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Todos los perros ladran cuando uno habla
LUX
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Todos los perros ladran cuando uno ladra / María Florencia Alvarez ... [et al.] ;
compilación de Matías Matarazzo. - 1a ed. - Bahía Blanca : Vox/Lux, 2021.
102 p. ; 14 x 14 cm.
ISBN 978-987-48158-7-3
1. Antología de Poesía. 2. Poesía Argentina. I. Alvarez, María Florencia. II. Matarazzo, Matías, comp.
CDD A861
La reproducción total o parcial no autorizada por los editores viola derechos reservados.
Cualquier utilización debe ser previamente solicitada.
Proyecto LUX
www.proyectolux.com.ar / edicioneslux@gmail.com
Nicaragua 2070 / (8000) Bahía Blanca / Buenos Aires / Argentina
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Todos los perros ladran cuando uno habla
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María Florencia Álvarez / Longchamps
*
tu padre acaba de morir
me sostengo en tu abrazo
sería más fácil
si estuvieras llorando
*
hay cadáveres pudriéndose
bajo este terciopelo
y sus flores casi plásticas
*
tenés el pelo largo
como una mujer
cuando cae por tu espalda
mientras dormís
me confunde
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En un momento la percepción del cuerpo se pierde,
soy una conciencia que flota.
Y los sonidos del espacio me rodean como una cápsula.
Es fundamental no abrir los ojos.
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Gabriela Bejerman / Buenos Aires
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Hasta ananá
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Dame 10’ de cool
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bien vestidos, sonrientes,
dispuestos al reviente
Jala el silencio
Yo veía el silencio
en la cima del engaño
era un ámbar puntilloso
que lamía de mis manos
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En la cima del silencio
donde moran abanicos
dejé entrar las sterlitzias
que empotraron sus manjares
muy adentro de mi rosa
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Sebastián Bianchi / Buenos Aires
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Así debiéramos cautelarnos los hijos desnudos
Con la erección expresada y retirar la vista
Poesías
I
Una mueca adentro
del camello
le picaba
la mueca.
En eso rascó
camello
de la mueca
con ganas.
El fanático
de rascarse
la mueca.
II
El gato blando
salta contento tardío,
llega después al trabajo
de agarrarse de la laucha.
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III
El ruiseñor sacude sus plumas
al alba.
La sirena se da cuenta
y no lo dice.
Va, y con la pluma,
le produce las cosquillas
a la ardilla de cristal.
IV
El pajarito roto
se mordió su pico
en el trabalenguas
de poxirán.
V
Lerda vaca
feliz y buena
de mutación.
Es una rana
muerta
panza arriba.
LA TARDE
VI
La tarde está
mugrienta sombra
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entre los flacos
abedules.
nubes de algodón
y juguete.
EL PESPIR
VII
Para que Rasti bailara con las patas
los canteros tenían vino-escarcha.
A cada lado, una estatua pálida,
sin rostro,
y un cascabel.
Lo agita,
la estatua vacía agita el cascabel.
VIII
En el anaquel tirado
colgaba el esqueleto de Rasti.
Salimos vestidos parecidos a Rasti.
La gente pensaba que éramos Rasti
en el anaquel tirado.
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IX
El clavel que R. nos mostró
era elemental:
un clavel dibujado a tiza,
con la firma de Gastón
Mar del Plata.
X
Estoy vivo, me agitaré cual niña,
gritó el Pespir.
El Pespir Mujer
contra La Gorila Macho, Eugenia.
Rasti intentó separarse
del hule de la maqueta.
Las nalgas del gorila
ocultaban la vulva del Pespir Mujer.
El sol templaba sus brazos
de lento atardecer.
Parecían ser eternos,
vivirían por siempre
los brazos de La Mujer Pespir.
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Larisa Cumin / Santa Fe
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-acá ya está, dijo
pero no estaba
y se tuvieron que mudar cincuenta años después
corridos por las langostas
el río y los malones-
¿qué voy yo a fundar
a ese lugar?
me pregunté
ante un mural diferente
de mosaicos
en Santa Fe
que mostraba
con dos puntos negros
las ciudades
unidas por un hilito
celeste
las aguas
sólo las aguas y esas dos ciudades
unidas por el falo de Garay y este
monumento pobre
en el límite
de un barrio cheto
y otro picante
ahí donde siempre termino yendo
en el Parque Garay
antes y después de una separación.
