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Y ADOLESCENTE
De acuerdo con el artículo 503 del CC, tienen facultad de nombrar tutor, en
testamento o por escritura pública:
El padre o la madre sobreviviente, para los hijos que estén bajo su patria
potestad.
El abuelo o la abuela, para los nietos que estén sujetos a su tutela legítima.
Son requisitos previos al ejercicio de la tutela según el artículo 520 del CC:
• La facción de inventario judicial de los bienes del menor, con intervención de este si tiene
dieciséis años cumplidos. Hasta que se realice esta diligencia, los bienes quedan en
depósito.
• La constitución de garantía hipotecaria o prendaria, o de fianza si le es imposible al tutor dar
alguna de aquéllas, para asegurar la responsabilidad de su gestión. Tratándose del tutor
legítimo, se estará a lo dispuesto en el artículo 426.
• El discernimiento del cargo. El tutor en el discernimiento del cargo está obligado a prometer
que guardará fielmente la persona y bienes del menor, así como a declarar si es su
acreedor y el monto de su crédito bajo sanción de perderlo o si es su deudor o fiador del
deudor.
Si el convocado a la tutela no se halla incurso en ninguno de los
impedimentos que obstan la asunción del cargo, o en ninguna de las
causales de excusa, o existiendo alguna de ellas no la ha propuesto,
consideramos, en consecuencia, que estamos ante una persona apta
para sumir el cargo de tutor. Sin embargo, el legislador tratando de
garantizar al máximo un buen desempeño del cargo en beneficio del
infante, señala etapas que necesariamente debe cumplir el
convocado, o requisitos o exigencias a satisfacer para que pueda dar
inicio al ejercicio del cargo. (Aguilar Llanos, 2016, p. 642).
8. Deberes del tutor
Esta curatela atípica, no tiene mayor incidencia en el orden personal, pues como su nombre
lo refiere solo comprende el cuidado, custodia y manejo de un patrimonio, bien o conjunto de
bienes que por circunstancias particulares carecen de titular expedito, tal es el caso por
ejemplo, del desaparecido que por obvias razones no puede estar al frente de su patrimonio,
en tal situación se ha visto por conveniente que alguien cuide ese patrimonio, y ese alguien
viene a ser el curador de bienes, limitándose sus funciones solo al gobierno de esos intereses
económicos, mas no tiene ninguna función que cumplir con respecto a la persona del titular
de ese patrimonio, de allí la denominación de curatela atípica. (Aguilar Llanos, 2016, pp. 662-
663)
No se puede nombrar curador para las personas con capacidad de ejercicio restringida
contempladas en el artículo 44 en los numerales 4 al 7 sin que preceda declaración judicial
de interdicción.
Tal declaración judicial de interdicción se desarrolla con mayor detalle en el Código Procesal
Civil (en adelante CPC) y con respecto a su procedencia el artículo 881 nos dice:
La demanda de interdicción procede en los casos previstos en el artículo 44 numerales del 4
al 7 del Código Civil.
La demanda se dirige contra la persona cuya interdicción se pide, así como con aquellas que
teniendo derecho a solicitarla no lo hubieran hecho.
La sentencia que declara la incapacidad implica la limitación de
los derechos del curado y su correspondiente incapacidad de
ejercicio careciendo de valor los actos jurídicos ex post que
realice. Los ex ante serán válidos y podrán ser anulados si la
causa de la interdicción existía en la época de su realización. En
todo caso, de no ser notorio el defecto que conlleva a la
incapacidad, podrá obviarse la declaración de nulidad si los
intervinientes actuaron de buena fe. (Varsi Rospigliosi, 2012, p.
567).
En buena cuenta, la curatela es una de las instituciones que, junto a
la patria potestad y a la tutela, tiene como fin amparar a quienes cuentan
con capacidad de ejercicio restringida. Concretamente a la persona en
situación de discapacidad mayor de edad, al no poder esta velar por sus
propios intereses. Asimismo, si bien tiene semejanzas con la tutela tiene
rasgos distintivos que la hacen merecedora de un tratamiento
independiente.
La curatela se encarga de complementar la capacidad del curatelado
en actos que puede realizar per se, pero con el complemento del
curador, en virtud de su contenido asistencial que precisamente se
distingue de la tutela por la delimitación de su función o porque el
sujeto a ella no carece de capacidad. (Galiano Maritan, 2019, p. 123)
De lo dicho podemos colegir que la función del curador debe
diferenciarse. Como señalan Bossert y Zannoni si bien en el caso
del demente, la tarea fundamental a cargo del curador es la de
tratar que recupere la salud mental, en el caso del sordomudo es
tratar que aprenda a leer y escribir, y en el caso del inhabilitado,
respecto del cual el curador cumple una función de asistencia y
no de representación, tratará que supere su prodigalidad o su
adicción al alcohol o estupefacientes. (Varsi Rospigliosi, 2012, p.
560.
Personas sujetas a curatela
De acuerdo con el artículo 564 del Código Civil (en adelante CC):
• – Los pródigos
• – Los toxicómanos
• LP DERECHO.
• WIKIPEDIA
• Monografias.
• Actualidad Civil.