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Sistemas de coordenadas rectangulares topográficas

En la mayoría de las aplicaciones topográficas clásicas, la posición de un punto en el


espacio viene dada por una triada de valores, dos de los cuales son coordenadas planas
bidimensionales y el tercero es una altura relativa a un plano de comparación
convenientemente elegido (X,Y,h). Con el avenimiento de la técnica GPS se reemplazó esta
técnica de representación por un sistema tridimensional de coordenadas (X,Y,Z) de alcance
mundial que se estudiará oportunamente. Volviendo a la forma clásica de representación,
sobre todo aplicable a pequeñas extensiones del territorio, la adaptación a la topografía de
un sistema de coordenadas clásico de la geometría, sufre algunas modificaciones impuestas
desde la Cartografía. Los ejes se llaman X e Y en la mayoría de los trabajos topográficos, y
tienen carácter local, propio del lugar dónde se encuentra el trabajo topográfico. Este
sistema de coordenadas se ubica y orienta según convenga, por lo que recibe el calificativo
de local. Si en cambio se lo orienta hacia el Norte, los ejes se designan Norte (N) y Este €,
correspondiendo respectivamente con el crecimiento positivo de los ejes X e Y. Otro cambio
importante, y que lo difiere de lo aprendido en la geometría teórica es que
convencionalmente el eje que se representa en forma vertical es el eje X, y el horizontal es
Y. El sentido positivo de crecimiento de estos ejes es hacia arriba y a la derecha
convencionalmente. Esto provoca que el sentido de computar el crecimiento angular, será
desde el semieje positivo de X en sentido de giro horario hacia el semieje positivo de Y, y
ese ángulo se llama acimut o rumbo y se representa con la letra griega fi (f).

punto natural A
(X,Y,h)
(N,E,h) A

A
e

d
e

d
a

a
u
r
t

u l

t
a
l

=
a

h
=

eje
X punto A eje Y
h

eje Nort
punto A eje Este
e

punto natural A
Esta convención designa a los cuadrantes en el sentido de giro angular adoptado:

Ejes cartesianos topográficos

-E(-Y)
IV III
N(X) -N(-X)

II
E (Y)

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Sistema de coordenadas polares.

Ajustando lo siguiente a una conceptualización topográfica planimétrica (bidimensional) la


representación de la posición de un punto en forma polar, consiste en la definición de un
ángulo (acimut) que relaciona la posición del punto topográfico con la dirección de referencia
adoptada y una distancia (principal) medida desde el centro o polo, que es el lugar del plano
que coincide con el vértice del acimut hasta la posición planimétrica del punto topográfico.
A
(D, ,h)

punto natural
A

dirección de
punto A u

referenci
a
a

distancia (D)
=

Así, existe la posibilidad de expresar la posición planimétrica de un punto mediante los dos
sistemas:
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Si consideramos dos puntos topográficos, interesa conocer el rumbo de la distancia que los
separa,

Ese rumbo se obtiene calculando:

Y la distancia se obtiene de:


Vale aclarar que la distancia también puede calcularse aplicando la relación pitagórica. Este
procedimiento es más conveniente en cálculos con medios electrónicos, pero es
desaconsejable para el cálculo manual, pues no permite identificar errores de cálculo.

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En resumen:

En topografía se acostumbra a sistematizar los cálculos mediante planillas de cálculo. A


continuación un ejemplo de una planilla de cálculo de rumbos (arrumbamiento) y longitudes
entre dos puntos de coordenadas (enteras) conocidas:

El arrumbamiento de líneas topográficas se utiliza para poder orientar figuras y polígonos


empleados en topografía, respecto de una dirección de interés. Así, se puede arrumbar
polígonos que resultan de haber sido medidos para realizar nuestros cálculos y poder
disponer de todas nuestras mediciones en un mismo sistema de orientación.

Antiguamente, era usual expresar los rumbos tanto respecto del norte como del sur, y en
ambos sentidos de giro, , horario y antihorario. Entonces, al no haber una única forma de
arrumbar, había que especificar en qué cuadrante cardinal y con qué sentido de giro se
hacia el arrumbamiento. Así se escribía por ejemplo: S 45° E, y se entendía que
comenzando desde el Sur, se giraban 45° al Este. La siguiente tabla permite hacer la
conversión al sistema actual desde cada cuadrante:

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Utilizando el sistema polar se miden los ángulos con teodolito y la distancia para definir la
posición planimétrica de puntos topográficos señalados en el terreno
c a

i
c
t
i
r t

r
e

distancia principa
e

l v
v

dirección de referencia

distancia medid
t

a terreno natural
r

v
l dirección de referencia plano topográfico
a
l

Estación
topográfica

Cálculo de transformación de coordenadas

La recolección de datos topográficos en el


terreno se hace polarmente, midiendo
acimutes (rumbos) y distancias. Como en un
mismo trabajo generalmente se hacen más
de una estación topográfica polar, pudiendo
ser muchas de acuerdo al tipo de trabajo a
realizar, es conveniente a los fines del
cálculo independizarse de la posición que
ocupaba el teodolito en cada etapa del
proceso de medición polar y transformar
todos los puntos a un único sistema de
coordenadas rectangulares cartesianas. La
ventaja de esta transformación es la
homogeneidad, pues podemos
independizarnos de la posición relativa de las
estaciones de medición, pasando a tener todos los puntos, independientemente de lo que
cada uno representa una posición planimétrica representada por sus coordenadas X e Y o
eventualmente si el sistema está orientado, N y E. Entonces para una estación polar, los
puntos tendrán sus coordenadas dadas mor las expresiones:

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Cuando tenemos dos puntos fuera del origen de coordenadas, debemos emplear la
diferencia de coordenadas relativa entre los puntos:

Cuando tenemos 3 o más puntos que conforman un itinerario de medición en el cual se


pone el teodolito en todos los vértices de ese recorrido, mediante el cálculo vamos
determinando las coordenadas rectangulares del punto siguiente, a partir de las
coordenadas calculadas del punto anterior, y teniendo en cuenta el ángulo del vértice en el
cual estamos con nuestro teodolito:

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En un sistema de coordenadas rectangulares:
Mediante el cálculo directo, lo que hacemos en topografía cuando vamos calculando
coordenadas rectangulares mediante un itinerario de medición es calcular las coordenadas
del punto de “adelante” en base a las coordenadas del punto de “atrás” según el avance del
itinerario y produciendo los giros en cada vártice con el ángulo que medimos en esa
estación.

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En forma de planilla:
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Cierre en coordenadas
Con esa expresión se refiere a la diferencia en coordenadas que existe entre el primer y el
último punto de un itinerario, recorrido o poligonal medida topográficamente. El primer y el
último punto pueden ser cercanos o lejanos entre sí, dependiendo del tipo de poligonal de
que se trate. Cuando el primer y el último punto no deben reunir una condición en particular
en cuanto a su posición relativa, se dice que la poligonal es abierta. Por el contrario, si se
relacionan de alguna manera el primer y último punto de un itinerario, se habla de poligonal
cerrada. Cualquiera sea el caso, el concepto de cierre en coordenadas puede aplicarse y se
puede explicar como un triángulo rectángulo en el que los catetos son las diferencias de
coordenadas entre el primer y último punto del recorrido y la hipotenusa que es un vector
con módulo, dirección y sentido, queda determinado unívocamente en el plano, ya que sus
extremos son puntos de coordenadas conocidas. El módulo se puede calcular por aplicación
de la regla pitagórica. Su dirección (rumbo) como la de cualquier línea topográfica, y su
punto de aplicación, en uno de los extremos del segmento calculado.

Hay que notar que las componentes del cierre total, tiene signo positivo si van hacia arriba o
a la derecha, y signo negativo, si van hacia abajo o a la izquierda. El cierre total, tiene doble
signo, pues resulta de una raíz cuadrada:

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A lo largo de una poligonal, el módulo y sentido de cada una de las componentes del cierre
total en coordenadas resulta de la suma algebraica de las diferencias de coordenadas entre
puntos consecutivos (fx y fy) de la poligonal. Volviendo al ejemplo anterior:

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En caso de un polígono cerrado, se comienza midiendo y se termina en el mismo punto,
por lo que el cierre en coordenadas debería ser nulo. Pero como en la geometría práctica
existen inevitables errores de medición, por lo general es poco probable que se pueda medir
un polígono cerrado con un cierre total igual a cero. Entonces cuando existe un cierre en
coordenadas distinto de cero en un polígono teóricamente cerrado, hablamos de Error de
cierre en coordenadas, porque debería dar cero y no lo es según las mediciones de lados
y ángulos. Un primer tipo de error tiene que ver con los ángulos: la geometría teórica ha
fijado que la suma de los ángulos interiores de un polígono cerrado es:

Después de medidos todos los ángulos deberíamos aplicarle a su suma dicha condición y
así averiguar cual es el error de cierre angular. Si dicho error es tolerable conforme la
precisión perseguida en el trabajo, se distribuirá con signo contrario (corrección) en todos los
ángulos poligonales por partes iguales. Caso contrario, de no ser tolerable, habrá que volver
a medir los ángulos.
La otra fuente de error, habiendo eliminado la incidencia del error angular, se origina en la
longitud de los lados, por lo que se lo conoce como error de cierre lineal. La condición de
cierre lleva el nombre de condición de Gauss que expresa que a lo largo de un recorrido
cerrado la sumatoria de las variaciones de coordenadas de todos los lados consecutivos,
tanto en x como en y debe ser cero.

Entonces, si calculamos todas las diferencias de coordenadas entre vértices consecutivos y


las sumamos posiblemente encontraremos que

A A'

A'

A D

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Asi que si Dx y Dy no son cero en un polígono cerrado medido, hay que distribuir dichos
errores de cierre lineal en las coordenadas entre todas las diferencias de coordenadas de
los lados del polígono, haciéndolo por separado: el error en x de distribuye entre las
diferencias de coordenadas en x, y lo mismo para el error lineal de cierre en y. Cabe
recordar que las diferencias de coordenadas se obtenían con:

Así, encontramos la expresión de los errores lineales de cierre:

El criterio para distribuir este error de cierre entre las diferencias de coordenadas de todos
los lados, varía dependiendo de la precisión de la medición de las longiutudes de los lados,
básicamente por el instrumento de medición empleado: la cinta y un distanciómetro. Hay
que recordar que el error relativo de la cinta en condiciones normales, llegaba a 1cm cada
50 metros medidos y que la de un distanciómetro es del orden de 1cm cada 3Km
aproximadamente. Así, si medimos con cinta, es lógico pensar que los lados más largos
acumularán más errores de medición que los más cortos, por lo que es razonable distribuir
más el error en los lados más largos. Esto se logra haciendo una distribución por peso de
los lados en relación al perímetro total del polígono cerrado:

Vale aclarar que las correcciones siempre son signo contrario al error, pues caso contrario
estaríamos duplicando el error en la corrección. Si en lugar de medir con una cinta de
agrimensor, se mide con un distanciómetro, dónde la precisión lograda con ese tipo de
instrumental es muy superior, como se ha dicho, la distribución de los errores de cierres
lineales en coordenadas puede hacerse por partes iguales entre todos los lados,
independientemente si son cortos o largos, relativamente hablando.

Finalmente, distribuídos los errores lineales (corrección) con el criterio conveniente según el
instrumental empleado, se controlará que el total de las correcciones realizadas sea de igual
valor y signo contrario que los errores distribuídos fx y fy, para no corregir diferente del error
lineal existente. Recién estamos en condiciones de calcular las coordenadas rectangulares,
comenzando en el primer vértice de coordenadas conocidas y acumulando progresivamente
las diferencias de coordenadas parciales para ir obteniendo las coordenadas de los
sucesivos puntos del rodeo. Si hemos calculado correctamente, las coordenadas del último
punto deben ser estrictamente iguales a las del primero, pues las correcciones introducidas
anularon los errores detectados. Los polígonos cerrados tienen diversos controles de

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medición y cálculo, que hemos citado, por lo que son los sistemas geométricos más
confiables en topografía. A continuación un ejemplo del cálculo:

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A lo largo de una poligonal cerrada, el módulo y sentido de cada una de las componentes
del cierre total en coordenadas resulta de la suma algebraica de los fx y fy de cada lados de
esa poligonal:

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Ejemplo de distribución de error de cierre lineal por peso:
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Ejemplo de distribución de error de cierre lineal en partes iguales:

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Comparación de distribución de error lineal por peso y en partes iguales:

Cálculo de superficie por coordenadas: conocidas las coordenadas rectangulares de los


vértices del polígono cerrado, el algoritmo de Gauss nos permite obtener las coordenadas
de un polígono cerrado.

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El goniómetro

Con esta denominación genérica se identifica a diversos aparatos utilizados para medir o
construir ángulos. Estos instrumentos permiten hacer mediciones en direcciones llamadas
visuales, para luego calcular ángulos entre esas visuales correspondientes a dos objetos,
tales como dos puntos topográficos. Los hay con distinta denominación y para distintos
fines; sextante, que sirve para determinar la altura del sol o estrellas conocidas sobre el
horizonte y así poder determinar la latitud con buena precisión, mediante cálculos
matemáticos, el teodolito, que es un instrumento de medición óptico-mecánico, (los hay
también electrónicos) que se utiliza para obtener ángulos verticales y horizontales, y que
tiene una precisión elevada. Hoy en día existe la posibilidad de medir distancias
electrónicamente (MED) y cuando se integra esta tecnología a un teodolito electrónico,
tenemos un instrumento óptico-mecánico-electrónico conocido como Estacion Total, que
además de medir para calcular ángulos horizontales y verticales, también mide distancias.
Esencialmente un teodolito actual es un telescopio montado sobre un trípode y con dos círculos
graduados, uno vertical y otro horizontal, con los que se miden los ángulos con ayuda de lentes
para hacer apuntes.

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El trípode: es un accesorio que permite sostener al teodolito sobre un punto topográfico.
Se construyen en madera, resina plástica o metal, con patas extensibles que permiten su
plegado para ser trasladados, y que terminan en regatones de hierro para pisar y clavar en
el terreno (azuche). Son una base estable y permitir que el aparato quede a la altura de la
vista del operador y permiten con sus elementos de regulación, aproximar la nivelación del
aparato. Tienen una terminación superior plana, llamada meseta, que dispone de un tornillo
de fijación para sujetar el teodolito, y a la vez desplazarlo sobre la meseta para centrarlo
sobre el punto topográfico. Las patas están formadas por dos largueros unidos por
travesaños, lo que les da una gran estabilidad siendo extensibles, dónde la mitad inferior de
la pata se desliza en el interior de la otra mitad, a modo de corredera con elementos de
fijación de una mitad respecto a la otra. En su parte inferior, tienen regatones de hierro con
un estribo que permite apoyar el pie para clavarla en el terreno, consiguiéndose con ello
mayor estabilidad. Los trípodes de meseta modernos llevan, para fijar el trípode al aparato,
una guía metálica sujeta a la parte inferior de la meseta por uno de sus extremos, alrededor
del cual puede girar, de modo que pase a través del amplio orificio circular de la meseta, un
tornillo de unión que puede deslizarse en la guía a modo de carril. La combinación de
ambos movimientos, el giratorio del carril y el deslizamiento del tomillo de unión permiten a
éste ocupar cualquier posición en la abertura circular del aparato.