Dejé a mi primer novio
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me acuerdo
lloré mirando al lago
de bordes como cordones de vereda
y a los gansos
-que dicen que se comen los pibes de la villa-
flotar como barquitos a pedal.
Se los comen, posta
yo lo vi
después
siete años después
ahora
con el novio que acabo de dejar
vi cómo
tres chicos
en el verano
saltaban a nadar en esa mugre
es playo
corrían chapoteando
al ganso
que de tan ganso no supo escapar
se quedaba ahí
para que lo agarren
lo atrapen
y la patrulla del parque nada
los llamé les dije
el ganso pobre ganso
¿y los pibes…?
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me pregunté después
¿si de verdad es para comer?
¿si de verdad alguien en la casa espera
que lleven algo?
yo no tengo
a nadie que espere nada
qué espero yo de mí
qué esperaron mis novios de mí
¿qué me quedara?
¿qué me dejara atrapar como el ganso
que se hacía el que volaba, pero no puede, pobrecito?
por eso mismo
es que se queda a vivir en un lugar tan horrible
como ese parque.
¡Qué se lo coman no más!
¡Qué sirva para algo
más interesante que decorar la tarde de los que no tenemos hambre!
¡Qué se lo coman!
Yo ahora paso por este mural
donde un rodete abraza a Perón
y no me quedo
ni me quedé
camino por unas calles
que no conozco
y quizás en tres o cuatro años o menos
me aburran, no sé
pero camino
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de noche
con un paraguas
y por eso no llovió
y por eso, quizás
también
nadie me toque
porque según
un informe
estadístico de la federal
que circulaba por cadena
en los dos mil
a las minas con paraguas
nadie nos viola
o casi nadie
los usa
ni sale a violar
cuando llueve.
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Tacuara
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Llevate también los huevitos
blandos como telgopor
y andate
a tu huequito, no te quedés acá.
¿Tenés hijos?
¿Conocés la cañada, tacuarita
la que amuralla al Salado
y repara el viento de las casas
unas cuadras más allá
hacia el oeste?
de La escapista
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Pablo Dacal / Buenos Aires
En la caye
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y aprendí que mi pedigree
es la cruza espontánea en los caños.
En la calle conocí una chica
que no tenía casa tampoco
y pateamos tanto juntos
que perdimos el rumbo poquito a poco.
En la calle y a la luz del día
cogimos mirando la esquina
los autos me saludaban
pasando veloces por la avenida.
En la calle me cagaron a piñas
por pasarme de listo
volví a casa con la boca hinchada
y la corona de cristo.
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En la calle desplegaba
su sonido con tanta elegancia
que todo a su alrededor
se derrumbaba y perdía sustancia.
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ventanas y cada baldosa
yo también las conozco
y en cada esquina
me cavo mi propia fosa.
En la calle perdida, escondida
en algún barrio lejano
dentro de doscientos años
tomando una birra me están recordando:
era yo aquel tipo que
cantaba siempre sobre las calles
sin estrellas ni placas
solo mi recuerdo en algún detalle.
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y te lo aseguro, es más difícil
que escaparse del barrio.
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Yo quería darte una canción simple
pero no soy tan buen domador
¿viste? me voy con tantas emociones
que no puedo controlar y siento
que ese toro desbocado tiene todo el control
y somos su juguete
que se aferra al cuello, que lo abraza,
pero hace falta ser un buen jinete
para no caer
y ya estamos
en el suelo
los dos.
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Florencia Di Paolo / Pringles
10.
Voy a la cocina
me desplazo sin habitar
–de izquierda a derecha–
la pava, en la segunda hornalla del fondo.
Tomo el mango de plástico
el material maleable de la época
un monumento a la humanidad yacente
al tocarlo, acaricio la eternidad
esperando encontrar tu nombre
en la premura de los límites.
La canilla gira como siempre
se traba en la mitad y sigue
hace de su eje, la duda
lo etéreo del agua en movimiento
atrae al gato
que quiere atraparla
con las patas delanteras.
Lo que conduce es el tacto
y lo ausente.
La pava arde donde siempre.
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31.
