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Confesión de

Asesinato ༒
ყσσɳɱเɳ ༒
¿Serías capas de asesinar a tus propios
padres aun cuando son ellos que te han
dado la vida?

Lo más seguro es que no, pero entonces tu


deber será encontrar al verdadero asesino de
ellos antes de que crean que lo has hecho tú.

El joven Jimin se ve metido en una situación


igual, el asesino de las personas que más amó
está entre las personas que siempre le
tendieron la mano, Jimin creyó que estaría
protegido en el seno familiar, sin embargo,
cuando él apareció, su vida se fue por un
precipicio.

¿Quién es el asesino?

La historia aborda temas psicológicos como la psicopatología y la sociopatía, con ello se


suma la problemática más común del mundo, el narcotráfico, se menciona además la
homosexualidad y cómo esta puede influir dentro de este mundo lleno de traición y
venganza. ¿Se nace lleno de maldad, o es el contexto social quien sumerge la violencia
en el individuo?
Esta historia contiene diversas menciones (esporádicas)de grupos como:

 N.Flying
 Got7
 Monsta X
 Vixx
 entre otros

En cuanto a las ships que se podrán ver, mencionar o referencia son:

 Vkook
 Namjin
 Vhope

y la principal, Yoonmin

*Si los temas abordados en esta historia, no son de tu agrado, puedes pasar de
largo.
Booktrailer

Me complace compartirles este precioso booktrailer, es un trabajo


maravilloso que expresa de forma general de lo que va esta
historia, espero que ver este hermoso booktrailer les deje ganas de
conocer un poco más de esta historia.

Link: https://youtu.be/Dmtq0W0cxLo
Advertencia: ༒𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑖𝑜𝑛 𝑑𝑒
𝐴𝑠𝑒𝑠𝑖𝑛𝑎𝑡𝑜༒

Si has llegado hasta este fanfic, quiero informarte una peculiaridad.

Me he topado con cientos de comentarios en mis historias previas, estos


comentarios normalmente suelen ser "Es que Jimin no es así", "es que Yoongi
es distinto", "él no podría hacer eso, es un dulce", etc etc etc.

Este tipo de comentarios suelen ser tediosos y un poquito molestos, para ello
dejaré aquí lo que significa el término "fanfic":

El término fanfiction o fan fiction (literalmente, "ficción de fans"), a menudo


abreviado fanfic o simplemente fic, hace referencia a relatos de ficción
escritos por fans de una obra literaria o dramática (ya sea película, novela,
programa de televisión, videojuego, anime...). En estos relatos se utilizan los
personajes, situaciones y ambientes descritos en la historia original o de
creación propia del autor de fanfic, y se desarrollan nuevos papeles para
estos.
Se trata de jugar con los mundos alternativos, nuevas personalidades y
objetivos para los personajes usados en la gran variedad de historias subidas
a esta plataforma. No se queden con la idea del "equis personaje no es así",
eso está claro, este es un fanfic, una historia que surgió de la cabeza de
alguien que ama perderse en nuevos mundos llenos de situaciones
dramáticas.
El presente fanfic intentará jugar con tu mente, así que te sugiero que pongas
atención a los pequeños detalles, pues serán pistas para la resolución de la
problemática planteada en esta historia. Esta historia será lanzada
próximamente, no hay fecha exacta del lanzamiento oficial de esta historia,
se pretende lanzar por ahora 1 capitulo, cuando tenga un publico
considerable, la actualización de esta historia será cada tercer día.

Las temáticas dentro de esta historia son:

Violencia

Temas psicológicos como la psicopatía, la sociopatía, entre otros

Asesinato

Temas sexuales

Narcotrafico

Términos psicológicos

Por el momento, eso es todo, gracias.

-Jen
01: La guarida del conejo

11 de octubre de 2020 | 20:00 horas

La luz de un relámpago seguido de un estruendoso trueno, iluminaron la pequeña


habitación que a ambos les acogía. Yoongi tomó en sus brazos la pequeña cintura
de Jimin, que en un pequeño saltito se había permitido abrazar la cadera del mayor.
Aquellas manos se enredaron como serpientes a lo largo y ancho de la espalda
ajena, mientras eran sus labios los que le robaban los suspiros jadeantes del chico de
tes pálida. Yoongi solo pudo atinar a dejarlo sobre el viejo escritorio de madera que
en su haber estaba decorado con cientos de periódicos de días pasados, una lampara
y un par de bolígrafos. Aquella pasión había provocado sin duda alguna una
ventisca seductora que inmediatamente se enredó en aquel papel, este salió volando
cuando Jimin apoyó la espalda en la fría madera.

Al abrir las piernas no pudo evitar tirar también a su paso aquella lampara que
apenas tocó el piso comenzó a rodar por el amplio suelo de madera rechinante, en
su caída, los bolígrafos de punto fino acompañaron ese rodar interminable. Los
besos de ensueño lograron que ambos se olvidaran de la terrible tempestad que
fuera les recordaba la nostalgia de días pasados; caricias que habían sido como el
mero infierno en su inicio, la sentencia de la avaricia que poco a poco uno de los
dos desarrolló.

La piel ajena fue deseada en su máximo esplendor que, incluso aquel ser lleno de
ira se veía lleno de debilidad al ver el profundo mirar. Se había vuelto loco por sus
besos, su cordura quedó incluso fuera de su propio alcance cuando le vio las manos
llenas de sangre por primera vez...

Yoongi comenzó a despojar de aquellas ropas al menor que en un hilo de voz


suplicaba lleno de lujuria, sus deseos siempre serían cumplidos sin objeción, era él
quien tenía el dominio de su propia satisfacción.

—Yoongi... — los labios hinchados y rojizos de Jimin solo incitaron al mayor a


morder aquellos mientras que sus manos tocaban con esmero las zonas erógenas del
pequeño pelinegro.
El deseo no pudo consumirse como aquel par de amantes habría querido, pues la
puerta había sido abierta de un golpe, dejando ver como un par de hombres armados
entraban amenazantes. Min Yoongi se giró sobre sus talones solo para poder
alcanzar el revolver que permanecía aún escondido en uno de los cajones de aquel
viejo escritorio de madera, sin embargo, aquel movimiento había sido inútil, tres
hombres permanecían apuntando su cabeza, al verse encerrado en esa situación,
dejó que el gatillo del arma resbalara sobre su dedo índice levantando a la par
ambas manos, dejando en claro que no pretendía hacer algo al respecto.

—¡Min Yoongi, suelta el arma y pon las manos detrás! — uno de los hombres que
permanecía a la cabeza del pequeño escuadrón sacó las esposas que de inmediato
fueron puestas en las muñecas esquelitas del pálido —. Estas siendo arrestado por
narcotráfico y por ser el principal sospechoso de la muerte de Kim Namjoon y Park
Suni.

Jimin se quedó estático sobre el escritorio, sus brazos permanecían elevados sobre
su cabeza, aquel mirar lleno de lujuria había sido remplazado por un mirar lleno de
angustia por no saber que sucedería a continuación.

—Y tú, Park Jimin, estás siendo arrestado por ser cómplice de las fechorías de Min
y por ser el sospechoso número dos de la muerte de Kim Namjoon y Park Suni, tus
padres.

Jimin no se opuso al arresto, fue escoltado al vehículo de los oficiales que habían
llegado a su casa, fue separado desde ese momento del gran amor de su vida, lo
último que pudo saber de aquel, fue el cómo había sido ingresado en el vehículo
que esperaba frente al de él.

El transcurso fue lento ante sus ojos, no había manera de escapar, no había manera
de pensar en una estrategia que le permitiera escaparse de esta para poder estar con
Yoongi, por esa razón, se vio obligado a guardar silencio y esperar. La tormenta
incrementó su amargura cuando se vio frente al instituto policiaco de Seúl, al bajar
del vehículo fue escoltado a toda prisa, no quiso mirar nada más que el suelo y sus
pies.

—Jefe, hemos llegado, la misión fue todo un éxito — uno de los hombres mencionó
después de que la puerta, de lo que parecía ser una cámara de Gesell, fue abierta.
—Por favor déjenme solo con él, Cha Hun, gran trabajo — el detective mencionó
desde la comodidad de su silla —. Y por favor, antes de que se marchen, ¿podrías
quitarle las esposas?

El oficial atendió las ordenes de aquel hombre que sostenía entre sus dedos un
cigarrillo, cuando dejó salir el humo de su última calada, apoyó las manos sobre el
escrito de metal que reposaba justo en medio de la sala. Cuando las muñecas de
Jimin se sintieron libres de nuevo, en un acto reflejo las acarició intentando de
alguna manera apaciguar el pequeño dolor por la incomodidad de aquellas le habían
provocado. Sus ojos entonces se pasearon después sobre el escritorio, en él un
cenicero, un café y dos sobres amarillos esperaban por la presencia de aquel
jovencillo.

—Park Jimin... puedes sentarte por favor, soy el detective Kim Jaehyun y es un
gusto conocerte — el detective mostró una amable sonrisa, intentando de algún
modo provocar confianza y empatía al joven frente a sus ojos —. Espero que sepas
el porqué de tu presencia en estas instalaciones.

—Si, porque usted creé que yo soy el asesino de mis padres — Jimin apoyó las
manos en el escritorio, su mirar se tornó en uno de ironía al ver los ojos de aquel
detective —, soy un sospechoso, esto no tiene sentido, acaso ¿cree que un hijo es
capaz de asesinar a sangre fría a sus propios padres?

—Realmente espero que no, por ello estás aquí, para contarme tu versión y
ayudarnos así a encontrar al asesino de tus padres, Jimin — Jaehyun apagó el
cigarrillo frotándolo contra las cenizas que yacían en aquel cristal.

—Ese es su trabajo, atrapar al culpable, no es mi trabajo — esta vez Jimin giró el


rostro con desagrado.

—No eres el único que pasará por este interrogatorio, así que si no te opones
podemos terminar pronto — el detective tomó entonces uno de los sobres amarillos
que reposaban en el escritorio, sus manos tomaron las fotografías que dentro
reposaban, una a una las colocó frente a los ojos de Jimin —. ¿No sientes ira al ver
esto? ¿No querrías que el culpable pagara el dolor que te provocó con la perdida de
ellos?

Jimin no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas al ver cada pequeño
recuadro de papel, en cada una de aquellas fotografías se podían ver los cuerpos de
sus padres, la escena del crimen había sido brutal, la sangre adornaba el piso y aquel
mirar lleno de terror, aquel mirar sin luz y carente de vida impactaban al espectador,
aquellas imágenes no dejaban nada a la imaginación. De inmediato, Jimin llevó una
de sus manos a su boca, cubriendo el escandaloso jadeo de dolor al ver de ese modo
a sus padres, las lágrimas brotaron y entonces miró al detective directo a los ojos.

—¿Qué es lo que quiere saber? — Jimin pronunció con la voz temblorosa.

—Voy a mostrarte una serie de fotografías, las personas a las que verás en ellas son
conocidos, algunos son de toda la vida y otros son incluso desconocidos para ti,
quiero que me cuentes que tipo de relación tenías con estas personas, también claro
está, quiero saber lo que sabes de la relación que estas personas tenían con tus
padres, de este modo podremos llegar al asesino de tus padres, ¿te parece? — El
joven detective prosiguió a sacar del otro sobre amarillo una serie de fotografías que
una a una, justo como las anteriores, fue puesta sobre el escritorio.

—Son mis padres, Jeon Jungkook, Jeon Yuri, Kim Taehyung, Jung Hoseok, Kim
Seokjin y Min Yoongi — Jimin mencionó en el orden que aquel iba dejando frente
a sus ojos aquella serie de fotografías.

—¿Quieres iniciar por alguno en particular? — mencionó después de ver como


Jimin se centraba en la fotografía de Jeon Yuri — ¡Oh! ¿Jeon Yuri?

—Mi querida abuela — Jimin mencionó en última instancia antes de proseguir —.


Bueno, la querida abuela de Jungkook...

༒𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑖𝑜𝑛 𝑑𝑒 𝐴𝑠𝑒𝑠𝑖𝑛𝑎𝑡𝑜༒

"Yoongi amaba a Jimin y JImin amaba a Yoongi dentro de una época donde su
amor no podía ser contado, los besos dulces que solían darse a escondidas, eran
el más atroz pecado que un par de hombres en 1850 pudieran cometer"... (Beso
prohibido. YG x JM)

¿Qué tal si te pasas por "Beso prohibido"? la historia incluye dibujos inéditos, la
encuentras en mi perfil.

-Jen
01: La guarida del conejo

13 de Octubre de 2005

La mujer de por lo menos 54 años, se levantó esa mañana desde temprano, pues debía de
preparar una sorpresa para el miembro más pequeño de los Park, aquel jovencito estaría
cumpliendo años. Cuando el pequeño pastel de vainilla estuvo listo, la mujer colocó solo tres
velitas, las encendió y con la misma emoción de todos los años subió a la habitación de Jimin,
quien aún estaba dormido.

—Jimin, despierta cariño. Hoy es tu cumpleaños — la mujer esperó a que el menor abriera los
ojos, el niño de la casa había por fin cumplido los 10 años, la primera década.

—Señora Jeon... — el niño frotó sus ojos aun adormilados, el sueño se fue poco a poco
entonces fue consciente de la enorme sorpresa que la mujer le había preparado.

—No me digas así, sabes bien que puedes decirme abuela.

—Pero... Jungkook me va a matar si se entera de eso.

—No digas eso, mejor anda ya, que debes de soplar las velitas y pedir un deseo — Jeon Yuri
acercó el pastel de vainilla un poco más y permitió que aquel niño de redondas mejillas juntara
sus manos y cerrara sus ojos, listo para poder pedir un deseo.
—¡Listo! — con toda felicidad, sopló el fuego de aquellas velitas, apagándolas casi en un
parpadeo.

La mordida al pastel fue dulce, el merengue azul se había adherido a las comisuras de sus
labios, Jimin estaba tan emocionado cuando esa no fue la única de las sorpresas de parte de
aquella mujer, pues aquella sacó de los bolsillos del delantal blanco una bolsa llena de dulces,
dulces por supuesto favoritos de Jimin.

—Cuando fui a hacer las compras de la alacena, me escapé y te he comprado tus dulces
favoritos hijo — la mujer tomó entre sus brazos aquel pequeño cuerpo, le dio un fuerte abrazo y
un beso en la frente —. Anda ya, que hoy te prepararé tu desayuno favorito.

—Claro que si abuela, pero antes de que te vayas — Jimin observó con los ojos brillantes la
espalda de aquella mujer que estaba por salir de su habitación —, ¿mis padres, aún no
despiertan?

—No, tu padre llegó muy noche ayer, así que debe de estar recuperando un poco de tiempo —
la mujer había mentido, porque, aquella mañana observó al señor Namjoon salir de su oficina y
había visto a la señora de la casa disfrutar de un jugo de naranja y fruta picada en el jardín. Sin
embargo, no le diría al pequeño que sus padres probablemente habían olvidado el cumpleaños
de su hijo —. Pero mi nieto estaba muy emocionado ayer por la noche, no le digas que te dije,
pero te preparó un obsequio.

La pequeña mueca de tristeza que se había formado en los labios hinchados de Jimin fue
abandonada tras formar una sonrisa amplia ante la mención del pequeño Jungkook. Fue
entonces que de inmediato saltó de la cama y fue a su closet para poder tomar su ropa favorita y
vestirse con ella, cuando estuvo listo, corrió esclareas abajo, cocina y patio trasero en búsqueda
solo de una persona, Jeon Jungkook.
En el jardín trasero, una pequeña habitación tenía lugar, era muy pequeña, sin embargo, la
abuelita Jeon y su nieto Jungkook se habían adaptado bien. Fue justo ahí donde sus ojos se
clavaron al ver un techo improvisado con una sábana blanca, una pequeña colchoneta de goma,
dos almohadas y un bulto cubierto por una manta suavecita de color amarillo. Fue entonces que
Jimin clamó el nombre del menor, intentando encontrarle.

—¿Jeon Jungkookie? — de inmediato el bulto comenzó a moverse dejando ver entonces los
brazos de Jungkook levantados en alto y una sonrisa esplendida.

—¡Sorpresa Hyung! — Jungkook se levantó con torpeza y corrió hacía aquel cuerpo, le abrazó
con fuerza y después deliberadamente tomó su mano, jalándole hacía el pequeño techo.

—¡Jungkook! Ya te dije que dejes la formalidad — Jimin correspondió el agarre y con apresuro
fueron a sentarse sobre la colchoneta.

—Hice un regalo para Hyung — levantó los brazos y emocionado corrió dentro de la pequeña
habitación, después de minutos, regresó con una caja envuelta con periódico, la dejó sobre las
manos de Jimin y se sentó esperando a ver el bonito detalle que aquel le había dado.

