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ARTA AL CORONEL 6 mayor lugar donde se percibe mayor proyeccién hacia el futuro 0, lo que es lo mismo, may visién de futuro. Y después de Adeje, y siempre en nuestro recorrido imaginario pasariamos por unos pueblecitos muy pintorescos que por orden de aparicién serfan Guia de Isora, Los Gigantes, Chio, Las Manchas y Santiago del Teide, desde donde nos desviariamos hacia los imponentes acantilados de Masca. Continuariamos luego a la Isla Baja, nos detendrfamos en Buenavista y Los Silos, adentrandonos luego en la atractiva Punta de Teno. Realmente le estoy proponiendo una ruta que apenas conozco, ya que hace poco tiempo que he vuelto a la isla, desde Venezuela, adonde me fui muy joven y sin conocer el Norte de la isla que ahora le quiero enseiiar a usted. En este supuesto recorrido por nuestros pueblos, mucho me gustaria hacerle disfrutar de nuestra gastronomia, que bien podria apreciar no sélo en restaurantes sino en nuestros tipicos guachinches o casas de comida, lugares sin ostentacién de ninguna clase pero donde los incomparables vinos artesanales del Norte, los famosos conejos en salmorejo, las papas negras, ola gran variedad de pescados, harian las delicias del paledar mas exigente, Coronel, mil veces le repetiré que sepa comprender y perdonar el contenido de estos relatos, ingenuos probablemente, pero sinceros. Comprenderé que no sé decivie otra cosa que no sea realismo puro ya que no tengo capacidad para la mentira literaria « ficeidn. Esta raz6n es ademss uno de los motivas por lo que me gustaria o me gusta leer loe Ubros de su contemporéneo Gabriel Garcia Marquer, en donde él se reeriay practicaba su realismo magico. ¥ sien todo lo que escribo hay alguna mentra,es porque me la han dicho mi pues puedo decirle que desconozco esa capacidad para mentir. ¥ ese recorrido que yo le propongo, volviendo a nuestro itinerario desead 0, suele hacerse en un dia, ya que las distancias en la isla son cortas. Ya por la tarde estariamos de Aloe CARTA AL CORONEL vuelta, usted se quedarfa en su hotel y yo regresaria a mi casa en el Valle de San Lorenzo, en. un pequefio recorrido de unos veinte minutos més 0 menos. Y después de haberse hecho usted una idea bastante aproximada de los encantos de nuestra isla de Tenerife, creo estar seguro que también le gustarfa visitar las otras istas de nuestro Archipiélago, siendo las ms cercanas a nosotros, La Gomera, La Palma y El Hierro. Primero irfamos a La Gomera, la cual no le voy @ describir, Coronel, con la esperanza de que pueda usted descubrir sus encantos algun dia. Traténdose de una isla tan pequefia creo que serfa suficiente, para una primera impresiOn, dedicarle un dia completo. Irfamos por la mafiana y volveriamos por la tarde. Recuperdndose con el descanso oportuno, es muy posible que al dia siguiente pudiéramos embarcar para El Hierro, conocida como Ja Isla del Meridiano, un encanto de isla, aunque pequefia, que tampoco le voy a describir a usted, Coronel, para no condicionarle sus primeras impresiones. Lo que si le puedo aclarar es que a pesar de sus pequefias dimensiones ofrece mas que algunas con el triple de territorio, y tanto es asi que es como para quedarse en ella ala espera del aviso final. Visitado El Hierro, de las Islas occidentales nos quedarfa por ver La Palma, la que aman la Isla Bonita. ;Qué bonitas son todas! como le he dicho antes. ¥ dicen poetas y compositores que son un Jardin con siete rosas. Y con este convencimiento mio, comprendera usted, que sélo me queda repetirle mil veces que tiene usted que venir a verlas. La Palma también se puede recorrer en poco tiempo pero seria una léstima tener que disfrutar de tanta belleza en un solo dia, habria que dedicarle algo mas de tiempo aunque sea una vez en la vida. Y esta reflexi6n me la hago también a mi, que estoy en los ochenta afios de edad. Por ahi debe de andar usted también, 0 al menos asf lo calculo yo. Y hablando de edades, no sé si le pasaré como mi, que aunque ya paso de los, ochenta me cuesta creer que tengo esa edad. Entiendo que la culpable es la mente pues todavia me permite hacer cosas propias de gente més joven. Tendria mas bien que dar gracias a no sé quien por mantener al menos la mente joven. Sobre este particular, bien me gustarfa que usted se reconociera todavia una mente joven y curiosa, que le permitiera llevarse el mejor recuerdo de este paraiso y ofrecérselo a sus compatriotas o paisanos, que quizds tengan aqui también sus raices, aunque los archivos de su identidad se hayan perdido. A veces me pregunto si de verdad habra un arbol genealégico completo. Pero volviendo ahora a la idea de visitar La Palma, s{ puedo anticiparle que ests programado el primer viaje de la mafiana porque las dos veces que yo he ido lo he hecho en avibn. Recorreremos toda la isla en coche para que pueda admirar usted la belleza de unos paisajes donde el Mencey Tanausit resistié hasta el final, antes de caer con mentiras y engafios. No voy a describirle nada ahora para que su impresién personal no quede condicionada. En esta Isla Bonita nos hospedariamos en Santa Cruz de la Palma, la capital, y desde donde saldriamos la mafiana siguiente con la intencién de ir apreciando en nuestro recorrido las bellezas de sus pueblos: San Andrés y Sauces, Barlovento, Garafia, Puntagorda, Tijarafe, Los Llanos de Aridane, El Paso, Fuencaliente, Mazo, Brefia Alta y Brefia Baja. Apreciar los encantos de tantos lugares merecerfa pensar en varios dias de Ad CARTA AL CORONEL —_—$— $$ estancia, tics forma de disfrutar de la belleza con el sosiego que requiere. ¥ llegados al final de nuestro itinerario, regresarlamos a Tenerife a través del puerto de Los Cristianos. En més de