Las mitologías contemporáneas
se escribieron en los 90
cuando los dioses caminaban
libres como el mercado
yo era una niña
que habitaba en lo sutil
veía a mi abuelo muerto
saludarme por la ventana.
Los hombres
que me hicieron llorar
están llorando a dios, mi padre
me dejó una moneda
de diez pesos que
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tiene dibujada una rueda de la fortuna
hoy que dios ha muerto
enciendo una vela para adorarme.
Flores en el trago
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un poco por militancia, otro poco por la ansiedad
de prever los daños del futuro
como si pudiera hacer algo al respecto.
Me gustaría decirle que la amo
y crear un tiempo lento, de trabajo para nosotras
donde mirarnos las caras cuando todo se mueva.
Los abstractos son peligrosos
la pantalla se apaga por falta de batería.
¿Por qué me está pasando ésto?
Al pestañear todo se vuelve en contra.
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y mueve el vaso, creando
el tiempo lento, de trabajo
con las flores quietas, como nosotras
para que duela menos la colisión entre los hielos.
Las personas bailan
por la misma razón por la que bebo esta noche.
Nos amontonamos
un charquito que riega la tierra seca
para que algo crezca
después de un final
de semana largo.
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Mariela Gouiric / Bahía Blanca
Mis preferidas
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Para esas que tuvieron miedo
y se fueron lejos,
a pedirle permiso a la distancia
y a las ciudades grandes
de ser así
tortas, marimachos, camioneras,
bocas sucias, de cloaca,
mal habladas, mal vestidas, mal peinadas,
las que no sirven
aunque hagan.
Esas que vivan,
futboleras que se hermosean bajo el naranja
con que las baña el sol
en un atardecer de campo.
Dulces con el viento suave
entre los yuyos
son espigas.
Para estas
que se besan entre ellas, vida
que se fabricaron una concha, vida
y que desafían,
nunca voy a parir
nono
desafían,
siempre voy a ser madre,
vida.
Las más turras de todas, que vivan.
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Las que conocen el peso de un puño de varón
porque usaron el cuerpo de balanza.
Las que se pusieron unas lindas siliconas
que tal vez algún día
salvarán a sus corazones de las balas.
Las que se cuidan entre ellas,
las que lloran la esclavitud de sus madres
saliendo a bailar,
acostándose o de paradas,
las que cobran, las que se regalan
que vivan
las que se contagiaron
las que se masturban
las que envejecen humedecidas.
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Las del resentimiento y la bronca,
las que no tranzaron con el perdón,
esas por favor,
que vivan
por vagas, por gordas, por yeguas, por chorras,
por chantas, por burras atrevidas.
Preciosas
nunca falten,
nunca cedan ante las promesas de la mansedumbre
ni se acobarden ante el cansancio y el costo
de todo esto que son.
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Las cartas siempre llegan
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y viaja en bicicleta a su trabajo,
aprecia amanecer al final de la avenida
y al soplar sus manos para calentarlas en el semáforo
encuentra cayos en sus palmas. Ahora que
soy ese hombre que come lo que cocina
sin quejarse, lava los platos y brilla
caído de sueño frente a la pantalla.
Hace pie y se encuentra más viejo en el reflejo
del vidrio empañado, diciendo
buenas noches al perro, besando
a la mujer, cerrando con llave, escondiéndola
en el cajón de la cocina. Bajando
las persianas, dejando la casa a oscuras
con una luz por si en medio de la noche
el miedo a despertar llama.
Ahora que soy yo, el hombre y la mujer, que
me hicieron y me nacieron, comprendo:
tuve suerte, fui amada. Un amor
vasto y suficiente para atravesar
el túnel de la necesidad y el tiempo,
accidente de la costumbre que amenazó tragárselo todo.
Pero acá estoy, me doy cuenta:
tuve suerte, fui amada.
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Mercedes Halfon / Buenos Aires
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No vi llover en tu casa del árbol
no subimos los peldaños de madera
para apreciar ese pasto tan verde
que su nombre es porvenir.
Es que el pasto tiene un nombre
y una voz, como todo lo que nos rodea
¿Si comiera la comida que vos preparás sanaría?
Los rayos ciegan los ojos de los iluminados
resplandecen los árboles en el pensamiento
mi casa se ha desmoronado, se ha perdido
yo misma como un lobo soplé hasta derribarla
y ahora vago mirando este pasto
y los árboles
buscando un lugar que una vez pensé
pero nunca fue mío.
