias, ¥ como soy constiente de que el hombre propone y Dios dispone, por si no llegara usted a venir, voy a hablarle ahora de la isla de EI Hierro, la primera que visitariamos, deteniéndome un poco en su historia. Apoyandome siempre en lo que me cuenta mi amigo, parece ser que fue un dia del mes de julio de mil cuatrocientos dos cuando un Normando, Jean de Bethencourt, acompanado de Gadifer de la Sale, lleg6 a Lanzarote, bajo la proteccién de Enrique Ill de Castilla, y con intencién de quedare. Pero por alguna circunstancia no se quedaron y BH CARTA AL CORONEL eS continuaron para El Hierro, Es esta la isla mas pequefia pero muy acogedora, se diria que un pequeio Tenerife. Pero continuando con ta leyenda, se dice que con gran facilidad fueron conquistadas Lanzarote, Fuerteventura y Fl Hierro, por la menguada poblacién que encia, Los conquistadores supuestamente Hlegaron en ademeis opuso muy poca res Carabelas adornadas con grandes cruces y entranclo, come se suele decir, como quien entra por su casa, “Como Diego por su casa", siendo fieles al refran. Es légico plantearse ntenderian 0 cémo se harian comprender tratandose de normandos y guanches, cémo se cada uno con su lengua. Pero al margen de esta duda, y segin la historia, los conquistadores, a punta de promesas, juramentos y palabras de honor, —lograron facilmente la rendicién de los aborigenes que no sospechaban que vendria después. Y es que Jean de Bethencourt, principal jefe de la expedicién, no tardé en esclavizar a Armiche, maximo jefe de los aborigenes de la Isla de El Hierro. Y como reconocimiento a Sus promesas y palabras de honor, lo maximo que le concedié fue convertirlo en su esclavo particular 0, mejor dicho, en su esclavo personal. A este respecto, Coronel, dice mi amigo, que una leyenda atin perdura en esa isla, segiin la cual Armiche provoca que se le condene a muerte. Al concedérsele su iiltimo deseo pidié que lo levaran a la tumba de Moncho, un viejo profeta que segiin la tradicién habia pedido que cuando aparecieran unas casas blancas flotando que no se opusieran, que en eilas venian gente buena que los ayudarian. Se dice que Armiche pisoteé la tumba de Moncho, lo maldijo y la escupi6, y luego en veloz ¥ sorprendente movimiento se golpeé la cabeza contra una piedra y se suicidé. Como ve usted, Coronel, una clara demostracién del sentido de impotencia y arrepentimiento ante el engaiio sufrido, Y después de esta breve historia, voy a contarle a usted un poco de las islas mayores Gran Canaria y Tenerife, para detenerme algo mas en la isla de La Palma, llamada, con razén, la [sla Bonita. Fue en estas islas donde los aborigenes Canarios ofrecieron mayor resistencia, por ser mas numerosos, estar mejor organizados, haber logrado hacerse respetar mas con respecto a la esclavitud y, en resumen, haber dado muestras de mayor valor y de heroismo, Asi lo cree mi viejo amigo, que me cuenta la historia con tanto entusiasmo y tanta emocidn al hablar, que nos hace sentir que los hechos que relata sucedieron ayer. Y continuando la historia de esas islas, me dice él que alli los aborigenes brillaron con luz propia en defensa de su tierra, de sus casas y de su libertad, héroes que nada tienen que envidiar a los pobladores de Sagunto y Numancia, a los Guzman el bueno o a los Churruca y tantos otros para los que si ha habido papel y tinta, tiempo y reconocimientos y abundantes recordatorios frente al sepulcral silencio de los que esperan pacientes su espacio bien conquistado en la Historia auténtica y verdadera, Coronel, quizas ya usted conoce esta historia o relato. Yo mismo he ofdo hablar mucho de los Guanches y de los Menceyes, aparte de que he lefdo el mismo libro referido a este tema dos 0 tres veces. Contintia mi amigo con el relato de la historia de Bentejui y su fiel Guayre, en la isla de Gran Canaria, que abrazados se lanzaron por un precipicio debido a que prefirieron la muerte a caer en manos de los conquistadores. También me relaté mi amigo el destino del es CARTA AL CORONEL guerrero palmero Tanausd, tan valeroso como prudente y tenaz y que, consciente de su inferioridad para defenderse, se refugié en los brazos de la madre naturaleza, fortaleza inexpugnable que era la Caldera de Taburiente, en su Palma natal. Pude propinar a la arrogancia de los conquistadores tantas derrotas como veces los invasores trataron de invadir sus dominios. Finalmente para poder vencerlo tuvieron que acudir al engafio, a la mentira y a la vil traicién, ¥ es que los conquistadores, sabiendo de la devocién y de su peto a la palabra y a la promesa, conociendo la honradez y el honor de los Guanches, utilizando estas virtudes suyas lograron que Tanausé acudiera confiado a la cita creyendo en la palabra del “Cristiano”, que no era otro que el gallardo caballero Alonso Fernéndez de Lugo. Y fue asi como Tanaustt cayé en la trampa que éste y su gente le habian tendido. Me sigue contando mi amigo, que la voz y los gemidos de Tanausti atin suenan en los vientos alisios, presos en los impresionantes acantilados, y que en su lengua o idioma gritaba “quiero morir", Su rebelién y coraje lo dirigié contra él mismo como estremecedora manifestacion de impotencia. Y se dice también que, fiel a su promesa, desde ese momento no comié, frustrando asi los deseos de sus captores que trataron de Uevarlo a la Peninsula para exhibirlo como trofeo de guerra ante sus monarcas. Pero su muerte por inanici6n les obligé a tirar su cuerpo al océano, Es evidente, Coronel, que tanta honradez, valentia y grandeza no podfa convivir con lacayos y mentirosos al servicio del deshonor y la vileza, Asi puede usted comprender que en Canarias tenemos al primer hombre que Protagoniz6 una huelga de hambre en protesta contra el abuso, la injusticia y la mentira, y Nevandola hasta las dltimas consecuencias como muchos han hecho después. Coronel, paso a contarle a usted ahora un breve fragmento de la historia de la conquista de Tenerife, donde los conquistadores tuvieron que soportar las mayores derrotas al caer en las emboscadas que los Guanches les tendian. Todo indica que fue una excelente estrategia, levada a cabo por aquellos hombres de tez tostada y brazos desnudos, la que levé a Fernéndez de Lugo y a su ejército al fondo del barranco de Acentejo en persecucién de un rebaio de cabras, una manada de cabras que Presumiblemente no estaban alli por casualidad. Y de este modo, cuando los invasores corrfan desordenadamente y sin formacién tras los animales, hicieron su aparicién de forma sorpresiva y en suficiente niimero los Guanches quienes comodamente colocados al borde del barranco y desde lo alto lanzaban con precisién sus dardos de troncos y piedras originando asi el caos en las filas de los conquistadores. Légico es pensar que se Produjeron muchas bajas y heridos, lo que diezmé considerablemente las fila invasoras y me cuenta el viejo, Coronel, que el susodicho ejército, conformado por unos mil quinientos hombres, quedé reducido a unos doscientos, heridos