—Mi cumpleaños no estaría completo sin ti Jungkookie — las manos pequeñas de Jimin y el
brillo excelso en sus ojos no le fueron de ayuda para abrir aquella caja con rapidez.

Los papeles fueron dejados sobre el pasto, Jungkook observaba con entretenimiento las
acciones de Jimin con una sonrisa enorme que dejaba ver su dentadura incompleta.
De la caja salió un lindo frasco de vidrio lleno de estrellas hechas de papel, Jimin miró el
obsequio y solo pudo sentirse feliz por el hermoso detalle que Jungkookie le había hecho.

—Es una lampara Hyung — de inmediato, Jeon le quitó el frasco y presionó el botón detrás de
aquella, la luz se observó brillante, Jimin estaba encantado. Sin embargo, aquella pequeña
felicidad se había ido en segundos.

—¡Jimin! ¿Qué haces con el huérfano? — la madre de Jimin inició una caminata hacia ambos
menores, observó el regalo hecho por Jungkook y se lo arrebató dejándolo sobre la manta
amarilla — ya te he dicho que tú no debes de juntarte con él. ¿No entiendes?

—¡Jungkook! — la mujer tomó del brazo a Jimin y le obligó a levantarse de aquel lugar,
arrastrándolo así hasta una de las mesas que estaba debajo de la sombra de los árboles de cerezo
que adornaban el jardín.

—Vamos a desayunar, le pedí a la señora Jeon que trajera el desayuno para ambos — Jimin
miró desde su lugar al pequeño Jungkook que aun permanecía sentado en la colchoneta, aquel
solo pudo mirar a Jimin, llevó sus manos a sus ojos y soltó el llanto solo para después correr
dentro del hogar donde su abuela y él vivían.

—Mamá... no debiste decir eso a Jungkook — Jimin agachó su mirar y solo pudo jugar con sus
manos sintiendo que lagrimas inundaban sus ojos.

—¿Qué dices? — la mujer solo pudo tomar el teléfono celular y mirar atentamente este,
prestando poca atención a las palabras de Jimin.
—Jungkook no tiene mamá — Jimin dejó que una lagrima cayera por su mejilla — él se fue
llorando.

—¡Vaya! Mira eso, habrá una nueva tienda de ropa cerca de nuestra dirección, tengo que ir
recién se abran las puertas. — La mujer se emocionó ante el anunció que le revelaba la pantalla,
entonces Jimin solo observó a la abuelita Jeon aproximarse.

—Señora, traje lo que usted me pidió, y aquí está el desayuno especial para nuestro Jimin — la
mujer dejó un tazón frente a Jimin, una sopa de algas se veía humeante.

—¿Qué es eso? No no, de ninguna manera — la mujer negó frenética al ver el plato — Jimin no
puede comer eso, tráele solo una manzana y un jugo de zanahoria.

—Pero señora, es el plato favorito de Jimin — la mujer solo pudo protestar ante aquella orden,
pero, la mujer la miró con molestia.

—¿Tengo que recordarte quién es aquí la dueña de la casa?

—No señora, pero hoy es el cumpleaños de su hijo y es una tradición tomar sopa de alga en un
día así — la mujer mencionó con la mirada clavada al niño que miraba la sopa.
—Oh, ¿es tu cumpleaños Jimin? Vamos a tener un paseo, ve por tus cosas que te espero en el
auto — la mujer se levantó de la mesa, Jimin también lo hizo, solo que él corrió directo a su
habitación solo para encerrarse y no salir más, pero, aquel berrinche poco le preocupó a su
madre, pues aquella al ver que su hijo no bajaba, ella encendió el motor y emprendió camino
hacia el centro comercial.

La tarde fue más de lo mismo, sus padres le olvidaron en casa, sin embargo, Jeon Yuri tocó la
puerta de su habitación cerca de las ocho de la noche, aquel pequeño abrió aquella y con los
ojos hinchados elevó la mirada al rostro de la mujer, ella de inmediato le acunó en sus brazos, le
tomó la mano y juntos se dirigieron fuera de la casa donde en aquella pequeña habitación de
servicio estaba Jungkook esperando con un gorrito de fiestas, de inmediato, el pequeño de ocho
años y dientes de conejo aplaudió.

Desde ese día Jimin acostumbró celebrar su cumpleaños dentro de la pequeña alcoba de su
abuelita y de Jungkookie.

༒𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑖𝑜𝑛 𝑑𝑒 𝐴𝑠𝑒𝑠𝑖𝑛𝑎𝑡𝑜༒

Espero que disfrutes esta nueva historia, anteriormente su nombre fue Psicópata en linea, solo
que dicho ff no pude terminar, aun puedes encontrarlo en mi muro, es la misma historia pero
con evidentemente mala redacción, si quieres entretenerte en algo mientras ocurre una nueva
actualización puedes ir.

Nos seguimos leyendo

-Jen
03: Los negocios, son los negocios
11 de octubre de 2020 | 21:30 horas

El joven detective, había terminado ya con por lo menos, tres cigarrillos, la charla que recién
comenzaba con Jimin, dejaba un claro ejemplo de nostalgia, o eso pudo intuir al mirarle los ojos
y sentir en carne propia todo aquel cariño que el joven tenía por la mujer.

—Entiendo y creo que es preciso mencionar ahora sobre la relación con aquel jovencito, Jeon
Jungkook, el siguiente sospechoso — el detective deslizó por propia cuenta la fotografía de
Jungkook dejándola frente a los ojos de Jimin.

—¿Él? ¿Sospechoso? — Jimin ladeó solo un poco la cabeza mirando fijamente la fotografía del
chico, en ella, aquel rostro mostraba la misma sonrisa que aquel mostraba desde que era un
niño, una sonrisa esplendida y llena de inocencia — ¿Jungkookie? ¿Usted de verdad creería que
este chico podría hacerlo? — Jimin preguntó haciéndole mirar al detective Jaehyun la fotografía
de Jungkook.

—Eso lo sabremos después, no se debe de asumir nada aun, está claro que hay un culpable de
los hechos y solo uno de los sospechosos fue. Y tu sabes quién fue, quizás el decir aquella
oración solo buscas desviar la sospecha hacia algún otro — Jaehyun le quitó la fotografía y la
dejó de nuevo sobre la mesa, entonces miró al chico esperando por su relato.

—De acuerdo, Jeon Jungkook, siempre ha sido importante para mí y mis padres, ellos siempre
me implicaron ser bondadoso con los que menos tienen, por ello solía pasar mucho tiempo con
él y con la abuela Jeon, eso tomó mayor peso con el pasar de los años...

16 de Junio de 2015
Jimin estaba tan emocionado esa tarde de otoño, pues desde hacía un par de meses que había
conocido a un chico por la red, el cual no permitía que sus días fuesen aburridos, sino todo lo
contrario, tenía ilusiones y se sentía como un niño pequeño al que le regalas un dulce, sin
embargo, había guardado todo aquello por temor a ser descubierto.

—¡Hyung! Desde hace días que tiene esa sonrisa, me preocupa, en ocasiones pierde la noción
de lo que sucede, incluso estuvieron a punto de arrollarlo con un auto, debe de tener más
cuidado Hyung — Jungkook sostenía en sus manos un cono de helado, había pronunciado
aquello sobre la bola de helado de vainilla, pero Jimin parecía nuevamente no escucharle.

—¿Qué dices Jungkook? Estas exagerando, el auto solo salió de prisa, además, fue culpa de él,
no se puede circular si el semáforo está en amarillo — Jimin desvió su mirar aun manteniendo
una sonrisa tonta.

—De hecho, usted Hyung está equivocado, si se puede circular con la luz del semáforo en
amarillo, está solo te informa que pronto debes de detenerte — Jungkook mencionó observando
el helado de fresa de Jimin — el peatón debe de esperar hasta el semáforo rojo para poder
cruzar sin preocupación.

—Venga ya Jungkook, no es momento de que me des clases de circulación vial — señaló al


menor que comenzaba ya a reír por la torpeza de su mayor —, además, ¿cuántos años más debo
de repetir que dejes de llamarme con formalidades? Si dejas de llamarme Hyung, entonces te
contaré un secreto.

—¿De verdad Hyung? Digo, ¿de verdad Jimin Hyung? — Jungkook levantó sus brazos en señal
de emoción entonces, Jimin sonrió mientras asentía levemente.

—Me gusta un chico y yo le gusto a él— Jimin pronunció las palabras con vergüenza, no sabía
cuál sería la reacción de Jungkook ante la pequeña confesión, así que solo cerró sus ojos con
fuerza.
—Hyung, me siento tan feliz por usted — el menor se aventó al cuerpo ajeno y lo abrazó con
fuerza, sintiéndose emocionado.

—Jungkook detente — Jimin mencionó entre risas, al alejarle, miró su camiseta — me has
manchado de helado, eres un insolente.

De inmediato, el menor agachó la mirada avergonzado por sus acciones, pues había dejado que
la felicidad le invadiera y con ello había manchado sin querer, la camiseta de Jimin. Pero
aquella reacción le pareció al mayor tierna en todo su esplendor, así que de inmediato le
acarició los cabellos en aprobación de que todo estaba bien.

—Anda, no pasa nada, entremos a casa, no le menciones nada a tu abuela, aun no me siento
listo — Jimin mencionó tomando como de costumbre, la mano del menor.

—Solo si me promete contarme todos los detalles — Jungkook mencionó mirando el agarre de
sus manos, de inmediato una sonrisa apareció.

Pero, aquellas sonrisas serían detenidas por la voz profunda y grave del señor Kim. Aquel
hombre que constantemente se sumaba a las humillaciones que Park Suni hacia a los Jeon, con
ello la impotencia de no poder responderle crecía provocando frustración e ira en Jeon
Jungkook.

—Jimin, apártate de ese maricón pervertido, ¿no ves que está corrompiéndote? — Jimin se
postró frente al cuerpo del chico castaño, le soltó el agarre y enfrentó a su padre disgustado.

—Deja de decir esas cosas papá, ¿hasta cuando vas a entender que él y la abuelita Yuri son mi
familia? — Jimin clavó su mirada en los ojos de aquel hombre, obteniendo de inmediato un
empujón lejos de su camino, enfrentando de este modo al pobre Jungkook.
—Espero que esta sea la última vez que te vea cerca de mi hijo, o de lo contrario echaré a la
calle a la anciana y a ti — el chico de cabellos castaños fue violentado, aquellas manos le
tomaron con fuerza de la camiseta elevándolo suavemente del piso, en sus ojos las lágrimas se
contuvieron denotando la rabia que justo en ese momento sintió.

—Padre por favor — Jimin suplicó clemencia en ese momento, su padre sabía los puntos
precisos para hacerle daño, por ello justo ahora se desquitaba con el menor.

Y es que la situación dentro de la casa se había complicado de un momento a otro para Park
Jimin, los problemas habían llegado a su vida desde que su padre le advirtió que debía continuar
con el negocio familiar, pues, dicho en sus palabras, Jimin era lo suficientemente mayor para
poder continuar con dicho trabajo, además que con ello podría por fin convertirse en hombre,
pero para su sorpresa, Jimin se había negado rotundamente, el primogénito sabía bien lo que
conllevaba dicho negocio familiar, justo por ello, detestaba la idea de continuar por aquel
camino.

Quizás por esa razón su padre justo en ese momento amenazó a Jimin para convencerle de
involucrarse en ese nuevo entorno.

—¡Esta bien! Si eso quieres, voy a hacerlo, pero deja a la señora Jeon y a su nieto tranquilos —
Jimin se desgarró incluso la garganta al verse enredado en la trampa que su padre le había
tendido.

—Sabía que era solo cuestión de tiempo — Namjoon soltó suavemente la camiseta de aquel
chico, le acomodó en su lugar y bastamente mostró una sonrisa ante los ojos de Jeon Jungkook,
quien confundido miró a Jimin —. Uno de mis chicos vendrá por ti todos los días, él deberá de
enseñarte de la A hasta Z cómo es que debes de prepararte. Me siento orgulloso de ti Jimin.

El hombre se separó de ambos, y antes de girar sobre sus talones e irse, miró a Jimin, dejó una
suave palmada en su espalda y sonriente se retiró entonces.
—Hyung, no lo hagas por favor — Jungkook tomó la mano de Jimin y le jaló hacia la pequeña
alcoba donde él y su abuela dormían.

—Sabes que no puedo evadir esa responsabilidad Jungkook. Si no es este año, será el próximo y
así hasta que mi padre deje de responder con más de lo mismo — Jimin se sentó en la pequeña
cama de Jungkook, aquel solo le miraba sin nada que decir.

—Solo cuídese, no quiero perder a Hyung — Jungkook agachó la mirada dejando que la
nostalgia de la pérdida de su madre volviera en ese momento.

—Deja de llamarme formalmente Jungkook — para animarle y sacarlo de esa pequeña burbuja,
Jimin despeinó aquellos cabellos, tomó una almohada y la estampó justo contra su cuerpo.

—Ya~ Jimin — las risas comenzaron a llenar el eco del vacío — mejor dime cómo es él.

—¿Quién? — Jimin pensó un poco ante la pregunta tímida del menor, pero, Jungkook no emitió
mayor respuesta que un leve chasquido y por acto reflejo acarició su nuca demostrando lo
nervioso que estaba — ¡Oh! ¿Te refieres al chico que me gusta? Bueno, es atento, un poco
reservado, pero es cálido y más importante aún, me hace sentirme cálido.

—¿Cómo se llama ese chico Hyung, digo... Jimin? — los ojos brillosos de Jungkook se
perdieron en el techo de la habitación justo cuando se dejó caer en la cama para poder ser un
mejor oyente del relato.

—Se llama Yoongi y pronto vendrá a la ciudad.

Al menos por aquella tarde, Jimin y Jungkook habían pasado el rato perdidos en la felicidad de
los juegos de niños que solían tener. No se habían dado cuenta que ambos eran el escape del
otro.

༒𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑖𝑜𝑛 𝑑𝑒 𝐴𝑠𝑒𝑠𝑖𝑛𝑎𝑡𝑜༒
Jungkookie no podría ser el asesino, el está chiquito <3

Nos leemos el viernes :3

-Jen
04: Los reclutas llegan por hambre

11 de octubre de 2020 | 22:13 horas

Era solo el escritorio quien los dividía, el detective no apartaba ni un solo momento las acciones
y los gestos faciales que Jimin dejaba escapar con la producción de cada palabra de su historia
contada.

Jimin echó la espalda hacia el respaldo de la silla incomoda, estiró los brazos cansado y frotó
sus ojos, miró como el detective dejo un último sorbo a su café y después le miró a los labios
intentando de algún modo leer los pensamientos de aquel hombre que a su vez también le
examinaba.

—¿Cuándo vamos a terminar con esto? — Jimin pronunció cansado y fatigado por la charla que
solo removía sus sentimientos, parecía incluso que aquellos recuerdos habían desaparecido y
ese momento, justo en ese momento venían uno a uno a su cabeza, provocando que reviera el
momento exacto, los recuerdos venían uno a uno intentando llevarle atrás de todo lo sucedido,
queriendo evitar la desgracia en cadena que cayó sobre sus hombros — Esto es un mundo
donde nada se resuelve. Lo que yo te pueda decir, no servirá de nada ahora.

—Es cierto que tus padres no volverán si tú nos dices el nombre del asesino, sin embargo, esa
respuesta nos servirá para hacer justicia, así que nos iremos de aquí hasta que tu termines de
contarme el resto de la historia, la testigo principal, la persona que denunció al número de
emergencias el homicidio, Jeon Yuri mencionó que el señor Kim Namjoon siempre quiso que te
mezclaras en todo aquel negocio, la venta y la distribución del polvo blanco, ¿lo hiciste
realmente? — el detective miró los ojos de Jimin.
—¿Yo? Ni que estuviese loco detective — seguro de sus palabras, Jimin enfrentó aquel mirar
que le retaba —, los negocios de mi padre, fueron los negocios de mi padre, yo jamás me metí
en ello.

—Entonces me estás diciendo que el que te pusiera bajo la tutela de su mano derecha, dicho por
Yuri, ¿no ocurrió? — Jaehyun tomó entonces la foto de Hoseok, aquella que reposaba sobre el
escritorio, pero Jimin no desvió la mirada, permaneció con el mirar clavado en el mirar del
detective, no permitiría ser intimidado.

—No, yo no estuve debajo de la tutela de Hoseok — Jimin mostró una pequeña sonrisa, solo la
punta izquierda de sus labios se levantó, acto seguido, se relamió los labios y bajó los ojos en la
fotografía de Hoseok —. Solo le conocí porque un par de veces fue a casa, él siempre fue la
mano derecha de papá, por ello para mí, era costumbre verle...