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Estaba en el aire pero
con el peso del lado de adentro
el mensaje se presentó
con un contenido aparente
no sé qué fue de aquel tiempo
el fuego fue apagado por la lluvia
los árboles colmaron nuestros sentidos
pese a lo reducido de su tamaño.
El último día vino un zorro
de carne y hueso a nuestra casa
lo habíamos leído en un poema
y visto en sombras la noche anterior:
estaba contando un secreto
como quien descubre un rostro
en la sombra de un armario.
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Estoy tomando nafta con una amiga
es normal
es algo que la gente hace en un país como éste
ya no hay nada barato, ni cerca, ni fácil
la extensión se despliega como una luz azul
cuando tenga tiempo voy a volver sobre mis pasos
los bolsillos son sigilosos
no recuerdo donde guardé
las plantas que estaban vivas
una sirena se adelanta a la velocidad
si pudiera saber algo de lo que quiero
no estaría acá
trasladando sombras de un lado a otro.
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María Fernanda Maciorowski / Puerto Madryn
De Conejo, 2010.
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no estamos sobre el escenario
no podemos percibir desde acá el amanecer real
ni la fuerza del cielo que nos mantiene
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contar las respiraciones bajo el agua
o en la superficie que tiraniza como la carne en la vigilia de la sole-
dad
pero siempre a la hora pactada:
a la hora del no.
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Azul Martín / Bahía Blanca
Tercera trocha
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Postal de cataratas
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Melatini Turismo
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Matías Moscardi / Mar del Plata
La Equis
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con botellas de cerveza, celulares,
una tapita naranja, restos como rayos.
miramos una película muda nominada al oscar,
después de ducharnos para sacarnos
las hojas secas adheridas en la piel,
la arena de la playa. el mar hace música
electrónica, digo. es el mejor DJ, decís.
y te das cuenta, estamos en una película muda:
alguien acumula palabras para ser entendido
horas más tarde. luz, el mar, un rayo equis
quemando nuestros cuerpos delineados por el aire,
mutando con cada movimiento. suena el reloj
del vecino del otro lado de la pared:
una campanada por cada hora.
pero ya perdimos la cuenta y no sabemos
si es tarde o temprano, si estamos en el pasado,
en el futuro o qué, pero de todos modos
nos cambiamos y arrancamos directo para La Equis,
nos olvidamos los celulares pero no las llaves,
y llevamos la plata contada para negociar
un dos por uno con el de la puerta, que miró
a su compañero musculoso, y todos dijimos
que sí con la cabeza hasta que alguien dijo sí
y pasamos. dos minutos antes, te había dicho
que si esto fuera una película, en La Equis
tendría que estar sonando madonna,
como en casa, y cuando escuchamos madonna
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pegados a la barra, fue como estar en una película,
pero el fernet genérico estaba caliente, puro,
y desapareció como si la luz lo hubiera barrido del vaso,
pulverizado, hecho partículas y a negociar
los últimos veinte pesos por un destornillador
que se quemó en la luz como el fernet.
y aunque esto está perdido, no me duermo,
no sé si es hoy o ayer, si es tarde o temprano,
no me importa, igual le pongo palabras,
porque las palabras son lo más parecido
a los rayos de La Equis, rojos, verdes, celestes
que laqueaban el aire, cuando la pequeña reina
apreció, la diosa griega, con sus botas altísimas,
un peinado tan alto como sus botas, o más.
nos pusimos contentos porque la pequeña reina
nos bailaba, a vos y a mí, aunque es una forma de decir,
porque éramos dos cuerpos por el precio de uno,
fundidos en la luz, bailando con la petit queen.
y reímos a carcajadas, lloramos, cuando te conté
a los gritos que esa tarde había comprado
cinco bananas, dos choclos y una fanta
en la verdulería, para cambiar cien pesos,
para poder pagarle al hombre que nos había
cortado un pedazo de vidrio a medida. y reímos
a carcajadas, lloramos. vos querías mear en la calle.
yo, en el baño. esa idea nos separó por un instante.
te fuiste. me quedé tranquilo, porque esa noche
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no te podía perder, éramos dos por uno.
después sí, años después te iba a perder.