una ocasi6n habra pensado usted, Coronel, cémo puedo yo hablar de un supuesto futuro, teniendo que emplear el término “supuestamente” con tanta frecuencia. Y yo le digo que si soy capaz de darle realidad es por la ilusién que tengo puesta en conocerle personalmente y por la certeza que me he ido creando de que no me defraudaria usted declinando mi invitacién. Hecha la anterior observacién y siguiendo con nuestro proyecto de recorrido, continuariamos viaje alas islas orientales de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, y la equefia isla de La Graciosa. De todas estas, s6lo conozco la isla de Gran Canaria, por lo que ahora tendriamos la gran oportunidad de descubrirlas juntos. De Lanzarote y Fuerteventura me han contado que son completamente distintas a las otras islas. Ya haremos juntos las comparaciones. Pero si le puedo adelantar que en dichas islas se encuentran los mejores quesos y vinos del mundo. En fin, Coronel, que mucho me gustaria que pudiera desvelar la belleza de estas siete rosas y la amabilidad del caracter islefio. Ayer estuve recordéndolo a usted, cuando fue a hacer el café, aquella mafiana fria y Ituviosa de octubre, y sélo tenia una cucharadita y tuvo que raspar el tarro hasta con herrumbre, y que sélo le dio para una tacita la que le dio a su esposa; lo triste es que usted ‘qued6 con las ganas. También me acordé del traje de paiio negro y la camisa que consiguié enel batil, que tuvo que ponérselo medio arrugado ya que la sefiora estaba con el vértigo y no podia planchar. ¥ llegados a este punto, necesito decirle que hay muchas cosas que la pobreza nos hace tener en comén. Yo, sinceramente, no creo tener prejuicios, ni avergonzarme de mi pasado. Y de ese pasado me viene ahora a la memoria el recuerdo de que también mi madre sac6 un dia un traje del bail, un traje que tenia unos veinticinco aftos y que lo habfan trafdo de Venezuela en mil novecientes veintiocho. Y lo sacé mi madre para que ime lo pusiera yo. La tinica diferencia con el suyo, Coronel, es que éste sf estaba planchado, 'a camisa me la plancharon en Santa Cruz, capital de la isla de Tenerife, adonde yo habla ido con algtin motivo festivo seguramente. Lo més probable es que el traje del que usted habla, estuviera hecho a medida; sin embargo el mio no habia sido hecho a mi media, asi que puede imaginarse usted cémo me sentarfa ya que s6lo me atrevi a ponérmelo una sola vez. Yen cuanto al café,a nuestro café, puedo decirle que fueron muchas las borras que volvimos a hervir para ponerle a la leche. Esas borras nos las daba mi abuelo pero él no raspaba el tarro porque ya tenfa su propio molinitlo para molerlo después de haberlo festado, También escaseaba el a2dcar, como todo, y recuerdo que para paliar esa escases fe hacia dulce de higos pieos, o tunos, como también se dice por aqui, Por eso le digo que los pobres tenemos muchas cosas en comiin, ¥ esto que le estoy contando ahora a usted corresponde alos affos cuarenta y cincuenta, unos fics en que la segunda Guerra Mundial ‘No caus6 en América tanto dafio como en Europa. CARTA AL CORONEL @ Unos datos biogréficos sobre mi Coronel, como los afios y el tiempo nos van pasando factura, de lo cua! no podemos escapar ni sobornar a nadie por mucho dinero o riqueza que tengamos, lo Unico que verdaderamente deseo es terminar mi cartita y que la reciba usted. Con esto no quiero decir que sea yo pesimista ni que me esté entregando. Ni siquiera sé si sera prudente contarle a usted un poquito de mi vida cotidiana. Aunque usted ya podria formarse un concepto de quién soy yo, si me gustarfa hacer una pequefia biografia. A usted lo conoci or su paisano Gabriel Garcia Marquez. Pero ahora creo que me corresponde a mf hacer mi propia presentacién, de lo contrario nunca sabré quién soy yo. Naci en el Valle de San Lorenzo, en el municipio de Arona, el veinticinco de octubre de mil novecientos treinta y tres. Pasando por alto algunos detalles, tengo que decir que las primeras letras me las ensefié mi abuela, hasta los seis aflos que fue cuando empecé en uuna clase particular que recibia en un Faro, donde antes le decian torrero a la persona que ‘cuidaba de ese faro. Ese encargado me daba clase a mi y a unos cuantos mas. Hoy me doy ‘cuenta incluso de que mis padres no podian pagar una escuela para tres hermanos que éramos. Creo que ya en pdginas anteriores le conté a usted que mi padre fue uno de los esclavos blancos, como tantos otros trabajando de sol a sol y por un misero sueldo que no aleanzaba para lo més basico que era traer la comida a casa y mucho menos para la educacién. Le estoy hablando, Coronel, de los afios mil novecientos treinta y nueve y cuarenta. Generalmente, en afios anteriores no habian torreros que dieran clases gratis ni tampoco abuelas que ensefiaran las primeras letras, dado el altisimo analfabetismo del canario en los campos agricolas. Pero perdone usted por desviar los objetivos, que ‘empiezo con mi biografia y luego me involucro en otras cosas. Me quedé huérfano de padre a los nueve afios, en la finca agricola llamada Guaza. Realmente era el campo de Guaza y la finca se llamaba el Tagorito. Eramos cuatro hermanos. A partir de entonces mi primer trabajo o labor era coger hierba para alimentar a las cabras y recoger lefia para hacer fuego y poder cocinar. Tendrfa yo entonces seis o slete aftos. Por esa misma época me dieron también otro trabajo que consistia en vigilar una siembra de maiz para que no se la comieran los cuervos. Fue la primera vez que supe lo que ganaba. El sueldo eran cincuenta céntimos de peseta, es decir, media peseta. Ast iban transcurriendo los afios hasta que nos volvimos al pueblo, al Valle de San Lorenzo, de! cual ya le conté a usted anteriormente. All