ademas todos ellos en mayor o menor grado. ¥ que entre ellos estaba el jefe, Ferndndez de Lugo, que pudo escapar gracias a que cambié su uniforme con un soldado, de una certera pedrada. iyendo éste muerto poco después del cambio, La estrategia aborigen, Coronel, habia previsto también el regreso de los Supervivientes, a los que persiguié con un grupo de guerreros al mando de su caudillo Tinguaro. Pero se perdieron y eso les salvé la vida. Se cuenta que llegaron a Afaza, actual Santa Cruz de Tenerife. Y que Fernéndez de Lugo, tras la derrota sufrida, se vio obligado a irse a Espafa en busca de refuerzos para emprender de nuevo la conquista, 25 ads Y mas tarde los Guanches, al parecer orgullosos y envalentonados y seguros de la leccién dada a los invasores, abandonaron la prudencia y olvidaron la inferioridad de sus armas presentando batalla en una llanura y sin proteccién de la topografia lo que decidié {a batalla a favor de los invasores, o, mejor dicho, la victoria. El pueblo Guanche sufria asi luna catastréfica derrota que significé el principio del fin. Sabido es también que el nombre de dos municipios del Norte de la isla de Tenerife - La Matanza y la Victoria - aluden a esos momentos de enfrentamiento entre el invasor y los Guanches y con los resultados ya explicados, Enesta batalla mui ron algunos caudillos guanches como Benchomo y Tinguaro. A partir de ahf s6lo pudieron afrontar pequefias escaramuzas, lo que denota la magnitud de la derrota de aquellos valientes y orgullosos guerreros. Se cuenta también que Bentor, hijo de Benchomo, asumié la defensa de la libertad de su pueblo y que, falto de medios y acosado, con una moral muy baja, se refugié en la zona de rocas de Tigaiga con sus fieles seguidores, buscando la proteccién de sus abismos. Pero una mafiana, agotado y desesperado ante la imposibilidad de poder ofrecer a su Pueblo la libertad que tanto anhelaba, se lanz6 al vacfo desde los més altos acantilados. No puedo soportar la idea de convertirse en esclavo y ver a su pueblo impotente en esa desesperante situacién. Este desgraciado acontecimiento puso punto y final a la conquista de la isla de Tenerife. Corrfa el afio mil cuatrocientos noventa y seis. Los Guanches 0 aborigenes sucumbian después de haber soportado una resistencia de noventa y cuatro afios y haber demostrado su entrafiable amor a su libertad y su heroismo en su defensa digno de mejor reconocimiento y de que la historia le rinda homenaje. Coronel, quizds no le interese a usted esta historia, o quizés si, puesto que hay muchos Canarios, descendientes de Guanches desperdigados por toda América del Sur y del Norte. ¥ creo estar seguro de que no va a perderse usted una visita y presencia, en este Paraiso, después de haberle contado cémo fueron nuestros antepasados y cudles eran sus BH CARTA AL CORONEL victudes. Todo esto siendo yo consciente también que quizis no sélo haya que reconocerle su valentia y su entrafable amor por su pueblo y su libertad pues se sabe también que, como siempre, la historia escrita par los vencedares, a su gusto y antojo, pone especial interés en resaltar las sorprendentes muestras de humildad, nableza y generosidad de nuestros aborigenes. Coronel, hace ya unos cuantos dias que no le escribo a usted. Pero vengo a decirle lo que me sigue contando mi amigo referente a la Conquista de Canarias. Me dice que los Portugueses y Espafioles discutieron ampliamente el derecho de conquista del Archipiélago. Tan enconada fue la {ucha que tuvieron que recurrir al m&ximo Tribunal de la época, el Vaticano, Todo ello encuentra su punto final en mil cuatrocientos setenta y nueve con el Tratado de Alcdzovas, que reconocia la soberania de Castilla sobre las Islas Canarias. Pero parece ser que en mi] cuatrocientos sesenta y seis, el Infante Portugués mandé una expedicién a Canarias al mando de Diego de Silva y Meneses, lo que representaba un gran peligro para el Espafiol Diego Garcia de Herrera, duefio de las islas conquistadas, quien habia hecho acto simbélico ante notarie como duefo de las Islas de Gran Canaria y Tenerife. Astutamente invité al oficial portugués a una fiesta y le present6 a Su hija, quien poco después se casa con él, conjurando asi el peligro de perder las Islas, Y cuenta la historia, Coronel, que el Portugués, gobernado por su suegro, emprende fhuevamente la conquista de Gran Canaria. Pero en una de esas incursiones son. sorprendidos y cercados por el ejército guanche sin posible escapatoria. ¥ se dice que los Guanches los dejaron ir sin castigo, después de dar su palabra de honor de que nunca mas los molestarian, Aceptada la promesa, tos Guanches acompafiaron a los intrusos a la playa donde debian embarcar, ubicada ai fondo de un impresionante acantilado el cual es nnecesario saltar para llegar a ella. Y cuenta la historia también, Coronel, que Guanarteme, el jefe del ejército guanche, al darse cuenta de tos temores de Diego de Silva, le ofrece su brazo para que dé el salto, lo que es imitado por sus guerreros. Y como alin persiste el recuerdo de ese gesto noble y generoso, el Ingar se conoce como el Paso de Silva, Coronel, quiero repetirle a usted que soy consciente de que quizds todas estas historias no le interesen o fe aburran, suponiendo que ya las habr lefdo usted 0 se las habran contado. Si fuera asi, le pido perdén, Respecto a mi, considero que nunca esta de ims recordar nuestras rafces, a nuestros ancestros,y sentiraas orgullosos de nuestra taza, sea guanche 0 sabe Dios de donde venimos. Y quiero afiadir, Coronel, que pobre de aqueél que se avergiience de sus raices. Pero sigue diciéndome mi amigo, que todas esas bondades y esos gesto de senerosidad hemas teniddo que pagarlos muy caros. Ast Io refleja la siguiente leyenda, Parece ser que el Mencey de Anaga lleg6 a un acuerdo con Sancho de Herrera, entonces sefior de las islas conquistadas, para construir un torreén en sus dominios, estableciendo ademds un Pacto de caballeros mediante el cual los delitos que pudieran ocurrir serfan juzgados por la parte afectada, de tal modo que si los Guanches cometian elites contra los Espafoles serfan juzgados por estos, y lo mismo en sentido contrario. Pero atin acordado asi, un grupo de Espafioles maltrataron a unos Pastores guanches y, no conformes con esto, les robaron el ganado o, mejor dicho, una parte de su ganado. Seguin et acta esrablecido, os agresores fueron entregados al Mencey de Anaga, El inio eastigo the 27 os CARTA AL CORONEL recibido fueron unos consejos y conversar con ellos tratando de hacer posible y mejorar la convivencia. Finalmente, concedido el perdén, fueron enviadas a sus casas. Pero sabe usted que las actitudes no siempre van precedidas del sentido de justicia ¥ tespeto debido. Y fue asi como otro dia los Guanches cansados ya de los abusos y atropellos de los Espafioles invasores en cierto modo golpearon e hirieron a uno de los suyos. Los Guanches involucrados fueron entregados para ser juzgados por parte de aquellos caballeros