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Las partes del teodolito: para su estudio, conviene conocer las diferentes partes
operativas que lo componen, sus denominaciones, y condiciones
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La plomada: para verticalizar el teodolito
sobre un
punto topográfico se hace uso de una
plomada ,
que se alínea naturalmente en la dirección de la
fuerza de gravedad del lugar. Se cuelga de un
soporte del centro del tornillo de fijación del
teodolito a la mesada entre las patas del trípode, y
deberá situarse de modo que la vertical del hilo de
la plomada pase por el mojón o estaca en el
suelo, lo que supone que el teodolito está en la
misma vertical que el punto topográfico. El manejo
de la plomada de hilo puede resultar incómodo en
días de viento. Por esta razón, los instrumentos
actuales sustituyen la plomad clásica por una
plomada óptica, constituida por un anteojo, que
por medio de un prisma de reflexión de 90° dirige
la visual coincidiendo con el eje principal del aparato y cuando éste quede verticalizado en
su estación, deberá observarse el centro de la estaca o mojón en coincidencia con el centro
del ocular de la plomada.

Otro dispositivo usual, es una haz de luz laser, que al


igual que la plomada óptica se dirije coincidiendo con el
eje principal en una Estación Total. Esta luz es visible
aún de día y cuando no se una, se puede apagar.

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Ambas, plomada óptica como plomada laser, necesitan interactuar simultáneamente con la
base nivelante dónde están montadas constructivamente. En caso de la plomada óptica,
existe un error llamado de paralaje, que afecta en algunas situaciones a los anteojos de este
tipo, que se describe más adelante cuando se trata del anteojo colimados. Se recomienda
adaptar su interpretación al caso de la
plomada óptica. Para verificar la verticalidad
de la plomada óptica y co alineación con el
eje principal del
aparato, se puede verificar en campaña que
una vez
puesto sobre la vertical del punto
topográfico, la
imagen del mojón debería quedar centrado
si se lo
mira por la plomada óptica en cualquier posición de
giro alrededor del eje vertical. Si esto no se verifica,
es indicio que el eje de la plomada no está alineado
con el eje principal del aparato, y habrá que corregirla
en gabinete.

Los niveles se utilizan para conseguir que su base, solidaria con el aparato que nos interesa
nivelar y constructivamente perpendicular al eje de rotación del teodolito (eje principal), esté
en un plano horizontal, paralelo al plano topográfico. Hay niveles esféricos (menos precisos)
y tubulares (ó tóricos).

El nivel tubular: está constituido por un tubo de vidrio de forma tórica, de muy escasa
curvatura, cerrado por sus extremos. El tubo está casi lleno de un líquido de escasa
viscosidad (alcohol o éter), dejando una burbuja en el líquido. Para comprobar la posición de
la burbuja, el nivel está dividido por trazos transversales situados cada 2 mm. Cuando el
centro de la burbuja coincide con el centro de la escala graduada en el tubo de vidrio, se
dice que el nivel está calado. Así, calar el nivel, implica llevar la burbuja mediante
movimientos del nivel a la posición central, lo que se realiza con tornillos de paso fino que
comandan el soporte del nivel (tornillos calantes). La tangente al nivel, trazada en el punto
central de la escala, se denomina eje del nivel. Cuando el eje del nivel es paralelo a la base
del nivel, estando la burbuja calada, diremos que el nivel está corregido.
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Si la base del nivel es paralela a su eje, colocándola sobre una superficie plana ésta será
horizontal cuando la burbuja quede calada.

Pero puede pasar que estando la burbuja calada, el eje del nivel no sea paralelo a su base,
en cuyo caso el nivel está descorregido. Ejemplo para 1° de falta de paralelismo entre eje
del nivel y su base:

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Se puede verificar la descorrección del nivel al invertir su orientación 180° sobre la misma
base, y vemos que la posición de la burbuja cambia. El desplazamiento total de la burbuja
es el doble del ángulo de descorrección:
Evetualmente, podría trabajarse nivelando con un desnivel corregido, siempre que tengamos
presente que cuando está calado, en realidad no lo está, por lo que para lograr
horizontalizar su base, deberíamos aceptar un descalado en sentido contrario al
desplazamiento observado, y cuyo magnitud sea la mitad del observado sobre la escala
graduada del nivel. Por ejemplo, si el desplazamiento total es de 2 divisiones a la derecha
depues de girarlo 180°, en la posición original la base estará horizontal cuando el nivel esté
descalado una división a la izquierda. Si en cambio, se pretende corregirlo, se dispone,
además de los tornillos calantes, de un tornillo de regulación en uno de sus extremos y un
pivote en el otro, de forma de poder incidir sobre él para corregir la posición relativa del eje
del nivel respecto de su base. Debe eliminarse el corrimiento de la burbuja provocando su
desplazamiento de amplitud igual a la mitad del espacio que se corrió de la posición central
de la escala, mediante movimiento de los tornillos de calaje, y luego completando el
recorrido corrector, la mitad restante, con el tornillo regulador del nivel respecto a su base.
Es recomendable que esta operación se realice en gabinete.