3 de Marzo 2016

Los ojos de Jimin divagaron a su alrededor topándose por las hileras interminables de libros,
libros que solo eran un adorno a la oficina de su padre, aquellos no serían leídos por lo menos
en esta vida. Su padre, Namjoon, veía el monitor de la computadora frente a él, en su mano
izquierda un vaso de cristal con hielo y whisky, su mirar perdido en las ganancias que durante
los meses pasados había acumulado, de inmediato un suspiro de disgusto apareció.
—¡Ese maldito sigue dándome problemas! — Bebió de un solo trago el resto de aquel líquido,
Kim Namjoon limpió después sus labios y miró a Jimin — Tú serás el hombre que termine con
esto Jimin, confió en tu inteligencia y sé que podrás terminar con Kim Seokjin. Ese bastardo
sigue robándose mis clientes y tú vas a frenar ello a como dé lugar.

Jimin agachó su mirar y movió los pies pensando en algo bueno que decir, pero se vio salvado
cuando la puerta de la pequeña oficina se abrió dejando ver a Hoseok, un chico serio y
respetuoso, aquel miró a Kim Namjoon y después miró a Jimin de pies a cabeza, sin poder
evitarlo, soltó una risilla burlesca.

—¿Por qué sigues mirándome así? — Hoseok se acercó a Jimin y le dejó un golpecito en la
cabeza.

—¡Ah! Hoseok, llegas justo a tiempo, ven acércate — Namjoon se levantó de la silla acolchada
y se dispuso a llenar de nueva cuenta su vaso —, Seokjin no piensa quitarse del camino,
pareciera que sabe más de lo que debería, incluso estoy pensando que uno de los chicos le está
proporcionando información de los negocios que hemos llevado a cabo los últimos meses.

Hoseok se acercó con el ceño fruncido y observó el monitor, de inmediato negó con la cabeza
suavemente mostrando su desaprobación, acarició su nuca y se ergio mirando los ojos de su
respetado jefe.

—Ya le dije cuál podría ser la perfecta solución a sus problemas señor Kim, pero usted sigue
vacilando con dejarle vivir — aquel habló seguro buscando respuesta en el mirar de Kim, pero
él solo sonrió.
—Quiero su cabeza, pero antes quiero que vea como su imperio se cae a pedazos bajo mis
manos — Namjoon miró después a Jimin y suspiró —. Él es la pieza que nos hacía falta para
poder llegar a Seokjin, tienes que continuar enseñándole lo que sabes Hoseok, confió en ti,
ahora vete, tienes que ir con el infeliz de Wang, se ha retrasado con el pago, muéstrale que no
me gustan los retrasos.

Jimin se puso de pie y siguió a Hoseok que había salido casi disparado ante las ordenes de aquel
hombre. Subieron al auto y en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraban en medio de la
carretera dirigiéndose a la casa de Wang.

—¿Crees que mi padre tenga razón y haya un traidor? — Hoseok apretó el volante y arrugó el
entrecejo ante las palabras serias de Park.

—No lo sé Jimin, quizás haya un traidor de nuestro lado y si es esa la razón de que el negocio
de tu padre se venga abajo, entonces seré yo quien lo asesine.

Jimin observó en los ojos ajenos un vació profundo carente de emociones, esa actitud le
perturbaba, sus pensamientos divagaron en el porqué de su actuar, quizás había tomado esa
actitud a partir de todo lo que había transcurrido día a día desde que se veía infiltrado en este
bajo mundo, o solo él era así, de un carácter frío y perverso.

Park apoyó su mentón en la muñeca y recordó la primera vez que vio a Hoseok, fue cuando
Jimin recién había cumplido cuatro años, justo después de que la madre de Jungkook le dejara
abandonado en los brazos de la abuela Yuri, justo aquel día un niño vestido con harapos tocó la
puerta, ¿el motivo? El hambre. Jung Hoseok había sido presa del hambre y de los cambios del
tiempo, era solo un jovencito que se había quedado huérfano y al no tener la posibilidad de
conseguir un empleo por la carencia de edad, esa tarde se acercó a pedir algo de comida o la
cantidad mínima de efectivo que pudiesen brindarle. La situación pudo no ser así, si la abuelita
Yuri no tuviese en brazos un bebé de 1 año que no dejaba de llorar, probablemente Jung Hoseok
aquella tarde habría recibido una bolsa de comida y se marcharía, pero no fue de ese modo, al
estar ocupada Jeon Yuri, Kim Namjoon abrió la puerta y miró entonces a un niño sucio y
hambriento.

Las palabras de Kim fueron contundentes, Jung Hoseok tendría que pagar por su alimento, claro
que aquel no se negó, esa noche Hoseok durmió en la habitación contigua a la de Jimin, sin
saber que al día siguiente vería ante sus ojos el primero de muchos asesinatos.

—Jimin, despierta, llegamos — Hoseok zarandeó el hombro de Jimin quien se había perdido en
el recuerdo de un Hoseok muy distinto al que veía ahora —. No entiendo cómo es que el jefe
tiene esperanza en ti si tu solo eres demasiado torpe, mira cuanto tiempo llevo enseñándote y tu
no eres aún capaz de sujetar un arma.

—Lo siento — Jimin miró como Hoseok metió su arma en los pantalones, se acomodó las
prendas de ropa y bajó del auto dirigiéndose justo hacia la puerta, acto seguido comenzó a
golpear aquella.

—Por favor Jimin, no arruines esto, solo mira y aprende — la puerta se abrió mostrando el
rostro asustado de Wang, que como reflejo quiso cerrar la puerta, pero Hoseok no se lo permitió
poniendo como obstáculo uno de sus pies, con una de sus manos empujó con fuerza la puerta y
entró al lugar sacando la pistola que llevaba escondida —. Creo que es esa una clara respuesta a
la pregunta que aún no te hago, fue un grave error Jackson.

El hombre rubio cayó al suelo ante el fuerte empujón, cerró los ojos de inmediato y comenzó a
temblar, desde la puerta Jimin observaba como Hoseok se veía imponente, Hoseok no dudó ni
si quiera en apuntar justo a la pierna del chico.
—Por favor no me mates, le voy a pagar a tu jefe — Jackson observó los ojos de Jung Hoseok,
pero aquel mirar se mostraba vacío.

—Eso lo dijiste hace tres meses y al jefe no le gusta esperar — el pulgar de Hoseok quitó el
seguro del arma y sin rechistar ante las suplicas del rubio, disparó —. Considera esto como tu
última oportunidad, a la próxima no dejaré que mis labios pronuncien palabras, solo veré como
tu cabeza explota.

Jimin estaba temblando, solo pudo sentir como Hoseok le tomaba del brazo y le jalaba directo
al auto, no supo reaccionar, sus labios se quedaron secos, entró al auto sintiendo las piernas
temblar, ese sentimiento se repetía en cada uno de sus días.

—¿Por qué hiciste eso? — mencionó tembloroso.

—¿Crees que debí asesinarlo de una buena vez? — Hoseok se detuvo, la duda le hizo meditar la
situación — Creo que tienes razón, es casi imposible que ese imbécil pague lo que debe.

Jimin negó de inmediato y tomó la muñeca de Hoseok, le miró los ojos y con un tremendo
shock le pidió que condujera de nuevo, quería ir a casa y olvidarse se los persistentes gritos de
dolor que de aquella casa salían.

—Tu padre está planeando una fiesta para intentar ganar más clientes, es una fiesta temática, y
quiere que tú y yo nos encarguemos de los invitados. También es preciso mencionarte que
desde mañana tu llevaras un arma, harás lo que yo Jimin, ya es hora.
Hoseok dejó en las manos de Jimin el arma que minutos atrás había sido usada, introdujo las
llaves del auto y pronto se dirigió a los otros sitios donde tenía que cometer las mis acciones
que cometió dentro de la casa de Wang, Jimin miró el objeto y tragó saliva con dificultad al
saber que pronto el actuaria de la misma forma que su tutor, se sentía perturbado, ¿sería capaz él
de asesinar a alguien cuando solo le temblaban las piernas?

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05: La máscara que encubre a la sociedad

11 de octubre de 2020 | 23:20 horas

A medida que el relato avanzaba, el detective veía imposible que uno de los
sospechosos se viera por lo menos un poco más implicado en el asesinato, pues
solo había escuchado hablar de un chico huérfano criado por la cocinera de
aquella casa, una tierna anciana que solo velaba por el cuidado de Park Jimin y
claro está, de su nieto Jeon Jungkook. Y Hoseok un joven del que al parecer Jimin
no conocía, solo de vista, la esperanza de dar con el asesino se le estaba yendo de
las manos. Jaehyun miró a Jimin y con un suave movimiento de cabeza, preguntó.

—Jimin, ¿estás diciéndome la verdad? Jeon Yuri nos contó una serie de situaciones
que tu no has mencionado — preguntó acercándose a él intentado así intimidarlo,
pero Jimin solo asintió con despreocupación.

—Eso es lo único que sé, ¿en qué podría mentirle?, si no menciono lo mismo que
mencionó mi abuela, ¿quiere decir que estoy mintiendo? — le contestó la
interrogante con otra, estaba apoyándose en el escritorio imitando las acciones de
Jaehyun.

El detective, al ver como aquel joven le estaba retando, soltó un suspiro y


apoyándose en su intuición, jugó aquella carta que llevaba debajo de la manga,
aquella que a todas luces apuntaba a la verdad detrás de todas las incógnitas del
caso, la que llevaba por nombre, Min Yoongi.
—Entonces creo que es buena hora de que me cuentes la relación que tienes con
Min Yoongi — Jaehyun tomó una postura cómoda ante las palabras que de su boca
salieron, pues fue Jimin quien de inmediato se encontró nervioso.

—¿Min Yoongi? — Su mirar se vio brillante al recordar al chico de piel de


porcelana, una sonrisilla apareció y después miró al detective — Él es un asesino,
pero usted ya lo sabe, no sé que debería decirle entonces.

Miércoles 11 de mayo de 2016

Esa mañana como todas las anteriores Jimin se encontraba dentro del asiento de
copiloto en el auto de Hoseok, sus manos acariciaban el cuerpo de su arma y sus
ojos permanecían perdidos en el recorrido que sus dedos marcaban por el borde
de dicha silueta, después un suspiro salió de sus labios atrayendo de inmediato la
mirada curiosa de su acompañante.

—Y ahí está de nuevo el mismo suspiro de todos los días, Jimin por dios ¿quisieras
dejarte de estupideces? Estamos yendo a saldar cuentas ¿y tu solo estas perdido
en tus amoríos? — Hoseok negó una vez más y continuó concentrado en la
carretera.

—¿Acaso tu no te has enamorado Hoseok? — Jimin soltó otro suspiro y se dejó


caer sobre el asiento, cerró los ojos y una sonrisa apareció al instante.
—¿Qué pregunta es esa? En este tipo de negocios no se tiene permitido
enamorarse, se pierde tiempo, dinero y lo más importante, se pierde la cabeza por
el dichoso amor, ¿cómo te atreves a tan si quiera pensar que yo puedo perder el
tiempo en enamorarme? — las manos de Hoseok apretaron un poco más fuerte el
volante—. No sabes en lo que te estas metiendo Jimin, si tu padre se entera de
que estas enamorado te marcará la piel de por vida con algún golpe y si se entera
de que estas enamorado de un tipejo, créeme que me mandará a asesinarte y
pequeño, no desobedeceré a tu padre.

—Hoseok, ¿cómo puedes ser tan insensible con eso? — Jimin mostraba aún
aquella sonrisa tan esplendida — mejor date prisa que después de visitar al gran
hijo de puta de Jooheon, tenemos que terminar los estúpidos detalles de esa
maldita fiesta.

El alto contenido violento que había pasado frente a los ojos de Jimin había
logrado un impactante cambio en su perspectiva de vida, en su personalidad y en
su carácter, el pequeño ser inocente se había deshumanizado a tal grado que las
piernas le habían dejado de temblar a la hora de empuñar un arma, la violencia
cambia a las personas, la costumbre y la violencia son una pésima combinación
para las almas de aquellos corderos inocentes.

El auto se había detenido en un callejón detrás del edificio de departamentos que


se ubicaba a las afueras de la ciudad, Jimin bajó de inmediato, arrogante se
acomodó los cabellos y sin querer esperar a Hoseok se encaminó a la entrada de
aquel viejo establecimiento, subió al elevador y presionó el botón indicado, aquel
le llevaría al pequeño departamento del joven esclavo de la mercancía que
distribuía Kim, el elevador se detuvo exactamente en el piso número 4, una
sonrisilla adornó el rostro del joven de cabellos negros, tranquiló tocó la puerta
con el cañón del arma, aquel no abrió, a los minutos, Hoseok había llegado por el
mismo elevador.
—¿No va a abrir este imbécil? — Hoseok negó suavemente, era molesto para él
entrar a la fuerza — Bien, apártate Jimin, debo tirar esto.

—¿Esta vez tiraras la puerta de una sola patada o disparas a la cerradura? — Jimin
se alejó medianamente observando las acciones de Hoseok quien de inmediato
había tomado impulso para dar una patada certera a la puerta, pero, antes de
ejecutar la acción optó por disparar, de ese modo se evitaría el cansancio — ¿lo
ves? De ese modo es más fácil.

Después del disparo certero, Jimin empujó la puerta que ya se encontraba abierta,
entró de inmediato a la habitación, pero justo cuando su pie derecho había pisado
el suelo de aquel lugar pudo percibir un olor fétido, por eso elevó de inmediato su
mano para cubrir su rostro, hasta que su caminata le llevó a la pequeña sala donde
el olor se intensificó.

—¿Qué es esta mierda? — Hoseok preguntó cubriendo su nariz y boca con el ante
brazo.

—El cadáver de Joo, el bastardo está muerto — el cadáver de aquel chico se


encontraba tendido en el sofá, sus manos colgaban a ambos lados, justo donde en
el suelo un montón de pastillas adornaban su lecho.

—¿Nos ahorró el trabajo? — Hoseok echó un vistazo comprobando las palabras de


Jimin — será mejor que nos larguemos, no hay nada que hacer aquí, este imbécil
ya se esperaba esto, quiso ahorrarnos el trabajo, al menos debí avisarnos para
ahorrarnos el camino hasta aquí, vayámonos, tenemos que informarle al jefe.
Por donde habían entrado salieron solo para emprender una carrera hasta el
elevador, Jimin por su parte se encontraba irritado, pero Hoseok desprendía un
aura de cansancio.

—Será mejor que nos apresuremos con los últimos detalles de la fiesta, los
clientes de tu padre están reduciendo en números incalculables, Kim Seokjin está
expandiendo su negocio, tu padre debe de estar molesto por esta razón.

—Hoseok, ¿por qué idolatras de ese modo a mi padre? — Jimin preguntó una vez
que Hoseok terminó de soltar ese amplio suspiro cansado, aquella pregunta le hizo
mirar al más pequeño.

—No lo idolatro, solo me gano más su confianza Park — Jimin se quedó


estupefacto, no había entendido aquella frase simplona, quiso preguntar más
acerca de ello, pero el teléfono celular de Hoseok interrumpió sus acciones.

De regreso al auto Jimin esperó por Hoseok, aquel se había alejado de su


compañía solo para contestar dicha llamada, una llamada sospechosa, puesto que
Hoseok tenia la costumbre de responder a cada llamado frente a Jimin. Después
de unos minutos Hoseok regresó al auto, introdujo las llaves y encendió aquel.

—Tu padre me pidió un ultimo detalle para la fiesta, quiere que contratemos a un
florista.

—¿Un florista? ¿Para que un florista? — Jimin levantó una de sus cejas intentando
comprender lo que sucedía.
—Ya que tu padre quiere que en la fiesta nuevos clientes vengan, planea regalar a
sus invitados una caja de cristal con una flor de loto, en ella un gramo de cocaína
será escondido, de ese modo mostrará la mercancía que maneja.

Jimin guardó silencio, después de todo era su padre quien había dado la orden y
para ser sincero, la idea no sonaba para nada descabellada. Pronto el auto se
introdujo en la carretera, cuando los minutos pasaron el auto se detuvo entonces
en un establecimiento excéntrico, un lugar donde solo se vendían atuendos para
carnaval, con una pesadez incalculable ambos bajaron del auto.

—¿Aun no entiendo por que mi padre ha planeado todo este circo, ¿máscaras?
¿Es en serio? — Hoseok cansado de la torpeza de Jimin, dejó un leve golpecito en
la nuca de aquel.