civilizados quienes los sentenciaron a muerte y permitieron que fueran ahorcados. Y ante tal desproporcién, ante convivencia tan barbara y salvaje, los Guanches ‘enardecidos se abalanzaron sobre el torredn, Je prendieron fuego, con el resultado de que los caballeros tuvieron que escapar, embarcandose en sus naves para asi, quizds, salvar su vida, Continda, por lo demés, diciéndome mi amigo, que la Historia de la Conquista esta ena de hechos como estos y donde nuestro pueblo guanche tuvo acasién de demostrar su nobleza, honradez y humildad, con un respeto por los compromisos contraidos, por la palabra dada, y por un conjunto de virtudes que han triplicado el dotor, el sacrificio y el sufrimiento, Gon todos estos antecedentes creo que queda més que demostrado que en nuestro pasado histérico hemos sido victimas de los conquistadores que no s6lo no respetaron su valiosa escala de valores sino que se mofaron de aquellas virtudes del pueblo guanche Y me dice mi amigo, que de acuerdo con algunos juicios emitidos por historiadores visitantes y cronistas y observadores, autores de la conocida obra “Cultura y Natura de las Islas Canarias’, se ha llegado a la conclusion de que el hombre guanche era robusto, de bellas facciones, fuerte, agil, inteligente y capaz para cualquier oficio y que aunque inconstante y perezoso, era ademés valiente y patriota, pacifico y de cardcter bondadoso y hospitalario, enemigo de la crueldad, generoso en el perd6n, insospechadamente explosivo, sociable y prudente. En cambio, Coronel, en el aspecto negativo del carécter de nuestros aborigenes guanches, la misma obra citada, destaca la suspicacia, la inconstancia y la falta de solidaridad, admitiendo también que, si algunos de estos aspectos de su personalidad pueden ser discutibles, en términos generales se concluye que estas eras las caracteristicas de nuestro pueblo guanche que son también las que constituyen hoy la base del cardcter de nuestro pueblo canario segin demostraciones de carécter antropolégico, morfolégico y sanguine que mas adelante tendremos ocasiGn de seguir analizando. Todo esto que le cuento no es nada nuevo para usted, de ello creo estar casi seguro por haber le{do usted y tener conocimientos de la historia de nuestro pueblo atin en su lejanfa. Pero en mi caso, atin sin estar descubriendo nada completamente nuevo, Teconozco que hay un montén de cosas que desconocia y puedo suponer también que, gual que me sucede a mi, puede haber mucha gente en nuestro entorno canario que ignore gran parte de algo tan bonito como nuestro pasado. CARTA AL CORONEL También sé que existen los arboles genealégicos. Y yo me pregunto, que partir de qué generacién se tiene constancia, quizés los historiadores nos darian buena raz6n de ello. No sé si me estoy metiendo en cuestiones profundas. Espero que sepa usted comprender y perdonar lo que puede haber de insensatez en mi actitud, siendo mi tinico objetivo, como le he repetido en diferentes ocasiones, mantener una larga conversacién con usted. No se trata por mi parte de pretender escribir un libro, 0 una novela, reconociendo como tantas veces le he dicho mi incapacidad literaria y mi escasa creatividad, que yo califico de aula, Pero relacionado con lo anterior, si es cierto, cémo me gustarfa tener un poquito de esa capacidad que tienen algunos escritores para escribir, en algunos casos verdaderas joyas literarias. Y qué pena también que muchas de ellas permanezcan encerradas en bibliotecas, muertas como sus autores, Io cual no me parece justo. Por eso, cuanto me gustaria dartes vida, hacerlas legar a gente como yo, que ignora la riqueza que tales joyas. encierran en sus amarillas hojas. Y dicho esto, me gustaria ahora seguir contandole a usted arte de la historia de las Islas Canarias. Le voy a contar a usted entonces un poco de ta conquista de Ia Isla de la Gomera, 0 por lo menos de su historia. Me dice mi amigo que, ya conquistada la isla, tomé posesién de ella un Conde de nombre Hernan Peraza, al cual le asignaron 0 mejor dicho lo reconocleron como duefio de El Hierro tambi La sefiora de Hernan Peraza era Beatriz de Bobadilla, a la que se le atribuian amorios con Cristébal Colén. Y dice la leyenda que su marido tenia a los gomeros abrumados impuestos con los que costear los gustos de su infiel esposa, A tales cargas impositivas habia que afiadir los abusos ¢ injusticias de él y de sus protectores, cuyos deseos y caprichos eran ley. Pero, segin la leyenda, Coronel, la gota que colmé el vaso fue el requerimiento amoroso que Peraza le hizo a una bella aborigen llamada Yballa, quien se lo comunica a su novio, Pedro Hautacuperche, y a su padre, Hupalupa, y son estos los que organizan el ajusticiamiento del Conde, considerado no como un asesinato sino como un acto de justicia, ¥ cuentan, que, para que nadie pudiera enterarse de tal accién, los complotados se Teunieron en un roque marino al que sélo puede legarse por mar. Hoy ese roque se conoce como la Baja del Secreto. Fue alli donde se acordé cémo llevar a cabo su plan, en un Paraje solitario donde Peraza fue conducido a través de una cita de Yballa también complotada. Y alli fue Hernén Peraza ajusticiado, después de haber eliminado a un guerrero y a un paje que lo acompafiaban. La noticia no tardé en extenderse por toda La Gomera, en poco tiempo la isla se sublevé poniendo sitio a la Torre de San Sebastién, residencia oficial del Conde, que atin hoy existe convertida en museo colombino, Después de este suceso, su esposa, Beatriz de Bobadilla,logeé mandar un mensaje al conquistador Pedro de Vera, gobernador dela recién conquistada isla de Gran Canaria, la vez que logra refugiarse en la fortaleza. Pocos dias después se presenta Pedro de Vere con su elército obligando a los sublevados a huir al interior de la isla o mejor dicho a Ine ™ontaflas. Pero como pasaba el tiempo y no podia capturar a nadie, ideé la treta 0 el 008 CARTA AL CORONEL ——————— engafio de pregonar un bando invitando a una misa que se celebraria en honor del Conde. Quien asistiera a dicho acto seria perdonado y seria considerado inocente, quien no fuera se considerarta culpable. Y ese dia fue mucha la gente que acudié a la Santa Misa; y cuando el gobernador le parecié, mandé a arrestar a todos los alli presentes, hombres, mujeres y niftos. Y dicen que sin juicio ni proceso ordené la horca a todos los hombres mayores de quince afios de los distritos de Orone y Agana. Coronel, esto que le cuento a usted no es invencién mia, es tal como se lo cuento. El tal Pedro de Vera, temiendo un alzamiento masivo ante este procedimiento que le pare muy lento para arrebatar vidas, ordené sumarle el deguello. Pero terniendo también que el tiempo no fuera suficiente, ordené atar de pies y manos a muchos de aquellos infelices, meterlos en un saco con una piedra pesada y arrojarlos vivos al mar. Y me dicen al respecto que a este lugar se le llama o se le conoce con el nombre del Risco de la horca. Afiade también la leyenda que todavia no conforme