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El nivel esférico: se utiliza cuando no se requiere una perfecta nivelación. Es una caja
cilíndrica tapada por un casquete esférico, y con un líquido poco viscoso en el interior,
dejando una burbuja. Cuanto menor sea el radio de curvatura más sensible será; sirven para
obtener de forma rápida el plano horizontal. Estos niveles tienen en el centro un círculo,
dentro del cual hay que colocar la burbuja para hallar un plano horizontal bastante
aproximado. Son rápidos y prácticos, pero tienen menor precisión que los niveles tóricos. Su
precisión está en 1´ como máximo aunque lo normal es 10´ o 12´.

Sensibilidad del nivel tórico : la precisión del


nivel se
conoce como sensibilidad del nivel y se expresa
por la
apertura del ángulo, expresado en segundos,
que
corresponde a la apertura de una división de la
escala del
nivel medida en relación al centro de curvatura
del nivel.
La sensibilidad y el radio de curvatura guardan
entre sí
una relación sencilla; teniendo en cuenta que la
longitud
de una división es siempre de 2 mm.

S” = 206265” x 2mm / R(mm)

S: Sensibilidad (en segundos)


R: Radio (mm)

Las sensibilidades usuales en los instrumentos topográficos no suelen ser inferiores a un


minuto en los menos precisos, ni superar a cinco segundos en los más perfeccionados. La
sensibilidad oscila entre l’ y 20” en niveles tubulares de goniómetros normales.

El anteojo colimador: es un sistema óptico que se conoce con el nombre de anteojo


astronómico. Su fundamento es la formación de imágenes a través de las lentes. Este
anteojo daba inicialmente una imagen invertida, pero hoy, los avances de la óptica han
permitido conseguir una imagen directa intercalando más lentes y sin que se pierda claridad
en la imagen. Consta esencialmente de dos lentes convergentes, montadas en un tubo,
formando un sistema dióptrico, con la posibilidad de variar la distancia entre las dos lentes.
Una de éstas se dirige hacia el objeto que ha de visarse y por esta razón se denomina
objetivo del anteojo, mientras el ojo del observador se aplica a la otra lente llamada por tal
motivo ocular. El resultado final es que el objeto un lejano lo podemos ver invertido y
amplificado a la distancia de la visión distinta (la menor separación del ojo a la que se ven
los objetos con la máxima nitidez, generalmente 25 cm en una vista normal). La acción de
enfocar es hacer que la imagen del objeto se forme sobre el plano donde está el diafragma
y el retículo, con la imagen nítida. En los teodolitos, para lograr enfocar la imagen, se recurre
a un lente de enfoque interno, en el que el objetivo permanece fijo y el enfoque se logrará
mediante una lente interior móvil llamada lente de enfoque. El desplazamiento de esta lente
es muy pequeño, no suele ser mayor de 2 mm.
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Próximo al ocular, se monta un anillo, sostenido por cuatro tornillos enfrentados
diametralmente, que constituye un diafragma que limita la imagen, en el que va empotrado
un disco plano de vidrio denominado retículo con dos líneas grabadas, llamadas hilos, uno
vertical y otro horizontal, formando lo que se denomina la cruz filar. El punto de intersección
de ambos hilos constituye el centro del retículo; el centro de la cruz debe coincidir con el
centro del retículo. La imagen y la cruz filar se observan superpuestas observadas por el
ocular, que dará la imagen definitiva atravesada por la que se obtiene de los dos hilos del
retículo. El anteojo estadimétrico, lleva otros dos hilos horizontales que se utilizan para la
medida indirecta de distancias.

Colimar un detalle topográfico implica apuntarlo con el centro de la cruz de hilos del retículo.
El anteojo tiene dioptras exteriores para un apunte primario aproximado y rápido porque el
campo de visual del anteojo de teodolito es muy pequeño. El poder de aumento del anteojo
del teodolito es la relación entre la distancia focal de la lente objetivo y la distancia focal de
la lente ocular. Cuando decimos que un teodolito tiene 30 aumentos no significa que veamos
30 veces más grande la imagen a través de él. Los aumentos indican la proporción de la
distancia entre el punto topográfico y la estación del teodolito que reducimos al mirar a
través del telescopio. Así, mirar por un telescopio de 30 aumentos es como mirar el objeto
30 veces más cerca de él, y se expresa 30x. En óptica geométrica el foco de una lente es el
punto donde convergen los rayos de luz que la atraviesan, provenientes desde el campo
visual de la misma. En el teodolito, el anteojo tiene un tornillo de puesta en foco (para
enfocar), y permite ajustar a la vista de cada operador la imagen del campo visual y la del
retículo, ya que posibilita hacer incidir los rayos de luz provenientes del objeto apuntado en
un plano visual específico. El enfoque del retículo se logra moviendo el ocular adelante y
atrás, hasta que se vean nítidos los hilos del retículo. El enfoque del campo visual se realiza
con un tornillo de enfoque y gracias a un sistema que permite deslizar el sistema óptico
interno (E), se hace que la imagen coincida sobre el plano del retículo. Un incorrecto
enfoque de la imagen del punto topográfico, o bien de la cruz de hilos del retículo, hace que
lo captado por el operador con su vista a través del anteojo no coincida con la realidad.
Cuando la convergencia de la imagen que producen las lentes internas del anteojo se
producen delante o detrás del foco de la lente, se produce el desenfoque, y la imagen pierde
nitidez. Esta pérdida, a su vez provocará incertidumbre y eventual desplazamiento en el
apunte sobre una imagen desenfocada y en consecuencia registremos lecturas angulares
incorrectas por deficiencia en el apunte. Es un error que depende del operador, y no del
instrumento de medición. Por cada movimiento de giro del aparato (en el plano horizontal y
en el plano vertical, hay un juego de tornillos de presión y de coincidencia. El primero
permite el libre giro o bloquea el movimiento, el segundo una vez que el primero ha
bloqueado permite pequeños desplazamientos para afinar la puntería con el retículo del
anteojo. Se los conoce como tornillos de fijación y de movimiento lento. Los limbos son las
partes circulares graduadas para la medición de los lecturas angulares. El que está