—¡No puedo creer por qué tu padre quiere que seas tú el heredero habiendo
mejores candidatos como yo! — Hoseok recorrió el lugar observando las máscaras
valencianas y los antifaces con plumas que se encontraban en dicho lugar — los
invitados quieren asistir de forma anónima, no quieren ser reconocidos Jimin,
¿qué pensaría la sociedad si se entera que los altos gobernantes asisten a una
fiesta del señor Kim?
Jimin entendió entonces el poder de una mascará, era el escudo perfecto para
cometer las fechorías que muchos deseaban hacer pero que por cuidar su estatus
se obligaban a reprimir. Park se embelesó por un conjunto de máscaras
valencianas, tomó ambas y fue al mostrador para pagar aquellas, cuando la
compra estuvo hecha, salió de aquel lugar, entró al auto junto a Hoseok y con una
sonrisa miró por la ventana.

—¿Por qué has comprado dos?


—Por que Yoongi asistirá a la fiesta.

—¿Estás loco Jimin? Llevas menos de un año conociéndolo. Si tu padre se entera,


te matará.

—Tú mismo lo dijiste Hoseok, las personas quieren asistir en anonimato, si


aquellos peces gordos se escudan detrás de una máscara para cumplir actos
ilícitos, ¿por qué el amor no habría de esconderse debajo de una máscara?

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06: El amor apacigua incluso la más
grande violencia

Viernes 20 de mayo de 2016 | 19:00 pm

Las piernas frágiles de Park Jimin permanecían abiertas en aquel intento débil de sujetar la
cadera ajena, sus manos acariciaban los cabellos de aquel chico que con tantas ganas deseaba
tener justo en esas condiciones. Una manta fina cubría solo la espalda baja del cuerpo sobre él,
una estocada leve provocaba que el cuerpo de Jimin fuese zarandeado tenuemente haciendo que
sus cabellos se movieran en aquel vaivén suave. Sus labios fueron abiertos dejando escapar un
suave jadeo provocado por el placer que la cercanía ajena le provocaba. Una última embestida
había sido la detonante de un orgasmo en conjunto, Yoongi tomó en sus brazos aquel cuerpo
débil y tembloroso, lo atrajo a sus brazos justo como un acto romántico y cliché.

Quizás fue la falta de atención en casa o solo fue la falta de amor, pero Jimin estaba
perdidamente enamorado de un chico mayor que él, del cual no sabía mucho, solo su nombre y
su edad, Jimin había pasado por alto la información necesaria y solo se había dejado llevar por
los sentimientos que aquel provocaba en él, sentimientos que solo se intensificaron justo el día
en el que Yoongi apareció frente a sus ojos un jueves de agosto de 2015, de hecho, fue solo el
calzado de este individuo el que se mostró en primera instancia ante sus ojos, pues, Jimin estaba
tan nervioso que decidió esperar a su cita sentado en una banca del parque con los codos sobre
las rodillas y sus ojos clavados en el suelo. Su corazón se salió en el momento en el que le vio,
el aire resoplaba lo suficiente para mover los cabellos negros de aquel chico, dejando una
escena a todas luces preciosa. Jimin no necesitaba conocer más allá de lo que sabía justo en
aquel momento, solo necesitaba amar y ser amado, incluso si su personalidad había cambiado
considerablemente al pasar de los días era Yoongi quien le atraía de nuevo a un mundo lleno de
compasión y ternura donde podía sentirse humano.

—Es precioso tenerte de este modo Yoongi, no quiero separarme de ti — el menor se recostó
sobre el pecho lechoso de su amante y dejó que sus ojos se cerrarán para disfrutar puramente de
aquel perfume que la piel de Yoongi desprendía.

—¿Todavía no te resignas a mi partida Jiminie? — Yoongi pronunció aquellas palabras en un


amplio suspiro, era su diestra la que aferraba el pequeño cuerpo de Jimin a su abrazó, su mano
le tomaba con la fuerza suficiente del hombro delicado de Jimin — Mañana me voy de regreso
a mi ciudad natal.
—El tiempo juntos transcurrió de verdad rápido, no quiero que me dejes solo de nuevo Yoonie,
los cambios en mi vida son inmensurables que no podré ser lo que fui y lo que soy si no te
tengo a mi lado — un beso cargado de amor fue plantado en los labios húmedos del mayor.

—Lo sé, pero anda arriba que ya es hora de irnos, la fiesta va a comenzar— el pelinegro se
separó dolosamente del menor —. ¿Estás seguro que puedo ir? No quiero causarte algún tipo de
problema con tu padre.

—Eso es un hecho Yoongi, así que vamos a la ducha que la fiesta pronto comenzará y no
queremos llegar tarde.

Entre minutos y apariencias, ambos terminaron de vestirse, el atuendo de Jimin recaía en el


porte elegante de un esmoquin negro aterciopelado, por su parte Yoongi portaba un traje con
tonos grises, modesto pero elegante. La sonrisa de aquel par de enamorados iluminó sus rostros
cuando se observaron mutuamente, un sonrojo invadió las mejillas de Jimin que astutamente
cubrió de inmediato con el pretexto de probar la máscara valenciana de tonos dorados, pero,
justo en aquel instante Yoongi aprovechó para tomar del cajón del buró junto a su cama, aquella
arma de un calibre de por lo menos 9 milímetros, la pequeña pistola de bolsillo fue escondida de
inmediato en la cintura de su pantalón, ese día, era el día.

—Yoongi, toma, esta es la mascara que he comprado para ti — Jimin extendió la máscara a las
manos pálidas que aún se encontraban entretenidas ajustando sus ropas.

—Pero si casi es igual a la tuya Jimin, incluso podrían confundirnos — Yoongi observó su
máscara solo por segundos antes de colocarla.

—No seas quejumbroso y mejor salgamos ahora.

Después de salir del apartamento de Yoongi, aquel par se dirigió a la casa de Jimin, el caminar
había sido silencioso en realidad, solo los ruidos externos podían escucharse, hasta que por fin
el enorme portón de la casa de Jimin podía vislumbrarse, autos elegantes, luces y bullicio eran
parte de aquel nuevo entorno.

Cuando ambos lograron perpetrar en el salón principal fueron inmediatamente persuadidos por
los meseros que al igual que los invitados llevaban en sus rostros antifaces característicos,
Yoongi tomó de las bandejas una copa de champagne mientras que Jimin solo se negó.

—Jimin, este lugar es demasiado grande, ¿estás seguro que tu padre se encuentra aquí? —
Yoongi pronunció cerca del oído de Jimin, quien como respuesta a su cuestión solo había
asentido.

—Ummh, quizás aún no se encuentre entre nosotros, debe de estar en su oficina, siempre está
ahí adentro.

—¿Su oficina? ¿Así que incluso tu mansión tiene entre sus puertas una oficina? Tu padre debe
de trabajar mucho para tener una oficina en su propia casa — Jimin tomó la mano de Yoongi y
le llevó consigo al jardín trasero, aquel donde la pequeña alcoba de Jeon se encontraba — ¿A
dónde vamos?

—Creo que es necesario que te cuente esto, tenemos más de medio año conociéndonos y me
parece justo decirte a qué se dedica mi familia, no había querido mencionarte esto por miedo a
que me dejes, pero es hora de hacerlo — Jimin tomó la mano ajena con la zurda mientras que
con la diestra se despojó de su preciosa mascara —. Mi padre es Kim Namjoon, uno de los
mayores exponentes del narcotráfico en el país, por ello su oficina está en nuestra casa, yo...

—¿Tu? — Yoongi apretó el agarre mostrando aun su aprecio hacia el menor.

—Yo estoy siguiendo sus pasos y quizás mi padre esté justo ahora en el segundo piso junto a
Hoseok intentando dar un discurso sobre cómo su hijo continuará con esto, de ese modo la
gente importante que asistió a esta fiesta quedará informada de quien será el nuevo jefe.

—Todos tenemos cosas que ocultar Jimin, tus palabras no me harán cambiar lo que he dicho y
lo que hemos hecho durante este tiempo — Jimin observó los ojos felinos de aquel chico entre
los huecos de la máscara, sonrió tímido ante los ojos seductores y esa voz apacible que el mayor
le brindaba y antes de pronunciar cualquier cosa, una voz peculiar llamó su atención.

—¿Señor Park, es usted? — Jungkook salía de la pequeña habitación arreglando sus pantalones.

—¿Jungkook? — Jimin soltó el agarre del mayor solo para dirigirse hacia el menor — ¿qué
estás haciendo aquí?

—Vine al baño, su padre me ha pedido ser parte del personal de meseros, así que debo de usar
este uniforme y este molesto antifaz — Jungkook terminó de arreglar su ropa y miró entonces
detrás de Jimin —. Pero, señor Park ¿qué está haciendo usted aquí? Debería de estar dentro, su
madre le estaba buscando.

—Deja de llamarme de ese modo, tu sabes que eso me molesta, además buscaba un respiro del
bullicio de ahí dentro — Jungkook desvió su mirar de aquel chico enmascarado y solo pudo
asentir.

—De acuerdo Hyung, pero ya que está aquí podría acompañarme dentro de mi habitación, hay
algo que me gustaría mostrarle — con miradas cómplices Jungkook le comunicó al mayor que
necesitaba hablar con él de forma inmediata, Jimin no le hizo esperar, asintió casi de inmediato,
pero al recordar la presencia de Yoongi solo pudo mirarle.

—Puedes ir Jimin, yo estaré dentro del salón en la espera por ti, además, mi copa está vacía —
Yoongi mostró una reverencia hacía ambos chicos, aunado a ello dedicó una sonrisa que fue
escondida por la máscara, a los segundos se giró para dejar que el menor se marchara con un
Jeon impaciente, después de todo, Yoongi tenía otras cosas que hacer, como por ejemplo, visitar
el segundo piso de aquella mansión.
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07: ¿Qué le da pie a la venganza?

Viernes 20 de mayo de 2016 | 22:43 horas

El paliducho logró colarse entre la gente, sabía bien como escabullirse entre los
individuos, en su cabeza solo aparecía aquel objetivo que desde hacía meses había
estado planeando, justo era esa noche que por fin su plan sería consumido por la
sangre derramada de Kim Namjoon.

Sus pasos avanzaron por lo largo de aquellas escaleras de madera, nadie notó su
presencia, todo aquel bullicio permanecía extasiado con los aperitivos y con la
música que salía de los altos parlantes, mientras que su caminar le llevaba al
segundo piso pudo recordar cómo es que sus acciones lo habían llevado hasta ese
momento y cómo es que en ese momento se sentía miserable, incluso dudaba ahora
de cometer lo que tanto ansiaba, la misión de vida de Yoongi era paradójicamente,
arrebatarle la vida a sujetos como Kim Namjoon.

18 Enero de 2015
—Espero que esta vez seas puntal y no te demores tanto como la última vez,
tardaste demasiado en traerme la cabeza del maldito de Lee Jaehwan — el hombre
imponente permanecía de espaldas sentado en su sillón rojo aterciopelado, solo el
humo de un puro podía verse mientras Yoongi esperaba frente a él con la mirada
fría e impasible.

—Todo dependerá de que tan rápido reciba mi paga señor Kim Seokjin.

—¿El dinero siempre ha sido lo único que te importa, no es así Min? — Kim se
había dado la vuelta, su mano diestra se posó sobre el folder amarillo que
descansaba sobre su escritorio, lo deslizó frente a Yoongi y acto seguido dejó otra
calada — Te daré lo que me pides, siempre y cuando me traigas la cabeza de ese
hijo de puta.

—Entonces déjeme ver de quién se trata — Yoongi tomó entre sus manos el sobre,
lo abrió sigiloso y sacó de aquel un par de fotografías donde se mostraba a la esposa
y al hijo de aquel pobre desgraciado —, Kim Namjoon 40 años de edad, vive con
Park Suni de 30 años de edad y su hijo, Park Jimin de 19 años de edad, todos
residen en una lujosa mansión en una zona adinerada de Seúl, hace falta
información pero, descuide que seré yo quien la consiga.

—Me parece muy atinado lo que estás diciendo, así que vete de aquí... y Min,
espero que sepas que si no tengo la cabeza de Kim Namjoon en mis manos, será la
tuya la que adorne mi repisa.

—Será pan comido, no se preocupe señor.


Viernes 20 de mayo de 2016 | 23:37 horas

El plan del pálido había dado frutos después de acercarse a Jimin por medio de una
popular red social, de otro modo, no habría tenido la misma suerte para acercarse a
Kim Namjoon, por esa razón se sentía miserable, su plan había tenido un enorme
error, jamás creyó que el chiquillo de ojos inocentes le cautivaría el corazón y la
piel con aquella pasión. Sus pies le habían llevado justo en ese momento al segundo
piso de la mansión, cauteloso se paró frente a la última puerta de aquel enorme
pasillo y justo como lo hizo con la serie de puertas anteriores, dejó que su oreja se
acercara al marco de esta para poder detectar algún tipo de sonido que le indicara
que su presa se encontraba dentro. Esta vez su acción repetida no había sido en
vano, pues efectivamente había obtenido lo que buscaba, escuchó dentro de esa
habitación el delicado sonido de cómo un vaso de cristal había sido dejado sobre
algún tipo de estructura de vidrio, por ello el sonido había logrado escapar entre
aquella madera de caoba. Min no lo pensó, sacó el arma que llevaba escondida e
irrumpió dentro de la oficina de Kim Namjoon.

La sorpresa invadió el cuerpo de dicho sujeto quien de inmediato le observó,


parecía que sus ojos buscaban hacer contacto con el joven enmascarado, este último
no se inmutó por la mirada fría y directa de aquel hombre, cuando Min cerró la
puerta tras de sí apuntó con el arma la cabeza de Namjoon.
—¿Qué hace usted aquí? — Namjoon reposó la espalda en el asiento —, déjeme
adivinar, ¿se perdió buscando el baño?

—Guarda silencio si no quieres que te vuele la tapa de los sesos.

—Mi amigo, creo que se está alterando, ¿por qué no toma asiento y me cuenta con
tranquilidad quién carajo es usted?

—No te interesa saber mi nombre, lo único que debes de saber es que Seokjin me
envió a buscarte, te he encontrado así que debo llevarme tu cabeza.

—Yo creo que eso no podrá suceder — en un movimiento astuto, Namjoon sacó de
su cintura el revolver con cacha de madera que solía llevar consigo, apuntó a Min
manteniendo en su rostro una sonrisa — si yo fuera tú, no lo haría, mira el calibre
que llevas tú y mira el que porto yo, dime, ¿quién saldría perdiendo esta batalla?

—Yo no me confiaría tanto, después de todo soy yo quien encontró el escondrijo de


una rata como tú, será mejor que bajes el arma a menos que quieras causar un
alboroto en tu patética fiesta — Yoongi se quitó la máscara que cubría su rostro, al
encontrarse expuesto ante Namjoon mantuvo su postura.

—No puedo creer la ineptitud de Seokjin, mira que contratar a un payaso como tú,
de verdad esperaba algo mejor de parte de Jin, ¿en serio crees que puedes
asesinarme estando en mi casa y con una pistola de bolsillo? — Namjoon se levantó
de su silla, tomó el vaso de cristal y bebió de su trago con total tranquilidad.

Yoongi relajó su postura, mostró una sonrisa burlona, sus pies se movieron dentro
de aquella habitación buscando algún punto estratégico para cumplir su cometido y
poder escapar de ese modo de la mejor forma posible. Fue así que Yoongi se
acomodó justo a un lado de la puerta, su diestra aun apuntaba a la frente de
Namjoon.

—Ya que esas son tus últimas palabras, no me queda más que decirte adiós — Min
presionó el gatillo del arma que portaba, sus ojos se cerraron por microsegundos en
la espera de cumplir sus objetivos.

El tiro habría sido perfecto, pero los segundos le habían jugado una pasada, si no se
habría detenido para alardear, la bala habría impactado justo en medio de los ojos
de Namjoon, pero al perder tiempo no se percató de que alguien se había acercado a
la oficina de Namjoon, ese alguien era Hoseok quien abrió la puerta logrando de ese
modo que la concentración en el tiro de Min se desviara unos cuantos centímetros,
la bala entonces se clavó en el hombro derecho del hombre. El dolor no era ajeno en
Kim, pues a lo largo de su vida había recibido una cantidad desmesurada de
impactos de bala, la costumbre a ellos le había hecho parecer un roble ante el mal
disparo de Min, pero Namjoon no se quedó atrás, consecuente al disparo de la
pequeña pistola de bolsillo de Min, Kim disparó su revolver, pero esta segunda bala
si fue certera, puesto que había dado a parar a la pierna del asesino.

-¿Qué mierda? - Hoseok había sido empujado de la puerta por un Yoongi herido
que buscaba una ruta de escape.
—No te quedes ahí Jung, ¡tráeme a ese mal nacido ahora! — el grito de Namjoon
resonó en Hoseok, sus ojos solo pudieron ver por última vez a un Namjoon tirado
sobre su silla sujetando con fuerza su hombro, la reacción de Hoseok fue tardía,
pues por su cabeza se cruzó por un instante la pregunta del qué sucedería si su jefe
moría en ese instante.

