Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El horror paraliza o como dice Baudelaire: el horror puede ser un oasis en medio
llamas que cae en un campo de centeno. Un paracaidista que cae y no recita versos
estudiante es llamado loco. Es huérfano de padre. Camina sin timón, a la deriva. El loco
tiene otra obsesión: las novelas de Vargas Llosa. Los capítulos de esta parte son
En la segunda parte se revela cómo fue el asesinato del niño, las personas
implicadas, el horror que carcome, el horror que envuelve, y apenas hay un humilde
faro en las costas de la muerte. Personajes: un asesino con labio leporino, una banda
En la tercera parte el loco descubre que su obsesión por el asesinato del niño es
espejos. Cualquier obsesión destruye. Condena. Es como una maldición que arrastra a
quien lo toca. El escritor chileno Roberto Bolaño decía: «Toda maldición es como una
epifanía: quema».
Faulkner decía: «Toda influencia es inevitable». Tal vez el error de esta novela
adjetivo. «Los detectives salvajes»: artículo más sustantivo más adjetivo. Luego está el
personaje joven que descubre que la literatura es igual al horror. Otras influencias:
Vargas Llosa. Algunos guiños (de los demasiados que hay en esta novela): Chicas
perros».
jamás en un sitio que el lector conozca porque la verosimilitud se pierde», decía Borges.
nombres ficticios para lugares y colegios que son conocidos por un lector paceño (este
lector cree que todo es una máscara que encubre nombres reales y luego compara la
realidad con la ficción y descree y sigue buscando y descree más). Otro error: El gusano
Dentro de los Premios Nacionales que se entregaron desde «La vida me duele
sin voz» (Gonzalo Lema), «Fantasmas asesinos» es la más lograda junto a «La toma del
Aún recuerdo cuando leí «Fantasmas asesinos» por primera vez. Fue hace tres
años. El dueño de la editorial no tenía dinero para pagar una de mis ediciones. Le pedí
parque», «Sagrada arrogancia». Leí como si me quedará sólo eso. Leí a veces sin comer,
a veces sin dormir. Descubrí que hacer buena literatura también había sido posible en
campo de centeno.