seguf con los mismos quehaceres, cuidando cabras, buscando hierba, y buscando lefia para cocinar. Dos afios después mi madre tuvo la idea de mandar a hacer un horno para hacer pan. Y muy pronto aprendi el oficio de Panadero, que resulté ser un trabajo muy duro. Ya para empezar habla que moler el trigo para hacer la harina. Luego la elaboracién del pan empezaba a las dos de ta mafiana, sin olvidar luego su reparto por los pueblos un tanto alejados, Los Cristianos y Las Galletas entre otros. Esa tarea la hacfamos mi hermano Rosendo y yo. Una vez hecho el reparto de pan, y ya de vuelta a casa, tenfamos que it a buscar lefia para el horno. Y asi pasaron seis 0 siete afios hasta que me fui para Venezuela cuando afin no habfa cumplide los dieciocho, Me embarqué el veinticuatro de febrero de mil novecientos cincuenta y dos. Llegué el cuatro de marzo. El barco era un carguero acondicionado para pasajeros. Y aunque en ese tiempo no existian los hoteles de cinco estrellas, para mi el barco si que tenia esa ds CARTA AL CORONEL categoria porque me ofrecia unas ventajas que yo nunca habla disfrutado hasta entonces, acostindome cuando queria y con un desayuno, almuerzo y cena que estaban garantizados. Hoy, sin embargo, la valoracién que yo puedo hacer de aquel viaje, Coronel, nada tiene que ver con mis sentimientos de aquel momento, donde yo valoraba especialmente sentirme libre. Por eso le digo a usted que ahora no viajarfa en aquel barco ni obligado. Creo que a los animales de hoy los transportan con mas comodidades y mas higiene que la que habia all. Gnicamente también que cuando uno no ha conocido otra cosa ni mayores ventajas, no hay mucha dificultad en aplicar el refran de que “ojos que no ven, corazén que no siente”. Relacionados con mi viaje a Venezuela hay muchas cosas que no quisiera pasar por alto. Asi, a mi legada al puerto de La Guaira me esperaba alli un tio mio. Ese dia nos ‘quedamos en el pueblo de Camuri, en casa de unos amigos suyos, ya que al da siguiente habia que recoger el equipaje. 4 los pocos dias empecé a trabajar en Los Caracas, en el estado Vargas. Ocho meses més tarde falleci6 mi tio; ya no continué trabajando alli sino que me fui a Caracas, la capital, donde volvi a caer en el infierno del que puedo decir que habia salido huyendo de Canarias. Me refiero a la panaderfa. En la primera que conoct trabajé unos tres meses. Luego me retiraron y entré en otra, de cuyo nombre no quiero acordarme, donde estuve trabajando cinco meses a razén de unas dieciocho horas diarias de promedio y sin que previamente el patrén acordara conmigo cudl iba a ser mi sueldo, valiéndose del argumento de que lo que él querfa era que yo fuera socio del negocio. En Fin, todo un engatio que tuvo como consecuencia nefasta para mé el tener que abandonar la mencionada panaderfa sin haber cobrado lo que me habria correspondido por lo que ya habia trabajado. Este episodio de mi vida yo lo conté ya en un librito que escribi hace algin tiempo, y del que usted l6gicamente no tiene noticia. Por eso estoy interesado en seguir conténdole a usted otras vivencias de mi autobiografia. Al dfa siguiente de haber dejado mi trabajo en la panaderia, entré a trabajar en el negocio de reparto y venta de viveres y licores, que era propiedad de un paisano canario, Por tanto que me habfa sido presentado por el duetio de esa Panaderia que acababa de dejar, y que habia conocido yo en unas circunstancias muy especiales, con su coche en Initad del rf, a punto de ser arrastrado por la corrient, debido a unas enormes erecidas,y élentretanto, lorando en Ia orilla. Con nuestra ayude, y como el rio no se podta eruzar, tuvo que regresar por carretera a Caracas, de donde habia salido. ¥ alli busqué yo m; maletita, y ya por la mafiana, en este nuevo trabajo, salimos para el reparto de mercancias 3 Tos comercios del interior de la Repablica, una tarea que para mi no era dificil puesto que ¥@ yo conocia algunas de los comercios que este nuevo patron visitaba, Y sin decirie « usted que en esa etapa de mi vida estuve ademas distribuyendo y vendiendo articulos de cscritorio por toda Caracas y parte del interior, con los resultados econémicos que ya usted podré imaginar, dada la escasa valfa humana de los duefios o soctos con los que tenia que tratar. Pero como hay un dicho que dice, Coronel, que a nadie le falta Dios, Negé también el igen que un atnigo me vendié un negocio, convirtiéndome por fin en duefio de mi propia seurrese. sin nadie que me mandara ni abusara de mi, y en el que pude permenores ay, uate afios. No quiero entrar ahora en demasiados detalles al respecto, stents mi objetivo principal que usted sepa un poco de mi vida, Pero si quisiera resaltar que Jamés pensé yo que un dia tendria que dejar Venezuela. a la que habis llegado a Sad CARTA AL CORONE! Considerar como mi segunda patria y que jamas podré olvidar. ¥ llegatia a este punto creo que haga falta que le explique a usted por qué todo el que ha podide f volver a su tierra Resalando ahora algunos detalles ile mi vida, si considero de importaneia revord que en Venezuela me casé y que alli nacieron nues' fas cuatro hijas, Luegn fue en et aio dos mil uno cuando mi esposa ¥ yo regresamos definitivamente a mi pueblo del Valle de San Lorenzo, donde desde un principio me senti integrads: sucalmente a pesar de mis casi cincuenta aos de ausencia Y es que desde que Itegué a mi pueblo, ya de vuelta de Venezuela, unos amigos me cedieron amablemente una parcela de su terreno donde poder cultivar papas, eehollas, batatas y otras ho alizas, una acti lad para mi muy poco conocida y que, por esa misma razén, me resultaba atractiva, Pero lo tinico malo es que ya tengo ochenta y un afios y aun no he aprendide