—S-si jefe — Hoseok aturdido sacó la pistola que llevaba en el bolsillo de su saco,
giró sobre sus pies y comenzó una caminata detrás de aquel pequeño rastro de
sangre.

Yoongi corrió, sus manos se apoyaron del barandal de las escaleras, después se
apoyó de las paredes, pero su estado había pasado desapercibido por los individuos
que se encontraban en la diversión nata que les brindaba el polvillo blanco. Hoseok
se detuvo justo en la cima de las escaleras, su objetivo se encontraba frente a sus
ojos, el joven había chocado con una mujer de vestido rojo y de plumas enormes,
aquella mujer sostuvo por un par de segundos al chico que jadeaba por el dolor
causado en su pierna, Hoseok no esperó más, de inmediato hizo detonar el arma, la
bala se impactó justo en la pared que detenia a la mujer y a Yoongi, este disparo
fallido solo causó que los gritos y la gente se dispersaran haciendo más difícil la
captura de Yoongi.

El pálido corrió hacia el jardín trasero mientras que Hoseok bajaba las escaleras con
total confianza sin bajar el cañón de su pistola y sin alejar el dedo índice del gatillo,
preparado en todo momento para disparar en una próxima ocasión.
Dentro de la alcoba de los Jeon, Jimin y Jungkook terminaban la charla que habían
iniciado a causa de la enorme duda del menor sobre el chico del que estaba
enamorado su mayor, pues a pesar del tiempo que Jimin y Yoongi tenían de
conocerse, Jimin no le había presentado formalmente a Jungkook lo cual provocó
incertidumbre y enojo por parte del menor, sin embargo, esas risas nerviosas fueron
arrebatadas por los gritos que se escucharon fuera de aquel pequeño escondite, de
inmediato Jimin salió en busca de respuestas, pero su corazón se oprimió cuando
vio a Yoongi correr hacia él con una herida de bala en su pierna.

—¿Yoongi qué sucedió? — Jimin corrió hacía él para brindarle apoyo, le sujetó de
la cintura para que el mayor no se esforzara demasiado — Jungkook, ¡ayúdame!

—No puedo explicarte ahora Park, solo ayúdame a escapar — Yoongi se apoyó del
hombro del menor.

Un último disparo se escuchó, la bala encontró su lugar en el pasto cerca de Jimin


quien aún cubierto por la máscara observó como Hoseok les observaba, aquel no
bajó el arma y solo se abstuvo de mirar como dos chicos cubiertos por mascaras
sacaban a Yoongi por la puerta del jardín trasero correspondiente a aquella
mansión. El asesino había perpetrado aquella residencia con ayuda de dos
malhechores más, esa era la excusa perfecta para mencionarle al jefe que el chico
enmascarado había escapado o eso pasó por el pensamiento efímero del chico que
aún con el arma permanecía apuntándolos.

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08: Gajes del oficio

12 de octubre de 2020 | 1:05 horas

El detective miraba las fotografías con detenimiento, tras escuchar un poco de la


relación de Jimin con aquel sujeto solo pudo confundirse más de lo que estaba en un
inició, sus dedos deslizaron frente a su rostro las fotografías de los sujetos que ya
habían sido expuestos, colocó en la amplitud del escritorio las fotografías de Park
Suni y Kim Namjoon, las fotografías de Jeon Yuri, Jeon Jungkook y Hoseok habían
sido dejadas a un lado quizás creyendo en la vana idea de que aquellos no eran del
todo culpables.

—¿Yoongi asesinó a tus padres Jimin? — el nombrado solo pudo mirar al detective
a los ojos, sonrió apacible antes de levantar sus hombros.

—Yo no lo sé detective — Jaehyun soltó un suspiro, tomó las fotografías de


aquellos tres, las observó y después observó a Jimin de nuevo.

—Si no confiesas esta noche, ordenaré que se emita una orden de aprensión contra
Jeon Yuri y Jeon Jungkook — Jimin no pudo dejar escapar un suspiro, rodó los ojos
y negó.

—¿Qué intenta hacer? ¿Está amenazándome? — el interrogado colocó sus manos


sobre el escritorio — Ya he hablado mucho con usted incluso sin tener a mi
abogado aquí, ¿no creé que he sido muy cooperativo con el caso? Usted está
violando mis derechos, será mejor que no se pase de listo conmigo detective Jae.
—Y agradezco tu cooperación, pero es necesario que dejes de divagar y hables de
lo que sabes Jimin — Jaehyun mostraba el cansancio de noches previas, intentando
llevar esta historia a su fin, tomó la fotografía de Seokjin y la colocó frente a los
ojos de Jimin cubriendo de ese modo la mirada profunda y vacía del chico que tenía
frente a él.

—¿Kim Seokjin? No sé por dónde podría comenzar — Park le arrebató la fotografía


al detective y con pereza se recargó en aquella silla — ¿qué es lo que quiere saber
exactamente de Seokjin?

—¿Por qué razón Seokjin buscaba la muerte de tu padre, es acaso que el principal
motivo fue por la interminable lucha por el territorio y cuestiones de los negocios
que ambos llevaban a cabo? — Cansado del asiento, Jaehyun se levantó para estirar
sus piernas, caminó de un lado a otro sin apartar la mirada de Jimin.

—No fue precisamente ese motivo detective, mi padre fue quien inició la guerra
con Seokjin, hay un pequeño secreto que ocultó mi padre hasta sus 45 años, es
decir, hasta su muerte señor...

Sábado 21 de mayo de 2015 | 3:00 horas

Esa madrugada Yoongi llegó a su departamento con la ayuda de Jimin y Jungkook,


ambos se habían encargado de sostener el cuerpo del pálido el cual se podía decir
estaba tan aturdido como aquel par que le ayudó sin objeción.
—Yoongi, esto no está bien, debemos de ir a un hospital, la fiebre está subiendo —
Jimin sostuvo la mano helada de Yoongi cuando este se encontraba ya reposando
sobre el sofá de la sala.

—De ninguna manera Park, eso no es posible, mejor trae hielo y el botiquín que
está en el baño — el paliducho de piel empapada por sudor pronunció manteniendo
aun aquella mueca de dolor que le causaba la herida.

—¡H-hyung... Hyung! Su pierna sigue sangrando — Jungkook observó el agujero


en la piel de aquel.

—Por favor Jungkook, necesito que traigas una tolla, deben de estar en la
habitación de arriba — el nombrado corrió de inmediato a la habitación del segundo
piso, se dirigió mecánicamente hacia el armario, abrió las puertas de madera y
comenzó a buscar entre las prendes del mayor, su desesperación le llevó a tirar sin
querer un folder blanco que al caer una serie de fotografías se esparcieron por todo
el piso, perdiendo tiempo, se inclinó ante ellas para poder ver de cerca las siluetas
que en dichas fotografías aparecían, su ceño se arrugó cuando se dio cuenta de que
en ellas aparecía la familia entera de Jimin.

—¡Jungkook por favor date prisa! — Jimin gritó con desespero.

—Ya lo tengo Hyung, ya voy — con velocidad juntó aquella serie de fotografías,
las dejó de nuevo dentro del folder y entonces tomó una toalla, acto seguido corrió
de vuelta a donde era requerido.

—Por favor Jungkook haz presión en la herida, debemos de lograr que la


hemorragia se detenga.

—Este chiquillo debería de irse — el pálido miró a Jungkook a los ojos obteniendo
de vuelta el mismo gesto.
—No pienso irme y dejar a Jimin Hyung solo con usted, nada me asegura que
Hyung esté a salvo con usted — la respuesta del menor atrajo los ojos incrédulos y
confusos de Jimin.

—¿A qué te refieres Jungkook? Yoongi no es cualquiera, estoy a salvo con él —


Jimin dejó sobre la frente de Yoongi un paño húmedo, miró el rostro de aquel y
entonces acarició su mejilla.

— A esto me refiero — Jungkook tomó la fotografía que había llevado consigo, se


la mostró a su respetado Hyung y regresó su mirar al chico de los cabellos negros.

—¿Qué es esto? —Jimin tomó la fotografía que mostraba en ella a un chico un poco
más joven junto a sus padres, era Jimin y su pequeña familia hacía años atrás —
¿por qué Jungkook encontró esto Yoongi?

—¿Recuerdas que te dije que todos ocultamos cosas Jimin? — el pálido mencionó
con los ojos cerrados, tomó la mano del menor y un suspiro salió — bueno, te he
ocultado cientos de cosas todo este tiempo.

Jimin se sentó a su lado aun manteniendo el agarre ajeno, intentó confortar al mayor
justo como aquel lo había hecho cuando Park había confesado la verdad de su
familia, por su parte Jungkook permaneció ejerciendo presión en la pierna de aquel
chico, además, se encontraba atento al agarre de manos de ambos chicos, de pronto
una mueca apareció en sus labios.

—Yo supe todo este tiempo a que se dedicaba tu padre, Kim Seokjin me lo dijo, por
años mantuvo una estrecha relación con uno de los trabajadores de tu padre, por ello
tengo esta fotografía.
—¿Kim Seokjin? ¿Te refieres a Kim Seokjin? — Park arrugó su entrecejo incrédulo
de aquellas palabras.

—Si, el enemigo de tu padre, el disparo que llevo en la pierna fue a causa de tu


padre al darse cuenta que yo fui enviado por Seokjin para asesinarlo — Yoongi
abrió los ojos esta vez y buscó con ellos el rostro de Jimin — siempre te dije que
había llegado a Seúl por asuntos de mi trabajo, ahora sabes a que me refería con
ello.

—¿Seokjin te envió a asesinar a mi padre? — Jimin preguntó aun incrédulo — ¿por


qué? Seokjin está teniendo mayor expansión dentro de nuestro territorio.

—No es solo por negocios Jimin, tu padre alguna vez fue amigo de Seok, bueno,
fue mucho más que un amigo cercano, fueron una pareja antes de que tu padre
traicionara a mi jefe, Namjoon huyó con una prostituta de 15 años y más de la mitad
de toda la fortuna de Seokjin — los labios resecos de Yoongi comenzaban a
partirse, en intentos vanos de humectarlos Yoongi relamió aquellos, soltó un jadeo
y miró a Jungkook esta vez —. La ira de mi jefe incrementó cuando la prostituta dio
a luz a un pequeño niño, un pequeño bastardo, es así como Seok se refiere, desde
ese entonces, Seokjin ha buscado la manera de recuperar su honor, fui enviado para
asesinar a Namjoon, pero tuve que investigar un poco más acerca de sus
movimientos.

—¿Y por ello te acercaste a mí? — Jimin soltó el agarre de Yoongi, sacó del saco
del mayor la pequeña pistola de bolsillo y en cuestión de segundos apuntó con ella
la cabeza de Min, lleno de frustración observó a su amado.
—Hyung por favor baje el arma, no haga algo de lo que se arrepienta — Jungkook
de inmediato intervino, pero fue ignorado por la rabia que invadió en ese momento
su cuerpo.

—Si, eras el único medio — Jimin posó su dedo índice en el gatillo dispuesto a
disparar y asesinarlo en ese preciso momento —, pero me enamoré de ti, lo sabes
Jimin, Hoseok lo sabe.

—¿Qué? ¿a quién mencionaste? — Jimin apartó el arma de la cabeza de Yoongi,


tomó del mentón al mayor y le obligó a mirarle.

—Hoseok, es él quien está filtrando información a Seokjin, por esa razón me ha


dejado escapar, ¿creíste realmente que un pistolero como Hoseok podría fallar cinco
tiros? Jimin, Hoseok también busca la cabeza de tu padre.

Jimin sorbió la nariz, limpió con su muñeca su rostro y observó a Yoongi, si bien lo
que había escuchado le había dejado perturbado, no se sorprendía del todo, todo
aquello solo eran gajes del oficio.

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09: La recompensa como fruto de tu
trabajo

12 de octubre de 2020 | 2:15 horas

El relato que escuchó Jaehyun esta vez gracias a Jimin le esclareció un poco más la
difícil circunstancia, Namjoon había traicionado a Seokjin, ese había sido el motivo
principal para ir tras su cabeza, sin embargo, gracias a sus investigaciones previas
del caso pudo sonreír ladino al ver una foto de la cual Jimin no había hecho
mención, una fotografía que quizás podría poner en duda todo lo dicho por parte
del interrogado.

—Entonces Park Jimin, haciendo un breve recuento de tu testimonio afirmas que


tus padres, Kim Namjoon y Park Suni independientemente de los negocios
familiares, te inculcaron buenos valores y gracias a ello la relación con los Jeon fue
amena, tus padres se encargaron de proteger a Jeon Jungkook y a Jeon Yuri, Kim
Seokjin pasa a ser el principal sospechoso en este caso puesto que a partir de la
traición por parte de Kim Namjoon, Seokjin estando lleno de ira envía a Min
Yoongi para asesinar a tus padres, y Hoseok siendo la mano derecha de tu padre lo
frecuentabas constantemente, pero jamás tuviste algún tipo de relación. ¿Es así?

—Si, efectivamente señor Jaehyun — Jimin colocó sus manos debajo de su


mentón, observó al detective y entonces le sonrió cautivador.

—Sin embargo, te olvidaste de Kim Taehyung, ¿quién es él? — Jimin miró la


cajetilla de cigarrillos y formó un puchero antes de rascar su nariz y observar de
nueva cuenta al detective.
—Se lo contaré si me deja fumar un cigarrillo — Jaehyun negó de inmediato, se
cruzó de brazos y guardó total silencio para escuchar a Jimin.

—De acuerdo detective, Kim Taehyung... ¿cómo describirlo? — Jimin lo pensó por
un momento — oh si... es un hijo de puta, intentó asesinar a Min Yoongi.

4 de Junio de 2016

La herida de Yoongi se había infectado por no tener los cuidados necesarios, no


podía salir de su escondite lo que implicaba que no podía regresar a su ciudad
natal y de ese modo rendir cuentas a Seokjin, no había manera de que Yoongi
pudiera decirle a su jefe sobre su inminente fallo, eso le costaría la cabeza, por su
parte, Jimin había regresado a su hogar, su padre estaba alterado desde el día en
que se llevó a cabo la fiesta, además de llevar vendas en su hombro Namjoon se
encontraba molesto por las acciones que había tomado Seokjin, se sentía
presionado, sentía como poco a poco se encontraba acorralado como una rata,
justo como aquel asesino le había escupido antes de dispararle, por esa razón
envió a un grupo de sus mejores hombres liderado por Hoseok para buscar al
asesino que aquella noche perpetró su hogar.

—Hoseok, quiero que me traigas al maldito que entro aquí, a él y a los bastardos
que le ayudaron a escapar, no puedo creer que se te haya ido de las manos —
Namjoon bebió de golpe el licor que en su vaso reposaba —, no sé qué te sucede,
cada vez más eres un inútil.
—Le traeré la cabeza de ese maldito mi señor — Hoseok mantuvo la mirada
clavada en la punta de sus pies, de inmediato dirigió un gesto a Jimin y ambos
salieron de la casa.

Hoseok se mostraba irritado e incomodo cerca de Jimin, no dirigió la palabra en los


días posteriores a la fiesta, incluso no era capaz de molestarle como normalmente
lo hacía, solo se encargaba de conducir directo a los lugares marcados en su lista
para poder cobrar la mercancía que anteriormente se había adquirido.

—Hoseok, ¿desde cuándo eres tú el maldito soplón de Seokjin? — el menor


desenfundó el arma que llevaba guardaba en la cintura, apuntó directamente la
sien de Hoseok mientras aquel mantenía sus manos apretando el volante.

—Ni si quiera le has quitado el seguro Jimin, no puedes disparar el arma que
portas, idiota — Hoseok soltó una risa sarcástica —. Ese es mi asunto, no te
incumbe.

—Me incumbe porque es mi padre, el hombre que te dio cobijo cuando lo


necesitaste — el menor quitó esta vez el seguro, empujó el cañón del arma sobre
la sien de Hoseok y esperó por respuestas.

—¿A qué costo fue, Jimin? ¿Condenar mi alma? — Jung orilló el auto. La presión
en sus manos se intensificó provocando que sus nudillos se tornaran blanquecinos
—. Por más que yo lo deseé, no puedo salirme de esto, estoy condenado, el único
modo factible para salir es estar muerto. Tu padre se aprovechó del hambre que
tuve, ¿crees que puedo perdonar una cosa así? Viví bajo sus amenazas al negarme
a los primeros trabajos.
—¿Por qué irte con Seokjin? — Jimin colocó de nuevo el seguro, bajó el cañón y
observó al mayor.