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dispuesto horizontalmente se utiliza para la medida de ángulos acimutales, llamado por ello
limbo acimutal (horizontal), y otro limbo vertical, cenital o eclímetro para la medida de
ángulos del plano vertical. Normalmente el limbo horizontal estará fijo, y el sistema de
lectura es el que rota sobre él, a fin de tomar lecturas. En los aparatos electrónicos
modernos los limbos utilizados no están graduados numéricamente, sino que en base a
principios de la óptica, se generan señales que son codificadas digitalmente mediante un
sistema electrónico.

El paralaje es un fenómeno óptico que se debe evitar, y que hace referencia a la formación
de la imagen del campo visual en un plano paralelo (de allí el nombre) al plano en el que se
forma la imagen de la cruz de hilos del retículo, que como sabemos, son dos imágenes que
se observan superpuestas por el ocular del anteojo. Los rayos luminosos reflejados desde
un objeto topográfico captados por la lente objetivo del teodolito, convergen en el foco de la
lente. Estos rayos no se desvían al atravesar el objetivo, de lo se deduce que, cuando se
colima un punto topográfico, se encuentran en un mismo eje recto el punto topográfico, el
centro óptico del objetivo y el centro del retículo. Esta línea, definida en el anteojo por el
centro óptico del objetivo y la cruz del retículo, se llama eje de colimación. Como se ha
dicho, apuntar a un punto implica dirigir el eje de colimación a ese punto. Se nota que el eje
de colimación depende completamente de la manera cómo se ha montado el retículo, y
como éste, (en la mayor parte de los instrumentos) permite pequeños desplazamientos
perpendiculares y horizontales, por medio de los tornillos reguladores, el operador puede
modificar limitadamente la posición del eje de colimación. No debe confundirse el eje de
colimación con el eje óptico del anteojo, que es el eje del objetivo (recta que une los centros
de curvatura de sus dos caras), eje que no puede ser modificado, y que no tiene que ver con
la posición del retículo. Para conseguir que la imagen de un punto se produzca en el plano
focal del ocular, se mueve el ocular longitudinalmente, lo que se logra desplazando el
sistema óptico interno de puesta en foco. Para que ojos de distintas condiciones puedan
usar el anteojo cómodamente, el ocular (que es una lupa compuesta) debe tambien ser
desplazable respecto al plano del retículo. Así nos damos cuenta que hay una secuencia en
la puesta en foco: primero se pone en foco al retículo, y una vez logrado, se pone en foco el
campo visual. En resumen, hay dos movimientos para lograr que las dos imágenes se
formen en el plano del retículo, y se ejecutan con mecanismos diferentes. Aun cuando el
operador vea los hilos del retículo con toda claridad y, después de haber puesto en foco
también la imagen del objeto (producida por el objetivo), no debe confiarse todavía en que
esa imagen se forme exactamente en el plano del retículo. El ojo puede tener la sensación
de la nitidez aun cuando existe todavía una pequeña diferencia entre la situación del plano
de la imagen del objetivo y el plano del ocular. Esa pequeña distancia entre esos dos planos
se llama paralaje. Dicho de otra manera, producidos los dos ajustes de puesta en foco,
existe una única distancia libre de paralaje , que puede o no coincidir con la distancia al
punto que se pretende colimar. El paralaje se puede eliminar si se dispone de un sistema de
enfoque que pueda ser ajustado por el operador, y si éste se esmera en eliminarlo en cada
apunte que realice, evitando que los apuntes dependan de la posición del ojo detrás del
ocular. Si existe paralaje, es posible que la imagen se haya formado un poco delante o un
poco detrás del plano del retículo, y que se encuentre este en el primer o segundo plano. En
cualquier caso, se percibe fácilmente con mover un poco el ojo detrás del ocular,
desplazando la cabeza hacia arriba y hacia abajo, sin rozar el ocular. Si existe paralaje, se
desplazará la imagen del objeto con respecto al retículo. En ciertos casos el ojo necesitara
un breve tiempo de acomodación para ver todo nítido. Si estamos forzando la vista, el
paralaje no se corrige. Retículo e imagen deben verse claro al mirar rápidamente por ocular,
ya que deben estar formados en el mismo plano.