a medir mis fuerzas. Voy a tener que aflojar un poco en mi actividad sobre todo considerands que todo lo que hago es por hobby, y sin sentir sobre mi el peso de una obligacién, Viene a ser como quien decide pasar una o dos hora en un gimnasio, Ademas del hobby de la agricultura, el otro hobhy es el doming. En este asunto recordar que el mismo aio en que volvi de Venezuela convenci a mi amigo festa R qui a © mas bien le sugeri, que en el Valle podiamos formar un equipo de domind, Aunque nv le parecié mala idea, debo afadir también, que no fue tarea nada facit al principio, en un lugar como el Valle donde la apatia, la indolencia y el conformismo no tienen parangén Pero a pesar de tanta negativa, y a base de mucho insistir, se hicieron b las gestiones, & 6 ARTA AL CORONEL a nin6 se hi pertinentes, se formé el equipo, se constituyé la directiva, y el hobby del dominé se hizo realidad. Y fue tanto el entusiasmo que se reunieron al principio veintiocho jugadores, de los que mas tarde hubo que dar de baja.a unos diez u once pues éramos demasiados y sobre todo que, por motivos econémicos, el que nos patrocinaba dejé de hacerlo por una crisis que nos afecté a todos. Actualmente el equipo cuenta con doce participantes y una reserva © plantilla de unos diecisiete. Las cifras, son s6lo aproximadas y con el Gnico fn de dar una idea del dinamismo del equipo. Pe AT oe CARTA AL CORONEL Coronel, después de hablarle de la pequefia historia de nuestro hobby, si quiero decirle que no pierdo la esperanza de que algin dia pudiera observar usted el desarrollo de nuestras Partidas y comprobar que somos todos muy unidos y disciplinados. No creo que sea una imprudencia hacer mencién de los fundadores del equipo. Ya algunos no estén entre nosotros y por ley de vida poco a poco nos iremos descontando aunque no me gustaria que nuestros nombres fueran olvidados. De antemano pido perdén por si la memoria me falla ¥ dejo a alguno fuera de la lista, Quiero, ademés, hacer especial mencién a mi gran amigo Lorenzo Gonzalez ya su hermano Alejandro G., seguido de la larga némina constituida por Jess Reverén, juan Pérez, José Luis Delgado Garcia, Carlos Fumero Alfonso, Guillermo Fernandez Rancel, Enrique Fumero Leén, José Miguel Fumero Bethencourt, José Garcia “Fichin’, Zenn Hernandez Bello, José Cabeza Fumero “el Tuso”, Terefo Reverén Oramas, Gregorio Morales Reverén, Oscar Pérez Barrios, Juan Carlos Fumero Bethencourt, Juan Sierra Rodriguez, Miguel Angel Garcia, Antonio Toledo, Antonio Diaz Torres, Arsenio Delgado Gonzalez, Aniceto Garcia Rancel, Alvaro Reverén Garcia, Graciano Martin Gonzalez, Juan José Reverén Garcia, Gaspar Fumero Dominguez, René Alayén Dominguez, Rafael Delgado Gonzélez, Nicolas Medina Medina, Mario Rever6n Delgado, Manuel Linares Melo, Pedro Hernandez Brito, Carlos Gonzélez Garcfa y Elias Alberto Delgado Bello. CARTA AL CORONEL Dentro del equipo de domin6, soy yu el de mais edad, pronto cumplo ochenta y dns afios aunque conservo mi mente en perfecto estado. A veces me digo que deberia ur envejeciendo ella también al ritmo del cuerpo. Pera lejos de ese, a veces teng impresién de no tener mas de treinta o cuarenta aos por Ios sues ¥ la iluston todavia soy capaz de proyectar sobre el futuro. Aun asi, es verdad que voy qvtande que Voy perdiendo en fuerzas fisicas. Pero sigo manejando muy bien la azaua, ese instrument agricola que en Canarias se suele llamar yuutaca, la herranuenta mas comun y que can el Pico y la pala, era lo basico e imprescindible dentro de la agnvultura artesanal de nuestra tierra. ¥, aunque nos hemos ido mecanizando, yo por mi parte reconuzco que aun estoy anclado en el pasado y que, por tanto, me quedé en Ia estacion pues para mi ya nu hay trenes, sobre todo siendo consciente de que la tecnologia nv es ya compatible con mi incapacidad o mi desidia para afrontar nuevos retos Pero no quisiera seguir hablindole de tonterias personales m convertir esta carta en una blografia mia. Si me agradaria, sin embargo, seguir contandole a usted cosas det cardcter de la gente de esta tierra, y que queda bastante reflejado en las fiestas o ramertas que periddicamente se celebran en nuestros pueblos. En momentos festivns cama exon ey Brande la hermandad y generosidad que se observa, cuando desde las carrozas ve van repartiendo, para disfrute y gozo de todos, comida, bebidas, 9 golosinas para lox mis pequefios. Y hablando de fiestas y momentos de alegria, quiero hacer shora mencin a una de esas fiestas que celebra el bellisimo pueblo de Adeie el dia veinte de ener como testa anual en honor a San Sebastidn, y que mucho me agradaria que usted pudiers presenciar Se (rata det ventorrllo organizado por unus humildes muthuchos, de cuyus mombres won CARTA AL CORONEL Quiero dejar constancia, Me refiero a tres de ellos en especial, Chanito, José Antonio y Sebastian, carifosamente llamado Chanchan, Quizds le parezca a usted una exageracién, Pero et hecho es que ellos compran mil platos desechables, con sus correspondientes cubiertos y vasos, y hay veces que no aleanzan para poder servir a la gran multitud de personas que hacen presencia en el pueblo. Y ahi no se considera, Coronel, si la persona que participa en el festejo es o no del Pueblo, lo Gnico cierto es que todo el que se arrima al mostrador, donde se sirve, vuelve a su casa hasta comido y servido de bebida. Al margen de lo que le venido contando, me gustaria dejarle de alguna manera mi criterio genera) sobre la valoracién de las cosas, y sin tomar mis palabras en sentido apologético, ni muchos menos, quiero decir que sin estar yo muy versado en politica, hay cosas de sentida comin por las que habria que luchar. En este sentido puedo decir que siempre me ha gustado el