pero esa noche no. y cuando salí de mear, ya estabas acá
pero al final no habías meado y terminaste
meando en el baño. cuando salimos era de día.
llegamos al departamento, pusimos madonna,
bailamos en el balcón. reímos a carcajadas, lloramos.
decidimos ir a la playa, a bañarnos en el mar
y un segundo después estamos en la playa.
fue así. te lo juro. me gustaría que lo recuerdes
toda tu vida así. en un segundo estábamos en la playa
y al segundo siguiente teníamos la cabeza
sumergida en la basura salada y burbujeante
de las olas oscuras, basura con pátinas de agua
brillando con la luz del amanecer. y no sentimos
el frío. ni la paranoia de que nos robaran la mochila.
estábamos sumergidos en ese brillo, y nos dejábamos
caer en él, era lo neutro, ni el frío ni la paranoia,
solamente luz esparcida sobre el mar.
y era como no tener piel, como tener la piel desenchufada.
me gustaría que lo recuerdes toda tu vida así:
la piel desenchufada. saber que el aire es helado
pero no sentir el frío. cuando salimos, por un segundo,
quedaste en tetas, tus pezones erizados en la luz,
hasta que el buzo cubrió tu piel mojada y se humedeció
en la parte de las tetas y un segundo más tarde
nos estamos duchando en casa, con toda la música,
madonna, los clash, la música.
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Bernardo Orge / Rosario
No tuve más que escuchar tu voz calma, grave, sincera, para saber
que a diferencia de lo que había esperado eras un hombre sensible,
dado.
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Y yo por poco me tardo en responder más de la cuenta, mareado
por el olor a menta que salía de tu boca, desconcertado por la
prolijidad de tu ropa.
Eras algo nuevo para mí, original, serio, pero amable, colgado, pero
responsable… No conozco mucha gente así, entendeme.
Ruin oficio el tuyo Walter, lo sé, uno en el que se cobra por ofrecer
lo que a alguien le sobra, a otro que le hace falta.
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Y con cordialidad experta pero genuina a la vez hacés tu trabajo:
estirás y estirás el brazo, estrechas una mano y la otra, en una
larguísima cadena que atraviesa barrios, centenas de cuadras y
avenidas y que jamás se corta.
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Facundo Passarella / Bahía Blanca
e s t e l u g a r
es como el recuerdo de una ciudad
y ese recuerdo se está desvaneciendo
(esta noche sueño que estoy durmiendo,
¿ya no queda alternativa?: nos robaron la d istancia
entre el otro y la pantalla; son bots
pero ahora los bots son nuestros amigos)
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Este poema es el intento de buscar algo que no puedo obtener.
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Alquilamos un departamento a buen precio :)
twiteado 11.47
por otraCeci, y ceci b. le comenta:
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Manuel Pérez / Bahía Blanca
1.
Declarar fallida cualquier pugna y ya no hablar de triunfos,
sino de los fracasos tamizados, vueltos tolerables por lo aciago
que se les pudo extraer.
2.
La reforma, la adultez:
hacen falta imágenes,
hacen falta sinólogos,
no hace falta una explicación.
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De todas las partes y mecanismos
que conforman un martillo
podría sacar una conclusión o miles,
si así nos interesara.
3.
El ojo herido del gato en una pelea con una comadreja.
La piel rota que se desprende de un garbanzo después de hervirlo.
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Maximiliano Pozzer / Bahía Blanca
Boya
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Cómo quisiera que alguno
de estos restos
sea insoluble,
y eche raíces.
Ser ya sin contratiempos,
ser lo que fuere, pero con fuerza,
y si acaso crezco en un pedazo de madera
en medio del mar,
no dejarme matar,
ser por siempre un trozo de vida valiente.