—Tu padre es poderoso, para terminar con él es preciso aliarse a otro pez igual de
gordo, créeme Jimin, no soy el único que odia a tu padre, ¿no te has dado cuenta
como incluso el nieto de la sirvienta le observa desde lejos? — Hoseok miró a Jimin
a los ojos — soy testigo de todas las humillaciones que ese chico y la sirvienta han
llevado, todos odiamos a tu padre, incluso tu lo haces, lo odias tanto como yo.

—No es así...

—Si que lo es y más ahora que sabes que está cazando a Min Yoongi y a los dos
imbéciles que le ayudaron a escapar, aquel par de imbéciles son tu y el hijo de la
sirvienta, ¿qué harás ante ello Park Jimin? ¿Esconderte como una rata, como
sueles hacerlo?

Hoseok giró de nueva cuenta las llaves, estas encendieron de nuevo el motor del
auto, volvió entonces a la carretera dejando a Jimin perturbado sin saber que
hacer, el silencio solo era parte de aquel ser marchito por el paso del tiempo. A los
minutos, Hoseok entró a un callejón lejos del territorio de Kim, Jimin por supuesto
de inmediato se percató de ello, así que observó como Hoseok bajaba del auto,
Jimin hizo lo mismo, fue detrás de los pasos de Jung.

—¿Qué hacemos aquí?

—Cállate, guarda silencio y no hagas preguntas — de las sombras emergió un


chico alto, delgado y de cabellos castaños, al salir de aquel escondite miró a
Hoseok, le sonrió provocativo pero aquella aura se vino abajo cuando el chico
observó a Park Jimin.

—¿Qué mierda hace el hijo de Kim Namjoon aquí? ¿De qué se trata todo esto
Hoseok? — el chico llevó su mano justo al interior de su chaqueta donde
seguramente un arma de fuego se encontraba escondida.

—Relájate que Park está de nuestro lado — el chico alto observó el rostro de
Jimin, bajó las manos y observó confundido a Hoseok —, bueno Jimin, te presento
a Kim Taehyung, el hijo de Kim Seokjin.

—Dejemos las presentaciones para después, ya déjame saber que fue lo que
sucedió, mi padre está realmente ansioso por saber si Min cumplió con su trabajo.

El rostro de Jimin se deformó en la confusión nata de la circunstancia de aquel


momento, sus ojos iban de un lado a otro, observando como las voces de
Taehyung y de Hoseok tomaban su turno para comunicarse, por un momento vino
a la mente todo lo que su padre le enseñó, el odio directo hacia Kim Seokjin, quizás
vio como buena opción sacar el arma que llevaba a todos lados, podría incluso
apuntar a Kim Taehyung para asesinarlo a sangre fría solo para continuar con
Hoseok, el soplón que traicionó a su padre, de ese modo la aprobación por parte
de Kim Namjoon sería estratosférica, pero ese plan se vino abajo cuando recordó
que Hoseok dejó que se marchara Yoongi aunado con el encubrimiento de la
identidad de Jungkook y la propia, no podía traicionar a Hoseok de esa forma.

—Yoongi falló con su misión, Kim Namjoon sigue vivo y no solo eso, jura que va a
asesinar a Seokjin lo más pronto posible, dejó a mi tutela a un grupo de hombres
para ir detrás de Min Yoongi y después detrás de tu padre, pero no te preocupes,
los estoy llevando por el lado contrario.

—¡Ese maldito bastardo! — Kim Taehyung llevó sus manos al rostro intentando
huir del estrés que poco a poco se apoderó de su cuerpo — ya que Min no cumplió
con su trabajo, mi padre le enviará un obsequio más tarde, gracias por la
información Hoseok.

Los ojos de Jimin se abrieron al escuchar aquellas palabras, observó como Kim
dejaba sobre las manos de Hoseok un amplio fajo de billetes, se dio la vuelta y
desapareció entre las sombras una vez más.

—¿A qué se refirió con eso Hoseok? — Jimin preguntó una vez que el auto salió de
aquel callejón.

—No te corresponde, no es tu asunto Park.

—Si lo es, se trata de Yoongi.

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10: Visitas inesperadas

4 de Junio de 2016 | 20:00 horas

Después de que los pendientes del día terminarán, Jimin volvió a casa, sentía la
tensión recorrer su cuerpo, las palabras que Kim Taehyung había pronunciado le
habían dejado con los pelos de punta, su corazón le advertía de un mal
presentimiento. Esa tarde se escabulló a la alcoba de Jeon Jungkook, aquel ya le
esperaba justo como los días anteriores.

—Hyung, aquí está lo que me pidió, también mi abuela le manda esto, son
analgésicos — Jungkook dejó sobre las manos de Jimin una bolsa de tela con
diversos contenedores de comida, además de frascos con pastillas necesarias para
contrarrestar las dolencias que Min Yoongi pudiese tener.

—Gracias Jungkook — le sonrió como respuesta ante las acciones del menor —, yo
lamento mucho haberte metido dentro de esto, no creí que tendríamos estas
consecuencias.

—No debe de preocuparse Hyung, su padre es así — Jeon agachó la mirada y por
inercia sus puños se apretaron provocando que sus nudillos se tornaran
blanquecinos por la presión ejercida.

—También lamento todo lo que mi padre te ha hecho — sobre el pequeño Park


había recaído toda la culpa, lo que Jung Hoseok había dicho era cierto, a la primera
oportunidad los Jeon recibían constantemente humillaciones y desprecios por
parte de sus padres, ese hecho le dolía. Ante la postura de Jungkook, Jimin se
acercó a su cuerpo, le tomó en sus brazos y le apretó en un abrazo sincero
logrando que el cuerpo de aquel se relajara al instante.

—Hyung, no debe de lamentarlo, eso no es culpa de usted.

—Deja de llamarme de ese modo, somos iguales Jungkook, crecimos juntos así que
deja ya la formalidad — Park apretó las mejillas de Jeon arrebatándole una sonrisa
quejumbrosa —, ya me voy, necesito advertirle a Yoongi de algo.

—Adelante Hyung, yo iré a ayudarle a mi abuela con la cena, hoy preparará su


platillo favorito, así que no demore mucho.

Lo último que Jungkook pudo observar fue a un Jimin sonriente pero ansioso,
aquel se escabulló por la puerta del jardín trasero, esto para evitar crear sospecha
a su padre, Jeon solo observó su espalda antes de encaminarse a la cocina donde
su abuela ya comenzaba a preparar la cena, sin embargo, el ruido en el salón
principal atrajo su atención.

—¿Estás seguro Woo Jiho? — Namjoon salió de su oficina a toda prisa, tanta era su
desesperación que bajó las escaleras en cuestión de segundos, su carácter y su voz
había cambiado, se le veía molesto pero una sonrisa burlesca adornaba su rostro
— Iré para allá en cuestión de minutos, no dejen escapar a ese maldito bastardo.

La llamada se terminó, la búsqueda que había iniciado hace un par de semanas por
fin le daba frutos, sus hombres habían encontrado el escondite de Min Yoongi o
eso parecía, así que era el turno de Namjoon asechar al maldito que había
intentado arrebatarle la vida.
Jeon Jungkook fue cómplice de aquellas palabras, pero no podía sentirse asustado
o preocupado, puesto que todos los días era de la misma manera, era totalmente
normal escuchar hablar a Namjoon sobre asesinatos, así que Jungkook había
perdido total temor ante ese tema, solo hizo oídos sordos y continuó lavando los
vegetales.

El sol ya se había escondido en su totalidad, era por completo una buena hora para
salir y perderse entre la oscuridad que devoraba las calles de la ciudad o eso creía
Jimin que aun con la ansiedad sobre su piel, había llegado al pequeño
departamento de Yoongi, entró por su cuenta, el corazón le latió tan fuerte que
sintió que se saldría de su lugar, el miedo le corrió el cuerpo y es que, al abrir la
puerta se encontró con un desastre sobre el suelo, las cosas que adornaban el
pasillo hacia la sala se encontraban esparcidas sobre la fría madera, sintió temor al
creer que las amenazas de Kim Taehyung se habían hecho realidad, de un
momento a otro, sus manos dejaron caer la bolsa que llevaba consigo y corrió,
corrió con el corazón en la garganta yendo escalares arriba, su mano abrió la
puerta de aquella habitación, fue entonces que su cordura abandonó su cuerpo.

Yoongi estaba ahí, tendido sobre la cama, pero un sujeto ajeno se encontraba
sobre aquel cuerpo inerte, aquel mantenía un almohada sobre su rostro, ejercía
presión arrebatándole poco a poco la vida al chico pálido, Jimin no lo pensó, corrió
hasta aquel hombre y uso sus fuerzas para alejarlo, el hombre cayó al suelo
recibiendo al instante una serie de golpes a puño cerrado por parte de Jimin, sus
ojos se vaciaron por completo, estaba aturdido, no pudo escuchar nada más que
no fuera su puño impactándose contra el rostro de aquel chico rubio.

—¿Quién te envió? — Park le sostuvo del cuello de la camiseta, la sangre que


brotaba de su mejilla, del labio y de su nariz mancharon los nudillos de Park.
—Kim Seokjin, yo solo vine a cumplir el trato que Min Yoongi y Seokjin tenían
establecido — el hombre sujetó las muñecas de Park en un intento absurdo por
ser liberado.

—¿Cuál es tu nombre imbécil? — el chico sonrió solo un poco porque justo en ese
momento llevó sus manos al cuello de su verdugo intentando a todas luces
asesinarle para poder ser liberado.

—Dong Yieun — al sentir la presión ejercida en su cuello, Jimin imito aquella


acción llevando también sus manos al cuello ajeno fue ahí donde sus pulgares
ejercieron presión sobre la manzana de Adán de aquel rubio.
—Es un gusto — Park dijo en un jadeo ante la falta de aire.

Los segundos transcurrieron lento, los oídos de Jimin solo pudieron escuchar los
jadeos de Dong, pudo sentir incluso como aquel cuerpo se retorcía al necesitar
algo tan vital como el aire, poco a poco la fuerza de Dong se vio opacada por las
acciones de Park Jimin, aquel que permanencia observándole a los ojos, aquel que
se encontraba sediento de venganza, aquel que olvidó todo precepto moral que
forjó durante su infancia y adolescencia, aquel que solo podía verse reflejado en
los ojos brillantes y acuosos de Yieun, aquel que le estaba arrebatando la vida a
cada segundo. Pronto el brillo del mirar suplicante de Dong fue opacado, el brillo
desapareció junto con la vida de aquel, solo permaneció en esos ojos el reflejo
terrible del verdugo, un Jimin de mirar vacío y corrompido por la ira.

—Yoongi — cuando regresó en sí se levantó tembloroso, pero aun así corrió hacia
el cuerpo del pálido, aquel que solo se encontraba débil —, tenemos que irnos.

—Gracias Jiminie — el pálido sostuvo la mano del menor y le miró a los ojos con
devoción, Park le había salvado la vida sin pensarlo, ahora Min estaba en deuda
con el chico de mejillas redondas.
Con torpeza por la debilidad en sus piernas, Yoongi se levantó de la cama, se
sostuvo de los hombros del menor y poco a poco obligó a su cuerpo a andar, pero
el vibrar de un teléfono móvil atrajo su atención, Jimin se giró en busca de aquel
ruido topándose con el celular perteneciente al cuerpo inerte que reposaba en el
suelo, el aparato solo se asomaba entre la tela, Jimin lo tomó y contestó sin
dudarlo.

—Dame eso Jiminie — el pálido arrebató el aparato para posarlo en su oreja —...
Seokjin, que gusto me da escucharte, ya que has fallado es mi turno de responder,
cuídate la espalda.

—Tenemos que irnos, mi padre también te está buscando, no es factible que sigas
aquí Yoongi, yo te llevaré a las afueras de la ciudad, regresaré a casa y tomaré
dinero, entonces veremos que podemos hacer.

—No, de ninguna manera, yo necesito terminar con la vida Seokjin, me lo debe —


Yoongi tomó la mejilla del rostro que le miraba, siendo cuidadoso se acercó y le
besó los labios manipulando de ese modo su voluntad.

—Entonces te ayudaré con ello — Jimin frotó su mejilla contra la mano de Yoongi,
aquel momento tan especial para el menor se vio interrumpido por el estruendo
de por lo menos cinco disparos, las balas correspondientes a dichas detonaciones
impactaron contra los vidrios del piso de abajo, en un acto reflejo Jimin abrazó a
Yoongi tan fuerte como pudo, solo segundos pasaron antes de que Yoongi le
apartara, trayéndole de ese modo de nuevo a la realidad, el pálido tomó la mano
ajena jalándole hacía el piso de abajo, sus pasos no temblaron esta vez, Jimin
corrió con seguridad tomando la mano de su bien amado.
—Escucha Jimin quizás son hombres de Seokjin, si nos quedamos aquí pronto nos
acorralaran, tu escaparas por el jardín trasero yo me quedaré aquí, cuando todo
esto termine yo te veré en el parque donde nos conocimos.

—De ninguna manera, iremos juntos Yoongi, me enfrentaré a tu lado — Jimin sacó
la pistola que llevaba, quitó el seguro y entonces Yoongi asintió.

Por escasos segundos se tomaron de las manos, Yoongi también sacó el arma que
solía llevar consigo, aquella que tomó del buró de su habitación segundos antes de
salir de ella junto con Jimin. Al bajar las escaleras se encontraron con Kim
Namjoon, aquel hombre permanecía escondido detrás de la puerta principal del
pequeño departamento, Jimin se quedó plasmado, torpe e incluso temeroso por la
visita inesperada las sensaciones que invadieron su cuerpo en ese momento le
hicieron soltar la mano de Yoongi, a los segundos la primera ráfaga de disparos
ocurrió, Min jaló consigo a Park cubriendo su pequeño y frágil cuerpo de cualquier
impacto de bala.

—Sé que disparar contra tu padre es difícil, pero si no me ayudas moriremos esta
noche Jimin — esas palabras fueron las detonantes que desataron las acciones del
pequeño Park, su arma devolvió los disparos que su padre lanzó.

Esa fue la primera vez que Jimin se reveló contra su padre, sin darse cuenta su
progenitor le había entrenado a la perfección para situaciones de ese modo, su
hijo ahora solo demostraba cuan hombre podía ser, cada disparo proveniente de
la pistola de Jimin fue una lagrima derramada de Kim Namjoon, pero aquel
hombre no se detuvo, incluso observando que su único hijo se encontraba en
medio de aquella lluvia de pólvora, no se detuvo.
Esa noche fue significativa para aquel lazo de amor fraterno, mientras Kim
Namjoon perdía a su hijo, Park Jimin perdía la última pizca de inocencia que en su
cuerpo habitó.

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11: La traición será recompensada por


hielo

12 de octubre de 2020 | 3:45 horas


En sus manos tomó la cajetilla de cigarrillos, una vez que abrió aquella tomó uno
entre sus dedos y lo encendió sin apresuro, al par de segundos soltó el humo que
había llegado a sus pulmones y después ante la mirada de Jimin, abrió la cajetilla
dándole entonces el cigarrillo que hacía horas le había pedido bajo el deseo de
aliviar su estrés por la situación, lanzó el mechero y con su mano diestra se frotó el
mentón, Jimin ya había cumplido con su parte del trato, había dado su testimonio,
pero aún para el detective el caso permanecía lleno de incógnitas.

—¿Ya terminamos señor? — Jimin pronunció después de soltar la bocanada de


humo espeso.

—Aun no, falta el relato de la relación de la persona más importante involucrada


en este caso.
—Pero si todo está muy claro, el asesino de mis padres fue Kim Seokjin, debería de
estar pisándole los talones ahora en lugar de perder tiempo estando aquí — Park
dejó un golpecito en la cola del cigarrillo y frustrado miró a Jaehyun.

—Lo haré después de que me cuentes la relación que tenías con tus padres, ¿tu
padre llegó a conocer la relación que mantenías y mantienes con Min Yoongi?
¿Alguna vez discutiste con tus padres? Ya sabes, ¿no tuviste alguna experiencia en
la que enfrentaras a tus progenitores?

—No hay nada más de lo que ya he contado.

—¿Estás seguro de ello? — Jaehyun miró a Jimin acercándose un poco más a su


rostro, aquel solo soltó el humo en el rostro ajeno — La testigo principal, Jeon Yuri
nos contó detalles que tú has omitido Jimin, ella nos contó de una ocasión en la
que el señor Kim Namjoon llegó destrozado, fue un hecho que marcó un antes y
un después, fue justamente el día en el que desapareciste.
—No desaparecí, me fui con Yoongi, aun cuando descubrí que Min se había
acercado solo para asesinar a mi padre me mantuve a su lado.

—¿Qué ocurrió la noche en la que te fuiste?