con esto arrancé por medio de horribles torturas declaraciones falsas a muchos gomeros, mediante las cuales se hacta constar que un grupo de familias gomeras, unas cincuenta segin algunos conocedores de la historia, fueron llevadas a Gran Canaria y que estaban complotadas para asesinarlos. Segiin cuentan no los asesin6 sino que los vendié como esclavos. Don Juan de Frias, obispo de Canarias, horrorizado ante aquel bestial proceder reclama y protesta ante aquel psicépata, por lo que recibié la amenaza de que si seguia con aquellas impertinencias y reclamos le iba a colocar una corona de hierro caliente en la cabeza. Esto provoca que presente sus quejas ante los Reyes Catélico y Pedro de Vera, poco después fue solicitado desde Espaita, donde fue nombrado capitén de las tropas en la toma de Granada, iiltimo bastion de los Arabes en Espafia. Y este fue, Coronel, el castigo que recibié este verdugo del pueblo canario. Y atin dicen que en Gran Canaria hay una calle que ileva su nombre en seftal de reconocimiento. Coronel, no estoy seguro de que le gusten a usted estos relatos o cuentos de la historia de las Islas. Quizés ya los conozca usted, aunque hay distintas versiones, por ejemplo respecto al episodio de la princesa Yballa. Cuenta esta versién que ella era amante de Hernan Peraza. Estos amores estaban prohibidos por lo que le hicieron un juicio y lo condenaron a muerte. El tribunal designé como ejecutor a Hautacuperche, que vivia con Yballa. Se comprometié a avisar de cuando el Conde estuviera en la cueva de Guahedum. Y sin sospechar nada, Herndn Peraza lleg6 a su cita amorosa. Dice que cuando los amantes se encontraban en su lecho de pieles, ya habfan avisado a los guerreros de Ipalan, que corrieron hacia la cueva, desde donde se oyé el fuerte silbido de Hautacuperche anunciando que venian a apresar a Peraza. Y cuentan que entonces ella le presté sus ropas para que, vestido de mujer, pudiera escapar en medio de la confusion. Pero la estratagema no le dio resultado y Hernan tuvo que volver a la cueva a recoger sus. armas. Salié al exterior donde le esperaba Hautacuperche encaramado sobre la cueva desde donde le arrojé un dardo que le atraves6 el cuello. Pero el criado que acompafiaba a Peraza salié huyendo a caballo y consig advertir a Beatriz de Bobadilla de lo que habia sucedido mientras los Gomeros silbaban de barranco a barranco ta noticia de que habian matado al Conde Hernan Peraza. 0h CARTA AL CORONEL eS. ¥ el objetivo de esta repeticién, no es mds que demostrarle a usted las distintas versiones de la Historia, Coronel, en linea anteriores le conté a usted una versién respecto a la figura del précer de la Independencia de Venezuela Francisco de Miranda, Y es que en el libro “La gran aventura de las Islas Canarias” encontré una versién totalmente distinta a la que me conté mi amigo. Lef allf que Francisco de Miranda, hijo de canario habia sido nombrado teniente general de los ejércitos de Venezuela en mil ochocientos diez, Sostuvo que era necesario declarar la independencia definitiva, to que se llevaria a cabo el cinco de jutio de mil ochocientos once. Pero el fracaso del primer intento de independencia y el creciente rechazo hacia su persona le obligaron a renunciar a su cargo de General Jefe de Tierra y Mar de la Confederacién de Venezuela, Fue acusado de traicién, arrestado y encarcelado Por orden de Monteverde en mil ochocientos dieciséis. Lo que no dice esa versién es que murié en Espaiia en una eércel de Cédiz llamada la Carraca. Asi acabaron con la vida del Primer venezolano universal, el precursor de la Independencia de Venezuela, hispanoamericana y el criollo mas culto de su tiempo, yo dirfa el venezolano més culto de aquellos tiempos, Y es que Francisco de Miranda, Coronel, ademas de participar en et proceso emancipador de Venezuela, tomé parte también en la guerra de la Independencia de Estados Unidos y en la Revolucion Francesa. Napoledn dijo de él “este ‘Quijote’ que no estd Taco tiene fuego sagrado en la sangre y en el alma”. Sirén Bolivar lo calificé como el mas lustre colombiano. Hay que recordar que en aquella época la Gran Colombia estaba formada por Venezuela, Colombia y Ecuador. En Paris, el nombre de Francisco de Miranda esté grabado en el Arco del Triunfo y Su retrato est expuesto en la Galeria de Personajes Mustres del Palacio de Versalles. Mantuvo, ademés relaciones de envergadura a lo largo de su vida con Simén Bolivar, Napole6n, Andrés Bello, Catalina de Rusia, Wellington, Dantén, y algunos mas, Relacionada con la figura de Francisco de Miranda, quiero recordar ahora, Coronel, que el lagunero Domingo de Monteverde y Ribas fue uno de taatos canarios relevantes en el Proceso emancipador de Venezuela, Este militar consigui6 aglutinar en torno a él a todos los canarios, desafié a las autoridades espafiolas y se autoprociamd Capitin General, Con los apoyos necesarios, obligé a capitular a Francisco de Miranda en mil ochocientos doce. Sabldo es también, Coronel, que tras la victoria de Monteverde algunos canarios le Convirtieron en Ia columna vertebral del nuevo régimen, Pero al ser un sector minoritario Pronto se producen frictiones, ceniréndose injustamente los erlticas en el apoyo de la comunidad de Islefos humildes a Domingo Monteverde, quien se comportaba como un caudillo, se enemisté con la Audiencia, choc6 con las Cortes de Cédiz, valiéndese algunos aisanos de él para acaparar cargos y propiedades, Su poder estaba, por tanto, condenado amorir. ¥ tras su derrocamiento la tensién social se incrementé en la Venezuela de mil ochostentos tece, La Segunda Republica, que le sucedié a Monteverde, se mostré debi por que los sectores populares velan en sus dirigentes a sus antiguos gobernantes Entre los que continuaron fieles a la Monarquia Espafiola, destace el canario Francisco Tomas Morales, uno de los mas destacados militares que defendieron Ia causa B81 CARTA AL CORONEL ———_______.. mondrguica en América, alcanzado el cargo de Mariscal de Campo de los Reales Ejércitos, siendo ademés el iltimo general espafiol que salié de tierra continental americana. Aqui hay algo que yo no entiendo con respecto a Monteverde, Creo que ya con anterioridad se lo mencioné a usted, esperando que pueda usted sacar sus propias conclusiones y entender conceptos que le permitan a usted llegar a la verdad de estos relatos hist6ricos y como siempre le he dicho, quiero que interprete esto como wna larga conversacion o mondlogo, pudiéramtos decir, ya que usted no esta presente pero para mi, es como silo estuviera, Y contintio ahora con la historia de La Gomera, Los guerreros del bando de Ipalan y los de su aliado Mulagua se alzaron en armas contra los extranjeros, acudiendo en masa a la Torre donde se habia refugiado Beatriz de Bobadilla, viuda de Hernan Peraza, con un bequefio grupo de fieles seguidores, no sin antes enviar una pequefia embarcacién a Lanzarote pidiendo auxilio a su suegra, la madre de Hernan Peraza. Mientras tanto, Coronel, los