respeto y el orden, el respeto mutuo por supuesto. En conclusién, me he dado cuenta de que lo importante no son los colores sino los gestores. En este sentido, nadie mejor que usted sabe que desde la Revolucién Francesa, y al entrar al hemiciclo, unos eran “zurdos” y otros “derechos”, pero todos la misma gente, y ‘en esto, como en tantas otras cuestiones, ;qué puedo yo affadir, Coronel, que ya no sepa usted! Volviendo ahora sobre el pueblo de Adeje, creo recordar que en lineas anteriores le mencioné a usted aquel dicho de que “Adeje, el que pueda que lo deje”. Pero llegé un hombre con una auténtica vocacién de servicio y ha hecho de ese humilde pueblo la que hoy podria considerarse la capital del sur de Tenerife. CARTA AL CORONEL n le he dicho ya a usted, que yo soy del Valle de San Lorenzo, pueblo perteneciente al municipio de Arona. Esta podria ser la auténtica capital del sur de Tenerife porque reine condiciones para ello. Pero al menos hasta ahora no ha sido dirigida por unos gobernantes con las suficientes capacidades y vision que ha merecido. En estos dias ha tomado posesién un alcalde joven. Mucho me gustaria que fuera distinto a los anteriores y con capacidad para considerar los errores anteriores y no caer en io mismo. Pero ya sabe usted, Coronel, que Canarias es también Espaiia y que los Espaiioles lo que desean es que su adversario o su contrario fracase. De sobra se ha insistido en que el Espafiol cuando tiene la gloria segura quiere asegurarse el infierno para el vecino, Con frecuencia le doy vueltas a la idea de que la nica forma de que nadie, pero nadie, obstruya su trabajo es actuando siempre bajo el marco de la ley. Y en este sentido, bien me gustaria también que mi pueblo fuera uno de los mas desarroliados de las siete islas, que mi municipio de Arona tuviera uno de los Ayuntamientos més florecientes del Archipiélago. Pero todo esto, comprenderé, que no es més que un suefio que yo desearta que se hiciera realidad. Valle de San Lorenzo. Foto del Dia.es ls CARTA AL CORONEL Cuando ofmes hablar de desarrollo, la verdad es que no se trata de algo del otro mundo puesto que la mayoria de las personas aspiran hoy en dia a un nivel de vida mas alto, a una vida més larga, con menos problemas de salud, a una educacién para sus hijos y para si mismo. Al mismo tiempo quisieran lograr un poder adquisitivo mas alto para poder ejercer mayor control sobre sus prapias vidas, cierta estabilidad y tranquilidad, y la oportunidad de hacer cosas que produzcan cierto placer y satisfaccién, Pero todo esto admitiendo que pudiera haber alguien que desaprobara estas aspiraciones 0 que quisiera afiadir algunas mds, Me decfa un amigo que la que verdaderamente conduce al desarrollo del ser humano es el cultivo de nuestra inteligencia, que es Jo que facilita nuestra capacidad de imaginar, teorizar, administrar, resolver problemas y muchas cosas més; y que ya sea de forma manual o mental, contribuyen al progreso del individuo y de la humanidad entera. ¥ no cabe duda de que ios recursos naturales, el clima, la geografla 0 la historia, y hasta las dimensiones del mercado, las politicas gubernamentales y muchos otros factores influyen en la direccién y ritmo del progreso pero e! verdadero motor es la capacidad creativa humana. Coronel, no sé yo si esto del desarrollo es una quimera o una utopia, aunque yo creo que cualquier gobernante con vocacién de servicio para su pueblo o nacién no lo veria como un objetivo imposible, tratdndose de algo tan elemental y necesario para todos como es la salud, la educacién y el bienestar. ¥ por supuesto que es el gobierno quien tiene la principal responsabilidad en el progreso de estos sectores, igual que sucede con el progreso econémico. En este dltimo aspecto quizs habria que recordar que la innovacién y la creatividad sientan las bases del progreso social. Aquellos que conciben una politica que amplie y mejore Jos servicios sociales son comparables, en su impacto evolutivo, a los empresarios, los planificadores del sector turistica, los administradores, los técnicos y los trabajadores de cuello azul, los obreros. fe 52h CARTA AL CORONEL, Creo que tampoco es dificil de entender cémo esta opinién de lo que causa el desarrollo se puede aplicar précticamente a todas las formas de trabajo, sean de tipo fisico © intelectual, y realizadas en una sociedad. Puede ser que la contribucién de unos sea ‘mayor que la de otros. Pero aunque el papel de la gente de talento pueda ser enormemente importante, todos pueden contribuir en su justa medida. Coronel, contindo escuchando a mi amigo y acabo de ofrle hablar de algo que yo ignoraba referido a cémo se forma una verdadera sociedad. Por supuesto que son necesarios gobernantes capacitados y con una gran capacidad de servicio a la comunidad, que en definitiva es la mejor manera de cautivar a las personas que han depositado en ellos su confianza. De ellos se espera la aplicacién de una politica justa, el Jogro de un sistema educativo que proporcione las herramientas intelectuales y vocacionales basicas, que alimente la curiosidad por el conocimiento, et desarrollo del espiritu critico, el discernimiento y la creatividad. Podriamos seguir extendiéndonos sobre las necesidades basicas para lograr una buena sociedad. Habria que pensar, por ejemplo, en un sistema de salubridad que Protegiera al pueblo de enfermedades que debilitan y matan. Habria que dedicar igualmente un buen capitulo a la experimentacién y a la investigaci6n, creando incentivos Para estimular el mérito y la constancia, debilitando ast el nepotismo y el “enchufe”. Y esta claro también que para planificar un futuro con confianza es imprescindible la estabilidad y la continuidad en el respeto de la