Desaire
En algunas noches
trato de apretar
las sobras
que gotean de un
recuerdo que me incomoda
y que a su vez me
llevan a un lugar
que a veces creo mejor
donde nos faltaban cosas
pero no me faltaba nadie
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Instante
Cómo es que
funcionamos,
que mirando al
cielo
nos perdemos,
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Florencia Roth / Comodoro Rivadavia
decididas
van
a veces,
si pongo los ojos un poco más
chiquitos
puedo ver una huella de luz en ese
movimiento
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un aura acompasada
verde brillante
amarilla
roja sangre
las observo
detenidamente
y
pienso
si yo
alguna vez
me detengo
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I
Busco las flores
entre los árboles,
los frutos de época,
me cuesta ver
las hojas apagarse
con cierta belleza
morir
en sus ramas
transformarse
en tierrita negra
para enlazar
nuevos comienzos
serán ancestras
de otras hojas
[[conciencia
cotidiana
del ritual
que me habita]]
II
a veces
inundo
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los espacios vacíos
a veces
más vitales
a veces
camino en círculo
a la tierra
para encontrar
mi newen
y, a veces
entiendo:
es habitar el silencio
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III
Otoñar es
florecer
de a poco
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Andrea Testarmata / Bahía Blanca
II
La extinción habita en los humedales del Río Paraná
la actividad inmobiliaria y la caza furtiva
contribuyen a la desaparición de las ciervas.
¿Quién sabe cuándo voy a extinguirme?
¿Qué acción del hombre hará que eso suceda?
XI
La palabra noche atraviesa mi garganta
la palabra angustia también
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Pienso en ellas que cruzan el río.
XV
Hay pezuñas que lloran
al borde del río negro.
Las ciervas coloradas viven
en promedio once años
aunque pueden resistir
hasta los veinte.
¿Cuál es la estadística
que calcule lo que soporta el cuerpo
cuando le quitan los cuernos?
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¿Cuánto resiste el alma
luego de que se desgarra el cuero?
XXXIII
El Rey Ricardo II
alimentaba a un ciervo blanco
algunos creen que el racismo
empezó allí
cuando los negros
tenían que esperar
para comer.
De Ciervas
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Lorena Valderrama / Bahía Blanca
Stronzo
just a memory
i think
he didn’t understand why
so we try to explain
el chileno dijo que venía de Santiago
el tano dijo que no le había gustado tanto
todo era hermoso
podrías mirarlo
sin tocar
el chileno dijo que fue de intercambio a Santa Fe
y que uff había estudiado halto
ingeniería ambiental
y el tano said: i
i don’t understand how
es que acá resulta muy difícil tano
si querés estudiar tenés que estar muy bien alimentado
para empezar
y por más que sea pública la universidad
necesitás medios para llegar
78
para leer y practicar
so im vegan dijo el tano
and i laughed
because
i tried to explain to him:
in a poor family
«like mine»
me dijo el chileno
and we laugh
because
weon ya no sabe´ ni como hablar
but
in a poor family
tenés que cultivar
y al menos en casa
el polo petroquímico de Bahía Blanca se llevó hasta el agua
and us, we try
criás tus pollos, tus vacas, pescás
los animales viven su vida con vos
me solía decir mamá
los alimentás, cuidás
y cuando llega el día
los matás
some people don’t have the privilege to choose like us
like the rest of us
everything kinda works like that
el chileno nos contaba:
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in my country everyday
children get shoot in the eyes
just for demanding principle rights
and here everything lives in left or right
everything is
left
or
right
and the difference
between you and i
there and here
then and now
«the young people» i said
we believe
we can live in our world
en paz
discutimos con nuestros padres
quienes creen que para vivir hay que sufrir
para ganar
¿qué?
y entonces pasan cada día
de trabajo en trabajo
hasta que la luz se va
por sus hij2s
a quienes no pueden disfrutar
y no viajan porque les van a robar
y no compran porque se puede gastar
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y no ríen porque igual van a llorar
y no lloran porque llorar está mal
but us
we know that we can’t win the war against companies and stuff
but we can try
i want to live my life
i want to live the life that i want
so mum…
y el chileno said
«fuck off mum»
and we laughed
´cus «i cant said that to my mum»
but i said that
and us
we can try
en América Latina tano
we have fighters
SHE is a fighter
and we are going to fight
and that is why
that is how
y el tano said
«oh,
i think maybe that’s our problem
we
kinda
just gave up»
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No simpatizo con los perros
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cuando canto esto que siento esto que siento es el amor
cuando canto manifiesto de la vida que se expande no puedo creer
/que esta sea mi voz
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José Villa / Buenos Aires
Actor
La mancha va rompiéndose
y deja ver mi presencia lacrando,
recuadrando, concentrando
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Habrá final tranquilo
La viga
tiene números escritos con un pedazo de ladrillo:
o un dos o un tres, su pata se estira
e irisa hacia el borde
duplicada, veleta, mano, dios
Cormorán saliendo
de escombros para ir tirando de ella que no quería
ir a ninguna parte,
al día de la luz con testigos
Tema de Marcela
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antes de perderse
Aterriza y me agacho
un poco para verla como si fuera
otra mujer
que despeja maleza y escucha
los secretos de sus hijos una escena detrás,
me inclino entre tonos
sobre su movimiento y veo que se estira
como lo haría
una bailarina, enganchada al poste
del alumbrado, paraguas deshecho
o paloma que se asienta
con voluntad, qué más,
un manipuleo de herramienta resuena por ahí,
goznes, cosas aumentadas y vencidas
De El estilo verdadero
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Clementina Zivano / Bahía Blanca
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canal Maldonado
mal llevado
no dejás descansar a las ramas
sos acuarela del cielo
del Parque de Mayo
Tu esencia de charco
arrulla las acacias
mientras se encienden
las primeras luces
En el recorrido despierto
me digo tranquila
ya casi soy yo.