Gomeros intentaron asaltar la Torre y Hautacuperche murlé atravesado por el pasador de una ballesta, lo que produjo el desconcierto general ues lo consideraban un protegido de su Dios. Pero pasados unos meses, después de larga espera, lleg6 finalmente una expediciGn a las 6rdenes del canario Pedro de Vera. Y en este Punto la egada del Gobernador Pedro de Vera le hace preguntarse a mi amigo si el Gobernador de Gran Canaria no estaba en Fuerteventura ni en Lanzarote. Y es que esto ‘iltimo que le vengo contando ha sido leido en la obra ya mencionada de “La gran aventura de las isias Canarias", una versién mas que habria que contrastar. @ Hechos ocurridos en la Conquista de las Islas Canarias Me gustarfa contarle ahora los hechos mas deplorables de la Historia de las Islas Canarias, reflejo de cOmo era la vida en las Islas del sefiorio desde tempranas épocas hasta asada la primera década del siglo XIX. La segunda etapa pertenece a la conquista de las Mamadas Istas Mayores, de cuyo proceso se encarga la corona en la década de los ochenta del siglo XV. Ese perfodo ha sido mejor estudiado, con datos més precisos y concretos. Un hecho muy importante es que, terminada la Conquista, se inicia el reparto de tierras y bienes usurpados a los vencidos y que, como es de suponer, se hacfa segin determinados intereses, de tal manera que los mas poderosos toman para si las mejores ierras, con las mejores fuentes y en los lugares més accesibles. Para los menos favorecidos quedaban las parcelas mas pequeiias, peor ubicadas, menos productivas. Seguin ese criterio, los més altos jefes del Ejército de la Conquista tomaron lo mejor, dejando para los soldados de la tropa y para algunos Guanches que se aliaron a ellos la peor parte. ¥ dice la historta que se produjeron muchas quejas y reclamas por haber distribuido tierras entre quienes no tenfan derecho a ellas, tierras y aguas injustamente arrancadas, como trofeos de guerras, a sus verdaderos ducfios, Parece sor que las extensiones de tierra repartidas en ocasiones iban de mar a cumbre, lo que da Perfecta idea de la injusticia del reparto. Heredero de semejante situact6n fue un Marqués, ue tenia su residencia en Vilaflor, y que el pueblo, indignado por sus abusos de poder, acabé con sus dias. CARTA AL CORONEL Coronel, sigo siendo consciente que todo esto no debe ser para usted de mucho interés, resultandole incluso pesado o aburrido. Pero mi Gnico objetivo es ofrecerle usted, por si acaso no pueda usted venir por aqui, algunos pedazos de ia historia de nuestras islas, ¥ continuando con la historia de nuestros aborigenes, queria contarle a usted que los Guanches en muy poco tiempo debida a la Conquista tuvieron que cambiar de religién, variar sus costumbres y habitos, aprender otra lengua, otras técnicas y, en una palabra, despojarse de su cultura para adoptar otra que ademas de serle extraiia ie era impuesta, teniendo que aprender a pensar, creer y sentir y actuar como lo hacian sus amos. Muy duro debié de ser todo esto para el aborigen, desgarrado por la derrota y sufriendo el létigo de quien descargaba su agresividad y complejos bajo la proteccién del derecho de conquista. Y piensa mi amigo, Coronel, que suena légico el punto de vista de los conquistadores al querer atacar un modelo cultural de los pueblos conquistados, adaptando los patrones de conducta de los aborigenes a los intereses de los vencidos. Son numerosos los documentos que prueban la resistencia de los Guanches en esta primera etapa, algo que queda reflejado en las opiniones de los conquistadores, quienes ven a los Guanches como holgazanes, no aplicables a ningiin servicio o trabajo, como no fuera andar tras las cabras, viviendo en los campos, cuevas y montafias y no queriendo vivir en el poblado aunque se les haya mandado llamar, muchas veces por parte de la justicia, Se les ha criticado muchas veces a los Guanches su falta de solidaridad durante ta conquista, Pero los documentos prueban que una vez sometidos y maltratados cambia ia situacin, Se dice de ellos que “como viven en campos y cumbres saben guardar sus secretos, que antes moririan que descubrirse los umes a los otros. Y teniendo esto por honra, era imposible saberto de elios por tomento, aunque los hicieran pedazos por ser de esta condicién y manera es gente nuy daiiosa.” la cita anterior no puede ser mas elocuente ante otras cosas porque no hay necesidad de acusar para saber el trato que la poblacién aborigen recibia dentro del conjunto de medidas tomadas por los nuevos amos. Y segiin me cuentan en mail quinientos quince, en la isla de Tenerife, una Ordenanza que establece severos castigos, que van desde la pérdida del ganado a los pocos que Podian tenerlo, hasta la horca, pasando por el corte de una oreja, o as dos manos, piernas y lengua, dice la crénica que esto lo suponemos dado que se trataba de una practica muy extendida en su interpretacién de la justicia, lo mismo. ‘que se hizo en América. Me sigue contando mi amigo, que dentro de ese proceso de aculturacién tenta et Guanche que cambiar de nombre, hablar la lengua de] conquistador, no olvidar quién es ste, en definitiva convertirse en un ser sin voluntad ni identidad. Pero parece ser, Coron, que estas medidas no dieron el resultado esperado y que importantes contingentes de Guanches paseaban su ibertad y su rebeldfa por las sierras y montafias de nuestra agreste ‘geografia. Lo que origind parece ser, una nueva Ordenanza en mil quinientos veinte, en la cual se declaran a todos los Guanches herejes y cisméticos. ¥ todo eso era muy grave, Coronel, pues segtin Bula del Papa Pio Il, refrendada Posteriormente por Sixto IY, podian los Guanches, como simples paganos ser reductiios 2 BB oh ARTA AL CORONEL Ja esclavitud en cualquier momento. Aquellos pocos Guanches que no lo eran y bajo la acusacién de que se negaban a aceptar la religiGn cristiana 0 mejor dicho, la religién cai6lica, podian ser ahorcados. Sélo podian salvarse de la muerte si demostraban que eran tistianos 0 que estaban en vias de bautizarse. La represién que este hecho desaté fue tan terrible que el trauma que ocasion6, atin se percibe en nuestros dias. Muestra de ello es que cuando nuestros campesinos se saludan al cruzarse en el camino utitizan la formula “buenos dias, cristiano’, 0, ‘cdmo esté, cristiano’, ‘cémo se lama usted, cristiano”, expresiones que el pueblo canario tuvo que desarrollar, 0, mejor dicho, mecanismos psicolégicos de adaptacién y defensa ante el temor desatado. Como se puede comprender también una medida de autoproteccién y de protecci6n a sus interlocutores. Creo que hondo tuvo que ser ese trauma cuando campesinos y no tan campesinos, analfabetos y no tan analfabetos, sino gente comiin, atin hoy siguen diciendo "cémo est, cristiano’. Es cuando menos llamativo que siga habiendo gente que, cuatrocientos Cincuenta afios después y sin la menor nocién de historia, sigan dando sefiales del tormento generado por aquellas represiones. Coronel, lo que le voy a contar a