dignidad de la persona, a la vez que estabilidad politica lograda con la eleccién de los gobernantes mas respetuosos con los derechos de los ciudadanos, Me pregunto yo ahora si todo esto del desarrollo le resultard a usted pesado 0 aburrido. Mi Gnica excusa es que se trata de cuestiones que atin no han sido del todo logradas y que yo considero bsicas para mi pueblo. Por ejemplo, echo en falta un Programa para ampliar el nimero de sociéloges bien enteenados, asi como programas bara la Investigacion de valores y actitudes, proyectos que estimulen el dialogo entre los srupos de trabajo comerciales ¢ intelectuales, e incluso entre los partidos politicos, Y en este aspecto se me ocurre pensar que algo que mi pueblo necesita es una escuela o un Proyecto para entrenar a lideres politicos pues yo particularmente creo que andamos huérfanos o escasos de verdaderos dirigentes con vocacin, dispuestos a huchar por los intereses de su comunidad. No 86 si estaré pidiendo demasiado, Coronel, Pero le aseguro a usted que es asi como entiendo yo un verdadero proyecto de desarrollo. ¥ esto contiene tantas facetas que quizs seria més adecuado hablar de programa para modernizar notablemente las actividades y valores de la gente. ¥ con lo dicho anteriormente yo me quedaria muy satisfecho si usted me diera la az6n en el hecho de que, cuando un gobernante cumple con la mayor parte de los objetivos sefialados, ya habré logracto, como el mejor premio, tener a la mayor parte de su comunidad “cautivada”, oto esto me hacer recordar al pastor estadounidense Luther King cuando, al frente del movimiento por los derechos civiles para los afro estadounidenses, dijo: “a pesar de ls dficuleades, ain tengo un sueto". Y también yo tengo mis euchon Ya pesar SB CARTA AL CORONEL de lo indolentes que son nuestros politicos, soy consciente de que todas los abjetivos Podrfan realizarse, por ser alcanzables, pasando asf del suefio a la reatidad. En mi pueblo o, mejor dicho, en el municipio de Arona acaban de elegir a un joven alealde. Lo conozco muy poco, se ha radeado de un equipo de gente joven al que yo he visto en ocasiones pero que no conozco. Lo tinico que desearfa es que no decepcionaran at Pueblo que los ha elegido ni avergonzaran a sus familias ni a los que depositaron su confianza en ellos. Atin sigo yo sofiando con algo que puede ser posible, A pesar de mi avanzada edad, me gusta mirar hacia adelante, con confianza en el futuro deseando que esta gente que va a gobernar ahora, con sus ideas progresistas y ambiciosas, haga de Arona lo que ningin gobernante ha hecho. Es una reatidad en nuestra tierra que actualmente Jos j6venes se mantienen en casa de sus padres hasta muy tarde, debido a que no han logrado una situacién econdmica estable que les permita independizarse. No pueden aspirar a tener vivienda propia, algo que a mi me cuesta entender sobre todo cuando pienso en que la generacién de nuestros padres, a pesar de las condiciones de pobreza extrema de la época, sf disponian generalmente de una modesta vivienda, aunque la despensa estuviera vacia. Reconozco que en este punto necesitarta la ayuda de un sociélogo que me hiciera ver la raiz de eso que tanto me cuesta entender. Seguramente estoy entrando en terrenos que desconozco. Lo que sf es cierto es que en esta vida nada es del todo facil, algo que quizés a una parte de la juventud por lo menos le cuesta aceptar. El que quiere lograr una carrera necesitaré quemarse las estafias y el que no quiere estudiar tendré que trabajar para ganarse la vida en cl oficio que haya elegido. Creo que ya he insistido bastante en la facilidad con que se cautiva a un pueblo oa ‘su gente cuando se le facilita primero trabajo, segundo sanidad, tercero vivienda y cuarto educacién. No sé si esto seria muy difict] de llevar a cabo, lo ignoro, pero lo que no ignoro es que esto es lo que llamamos desarrollo en cualquier parte del mundo. Coronel, debo decirle que ya yo pasé la barrera de los ochenta y das aftos. Y no sé si ya le he dicho que todavia estoy anclado en el pasado y que me resulta muy dificil salir de 61. Para mi el tiempo no ha pasado en algunas cosas, Por supuesto no me reflero a los grandes cambios tecnol6gicos, que sé que los ha habido, sino a lo que mis padres y maestros me ensefiaron. En este sentido con frecuencia me pregunto yo si aquello podia lamarse educaci6n, quizés més bien habria que hablar de sumisién acentuada por complejos de inferioridad. Como datos significativos recuerdo atin que cuando me preguntaban por mi nombre yo respondia “Alberto Delgado Bello, para servirle a usted y a Dios’. ¥ era asi cémo se nos consideraba bien criaditos, asumiendo que ante todo estaba Dios. Vuelvo a recordarle que yo me quedé huérfano de padre a los nueye afios. Ahi empecé a decepcionarme, con una decepcién que era producto de mi alto grado de ignorancia. Coronel, esto nunca se lo conté a nadie, pero cudntas veces, yo solo y llorando, le decia a Dios que por qué se lo llevé, que si él era tan bueno que me lo dejara ver. Y miraba yo para arriba, ya que me decian que estaba en el cielo, 54a CARTA AL CORONEL _ — Quiero afiadir aqué que al poco tiempo me converti en monaguillo o ayudante del cura de la parroquia. Poco después le propusieron a mi madre que me mandara a estudiar al Seminario de La Laguna. Pero no lo acepté y con todo el dolor de su alma tuvo que decir que no por los motivas que a continuacién le voy a relatar. Mis padres trabajaban en los terrenos de unos terratenientes, un poco alejados de nuestro pueblo del Valle de San Lorenzo, del que ya le habié, Habia una distancia de unos siete u ocho kilémetros. Alli trabajaban hombres y mujeres, de sol a sol, como si de esclavos blancos se tratara. ¥ todo ello por unos miseros sueldos que no alcanzaban ni ara la poca comida que habla entonces. Vivian en las propias fincas, en unas miseras habitaciones 0 cuartuchos que se les asignaban y cuyas condiciones de higiene no hay ni que comentar. Y esa era una situacién generalizada en los terrenos de los diferentes duefios o patronos, situacion de esclavitud y miseria cuyas causas ain hoy me cuesta entender. Le estoy hablando, Coronel, de las condiciones que vivia el pueblo canario en los afios cuarenta, cuarenta y uno y cuarenta y dos. Fue en el afio cuarenta y uno cuando falleclé mi padre. Trabajaba | por entonces en la zona de Guaza, en ta finca llamada Tagorito. Tenia treinta y siete afios y mi madre treinta y uno. ¥ ast que ya usted podra hacerse una idea de ese pequefio drama que se vivié en mi familia. ¥ digo pequefio porque soy consciente de que hoy los hay mucho mayores, Pero, siendo cruel lo que le voy a decir, también es cierto que dice el refrén de que “cada palo tiene que aguantar su vela’. Siguiendo con la historia familiar, quiero precisarte que cuando mi padre mu dej6 tres hijos varones de nueve, ocho y siete afios. Un mes después de su muerte nacié una nifia, Yes cierto, como ya le dije, que cuando uno tiene esa edad lo ignora todo. Por eso ime preguntaba yo continuamente él porqué si Dios era tan bueno habia permitido eso, Gejando a mi madre con cuatro hijos y en la mayor de las pobrezas, sin un solo centavo, como se solfa decir, € incluso con deudas, segiin yo ofa més tarde. Y entrando en los detalles que atin guardo en ml memoria, recuerdo cuando fueron a buscar su caja o atatd al Valle de San Lorenzo, desde la finca donde habfa fallecido, Entre tanto, nosotros Permanecimos encerrados en la casa de mis abuelos, mientras el cuerpo de mi padre era transportado desde Guaza hasta el Valle en un camién que era propiedad de los duefios de Ta finca en la que trabajaba. ¥llegados a este punto de mi relato, se podré usted hacer idea, Coronel, de ebmo mi ‘madre, sin haber trabajado nunca, tuvo que enfrentarse a la vida y con esos cuatro hijos. Aqui es justo recordar la generosidad y entrega de mis abuelos que nos mantuvieron con ellos casi dos afios. Creo que con estos datos, comprenderd faeilmente ahora Por qué mi ‘madre rehus6 la propuesta para que yo fuera a estudiar al seminario de La Laguna, Pera 4 Coda esas heridas estén cicatrizadas, comprendo ademas que a todos nos he sfscrade alstin sucedido, ¥ sinceramente le digo también que admiro a la gente creyente Y quisiera Ser como ellos. Pero no puedo, ain reconoctendo que llevo algo dentro que todavia no ha ‘muerte del todo y que hace que me contmueva ante algunas Imagenes y les pida ayuda Coronel, no puedo dejar de preguntarme cémo recibira usted el relato, De lo nico «tie buede estar usted segura es de que todo lo que le euento es la pura verde Me 55% gustaria tener un poquito de talento o capacidad, una autocritica que siempre me hago cuando leo algunos libros de la categoria de los de Juan Ramén Jiménez, Benito Pérez Galdés o Camilo José Cela, por citar algunos solamente. Mucho me han deleitado también las lecturas de grandes obras como “Ast hablé Zaratustra", “Et retrato de Dorian Gray”, “Las aventuras de Tom Sawyer’, “El escarabajo de oro”, “Los Hermanos Karamézov’, “Oliver Twist’, o “Cumbres Borrascosas”. ‘También quiero insistir en que a un gran porcentaje de personas le ha sucedido lo mismo que a mi y es que vivieron gran parte de su vida en una gran pobreza, econémica y cultural, debido a la escasez de recursos. Llevando ahora esta cuestién a nuestro terreno, hay que decir que todos los pueblos de las Islas Canarias dependian de la agricultura, y en las condiciones que ya le he relatado, que ni siquiera permitfan wna subsistencia digna Aqui nadie podria cuestionarse, honestamente, a qué padre no le habria gustado una formacién para sus hijos que les permitiera mas tarde vivir con toda ta dignidad debida a las personas. Sin embargo, dada la situaci6n real de miseria y pobreza, no les quedaba otra opcién que mandarlos a cuidar cabras y asegurarse la leche como base de ta alimentacién. Afortunadamente todo eso ha cambiado hoy y muy poca gente tiene que seguir dependiendo de la agricultura, sobre todo desde que el turismo se impuso como la tinica industria de las Islas. Y por lo demas otra realidad es que en las Islas la agricultura, debido a la pequefiez de las parcelas, no ha podido superar su cardcter artesanal. A.veces me hago Ja pregunta de por qué en nuestros pueblos canarios ha habido tan poca.gente que haya sobresalido. Y creo también que la respuesta no seria dificil de encontrar si admitimos que gente con talento ~ diamantes en bruto, como se suele decir — los habia por aqui y por allé, lo que no habia era los recursos necesarios para instruirlos y ulirlos y sacar de ellos toda esa capacidad que, forzosamente, por la miseria dominante, tuvo que mantenerse oculta. iCémo me gustaria que en mi pueblo hubiera gente notable, como la hay en todas las artes del mundo! Aqui si me atreverfa yo a mencionar a un tio mfo, Adolfo Bello Martin, que en mi modesta opinién podria haber llegado a ser un gran poeta, por su sensibilidad y dotes para la escritura. Sin embargo, por la miseria ya comentada, permanecié siempre en el anonimato, De la misma manera, Coronel, que he oido hablar del talento de muchos J6venes que han inventado cosas y que sin embargo no ha podido patentarlas en su pais. ‘Todo esto me leva a la conclusién de la gran dificultad, casi insuperable, con la que una persona de clase humilde tenfa que batallar para poder desarrollar sus cualidades y ser reconocido en toda su valia. CARTA AL CORONEL Yno deje yo de comprender que, a pesar de