Se recomienda ver el siguiente video: https://www.youtube.com/watch?v=gTSkV5VnPMg

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Medir con teodolito: para la determinación unívoca entre cada punto del espacio y su terna
de valores coordenados (x;y;z) en forma polar, se deben conocer dos ángulos directores y la
distancia del radio vector:

32
El teodoito permite medir dichos ángulos, uno horizontal, a partir de una referencia
convenientemente elegida, llamado ángulo acimutal, ó acimut, y otro vertical, llamado ángulo
vertical, ángulo cenital, distancia cenital o altura sobre el horizonte, según tomemos el origen
en la dirección de la vertical hacia arriba, o sobre el horizonte de observación en el caso de
la altura.
El teodolito consta de una base nivelante, y de su cuerpo propiamente, que va colocado
sobre dicha base,y ambos pueden desacoplarse.

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Puede efectuar giros horizontales
sobre su eje principal y bascular el
anteojo sobre el eje secundario:
Ejes del teodolito:

✔ Eje principal: materializado por el centro de giro del limbo (si no es fijo). Debe coincidir
con el centro de giro de la alidada, con el centro de la graduación del limbo, y con el
eje de la plomada. Cuando coincide con la dirección de la vertical recibe tambien el
nombre de eje vertical.

✔ Eje secundario: materializado por el eje de basculamiento del anteojo, mediante


rodamientos (moñones) soportados por los montantes del anteojo.

✔ Eje de colimación: definido por el centro de la lente del objetivo y el centro del retículo
de apunte.

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La base nivelante es el nexo entre el teodolito y el trípode que lo soporta. Tiene la rosca
para el tornillo de fijación al trípode, un nivel esférico, los tornillos calantes, y puede incluir o
no la plomada (óptica o laser)
El cuerpo del teodolito tiene a su vez una base donde se aloja el limbo o círculo graduado y
por encima de él una superestructura con posibilidad de girar sobre el eje principal llamada
alidada. En ella se aloja el nivel tórico necesario para lograr la posición vertical del eje
principal sobre el cual gira y también se alojan los dispositivos de lectura del limbo
horizontal. Así mismo incluye el anteojo con su giro sobre el eje secundario en el que se
encuentra el círculo vertical usado para leer ángulos en planos verticales. Se observan en el
teodolito los dispositivos para efectuar los apuntes y las fijaciones tanto para los
movimientos horizontales como verticales con sus dispositivos de movimientos lentos tanto
horizontales como verticales. El punto común al eje principal y al eje secundario define el
centro del sistema polar de medición. Conviene que también el eje de colimación del anteojo
pase por el mismo punto. Para un correcto apunte es necesario que el hilo horizontal del
retículo se encuentre en posición horizontal y que el hilo vertical del retículo sea vertical, es
decir que deben estar correctamente orientados.

Condiciones constructivas que debe cumplir el teodolito:

1) El plano que contiene al limbo debe ser perpendicular al eje principal. 2) El eje de giro del
cuerpo del teodolito, el eje de giro de la alidada y el centro geométrico de las graduaciones
del limbo deben encontrarse en un eje de giro unico. Si además, el limbo puede girar, esta
condición también debe cumplirla el limbo (teodolitos repetidores)
3) El círculo vertical que permite medir la magnitud de los movimientos verticales del
anteojo debe estar sobre un plano vertical perpendicular al eje horizontal y su centro
debe coincidir con dicho eje.
4) Debe asegurarse la correcta división o grabado del limbo (tanto horizontal como vertical),
lo que significa rigurosa homogeneidad en el espaciado de las líneas. 5) Debe asegurarse la
correcta división y funcionamiento de los dispositivos de lectura. 6) Debe asegurarse el
correcto funcionamiento de los dispositivos de sujeción y movimientos lentos de todos los
movimientos del instrumento.

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Condiciones de ajuste que debe cumplir el teodolito:

Las siguientes condiciones también deben ser aseguradas por el constructor pero pueden
ser ajustadas adecuadamente en laboratorios especializados; son condiciones que con el
uso y cuidado pueden descorregirse y dejar de cumplirse. Pueden restablecerse calibrando
el aparato en laboratorio con sus dispositivos de ajuste, empleando la técnica específica.

1) Eje horizontal perpendicular al eje principal: al detectar la falta de perpendicularidad, en


laboratorio se procede a levantar o bajar el apoyo de uno de los muñones de los
montantes sobre los cuales gira el anteojo (eje secundario)

2) El eje de colimación debe ser perpendicular el eje secundario, propio eje de giro del
anteojo. Detectada la falta de perpendicularidad, en laboratorio se realiza la corrección
que consiste en modificar la posición del centro del retículo desplazando el retículo
sobre su propio plano a izquierda o derecha según corresponda.

3) El hilo horizontal del retículo debe estar efectivamente horizontal. Al girar gradualmente
la alidada, el hilo debe desplazarse sobre un punto del paisaje sin separarse hacia
arriba o abajo, recorriendo una línea horizontal. Igualmente, que el hilo vertical del
retículo debe encontrarse vertical. La corrección se logra girando sobre su centro la
placa del retículo hasta que los hilos ocupen la posición requerida.