usted a continuacién es para que se haga una idea aproximada de cémo somos los canarias 0 Islefios, aunque en mi opinién particular el canario en las tiltimas décadas ha cambiado muncho, no sé si para bien, creo que si. Ya no e5 aquel canario del siglo diecinueve, tan apreciado y preferido para los trabajos del campo. La conocida obra “Cultura y Natura de las Islas Canarias” recoge en sus paginas que el Canario es poco emprendedor. Admitiendo eso, también la légica mas elemental viene a indicarnos que un medio caracterizado por la explotacién y la centralizacién de la riqueza acompafiada por una represién persistente y despiadada en todos los terrenos, asesina el embridn de toda iniciativa y condiciona todo intento de desarrollo personal. Sobre ella cae el cerco de un medio reducido y anclado en un pasado que se niega a evolucionar y que genera una dependencia feudal. Y sigue contindome mi amigo que esa situacién, esa realidad, no favorece la existencia de hombres audaces y emprendedores. Sin embargo, me consta a mf que cuando el Canario sale de su medio, pobre y hostil, cambia y se desarrolla. Yo mismo pudiera ser_uno de esos tantos y tantos islefios que por su profesién de agricultor, consignado en su pasaporte, considera que no tiene por qué avergonzarse de su pasado. Para ilustrar esta idea quisiera yo contarle ahora a usted algo de mis inicios a la egada a Venezuela. Era légico que tenia que trabajar, llegué con dieciocho afios recién cumplidos, llegué a Caracas donde me recibié un t{o mfo. Para no entrar en muchos detalles, conocia al Ministro de Obras Piblicas. Y un domingo fuimos a su casa a entregarle unos encargos que mi tio le hab(a recomendado. En fin, mi tfo me present6, éreo que fue ese mi primer acto protocolario en mi vida ~ y creo que lo sent{ en aquel palacio que veia or primera vez en mi existencia, difcilmente encontrarfa palabras para describirlo y para relatar aquel inolvidable dia, CARTA AL CORONEL En la conversacién mi tio le dijo que yo queria trabajar. El se interesé por mi oficio. Yo le contesté que lo Gnico que sabia era como panadero, pero en obras piblicas no se necesitan panaderos ni agricultores. Sin embargo puedo decirle a usted, Coronel, que muchos canarios pudieron dedicarse en Venezuela a la agricultura, y con mucho éxito, Y no s6lo a ta agricultura sino a diferentes oficios y en diferentes empresas, y siempre con mucho acierto y dedicacién. Y la raz6n es, a mi entender, que al poner los pies en esos paises latinoamericanos, el Canario se siente en libertad para pensar, para hacer y para actuar, dejando as{ de ser et hombre encerrado, temeroso 0 apocado que era, Perdéneme usted todo esto que le digo de mis compatriotas. Yo soy consciente de que no s6lo usted sino cualquiera que pueda leer esta carta puede encontrarla demasiado larga y aburrida. Pero ya que la empecé quisiera terminarla, plantedndole a usted algunos conceptus que si no estén claros puedan afectar a nuestra existencia. Me refiero ahora ala Prudencia, una cualidad que le ha acompaftado a usted en todos sus actos. Sabemos, Coronel, que bien usada, la prudencia es positiva pero cuando se practica en exceso creo que también puede ser perniciosa, pues asesina a la audacia y puede hacernos llegar a la Parada tardiamente y obligarnos a esperar al préximo tren, con todos los riesgos y consecuencias. ‘También con frecuencia nos preguntamos mi amigo y yo, en qué estado de énimo puede quedarse o sentirse ese hombre si cada vez que da su opinién obtiene siempre una respuesta negativa, una risa o, en la mayoria de los casos, un gesto de indiferencia o de desprecio, sin més intercambio de ideas que el que se reduce a recordarle sus deberes y obligaciones y nunca sus derechos, ‘Yes que de sobra es sabido, Coronel, que la practica prolongada de la sumisién, del sometimiento y la sensacién de impotencia, que producen tas represiones todo ello conduce al hombre a situacién invotutivas, a la deformacién y destruccién de la personalidad qué puede conducir a situaciones tan nefastas como el servilismo, un fenémeno muy grave en las Islas Canarias y del que la obra “Cultura y Natura de las Islas Canarias" nos da alguna cuenta, cuando habla de “aquellos medianeros que cuando hablaban con el amo por teléfono lo llegaban a hacer con el sombrero en la mano; o el caso. de tantos campesinos que sin ser medianeros bajaban con los cestas de flores o de frutas para agradar a los seffores, pig. 411, ‘También sefiala dicha obra que muchos campesinos se levantaban temprano, iban a su trabajo y regresaban de noche para no ser vistos y que algunas personas, desde sus ventanas, nose rieran de su apariencia misera, con pantalén y camisa remendados, cuando fo rotos, Por no citar aqui el hecho de que con mucha frecuencia las jévenes resultaban embarazadas por obra del amo y sin quedarle més remedio a su familia que maldecirio en silencio sino queria resultar despedida de su trabajo, en medio de tanta miseria y necesidad. Coronel, todo esto que acabo de relatar lo vivi yo. Nact en mil novecientos treinta y tres. Todo ello era para mi como una forma de vida, no s6lo para mi sino que creo que se Puede generalizar. Mis padres trabajaban en un campo, en la agricultura, como todo el Pueblo en general. Los sueldos entonces eran tan miserables que no alcanzaban para lo Bae CARTA AL CORONEL —— mas elemental, que es la comida. Por ejemplo, queso, pescado, carne, eso nos estaba Prohibido, s6lo el que podia criar un cochino, lo salaba y esa carne duraba unos cuantos meses, Pero eso era ya un privilegio, no todos lo podian hacer, contando que si ni siquiera habia comida para la familia, mucho menos iba a haber para alimentar a un cochino. Y ahi era donde se aprovechaban los encargados, o caporales, como los llaman en Venezuela y en Colombia, Mi abuelo fue encargado de una de esas fincas de muchos kilémetros de extensién. Pertenecia a un Marqués; segiin la versién de la gente de mas edad, su fortuna y la extensién de sus tierras la habia logrado a base de ir haciéndose con los pequetios terrenos de las clases més humildes, desconocedores de las leyes y habiéndose dejado seducir por las supuestas buenas intenciones del Marqués referidas a fijar bien los lindes y a registrarlos segin la legalidad. Y tan afectados debieron de sentirse con sus tretas y engafios que terminaron por darle muerte, de la manera mAs efectiva y sin que se llegara a conocer nunca la identidad de los autores. La conocida frase “zDicen que mataron al Marqués? ~ Dice que lo mataron.", sin mas consecuencias ni investigacién dan idea del odio general de un pueblo hacia la conducta del citado Marqués, Y centréndonos un poco més en la cuestion de la propiedad del suelo, Coronel, me recuerda mi amigo que durante la Conquista, los Guanches fueron despojados de sus tierras para repartirias entre los jefes de los que colaboraron en la empresa en menor a mayor medida. Creo recordar que a esto aludi ya en paginas anteriores. Lo que s{ se puede