—Mi padre quiso vengarse de Yoongi, y-yo no sabía que era mi padre el que
irrumpió esa noche en el departamento, tomé el revolver que Yoongi portaba,
solté un par de disparos, disparos que no fueron certeros, siempre fui inexperto,
cuando me di cuenta de que era mi padre yo solo pude ver la decepción en sus
ojos, mi padre creyó en ese momento que le traicione, por ello no regrese a casa
esa noche.


Octubre de 2019

Para Namjoon aquella noche fue el inicio de un desafortunado camino, tal como
un domino aquella noche había sido la precursora de su mala suerte, Jimin había
huido, su negoció iba en descenso, cada día la guerra contra Seokjin dejaba un
índice alto de muertos, esto afectaba directamente a Kim Namjoon pues el
número de sus hombre bajo su mando se redujo un 60% a causa de estos
enfrentamientos, toda esta serie de mala racha solo afectó su carácter, en 2019 se
podía ver a un hombre maduro lleno de desesperación e ira contenida, todo
contacto con otros individuos no era más que gritos y constantes humillaciones.
Jungkook no podía olvidar como la semana pasada a la hora del desayuno su
querida abuela había sido víctima de Kim Namjoon.

Aquella mañana como todas, la señora Jeon había subido una bandeja de metal
con una sopa de algas por el cumpleaños del señor Kim, también una taza de café
le acompañó, pero para el infortunio de la mujer, esa mañana Namjoon había
terminado de hablar con uno de sus hombres, no había noticias de Jimin, eso le
enfureció, así que cuando la mujer de 67 años se postró frente a él, solo pudo
obtener un grito estruendoso además de graves quemaduras en la piel, pues no
conforme con la reprimenda, Namjoon arrojó la bandeja de comida directo a la
mujer.

Desde esa mañana Jungkook desbordó su ira, incluso aquella misma noche no
pudo dormir, después de curar las quemaduras de su abuela se fue a la cama con
el pensamiento de venganza clavado en su conciencia, algo tendría que hacer para
ponerle fin a las humillaciones del señor de la casa, Kim Namjoon.

Pero aquella venganza podría ser arrebatada por otro sujeto, Jung Hoseok quien
permanecía al lado de Kim Namjoon, también había sido víctima de malos tratos,
el hombre dejó de confiar en Hoseok cuando Jimin le traicionó, Namjoon no creía
cuan inútil era Jung Hoseok para haber permitido semejante barbarie, así que,
para limpiar su imagen ante el hombre, Jung Hoseok fue obligado a pedir perdón
de rodillas cada mañana, después de esa rutina, con toda la energía posible
prometía que sería él mismo quien traería a Park Jimin ante sus ojos, pero aquellas
palabras solo le ayudaban a ganar tiempo para poder confrontarse a su querido
jefe. El golpe final sería con la ayuda de Kim Taehyung -enviado a su vez por Kim
Seokjin-, pues a falta de personal Namjoon lo había tomado como un recluta más
sin hacer investigaciones de su procedencia, así que gracias a los años que estuvo
bajo el mando de Kim Namjoon pudo conocer sus puntos débiles para en
determinado momento atacar.

18 de Octubre de 2019 | 30 horas antes del homicidio.

La mañana del 18 de octubre Namjoon por fin tuvo noticias de Jimin, pues su
ahora mano derecha Shin DongHyeok, había escuchado de un par de chicos que
huyeron tras el asesinato de un hombre a las afueras de Daegu, los chicos
prófugos tenían las características de Min Yoongi y de Park Jimin. Aquel par había
cometido una cantidad de crímenes incontable a lo largo de dos años y medio,
eran buscados por la policía y por Kim Seokjin, este último dejaba a Namjoon con
los nervios de punta, es por esa razón que Namjoon esa mañana, ordenó a Hoseok
para que en compañía de Kim Taehyung fueran a traer a su hijo.

Cerca de las dos de la tarde, Kim Taehyung detuvo el auto de color negro fuera de
una vieja casa, recordaba a la perfección aquella fachada pues su padre había ido
personalmente a aquella residencia en Daegu para llevar consigo a Min Yoongi.

—Yo iré tras ese bastardo, tu encárgate del hijo de Kim Namjoon — Kim Taehyung
sacó de la guantera la navaja que le dio su padre, aquella que a su vez llevaba
inscrita el apellido de la familia, Kim Seokjin —. Llegó la hora de que ese hijo de
puta pague por el pecado de la traición.


12 de octubre de 2020 | 4:25 horas

—Kim Seokjin es un ser despiadado y se encargó de sumergir en la misma mierda


a su hijo Kim Taehyung, ellos asesinaron a mi querido padre.

—¿Pero eso no justifica la traición que le hiciste a Namjoon, no es así? Aquel


enfrentamiento que mencionaste, Namjoon lo tomó como una vil traición, ¿no es
así?

—Pero a pesar de ello yo no le traicioné, todo lo contrario, aquella noche el


tiroteo solo demostró que aprendí bien sus malas mañas, demostré cuan hombre
soy, la traición es un pecado enorme señor detective. ¿No lo sabía? Alighieri lo
menciona en la divina comedia, los traidores se encuentran en el noveno circulo
del infierno, su castigo reside en el lago de hielo, los que traicionan a sus ciervos
permanecerán por la eternidad con la cabeza sumergida en las aguas heladas, el
hielo solo es la simbolización de la frialdad con la que cometieron sus actos, ¿no le
parece eso algo terrible?

—Comprendo, ¿pero entonces por qué decidiste huir?

—Además de lo que le mencioné, fue por que amo a Yoongi, iré a dónde sea que
vaya, incluso si ese lugar es el infierno.

—¿Min Yoongi te obligó a hacer algo que no quisieras?, por ejemplo, ¿esa serie de
asesinatos que se suscitaron ese par de años?
—No, yo jamás asesiné a ningún ser humano señor.

—Entiendo — el silencio se hizo presente entre ambos, Jaehyun no se sentía


conforme con aquella afirmación —, pero no te detengas, ¿qué sucedió después
de que Kim Taehyung y Jung Hoseok los encontraran? — el detective le ofreció un
nuevo cigarrillo, le miró expectante y entonces escuchó.

—Nos encontraron teniendo sexo — Jimin aspiró profundamente el humo de su


cigarrillo después de dejar salir el humo relamió sus labios —, el hijo de puta de
Kim Taehyung se abalanzó contra el cuerpo de Yoongi, el maldito imbécil
interrumpió mi orgasmo. Una vez que arrojó su cuerpo se tiró a él propinando una
serie de golpes, tomé el revolver de Yoongi y apunté a la cabeza de Taehyung,
pero Hoseok me detuvo, me desarmó y me dijo a secas que mi padre me estaba
buscando.

—¿Y tu qué hiciste?

—Nada que no hubiera hecho antes, ser sumiso ante las ordenes de aquel par de
matones.

—Ese par de matones, como los llamas tu, ¿fueron los asesinos de Kim Namjoon y
Park Suni? — Jaehyun preguntó sin más.

—Solo fue Taehyung, fue al día siguiente, por la noche cuando el sol se estaba
comenzando a ocultar, entró a la habitación de mis padres y los asesinó de la
forma más vil y cruel que pueda existir.
—¿Podrías describirme el momento en que sucedió el homicidio?

Esa madrugada Jimin obtendría unas pronunciadas bolsas negras debajo de sus
ojos, el sueño ya comenzaba a ser una molestia para su cordura, aspiró del
cigarrillo con la esperanza de mantenerse despierto una vez más y entonces su
cerebro se echó a andar, los recuerdos de las horas previas al asesinato de su
padre le helaron la piel, pero, ¿qué de toda la historia podría contar?

—No lo recuerdo con exactitud detective, pero, podría hacer el intento solo por
usted.

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12: Una bella reunión familiar

18 de octubre de 2019 | 13 horas antes del homicidio.


Esa tarde el cielo se mostraba con tonos cálidos, las nubes habían sido iluminadas
por los rayos del sol, era una tarde perfecta ante los ojos de Jimin, aquellos
mismos ojos que dejaron caer una lagrima ante la reciente situación. Amordazado
y con las manos atadas se recargó en el cristal de la ventana del auto de su padre,
el trayecto había durado por lo menos tres horas, tres horas en las que no supo
con actitud qué postura tener ante sus captores, aquel par les había tomado por
sorpresa, de no ser así era seguro que la situación seria distinta.
La rabia en el cuerpo de Jimin se intensificaba un poco más cuando escuchaba los
fuertes golpes provenientes de la cajuela del auto, el bastardo de Taehyung había
atado y amordazado a Min Yoongi después de herir su abdomen, Kim había cavado
su propia tumba, Jimin iba a vengarse en cuanto tuviera las manos libres.

—Debí rajarle la yugular a ese bastardo, no deja de hacer ruido — Taehyung clavó
su mirar en el espejo retrovisor, este solo recibió un mirar lleno de ira que con
cada segundo se envolvía en un ferviente color rojo, parecido al mismo demonio,
en una nueva respuesta, Taehyung se echó a reír —. Escucha Hoseok, en cuanto
lleguemos a la mansión de Kim Namjoon tú le llevaras a este bastardo, así yo
podré llevarle a mi padre al imbécil de Min Yoongi, es justo el momento para que
pague por su ineptitud.

—De acuerdo Taehyung — Hoseok guardó el revolver que en esa ocasión llevó
consigo, aquel con el que permanecía apuntando a Jimin, lo abandonó solo por un
momento al vislumbrar en su campo visual los hogares vecinos a la mansión de
Kim Namjoon —. Muy bien Park ya casi llegamos, déjame desatarte y espero por
tu bien que no intentes ningún movimiento.
El plan inicial de Kim Taehyung consistía en frenar el auto justo en la enorme
puerta de aquella mansión, una vez que Hoseok bajara del auto con el hijo del
enemigo de su padre, él conduciría hasta las afueras de la ciudad solo para
entregar a Min Yoongi con un viejo conocido, un joven que laboraba con su padre,
una vez hecho eso, regresaría a la mansión de Kim Namjoon solo para esperar
nuevas órdenes; su plan habría funcionado si no fuera por un pequeño percance,
fuera de la residencia de Kim Namjoon se encontraba este mismo esperando por la
llegada de Jung Hoseok, y es que sí, Kim Namjoon estaba ansioso por ver a su
primogénito.

—¡Maldita sea! — las manos de Kim Taehyung se tensaron, apretó con fuerza la
mandíbula al ver cómo el enorme portón se abría para dejarle el paso libre al auto
— Si dices algo Jimin, el maldito de Min Yoongi se muere.

—¡Púdrete! — Jimin escupió con rabia pero, al sentir la mirada de su padre solo
pudo agachar su propio mirar — eres un maldito traidor Jung Hoseok, solo espera
a que le diga a mi padre quien es el maldito que está conduciendo su auto.

—Tu no dirás nada Jimin, mejor obedece lo que dijo Taehyung, usa tu inteligencia
y por favor piensa en Min Yoongi antes de querer pasarte de listo.

El auto se detuvo, Taehyung permaneció aferrado al volante evitando salir de


aquel auto así que fue Hoseok quien bajo primero, rodeó el automóvil y abrió la
puerta a Jimin manteniendo una sonrisa llena de satisfacción, las manos de Hoseok
tomaron los brazos de Jimin después de esperar a que este se bajara por cuenta
propia.
—Jefe, cumplí con mi trabajo, aquí está por fin Park Jimin — Hoseok dio un paso
hacia atrás uniéndose al lado de Kim Taehyung quien por fin se había dignado a
dar la cara ante el jefe.
—P-padre — Jimin pronunció aun con la mirada clavada en el suelo, pero solo fue
por tres segundos antes de que recibiera un fuerte golpe en la mejilla izquierda.

—¿En que estabas pensando? — Namjoon tomó de los hombros a Jimin, el fuerte
golpe que le había dejado había girado hacia la dirección opuesta el rostro de Park
— No puedo creer esto de ti.

—Suéltame, no me importa lo que tengas que decirme ahora — Jimin se sacudió


de aquellas manos, llevó su diestra a la mejilla intentando vanamente apaciguar el
dolor ardiente que la mano de Namjoon había dejado a su paso.

—No me hables de ese modo — Namjoon repitió el primer golpe, solo que esta
vez lo hizo en la mejilla derecha del joven que ya le observaba con los ojos llorosos
—. Te enredaste con un maricón y no cualquier maricón, sino con el gran maricón
que quería mi cabeza, y ahora Kim Seokjin también te busca.

—No le llames así — Jimin pronunció con la mandíbula apretada en ese mismo
momento sus lágrimas descendieron a chorros por la rabia que poco a poco
incrementó por las palabras dichas.

—Yo sabía que dejarte juntar con ese maldito huérfano te afectaría, pero jamás
me hiciste caso, por eso ahora estas defectuoso, me das asco Jimin — Namjoon
pronunció con desagrado aquellas palabras al recordar como su hijo mostraba esas
tendencias desde que era un niño, y claro todas estas consecuencias eran fruto de
su relación con Jeon Jungkook.
Jung Hoseok Y Kim Taehyung sintieron vergüenza por el entorno tan bochornoso,
por esa razón bajaron sus miradas ante tal encuentro familiar, reencuentro que no
se detendría ahí, un fuerte golpe fue dejado en la cajuela del auto que aun
permanecía frente al grupo de hombres, en seguida Kim Taehyung se tensó,
apretó su mandíbula y de reojo observó en dirección a la parte trasera del auto.

—¿Qué fue eso? — Kim Namjoon preguntó observando esta vez al par de
hombres.

—Nosotros... — Hoseok mencionó, pero fue Kim quien se adelantó con las llaves
del auto para abrir la cajuela.

—¿Por qué no lo ve por usted mismo señor? — Kim abrió la cajuela y se hizo a un
lado, su plan había definitivamente dado una vuelta de 360 grados.

Namjoon se acercó al auto y ladeó solo un poco la cabeza, el brillo en sus ojos
apareció cundo reconoció al joven cubierto por una capa de sudor.

—¿Por qué este maldito está desnudo? — Namjoon preguntó con indiscreción
girando a ver el rostro de Jimin, después observó a Hoseok y a Taehyung, pero solo
el silencio se hizo presente, aunque no fue necesaria una respuesta, puesto que la
imaginación de Namjoon había ido demasiado lejos dando así con la respuesta —
No puedo creerlo, que asco. Lleven a esta mujercita al sótano, más tarde me haré
cargo de él, por cierto, hicieron un buen trabajo, recibirán una buena recompensa
chicos, y tu Hoseok, te estás ganando mi confianza de nuevo.

Taehyung fue brusco y violento al bajar el cuerpo desnudo de Yoongi, la piel pálida
de Min estaba adornada por una capa de sudor combinada con su propia sangre
coagulada, el olor debió ser terrible, pues Hoseok se llevó la mano directo a la
nariz, escondiendo de ese modo la pequeña sonrisa provocada por el halago de su
jefe, después de ese pequeño gesto solo se dedicó a observar como su compañero
Kim empujaba a Min Yoongi por el camino de piedra hasta la puerta trasera de la
casa. Por su parte, Namjoon tomó el brazo de Jimin y lo arrastró hasta el salón
principal.

—¿Por qué no solo te olvidas de mí? — Namjoon le aventó al suelo y lo observó


con decepción.

—Todo traidor debe de tener un castigo Jimin, incluso si llevas mi sangre debes de
pagar por tu crimen. Señora Jeon, venga aquí en este momento — Namjoon gritó
con enojo e impaciencia en dirección a la cocina, pero al ver que solo apareció el
chico huérfano bufó con decepción.

—Mi abuela no está señor, fue a traer las cosas para la cena de hoy, ¿necesita
algo? — Jungkook preguntó, aquel jovencito no se había percatado de la identidad
del joven tirado en el suelo del salón, fue hasta verle el rostro lleno de vergüenza y
de súplica al amigo de toda su infancia y adolescencia que pudo sentir esa
compasión con tintes de impotencia.

—Quiero que llenes con hielo la bañera de mi habitación, date prisa huérfano
maricón, no tengo todo el día — Namjoon se inclinó al cuerpo de Jimin y le tomó
del brazo solo para obligar a que este se levantara, pero fue en vano, por ello le
arrastró por las escaleras provocando que Jimin temblara por la severidad de sus
acciones.

—¿Soy tu hijo, no puedes tan solo dejarme tranquilo? — Jimin pronunció con
suplica, pero el hombre solo le regaló una mirada vacía.