el viento.
88
89
90
Autorxs
91
versos (2019), Poemas Inc. (1998-2016) (2019). En 2018, la Librería
Mastronardi realizó una muestra de su obra visual, Asado en el Malba,
en la cual se expusieron dibujos, animaciones y juguetes textuales.
92
Pág. 39 / Marie Gouiric nació en Bahía Blanca, en 1985. Es licenciada
en la Enseñanza de las Artes Audiovisules. Publicó la novela De dónde
viene la costumbre, (Penguin Random House, 2019), finalista del
premio Filba-Fundación Medifé y mención especial en el Premio Sara
Gallardo. Los libros de poesía: Este amor tan Grande (Mansalva, 2021),
Un método del mundo (Blatt&Ríos, 2016), Botafogo (Eloísa Cartonera,
2014) y Tramontina (Vox, 2012). Las plaquetas Decime qué se siente,
se siente hermoso (Belleza y Felicidad, 2014) y Pensaba que había un
paisaje, pero (Belleza y Felicidad, 2014). Participó de la antología 30.30
(Editorial Municipal de Rosario, 2013). Actualmente vive en Buenos
Aires donde integra el colectivo Serigrafistas Queer.
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Pág. 49 / Fernanda Maciorowski nació en Puerto Madryn, en 1982.
Escribe y agita en los fanzines Jinete4, con quienes editó Cover (Espacio
Hudson, 2017), y Shirley Temperley. Publicó La superficie de Medea
(2007), Conejo (2010), Doma latina (2010), Ceremonia del té en los
ojos (2012) y El primer impulso (2018), además de algunas plaquetas
de poesía, como acuarium y los gorriones. Borda poemas en la escuela
pública todos los años. Prepara un fanzine llamado “Juana Inés, estrella
de rock” dedicado a la figura de Sor Juana Inés de la Cruz.
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Rosario, 2014). Textos suyos fueron incluidos en 30.30 poesía argentina
del siglo XXI (EMR, Rosario, 2013).
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su primer fanzine “Poemas para el puente” fue compartido junto a
algunas de sus canciones en diversos eventos locales. Junto a Valeria
Mussio forma parte de “Enlazadoras de Mundos”, proyecto editorial
independiente. Arbórea es su primer libro de poemas.
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en la UNS y música en el Conservatorio de Música de Bahía Blanca. Se
desempeña como docente y coordina el taller de Creación Literaria:
Poesía y Canción realizado en Bahía Blanca, Dorrego, Saldungaray, Mar
del Plata, Coronel Vidal, Pirán, Río Colorado y San Salvador de Jujuy.
Participó del 3er Encuentro de Poesía “Estación Juarroz” (Dorrego) y
en el primer Encuentro de Literatura Regional realizado en la Facultad
de Humanidades de UABC (Universidad de Baja California, México).
Como música y cantautora conforma el proyecto musical Milpuentes
junto a Lucas Magallán. Participa del colectivo Canciones del Sur junto
a cantautores bahienses con quienes organizan el Festival de la Canción
Propia.
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Se
terminó
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en noviembre de 2021
bajo el cuidado de Proyecto LUX
8000 Bahía Blanca / Buenos Aires / República Argentina
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