afiadir es que las mayores extensiones de terreno de la época actual pertenecen a familias que las heredaron de sus antepasados de esa época. A esto hay que afiadir casos de terrenos que después fueron adquiridos de forma particular, con los ahorros de su trabajo oa través de los beneficios que producia la préctica de la usura. En este aspecto habria que recordar que muchos de los que emigraron a América no tenfan ahorros para los pasajes lo que les obligaba a hipotecar 0 a ceder como garantfa su pequefo terreno. En otros casos y por verdadera necesidad, se recurria a particulares que concedfan préstamos a cambio del valor de otros pequefios terrenos que terminaban con mucha frecuencia convirtiéndose en su propiedad. Coronel, y es que nosotros, los Islefios, en realidad siempre hemos vivido en crisis como se suele decir ahora. Ain as{, comparando la crisis actual con la situacién de pobreza y miseria que se vivi6 en nuestra tierra hace cincuenta o sesenta affos, podrfamos considerar que hoy vivimos como millonarios. Y no quiero decir que no siga habiendo gentes con problemas pero nunca comparables a los de aquellos afios. Las generaciones posteriores nunca conocieron lo amargo porque sus padres les dieron todo el dulce que deseaban. En las Islas Canarias desde el affo sesenta hasta el dos mil hubo una gran oportunidad de bienestar econdmico. Gnicamente que no todos supieron aprovecharla, dando por hecho que esa situacién de prosperidad iba a ser una constante en sus vidas. Y hasta me atreveria a decir que incluso grandes economistas se equivocaron. ¥ continuando en larga conversacién con usted quisiera ahora poder hablarle de lo que mi amigo ha dado en llamar la prehistoria de nuestra tierra y que le ha llegado al pueblo canario actual en la confusa neblina de lo miticoe irreal. CARTA AL CORONEL Para muchos, toda esa parte de nuestra historia se reducia a que los antiguos habitantes de las Islas fueron los Guanches, unos seres gigantescos, cuyas canillas eran tan grandes que al medirlas con Jas nuestras no Tlegaban al tronco de! mulso. Segiin la leyenda y las creencias, eran los que al ver llegar a los Europeos se escondieron en las cuevas y alli turieron de hanibre, Esto explica las cuevas funerarias llenas de osamenta que todos conocemos. No se explica, por qué no dejaron descendencia y el actual pueblo canario es descendiente de los conquistadores y distintos pobladores que vinieron a asentarse en las Islas. Esto era lo que se sabia de los pobladores de las Islas hasta bien entrada la segunda mitad del siglo pasado, nos referimos al siglo XIX. Bso dice mucho de la nula informacién que habia sobre un tema tan importante para el pueblo canario. Ademas de que lo poco de informacién que legaba habia sido deformada, ademés de ofrecer datos confusos, Io que pone en duda, por otra parte, la capacidad de algunos historiadores. Todo esto ha creado cierto conformismo e indiferencia y el dafio de una informacidn tergiversando la auténtica realidad, Sin embargo hoy, Coronel, después de febacientes y largos estudios e investigaciones se ha venido confirmando lo que ya se sabia y habian repetido muchos entendidos e investigadores. ¥ es que los Guanches no podian ser de otra parte que de las amplias tierras que tenemos a menos de cien kilmetros de nosotros, Los Guanches eran, Pues Iibico-bereberes de la etnia de los Amazigh, tal como queda demostrado en numerosas semejanzas tanto fisicas como culturales que se han comprobado en este Pueblo que habita en toda la zona noroeste del Sahara, Marruecos y Argelia, y el saharaui Yamodo de paréntesis podemos afiadir que actualmente es en el Municipio de Candelaria ndo representaciones de un pasado guanche que jams deberfamos Coronel, se dice que nuestros aborigenes vivian en paz.en los reducidos espacios de sus islas, lo que les permitfa practicar deportes y competiciones con el consecuente desarrollo de habilidades y destrezas. Ya desde la infancia eran ensefiados a esquivar Piedras y dardos que pudieran lanzarles, a manejar hdbilmente el palo o el garrote como arma, cuya habitidad llega hasta nuestros dias. Como se sabe, ha sido llevado hasta América, yo lo presencié en Venezuela, en el estado de Lara. Alli se le conoce como el “juego del garrote’, lo que demuestra que eran grandes deportistas y guerreros, utilizando las armas que le proporcionaba el medio y sus habilidades quedan clocumentadas en la cita siguiente: “Antonio de Nebrija, a quien se le atribuye Ia primera gramética de idioma castellano, cuenta de su gran admiracién al ver en ta ciudad de Sevilla a un islefio canario que sin mover el pie izquierdo y a un distancia de diez pases apostaba con cualquiera que le tiraran lo que quisieran, que no le pegaban una que habilmente esquivaba todo de todo con movimientos de cabeza y de cuerpo agachdndose”. ‘También cuenta Ia anécdota de un Canario que apostaba con tres hombres que les daba doce naranjas a cada uno si a una distancia de diez metros no le pegaban una, mientras él con su docena les daba de todas todas, Todo esto indica, como puede deducir usted, que nuestro pueblo aborigen poseia luna comstitucién sabresaliente, ademas de un amplio desarrollo de su intelecto, Tepresentado en las habilidades sefialadas de destreza en los deportes yen sus valores e870 CARTA AL CORONEL a morales y éticos que guiaban sus patrones de conducta: cumplimiento y apego a los acuerdos tomados, cumplimiento de la palabra empreiiada, estricta observacién de las Rormas que regian la convivencia, practica de la honradez, apego social a la honorabilidad yuna elevada autoestima. Pero me dice mi amigo, que todas esas cuatidades no les sirvieron de mucho ante Guienes en nombre de la honradez y el honor no tuvieron escriipulos en violar acuerdos, compromisos, palabras y promesas. Todo eso provocé en el Canario una desconfianza, una excesiva prudencia y un temor que asesina la audacia y condiciona la agilidad mental y la Perspicacia. Continita diciendo que todavia queda mucho por decir y més por investigar ero se ha intentado dar una imagen del pueblo canario para entrar en su historia. Coronel, continuamos conténdole a usted la historia del pueblo Canario. Mi opinién Particular es que mejor seria hablar de tos que lo esclavizaron por muchos afios. Un principio general, y que se repite, es que ninguna de las Naciones que fueron conquistadas guardan buenos recuerdos de esos conquistadores. El ejemplo lo tenemos hoy en la misma Espafia, en concreto en las Islas Canarias, se considera que nada hay que agradecerles, y ‘ese mismo sentimiento se puede observar en América, Creo que ya en Jineas anteriores me referi a los saqueos 0 expolios que el mismo Espafiol le hizo a su Patria, y aun le sigue haciendo. Pareciera que es algo que se lleva en los genes. También es una prdctica en toda Latinoamérica, sobre todo en Venezuela, a la ue considero como mi segunda patria, Pero sobre esto voy a dejar hoy que se forma usted su propio juicio. Quizds, Coronel, si