Condiciones de posición que debe cumplir el teodolito: (puesta en estación)

Para que el aparato mida correctamente debe encontrarse adecuadamente puesto en


estación: esto implica que su eje principal se encuentre efectivamente en posición vertical, y
que además coincida con la vertical del punto topográfico materializado en el terreno. Poner
en estación el teodolito (estacionar el teodolito), implica realizar en forma simultánea dos
acciones: centrar y verticalizar el instrumento, es decir

✔ Centrar en el punto topográfico amojonado en el terreno, y


✔ Verticalizar: hacer que el eje principal del instrumento coincida con la vertical por el
punto topográfico

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Estas acciones hay que realizarlas antes de medir, por cuanto cuando el teodolito es sacado
de su caja, ninguna de ellas se cumple. Se alcanzará la finalidad propuesta mediante
aproximaciones sucesivas, ejecutando un procedimiento que va alcanzando a lo largo de
tres etapas la precisión final necesaria para comenzar a medir con el instrumento.
1) Primera aproximación: Ubicado el mojón o marca sobre el que se desea estacional el
teodolito, se extienden las patas del trípode extensible hasta una altura aproximada
correspondiente al pecho del operador. Separando en forma pareja las tres patas se
ubica el trípode sobre el punto tratando que quede centrada la meseta del mismo sobre
el punto, y que quede horizontal a simple vista. El teodolito todavía está en su caja.

2) Mejorando el centrado y verticalización: Colocando y fijado el teodolito en el trípode


previamente ubicado, se comprobará antes de nada que los tornillos calantes de la base
nivelante estén en una posición central de su recorrido total. Se procurará que quede
centrarlo respecto de la meseta del trípode y respetando su forma triangular.
Procedemos a clavar una pata del trípode pisando el azuche de la misma. Con las otras
dos patas, se trata de centrar observando simultáneamente por la plomada óptica (de
hilo, laser, etc...) sobre la marca del punto topográfico. Una vez logrado, bajar
suavemente y clavar las otras dos patas del trípode, repasando la que ya se había
clavado en primer término. Ahora puede procederse a verticalizar usando el nivel
esférico de base nivelante, alargando o retrayendo las patas extensibles del trípode,
variando su extensión en forma sucesiva, las veces que sea necesario teniendo la
precaución de pisar suavemente el azuche de cada pata del trípode y sostener la pata
en la zona de extensión para soltar el mecanismo de fijación (tornillo, palanca, etc..)
antes de aflojarlo. Este proceso termina cuando el nivel esferico quede calado. Hasta
este momento hemos logrado centrar y verticalizar en forma aproximada, no precisa.

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3) Afinando el centrado y verticalización: se logra aflojando (sin soltar del todo) el tornillo
que une el trípode con el teodolito, y desplazando la base
nivelante sobre la meseta del trípode mientras se observa por la
plomada óptica. Una vez logrado, ajustar el tornillo con presión
suficiente. Resta afinar la verticalización del eje principal del
instrumento, o dicho de otra forma, de horizontalizar el plano del
limbo del instrumento (condición constructiva), para lo que se
emplean los tornillos calantes de la base nivelante. Para lograrlo,
se coloca el eje del nivel toroidal de alidada
sensiblemente paralelo a dos tornillos calantes
cualesquiera (1 y 2). En esta posición se cala el nivel con
movimientos antagónicos de los tornillos referidos,
asumiendo que le burbuja se desplazará en la dirección
que señala el dedo índice de la mano derecha del
operador.
Una vez logrado, girar la alidada (que debe estar suelta de
su fijación durante el proceso) 90° en cualquier sentido,
posición en la que se calará el nivel toroidal con empleo del
tercer tornillo calante (3) solamente.
Realizado, volver a girar la alidada a la posición inicial, y de

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ser necesario afinar el calado del nivel toroidal con los dos tornillos calantes que se usó
primeramente. Hecho, rotar la alidada 180° y observar el nivel toroidal. Pueden darse
dos situaciones: una es que el nivel permanezca calado, en cuyo caso se verifica que el
nivel está corregido y el instrumento puede comenzarse a usar; la otra situación, es que
el nivel se descale.

En este supuesto, se verifica que el nivel está descorregido, y antes de comenzar a


emplear el instrumento debe compensarse este desplazamiento. Para ello, y usando la
graduación que presenta el nivel toroidal determinar la magnitud del desplazamiento
total que presenta el nivel respecto de su posición de calado que se ha perdido (en el
ejemplo son 2 divisiones a la izquierda) De ese desplazamiento total, corregir la mitad
del mismo con empleo los dos primeros tornillos calantes en sentido contrario al
desplazamiento verificado (los que se encuentran en posición paralela al eje del nivel es
decir 1 y 2). Hecho esto, el instrumento puede comenzar a utilizarse a pesar que su
nivel toroidal de alidada esté descorregido. En gabinete podría corregirse el
desplazamiento remanente con auxilio de los tornillos de regulación propios del
montante del nivel de alidada, pero es algo que no debe hacerse en campaña.
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Si se verifica la posición de la burbuja en la posición inicial, debería desplazarse la mitad del
total en sentido contrario:

El teodolito está listo para comenzar a medir.

Se recomienda ver el siguiente video https://www.youtube.com/watch?v=mRsAxCa6zPs , de


dónde se han tomado las imágenes anteriores, autoría de la UNIVERSIDAD POLITÉCNICA
DE MADRID – ESCUELA TECNICA SUPERIOR DE INGENIEROS EN TOPOGRAFIA,
GEODESIA Y CARTOGRAFÍA- DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA TOPOGRAFICA Y
CARTOGRAFIA

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