mis ochenta y tres afos y algo anclado en el pasado, Ia situacién de las Islas y de los Isles fa cambiado mucho, y para bien. Afortunadamente ya no se da la situacién del Canario que emigrate a América como agricultor 0 hacer ios trabajos més duros coma si de un esclavo bianco se tratara. Hoy los iovenes emigran pero como gente preparada y con reconocidos tituios que le aseguran un econocimiento a sus saberes, generalmente en paises de Europa. ¥ en cuanto al fenomeno de la emigracién en general, ahora es el suramericano el que emigea a Espaia, o al territorio canario en concreto, y en las mismas condiciones en que el canario peninsular tenfa que hacerlo hace cincuenta o cien afios. Nelviendoa mis ocupaciones actuales, creo que ya ie conté a usted, Coronel, que yo me dedico a Ja agricultura, de la que me he podido ir formando una peauena ides y adquiriendo un poquito de capacidad. Pero a mi ie ocurre, en términos rentables o crativos, le mismo que le sucedia al hijo del General Aureliano Buendia, y que tuvo usted ue haberlo conocido en Macondo, Parece ser que uno de ellos era orfebre y se dedicahs a hacer pescaditos con el oro que le proparcionaba et duefo de la joyeria, Pero ese trabajo en el que esttivo empleado diez afus, no le garantizaba la comida, A mi me pasa vast te ‘mismo, la (nica diferencia es que yo si como, porque dispongo de otros recursos, Pero cry ue con todo esa ha quetlado claro Jo que son las limitationes de Ia agricultura artesanal en términos de subsistencia. Algo que yo no sé expresar éel todo, como si sabia hacerlo mi Mor Adolfo Bello, de! que yz le hablé a usted, y que con mucha sensibilidad now hing oT CARTA AL CORONEL comprender cuantos sactificios, cuanto sudor derramados en la vida de nuestra gente canaria, A continuacién, Coronel, quiero ofrecerle algunas poesias inéditas de este poeta en al anonimato. Hoy esta al agricultor pansando triste, absrrido viendo cho se ha pardide sol Qruto da su sucon Pianso on of trabajador (que Labaja con esmaro en fincas de fomataros que la incleomencia arash Y pienso on of malestan ue hoy afliga al cosachoro ain crédito y sin dinoro Es pana volarse loco Ponehas a pensar un poco -y no sambrar tomatoros Nunca yo fui rasechero Creo que no hace falta decirle a usted que como critico en el campo de la poesta no soy nadie. Sin embargo encuentro en ella algo que he vivido en carne propia; y no s6lo yo sino la mayoria de los que aprecian el campo y valoran ala madre tierra, la que nos da vida y salud, pero también muchos disgustos y decepciones cuando te hace una mala jugada, A continuacién voy a ofrecerle otras muestras de esas poesias, con la esperanza de que algtin dia pueda ser usted su mejor critico, Goss, fe vay a ancargar qua digas ami sehoha ‘qua no pusda ir ahora prodqus tango que sambrar CARTA AL CORONEL Y que no pucdo fattar de agull ni un solo Asgurdo ‘no son deseos profuundtos oro Al Lienert que sar aa cosas on este mundo Cusntale del covinaro to bien que hace loa sancochos come tanto como ocho 14 4o quedo caro a caro Jenemos todo al ajuan mucha falta de limpiar os platos 4 laa cuchanas 2h que agit ealta cara al agua para frogar Y Li Le siques contando i fianas buena memoria ile qu eatds sn la gloria inionda como un marquis Perla marana cape y més tarde desayuno dabes da ser oportune en la narracitr, Joss Y th le sigues contande ‘que faramos ura casa 4 dentro de alla socinando te dices que esté apestands Porque no eat vontilada todo al dia eAtd corrada + por la noche al doxmir todo tenemos gue abrir Cuéntale qua th ol pescado fo asas con gran camaro con lea de venenero Hane que quedar ahumado. 59 ot CARTA AL CORONEL Coronel, la atmésfera que el autor ha querido reflejar aqui era la que se vivia en las Islas en aquellos afios de miseria. Ese tio m{o, Adolfo Bello, se encontraba en Ja zona costera de Puerto de Santiago, en el municipio de Santiago del Teide, dedicado a la agricultura. Y tal como trata de expresar en sus poemas, y por lo que me han contado, su suerte no debié de ser mucha. Creo que su vocacién era otra pero en este Valle, donde yo vivo ahora y donde me crié, las posibilidades de desarrollarse personalmente, hace ochenta, noventa afios, no existfan. Esta claro que, con un poco de instruccién, las cosas habrian sido muy distintas. Pero en su caso, como me sucedié a mi, debié de aprender sus primeras letras con mi abuela. Y recordando yo ahora como era la ensefianza en la época de mi nifiez, me viene a Ja memoria un maestro de la escuela piblica que ensefiaba muy poco. Y eso sucedia con mucha frecuencia y hasta tal punto que cuando se queria aprender algo habia que asistir, de manera particular, a Jas clases que organizaban gentes sin titulos pero con mejores disposiciones y buena voluntad que los titulados o docentes de la época. Coronel, mucho me gustaria recibir de usted una critica constructiva a estos poemas. Al margen del valor literario que pueden tener, es de comprender que a mi me dicen mucho porque en cierto modo reflejan unas formas de vida, las nuestras, que en muchos aspectos atin hoy perduran, Por ello le voy a transcribir a usted otros dos poemas. El primero, que trata de un dia de Reyes, dice ast: Hlorancia, cuando sali de casa sin sabar layes yo me encontné con los Reyes pero no loa conocl Pasaron delante mi thes Jormidables camallos ‘yo to sé si fusran altos Para ti nada dejaron doula porque ancontraron Ain parras a Adolfo Bello Otro pequefio poema, sobre ef mismo tema de Reyes, se lo dedicé a un nieto: Gt an ka pucrta tocar Adpide ta pucrta abr calli estaba Galtasas YY dentro de los paguctes gus fos camellos levaban metié la mano y me dio uno para mi golfete.

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