yo transcribiera todo lo concerniente a las desventuras del hombre y de ta mujer canarios, empezaria diciendo que la esclavitud y la mala suerte causadas por la ignorancia produjeron mucha sumisién. Yo mismo, Coronel, fui uno de esos sumisos educado en esa sumisién que se expresaba diciendo “para servirle a Diosya usted’. Y a costa de naturalezas de este tipo eran como los otros hacian su agosto o sus fortunas. Como cifta reveladora de esta situacién, se ha registrado que el ochenta y seis por ciento de la poblacién canaria en el siglo dieciocho era analfabeta. @ Datos de la emigracién Voy a contarle a usted algo sobre la cuestién de la emigraci6n en Canarias a finales del siglo dieciocho, segin el relato que me hace el Viejo. Cuando digo viejo no lo hago en términos despectivos pues yo to respeto mucho debido a su memoria prodigiosa y otras virtudes. Gracias a él puedo escribir Jo que escribo, por ser él el que me documenta sobre distintos aspectos de nuestra historia. Con respecto ala emigracién de mil ochoclentos cincuenta y tres al noventa y ocho, ‘me cuenta él que tanto el canario como la mujer emigraron como esclavos blancos siendo ademés la mujer, en muchos casos, victima de la trata de blancas. También yo le cuento a mi amigo algo de mis experiencias en Venezuela. Pero él continia conténdome de la emigracién a Cuba, donde el Islefio destacé en la Agricultura, formando parte de los ‘Vegueros que tanta fama le han dado al tabaco cubano. Me dice que en el cultivo de la cafta de anticar, y del tabaco la mayorfa eran Patmeros. Ahi fue donde més brillé el Canario, en Cuba, desempefiando con habitidad todo lo relacionado con sus tareas, Parece ser que la mayoria de los campesinas blancos en Cuba eran Canarios, Be CARTA AL CORONEL ——$$ $< ——_—$ Y sobre la mujer canaria que emigr6 hasta alli, me cuenta mi amigo algo que ya es oria, Se trata de las prostitutas canarias, algo que y contaban los viejos cubanos. Parece ser que se produjo un rentable comercio al que las mujeres accedian unas veces por consentimiento propio y otras por engafio, instalandose en los prostibulos de La Habana o en distintos pueblos del interior de la isla. Segdn contaban los viejos, muchas canarias desde el momento en que llegaban al puerto de La Habana, eran vendidas como esclavas. mediante tentadoras ofertas y engafios. La prostitucién era la Gaica salida que les quedaba a las canarias ya que no habfa mercado en Ja industria del azticar. Pero todo esto es ya historia, ¥ se cuenta que para hacer la venta las pontan en fila a lo largo de la embarcacion anclada en el muelle habanero para que asf la mercanca fuera mejor observada por los compradores. Parece ser que en mil ochocientos ochenta y cinco habia doscientos burdeles en La Habana, con una mayoria de mujeres de las Istas Canarias y algunas negras. Y volviendo ahora a la emigracién de hombres canarios, parece ser que en esos mismos afios se inicia una fuerte emigracién a Cuba mediante contrat siendo las condiciones peores que las de los esclavos negros y con sueldos inferiores. Por tal razén eran frecuentes las deserciones de los llamados islefios cimarrones, empleados en las construccién de ferrocarriles en Cuba. Como consecuencia de los malos tratos, excesivo trabajo y alimentacién deficiente no era para ellos una situacién digna. Por parte del gobierno de Cuba el objetivo era disponer de una mano de obra muy barata, mas barata atin que la esclava, es decir, que la que proporcionaban los negros de entonces. Coronel, le repito una vez més que lo mas probable es que ya usted la conozca. Para mi sin embargo todo esto es un cierto modo nuevo por el hecho de que hay muchas 0 diferentes versiones sobre un mismo hecho. De todo lo que leo o de lo que me dice mi amigo me voy formando mi propio juicio, aparte de que por experiencia sé que nadie nace con dinero, que todos nacemos en cueros y que el dinero o las riquezas vienen después, Y lo mds importante es saber de qué se valieron muchos para adquirir esa riqueza. Todos sabemos, o por lo menos los que conocemos estas historias de América, que Ta mayorfa se hicieron ricos esclavizando a seres humanos, Ahora hay otras formas de hacerse rico, y en el caso de Espafia es apoderandose del dinero del Pueblo espaiiol, no esclavizando, Pero se sabe que esa préctica de aduefiarse de la ajeno es ya muy vieja y hasta tal punto que en el caso de los Espaiioles parece como si lo llevaramos en los genes, Estas son cuestiones que hasta los més ignorantes las conocemos. Pero no quiero generalizar tampoco, admitiendo que sigue habiendo gente honorable, y de una gran honrade, que no ha violado lo més elemental del ser humano que son sus cédigos de conducta o sus eédigos morales. Pero tengo que afiadir, Coronel, que a veces veo cosas que no puedo aceptar interiormente en una sociedad que va al ritmo de los adelantos pero con tuna actitud ante la vida que parece estar refiida con aquellas costumbres que nuestros Padres nos inculcaron. Quizas es que ya esto es imposible en estos tiempos pero en cualquier caso, no sé si por ignorancia o incomprensién, encuentro que esta sociedad es un poquito decadente. CARTA AL CORONEL ST © Nuestro recorrido imaginario por Canarias Y con esta idea de su supuesto viaje a nuestras Islas, si mal na recuerdo creo que le hablé del Puerto de la Cruz, en La Orotava, donde tenfamos el proyecto de visitar la casa del gran hombre Francisco dle Miranda. Y ahi fue donde me detuve, creo, para contarle a usted algo de su biografia 0, mejor dicho, de lo que sus mismos compatriatas 0 coeténeos le hicieron, Pues en ese sofiado itinerario en su visita a nuestra isla después de haber visitado el Norte nos trasladaremos nuevamente a la Playa de las Américas, no sin antes pasar por mi pueblo, por et que yo considero el Valle encantado. ¥ le digo esto a usted porque el que lo visita no se quiere marchar, no sé si es por la amabilidad de su gente o por la quietud y tranquilidad que aqui se percibe. Me recuerda mucho a los pueblos del interior de Venezuela, con la excepcién de que aqui tenemos gente de de toda Latinoamérica, con una integracién como si hubiesen nacido aqui. ¥ este es mas o menos el perfil, si se puede decir asi, de nuestras Islas Canarias. Y queriendo yo que su estancia entre nosotros le resultara lo mas grata posible, yo le llevaria o lo acompaiiaria hasta la Playa de las Américas o Los Cristianos, donde hay hoteles de todas las categorias y donde usted podria comodamente elegir. Coronel, antes de visitar las otras islas del archipiélago, me gustarfa completar con usted el recorrido por nuestra isla de Tenerife. Quisiera que visitara usted el pueblo de Adeje, hasta hace pocos afios un pequefo pueblo, con un refrén o dicho en la boca de la gente que decia "Adeje, e! que pueda que lo deje”. Hoy, sin embargo, en mi opinién habria que decir todo lo contrario, algo asi como “Adeje, el que pueda que no lo doje”, por ser un Hn

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