—Por esta razón me negué a darte mi apellido, cuando tu madre se embarazó de ti


lo dude tantas veces, pero al final resultaste llevar mi sangre, que decepción que
un ser defectuoso como tú sea mi hijo, eres inservible al igual que tu madre.
Jimin ya no pudo decir nada más, solo se dejó caer en la alfombra roja de la
habitación de sus padres, sus manos se empuñaron con fuerza cuando Jeon
Jungkook entró avergonzado por aquella puerta cargando dos enormes bolsas de
hielo, Jimin observaba los zapatos negros y brillantes de su padre mientras
escuchaba como los hielos caían uno a uno en la bañera.

—Quítate la ropa Jimin.

—No lo haré — Jimin se incorporó con el temblor ferviente en sus piernas.


—Si que lo harás, lárgate ya huérfano — Namjoon gritó cuando su diestra tiró de la
camiseta gris de Jimin, rompiéndola casi al instante, después el hombre le jaló del
brazo hasta que sin cuidado dejo caer el cuerpo desnudo de Jimin en la bañera
llena de hielo —. El castigo que reciben los traidores en el infierno de Dante es
este, permanecen hundidos en aguas frías.

—¿Qué le harás a Yoongi? — Jimin preguntó con la voz temblorosa, el agua cubría
todo su ser, la piel se contrajo y después de unos minutos sintió como el hielo
quemaba dolorosamente aquella piel que hacía horas había sido procurada con
caricias por las manos de Min Yoongi.

—Los homosexuales han de morir, solo enviaré a esa mujercita al segundo circulo
del infierno donde los lujuriosos serán sometidos por su propio deseo para que
pasen toda la eternidad siendo arrastrados por un feroz viento. ¿No lo sabías hijo?
— Namjoon frotó los cabellos de Jimin y le sonrió apacible —, Dante Alighieri lo
menciona en la Divina Comedia.

—Dime padre, en el maldito infierno de Dante ¿a dónde son enviados aquellos que
les dan la espalda a sus hijos? ¿Aquellos que son homosexuales de clóset?
¿Aquellos que son una mierda como tú? ¿Hay algún sitio designado para ti en el
infierno?

—Bueno si quieres saberlo, ¿por qué no lees el libro? — Namjoon dejó un golpe en
la mejilla derecha de Jimin, el pobre chico solo pudo responder con una sonrisa
sarcástica, a estas alturas el pómulo de Jimin se mostraba con una pequeña herida,
esta a su vez era rodeaba por un intenso color morado con tintes rojos y el frío que
envolvía su ser le había provocado un tono morado en los labios.

—No necesito leerlo para saber que cuando mueras te irás a ese lugar por el resto
de la eternidad, quien sabe, quizás nos encontremos en el mismo sitio, Kim
Namjoon.

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13: Un regalo de cumpleaños

12 de octubre de 2020 | 5:00 horas


Jimin permanecía divagando, entrecerraba los ojos y después pronunciaba un par
de palabras, el detective comenzaba a desesperarse por aquella acción repetitiva,
incluso, Jaehyun pensó por un momento en darse por vencido y dar por iniciada la
búsqueda de Kim Seokjin, el sospechoso que ahora pasaba a ser el número uno en
la investigación. Era fácil para el detective salir de aquella cámara de Gesell y
emprender la búsqueda del oficial Chahun para ordenar que en ese mismo
instante se iniciara una investigación para dar con el paradero de Kim Seokjin,
pero, algo lo detuvo, fue justo cuando Jimin abrió la boca para comenzar a hablar
una vez más.

—Si, lo recuerdo bien, lo siento detective, pero le he dicho que no recuerdo a la


perfección lo que aconteció el día que volví a ver a mi familia — Jimin se acomodó
confianzudo sobre el escritorio, aun sus labios sostenían el cigarrillo que estaba a
punto de terminarse —. Mi padre me recibió con los brazos abiertos, puedo decir
que ese abrazó fue el más fuerte que me dio en toda su vida. Me acompañó a mi
habitación esa noche junto a mamá. Creo que esa noche cenamos fugu, ¿usted lo
conoce? no, no lo creo, es un platillo bastante caro, así que déjeme ilustrarlo.

—¿El platillo tiene relevancia ahora Jimin? — Jimin sonrió solo un poco con
cinismo ante aquella cuestión.

—Para ser detective, usted es un poco torpe, creo que no se da cuenta de los
pequeños detalles señor — Jimin apagó el cigarrillo, lo dejó sobre el resto de
cenizas y se cruzó de brazos —. El fugu es un platillo japones, algo peligroso por
cierto, la carne deviene del pez globo, uno de los animales más venenosos de la
vida marina; este pez desprende una toxina llamada tetrodotoxina, es incluso más
letal que el cianuro, si usted fuera más inteligente sabría que la ingesta por error o
por una mala preparación de este platillo podría asesinar a cualquiera que la
ingiera en cuestión de diez minutos, ¿ves ahora la importancia de saber los
detalles Jaehyun?

Jimin se burló en el rostro de Jaehyun, aquel hombre se llenó de hartazgo por la


actitud burlesca del individuo frente a él, pero entonces intentando retar al chico,
Jaehyun preguntó con cierto desgane en sus palabras.

—¿Es esa una insinuación joven Park? — Jimin solo levantó los hombros y negó
después logrando confundir al detective.

—Yo solo le recomiendo que sea un poco más perspicaz — Jimin pasó sus manos
detrás de su nuca —, ¿en qué me he quedado? ¡es cierto! Esa noche cenamos
fugu, a la mañana siguiente, mi padre habló conmigo, me pidió que le ayudara en
su negocio, fue en realidad una charla emotiva, me dio su perdón detective, así
que yo fui en el auto con Hoseok, pero, después de que regresamos a casa,
encontré a la señora Jeon llorando, Jungkook permanecía abrazándola, fue él
quien me dijo que la policía llegaría a la brevedad.

—¿Quiénes estaban en la casa ese día Jimin? Y mejor aún ¿por qué desapareciste
esa tarde? — el chico abatido por el cansancio de la charla con Jimin frotó su mano
contra sus ojos.

—Solo recuerdo a Jeon Yuri, Jeon Jungkook, Hoseok y Min Yoongi, él único que
estaba ausente era Kim Taehyung, pero ahora ya sabe por qué él no se
encontraba, es fácil saberlo, Taehyung huyó una vez que asesinó a mis padres. Yo
por supuesto busqué a Yoongi, mi padre le había encerrado en el sótano, esto por
ser quien intentó asesinarle, así que le busqué y huimos de ese sitio, yo sabía las
fechorías que Yoongi había hecho y no permitiría que fuese arrestado por la
policía.

—Eso te hace ser un cómplice Jimin y por ello también iras a la cárcel — Jaehyun
mencionó seco.

—Pero es mejor ser juzgado por complicidad que por un homicidio que yo jamás
cometí — Jimin pronunció con sinceridad y cansancio esa última frase, el detective
solo lo miró por unos segundos y después asintió, la respuesta estaba ahí.

—Aun realizaré investigaciones y comprobaremos si es verdad que tú nunca


participaste en los asesinatos durante los años compartidos con Min Yoongi.
También veremos si esta versión coincide con la versión de Jeon Jungkook, es el
último testigo de la familia Park que falta de dar su testimonio — Jaehyun
comenzó a guardar las fotografías en los sobres amarillos que permanecían aún en
la mesa que los separó desde que inició la pequeña charla.

Solo un suspiro profundo abandonó el cuerpo de Jaehyun, la despedida por ahora


ya estaba dictada así que solo podía retirarse y ordenar que llevarán a Jimin a una
de las celdas, puesto que aún el juicio final estaba por dictarse, pero justo antes de
que Jaehyun estirara su brazo para despedirse de Jimin, la puerta se abrió con
brusquedad dejando ver al oficial Chahun, aquel hombre parecía que había corrido
un maratón, se encontraba jadeante, el hombre apoyó solo unos segundos sus
manos en las rodillas para darse a sí mismo un respiro después de la carrera.

—Chahun, ¿qué te pasa? ¿Por qué entras de ese modo? — Jaehyun se levantó de
la silla y caminó directo a la dirección de aquel oficial.
—Ha confesado detective Jaehyun... Min Yoongi confesó todo — Jaehyun
sorprendido se giró de inmediato a mirar el rostro de Jimin, aquel se encontraba
de igual modo, confundido, con una ceja levantada y los labios levemente abiertos
todo por aquellas palabras.

—¿Qué dices Chahun? ¿Qué es lo que ha dicho?


—Min Yoongi es el asesino de Kim Namjoon y Park Suni — justo en ese momento,
Jimin se levantó de la silla, la sorpresa le dejó el cuerpo helado.

—Eso no es cierto detective, el asesino fue Kim Taehyung, Yoongi fue amenazado
por Kim Seokjin por todo este tiempo, realmente es mucho más fácil deslindarse
por un asesinato así, Yoongi está mintiendo.

—Chahun, por favor lleva a Jimin a la celda de Min Yoongi y trae a este último
contigo, por favor — Chahun se aproximó y tomó las muñecas de Jimin, las esposó
y le escoltó por aquel pasillo interminable, aquel que le llevaba a la zona de las
celdas.

Los pasos de Jimin fueron arrastrados, no entendía porque justo ahora Yoongi
mentía de esa manera, Min Yoongi no lo haría, Jimin estaba seguro de ello. La
oscuridad abrazó el cuerpo de Jimin una vez que cruzó por aquella puerta
metálica, el oficial Chahun se detuvo enfrente de aquella celda fría y consumida
por la oscuridad, un suspiro lleno de nostalgia fue expulsado por Jimin que al ver
solo el brillar en los ojos de Yoongi entre la densa oscuridad tembló, deseaba
abrazarlo pero aquello no le fue posible, Chahun abrió la celda y despojó a Jimin
de las esposas.

—Yoongi, ¿por qué? — Jimin se apresuró a tomar el rostro del chico pálido — solo
diles la verdad, dile al detective que tu no lo has hecho, cuéntale sobre las
amenazas de Kim Seokjin.
—¿Eso cómo podría modificar el resultado? — Min Yoongi pronunció ante el tacto
del menor, aún esposado se levantó y se dirigió a la salida de la celda, Chahun
cerró la pequeña y estrecha puerta antes de escoltar a Yoongi directo hacia la
cámara de Gesell donde el detective ya le esperaba — Soy un asesino, un
homicidio más o un homicidio menos será la misma condena Jimin.

—Pero será mi cumpleaños Yoongi — ya no obtuvo respuesta, el oficial encaminó


al chico fuera de la zona, por más que Jimin quisiera ver al chico, no tuvo
oportunidad, estar dentro de aquella celda le privaba de una mejor vista, cansado
y con el llanto a punto de derramarse, se sentó en la cama donde Yoongi había
estado, se abrazó a sí mismo y entonces sus ojos se cerraron llevándolo de nuevo a
aquel fatídico día.

19 de Octubre de 2019 | día del homicidio.

Después de que pasara horas sumergido dentro del agua y con la total atención de
Kim Namjoon, Jimin fue rescatado por su madre, aquella mujer como todos los
días se había ido de compras y fue una enorme sorpresa para ella cuando vio a su
hijo, pero la sorpresa no fue por la llegada de Jimin, claro que no, la sorpresa fue
por el estado en el que se encontraba la bañera, enfurecida, le ordenó a Kim
Namjoon que sacara al niño aquel, puesto que la bañera podría haberse llenado de
algún virus venéreo, esa idea le repugnaba a la mujer, ideas que construyó su
cabeza cuando su marido le contó que Jimin había huido con un maldito maricón.

Esa noche, Jimin fue llevado a su antigua habitación, su cuerpo estaba temblando
aún, incluso, no pudo moverse, esa noche Jimin pudo contraer una pulmonía y
morir, pero esa noche Jeon Jungkook abrió la puerta de esa habitación, el chico fue
silencioso, buscó en el armario de Jimin y tomó un par de prendas para la
temporada de invierno, apresurado Jeon ayudó a Jimin a cambiarse.

—Jungkook... lamento todo — Jimin pronunció abrigado ya por las mantas de la


cama —, no entiendo por qué no se han ido de aquí.

—Mi abuela no está recibiendo el pago de su trabajo, no tenemos dinero Jimin-ssi.


Me da vergüenza decirlo, pero seguimos viviendo aquí porque tenemos un techo y
comida.

—Juro que voy a asesinarlos — Jimin pronunció entre dientes al ver el rostro triste
del menor, después una sonrisa apareció en su rostro al caer en cuenta de aquel
apodo —. Hey, por fin dejas a un lado la formalidad. Por favor, Jungkookie sé que
te pido mucho, pero ¿podrías hacer algo por Yoongi?

—Yo... — Jungkook agachó la mirada, los planes de Jeon eran otros esa
madrugada, no quería distraerse, pero terminó por acceder — Esta bien.

Jeon se marchó con otras emociones reflejadas en su rostro, Jimin percibió


cansancio en aquel mirar, no fue un cansancio físico, fue más bien un cansancio
emocional. El resto de aquella madrugada Jimin confió a Yoongi en Jungkook, las
horas de sueño solo fueron un regalo para Jimin, puesto que a primera hora se
despertó lleno de energía.
El frío desapareció, pero aquella tortura helada no se había marchado sin dejar
estragos en Jimin, pues al parecer, Jimin si pescó un resfriado esa madrugada, su
garganta dolía pero ese percance no le impidió levantarse de la cama, su mirar no
tenía luz alguna, se observó en el espejo de cuerpo completo que estaba en su
habitación y solo pudo verse así mismo como una miseria, su rostro demacrado
manchado por el intenso hematoma en su pómulo, sus labios carecían de color y
su alma para ese entonces, carecía de inocencia y de vida. Con los pies descalzos
bajó a la cocina, buscó ahí a Jungkook o en su defecto a la señora Jeon, pero su
desilusión vino cuando no encontró a los Jeon en la cocina, estaba desilusionado
porque recordó aquellos días de infancia cuando corría con emoción para poder
abrazar a la abuela Jeon, aquellos días se habían marchado dejando a su paso una
agonía interminable. Jimin se paseó por la cocina y recordó aquellos días felices
tan efímeros, el chico que alguna vez estuvo lleno de emoción tomó uno de los
chuchillos que reposaba en el cajón.
Aquellos pasos descalzos regresaron por el caminó por donde había llegado, su
cordura se había perdido por esa razón no fue capaz de escuchar la débil y
silenciosa voz de un Jungkook temeroso.

—¿Eres tú Jimin? — Jungkook pronunció apenas audible, la razón por la que Jeon
se encontraba despierto a esa hora no era otra excusa más que aquella que en su
cabeza había elaborado las noches anteriores, su venganza había tenido fecha y
hora para ser ejecutada esa mañana, Kim Namjoon moriría por la manos del chico
huérfano.

Jimin se detuvo fuera de la habitación de sus padres, silencioso tomó la perilla de


la puerta y la giró con suma sutileza, en medio de la tenue oscuridad, vislumbró los
cuerpos profundamente dormidos de sus padres, sus pies esta vez no temblaron,
caminó hasta la cama y se permitió observar el profundo mirar de Kim Namjoon,
Park no hizo algo más que sonreír, miró el filo brillante del cuchillo y entonces lo
hizo.

—Mi amado padre, como asesinos que somos, nos veremos en el infierno.

El odio fue el ventrílocuo que dirigió las manos de Jimin en un acto maquiavélico,
empuñó el cuchillo con ambas manos y lo clavó directamente en el corazón de su
padre, pero la acción no fue solo una vez, esa acción se repitió una y otra vez, la
sangre que brotaba de aquel cuerpo manchó sus manos, la ropa y el rostro de
Jimin, la sucia sangre de su padre manchó también las sabanas y por si fuera poco,
esas acciones tan violentas habían provocado que la mujer a lado de Namjoon se
despertara, la mujer aterrada observó a su hijo. Por instinto, la mujer salió de la
cama para huir, pero Jimin tomó el revolver que reposaba en la mesa de noche,
aquel con cacha de madera que fue de su padre, sin pensarlo mucho, disparó
contra la mujer. La bala impactó en la mejilla de aquella provocando que su rostro
explotara por el impacto.
Jimin observó sus hechos, el cuchillo permaneció clavado en el cuerpo de Namjoon
y por un instante, Jimin se desilusionó por completo, su maldito padre no había
visto quién le había arrebatado la vida. Con molestia, Park se llevó la mano
derecha al rostro y limpió la sangre caliente que le había manchado, pero no
estaba solo, la masacre había tenido un espectador que por la incredibilidad de los
hechos se había orinado.

—H-hyung... — la pequeña voz temblorosa atrajo la atención de Jimin quien se


habría volteado tras el llamado dejando ver su rostro manchado por una línea de
sangre que escurría hasta sus ropas.

—Jungkook, te dije que dejes las formalidades.

༒𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑖𝑜𝑛 𝑑𝑒 𝐴𝑠𝑒𝑠𝑖𝑛𝑎𝑡𝑜༒

¿Fin?

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